El valor de la puntualidad No existe el “Elegantemente tarde”; Sólo existe el “Maleducadamente impuntual” CP Jorge Arturo López Mátuz Consultoría Integral para Alta Dirección e-mail: jalmatuz@hotmail.com
a puntualidad es la virtud que representa respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Es una actitud humana considerada en muchas sociedades como la virtud de coordinarse cronológicamente para cumplir una tarea requerida o satisfacer una obligación dentro de un plazo anteriormente comprometido. Es la disciplina de llegar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones. Para los objetivos de los negocios, la puntualidad se convierte en un referente de orden, responsabilidad, exactitud, precisión, rectitud, formalidad, rigor metodológico y muchas virtudes más. Y estas características no sólo reflejan la personalidad, carácter y eficiencia de las grandes empresas, sino que también atañen en forma muy directa a los resultados financieros de las micro, pequeñas y medianas empresas (MMYPES), como son las ópticas, talleres, restaurantes y todo tipo de negocios. La impuntualidad, por el contrario, se toma como signo de falta de interés, negligencia, dejadez, desidia, indolencia, pereza, desorden, egoísmo y otras características negativas e indeseables. En las culturas que valoran la puntualidad, retrasarse es lo mismo que demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto. En tales casos, la puntualidad se puede hacer cumplir con penas sociales, por ejemplo, excluyendo enteramente a los que llegan más tarde a las reuniones como es el caso de la llegada a un teatro o sala de conciertos en que ya no pueden pasar una vez empezado el acto, o con pérdida de derechos como sucede en el caso de elecciones en que ya no se puede votar después del plazo de cierre de casillas. En los países con más alto nivel de vida, la puntualidad se enseña y se practica desde la niñez.
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AÑO 24 • VOL. 24 • ENE-FEB • MÉXICO 2022
La falta de puntualidad habla por sí misma pues, de ella, puede inferirse con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo y la falta planificación en nuestras actividades. La puntualidad no se limita a llegar a lugares a la hora correcta; también es actuar en el momento oportuno. Pero además del reconocimiento social, debemos tomar en cuenta los valores económicos que representa la impuntualidad en diversas circunstancias, por lo que analizaremos diversos ejemplos: a) Pérdida económica por tiempo ocioso. Al citar a diversas personas para el inicio de un acto y éste empieza demorado, la suma del precio por hora de trabajo de cada uno de los presentes más el tiempo ocioso, reflejará el valor del desperdicio que impactará finalmente en las utilidades, y en el caso de una nación hasta en el Producto Interno Bruto (PIB). En este ejemplo, se agrava la situación porque los presentes saldrán desmotivados por una falta de atención hacia ellos y al reanudar sus funciones posiblemente no lo harán con la eficiencia requerida. b) Imposibilidad de clasificar como proveedor de primer nivel. Todos los modernos sistemas de producción están basados en el método Just in Time (JIT) que obliga a entregar el resultado del trabajo en la forma, calidad y tiempo previamente establecidos para ser incorporados directamente en la línea de producción. De esta forma, si en una empresa u organización no existe la capacidad de trabajar de esta manera, jamás podrá ser integrante de un sistema de proveeduría de las grandes empresas y su espacio será ocupado por empresas posiblemente extranjeras.