Cultura
Un argentino universal Santiago Mampel y Quique Figueroa
Quino: “El humor es crítica” Recordar al historietista y humorista Joaquín Lavado (Quino), recientemente fallecido, no es un acto de homenaje sino de sanación. Nos acercamos a su figura y a su obra con un fragmento de una entrevista de los años 70, cuando todavía dibujaba la tira Mafalda
Joaquín Salvador Lavado Tejón nace en Mendoza el domingo 17 de julio de 1932. Desde el vamos lo llaman Quino, para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, pintor que lo ayuda a descubrir su vocación de caricaturista. Estudia en la Escuela de Bellas Artes pero en 1949 la abandona, un poco aburrido de dibujar ánforas y yesos, para dedicarse al dibujo de historietas y al humor. Se traslada a Buenos Aires en busca de un editor dispuesto a publicar sus dibujos, pero pasa tres años de vacas flacas. “El día que publiqué mi primera página –dijo recordando su debut en el semanario Esto es, de Buenos Aires– pasé el momento más feliz de mi vida”. Fue en 1954. En 1963, aparece su primer libro de humor, Mundo Quino. Mafalda, la pequeña de pelo negro que odia la sopa e interpela al mundo de los adultos, se publica por primera vez el 29 de setiembre 1964 en el semanario Primera Plana de Buenos Aires. Para encontrar al Quino de carne y hueso, nada mejor que recurrir a sus propias palabras. Para eso compartimos un fragmento de la entrevista titulada “Humor vs angustia” que la edición argentina de Ciudad nueva publicó en el año 1971, cuando el artista abrió las puertas de su propia casa a Luis María Maisonave para hablar de sus inquietudes, contradicciones, angustias y anhelos.
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Ciudad nueva - Noviembre 2020
-En sus tiras se advierte insistentemente un trasfondo de pesimismo. ¿Es que usted también es pesimista? Sí, sí, sí… seguramente. Amargado, pesimista y todo lo que le quiera agregar a eso. -¿Quién tiene la culpa de las miserias del mundo, el hombre o las estructuras? Lo que pasa es que durante toda la historia el hombre trata de explotar al hombre, como si fuera su condición natural. -Pero también trata de darse. Están las dos cosas mezcladas: el científico que consume la vida en crear una medicina y el que gasta la vida en crear una bomba. -Pero en el plano personal uno puede elegir entre darse o explotar al otro... A nivel personal, con uno mismo sí, eso es indudable. -¿A usted le parece que los diarios expresan la realidad? Expresan la mitad de la realidad. -¿Con qué personaje se identifica más? Cuando leo el diario me identifico con Mafalda directamente. Esas reacciones
de bronca ante lo que ocurre. Si no me identifico con Felipe y Miguelito. -No hay dudas de que estos son los más poetas e idealistas pero también a veces se presentan con bastantes traumas. Sí, sí, los tengo bastantes. -¿Cómo definiría usted a Mafalda? Lo que pasa es que es la menos definida de todos. Es la que más me cuesta hacer. No es como Manolito o Susanita que tienen constantes. El mismo Felipe ya sabe lo que piensa de la escuela y de los deberes. -Estoy seguro que su oficio no es tomar el pelo sino lo que usted pretende es criticar. Pero esta crítica ¿para qué sirve? Yo creo que el humorismo es crítica.