Métodos instrumentales de penetración dérmica
es negativa. Por esta razón, los cambios de pH en las distintas zonas de la piel pueden alterar en este tipo de drogas la capacidad de permeación. Efectos en la piel Las reacciones de la piel limitan la cantidad de corriente que puede circular por ella durante la iontoforesis de dos formas: primero, dando efectos desagradables tales como sensaciones de dolor y de ardor, y segundo, irritando la piel desde un eritema inocuo a formación de ampollas y necrosis de la piel. Estas reacciones indeseables también limitan la duración de la aplicación. Para un electrodo cuya aérea de contacto con la piel es de 10 cm2 se recomienda una intensidad máxima de 4 miliampere (4 mA).
ELECTROPORACIÓN Con la electroporación se consigue una elevación transitoria de la permeabilidad de la membrana celular por aplicación de pulsos breves de alta tensión. Se supone que por esta técnica se crean nuevos canales o poros de agua a través de las bicapas lipídicas. Los flujos a través de las bicapas de las drogas electroporadas se pueden incrementar unas 10.000 veces. La electroporación se emplea en biología celular para introducir en células aisladas y en tejidos sustancias para las cuales las membranas celulares son impermeables, tales como fragmentos de ADN y ciertas proteínas. La duración de los pulsos en la electroporación generalmente está comprendida entre 10 microsegundos (10 millonésimas de segundo) a 100 milisegundos (0,1 segundo). Se estima que los canales de agua formados en la electroporación son muy pequeños (menores que 10 nanómetros, o bien aproximadamente 100 veces menor que el tamaño de una bacteria), dispersos (ocupan aproximadamente el 0,1 % del área) y de corta duración (de millonésimas de segundo a segundos) (Jadoul y Préat, 1997). Sin embargo, para altos valores de la magnitud y la duración de los pulsos, los cambios inducidos en las membranas celulares pueden durar horas y también pueden llegar a ser irreversibles. Los primeros estudios que demostraron que es posible realizar la electroporación de las bicapas lipídicas del estrato córneo (formadas por ceramidas, colesterol y ácidos grasos) se deben a Prausnitz y colaboradores (1993). Estos investigadores utilizaron colorantes fluorescentes ionizables como la calceína, un derivado del colorante eritrosina (eritrosin-5-yodoacetamida) y amarillo de Lucifer, colorante que se emplea en biología celular. Las tensiones que aplicaron llegaron hasta unos 500 volt. En 1999, Pliquett y colaboradores demostraron que también era posible realizar la electroporación con manitol, una sustancia no ionizable. El transporte transdérmico de moléculas por electroporación puede ocurrir durante y/o después del pulso eléctrico. Durante el pulso, el elevado transporte puede deberse al incremento de la permeabilidad de la piel sometida a electroporación, a la electroforesis (para drogas formadas por iones) y/o menos comúnmente electro-ósmosis. El transporte después del pulso puede ser causado por los cambios de la permeabilidad de la piel que persisten después del pulso y/o a la liberación de un reservorio de la droga creado dentro de la piel durante la duración del pulso. Potenciadores de la electroporación Arindam Sen, Ya-Li Zhao y Sek Wen Hui (2002) demostraron experimentalmente que los fosfolípidos en forma de aniones (iones negativos) incrementan el transporte transdérmico de moléculas por electroporación. Este efecto no fue notado por estos autores cuando los fosfolípidos estaban en forma de cationes (iones positivos) o neutros (en realidad con una carga positiva y una negativa). Experimentando con piel de cerdo, Sen y sus colaboradores observaron que cuando estos fosfolípidos eran agregados en forma de liposomas a la solución acuosa de la droga a liberar, el flujo de esta 119