Revueltas, José
(García, M., s.f.)
Nacido en Santiago Papasquiaro, Durango, México, en el cuarto aniversario del inicio de la Revolución mexicana (20 de noviembre de 1914). De familia prodigiosa con un hermano músico (Silvestre Revueltas), otro pintor (Fermín Revueltas) y una hermana Actriz (Rosaura Revueltas), él no se podía quedar atrás por lo que tomó el camino de la literatura convirtiéndose en un escritor reconocido y muy mencionado hasta hoy en día. Digno de su nacimiento y su nombre, tenía un compromiso social con la militancia, motivo por el cual fue apresado en Lecumberri y las Islas Marías en varias ocasiones. De aquí nacen sus obras Los muros de agua en 1941 y El apando, de 1969. Su vivencia temprana en los tiempos de revolución se ve reflejada en su obra El luto humano, publicada en 1943, en el cual trabajamos. Además de novelas y cuentos, también escribió ensayos y guiones y fue crítico político. Entre sus obras, además de las ya mencionadas, encontramos: Los días terrenales, de 1949; Los errores, de 1964; Los motivos de Caín, 1958; En algún valle de lágrimas, 1957. Falleció el 14 de abril de 1976 en la Ciudad de México. (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2014) La tragedia humana, como bien lo sugiere la lexía del título, es el principal componente de esta novela, donde un grupo de pobladores de estratos sociales bajos viven sus últimos días de vida, casi sabiéndolo pero sin resignarse ni aceptarlo. En la estructura de esta novela no encontramos únicamente la narración de los personajes, sino que además tienen lugar mitemas de origen prehispánico, referencias y contradicciones religiosas y personificaciones. Funciona también como un ejemplo perfecto para comprender el concepto de ficción desde el punto de vista de Juan José Saer, que ya tratamos en los textos teóricos. Temas como la encarnación, el primer hombre en la Tierra, el pecado, diosas prehispánicas y la revolución se hacen presentes en una novela que a través de la trágica realidad social mexicana vivida en tiempos de la revolución estructura un mundo de ficción y crea puentes entre ambos, aun dentro de los mismos acontecimientos que se van suscitando. Debemos tener en cuenta el desarrollo de los personajes, las historias y el tiempo, pues estos elementos irán determinando las relaciones que se van tejiendo entre los protagonistas, lo que llevará a sus muertes y marcará el desenlace de la obra.
56