Silvia González Delgado
Maestra en Humanidades y escritora.
4IVWTIGXMZEW HIQSGV£XMGEW oscurantismo y honestidad
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Perspectiva democrática o previendo el oscurantismo
Ya viví como los cubanos! le digo a un Morenista que pregona las virtudes del comunismo. Nací en una zona rural y mi abuelo, que llevaba leche a vender, a la ciudad, nos traía de diario lo que mi mamá prepararía para la comida, siempre era chamberete para preparar caldo de res, de lunes a sábado; a mí me gustaba, pero, mi hermana, que pasaba por la adolescencia terminó por llamarle caldo de perro, y odiar al abuelo. Por mi formación budista agradezco ese gesto que nos permitió crecer fuertes; sin embargo, era una forma de sometimiento comunista, así que nuestra dieta cambió hasta que el viejito se fue al cielo; todos tenemos un ciclo, y deseo que también termine la sumisión del pueblo cubano. Luego a lo largo de mi infancia escuché decir a mi priista progenitor que la Revolución mexicana puso a los hambrientos terratenientes en su lugar y narraba con orgullo cómo su padre, mi abuelo, el tacaño del caldo, en unas elecciones, se presentó en la casilla, levantó la urna, tiró unos balazos al cielo y se la llevó; el tono de SUHVXQFLyQ HQ OD YR] GH SDSi HUD LQFRQFHELEOH PLHQWUDV \R FRQ¿guraba, en mi fresca mente de adolescente, las incongruencias de nuestro sistema político mexicano. No sé cómo, papá, no se arrepintió de educarme porque con libros como Vecinos Distantes, La Sombra del Caudillo, Los Recuerdos del Porvenir, y tantos otros que absorbía con despecho, la mentira de los justicieros generales revolucionarios se hizo trizas y entrábamos en duras polémicas hasta el grado de quedar disgustados. Sobre todo, que el robo de los priistas al erario público le parecía correcto, pero era un verdu69
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