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PRESENCIA DE JOSE PAULO PAES
Mauricio Contreras Hernández 1primer libro de José Paulo Paes que llegó a mis manos fue Um por todos, volumen en el que se recopila su producción poética hasta 1987. Llegó junto con otros, varios, libros de poesía brasileña que trajera como regalo la esposa de mi amigo Adolfo León Córdoba, médico y escritor, luego de una gira del grupo de teatro "La Candelaria", por ese país. Entusiasmados por el fervor hacia ese idioma, en su música y literatura, que compartíamos desde tiempo atrás, nos dimos a la aventura de la traducción. Fue así como realizamos algunas versiones al español, de poemas de José Paulo Paes, Hilda Hilst, Rubem Rodríguez Torrez Filho, Guido Bilarinho, Alice Ruiz, entre otros, las cuales fueron publicadas en el número 7 de la revista Luna Nueva.
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En particular, me impactó profundamente la poesía de Paes por su desparpajo, por su contención verbal así como por la eficacia de su dicción, la cual aborda los temas más diversos, desde los ideológicos hasta los más íntimos y cotidianos, con la impronta del humor y la ironía y una exploración formal que fractura la noción de verso y lenguaje poético. Luego ocurriría el cruce con el poeta durante el IV Encuentro Internacional de Escritores de Bogotá . Además de la cálida y generosa amistad de José Paulo y Dora, su "musa, esposa y muleta", surgió el proyecto de hacer una antología de su poesía en español. Proyecto que llevamos a cabo, en su complicidad, con el escritor y periodista colombiano Carlos Alberto Martínez. Este libro fue publicado por la Cooperati-
va Editorial Magisterio, en su colección "Piedra de sol", durante la Feria Internacional del libro en 1995. Allí tuvimos la oportunidad de compartir, nuevamente, interminables diálogos con José Paulo y su inseparable Dora. En este número, ULRIKA quiere difundir una obra que además de recoger lo mejor de la tradición poética brasileña se constituye en una propuesta innovadora y de ruptura en el panorama de la literatura en lengua portuguesa . Y ello, sin dejar de testimoniar la grandeza de dos seres humanos (José Paulo Paes y su esposa Dora) que, en su breve pero perdurable paso por nuestro país y por nuestras vidas, nos enseñaron que la poesía es amistad y generosidad sin fronteras .