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proposiciones. Finalmente, será el comandante o mejor dicho el líder de la organización el que decide y que responde por la decisión que adopta, él que no solo se guía por lo que le dice su Estado Mayor, sino por su propia habilidad (arte), que en definitiva lo legitiman como estratega. Estrategas - batallas decisivas Conceptualmente, una batalla corresponde a una serie de combates u operaciones relacionadas entre sí, y cuya finalidad es lograr un cambio situacional entre las fuerzas que se oponen. Por lo general, la batalla como tal, repercute en las operaciones militares posteriores e incluso, según la trascendencia de ésta, en la continuidad de la guerra. En el mismo contexto teórico, una “campaña” puede comprender una o más batallas y casi siempre está ligada a un plan “estratégico”, pero podría ser, que una campaña comprenda una sola batalla y que ésta tenga el carácter de decisiva. De igual forma, cuando se habla de “operación militar” o de “combates”, por lo general se relaciona con acciones específicas y propias de un nivel de decisiones que los historiadores catalogan de “táctico”; pero también una operación militar puede comprender varias acciones u operaciones menores. Se agrega a lo anterior, que los militares para identificar campañas, combates o batallas utilizan títulos identificatorios a modo de preservar el secreto (códigos) o relacionar el nombre con el escenario, medios o fines. Por ejemplo: Operación Barbarroja, Operación Overlord, Operación Torch, etc. De esta forma, la batalla está ligada al concepto estratégico de empleo de los medios terrestres, navales y aéreos en forma conjunta, individual o de dos fuerzas en particular, dando lugar también a denominaciones como batallas aeroterrestres o aeronavales. En la actualidad, como, excepcionalmente, una fuerza actuaría en forma independiente, la batalla implica el empleo de al menos dos fuerzas y por ello se habla de fuerzas “conjuntas”. En la mayoría de las batallas de la historia militar universal, el referente estratégico por excelencia, está presente en la medida que concurran o confluyan en el desarrollo de los acontecimientos una serie de variables que permiten su configuración y que la diferencian de la táctica, tales como: importancia del objetivo en la continuidad o resultado de la guerra; liderazgo ejercido por una máxima autoridad militar o política (monarca o príncipe representa a la autoridad política); eventual desarrollo previo de capacidades; sorpresa para uno de los oponentes a partir de una concepción engañosa del otro oponente y que no haya sido un simple combate de encuentro o desafío cuantitativo de fuerzas (la sorpresa es posible con: cobertura, ataques