VENTANALES • UNIVERSIDAD CASA GRANDE • AÑO X No 17
Foto: La memoria de Guayaquil (Facebook)
Costos económicos y en vidas de la revolución del 9 octubre de 1820
Entrevista por Juan de Althaus (J. A.)
DOSSIER
DE GUAYAQUIL
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El Arq. Melvin Hoyos1 ha contribuido de manera relevante a esclarecer los hechos históricos de la independencia de Guayaquil. Con ocasión del Bicentenario de independencia de la Perla del Pacífico, Hoyos accedió a una entrevista para Ventanales, que reproducimos a continuación. 1 Miembro de la Academia Nacional de Historia, de la Academia Nacional de Historia Marítima y de la Junta Cívica de Guayaquil. Fundador y presidente de la Confraternidad de Historiadores Camilo Destruge; miembro de numerario de la sección de Historia de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas; exdirector de la Biblioteca y Archivo Municipal, del Museo Municipal y del Museo de la Historia del Deporte Ecuatoriano, reinaugurado por el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (COE) en 1999. Actualmente, director de la Unidad de Coordinación Histórica y Cultural.
¿Qué nos puedes decir sobre los costos de los acontecimientos de la independencia de Guayaquil?
la modalidad de bonos, y dependiendo de la jerarquía que tenía cada uno de los militares involucrados.
He obtenido en los últimos diez años una cantidad interesante de información que nos permite aseverar, ahora sí, sin ninguna duda, que la independencia de Guayaquil fue lograda gracias a que se pagaron los sueldos de los soldados realistas que quedaban impagos desde hace ocho meses, por culpa del virrey de Perú, Manuel Joaquín de la Pezuela, lo cual mantenía un estado de zozobra y desasosiego en el puerto.
Ahora, ¿cómo se produce este hallazgo? Se inicia al leer un libro de Jerónimo Espejo, uno de los hombres fuertes de San Martin, quien estuvo en la batalla del Pichincha. Jerónimo era muy hábil escribiendo y publicó su libro en 1875, en Buenos Aires; en el cual descubrí un relato sobre estos 25 000 pesos que les debía el virrey del Perú a los soldados criollos. Aquí no estaban incluidos los militares españoles, lo que indica que el criollo era considerado de tercera categoría, y el español, nacido en la península Ibérica, de primera.
Entonces, al enterarse los patriotas guayaquileños de esa particularidad, utilizaron los recursos de las arcas del cabildo, entregándole a Gregorio Escobedo cinco mil pesos de oro para pagar esa deuda que los soldados necesitaban desesperadamente; pero Escobedo se negó hasta saber cuál sería el desenlace de toda la situación. Finalmente, encontramos que, efectivamente, después del 9 de octubre de 1820, se les entregó el dinero, pero con
De esta manera, se produce esta fermentación social dentro del mismo ejército. Hay un libro que completó la información, siendo el hallazgo mayor. Forma parte de la colección de publicaciones que se imprimen en Perú, como homenaje a la batalla de Junín; compuesto de más de 92 tomos publicados