Baptista y Mommer: Pensamiento Económico... – 64 de la crisis que se presentó hacia fines de los años setenta como para la posible superación de la estructura general del capitalismo rentístico.94 Sólo así, en efecto, puede llegar a sopesarse la magnitud del reto que yace hacia adelante. Se trata de un reto estratégico y no de un simple ajuste de la política económica del gobierno en turno; y no se trata de un par de años, sino de décadas. El mayor reto de toda política económica venezolana sigue siendo el hacer explícitos los destinos posibles de la renta, a saber, el gasto social, los salarios y los beneficios. Únicamente de este modo es posible diseñar políticas que aprovechen en su integridad la enorme ventaja que implica su presencia en función del desarrollo económico nacional deseado, tanto como definir con acierto el mejor papel que puede corresponderle al sector privado nacional, cuya área de circunscripción principalísima, en cualquier escenario imaginable, habrá de ser en el futuro previsible el mercado nacional.
CONCLUSIONES La renta de la tierra es una categoría del todo extraña a la estructura social capitalista. En condiciones normales, como lo evidencian substantivas experiencias históricas, el desarrollo del capitalismo va a la par con su reducción a niveles acaso insignificantes. En Venezuela, por el contrario, la división internacional del trabajo y las condiciones de atraso del país dieron lugar, en los comienzos del siglo, a un proceso de desarrollo bajo condiciones atípicas, donde una renta internacional de la tierra, de monto creciente en relación con la producción interna, hizo de fuerza motriz primordial. De allí la calificación que se ha hecho del capitalismo venezolano como capitalismo rentístico. Este capitalismo peculiar constituye el tema natural del pensamiento económico venezolano. En los capítulos precedentes se dio cuenta de los esfuerzos más destacados, desde la perspectiva de la acción política, por desentrañar sus reglas específicas. Los resultados, como se ha visto, fueron notables, aunque finalmente negativos. El capitalismo rentístico, así concluyen, carece de futuro. Se le considera, en su instancia final, como un desarrollo equivocado que conduce las cosas hacia un callejón sin salida, por lo que se hace inevitable, más temprano que tarde, la involución o el retroceso. Sin embargo, el análisis del pensamiento económico venezolano, en su perspectiva histórica, permitió determinar la causa y naturaleza de este resultado negativo. El ingreso petrolero, en cuanto renta de la tierra, es un ingreso que carece de legitimidad dentro de la ética capitalista; por ello, su legitimación no puede encontrarse sino en el destino que se le asigne. Esto es, sólo el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales puede justificarlo. 94Véase Bernard Mommer, "La distribución de la renta petrolera (El desarrollo del capitalismo rentístico venezolano)", en Omar Bello y Héctor Valencillo (eds.): La economía contemporánea de Venezuela. Ensayos Escogidos, Banco Central de Venezuela, Caracas, 1990, 4 tomos; tomo iv, pp.155-234.