El camino de Albacete al Pozo de la Peña, Chinchilla de Montearagón (Albacete) Noticia preliminar de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo. F. Javier López Precioso, Rocío Noval Clemente, Maria Teresa Molina Torralba, Antonia Collados Jiménez. La oportunidad que hemos tenido durante el mes de agosto de 2006 para poder excavar lo que se ha venido denominado como la vía romana C-1 del catálogo de Arias Bonet, nos ha permitido poder evaluar arqueológicamente una calzada que comunicaba en el ámbito geográfico comarcal la ciudad de Chinchilla con la de Albacete. Dicha calzada se viene denominado catastralmente como Carretera Vieja de Madrid a Valencia y también como el camino de Albacete al Pozo de la Peña si atendemos a los planos cartográficos de escala 1:50.000. Dicha oportunidad viene dada por la construcción sobre unas 120 hectáreas de una urbanización residencial con un área dotacional. La deducción apriorística por la que se afirmaba que ese tramo de calzada era de origen romano ha llevado a una intensa confusión mediática y a una cierta presión que en ningún caso era aconsejable para el buen desarrollo de los trabajos de evaluación en el campo de la prospección superficial y de documentación arqueológica intensiva y extensiva en un segundo caso. Por ello establecimos una estrategia de trabajo que siempre nos ha funcionado: la total independencia de criterio profesional y la documentación en dos niveles básicos: la estricta metodología ar-
queológica, sustentada en el método Harris, complementada por un extenso equipo de trabajo y unos medios materiales de primer orden, y una intensiva consulta a los repertorios, artículos y libros sobre caminería española, de tal manera que no nos viéramos "contaminados" por la supuesta romanidad de la vía y pudiéramos trabajar en una amplísima banda cronológica que llega hasta nuestros días. Por otra parte hemos de decir que lo que aquí se escribe está sujeto a una revisión posterior, ya que el trabajo de consulta no ha finalizado y nos espera una ingente tarea de consulta en archivos y bibliotecas. La propia dinámica de la excavación nos ha permitido establecer una estrategia de trabajo donde ha sido importante el descubrimiento de una línea de documentación bibliográfica que tiene en cuenta las carreteras del siglo XVIII y XIX, que se expresa en diversas publicaciones de la Revista de Obras Públicas, iniciada en 1853 y en reuniones y congresos de caminería, obras publicas e historia de la construcción que han sido obviadas muchas veces. La excavación arqueológica constó de ocho grandes sondeos, la suma de los cuales arroja una superficie de intervención de 2.346,7 m2.
Figura 01. Sondeo 04. Tramo oriental de la calzada. Unidades estratigráficas.
nº 3, diciembre 2006
El Nuevo Miliario
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