Sociedad
Ocupación de tierras Ramón Oliveira Cézar
La ilegalidad tolerada En nuestros países, la ocupación de tierras fiscales o inutilizadas por parte de familias por motivos de supervivencia representa “una ilegalidad tolerada tanto tiempo que deja de ser ‘tolerada’ para transformarse en promovida”. El caso de Argentina puede aportar al debate
Sebastián Bassi - Flickr
Para reflexionar acerca de la toma de tierras con el fin de establecer viviendas, frencuentemente precarias, de parte de familias que no cuentan ni con tierra ni con vivienda, tomamos el caso de la Villa 31 de Buenos Aires. Un caso conocido y trabajado a fondo por su alta exposición política y urbana. Con un nombre que expresaba la causa de su origen, Villa Desocupación, surgió en el año 1932 sobre terrenos del Puerto Nuevo y el ferrocarril. En 1935, el presidente de la República Agustín P. Justo metió topadoras para derribar las casillas. Sucesivos planes de erradicación y la ley 27.453
8
Ciudad nueva - Mayo 2021
del año 2018 intentaron ordenar la situación informal de los ocupantes. La última acción encarada por el jefe del Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, fue la que más éxito tuvo en su cometido; quedaron pendientes la Rodrigo Bueno, la Villa 20 y el asentamiento del Playón de Chacarita. Puede verse en la 31 la modalidad de formación de casi todas. Lo que usualmente se ha dado es, desde el punto de vista jurídico, una ocupación de tierras, casi siempre fiscales o de todos modos inutilizadas, como playones ferroviarios, orillas de ríos o tierras inutilizables por
sus condiciones topográficas, como en el caso de la ocupación de tierras en la localidad bonaerense de Guernica. En términos estrictamente legales se trata de una ocupación que avasalla el derecho de propiedad. Un ilegalismo popular. Los ilegalismos populares en particular, como la ilegalidad en general, han sido importantes motores de la historia. Tanto el cristianismo en sus comienzos como los movimientos populares que desembocaron en la Revolución Francesa y las posteriores revoluciones del siglo XIX, formativas de las democracias modernas y del ascenso de la bur-