CONVERSATORIO
Comida que cuenta historias Mariví Martín y Paco Inclán A Fotografías de María Sainz
Reunimos a representantes de ocho gastronomías a compartir una mañana de sábado. Conversamos sobre comida, migraciones, viajes, historias de vida que se juntan en una rotonda de una de las esquinas de València, al norte de la ciudad, en uno de sus últimos reductos de suelo agrícola. Hablamos también de platos, que luego nos compartimos. Os ofrecemos aquí un extracto de la conversación. El primer alimento es la leche materna, pero después los sabores comienzan a entrar en nuestra dieta. ¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos de alimentos? ¿Todavía os acompañan u os han abandonado? Bogdan: La manzana con galleta que me hacía mi madre y el bocadillo de mantequilla y cascaval —queso ahumado— que llevaba a la escuela. O mi lata de sardinas, que durante el comunismo en Rumanía no era fácil de conseguir. En lugar de «chuches» me compraba una lata de sardinas. Y sigo haciéndolo. Vivian: El akara na akamu, alubias blancas con la cabeza negra. Se prepara con harina y agua caliente. Es como hacer natillas, luego le echas leche condensada. Y por la tarde cocinábamos ñame, que parecen patatas. O el fufú. Esas cosas no las encuentras aquí, aunque puedes hacer algo similar. Gloria: Recuerdo que al volver del colegio pasábamos mis primos y yo con mi abuela. Ella nos daba una tortilla, le ponía unos granos de sal, a veces crema, ella
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Guía gastronómica de la valència migrante