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JOYAS | SECCIÓN P. POLIZZOTTO / A. DE AMÉZAGA
Collar de esmeraldas talla pera, rubelita, piedra ónix y diamantes talla brillante.
Anillo en oro amarillo de 18 quilates, con engaste de peridotos y piedra ónix. Anillo en oro blanco de 18 quilates, engastado con 174 diamantes talla brillante, lapislázuli y piedra ónix.
REINVENTAR UN ICONO La pantera es el animal emblemático de Cartier desde que su creadora, Jeanne Toussaint, lo convirtiera en símbolo de la maison en 1914.
DISEÑADA POR PRIMERA VEZ SOBRE UN RELOJ DE PULSERA con piedras talladas, la pantera lleva más de un siglo representando la feminidad y el espíritu de libertad en las colecciones de alta joyería de la casa Cartier. Desde que Jeanne Toussaint –nombrada directora creativa de la firma en 1933 por su fundador Louis Cartier–, convirtiera a este felino en el emblema de la firma, no han dejado de sucederse exclusivas reinterpretaciones del animal sobre joyas, relojes, fragancias y accesorios. En cualquiera de sus expresiones artísticas –naturalista, escultórica, gráfica o abstracta–, la pantera de Cartier ha estado presente en las colecciones persona-
les de grandes figuras de la alta sociedad. En 1948, la firma creó para la Duquesa de Windsor un broche de oro esmaltado situado sobre una esmeralda de 116 quilates; ese mismo año, Daisy Fellowes, editora de la edición francesa de Harper’s Bazaar, adquirió el famoso broche Golden Fleece, y una década más tarde, la maison diseñó el primer brazalete en diamantes y zafiros, comprado posteriormente por el Aga Khan, líder espiritual de los musulmanes ismaelitas. Rendir homenaje a la naturaleza y dotar a este animal de elegancia y realismo es el objetivo que la casa francesa persigue en todas sus creaciones. Para ello, los maestros artesanos integran
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diversas nociones de movimiento, arquitectura, belleza, ergonomía y volumen. Los desafíos técnicos en la realización de esta pieza incluyen desde ensamblar los diferentes tamaños de los diamantes, de forma que cada uno de ellos se adapte armónicamente al cuerpo del animal para lograr la visión de dinamismo deseada, hasta la elaboración de un efecto ‘piel’, creado a través de una técnica de engaste en pavé, en la que todas las piedras se encuentran sujetas por minúsculos granos de metal. A través de este emblema de la joyería, Cartier mantiene viva la leyenda de Jean Toussaint y su influencia como musa e icono de estilo del siglo XX.