ALERTA AMBIENTAL
Polinización facilitada por viento en Isla de Mona:
Fotos por: Julissa Rojas-Sandoval
Un mecanismo para asegurar la reproducción de una especie amenazada
Figura 1. Típica vegetación de Isla de Mona dominada por la mezcla de especies de arbustos y de cactus.
Por: Julissa Rojas-Sandoval, PhD
Por las condiciones de aislamiento que representan, las islas oceánicas siempre han fascinado a biólogos e investigadores. Estas condiciones, entre otras, han dado paso a la evolución de biotas (fauna y flora) muy distintivas, a altos niveles de endemismo y a patrones inusuales de variación y de adaptación. Estas características únicas de las islas oceánicas fueron de considerable importancia para Charles Darwin en el desarrollo de sus ideas de evolución. Por tal razón, las convierten en laboratorios naturales ideales para el estudio de la ecología, de la genética y de la evolución de los grupos de plantas y de animales que habitan en ellas. Uno de estos laboratorios naturales, de especial singularidad, es la Reserva Natural de Mona y Monito. Mona es una isla oceánica formada por una plataforma irregular de roca caliza, donde grietas y hundimientos favorecen la acumulación de suelo. Una característica importante de Isla de Mona es la restringida disponibilidad de agua, debido, en primer
lugar, a la estacionalidad de las lluvias, la excesiva filtración causada por la estructura porosa de la roca caliza y la baja capacidad de retención de agua que tienen los suelos en la isla. Como consecuencia, la vegetación de Isla de Mona se puede clasificar como vegetación típica de zonas semiáridas, en la cual una gran cantidad de especies presentan adaptaciones para resistir largos periodos de sequía (Véase Figura 1). En esta isla, uno de los grupos de plantas más representativos e interesantes de este tipo de vegetación son las cactáceas (cactus). Las cactáceas son plantas suculentas, a menudo cubiertas de espinas y con tallos que tienen la capacidad de almacenar agua, lo que les ha permitido adaptarse en regiones muy secas, como desiertos y zonas áridas. Los cactus, asociados generalmente a ecosistemas áridos y semiáridos, tales como bosques secos y zonas de desierto, son una de las familias de plantas más grandes y diversas de América. A pesar de su diversidad, un gran número de especies 13