Ernesto Visconti Elizalde
Médico, escritor y poeta.
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&RQ VLQGpUHVLV« TXH KDEOH DTXpO TXH GLVFLHUQD ¿QR \ H[SUHse lo que convino, dando opinión aceptable”.
Habiéndome encontrado con un contertulio editorialista, le comenté que hacía tiempo no lo leía; respondió que estaba descontento por la falta de “sindéresis”, de muchos lectores que lo criticaban acremente, y que por tanto había dejado de escribir. (O WpUPLQR PH HUD IDPLOLDU PiV QR SRGtD UHFRUGDU VX VLJQL¿FDGR abrí mi diccionario y ahí estaba el término marcado con un punto –señal que les pongo a las palabras que ya he consultado– el sigQL¿FDGR HV (QWHQGLPLHQWR MXLFLR FDSDFLGDG SDUD MX]JDU FRUUHFWDmente. Y en el diccionario de la lengua… Discreción, capacidad natural para juzgar rectamente. Lo que se traduce en que … “es la fundamentación ética, para emitir una opinión”. Y con ello no PH UH¿HUR D OD PRUDO R pWLFD UHOLJLRVD ±GH FXDOTXLHU UHOLJLyQ± SXHV resulta mayormente universal, el fundamento ético laico de “la razón”; antes que el de cualquier dogma. Así las cosas, se hace indispensable para el editorialista o comunicador, fundamentar su opinión, no en la conveniencia social o política, o de circunstancia religiosa; sino en la ética razonada, como valor universal. Por supuesto cuando se es un comunicador honesto, comprometido con su conciencia ética, antes que con la conveniencia, la empatía, el compromiso de partido, o el pecunia185
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