209 La decisión de trabajar con software libre es también una decisión ética, la expresión del deseo de vivir en un mundo organizado de una forma distinta, donde las barreras artificiales que benefician sólo a algunos pocos, son eliminadas. (Miranda, 2011, p. 235) Existe una cultura de ayuda mutua a través de sistemas de apoyo entre los expertos que generan el software y los usuarios “de igual a igual”, tal como lo propone el feminismo, el cual también promueve el empoderamiento femenino a través de la creación de redes seguras y de confianza fomentando entre las mujeres la cultura de la colaboración y la participación. …Los expertos y los usuarios crean el conocimiento en colaboración, la ayuda se proporciona mediante sistemas de apoyo ‘de usuario a usuario’, y la sostenibilidad y la calidad también quedan garantizados mediante la participación de la comunidad (Meiszener, 2008). Tanto el paradigma del software libre como el del feminismo, invita a que se genere cooperación, colaboración y fortalecimiento mutuo, de tal suerte que se fomenten y transmitan formas abiertas de entender al mundo que beneficien a la sociedad en su conjunto. (Jiménez, July E. et al., 2010) Una cultura orientada a compartir el conocimiento, a abrir canales de intercambio, es una cultura que tiene más posibilidades de crear, de innovar y de crecer, esta es justamente la filosofía del software libre. (Cobo, 2009, p. 4) Otra coyuntura no menos importante es el punto de vista ético con una visión del mundo alterna al dominio corporativo y su control simbólico del que ya hemos hablado: