Reflexiones Por: Redacción
LA LECCIÓN DE LAS HORMIGAS “Las preocupaciones económicas repercuten en la productividad de los trabajadores”. Imagen Óptica stamos seguros de que, si hubiese una máquina capaz de dictaminar las posibilidades económicas –a futuro– de un joven a punto de casarse, habría menos matrimonios. Es una triste realidad de la forma en que subsiste la gran mayoría de los habitantes de este país: Vive “al día”. Está mal acostumbrado a gastar más de lo que gana. No lleva un control de sus ingresos y sus gastos. Se “engolosina” con las tarjetas de crédito. Carece de un “colchón” económico para “imprevistos”. Se malacostumbra a vivir endeudado. Suele hablar mal de quienes sí saben ahorrar. Es incapaz de sacrificar la diversión y el entretenimiento por la tranquilidad económica. Vive siempre atrapado por sus deudores. Piensa –seriamente– que el ahorrar es para las hormigas. Todo esto conlleva, tarde o temprano, a un estado de ansiedad que, por lógica, repercute en su productividad laboral. Existen muchos mitos en cuanto al dinero y, por tanto, en lo que se refiere al ahorro. El número uno es: ¿Cómo voy a ahorrar si gano tan poco? Los expertos en el tema aseguran que no interesa tanto la cantidad que se ahorre, sino la constancia con que se hace.
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AÑO 24 • VOL. 24 • MAY-JUN • MÉXICO 2022
Ejemplo: ¿Será difícil ahorrar 10 pesos diarios? Bueno, pues si uno logra hacerlo, en un año va a tener $3,650.00 Una mala costumbre es querer vivir en un nivel que no nos corresponde según nuestros ingresos: un buen auto, hijos en escuelas de paga, una buena casa, sirvienta, etc. Este falso estilo de vida es el que ha obligado a la mujer a salir de casa, a trabajar, para que en lugar de un ingreso familiar haya dos… con las correspondientes repercusiones ya conocidas. Y si queremos ir más allá, le agregamos: vacaciones (“Viaje ahora y pague después”), bares y restaurantes, ropa “de marca”, etc. Ahora que, el caso más dramático del mexicano es el festejo de los 15 años de una hija. Existen matrimonios que se endeudan de por vida, con tal de que “la Beba” tenga su fiesta. No falta el descaro de quienes carecen del hábito de ahorro, para crear frases como: “Las monedas son redondas, para que rueden”; “Para eso trabajo, para darme mis gustos”; “Ya salió para hoy, ya mañana Dios dirá”, etc. Es importante comprender dos cosas: que nunca es tarde para adquirir el hábito del ahorro y que no importa la cantidad que se ahorre sino el hecho de adquirir el hábito de hacerlo. Es tan directa la relación entre la preocupación económica y la productividad que, todas las solicitudes de trabajo deberían incluir la pregunta: ¿Qué tan bien maneja sus finanzas personales?