Revista Aapresid N° 201

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Empresas Socias

S.R.L.

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SUMARIO 201 EDITORIAL 04 La diversidad y el cambio son inherentes a la naturaleza CIENCIA Y AGRO 06 Desenmascarando cucos en torno a los OGM

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INSTITUCIONAL 14 Certificaciones a medida: nuevos servicios de Aapresid para la agroindustria

CULTIVOS ESTIVALES

CULTIVOS INVERNALES

La guía Michelin de la soja sustentable en el Gran Chaco

18 Crucíferas que harán volar los aviones 24 Camelina, la alternativa invernal que cierra por todos lados 30 Carinata: la hermana rústica de la colza que cotiza alto 32 Bueno, bonito e intensificado CULTIVOS ESTIVALES 38 La guía Michelin de la soja sustentable en el Gran Chaco 42 Marche un triple (análisis) de maíz 50 Poroto mung, un comodín en las rotaciones 54 ¿Cómo le fue a la soja en el Nodo Oeste? PLAGAS Y ENFERMEDADES 60 Los cultivos de servicio le hacen la previa al maíz y pasan el filtro a las malezas

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

Las malezas resistentes no frenan y tiñen de rojo el mapa

66 Las malezas resistentes no frenan y tiñen de rojo el mapa 72 ¡Cuidado, malezas! Alternativas innovadoras para un control más sustentable 80 A capa, espada y recomendaciones de la REM para que el maíz le gane al cogollero 84 ¡Anote ese poroto y que pierdan las plagas! 96 Plagas sin corona. Que la reina sea la soja GANADERÍA 110 Checklist de vacaciones de verano 116 Cómo ser un Messi en la confección de silos AGENDA 112 Eventos del mes 124

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GANADERÍA

Checklist de vacaciones de verano


EDITORIAL “La diversidad y el cambio son inherentes a la naturaleza” La diversidad y el cambio son inherentes a la naturaleza, y son el motor de la adaptación. No hay dos personas iguales, como tampoco hay dos lotes o dos regiones iguales. Acompañar a la naturaleza siempre será mucho más efectivo que hacerle frente. Durante muchos años, la humanidad actuó queriendo modificar la naturaleza para lograr productividad. Pero uno de sus bienes más preciados, el suelo, empezó a mostrar síntomas de agotamiento y fragilidad. Por eso sigue siendo fundamental impulsar un gran cambio de paradigma, de magnitudes difíciles de dimensionar. Un cambio enorme del que ya somos protagonistas.

Con cierta fascinación, redescubrimos que la biodiversidad y el mantener los suelos siempre vivos e idealmente siempre verdes, mejora sus condiciones, le brinda resiliencia, permite aprovechar mejor el agua, recapturar Carbono y, como si fuera poco, también ayuda a mejorar la producción en cuanto a calidad, cantidad y variedad. Las rotaciones se van descontracturando, las regiones cada vez más pequeñas encuentran nuevas oportunidades de desarrollo local y se abre la oportunidad para especialistas afincados y afianzados en el conocimiento regional.

El suelo dejó de ser un actor secundario y pasó a ser el protagonista principal.

Alerta A pesar de las abrumadoras demostraciones, los nubarrones del facilismo y la simplificación nuevamente aparecen en el horizonte. Por diversos motivos, la superficie en Siembra directa disminuyó en toda nuestra geografía. Pero al mismo tiempo y paradójicamente,

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se multiplican las experiencias reales de producción altamente sustentables, con importantes beneficios al suelo, con disminución de insumos, y mejores resultados económicos, ambientales y sociales.


Desafío global Gran parte de la agricultura del planeta todavía se realiza bajo viejos paradigmas que son muy resistentes. Terminar de desandar el camino de la simplificación llevará su tiempo, pero el recorrido es inexorable. Los resultados están cada vez más a la vista, y la ciencia confirma el recorrido hacia una producción sustenta-

ble basada en la siembra directa y la diversidad. La diversidad de ambientes y de cultivos seguirá aumentando, y necesitará de más personas preparadas para afrontar el desafío de producir alimentos, dar abrigo y energía a una humanidad cada vez más exigente y en constante crecimiento.

Tomás Oesterheld, Comisión Directiva Aapresid

EDITOR RESPONSABLE David Roggero

S TA F F REDACCIÓN Y EDICIÓN Ing. Rodrigo Rosso COLABORACIÓN Ing. Martín Rainaudo Ing. María Francovigh Ing. Matías D’Ortona Ing. Virginia Cerantola Ing. Segundo Fernández Páez Ing. Carla Biasutti Lic. María Cecilia Ginés Ing. Franco Bardeggia Ing. Eugenia Niccia Ing. Juan Cruz Tibaldi Rocío Belda Ing. Tomás Coyos Ing. Andrés Madias Ing. Florencia Accame Ing. Suyai Andrea Almirón Ing. Magalí Gutiérrez

GENERACIÓN DE RECURSOS Ing. Alejandro Clot Lic. Cristina Bowden Ing. Alejandro Fresneda Elizabeth Pereyra Guillermina Acuña COMUNICACIÓN Lic. Victoria Cappiello Dg. Matilde Gobbo Ing. Florencia Cappiello Lic. Lucía Ceccarelli Ing. Carolina Coronel GESTIÓN DE CONTENIDO Ing. María Eugenia Magnelli COORDINACIÓN DISEÑO REd de innovadores Dg. Matilde Gobbo MAQUETACIÓN Dg. Daiana Fiorenza

Dorrego 1639 Piso 2 Of. A Tel. 0341 426 0745/46 aapresid@aapresid.org.ar www.aapresid.org.ar La publicación de opiniones personales vertidas por colaboradores y entrevistados no implica que sean necesariamente compartidas por la dirección de Aapresid. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos sin autorización expresa del editor.


CIENCIA Y AGRO

Desenmascarando cucos en torno a los OGM A pesar de sus múltiples ventajas, todavía resulta difícil amigar a los cultivos genéticamente modificados con la sociedad. ¿Qué discusiones deben darse para promover innovaciones que mejoran la seguridad alimentaria?

Por: Permingeat, H.

Los organismos genéticamente modificados (OGMs) están sometidos a un proceso regulatorio muy estricto que busca garantizar la inocuidad ambiental, alimentaria y comercial de los productos de la biotecnología vinculados al sector agropecuario. Argentina, por ejemplo, fue pionera y modelo del sistema regulatorio, al crear organismos oficiales como la Dirección de Biotecnología y la CONABIA, y al comprometer a otros entes como el INASE, el SENASA y la misma Secretaría o Ministerio de Agricultura para autorizar la comercialización de los cultivares que tengan una innovación biotecnológica. La CONABIA, por ejemplo, fue creada en 1991 y los primeros eventos genéticamente modificados, liberados comercialmente, se aprobaron recién en 1996. Estos organismos oficiales y otros equivalentes en diferentes países del mundo se

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encargan de hacer una exhaustiva evaluación de riesgos de tipo ambiental y de los efectos sobre la salud de los consumidores de aquellos productos derivados de estos cultivos antes de autorizar su comercialización. A pesar de que ya pasaron 30 años desde la creación de la CONABIA y de otros organismos similares en el mundo, todavía resulta difícil amigar a estas tecnologías con la sociedad. Algunos artículos científicos publicados recientemente, analizan y discuten la necesidad de mejorar las políticas de la seguridad alimentaria y el desarrollo sustentable con los productos de la agrobiotecnología. Al mismo tiempo, los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas plantean también trabajar para combatir el hambre y garantizar la seguridad alimentaria mundial. También, la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, firmada en septiembre del año 2000, comprometió a los líderes

mundiales a combatir la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación ambiental y la discriminación contra la mujer. Los autores Smyth y col. (2021) aportan algunos datos relevantes que ayudan a construir un diagnóstico claro. La inseguridad alimentaria mundial está en aumento (688 millones de personas, según datos de 2019) y se prevé que siga subiendo hasta al menos 2030, cuando el número de personas con inseguridad alimentaria podría llegar a 841 millones. Si estas proyecciones se hacen realidad, el mundo estará en una posición más pobre en términos de seguridad alimentaria en 2030 de lo que estaba 25 años antes. A este panorama se suma que

la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que otros 2 mil millones de personas carecen de acceso regular a alimentos nutritivos. En resumen, la combinación de personas que padecen inseguridad alimentaria y deficiencia de nutrientes representa ahora un tercio de la población mundial. Al mismo tiempo, los autores destacan que las tecnologías de cultivos genéticamente modificados que se incorporaron a la producción durante más de 25 años (de manera segura por los sistemas regulatorios vigentes), contribuyeron al aumento de la producción y la seguridad de los alimentos, pero muchas de ellas continúan sin ser aprobadas y aceptadas.

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Mejores rendimientos y aportes productivos Según el Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), en 2019 se sembraron 190 millones de hectáreas de cultivos genéticamente modificados (OGMs) en 29 países, y otros 42 importaron cultivos similares para la alimentación del ganado y la alimentación humana. Los rendimientos de los cultivos genéticamente modificados son, en promedio, un 22% más altos que los de los cultivos no OGMs, según datos de los primeros 15 años (desde 1996 a 2011). La ventaja de rendimiento de los cultivos OGMs sobre los cultivos orgánicos es aún más pronunciada, ya que los cultivos orgánicos experimentan un retraso de rendimiento del 30% en comparación con los cultivos convencionales no OGMs. Con rendimientos orgánicos que producen solo el 70% de lo que puede producir un cultivo

convencional y con cultivos OGMs que producen un 22% más que los rendimientos convencionales, los cultivos genéticamente modificados rinden un 70% más que los cultivos orgánicos. Los cultivos OGMs aprobados se sometieron a 4485 evaluaciones de riesgo en los distintos países productores e importadores. Los resultados de las evaluaciones de riesgo confirmaron que el daño potencial de la producción y el consumo humano de un cultivo OGM aprobado no difieren de los riesgos de producir un cultivo no OGM. En este sentido, las evaluaciones de riesgos basadas en la ciencia cuantificaron la seguridad de los cultivos OGMs para el consumo humano y las evaluaciones del impacto económico cuantificaron los aumentos de rendimiento.

Biotecnología y desarrollo sostenible

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La biotecnología médica (roja) e industrial (blanca) son relativamente poco discutibles, mientras que la biotecnología en la agricultura, la gestión ambiental y la salud pública (biotecnología verde) continúa siendo controvertida luego de 25 años del primer cultivo comercial de cultivos genéticamente modificados (Raybould, 2021).

MM) al algodón. Cuando se observa el incremento de divisas gracias a las mayores exportaciones, los 25 años de cultivos GM representaron 153 mil millones de dólares adicionales. En relación al empleo adicional que demandan las cadenas al aplicar la tecnología de OGMs, se estima en 93 mil puestos de trabajo directos por campaña.

En el caso de Argentina, un estudio reciente indica que los cultivos genéticamente modificados incrementaron rendimientos, redujeron costos de producción y aumentaron la rentabilidad de la producción primaria. Entre 1996 y 2020, los planteos de OGMs superaron en promedio a los convencionales en 29,1 USD/ha en el caso de la soja, 35 USD/ha en maíz y 217 USD/ha en algodón. Así, la adopción de cultivos GM reportó importantes beneficios al país y se estiman beneficios brutos acumulados de 159 mil millones de dólares en 25 años. De este total, el 92% (USD 146 MM) corresponde al cultivo de la soja, el 7% (USD 10,9 MM) al maíz y el resto (USD 2,1

En términos ambientales, los cultivos GM permitieron mitigar significativamente el impacto de la producción primaria en el medioambiente. De no haberse dado el salto en la adopción de siembra directa observado con posterioridad a 1996, se hubieran volcado al ambiente más de 18 mil millones kg de carbono equivalente al consumo anual de 3,9 millones de autos particulares. Por otro lado, la tecnología permitió incrementar el carbono acumulado en el suelo en 7,3 millones de toneladas para la campaña 2020/2021 y 121 millones de toneladas en las últimas 25 campañas (Tejeda Rodríguez y col., 2021).

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Una cuestión política Estos datos son cuestionados en Argentina y en el mundo cuando se habla de cultivos OGMs o de biotecnología verde. Smyth y col. (2021) se preguntan por qué no se adoptan y producen estos cultivos “seguros” y “de mayor rendimiento”, y afirman que la respuesta se expresa simplemente con una palabra: “política”. Los autores concentran su atención en la interferencia política de las organizaciones ambientales no gubernamentales (ENGO, por sus siglas en inglés), a través de campañas de “desinformación”, que impiden la comercialización de cultivos OGMs en muchos países con inseguridad alimentaria, con un altísimo costo en términos de efectos adversos para la salud y pérdidas de vidas. En la opinión de Smyth y col. (2021), la interferencia política dañó la seguridad alimentaria y la salud humana durante los 25 años que han estado disponibles los cultivos OGMs, y ahora también amenaza

las muchas oportunidades que ofrecen las tecnologías de edición del genoma (por ejemplo, la biofortificación, la resistencia a enfermedades de las plantas, la resistencia a los insectos, la tolerancia a la sequía, el aumento de la fotosíntesis, la eficiencia mejorada en el uso de nitrógeno, entre otros). Además, como el cambio climático afecta negativamente los rendimientos, no se pueden desarrollar ni comercializar nuevas variedades de cultivos capaces de mantener altos rendimientos. En la visión de Raybould (2021), la política tiene una connotación más positiva: es el foro en el que los individuos y las organizaciones de la sociedad promueven sus legítimos valores, ética e intereses; es el medio por el cual la sociedad evalúa estas opiniones para establecer objetivos sociales; y es el medio por el cual la sociedad evalúa las opciones para lograr estos objetivos. En este sentido, sostienen que la

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sociedad necesita una mejor política en las discusiones sobre biotecnología y desarrollo sostenible. Para esto, se requiere de líderes políticos con autoridad legítima para tomar decisiones en nombre de la sociedad. Son ellos quienes deben adaptar las normativas para fomentar la innovación y que la biotecnología contribuya de la forma más eficaz al desarrollo sostenible; al mismo tiempo también deben fomentar el compromiso responsable de la sociedad civil con estas ideas para generar confianza. El mismo autor afirma que es necesario mejorar en lugar de eliminar la política para evitar que las ENGO, los organismos que establecen normas y las organizaciones comerciales con intereses creados convenzan a la sociedad de que excluya la biotecnología verde de sus definiciones de seguridad alimentaria y sostenibilidad en general. Sin ese liderazgo político, la innovación en biotecnología verde para el desarrollo sostenible se verá severamente restringida ya que los desarrolladores perderán la confianza en que habrá un mercado para sus productos. La política reguladora para los cultivos OGMs tendió a centrarse en controlar el riesgo del impulso tecnológico, lo que limitó la innovación, como lo demuestra la estrecha gama de productos disponibles (la mayoría de las variedades OGMs son cultivos básicos tolerantes a herbicidas y resistentes a los insectos) y el desarrollo se limita a un puñado de empresas multinacionales.

Desde el punto de vista científico, el desarrollo de la biotecnología agrícola es una herramienta potente para combatir el hambre y la nutrición. Sin embargo, esta virtud no goza del visto bueno de la sociedad. Una mejor política significa revisar valores para que la información sobre biotecnología verde tenga un contexto adecuado que aliente a la sociedad civil a discutir de una manera constructiva. Una mayor apertura sobre los objetivos políticos, los valores y los criterios de toma de decisiones debería reducir la intromisión política y el oportunismo tras bambalinas en la toma de decisiones en beneficio de todos, excepto de algunos entrometidos y oportunistas (Raybould, 2021). Con 25 años de consumo de cultivos GM sin ninguna evidencia de daño a la salud humana o al medioambiente, se hace evidente que la oposición a la comercialización de este tipo de cultivos no se basa en pruebas científicas, sino en un oportunismo político. Si los países con inseguridad alimentaria tienen alguna esperanza de superar sus desafíos de suministro interno de alimentos, deben rechazar con firmeza las campañas deliberadas de desinformación y aprobar los cultivos GM que mejoran el rendimiento. Quizás llegó el momento de preguntarse si "¿es ético oponerse a una mayor seguridad alimentaria de la mano de los cultivos OGMs"? (Smyth y col., 2021)

Una mejor política significa revisar valores para que la información sobre biotecnología verde tenga un contexto adecuado que aliente a la sociedad civil a discutir de una manera constructiva.

REFERENCIAS • Smyth SJ, McHughen A, Entine J, Kershen D, Ramage C, Parrott W. (2021). Removing politics from innovations that improve food security. Transgenic Res, 30: 601–612. • Raybould A. (2021). Improving the politics of biotechnological innovations in food security and other sustainable development goals. Transgenic Res, 30: 613–618. • Tejeda Rodríguez A, Rossi S, Jorge N, Trigo E (2021). 25 años de organismos genéticamente modificados en la agricultura argentina. Bolsa de Cereales de Buenos Aires, 76 pp.

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INSTITUCIONAL

Certificaciones a medida: nuevos servicios de Aapresid para la agroindustria Aapresid Certificaciones amplió su cartera de proyectos con servicios a medida, destinados a empresas del rubro que quieran implementar protocolos de sustentabilidad.

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¿Cómo trabajamos? Aapresid Certificaciones (AC) es el programa de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa que promueve la implementación de herramientas que garanticen sistemas de producción y cadenas de valor que generen materias primas de calidad, producidas bajo prácticas sustentables, contemplando de manera integrada el ambiente, los recursos y la sociedad.

La misión de AC es promover sistemas agropecuarios sustentables para atender la necesidad de los clientes globales. Bajo esta premisa, se impulsan certificaciones y prácticas sustentables, que permitan posicionar a Argentina como país productor de alimentos, fibras y energía de primera calidad a nivel mundial, a través de reconocimientos nacionales e internacionales.

cadena agroalimentaria (industria, gobiernos, ONGs y cámaras) para favorecer el aprovisionamiento de materias primas que cumplan con las demandas de la industria y de los consumidores, promoviendo escenarios de confianza. Por otro lado, se establece un vínculo directo con productores y técnicos para asesorar e implementar herramientas para la gestión integral de sistemas productivos sustentables.

Para alcanzar los objetivos, se establecen alianzas con los distintos actores de la

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Certificaciones a medida para la agroindustria: experiencia Cargill A las certificaciones que ya promovía el programa -Agricultura Sustentable Certificada, Municipio Verde, Iram 14130, Ganadería Sustentable Certificada, Algodón Argentino Responsable-, AC incorporó un nuevo servicio a medida destinado a actores de la industria, explicó Rocío Belda, Coordinadora de Implementación. “Durante el 2021, Cargill nos contactó con la necesidad de llevar adelante la implementación de su programa de Soluciones de Suministro Sustentable, más conocido como “Triple S”, por primera vez en Argentina”, comentó Belda. Ésta es una plataforma de gestión agrícola, ambiental y social

Los detalles de la implementación de “Triple S” “En una primera instancia, AC volcó su conocimiento sobre prácticas de sustentabilidad y vínculo con los productores a través de la realización de relevamientos a campo que incluyeron a 122 productores distribuidos en 12 zonas de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires”, precisó Belda. Se tuvieron en cuenta aspectos productivos (manejo del suelo, rotaciones, nutrición estratégica de los lotes), ambientales (manejo responsable de insumos, Manejo Integrado de Plagas, cuidado responsable de la biodiversidad y los recursos hídricos) y sociales (cumplimiento de las leyes laborales, capacitaciones, utilización de elementos de protección). Con la información recopilada se generaron informes del estado de situación de los productores según la zona e informes personales para cada productor con las oportunidades de mejora detectadas. Para este último aspecto, se hicieron consideraciones en función a las posibilidades de cada establecimiento, con el objetivo de poder ajustar los sistemas cada vez más a los requisitos del protocolo “Triple S”.

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que permite que el productor rural gerencie su propiedad y controle su producción de forma práctica, responsable y transparente. “Triple S” es una iniciativa que Cargill certifica a nivel internacional y su protocolo tiene grandes similitudes con las propuestas de Aapresid. Se basa en pilares que incluyen la manutención de hábitats naturales, la mejora continua de buenas prácticas agrícolas y el bienestar y seguridad del trabajador. También contempla la gerencia de emisiones de gases de efecto invernadero, con el fin de garantizar el suministro de un producto con huella de carbono mensurable y reducida.


Por otro lado, las oportunidades de mejora detectadas en los sistemas fueron un insumo importante para la elaboración de guías y material de consulta para los productores, como la Guía de Manejo Integrado de Plagas, la Guía de Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios y la Guía de Seguridad. El objetivo de las mismas es acompañar a los productores y brindarle herramientas para la toma de decisiones sustentables y actualizarlos en las cuestiones principales y relevantes de su empresa.

De cara al 2022, AC continuará trabajando con el programa “Triple S” de Cargill por segundo año consecutivo. También hace extensivo este tipo de servicio a medida a todas las empresas del rubro que busquen implementar certificaciones sustentables, y pone a disposición todo su conocimiento y experiencia en la aplicación de protocolos de sustentabilidad por medio de la vinculación directa con productores.

Los interesados en este tipo de servicios de implementación pueden contactarse con Rocío Belda (Coordinadora de Implementación de Aapresid Certificaciones) E-mail: belda@aapresid.org.ar - Tel.: (+54) 9 341-6180047.

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CULTIVOS INVERNALES

Crucíferas que harán volar los aviones En un futuro cada vez más cercano, los aviones en los que volaremos podrán ser propulsados por biocombustibles producidos a partir de crucíferas como la camelina y la carinata.

A nadie le debería resultar ajeno el hecho de que los combustibles fósiles no renovables deberán ser reemplazados en algún momento por alternativas -deseosamentesostenibles. En el caso del sector aeronáutico, estas fuentes renovables de biocombustibles excluyen a aquellos oxigenados como etanol, y entre los posibles reemplazos figuran los “hidrocarburos verdes”, derivados de mezclas de babasú, aceite de coco, jatrofa, algas y crucíferas como la camelina y la carinata. Estas últimas mostraron resultados prometedores teniendo en cuenta su eficiencia energética y la posibilidad de producción a gran escala. Por: Ing. Agr. Rodrigo Rosso Prospectiva Aapresid

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El uso de biocombustibles derivados de estas crucíferas evidenció una reducción drástica en la emisión de gases de efecto invernadero, además de demostrar un ren-

dimiento energético similar a los combustibles convencionales, y que no representan una amenaza técnica o de seguridad para las aeronaves. Esto es así ya que el biocombustible es un reemplazo directo compatible con la infraestructura existente, desde el almacenamiento y el transporte hasta la tecnología de flota de los aviones, por lo que resulta una alternativa totalmente prometedora. Cultivos como la camelina y la carinata presentan pocos requerimientos nutricionales (por ejemplo, de nitrógeno) y de agua, por lo que no compiten con cultivos alimentarios y podrán incluirse fácilmente en las rotaciones, sobre todo en tierras marginales, donde otros cultivos no crecen. Sin embargo, a pesar de ser una gran promesa, queda un camino importante a recorrer para


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dar a conocer estas crucíferas entre los productores agropecuarios. Asimismo, resulta imprescindible investigar sus efectos en la incorporación a las rotaciones agrícolas y reconvertir el circuito de las refinerías para el tratamiento de los aceites derivados. Es importante destacar que el costo de producir biocombustible a partir de estas brasicáceas termina siendo competitivo para los clientes de esta energía por un factor clave: una vez obtenido el aceite, los residuos de estos cultivos pueden molerse para obtener una harina de alto valor nu-

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tricional, lo que permite recuperar parte de los costos y ayudar a la viabilidad económica de estos cultivos. La harina que se obtiene es relativamente baja en fibra y alta en proteína cruda, fácilmente degradable por las bacterias del rumen, lo que la convierte en una aliada estratégica en las dietas animales en planteos agrícola-ganaderos. En las próximas dos notas revisaremos aspectos agronómicos de la camelina y la carinata, dos cultivos que ya comienzan a ser parte del plan de rotación de varios socios Aapresid.


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SU BAJA EMISIÓN DE GEI SE DEBE A:

Requerimiento de fertilizantes

Rendimiento aceite

Rendimiento harinas y biomasa

Resistencia a calor y sequía

Resistencia a enfermedades

EN 2012, POR PRIMERA VEZ UN AVIÓN VOLÓ A PARTIR DE BIOCOMBUSTIBLE 100% DE CARINATA, DE OTTAWA A MONTREAL

SEGÚN EL USDA

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1,4%

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del total de biocombustible usado en 2022 en Estados Unidos provendrá de semillas oleaginosas

Entre 8 y 10 años son necesarios para generar una producción a gran escala de estos biocombustibles


BIBLIOGRAFÍA

• Ramdeo Seepaul,Shivendra Kumar, Joseph E. Iboyi, Mahesh Bashyal, Theodor L. Stansly, Rick Bennett, Kenneth J. Boote, Michael J. Mulvaney, Ian M. Small, Sheeja George, David L. Wright, (2021). Brassica carinata: Biology and agronomy as a biofuel crop. Wiley Online Library. • Camelina for Biofuel Production (2019). Farm Energy. • Ankur Agarwal, Om Prakash, Madhu Bala (2021). Camelina sativa, a short gestation oilseed crop with biofuel potential: Opportunities for Indian scenario. Oil Crop Science. • Rod Nickel, Karl Plume (2021). Stinkweed to false flax: oilseeds race to reap biofuel bonanza. Reuters. • Jet biofuel from camelina and carinata a step closer? (2017). Biofuels international. • From seed to sky (2015). OFI. Biofuels Issue. • Research shows promise in converting camelina oil into jet fuel (2012). Montana State University. Phys.org. • Les Blumenthal (2009). Aviation biofuel proves itself in tests, but is there enough?. Phys.org.

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Camelina, la alternativa invernal que cierra por todos lados De buen rinde y rentabilidad, camelina se convierte en la candidata ideal para diversificar rotaciones. Conversamos con José “Peco” Alonso de la Regional Aapresid Videla, sobre su experiencia con este cultivo que gana terreno en el país.

Por: Ing. María Eugenia Magnelli

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Cada vez son más los cultivos “no commodities” que se suman al menú de especies a considerar a la hora de plantear un esquema de rotación. Y la camelina (Camelina sativa L.) es una de ellas.


Características y potenciales usos Camelina (Camelina sativa L.) es una especie que pertenece a la familia Brassicaceae. Es un cultivo de invierno de ciclo corto (85 a 120 días), bien adaptado a climas templados. Es resistente al frío y tolerante a la sequía, no obstante, se ve afectada por condiciones de calor excesivo durante el período de floración. El requerimiento hídrico óptimo es de 150 mm durante el período vegetativo y 140- 200 mm en la etapa reproductiva (floración, llenado de semillas). La humedad y las temperaturas frescas, especialmente durante el período de floración-madurez, favorecen el contenido de aceite y su calidad (Falasca et al.).

El consumo de aceite de camelina creció a nivel mundial debido a su aplicación en el desarrollo de biocombustibles y a sus excelentes propiedades para la nutrición humana o animal. Su aceite contiene alrededor de un 40% de ácidos grasos, de los cuales solo un pequeño porcentaje están saturados. El bioqueroseno derivado de la camelina sativa, utilizado en la aviación, demostró una reducción del 84% en las emisiones de gases de efecto invernadero durante su ciclo de vida, en comparación con el queroseno de petróleo. Tiene el potencial de convertirse en el combustible renovable preferido para la navegación aérea en el futuro (Falasca et al.).

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Una experiencia concreta de su adopción Para conocer las particularidades del cultivo de esta brassicaceae en nuestro país y las razones por las cuales las empresas agropecuarias se inclinan por camelina, entrevistamos a José “Peco” Alonso de la Regional Aapresid Videla. “Peco” representa a una empresa que desarrolla la actividad en campos alquilados en el centro-norte de Santa Fe, concretamente en la zona de Videla. Allí el régimen de lluvias es de 1050 mm anuales, con un periodo libre de heladas importantes, desde el 10 de septiembre al 20 de mayo. Estas características climáticas permiten trabajar con doble cultivo permanente: invierno/verano (como por ejemplo trigos/sojas trigos maíz, crucíferas/soja) o inclusive verano/verano y mismo año (maíz/mung, girasol/soja, girasol/maíz de 3ra.). “Esta es

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la gran ventaja de la zona, nuestra empresa está en un sistema siempre verde desde 2008”, aseguró el socio de Aapresid. Sobre las razones por las cuales comenzaron a sembrar camelina, Alonso contó: “En 2011 incluímos colza en reemplazo de trigo (momento en que el ejecutivo había cerrado la exportación), y desde ese año la superficie de cultivos de invierno se dividió en colza y trigo. La inclusión de camelina en la rotación vino a reemplazar a la colza, es un ciclo más corto (se sembró el 20 de junio y se cosechó el 22 de octubre), 2 meses menos que la colza”. Al implantar un nuevo cultivo, muchas veces se presentan algunos desafíos, pero, según argumentó “Peco”, los años de experiencia en colza les jugó a favor, dado


que la camelina es muy similar. “La clave acá es lograr implantar una semilla muy pequeña, del tamaño del trébol blanco, y apuntar a poblaciones cercanas a 270/300 plantas/m²”, aseguró. De lleno en el manejo del cultivo, el socio de Aapresid explicó que camelina es antecesor de soja, con una proporción del 10% dentro de la rotación, las crucíferas por lo general ocupan el 17% del total del campo. Siembran cerca del 20 de junio con 12 kg/ ha de semilla peletizada para apuntar a 300 plantas emergidas, y lo realizan con una Semeato de siembra directa a 16,5 cm de distancia entre surcos. En cuanto a la nutrición del cultivo, fertilizan con 90 kg/ ha de fosfato diamónico en la siembra y 70 kg/ha de fertilizante líquido (nitrógeno y azufre) al mes de implantado. Respecto al manejo de malezas, plagas y enfermedades, comentó que, una vez cosechada la soja, aplican 2,4 D más glifosato, para controlar bowlesias y alguna rama negra en roseta. “Es invierno, y los lotes de soja salen muy limpios, se podría pensar inclusive en sembrar sin barbecho, como ya hicimos en colza. Plagas no observamos, mientras que en colza siempre teníamos isoca de las coles (Plutella), y no tuvimos problemas con enfermedades, tampoco en colza”, señaló. La fecha de cosecha es el 22 de octubre y desecan 5 días antes para emparejar el cultivo. Respecto a este punto, comentó: “Esto es una ventaja del cultivo ya que resetea el lote; si se trabaja con la calidad adecuada, se llega perfectamente a las malezas presentes. Yo le llamo un doble golpe

“La clave acá es lograr implantar una semilla muy pequeña, del tamaño del trébol blanco, y apuntar a poblaciones cercanas a 270/300 plantas/m²” invertido, obviamente se le carga el costo a la camelina, pero ya arrancamos con un lote limpio para la soja. Esas plantas compiten perfectamente con las malezas logrando un lote muy limpio y el desecado le da la higiene total”. Respecto al destino de los granos cosechados, Alonso aclaró que realizaron un convenio con la empresa Chacraservicios SRL quienes tienen variedades registradas en Argentina y están trabajando en el desarrollo del cultivo. Para ello firmaron un protocolo mínimo a informar y acordaron normas de control de calidad, tanto en producción como en cosecha y transporte. Dicho convenio es un contrato cerrado donde Chacraservicios, a través de su representante zonal que es la empresa Qseed SRL, garantiza la compra de los granos cosechados y el seguimiento con sus técnicos durante todas las etapas del cultivo. Entre las principales ventajas del cultivo, “Peco” volvió a destacar lo positivo de la corta duración del ciclo. Por un lado, permite sembrar camelina sobre maíz de segunda que se trilla en mayo/junio. Por otro lado, desocupa temprano el lote y permite sembrar con buena recarga de agua y en fechas similares soja de primera, “esto es un golazo”, enfatizó.

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Siguiendo con los atributos de la camelina, expresó: “Tenemos 300 plantas/m², eso tapa todo y no hay malezas; son 300 raíces pivotantes/m² que hacen más mullido al suelo, le mejora el aire e ingresa más agua, más recarga, más oxígeno, más vida”. En este último aspecto profundizó: “El oxígeno es lo primero que hay que tener en cuenta en un cultivo. En general, al presupuestar un cultivo se piensa al revés, miramos primero los nutrientes y luego el agua y nunca tenemos en cuenta el aire. Un suelo sin aire no tiene vida, tampoco va a rendir. Un suelo sin aire es un atleta sin pulmones, aunque coma bien no puede entrenar, y por supuesto nunca va a ganar”. Y continuó: “Esta es una visión de largo plazo, meter raíces en los suelos y protegerlos, y meterles ma-

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teria orgánica nitrogenada, es la base de la Agricultura Siempre Verde. Si querés rendimiento, tenés que pensar en el suelo”. En cuanto a los resultados productivos, comentó: “El rendimiento de soja sobre camelina (por experiencia en los años de colza) seguro es de 500 kg/ha más que sobre trigo”. En términos económicos, disparó: “El precio de las crucíferas (colza, carinata y camelina) siempre es el doble que el trigo, 475 US$ de camelina versus 220 US$ de trigo. Además, la demanda de nutrientes para un trigo de 38 qq/ha requiere una inversión de 320 US$/ha vs. 160 US$/ha para camelina; esto es crucial en un año como éste, donde habrá que reponer nutrientes al triple de lo que valía la úrea antes”. También destacó que la crucífera no requiere fungicidas y el costo de flete está bonificado a Rosario. “Se carga una mercadería que vale el doble que el trigo, con lo cual se diluyen los costos comerciales”, agregó.

Como reflexión final, José “Peco” Alonso dijo: “Para hacer cosas distintas hay que pensar en qué servicios me puede aportar otra especie a mi sistema con mis recursos zonales”. Con el objetivo de imitar a la naturaleza insistió en que se debería tener el 100% del año el suelo con vegetales vivos. “El uso de suelo tiene claros de 1 mes hasta las aberraciones de 7 meses con los cultivos tardíos, eso no lo hace la naturaleza en nuestra zona. Hasta las banquinas trabajan todo el año, en verano alepo y gramón, y en invierno cebadilla, es un sistema siempre verde”, cerró. Su rusticidad, la aptitud ambiental de distintas regiones agroecológicas de Argentina para su cultivo, sus múltiples ventajas, sumado a su valor económico, rentabilidad y potencialidad como fuente de alimento y energía sostenible, hacen de la camelina una opción invernal muy interesante para sumarla en la rotación y componer sistemas más biodiversos.

AGRADECIMIENTOS Agradecemos muy especialmente a José “Peco” Alonso por su generosidad y gran predisposición para realizar esta nota, y también a Federico Varela, representante de Chacraservicios, por su colaboración.

BIBLIOGRAFÍA • Falasca et al. Developing an agro-climatic zoning model to determine potential growing areas for Camelina sativa in Argentina. QScience Connect 2014:4. https://repositorio.inta.gob.ar/xmlui/bitstream/handle/20.500.12123/953/CIRN_Instituto%20de%20 Clima%20y%20Agua_Falasca_SL_Development%20an%20agro-climatic%20zoning%20model.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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Carinata: la hermana rústica de la colza que cotiza alto Brassica carinata ya suma 10.000 hectáreas en todo el país. Dos productores de Aapresid cuentan porqué y cómo la incorporan en sus planteos. Brassica carinata es un cultivo invernal cuya semilla se usa para la producción de aceite para biocombustible y harina alta en proteínas para nutrición animal. Con pocos años en el país, ganó presencia en el Norte como una alternativa a trigo de doble propósito: brindar servicios ecosistémicos y renta. Peco Alonso es socio de la Regional Aapresid Videla. Hace 10 años que hace colza en el centro de Santa Fe con resultados económicos similares a trigo, y en 2019 se animó a la carinata: “Creo es un exce-

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lente antecesor de soja. Al cosecharse a inicios de noviembre, desocupa el lote 20 días antes que trigo y permite una soja de 2da con fechas y rendimientos de 1ra”. El manejo sigue la lógica de las colzas primaverales. La siembra empieza a mediados de abril y debe hacerse con máxima eficiencia, ya que lograr un buen número de plantas/m2 es crítico. “Al sembrar sobre soja recién trillada, el lote tiene todavía mucho rastrojo, verde y húmedo. A esto se suma que la semilla es chica, similar a al-


falfa, lo que en directa puede hacer difícil la implantación. Se necesitan de 5,5 a 6 kg semilla/ha para lograr un stand de 80-90 plantas/m2”, explica Alonso. Con la misma premisa, pero en Uranga al sur de Santa Fe, José Luis Ferri elige sembrar a principios de mayo, lejos de los bajos y usando barre-rastrojos, para así evitar que las heladas peguen en implantación, cuando la carinata es más sensible. “Si bien todavía estamos ajustando espaciamiento entre surco y antecesores, es el segundo año que hacemos carinata como alternativa de diversificación con excelentes resultados. El objetivo es llegar a 2 cultivos/año para maximizar los beneficios de la Agricultura Siempre Verde, con secuencias de tipo Tr/Sj - cebada/Sj - B.carinata/ Mz”, explica el técnico de Agro Uranga, firma que formó parte de la Chacra Aapresid Pergamino, líder en planteos verdes. Como buena crucífera, la carinata tiene raíces pivotantes que mejoran la estructura del suelo y la infiltración. “Es parecida a la colza pero más rústica, con pisos de rendimiento mayores y más estables”, explica Ferri. En este sentido, Peco agrega que, “al ser más agresiva que colza en su crecimiento inicial, es una opción para mantener el lote libre de malezas, casi sin necesidad de post-emergentes”. Así, suele ser suficiente algún control en pre-siembra.

cando desecante previo. “A diferencia de colza –más restrictiva en productos habilitados–, carinata permite desecar con Diquat, que en nuestro caso aplicamos con buen caudal y pastilla de cono hueco para que actúe a su vez como un ‘doble golpe’ sobre las malezas que están emergiendo”, explica. En Agro Uranga la cosecha arranca los primeros días de diciembre, también de forma directa con valores de 9% de humedad. Y aquí otra diferencia con la colza, ya que a igual humedad carinata tiene menos dehiscencia y, por tanto, menos pérdida. La comercialización se hace por contrato, sin mayores requisitos de calidad, pero conviene estar atentos y ver si hay colza en las cercanías, ya que los riesgos de cruzamiento pueden dificultar la venta. Los rindes de Alonso son similares a la colza, aunque los costos pueden ser superiores en carinata, por el mayor costo de la semilla. Pero según Peco, “el precio es competitivo, pudiendo llegar al 85% del precio en Euros de la colza en el Matif, cotización del mercado francés de referencia”.

Si bien todavía estamos ajustando espaciamiento entre surco y antecesores, es el segundo año que hacemos carinata como alternativa de diversificación con excelentes resultados

En fertilización, carinata es demandante en azufre (S). “Con 120 kg/ha de sulfato de calcio al voleo en pre-siembra, cubrimos los requerimientos de carinata y soja siguiente”, afirma el productor. A esto se suman 90 kg/ha de PDA a la siembra y, como fuente de N, UAN o Solmix a inicios de julio. Según Alonso, el N es clave para asegurar buena producción de área foliar previo a floración, variable crítica en la determinación del rendimiento. Otro factor de éxito en carinata es estar atentos a ataques de plutella o ‘palomita de las coles’, una isoca que se alimenta de hojas y flores, y que requiere controles casi sin excepción. En cuanto a la cosecha, Alonso trilla a inicios de noviembre usando cabezal sojero y apliREVISTA AAPRESID

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CULTIVOS INVERNALES

Bueno, bonito e intensificado La Chacra Sur de Córdoba evaluó el impacto de la intensificación con cultivos de servicios sobre la dinámica hídrica y nutricional, y su efecto en el rendimiento de maíz.

Por: Eric D. Scherger¹; Juan Cruz Colazo²; Cristian Álvarez³; Suyai Almirón⁴. ¹ Chacra Sur de Córdoba. ² INTA San Luis. ³ AER INTA General Pico. ⁴ Sistema Chacras, AAPRESID

Los suelos del sur de Córdoba son altamente susceptibles a distintos procesos de degradación debido a su escaso desarrollo, su textura gruesa, sus bajos niveles de materia orgánica (MO) y su pobre estructuración. El pasaje de sistemas ganaderos o mixtos a agrícolas continuos, generaron cambios en sus propiedades físicas, químicas y biológicas (Bozzer y Cisneros, 2019). De la mano de la siembra directa y un manejo de cobertura superficial, con mayor cantidad y diversidad de cultivos en la secuencia agrícola a través de la inclusión de cultivos de servicio (CS), se puede impac-

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tar positivamente en el rendimiento de los cultivos de renta. Su uso podría mejorar la captación y almacenaje de agua, disminuir la temperatura del suelo, reducir la erosión y mejorar el control de malezas. Sin embargo, también se podrían producir efectos negativos debido a la competencia por agua y nutrientes. Asociado a esto, es importante una adecuada nutrición de los cultivos, especialmente con fósforo, bases y micronutrientes. El objetivo de este estudio fue evaluar el impacto de la intensificación con CS sobre la dinámica hídrica y de nitratos en rotaciones con y sin CS, y el efecto del rendimiento de maíz con dos estrategias de fertilización. En esta nota se presentan los resultados obtenidos en uno de los cuatro establecimientos de los miembros de la Chacra Sur de Córdoba donde se llevan adelante ensayos de larga duración con rotaciones intensificadas.


Materiales y métodos El trabajo se llevó a cabo en el establecimiento “La Meliora” (-34.49342, -64.87613) en un suelo clasificado como Ustipsamente típico. Se compararon rotaciones soja – maíz tardío con (T1) y sin (T0) CS luego de la soja. El tratamiento T0 fueron 225 días de barbecho. El CS utilizado fue centeno sembrado en siembra directa con una densidad de 30 kg/ha. La fecha de siembra del maíz fue la última semana de noviembre, y se realizó con dos niveles de fertilización: 1

2

Estrategia del productor: 80 kg/ha de Microessentials SZ (10 kg N + 14 kg P + 8 kg S + 0,8 kg Zn) en línea/banda a la siembra y luego en V4-V6, en función del contenido de N-NO3- a la siembra, se aplicó Urea/UAN hasta alcanzar 200 kg N/ha.

Estrategia mejorada (P, S, Zn, Ca y B) de acuerdo con el diagnóstico realizado en la chacra: 200 kg/ha Microessentials SZ (24 kg N + 34 kg P + 20 kg S + 2 kg Zn) en banda o pre-siembra, y luego entre V6 y VT se aplicó 220 g Ca/ha y 14 g B/ha.

AUSPICIA

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Se utilizó un diseño en franjas con repeticiones en el espacio y ambiente (loma, media loma y bajo) de 10 m de ancho y 300 m de largo. El distanciamiento entre surcos fue de 52 cm. Las densidades de maíz variaron de acuerdo con el ambiente del lote (50.000 semillas/ha en la loma, 77.000 semillas/ha en media loma y 80.000 semillas/ ha en el bajo). Para determinar la dinámica hídrica, se tomaron muestras en los estratos: 0-20, 20-60, 60-100 y 100-150 cm a través del método gravimétrico (estufa 105º). Las determinaciones se realizaron a la siembra y secado de los CS, y a la siembra y período crítico del cultivo estival. En las

profundidades de 0-20 y 20-60 cm se determinó N-NO3-. El contenido de agua fue expresado como agua útil (AU), mediante la estimación de las constantes hídricas por funciones de pedotransferencia. El uso consuntivo (UC) de los CS fue estimado como un balance entre la entrada de agua por precipitaciones y la diferencia de agua en el suelo durante el periodo de crecimiento del CS. La probabilidad de recarga del perfil fue estimada ajustando funciones de distribución a las precipitaciones históricas (2008-2019). El rendimiento en grano se determinó con cosechadora comercial y mapas de rinde.

Resultados El tratamiento intensificado con CS presentó menores contenidos de AU al secado del CS respecto al tratamiento sin CS. Los valores de UC fueron en promedio 132 mm. Esto implica la utilización de la totalidad de las precipitaciones invernales que tienen lugar en esta región (110 mm promedio entre mayo a septiembre), las que, de no ser aprovechadas y transformadas en biomasa por el CS, se perderían por evaporación (por la baja pluviometría y la escasa cobertura superficial del manejo tradicional) o drenaje. La sumatoria de las precipitaciones ocurridas en el período evaluado (110 mm de abril a octubre) y el contenido de agua inicial del período (88 y 200 mm en loma y bajo respectivamente) generó una lámina total de 198 y 310 mm, que excede la máxima capacidad de almacenaje (150 mm) de

Es importante el ajuste del período de recarga posterior al secado del CS (inicio y duración) para no incrementar el costo hídrico para el cultivo estival

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dicho suelo. Esto pone en evidencia que gran parte de las precipitaciones invernales se perderían por evaporación y/o no podrían ser almacenadas para el cultivo estival en los primeros 150 cm de profundidad. El contenido de agua útil al secado de los CS fue de 21 y 52 mm en loma y bajo, mientras que en el barbecho sólo fue de 99 y 126 mm. Estos resultados demuestran que, si bien el barbecho invernal permite almacenar más agua, posee una baja eficiencia para retenerla por largos períodos de tiempo (baja eficiencia de almacenamiento de agua). En este sentido, es importante el ajuste del período de recarga posterior al secado del CS (inicio y duración) para no incrementar el costo hídrico para el cultivo estival. Para la región, la época de mayores precipitaciones se concentra de octubre a diciembre, por lo que si se ajusta la fecha de secado, se podría recargar completamente el perfil. Teniendo en cuenta las lluvias históricas, se calculó la probabilidad de ocurrencia de precipitaciones para dos fechas de secado del CS comúnmente implementada en la zona (temprana -15/10- y tardía -1/11-) (Tabla 1). Con fechas tempranas, se observó una probabilidad de 92,3% de restablecer los 78 mm de diferencia de AU entre T1 y T0 en la loma, lo que significa que 9 de cada 10 años se iniciaría la siembra del cultivo estival


con el perfil recargado completamente. Por otra parte, si la fecha de secado se posterga 15 días (1/11), la probabilidad de recarga total desciende a 53,8%, indicando que 5 de cada 10 años no se recuperará la humedad del perfil y afectará al cultivo de verano. Sin embargo, para el ambiente de bajo, debido a la presencia de napa, aún con fecha de secado tardía sería suficiente para recuperar el perfil en la totalidad de años. En esta experiencia, el CS se secó el 23/10/2020 y el cultivo de maíz se sembró el 1/12/2020, alcanzando un período de recarga de 39 días. En el ambiente de

bajo, debido a la presencia de napa a 2 m de profundidad, la necesidad de recarga era menor y el perfil alcanzó a completarse casi en su totalidad. Mientras que, en el ambiente de loma, debido al mayor espesor del perfil consumido y la no influencia de napa, la necesidad de recarga hídrica era mayor y no se completó totalmente. Por lo tanto, el manejo sitio específico toma relevancia en estos ambientes dado que, a igual oferta de precipitaciones, la posición en el paisaje y la influencia de napa repercute en los costos hídricos para el cultivo de verano.

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mm acumulados

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

110

120

15/10 a 1/12

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

84,6

76,9

69,2

61,5

1/11 a 1/12

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

92,3

61,5

53,8

46,2

46,2

46,2

23,1

Respecto al contenido de N-NO3-, fue siempre menor en T1 respecto a T0, debido al consumo realizado por el CS y la inmovilización de N en su rastrojo, ya que el centeno se secó en un estado fenológico muy avan-

zado. Se cuantificó una inmovilización de 34 kg de N-NO-3/ha. Aun así, la estrategia de fertilización mejorada en T1 redujo 30% la brecha de N respecto a la situación promedio de T0 (Tabla 2).

Fertilización

Siembra CS

Secado CS

Siembra maíz

Período crítico maíz

T0 Mejorado

29,1

62,0

63,6

16,7

T0 Productor

29,1

62,0

63,6

15,2

T1 Mejorado

29,1

28,5

55,0

11,1

T1 Productor

29,1

28,5

55,0

6,5

El rendimiento de maíz fue menor luego del CS (Tabla 3). Esto se puede explicar por los menores valores de N, agua a la siembra y su interacción. En la loma, el agua fue el factor principal mientras que, en el bajo, con el agua asegurada por la presencia de napa, el menor contenido de N explicaría el resultado.

Tabla 2 Contenido de N-NO3- (kg/ha) a 0-60 cm con los antecesores barbecho (T0) y CS (T1) y las estrategias de fertilización mejorada (Mej) y del productor (Prod) en cuatro momentos.

Si bien la estrategia mejoradora de la nutrición no logró emparejar los rindes entre T1 y T0, se observó 10% de respuesta promedio en ambos tratamientos y ambientes, siendo mayor en el ambiente de loma (18%). La respuesta promedio fue de 1094 kg/ha con antecesor barbecho y 788 kg/ha con antecesor CS.

Bajo

Media loma

T0

T1

T0

Loma T1

T0

T1

Mej

Prod

Mej

Prod

Mej

Prod

Mej

Prod

Mej

Prod

Mej

Prod

12.881

11.744

9.476

8.935

11.464

10.997

8.682

8.048

9.556

7.876

6.668

5.477

Tabla 3 Rendimiento de maíz (kg/ha) con los antecesores barbecho (T0) y CS (T1) y las estrategias de fertilización mejorada (Mej) y del productor (Prod) en tres ambientes.

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Tabla 1 Probabilidad (%) de precipitaciones acumuladas (mm) para dos fechas de secado del CS (15/10 y 1/11) hasta la siembra del estival (1/12) en el sur de Córdoba.

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Conclusiones En esta primera experiencia, la intensificación con CS generó rendimientos menores respecto del testigo, lo que no significa que sea siempre así ya que la respuesta está condicionada por las condiciones climáticas del año y, dentro del mismo año, por el efecto ambiente (con y sin acceso a napa, estado nutricional) y por el manejo (fertilización, fecha de secado del CS, especie del CS). El principal desafío para intensificar sin afectar al cultivo de renta radicaría en el ajuste de las fechas de secado del CS según AU del perfil, probabilidad de recarga futura y fenología del CS.

Para la zona de estudio, la fecha de secado óptima para los antecesores de maíz tardío no debería extenderse más allá del 15 de octubre, según la probabilidad de precipitaciones estivales y el UC registrado. Desde la dinámica hídrica, se debe contemplar la presencia o no de napa cercana a la superficie de suelo y el posible aporte de agua que esta puede realizar asociada a la profundidad y calidad (pH y CE). Desde la dinámica de N, se debe contemplar la especie del CS a utilizar, debido a

la cantidad de N que inmovilizan las gramíneas. Esto se debería tener en cuenta para la recomendación de fertilización del maíz siguiente, considerando también la calidad del material (C/N, C/S y C/P) para no alterar la inmovilización de los nutrientes y evitar desbalances en el cultivo principal. Finalmente, en todos los casos la mejora en la nutrición balanceada permitió un incremento significativo del rendimiento, con distinta magnitud entre T1 y T0. Esta última diferencia estaría dada principalmente por el factor agua en ambientes restrictivos.

BIBLIOGRAFÍA • Bozzer, C y Cisneros, JM. 2019. Detección de médanos y focos de erosión como indicadores de ambientes susceptibles a la reactivación de procesos de erosión eólica y desertificación. FAV-UNRC Ab Intus, 4(2):1-13.

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CULTIVOS ESTIVALES

La guía Michelin de la soja sustentable en el Gran Chaco Certificación, trazabilidad y diálogo, marcan el camino a seguir para lograr una producción sostenible del cultivo. Un resumen con lo más importante del último de los tres encuentros virtuales organizados por Aapresid y Land Innovation Fund.

El tercer y último diálogo virtual sobre “Innovación colaborativa y enfoque holístico para cadenas de soja y sistemas de producción sustentables”, que organizó la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) con el apoyo de Land Innovation Fund (LIF), tuvo lugar el pasado 3 de diciembre. Por: Ing. Agr. María Eugenia Magnelli para Aapresid

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El encuentro tuvo como objetivo hablar sobre las herramientas de certificación y trazabilidad de la producción y definir una hoja de ruta para la acción. La moderación

estuvo a cargo de Paola Díaz, subdirectora adjunta del Programa Prospectiva, y Pedro Vigneau, presidente honorario de Aapresid. “Debemos promover modelos agropecuarios sustentables para atender las necesidades de los clientes globales”, inició Teddy Cotella, de Aapresid. Luego detalló su experiencia en la implementación de Agricultura Sustentable Certificada (ASC) de Aapresid Certificaciones en campos del Chaco Argentino. “ASC es el primer estándar argentino reconocido a nivel interna-


cional a través de la plataforma Sustainability Map, lo que permite la venta de materia prima de origen sustentable a la Unión Europea (UE) y cuenta con un sistema de créditos, dónde 1 tonelada de soja equivale a 1 crédito”, agregó. “Parametrizar, medir lo que hacemos y llevar un seguimiento año tras año, es lo que nos permite la mejora continua y agregar valor, promoviendo la marca país, y lo hacemos por convicción y no por obligación”, reflexionó. Desde la mirada de la demanda europea, Anton van den Brink, de European Feed Manufacturers Federation (FEFAC) señaló: “La UE prohíbe la colocación de commodities que estén unidos a la deforestación, y

uno de los criterios deseados es la soja libre de conversión”. En ese sentido, explicó que “esta exigencia requiere un 100% de trazabilidad y geolocalización de la producción. Los esquemas de certificación contribuyen a dar la evidencia necesaria, tal como ASC”. Luego, Daniel Kazimierski, de la plataforma Tropical Forest Alliance (TFA) destacó que “en su reciente desembarco en Argentina y Paraguay, TFA expande su alcance hasta el Gran Chaco”. Agregó que la plataforma involucra a distintos actores público-privados para eliminar la deforestación en la cadena de suministros y destacó el valor del diálogo para subsanar tensiones

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y generar confianza. Puntualizó que las medidas gubernamentales, la trazabilidad, el marco legal y los incentivos para los productores son claves para la sustentabilidad. “Debemos posicionar al Gran Chaco en foros internacionales y atender inversiones para la producción sostenible”, resaltó. Sumando a otros actores claves en la definición de una hoja de ruta para la acción, desde Brasil, Wellington Andrade (Aprosoja) indicó que un tercio de la soja brasileña se produce en la región de Mato Grosso, cumpliendo leyes sociales y ambientales, bajo estándares regulatorios y potenciado por el Programa de “Soja Legal”. El objetivo de este programa es asegurar la sustentabilidad, brindar seguridad a partir de la trazabilidad y las buenas prácticas agrícolas, el cuidado de los acuíferos, las zonas protegidas y la descarbonización de la región a partir de la siembra directa.

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Si bien los oradores mostraron preocupación por las medidas impuestas por la UE, Gabriel Delgado, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) lo marcó como una oportunidad y argumentó: “Debemos exportar las cosas que tenemos a mano; esto no significa que tenemos que exportar soja, sino sumarle valor y mostrar al mundo las cosas que hacemos bien”. Luego indicó la importancia del diálogo y dejar atrás el dilema entre la agricultura y la industria, dado que la primera es la única capaz de secuestrar carbono y generar las divisas que el sector industrial necesita para abastecerse de insumos, además de garantizar la seguridad económica que Argentina requiere. Del lado de la ciencia, Federico Trucco, de Bioceres, resaltó que desarrollan “soluciones basadas en la biotecnología para ayudar en la transición del agro, sin ceder

“Debemos exportar las cosas que tenemos a mano; esto no significa que tenemos que exportar soja, sino sumarle valor y mostrar al mundo las cosas que hacemos bien”.


en productividad o que los alimentos sean más costosos”. Para ejemplificar, habló de la tecnología HB4, la cual confiere a los cultivos de trigo y soja una mayor eficiencia en el uso del recurso hídrico y la fijación de carbono, a fin de que sean más resilientes al cambio climático. “Tratamos de construir un futuro acorde a una visión, gestionar un ecosistema, medir y trazar los servicios ambientales, como el secuestro de carbono por fotosíntesis, y mostrarlos con transparencia; la plataforma blockchain es una

herramienta para ello”, aseguró. Sobre el cierre, dijo: “No tenemos que convencer al mundo de que estamos haciendo las cosas bien o mal, sino que los mercados serán los que den esas señales”. Ya en el cierre de esta tríada de diálogos, se desprende la importancia de conocer las visiones de los diferentes actores y construir el diálogo para un plan de acción común en pos de una producción de soja en el Gran Chaco más sustentable, resiliente e inclusiva.

“No tenemos que convencer al mundo de que estamos haciendo las cosas bien o mal, sino que los mercados serán los que den esas señales”.

Podés revivir el evento completo ingresanso a: https://www.aapresid.org.ar/eventos/eventos/detalle/dialogo-virtual-3-el-camino-seguir-herramientas-actores-clave-hoja-ruta-accion

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elabcrural.com.ar


CULTIVOS ESTIVALES

Marche un triple (análisis) de maíz Las Regionales del Nodo Oeste de Aapresid analizaron los rendimientos y las estrategias de manejo que se destacaron en las últimas tres campañas maiceras. ¿Qué dicen los datos?

Las Regionales que conforman el Nodo Oeste de Aapresid lideraron una jornada dedicada a analizar las campañas 2018/19, 2019/20 y 2020/21 de maíz. El evento se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, con la compañía de las empresas tecnológicas Yara, KWS, Summit Agro y Metalfor. El foco estuvo puesto en comparar los rendimientos logrados en las últimas tres campañas del cultivo, las estrategias de manejo y la adopción de cultivos de servicios como antecesores del maíz, y fueron los ingenieros agrónomos Franco Bardeggia y Jose

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Luis Zorzin los encargados de presentar la información. El análisis de campaña se dividió por zonas y/o regiones productivas de la provincia, para que sea más representativo y aplicable (Gráfico 1). Las regiones analizadas fueron: zona uno (1), representada por las regionales Rio Segundo, Rio Tercero, Montecristo y Alta gracia; zona dos (2), regionales de Justiniano Posse y Los Surgentes/ Inriville; zona tres (3), representada únicamente por la regional Villa Maria; zona cuatro (4), regionales de Adelia Maria, Laboulaye y Vicuña Mackenna; y zona cinco (5), con la regional Río Cuarto y Del Campillo.


La superficie total que se analizó superó las 205.000 hectáreas en las tres últimas campañas, con buenos rendimientos logrados para las cinco zonas del nodo (Tabla 1; Gráfi-

co 2). Las zonas 1, 3 y 4 presentaron una media de 80 qq/ha, la zona 2 (sudeste de Córdoba) 120 qq/ha de rendimiento promedio y la zona 5 presentó rendimientos de 70 qq/ha.

Gráfico 1 Zonas agroecológicas y superficies destinadas al análisis del nodo oeste de Aapresid.

Zona / Variable

Zona 1

Zona 2

Zona 2

Zona 4

Zona 5

N° lotes

374

138

66

156

320

Rendimiento medio (qq ha-¹)

86,7

127,53

93,91

98,71

81,54

D.E.

21,84

17,93

27,72

16,22

21,59

E.E.

1,13

1,53

3,41

1,3

1,21

CV

25,19

14,06

29,51

16,43

26,48

P05

46

92

44

73

43,8

P50

88

129

95

100,1

81

P95

120

151

135

122,5

114

Tabla 1 Resumen de medias estadísticas para las campañas 18/19, 19/20 y 20/21.

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¿Qué impacto tiene la napa en el cultivo de maíz? En la mayoría de los lotes de la zona 2, la napa tiene un efecto positivo, al aumentar alrededor de 1000 kg los rendimientos. En

el resto de la zona, el efecto es variable según las condiciones climáticas de la campaña (Gráfico 3).

Gráfico 2 Distribución empírica de los rendimientos logrados en cada zona representativa.

Gráfico 3 influencia de napa freática según zona productiva.

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En cuanto a fechas de siembra (Gráfico 4), en la zona 1 se concentran sobre fines de noviembre y principios de diciembre: “Fechas tardías que permiten estabilidad”, destacaron los especialistas. Es decir, sin cambios bruscos según la distribución de precipitaciones en el año, lo que permite obtener mayor estabilidad de rendimientos con maíces tardíos. En contrapartida, para la zona 2 todas las fechas se destinan a maíces tempranos: “Si se van a fechas tardías, se pierde potencial en los lotes”, advirtieron. Si bien no hay una

En lo que respecta a densidad de siembra, para los maíces tempranos se busca incrementar la cantidad de plantas al momento de la siembra. En cambio, para maíces tardíos, la estrategia cambia en zonas restrictivas. En cuanto a la fertilización nitrogenada (Gráfico 5), la zona 2 con maíces tempranos presenta una media de nitrógeno aplicado de 148 kg N en contracara al resto de las zonas con medias de 65 a 80 kg N. Lo mismo que

fecha de siembra ideal, la mejor se define por cómo pasa el período crítico el maíz. Para la zona 3 no hay una tendencia definida por una cuestión de escasez de datos, pero se estima que hay mayores rendimientos en fechas de siembras tempranas. Para las zonas 4 y 5, las fechas de siembras tempranas logran mejores resultados en ambientes con influencia de napa. “El general de la zona es apuntar hacia siembras tardías”, señalaron Bardeggia y Zorzin.

para maíces tardíos, la proporción de nitrógeno aplicado es mayor en la zona 2.

Gráfico 4 Distribución de fechas de siembra por zonas.

“En todas las zonas se repite que un maíz de segunda tiene la misma o menor cantidad de nitrógeno aplicado que un maíz tardío”, afirmaron los especialistas. El 55% de la fuente nitrogenada utilizada en las últimas campañas se destina a urea aplicada en presiembra, siembra y estados vegetativos del cultivo. La fuente que le sigue a la urea es Sol mix, representada por un 22% del total. REVISTA AAPRESID

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En cuanto a la fertilización fosforada, la principal fuente es Map (42%), seguida por microgranulados. Sin embargo, en el 81% de los casos no se llega a reponer el fósforo extraído por parte del cultivo de maíz (Gráfico 6). Según compartieron, “las zonas de mayores potenciales, son las que aplican dosis más altas de fósforo”. No obstante, se extraen más nutrientes de los que se utilizan. La misma situación se replica para la fertilización de azufre y zinc, ya que en más del 75% de los casos no se llegan a reponer los nutrientes extraídos, hasta incluso empiezan a aparecer deficiencias de magnesio en algunos lotes.

Gráfico 6 Relación entre el P extraído y el P fertilizado en el nodo oeste Aapresid.

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Gráfico 5 Dosis medias de N (kg ha-¹) utilizadas según fecha de siembra y región productiva.

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De la superficie total de maíz, el antecesor que se lleva la mayor superficie fue barbecho por un 73% (Gráfico 8), seguido por un 14% de cultivos de servicios, principalmente gramíneas. “En estos últimos tres años, aumentó la superficie con cultivos de servicios como antecesor”, destacaron (Gráfico 9). En lo que respecta a híbridos, los semilleros más utilizados en las doce regionales del nodo fueron Dekalb y Brevant, representadas por DK 7210 y Next 22.6 en mayor medida (Gráfico 10).

Gráfico 7 Dosis promedio de P aplicado (kg ha-1) según zona productiva

Gráfico 8 Antecesores invernales al cultivo de maíz (promedio de las 3 campañas evaluadas).

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Gráfico 9 Cultivos de servicios como antecesores al cultivo de maíz (promedio de las 3 campañas evaluadas).


Sobre el manejo de malezas problemáticas (Gráfico 11), para la zona 1 se destaca sorghum halepense (sorgo de alepo) y amaranthus sp (yuyo colorado), que ocupan el 50% de las superficies. Para la zona 2, el gran problema es el manejo de amaranthus sp (yuyo colorado), con más del 80% de los lotes ocupados. Para las zonas 3, 4 y 5 se destacan sorghum halepense (sorgo de alepo), amaranthus sp (yuyo colorado), chloris sp, eleusine indica y conyza sp (rama negra).

Gráfico 10 Semilleros de las últimas campañas

Gráfico 11 Superficie ocupada por cada especie de maleza evaluada según zona productiva.

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CULTIVOS ESTIVALES

Poroto mung, un comodín en las rotaciones Desde el sudeste santiagueño, Pablo López Anido nos cuenta por qué ésta leguminosa es tan atractiva

Por: Ing. María Eugenia Magnelli.

El poroto mung (Vigna radiata) es una leguminosa originaria de Asia, continente que concentra el 90% de su producción mundial. Se emplea tanto en la alimentación como en la industria, sus granos se consumen verdes y secos, además de utilizarse en la obtención de harinas y en formulaciones de balanceados para animales. En la alimentación humana su importancia está dada por ser una valiosa fuente de proteína digestible. En Argentina crece en superficie y se presenta como un cultivo estival alternativo para sumar y diversificar la rotación. Para conocer un poco más sobre esta leguminosa, el lugar que ocupa dentro de la rotación, sus ventajas y desafíos, nos fuimos virtualmente al sudeste santiagueño para conversar con Pablo López Anido, socio y directivo de Aapresid, quién compartió su experiencia.

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El ambiente y los cultivos Ubicada en el sur este de la provincia de Santiago del Estero, Bandera comprende una gran zona de influencia que abarca entre 300 mil a 400 mil hectáreas aproximadamente. A 70 km del centro de esa localidad santiagueña, Pablo López Anido desarrolla su actividad agropecuaria. Sobre las características de la región, contó que “son suelos de buena aptitud agrícola, con un gran período libre de heladas y buena luminosidad. Esta oferta ambiental permite un amplio crecimiento de los cultivos. Además, en ciertos ambientes tenemos napa de buena calidad, lo que nos permite muy buenos rendimientos, por ejemplo trigos de 45 qq/ha”. No obstante, reconoció que la planificación campaña tras campaña requiere de cierta

plasticidad en cuanto a fechas de siembra y cultivos a implantar, y la disponibilidad hídrica es un punto determinante. El socio de Aapresid explicó que, dentro de los cultivos de renta, siembra soja con rendimientos de 32 a 33 qq/ha, maíz (70 a 90 qq/ha), trigo (25 a 45 qq/ha), girasol (1800 a 2500 kg/ha) y algodón. También destina parte de la superficie del campo a algunas especialidades como garbanzo (1200 a 1500 kg/ha) y poroto mung (1000 a 1500 kg/ha), aunque reconoce que las usa como “relleno”. Además, implanta cultivos de servicio para aprovechar las ventanas de tiempo entre dos especies, tener el campo con raíces vivas todo el año y mejorar el control de malezas, entre otros beneficios.

la planificación campaña tras campaña requiere de cierta plasticidad en cuanto a fechas de siembra y cultivos a implantar, y la disponibilidad hídrica es un punto determinante.

Instituciones que nos acompañan


Poroto mung en la rotación Haciendo foco en el poroto mung, López Anido comentó que comenzó a sembrarlo hace 4 años como antecesor de maíz, pero en realidad, hace 2 años lo ubican bien en fecha sobre girasol. “Sembrábamos girasol y luego trigo, entremedio nos quedaban un par de meses de barbecho sin ocupar y el

poroto mung calzaba justo”, argumentó. Y continuó: “Poroto mung tiene un ciclo de 90 días, se siembra en septiembre y se cosecha a fines de diciembre. Luego de la cosecha de girasol, va poroto mung y después le sigue trigo. Esto permite incluir hasta 3 cultivos en un año”.

El manejo Respecto a su manejo, el socio de Aapresid explicó que el poroto mung es muy similar a una soja, por lo que requiere un paquete tecnológico parecido. Al ser una leguminosa, también se inocula para potenciar la fijación de nitrógeno. El cultivar que siembra es “Cristal”, que es la variedad más difundida en Argentina. Respecto a ello disparó: “El mejoramiento genético de esta leguminosa es una materia pendiente. Tener disponible una mejor genética en este cultivo sería fantástico”. Luego comentó que siembran entre 20 a 25 kg/ha, “al ser poca cantidad porque la semilla es pequeña, resulta muy barato. La densidad de siembra objetivo son 30 a 36 pl/m²”. El productor de Bandera dijo que el poroto mung es un cultivo muy fácil, además no requiere el uso de fungicidas. Aunque sí aclaró que tiene algunos problemas de bacteriosis y virosis en hoja. “Eso se solucionaría con más inversión en genética”, dijo.

López Anido explicó que el período de llenado de granos es muy corto. Cuando las vainas van perdiendo el color verde y alcanzan el marrón pardo característico, ya alcanzaron la madurez. La cosecha la realiza de manera directa, aunque primero aplica glifosato para detener su crecimiento y así uniformar el secado de las semillas. “Al ser semillas pequeñas, el secado es parejo y se logra muy fácilmente, cosa que no nos ocurre con garbanzo; al cabo de los 10 días, ya estamos cosechando”, contó. Repasando algunos inconvenientes que tuvo al iniciar con este cultivo, el productor indicó: “Sembramos girasoles IMI y los herbicidas que usábamos al principio causaban problemas de fitotoxicidad en poroto mung. Una vez que ajustamos las formulaciones por otras más adecuadas, dejamos de tener inconvenientes”.

Los números Según explicó Lopez Anido, el poroto mung no es un cultivo principal, sino que funciona como “comodín” o de “relleno” en la rotación entre dos especies de renta como girasol y trigo. No obstante resulta muy atractivo y en la suma se obtiene una renta interesante. “El precio de venta de poroto mung es de 550 US$/Ton y con un rendimiento promedio de 1200 kg/ha”, puntualizó.

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AGRADECIMIENTOS

Agradecemos muy especialmente a Pablo López Anido por su tiempo y excelente predisposición para realizar esta nota.


Las ventajas y servicios ecosistémicos “Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de sembrar un cultivo, es el servicio ecosistémico que nos brinda y dejar las expectativas económicas de lado”, reflexionó. En ese hilo, acotó: “La corta duración del ciclo hacen que este poroto verde sea una alternativa interesante para agregar un cultivo más en la rotación, manteniendo el suelo activo con raíces vivas todo el año, lo que va en línea con la agricultura siempre verde. En este sentido, permite una producción agrícola más biodiversa y susten-

table”. Y agregó: “Además, la capacidad de aprovechar el nitrógeno atmosférico a través de la fijación biológica por parte de la leguminosa, aporta a la fertilidad del suelo”. Lo mencionado anteriormente, más la simpleza en su manejo, el bajo costo de las semillas, el menor requerimiento de insumos y el atractivo precio de venta, hacen que el poroto mung se transforme en una opción que cierra por todos lados.

BIBLIOGRAFÍA • https://www.sinavimo.gob.ar/cultivo/vigna-radiata

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CULTIVOS ESTIVALES

¿Cómo le fue a la soja en el Nodo Oeste? Mejores datos, mejores decisiones. Las Regionales del Nodo oeste se pusieron la “10” y te comparten todo lo que pasó en la última campaña.

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Cuando de saber y aprendizaje compartido se trata, los productores de Aapresid son ejemplo. En este caso, las once regionales que integran el Nodo Oeste llevaron adelante un completo análisis de la última campaña del cultivo de soja gracias a los datos que aportaron los socios productores que las integran. Y para muestra basta un botón: el informe refleja lo que pasó en más de 342.000 hectáreas. Para tener una mejor idea de la superficie informada por cada Regional, se puede observar el detalle en el Gráfico 1.

Gráfico 1 Superficie de siembra por campaña.

Por: Guillermo A. Divito¹; Juan P. Edwards Molina²; Bruno Pugliese³; Gustavo Zamora¹; Marianela Rivelli¹; Franco Bardeggia1; Rodolfo Fiorimanti¹; Gaston Benito¹; Nicolás Andreo¹ ; Eric Schergeri¹; Leticia Avedano¹; Mauro Rabozzi¹; Carla Biasutti¹. ¹ Aapresid. ² Unidad Integrada Balcarce (INTA-FCA). ³ INTA Conicet (IPAVE).

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Los resultados de distintas zonas se integraron en cinco zonas productivas, que abarcan a distintas regionales: Zona 1 - Regionales Río Segundo, Montecristo y Alta Gracia; Zona 2 - J. Posse y Los Surgentes-Inriville; Zona 3 - Villa Maria; Zona 4 - Adelia Maria, Laboulaye y Vicuña Mackenna; y Zona 5 Río IV y Del Campillo (Gráfico 2).

Rendimientos En el Gráfico 3 se muestran los rendimientos por zona para soja de primera durante la última campaña, mientras que en el Gráfico 4 se observan los rendimientos promedios para soja de segunda. La última campaña muestra buenos rendimientos en las cinco zonas del nodo. Para soja de primera, la zona 1 presentó una media de 30 qq/ha, con poca dispersión de datos. La zona 2 (este de Córdoba), con una gran dispersión de datos, mostró ren-

Gráfico 2 Zonas representativas del nodo oeste.

dimientos promedios entre 20 a 50 qq/ha. La zona 4 presentó rendimientos de 40 qq/ ha y la zona 5 de 30 qq/ha. Para soja de segunda, la zona 1 mostró rendimientos promedios superiores a 30 qq/ ha, la zona 2 rendimientos medios de 38 qq/ha, sin diferencias significativas entre sojas de primera y segunda. Los rendimientos de la zona 4 fueron de 28 qq/ ha y de la zona 5, 37 qq/ha.

Gráfico 3 Rendimientos por zona para la campaña 2020/21 soja de primera.

En comparación con campañas pasadas, para soja de segunda, la zona 1 presentó rendimientos similares entre la campaña 19/20 y 20/21. La zona 2 mostró rendimientos menores a las tres campañas anteriores. Mientras que las zonas 4 y 5 presentaron rendimientos promedios similares a las dos campañas anteriores Gráfico 4 Rendimientos por zona para la campaña 2020/21 soja de segunda.

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Según los datos históricos del Nodo Oeste, para la última campaña, la zona 1 y 2 presentaron menores rendimientos que en campañas anteriores. La zona 4 presentó una buena campaña, por encima de la campaña anterior. La zona 5 presentó una gran variabilidad de datos, pero con rendimientos superiores a las campañas 17/18 y 18/19. Se analizó el percentil 95% para cada zona agroecológica y para cada área, como indicador de rendimiento potencial en secano (Gráfico 5).

Gráfico 5 Comparación de techos de rendimientos por zona para las últimas campañas.

¿Qué variedades se sembraron? Para soja de primera, la zona 1 sembraron grupos IV y V al principio, y grupos largos hacia fines de diciembre. Para la zona 2, se utilizaron grupos IV y III, al principio con estrategias ofensivas y grupos V hacia fines de noviembre. Para la zona 4, los grupos III se destinaron para principios de noviembre, mientras que los grupos IV y V se prolongaron con fechas posteriores.La zona 5 sembró grupos IV y V, sin estrategias con el uso de madurez por fechas de siembra.

En lo que respecta a variedades de las once regionales del nodo, para grupos III los semilleros más utilizados fueron Don Mario y Nidera. Para grupos IV, los más utilizados fueron Don Mario y Credenz representadas por un 20% de DM 46R18, un 19.7% de CZ 4.97, un 14.5% de DM 4612, un 7.8% de DM 40R16 y un 4.9% 49R19. Para grupos V, se destacó Syngenta con SY5x1 en un 30% del nodo.

Fecha de siembra La evolución de la fecha de siembra del nodo se definió por la combinación por grupos de madurez para definir estrategias ofensivas o defensivas. Las ofensivas permiten ubicar el período crítico en épocas de mayor oferta de radiación y temperaturas, en busca de potenciales (Gráfico 6). Para soja de primera, la zona 1 sembró grupos IV y V al principio, y grupos largos hacia fines de diciembre. Para la zona 2, se utilizaron grupos IV y III, al principio con estrategias ofensivas, y grupos V hacia fines de noviembre. Para la zona 4, los grupos III se destinaron para principios de noviembre, mientras que los grupos IV y V se prolongaron con fechas posteriores. La zona 5 sembró grupos IV y V, sin estrategias con el uso de madurez por fechas de siembra (Gráfico 7).

Gráfico 6 Ubicación de grupos de madurez por fecha de siembra para la campaña 2020/21.

Gráfico 7 Evolución de la fecha de siembra por zona en las últimas campañas.

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Y de fósforo, ¿cómo están los suelos? En materia de fósforo, la zona 1 presentó promedios de 22.5 ppm, la zona 2 registró promedios 19.5 ppm y la zona 5 promedió los 18 ppm, todas por encima de los umbrales de los cultivos de veranos pero con lotes complicados por deficiencia de fósforo. Por su parte, la zona 3 tuvo promedios de 14 ppm y la zona 4 promedió los 10.2 ppm (Gráfico 8). En función al rendimiento, salvo casos puntuales con estrategias de reposición, todos los lotes presentaron balances negativos (Gráfico 9).

Más cultivos de servicios La evolución de soja con antecesor cultivos de servicios aumentó el 35% para la zona 5 y más de un 20% para la zona 2 y 4 (Gráfico 10). Los resultados de rendimientos para soja demuestran que no hubo diferencias significativas en lotes con antecesor barbecho que con antecesor cultivos de servicios (Gráfico 11).

Gráfico 8 Distribución de fósforo por zona.

Gráfico 9 Balance de fósforo.

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Gráfico 10 Evolución de superficies con cultivos de servicios como antecesor.

Gráfico 9 Rendimientos con barbechos vs rendimientos con CS

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

Los cultivos de servicio le hacen la previa al maíz y pasan el filtro a las malezas Investigadores del INTA evaluaron la incidencia de los CS en la supresión de malezas con dos métodos de secado, químico y mecánico. ¿Cuáles fueron los resultados?

Introducción

Por: Czyruk, L.S.*; Burdyn, B.; Casse, M.F.; Rojas, J. M.; Roldán, M.F. Estación Experimental Agropecuaria INTA Sáenz Peña. *czyruk.lorena@inta.gob.ar

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La introducción creciente de cultivos de servicio (CS) dentro de las rotaciones que se llevan a cabo en el NEA, es una estrategia que se comenzó a realizar en los últimos años por sus múltiples beneficios. Se considera que los CS son muy beneficiosos para el sistema ya que proporcionan biomasa, aportan carbono al suelo, fijan nitrógeno, suprimen malezas, entre otros beneficios. Los productores incorporan cada vez más CS ya que les permite bajar los altos costos de aplicación de herbicidas, disminuir la cantidad de malezas, su diversidad y banco de semillas en sus sistemas productivos actuales.

Se sabe que los CS podrían contribuir al control de malezas mediante tres mecanismos: 1) la disminución de la emergencia de malezas por cambios en el ambiente; 2) la concentración de las emergencias en el tiempo (menos cohortes durante el barbecho) que a su vez, provoca uniformidad en el desarrollo de las plantas; y 3) el menor crecimiento de las malezas por el efecto “mulch” de la cobertura. Todo esto hace que los controles químicos que puedan ser necesarios luego del cultivo de servicio, sean más eficaces y, a la vez, disminuye la presión de selección de los herbicidas (Bertolotto & Marzetti, 2017).


En la provincia del Chaco, el uso de CS se implementó para generar competencia a las malezas y aportar materia seca (MS) al sistema. En el Depto. Comandante Fernández, en la localidad de Roque Sáenz Peña, se vienen realizando ensayos de CS en el campo experimental de la EEA INTA Sáenz

Peña. El objetivo de uno de ellos es evaluar el efecto de dos métodos de secado, químico y mecánico, sobre el número de malezas desde la terminación por interrupción del ciclo del CS hasta la siembra del cultivo de maíz (Zea mays L).

Materiales y métodos El ensayo se llevó a cabo en el lote 100 del campo experimental de la EEA INTA Sáenz Peña (26.8507897, -60.4318862, 87) durante la campaña 2019/20. La región climática es subtropical, intermedia entre subhúmeda y continental seca, con lluvia promedio de 40 años de 66 mm en invierno, 292 mm en primavera, 383 mm en verano y 235 mm en otoño (Ledesma, 1996). Se encuentra ubicado sobre la Serie de suelo Independencia (Haplustol Óxico). Los CS implantados fueron Avena strigosa, Vicia villosa, Triticale sp. y barbecho como testigo. El diseño fue en bloques al azar con 4 repeticiones, mientras que los tratamientos fueron los diferentes CS con dos métodos de secado, uno químico y otro mecánico. El método químico se realizó a través de la aplicación de herbicidas y el mecánico por medio del rolado.

La fecha de siembra fue el 2 de junio del 2019 y la interrupción del ciclo fenológico de los CS el 8 de octubre del 2019. En el momento del secado se midió materia seca (MS) y número de malezas presentes. La metodología usada fue un marco de 0,5 x 0,5 m arrojado al azar 2 veces en cada tratamiento y la misma metodología se implementó a la siembra del maíz el 18 de enero del 2020. Se realizó un análisis estadístico inferencial por medio de modelos mixtos con el programa Infostat versión 2017 (Di Rienzo et al., 2017), considerando los tratamientos y la interrupción del ciclo como efectos fijos, y los bloques y las repeticiones como efectos aleatorios.

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Resultados y discusión triticale se comportaron de manera similar: al aumentar la MS, disminuyeron las malezas, y cuando superaron las 2 tn/MS/ha, presentaron un número menor de malezas respecto al barbecho (Figura 1).

La avena fue el CS que más MS y número de malezas presentó en el momento de terminación. Por lo que para este cultivo no se halló relación entre la MS producida y el número de malezas presentes. Vicia y

Número de malezas al momento de terminacion de los cultivos de cobertura 250

Malezas pltas/m2

200

150

100

50

0

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

MS CC kg/ha Vicia

Los valores máximos y mínimos muestran que el barbecho nunca tuvo cero malezas, pero sí la vicia y triticale. El máximo valor para el número de malezas registrado fue el del cultivo de avena (212 plantas/m²), mayor al barbecho (80 plantas/m²) (Tabla 1).

Tabla 1 Medidas resumen para cada tratamiento en el momento de terminación.

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Avena

Triticale

Barbecho

Figura 1 Diagrama de dispersión del número de malezas (plantas/ m²) y la materia seca (kg/ha) al momento de secado (terminación) de los cultivos de servicio, avena, triticale, vicia y barbecho.

Tratamiento

Variable

n

Media

D.E.

CV

Mín.

Máx.

Avena

MS CC kg/ha

8

5140.0

1594.99

31.03

3360.0

8560.0

Avena

N Plantas/m²

8

56.0

71.97

128.51

4.0

212.0

Barbecho

MS CC kg/ha

8

0.0

0.00

sd

0.0

0.0

Barbecho

N Plantas/m²

8

44.5

25.25

56.74

12.0

80.0

Triticale

MS CC kg/ha

8

3410.0

1034.88

30.35

2280.0

5320.0

Triticale

N Plantas/m²

8

25.5

22.32

87.51

0.0

56.0

Vicia

MS CC kg/ha

8

2955.0

1764.47

59.71

920.0

5440.0

Vicia

N Plantas/m²

8

26.0

38.84

149.39

0.0

108.0


En el tratamiento avena, el método de secado químico presentó menor número de malezas que el mecánico (Figura 3). No se halló interacción significativa entre tratamientos y tipo de terminación, dependiendo más de la especie que del tipo de secado (Tabla 2).

Número de malezas en cada tratamineto en el momento de la siembra de los cultivos de renta

200

Malezas pltas/m2

A la siembra del maíz (cultivos de renta), se observaron diferencias en el número de malezas entre la avena y el resto de los tratamientos a la siembra del maíz (Figura 2). También se observó que con valores mayores a 3.5 tn de MS de cobertura, las malezas empiezan a disminuir. Esto sugiere que tanto vicia como triticale controlan más que el barbecho, con buen aporte de MS sin diferenciarse en el tipo de terminación (método de secado).

A

150

B

B

100

B 50

0

AVENA

BARBECHO

TRITICALE

VICIA

Tratamiento

Figura 2 Número de malezas (plantas/m²) por tratamiento (avena, barbecho, triticale, vicia) a la siembra de maíz.

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Número de malezas por tratamiento al momento de la siembra de los cultivos de renta

400 350

Malezas pltas/m 2

300 250 200 150 100 50 0

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

MS CC kg/ha VICIA M

VICIA Q

AVENA M

AVENA Q

TRITICALE M

TRITICALE Q

BARBECHO M

BARBECHO Q

Figura 3 Diagrama de dispersión del número de malezas (plantas/m²) por tratamiento (cultivo y método de secado) a la siembra del maíz.

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Tratamiento

Control

Variable

n

Media

D.E.

CV

Mín.

Máx.

Avena

M

N° malezas/m²

8

157.50

115.55

73.37

12.00

372.00

Avena

Q

N° malezas/m²

8

196.50

85.27

43.39

64.00

312.00

Barbecho

M

N° malezas/m²

8

104.50

60.33

57.70

28.00

188.00

Barbecho

Q

N° malezas/m²

8

73.50

47.33

64.39

8.00

148.00

Triticale

M

N° malezas/m²

8

68.00

51.93

76.37

8.00

176.00

Triticale

Q

N° malezas/m²

8

109.50

48.85

44.61

28.00

192.00

Vicia

M

N° malezas/m²

8

73.00

55.99

76.70

16.00

164.00

Vicia

Q

N° malezas/m²

8

26.00

28.36

109.10

0.00

76.00

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Tabla 2 Medidas resumen para cada tratamiento al momento de la siembra de cultivos de renta.


Conclusiones Se determinaron diferencias significativas entre el CS avena respecto de los otros tratamientos al momento de la siembra del maíz en cuanto al número de malezas, pero sin diferencias entre métodos de terminación del ciclo fenológico de los CS. Se

COLABORACIÓN:

puede decir que la avena fue el cultivo que presentó menor control en el número de malezas, observando que el secado químico es más eficiente que el mecánico en este cultivo.

López, A. (Departamento de Suelo)- EEA INTA Sáenz Peña; Canteros, A.; Trangoni, L.; Ramírez, R., Ramírez, A. (auxiliares de campo).

BIBLIOGRAFÍA • Bertolotto M. & Marzetti M. 2017. Manejo de malezas problema. Cultivos de cobertura. AAPRESID, 31 pp. • Di Rienzo J. A., Casanoves F., Balzarini M. G., Gonzalez L., Tablada M., Robledo C. W. InfoStat versión 2017. Grupo InfoStat, FCA, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. URL http://www.infostat.com.ar • Ledesma L. L. 1996. Carta de suelos de la Estación Experimental Agropecuaria de Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco). EEA INTA Sáenz Peña. Chaco, Argentina.

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BENEFICIO PARA SOCIOS AAPRESID REVISTA AAPRESID

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

Las malezas resistentes no frenan y tiñen de rojo el mapa La REM actualizó el mapeo de malezas resistentes sobre más de 29 millones de hectáreas relevadas. Las resistencias avanzaron en 449 partidos/departamentos nuevos y rama negra vuelve a liderar el ranking.

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Durante el 2021 y como lo viene haciendo cada dos años, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) de Aapresid realizó el mapeo de malezas resistentes presentes en el territorio agrícola argentino. En esta edición se relevaron más de 29 millones de hectáreas, 203 partidos y departamentos de 10 provincias argentinas, y se consultaron a más de 350 referentes y especialistas según sus zonas de influencia. Este año, al igual que en las últimas ediciones y en sintonía con el crecimiento de los biotipos resistentes declarados, se aumentó la cantidad de malezas mapeadas que llegó a 27 especies, de las cuales 22 corresponden a resistencias y 5 a tolerancias. En cuanto a los modos de acción, 11 corresponden a resistencia a Glifosato, 4 a Graminicidas, 4 a ALS, 1 a Hormonales y 2 resistencias múltiples. Al analizar las especies resistentes relevadas, 8 pertenecen al grupo de las gramíneas y 5 son latifoliadas. Además, en 9 de los biotipos mapeados también se consultó sobre qué porcentaje (%) de superficie presenta la problemática, para así poder cuantificar la situación.

Desde REM hicieron hincapié en la relevancia de la información recabada, ya que por un lado, permite caracterizar y cuantificar qué está ocurriendo con las principales malezas problemas del país a nivel de partido/departamento. Pero sin dudas el mayor beneficio es avisar de antemano sobre posibles avances de resistencias a zonas donde aún no las hay, para que los productores y asesores de esas zonas puedan tomar acciones preventivas y así evitar el ingreso de la problemática.

En este marco, en 2021 se observó el avance de malezas resistentes o tolerantes en 449 partidos o departamentos nuevos.

En este marco, en 2021 se observó el avance de malezas resistentes o tolerantes en 449 partidos o departamentos nuevos. Este avance en superficie está liderado por la maleza estrella en nuestro país, Conyza sp. que en esta oportunidad se destacó por la resistencia a ALS; y la siguen el complejo de Nabos resistentes a 2,4D y a glifosato. Este escenario evidencia que la problemática además de expandirse, se complejiza debido a que entre las 10 malezas de mayor crecimiento se encontraron biotipos resistentes a otros herbicidas diferentes al glifosato (Figura 1).

Al hacer un detalle de la presencia geográfica de la totalidad de especies relevadas, en el top 10 encontramos todas especies resistentes o tolerantes a glifosato. Liderando este ranking, se encuentra Conyza sp. RG, la segunda de cerca es Amaranthus sp. RG y luego las gramíneas Sorghum halepense RG, Eleusine indica RG y Echinochloa colona RG. Luego aparecen las tolerantes: complejo de Chloris/Trichloris sp., Commelina erecta (mapeada nuevamente desde la edición 2015), Lolium p. RG y finalizan otras dos tolerantes, pappophorum sp. y Borreria sp (Figura 2).

Figura 1 Malezas con mayor avance geográfico

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Figura 2 Las 10 malezas con mayor presencia geográfica y su evolución en los años mapeados.

Para poder cuantificar la problema, por tercera vez (en los mapeos de 2017, 2019 y 2021) se relevó el área afectada por algunos de los biotipos resistentes y tolerantes de mayor importancia: Yuyo colorado RG (Amaranthus spp.), Pata de gallina RG (Eleusine indica), Capín RG (Echinochloa colona), Sorgo de Alepo RG (Sorghum halepense), Raigras RG (Lolium spp.), Rama negra RG y RALS (Conyza spp.), Nabos RG (Brassica rapa e Hirschfeldia incana) y Chlorideas tolerantes a glifosato (Figura 3). En cuanto a Rama Negra, este año se decidió relevar por un lado el biotipo resistente a glifosato que nunca había sido cuantificado ya que por su gran dispersión se con-

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sideraba que estaba en casi la totalidad de la superficie relevada; y por otro lado, también se cuantificó el biotipo resistente a ALS debido a su incipiente aparición y a la gran importancia que supone este modo de acción para el manejo de la especie. Como era de esperar, el biotipo resistente a glifosato además de estar presente en todos los partidos/departamentos posee el mayor % de área afectada promedio y alcanza una superficie total de casi 25 millones de hectáreas. Mientras que el biotipo resistente a ALS alcanza las 267 mil hectáreas con una dispersión en aumento, según lo observado en el relevamiento de presencia.


Por otro lado, Yuyo Colorado sigue secundando el ranking con un poco más de 24 millones de hectáreas afectadas y aumentó en un 15% la superficie con respecto a 2019. Luego se encuentran las gramíneas Eleusine indica RG con 11 millones de hectáreas afectadas, Echinocloa colona RG con 10 millones, las Chlorideas con 9 millones y el Sorghum halepense RG con 8 millones, y un escalón más abajo está Lolium sp. RG con 5 millones. Por último, los Nabos RG

continúan en aumento y llegan a casi 1,5 millones de hectáreas. Cabe destacar que en todos los casos relevados se incrementó la cantidad de hectáreas con respecto a la anterior medición, siendo mayor este aumento para el caso de los Nabos RG que incrementaron en un 60% la superficie. Mientras que el menor valor de aumento lo obtuvieron las Chlorideas con casi un 2% de incremento en la superficie afectada.

Figura 3 Incremento de la superficie afectada por malezas en Argentina.

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Esta nueva edición permite seguir sumando “fotos” a la “película” de la dispersión de las malezas difíciles, para, en la mayoría de los casos, alcanzar las 5 imágenes. De esta manera puede caracterizarse el “movimiento” de las resistencias que muchas veces van de la mano de particularidades propias de cada especie (Figuras 4 y 5).

Como ya nos tiene acostumbrados, el mapeo de “malezas difíciles” vuelve a demostrar que el problema, lejos de retraerse, sigue en aumento. Por lo tanto, una vez más es necesario remarcar la necesidad de continuar en el proceso de integración de herramientas para el control de malezas que ayuden a retrasar la aparición de nuevas resistencias y aminorar el avance y la dispersión de las ya existentes.

NOS ACOMPAÑAN

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Figura 4 Relevamiento de presencia de Amaranthus sp RG en las 5 ediciones de los mapas REM.

Figura 5 Relevamiento de presencia de Sorghum halepense RG en las 5 ediciones de los mapas REM

AGRADECIMIENTOS A todas las personas que desinteresadamente respondieron y brindaron información de su zona. Y a los referentes técnicos de instituciones públicas que hicieron aportes a la información presentada.

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

¡Cuidado, malezas! Alternativas innovadoras para un control más sustentable La REM dialogó con referentes que ofrecen herramientas de control alternativas al uso convencional de herbicidas, generando hasta un 90% de ahorro y menor impacto ambiental.

NOS ACOMPAÑAN Introducción Las malezas son la causa principal de la reducción de los rendimientos de los cultivos, debido a la competencia y a las interacciones alelopáticas que éstas generan. Además, su infestación y comportamiento están en frecuente modificación, debido principalmente a las prácticas de manejo llevadas a cabo en los sistemas productivos.

o más resistencias, como así también la superficie afectada por éstas. En Argentina ya son 40 los casos de resistencias confirmadas a diversos modos de acción, y según el relevamiento 2021 de la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid un 85% de las 29 millones de hectáreas relevadas cuentan con al menos una especie resistente.

Como medida de control tradicional para esta problemática se implementa mayormente el uso de herbicidas, el cual se calcula que a nivel mundial reduce las posibles pérdidas de rendimiento en un 75%.

En base a lo anterior expuesto, y a la creciente limitación y resistencias que genera el uso de este tipo de productos, los sistemas agrícolas actuales requieren una modificación de las prácticas que se utilizan para hacer frente a la problemática, apuntando a desarrollar una agricultura de procesos que genere una integración de las herramientas y sumando alternativas sostenibles que permitan ser proactivos, retrasar y mitigar la evolución de resistencia.

Sin embargo, debido al uso inadecuado de estas herramientas químicas, se aumentó la presión de selección de biotipos resistentes, haciendo que se incrementen anualmente los casos de especies de malezas con una

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En este contexto, en los últimos años fueron surgiendo tecnologías alternativas con el fin de mejorar la eficiencia de control de malezas y reducir el riesgo asociado al uso excesivo o inadecuado de las herramientas

químicas. A continuación, especialistas de empresas nos cuentan en qué consisten las respuestas innovadoras que ofrecen para la gestión sustentable de malezas.

Aplicaciones selectivas para atacar directo al blanco La aplicación selectiva de herbicidas es una herramienta de la agricultura de precisión que, a través de distintos mecanismos, permite la aplicación del producto fitosanitario únicamente en aquellos puntos del lote donde se detecte la presencia de malezas. Una alternativa nacional de este tipo de tecnología, bajo el lema de “la aplicación justa y necesaria”, Eco Sniper, de Milar Agro Tech S.R.L, nacida en Tres Arroyos (Buenos Aires). El Ing. Agr. Leonardo Elgart, referente de la firma y con larga trayectoria en el mundo de las dosis variables, explicó que la tecnología “consiste básicamente en el reconocimiento mediante visión con cámaras para encontrar dónde hay malezas mediante inteligencia”.

El sistema es muy versátil y potencialmente puede ser usado en cualquier cultivo y distancia entre hileras, previo entrenamiento del reconocimiento, indicó. Para tomar dimensión de este proceso de “aprendizaje”, explicó que “se necesitan no menos de 40.000 imágenes de cada cultivo en todas las condiciones ambientales y variariabilidad morfológica posibles”. Luego del reconocimiento, y ante la presencia de malezas, “se acciona una regla eléctrica que hace andar una válvula, un actuador o un pistón que libera el químico en la medida justa”.

Imagen 1 En Argentina ya son 40 los casos de resistencias confirmadas a diversos modos de acción. Datos REM.

La tecnología está optimizada para barbecho, donde detecta y trabaja según tamaño de plantas, aplicando mayor dosis cuando la maleza es más grande, lo que es regulaREVISTA AAPRESID

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En junio de 2020 hicieron un acuerdo comercial de fabricación y venta para producir comercialmente los equipos, que esperan

lanzar en 2022. “En biología es complicado hacer pruebas de este tipo porque el ciclo biológico va más rápido que la capacidad de desarrollo de la tecnología”, admitió. Según su visión, “los procesos de auto entrenamiento para independizar el proceso de reconocimiento son el próximo paso, y en un futuro todo va a converger en el manejo de malezas por ambiente”.

La REM también dialogó con Juan Manuel Baruffaldi es Lic. en Cs. de la Computación, CEO & Co-Founder de Deep Agro, empresa de inteligencia artificial aplicada al agro y referente en aplicaciones selectivas para el control de malezas. La tecnología que ofrecen funciona por medio de cámaras con sensores montadas cada 2 metros sobre los equipos pulverizadores, provistas de un software inteligente capaz de diferenciar maleza de cultivo con una precisión de un 90-95%.

El sistema está entrenado para funcionar en barbecho y en verde sobre verde, en cualquier etapa del crecimiento del cultivo de soja y es integrable a cualquier pulverizadora. Pronto estarán lanzando la versión para maíz, y en los próximos años proyectan su uso en más de 10 cultivos distintos. “Es un sistema robusto y adaptable a las distintas situaciones agronómicas del país y al tipo de manejo y arreglo espacial que haga el productor”, señaló. Hoy en día tienen 90 equipos de prueba capturando in-

ble desde la máquina. Mientras tanto, están avanzando con el reconocimiento de malezas dentro de los principales cultivos extensivos y otros regionales como tabaco, caña de azúcar y algodón.

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Imagen 2 Equipo con el sistema de aplicación selectiva Eco Sniper.


formación en distintas partes de Argentina, desde Salta hasta el sur de Buenos Aires, “lo que nos permite entrenar y mejorar la tecnología”. El potencial de crecimiento es enorme: “hoy en día sólo podemos diferenciar malezas de cultivos, pero el día de mañana podremos distinguir malezas entre sí”, sostiene.

Nacieron como una startup, y actualmente están en un estadio de desarrollo con alrededor de 5 equipos a campo en distintas partes del país, en vistas de próximamente convertirse en una compañía comercial bajo normas de calidad y certificaciones “para generar un producto a la altura de los requisitos nacionales e internacionales”.

En cuanto a ventajas, ambas tecnologías tienen por un lado beneficios operativos, con posibilidad de uso tanto en barbecho como dentro del cultivo. Por otra parte, al aplicar los herbicidas de manera variable, según el caso se reduce entre un 50 y un 90% de producto, lo que conlleva no solo al ahorro económico (60 USD por hectárea por año en soja según datos de Deep

Agro), sino que permite reducir el impacto ambiental de las aplicaciones, el consumo de agua y de bidones plásticos de fitosanitarios, detallaron. Socialmente, estas innovaciones están alineadas con las demandas de los consumidores que traccionan productos más saludables, con trazabilidad y con menor huella de Carbono.

Imagen 2 Tecnología de Deep Agro.

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Control eléctrico: efectivo, seguro y amigable con el ambiente Otra alternativa para mantener a raya al enemigo número uno de los cultivos, es el control eléctrico. Agro Thrive es una empresa perteneciente a la firma Agritech S.A., ubicada en General Deheza, Córdoba. En diálogo con el Ing. Agr. Pablo Richetta, encargado de la parte técnica del proyecto comentó que “se trata de una desmalezadora eléctrica que permite su control sistémico mediante una descarga eléctrica, produciendo la ruptura de pared y membrana celular en tejidos vegetales, ocasionando la muerte de la planta tanto en su parte aérea como en la radicular”. “La desmalezadora Agro Thrive consta de un generador eléctrico, un transformador, bobinas, PLC (controlador lógico programable), rectificador de corriente y aplicadores que entran en contacto con la maleza utilizando media tensión, entre 6.000 y 10.000 voltios”, precisó. Actualmente la empresa desarrolló 3 prototipos que pueden ser utilizados “en agricultura extensiva en cobertura total como barbecho, en control entre líneas en post-emergencia temprana de cultivos a 52,5 cm y para manchones, por diferencia de altura entre la maleza y el cultivo”. Mientras que un cuarto modelo, “está

concebido para su uso en montes frutales y viñedos”, comentó. Entre las numerosas ventajas se pueden citar el control de malezas resistentes o tolerantes, menores costos en comparación con los tratamientos químicos convencionales, gran versatilidad y fácil adaptación a planteos de manejo integrado de malezas, pudiendo emplearse en periurbanos y cultivos orgánicos. Desde el punto de vista ambiental, la tecnología no perturba el suelo y evita su contaminación y la del agua, volviendo su uso seguro para la salud del operario y la comunidad. “La experiencia acumulada indica que la muerte de la planta inicia inmediatamente ocurrida la aplicación, logrando el máximo control a partir del día 7, dependiendo de variables tales como humedad y textura del suelo, especie y tamaño de la maleza, morfología de su raíz, potencia eléctrica utilizada y velocidad de avance”, explicó el especialista. Actualmente, el producto se encuentra en una etapa precomercial, de validación técnica a campo. “Para el primer semestre del año 2022, ya tendremos las primeras unidades disponibles para la venta”, anticipó Richetta.

Desde el punto de vista ambiental, la tecnología no perturba el suelo y evita su contaminación y la del agua, volviendo su uso seguro para la salud del operario y la comunidad.

Imagen 4 Desmalezadora eléctrica de Agro Thrive para barbechos en cultivos extensivos.

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Imagen 5 Desmalezadora eléctrica de Agro Thrive para control entre líneas. a 52,5 cm.

Un viejo conocido, modernizado: control mecánico de malezas sin remoción de suelo Uno de los métodos históricamente más usados para combatir malezas, hoy encuentra su reversión moderna de la mano de WeedcutteR, sistema de control mecánico de precisión para malezas en siembra directa. Ezequiel Cola, investigado, productor cordobés y creador del proyecto, contó que la iniciativa surgió a través del área de Investigación y Desarrollo que fundó, llamada IDIC, a raíz de la gran problemática de malezas, apuntando a una estrategia “para complicarles el ciclo y cortar su persistencia y producción de semillas”. Si bien el sistema es mecánico, en ningún momento se remueve el suelo, lo cual le suma sustentabilidad a la tecnología. Inicialmente, comenzaron a hacer ensayos y pruebas manuales con ayuda de motoguadañas para medir respuestas de corto y mediano plazo, sobre rendimientos y producción de semillas, respectivamente. Con respecto a esto último, en ensayos enfocados a Amaranthus spp. “yuyo colorado”, encontraron que cortando una sola

vez la maleza, ésta producía un 73% menos de semillas, con respuestas de entre un 34% y 60% sobre el rendimiento del cultivo, aunque variable en función del grado de enmalezamiento, tamaño de malezas y las condiciones climáticas. En la campaña ‘19/20, ya con prototipo desarrollado, hicieron ensayos con Conyza spp. “rama negra” sobre soja, donde lograron reducir un tercio de la biomasa de las poblaciones, con incrementos de rendimiento de soja del 13% sobre el testigo. El mecanismo funciona a través de cuchillas que van en el entre surco y se pueden regular en altura -hasta los 2 cm del suelo- y adaptar a la mayoría de los distanciamientos más comúnmente usados (35, 38, 42, 52 cm). Está equipada con un sensor copiador de terreno que permite generar cortes más precisos y evitar cualquier tipo de roturas y se puede usar en cualquier cultivo. Sin embargo, por el momento, al ser de arrastre, la altura del cultivo define el momento a realizar la labor. Por ejem-

plo, en un maíz se puede entrar hasta 6-7 hojas expandidas, y en soja antes de que cierre el surco”. Ezequiel hace hincapié en la importancia de cortar las plantas en un timing o momento del ciclo de las malezas para que luego se les complique generar descendencia. “Es una tecnología complementaria a lo químico, pudiendo reemplazar a una aplicación de post emergencia, aunque el manejo solamente mediante control mecánico y cobertura con Cultivos de Servicio viene teniendo buenos resultados también”, agregó. Al igual que los métodos anteriormente mencionados, el control mecánico con WeedcutteR presenta ventajas asociadas a un menor impacto ambiental, pudiendo reducir un 18% el EIQ del cultivo al sustituir la aplicación de post emergencia o rescate, destacó Ezequiel. “En el ojo de la tormenta que nos encontramos los productores en la Argentina, pasar a reducir el uso de fitosanitarios y complementar con una alternativa mecánica sin remoción del suelo, REVISTA AAPRESID

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me parece que es algo para destacar y empezar a probar”, remarcó. Con respecto al grado de desarrollo de esta tecnología, están en fase pre comercial con versiones mejoradas de 7 y 3 metros de an-

cho. Para escalar en producción están buscando alianzas estratégicas con fabricantes de maquinarias interesados que dispongan de infraestructura “y estén alineados con la visión y misión del proyecto”, concluyó.

Imagen 6 Prototipo 1 de WeedcutteR.

Imagen 7 Impacto sobre el control de WeedcutteR sobre malezas y reducción de la producción de semillas.

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Comentarios Finales Las innovaciones aquí presentadas, si bien no pueden reemplazar al control químico de malezas, dan lugar a un futuro prometedor en ésta problemática. Mediante la implementación de un enfoque integrado, permiten ofrecer soluciones que lleven a eficientizar el control de las mismas de una forma sustentable y sostenible con la producción, el ambiente y las personas.

AGRADECIMIENTOS La elaboración de la presente nota fue posible gracias a los valiosos aportes del Lic. Juan Manuel Baruffaldi (CEO & Co-Founder de Deep Agro), Ing. Agr. Leonardo Elgart (Socio gerente de Milar Agro Tech SRL), Ing. Agr. Pablo Richetta (Encargado Técnico Agro Thrive - Agritech S.A) y al Ing. Agr. Ezequiel Cola (CEO WeedcutteR), quienes gentilmente compartieron información sobre las tecnologías.

Imagen 8 Dos plantas de Yuyo colorado cortadas por WeedcutteR.

Imágenes extraídas de: Deep Agro https://www.deepagro.com.ar/index_es.html Eco Sniper https://milar.farm/ Agro Thrive https://agro-thrive.com/ WeedcutteR https://weed-cutter.com/ REVISTA AAPRESID

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

A capa, espada y recomendaciones de la REM para que el maíz le gane al cogollero La biotecnología y los insecticidas son las principales herramientas con las que cuenta el productor. Algunas recomendaciones de REM para lograr un mejor control de esta plaga.

Daños visibles de cogollero en hojas de maíz.

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El gusano cogollero u oruga militar tardía (Spodoptera frugiperda) es una de las plagas más importantes del maíz en Argentina. Puede causar daños en cualquier estadio del cultivo, dependiendo de la fecha de siembra y región, actuando como: Cortadora en la implantación,

Defoliadora del cogollo en etapas vegetativas

Barrenadora del tallo en condiciones de sequía

Atacando la espiga en estadios reproductivos.

Los ambientes con mayor riesgo de daño por Spodoptera frugiperda corresponden a la región norte del país (NOA y NEA) y al norte del área templada, especialmente en siembras tardías.

¿Cómo identificarlo? Los huevos del gusano cogollero son depositados en grupos, preferentemente en el envés de las hojas y están cubiertos por pelos y escamas. Las larvas neonatas son muy activas, tienen cabeza grande y su color varía a medida que crecen. Al nacer son blanquecinas con cabeza negra y luego de alimentarse toman una tonalidad verde claro, para luego tornarse castañas. Del tercer estadio en adelante, la cabeza tiene una tonalidad acaramelada o parda y se observan tres líneas longitudinales amarillentas en el dorso, que sigue siendo más oscuro que la parte ventral más clara y verdosa. En estos estadios ya consumen la totalidad de la lámina, dejando los orificios característicos y se dirigen al cogollo buscando protegerse. Las larvas de últimos estadios tienen la cabeza negra o parda con una sutura muy

característica en forma de “Y” invertida de color blanco y presentan cuatro puntos negros que forman un trapecio en cada segmento del dorso. En los laterales tienen una banda ancha oscura seguida de una clara. Las larvas pequeñas y medianas (desde emergidas hasta el segundo estadio) pueden raspar la epidermis de las hojas y causar defoliaciones leves, mientras que las de últimos estadios (del tercero en adelante) pueden cortar plantas de maíz pequeñas y causar defoliaciones de leves a severas o pueden alimentarse de tallos o espigas según el ciclo del cultivo. El estadio y tamaño de las mismas es clave para su control: cuanto más avanzadas están en el ciclo, más difíciles son de controlar con las tecnologías Bt o insecticidas químicos.

Cuanto más avanzadas están en el ciclo, más difíciles son de controlar con las tecnologías Bt o insecticidas químicos.

NOS ACOMPAÑAN

Recomendaciones para su monitoreo Previo a la siembra del maíz, dado que el lote puede estar afectado en “manchones”, se recomienda identificar las áreas enmalezadas u otras zonas que puedan ser reservorio de la plaga para realizar el monitoreo. Se debe monitorear desde presiembra hasta madurez fisiológica, cada 7 días como mínimo. En condiciones de altas temperaturas y presión de plaga, se recomienda monitorear cada 4-5 días. En cada visita se deben realizar 5 estaciones de muestreo cada 60 hectáreas con el

mismo manejo agronómico. Las estaciones tienen que distribuirse en forma de X, revisando al menos 50 plantas continuas en cada estación. Asimismo, hay que registrar el número de plantas afectadas (incidencia) y el nivel de daño foliar (severidad) según la escala de Davis (Tabla 1). Cuando se siembran maíces Bt, el refugio y la porción Bt del lote deben monitorearse separadamente para poder realizar los controles en forma oportuna cuando se alcancen los umbrales recomendados

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Planificando el manejo La planificación del cultivo es muy importante para el manejo de Spodoptera frugiperda, ya que el ataque de esta plaga está influido por el cultivo anterior, el manejo del barbecho, la presencia de malezas en el lote, la fecha de siembra y el material sembrado, entre otros factores. Dentro de las prácticas recomendadas, se encuentran la rotación de cultivos, el manejo de rastrojos y la buena implantación del cultivo. No obstante, las dos principales herramientas con las que cuenta el productor son la biotecnología y los insecticidas.

1

Lesiones mínimas en las hojas del cogollo.

2

Pequeños agujeros y lesiones circulares.

3

Pequeñas lesiones circulares y pocas lesiones alargadas <1,3 cm.

4

Lesiones alargadas entre 1,3 - 2,5 cm en hojas del cogollo y en hojas desplegadas.

5

Lesiones alargadas >2,5 cm y pocos orificios pequeños a medianos, uniformes a irregulares.

6

Lesiones alargadas >2,5 cm con pocos orificios grandes.

7

Muchas lesiones alargadas de todos los tamaños y varios orificios grandes.

8

Muchas lesiones alargadas de todos los tamaños y muchos orificios grandes.

9

Planta prácticamente destruida. Tabla 1 Escala Davis de daños de larvas de Spodoptera frugiperda en hojas.

Biotecnología (materiales Bt)

En la campaña pasada, en la Red de Maíces Tardíos de Aapresid que abarca una importante zona del centro del país, se vieron comportamientos diferenciales entre las diferentes tecnologías. Los controles fueron bajos o nulos para el MG (no blanco), medio para VT3PRO y POWERCORE y alto para VIPTERA 3 y POWERCORE ULTRA (Gráfico 1).

50% % plantas con daño

40%

% plantas con daño 3 o superior % plantas con daño

La biotecnología es una herramienta de control muy valiosa para las zonas y fechas de siembra donde es esperable una alta presión de la plaga. Spodoptera frugiperda es considerada plaga blanco de las proteínas Cry1F, Cry1A.105, Cry2Ab y Vip3A. Es importante tener en cuenta esta información para elegir correctamente la tecnología de acuerdo a la fecha de siembra.

30%

20%

10%

0% SRM 6620 MGRR

La principal amenaza a los maíces Bt es el desarrollo y selección de resistencia de Spodoptera frugiperda a las proteínas que la controlan, como pasó con la proteína Cry1F. Al usar híbridos Bt, es clave la siembra de refugio con un híbrido no-Bt de similar ciclo de madurez. El refugio es una herramienta imprescindible para mantener baja la frecuencia de individuos resistentes a las proteínas Bt en el lote. Esto es porque provee adultos susceptibles para que se crucen con los resistentes seleccionados en la porción de maíz Bt. La descendencia de estos cruzamientos es controlada por la tecnología.

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DK 7220 VT3P

Para manejo de Spodoptera frugiperda en maíz, el refugio debe sembrarse en un bloque del 10% de la superficie total, en la misma fecha que la porción Bt y no debe haber más de 1500 m entre una planta Bt y una de refugio. El refugio en bolsa (o integrado), donde las plantas no-Bt quedan distribuidas al azar en el lote, no sirve para retrasar la selección de resistencia de Spodoptera frugiperda a los híbridos Bt actuales debido a la gran movilidad que tiene esta plaga, entre otras razones.

NEXT 22.6PWE

SY 860 V3

B 507 PWU

Gráfico 1 Porcentaje de plantas con daño (gris claro) y porcentaje de plantas con daño de 3 o superior (gris oscuro) según tecnología de control como promedio de todos los sitios. Letras distintas indican diferencias significativas según test de Tukey al 5%.


Control químico Las claves para el control de esta plaga son el monitoreo frecuente y el rápido accionar, antes de que las larvas ingresen al cogollo. Las larvas de estadios tempranos causan poco daño (generalmente raspado de hojas) y son fácilmente controlables por su tamaño y ubicación. El momento óptimo para el control químico es cuando las hojas presentan pequeñas lesiones circulares o alargadas de menos de 1,3 cm sin perforaciones de la membrana (daño 3 en la escala de Davis) y hay larvas vivas aún expuestas en las láminas. Las larvas más grandes suelen alojarse en el cogollo y no son alcanzadas por los insecticidas, por eso no se recomiendan aplicaciones cuando el cogollo se encuentra con orificios y presencia de aserrín. Los criterios de decisión para realizar una aplicación de insecticidas en el refugio y el maíz Bt son diferentes:

Refugio y maíz convencional: 20% de plantas con daño grado 3 (Davis), usar productos de baja persistencia y con un máximo de dos aplicaciones hasta V8.

Híbridos Bt: 10-20% de plantas con daño grado 3 (Davis), utilizar productos de mayor persistencia y selectivos.

Existen diversos grupos insecticidas registrados en el mercado, con diferentes características, especialmente en lo que respecta a rapidez de acción y persistencia: IGR, Diamidas, Spinosinas, Piretroides, Pirroles, Neonicotinoide+Piretroide y Avermectina+IGR. Algo a tener en cuenta es que no se deben usar insecticidas a base de Bacillus thuringiensis en el refugio o el maíz Bt, y se recomienda rotar modos de acción entre ventanas de aplicación. Cada ventana dura 30 días, y refleja aproximadamente el tiempo generacional de la plaga. Un uso especial que se le da a los insecticidas es como curasemillas, ya que permiten un buen arranque del cultivo y demoran la primera aplicación foliar, en caso de ser necesaria. En un ensayo realizado por REM en Bandera (Santiago del Estero), se observó que el curasemilla permitió demorar la aplicación foliar hasta V6, cuando fue necesario hacerla en V3, donde no había sido curado.

Por último, es de suma importancia cuidar “el cómo” se aplican los insecticidas destinados al control de Spodoptera frugiperda. Para esta plaga los controles con insecticidas foliares históricamente han sido poco eficientes, principalmente por el empleo de técnicas de aplicación inadecuadas que resultan en una baja calidad en la distribución de las gotas de pulverización sobre las hojas del maíz. Es primordial la uniformidad en la aplicación para que la larva tenga mayor probabilidad de raspar en un sitio con insecticida y evitar así la posibilidad de selección de la misma al comer. Para ello es importante sumar aditivos que permitan una mejor dispersión del producto aplicado. De igual forma se debe considerar el horario de la aplicación tanto para proteger las gotas de la evaporación que pudiera ocurrir cuando las condiciones ambientales presentan altas temperaturas y baja humedad, como para hacer coincidir el momento de la aplicación con el momento de mayor movilidad de la plaga, que es cuando sale a alimentarse a horarios nocturnos. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que luego de las 00 hs disminuye notablemente su movilidad al resguardarse en el cogollo.

BIBLIOGRAFÍA • Cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz. Bases para su manejo y control en sistemas de producción. Programa Manejo de Resistencia de Insectos (MRI) e IRAC Argentina. REM-Aapresid 2019. • Comportamiento de híbridos de maíz con diferentes eventos biotecnológicos frente a Spodoptera frugiperda. E. Niccia, M. Marzetti y A. Madias. REM-Aapresid 2019. • Al cogollero se le gana con conocimiento. Revista Red de Innovadores Aapresid N° 172. Marzo 2019. • Cogollero del maíz y otras orugas del género Spodoptera. 2016. Igarzabal D., M.C. Gálvez, M.C. Aldrey, R.Peralta, M. Mariani Ventura y J.L. Morre. Edición Dupont.

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

¡Anote ese poroto y que pierdan las plagas! La mosca blanca, la falsa medidora, el ácaro blanco y el picudo negro de la vaina son algunas de las plagas que amenazan al cultivo de poroto. Recomendaciones para un mejor manejo.

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Por: Ing. Agr. Augusto S. Casmuz Sección Zoología Agrícola - EEAOC Correo: zoología@eeaoc.org.ar

La producción de poroto (Phaseolus vulgaris L.) se desarrolla principalmente en la región del noroeste argentino (NOA). Entre las limitantes fitosanitarias que afectan al cultivo, se encuentran las plagas, que pueden manifestarse durante las diferentes etapas de desarrollo del poroto, impactando sobre la productividad.

En esta nota, vamos a conocer algunas características sobre la mosca blanca (Bemicia tabaci), la falsa medidora (Chrysodeixis includens), el ácaro blanco (Polyphagotarsonemus latus) y el picudo negro de la vaina (Rhyssomatus subtilis), y las estrategias de manejo recomendadas para hacerles frente. ¿Empezamos?

Mosca blanca, Bemisia tabaci Bemisia tabaci es una de las principales plagas del cultivo de poroto. Su importancia radica en la capacidad que presenta este insecto para transmitir virus que afectan a la productividad del cultivo (Morales, 2000). Características Bemisia tabaci es una de las plagas más ampliamente distribuidas en las regiones tropicales y subtropicales del mundo, y afecta a más de 600 especies vegetales, incluyendo plantas cultivadas y silvestres (Cuéllar y Morales, 2006). Los adultos son unas pequeñas mosquitas blancas, que miden cerca de 1 mm (Figura

1A). La hembra coloca huevos en la cara inferior de las hojas en forma aislada o en grupos irregulares (100 a 300 huevos/hembra), como se detalla en Figura 1B. Presenta cuatro estadios ninfales, que se encuentran fijos en el envés de la hoja (Figura 1C). La duración promedio de huevo a adulto es de 33 días, lo que determina la gran capacidad reproductiva de esta plaga (Quintela, 2002).

Figura 1C: Ninfa de Bemisia tabaci.

Figura 1A: Adulto

Figura 1B: Huevo

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Daños Los adultos y las ninfas causan daños directos por la succión de savia de las plantas, e indirectos por la excreción de sustancias azucaradas que favorecen el desarrollo de fumagina, afectando el proceso de la fotosíntesis. Ambos daños, sin embargo, revisten poca importancia en el cultivo.

Figura 2A: Adulto de Bemisia tabaci en hoja

Figura 2C: Planta con síntomas de geminivirus

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El mayor impacto de la plaga está dado por la capacidad de los adultos de transmitir geminivirus; destacándose el virus del enanismo del poroto y el virus del mosaico dorado. Altas poblaciones de mosca blanca en las etapas iniciales del poroto, pueden ocasionar pérdidas totales en el cultivo (Figura 2).

Figura 2B: Planta sana


Estrategias de manejo Para ser 100% sinceros, el monitoreo de esta plaga no resulta sencillo. Esto tiene que ver con la movilidad de los adultos y la dificultad para la observación de los huevos y ninfas. La primera recomendación es observar, con ayuda de una lupa, el envés de las hojas correspondientes al tercio superior para detectar la presencia de B. tabaci. Hay que tener en cuenta que la fase crítica del poroto hacia los geminivirus transmitidos por B. tabaci se extiende desde la emergencia del cultivo hasta la floración. Por eso las estrategias de manejo se deben concentrar en dicho período. Al tratarse de una plaga muy polífaga, la presencia de cultivos hospederos como el algodón, la soja, especies hortícolas como el tomate y el pimiento, contribuyen a la ocurrencia de poblaciones mayores de B.

tabaci sobre el cultivo de poroto (Corrêa de Faria y Yokoyama, 2008). Para el manejo de B. tabaci, se debe recurrir al uso de insecticidas curasemillas que protejan al cultivo durante las primeras etapas de su desarrollo, como los que pertenecen al grupo de los neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid y acetamiprid). El tratamiento de semillas se debe complementar con aplicaciones foliares de insecticidas, cuando se detecte la presencia de adultos de B. tabaci en el cultivo. Entre las alternativas foliares se pueden mencionar a los piretroides (bifentrin, esfenvalerato), neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid, acetamiprid) y cetoenoles (spirotetramat). El empleo de estos insecticidas se debe realizar con la premisa de rotar los modos de acción para evitar problemas de resistencia.

Falsa medidora, Chrysodeixis includens La falsa medidora (Chrysodeixis includens) es una especie que cobró gran importancia en las últimas campañas y hoy se la considera como la principal defoliadora del cultivo de poroto. Características Es una especie típica de ambientes subtropicales, con mayor importancia en las regiones del NOA y NEA. La falsa medidora se caracteriza por ser polífaga, es decir que se puede desarrollar sobre numerosas especies vegetales, aunque manifiesta preferencia por las leguminosas como la soja y el poroto (Navarro et al., 2009). Puede presentar hasta 4 generaciones al año, ocurriendo desde fines de enero hasta marzo en la soja y posteriormente en el poroto.

aislada, generalmente en el envés de las hojas. Cada hembra puede colocar en promedio 700 huevos durante su vida. Las larvas son de color verde claro, con una serie de líneas longitudinales blancas. Presentan 3 pares de patas falsas o abdominales, que la obliga a desplazarse arqueando su cuerpo o “midiendo”. Las larvas de los últimos estadios se caracterizan por presentar el extremo abdominal más ensanchado que el resto de cuerpo (Figura 3).

Los adultos son mariposas de 35 mm de envergadura alar, dispuestas en forma inclinada; en posición de reposo, se observan dos penachos, uno toráxico muy notorio y otro abdominal. Las alas anteriores son de color pardo oscuro con dos manchas plateadas cerca del centro del ala (Figura 3). Las hembras colocan los huevos en forma

Después del último estadio larval, empupa en la hoja, generalmente en la cara abaxial, dentro de un capullo algodonoso. La pupa es de color verde claro con una serie de manchas de color pardo en el sector dorsal (Figura 3). El período de huevo hasta la emergencia del adulto varía de 27 a 35 días (Sosa - Gómez et al., 2010). REVISTA AAPRESID

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Figura 3A: Adulto de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Figura 3B: Huevo de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Figura 3C: Larva de falsa medidora Chrysodeixis includens.

Figura 3D: Pupa de falsa medidora Chrysodeixis includens.

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Daños Las larvas se alimentan de hojas y se ubican frecuentemente en el tercio inferior y medio del cultivo. Las larvas de los primeros estadios raspan las hojas y aquellas mayores a 15 mm, consumen las hojas res-

petando las nervaduras, lo que le da a la hoja un aspecto en forma de red (Figura 4). Cuando ocurren altos niveles sobre el cultivo, se pueden observar larvas alimentándose de vainas en formación.

Figura 4: Daños causados por larvas Chrysodeixis includens en hojas.

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Estrategias de manejo Para el monitoreo, se recomienda el empleo del paño vertical. Dicha tarea se debe realizar con una frecuencia al menos semanal, y así registrar el número de larvas y estimar el nivel de defoliación observado en el cultivo. La falsa medidora, C. includens, es una especie que tolera dosis mayores de insecticidas en comparación a otras orugas defoliadoras, observándose además fallas de control a partir del uso de activos pertenecientes a los grupos de los piretroides y organofosforados. Entre los activos que presentan control sobre falsa medidora se

encuentran los insecticidas pertenecientes al grupo de los carbamatos (tiodicarb), los reguladores del crecimiento (lufenuron, teflubenzuron, novaluron, triflumuron, metoxifenoxide), las diamidas antranílicas (clorantraniliproble, flubendiamide) y pirroles (clorfenapir). Por la ubicación de la plaga en el cultivo, cobra importancia el momento y la calidad de aplicación de los insecticidas, obteniéndose mejores resultados en aplicaciones realizadas antes del cierre del entresurco, lo que asegura la llegada del producto al estrato inferior y medio del cultivo.

Ácaro blanco, Polyphagotarsonemus latus El ácaro blanco, Polyphagotarsonemus latus, es una especie distribuida en todo el mundo, que ataca a una gran diversidad de especies vegetales, incluidos cultivos de importancia como el poroto. El ciclo de vida del ácaro blanco es corto, transcurriendo entre 5 a 7 días desde el estado de huevo al adulto. El adulto es de color blanco amarillento y mide entre 0,2 y 0,3 mm. Los adultos y sus larvas causan daños al poroto, y se ubican en el envés de las hojas nuevas. Como consecuencia de sus daños, las hojas manifiestan deformaciones características con los bordes enrulados hacia arriba (Figura 5). En el envés suelen obser-

A

varse manchas plateadas que con el tiempo adquieren un aspecto bronceado por la muerte de los tejidos (Figura 5). Los ataques del ácaro blanco se inician en focos o rodales en el cultivo, y luego se dispersan al resto del lote. Para el monitoreo se recomienda la observación del envés de las hojas jóvenes, con ayuda de una lupa, para la detección de larvas y/o adultos del ácaro blanco. Para el control del ácaro blanco se puede recurrir al uso de insecticidas – acaricidas foliares, como la abamectina. No se recomienda el empleo de piretroides ya que favorece el aumento de sus poblaciones.

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Figura 5: Daños de Polyphagotarsonemus latus en hojas de poroto. Deformación de bordes (A) y bronceado de las hojas, leve (B) y severo (C).

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Picudo negro de la vaina, Rhyssomatus subtilis Es un picudo que se encuentra distribuido en el área sojera del NOA (Cazado et al., 2013), con importancia en aquellas zonas poroteras en las que predomina la soja como cultivo estival. El adulto de R. subtilis es de forma ovalada de color negro y mide aproximadamente 5,0 mm de longitud y 2,5 mm de ancho. Tiene una sola generación al año, con una fase activa asociada al cultivo, representada por los adultos y las larvas; y una fase de latencia o hibernación, que ocurre en el

suelo y está representada por las larvas hibernantes y las pupas, como se detalla en la Figura 6 (Socias et al., 2009). El proceso de emergencia de los adultos desde el suelo se inicia a mediados de noviembre y ocurre por “pulsos o camadas” que están asociados a las precipitaciones. Los máximos niveles de emergencia se manifiestan entre febrero y marzo, coincidiendo con la siembra y las primeras etapas de desarrollo del cultivo de poroto (Cazado et al., 2014).

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Figura 6: Adulto (A), huevo (B), larva (C), larva hibernante (D) y pupa (E) de R Rhyssomatus. subtilis. REVISTA AAPRESID

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Las etapas vegetativas del poroto son consideradas como las más críticas al daño ocasionado por R. subtilis. Los adultos dañan cotiledones y brotes, y causan la muerte de las plántulas. En etapas vegetativas más avanzadas, el daño y la muerte de brotes afecta la estructura de las plantas de poroto (Figura 7). Para el monitoreo de los adultos de R. subtilis, se recomienda el empleo del paño vertical. Hay que tener en cuenta que, en etapas vegetativas tempranas se debe complementar con la revisión de brotes, hojas secas y rastrojo, a fin de estimar con mayor exactitud los niveles de la plaga. El registro de las plantas afectadas (con brote dañado) en el sector de muestreo suele servir como indicador de la presencia de la plaga.

Para el manejo de esta plaga se dispone del uso de insecticidas curasemillas para las primeras etapas del cultivo, entre los que se destacan los neonicotinoides (tiametoxam, imidacloprid y acetamiprid). El período de protección efectivo de esta herramienta es de 15 a 20 días después de la siembra. Pasado el efecto del insecticida curasemillas, se debe recurrir a las aplicaciones foliares de insecticidas como los piretroides y las mezclas de estos con los neonicotinoides. El período de protección brindado por estos insecticidas está condicionado por las nuevas emergencias de los adultos desde el suelo.

Figura 7: Daños causados por los adultos de Rhyssomatus subtilis en etapas vegetativas del poroto.

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BIBLIOGRAFÍA • Cazado L. E.; Murúa M. G.; Casmuz A. S.; Socías M. G.; Vera M. T.; O´Brien C. W. and Gastaminza G. 2013. Geographical distribution and new host associations of Rhyssomatus subtilis (Coleoptera: Curculionidae) in Argentina. Florida Entomologist (EEUU), 96 (2): 663-669. • Cazado L. E.; Casmuz A. S.; Scalora F.; Murúa M. G.; Socías M. G.; Gastaminza G. A. y Willink E. 2014. El picudo negro de la soja, Rhyssomatus subtilis Fiedler (Coleoptera: Curculionidae). Avance Agroindustrial 35 (4), Dossier. ISSN 0326-1131. • Corrêa de Faria, J. y Yokoyama, M. 2008. Integração da avaliação de danos causados pelo mosaico dourado do feijoeiro: o papel de culturas hospedeiras do vetor do vírus e manejo da praga e doença. Documento Embrapa Arroz e Feijão (230). Santo Antônio de Goiás. • Cuéllar M. E. y Morales F. J. 2006. La mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius) como plaga y vectora de virus en fríjol común (Phaseolus vulgaris L.). Revista Colombiana de Entomología. 32 (1): 1 – 9. • Morales F. J. 2000. El Mosaico Dorado y otras enfermedades del fríjol común causadas por geminivirus transmitidos por mosca blanca en América Latina. Palmira, Valle del Cauca, Colombia: Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). 169 p. • Navarro F. R.; Saini E. D. y Leiva P. D. 2009. Clave pictórica de polillas de interés agrícola, agrupadas por relación de semejanza. 1° Ed. INTA, EEA Pergamino e IMyZA – CNIA Castelar, FCN e Instituto Miguel Lillo, UNT. Buenos Aires, Argentina. 100 p. • Quintela E. D. 2002. Manual de identificação dos insetos e outros invertebrados pragas do feijoeiro. Documento Embrapa Arroz e Feijão (142). Santo Antônio de Goiás. • Socías M. G.; Rosado-Neto G. H.; Casmuz A. S.; Zaia D. G. and Willink E. 2009. Rhyssomatus subtilis Fiedler (Coleoptera: Curculionidae), primer registro para la Argentina y primera cita de planta hospedera, Glycine max (L) Merr. Rev. Ind. y Agríc. de Tucumán 86 (1): 43-46. • Sosa – Gómez D. R.; Correa – Ferreira B. S.; Hoffmann – Campo C. B.; Corso I. C.; Oliveira L. J.; Moscardi F.; Panizzi A. R.; Bueno A. de F. y Hirose E. 2010. Manual de identificação de insetos e outros invertebrados da cultura da soja. Documento EmbrapaCNPSo (269). Londrina.

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PLAGAS Y ENFERMEDADES

Plagas sin corona. Que la reina sea la soja Oruga bolillera, picudo negro de la vaina, complejo de defoliadoras y chinches son algunas de las principales plagas del cultivo de soja. Te contamos sus características y cómo manejarlas.

Por: Ing. Agr. Augusto S. Casmuz Sección Zoología Agrícola - EEAOC Correo: zoología@eeaoc.org.ar

Por la diversidad de ambientes donde se desarrolla la soja (Glycine max (L.) Merr), son numerosos los problemas fitosanitarios que afectan la productividad de este cultivo, destacándose entre ellos a las plagas insectiles. Las de mayor frecuencia en la región del noroeste argentino (NOA) son la oruga bolillera; las defoliadoras Anticarsia gemmatalis y Chrysodeixis includens; el complejo de chinches fitófagas y el picudo negro de la vaina, Rhyssomatus subtilis, estas dos últimas plagas no blanco de la soja Bt (Salas y Ávila, 2006; Casmuz et al., 2013; Murúa et al., 2016). A continuación, se describirán las características principales de este complejo de plagas y se hará referencia a las estrategias disponibles para su manejo.

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RED DE INNOVADORES


Oruga bolillera Las orugas bolilleras corresponden al complejo Heliothinae que está integrado por las especies Helicoverpa gelotopoeon, H. zea, H.

armigera y Chloridea virescens. En el NOA, H. gelotopoeon es la especie más frecuente en el cultivo de soja (Murúa et al., 2016).

Características La oruga bolillera adquiere mayor importancia en las etapas iniciales de la soja, fundamentalmente en las fechas de siembra tempranas de este cultivo (fines de noviembre hasta mediados de diciembre). La ocurrencia de esta plaga fue favorecida por cambios en el sistema productivo, mencionándose a la incorporación del cultivo de garbanzo, alternativa invernal de importancia para nuestra región. El garbanzo es un hospedero preferido por la oruga bolillera, permitiendo el desarrollo de las primeras generaciones, para luego manifestarse en las etapas vegetativas de la soja (Casmuz et al., 2021).

Esta situación suele agravarse bajo condiciones de sequía y altas temperaturas, que son factores favorables para el desarrollo y la evolución de la oruga bolillera. El adulto es una mariposa que tiene una envergadura alar de entre 28 mm y 35 mm de color castaño claro, con una franja oscura cruza la parte posterior y una macha parda oscura en centro de cada ala. El adulto en posición de reposo dispone las alas en techo de dos aguas (Figura 1). Las hembras depositan sus huevos individualmente, generalmente en los brotes terminales y hojas (350 a 500 huevos por hembra). Entre los

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3 y 5 días nacen las orugas, que pasan por 5 estadios larvales, cumpliéndolos entre 15 y 20 días (Figura 1). Las orugas mayores a 1 cm son de color variable y se caracterizan por el extremo caudal que finaliza con una inclinación en ángulo de 45° aproximadamente. Presenta setas o microespinas visibles y dos bandas laterales siempre más claras que el resto del cuerpo (Figura 2). La larva del último estadio se arroja al suelo para pupar. La pupa es el estado que le permite a H. gelotopoeon atravesar las condiciones adversas durante el invierno. Esta especie completa su ciclo en aproximadamente 30 a 40 días (Navarro et al., 2009).

Figura 1: Adultos de Helicoverpa gelotopoeon (A), huevos en brote (B), oruga chica en foliolo (C) y oruga grande (D). REVISTA AAPRESID

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Figura 2: Orugas grandes de Helicoverpa gelotopoeon. Coloración variable y características para la diferenciación.

Daños pérdida de la dominancia apical y, en consecuencia, una disminución de la altura y la modificación de la estructura de las plantas afectadas (Figura 3). En etapas vegetativas avanzadas, las orugas se comportan como defoliadoras; mientras que en las fases reproductivas pueden consumir flores, vainas

En las etapas vegetativas las orugas pequeñas pliegan con tela el folíolo aún sin desplegar, produciendo una defoliación leve del mismo (Figura 3). Las orugas de más de 1 cm se alimentan de hojas y de brotes. El daño del brote terminal en las etapas vegetativas iniciales determina la A

B

y semillas. Esta especie tiene una marcada preferencia por los granos, perforando las vainas de la soja en los sitios donde se encuentran estos órganos como se detalla en la Figura 4 (Iannone y Leiva, 1993)

C

Figura 3: Daños en etapas vegetativas: oruga grande consumiendo brote (A), brote apical dañado (B) y pérdida de la dominancia apical de la planta afectada (C).

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Figura 4: Daños en etapas reproductivas: oruga grande consumiendo granos (A) y vainas dañadas por oruga bolillera (B).

Estrategias de manejo El monitoreo de los adultos a partir de trampas de luz o de feromonas puede ser útil como sistema de alerta o alarma, permitiendo focalizar el muestreo sobre el cultivo. En la soja el monitoreo de orugas de H. gelotopoeon se realiza a partir del empleo del paño vertical, considerándose también, la revisión de los brotes de las plantas pequeñas (hasta un V5/V6) para constatar la presencia de huevos y/o orugas pequeñas de H. gelotopoeon. También es importante registrar plantas dañadas por esta plaga, considerándose aquellas que tengan el brote terminal afectado. Entre las herramientas para el manejo de la oruga bolillera, se menciona a insecticidas para el tratamiento de semillas (grupo de las diamidas); y en aplicaciones foliares a insecticidas pertenecientes a los grupos de los piretroides, IGR (Insect Growth Re-

gulators), pirroles, espinosinas y diamidas. En las aplicaciones foliares se debe tener en cuenta el tamaño de la oruga, ya que las orugas pequeñas están protegidas en los brotes, y aquellos aspectos relacionados a la calidad de aplicación para lograr un mejor control de la plaga. En etapas vegetativas iniciales el período de protección de los insecticidas aplicados foliarmente está condicionado por las nuevas infestaciones de la plaga. Otra herramienta de manejo es la soja Bt, que expresa la proteína Cry1Ac, manifestando hasta la actualidad un excelente control de las orugas de H. gelotopoeon. En caso de incorporar esta tecnología se debe cumplir con las recomendaciones establecidas para protegerla, mencionándose a la incorporación del área refugio con soja no Bt (Casmuz et al., 2016).

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Complejo de oruga defoliadoras En el NOA, las especies más frecuentes son la oruga de las leguminosas, Anticarsia

gemmatalis, y la falsa medidora Chrysodeixis includens (Casmuz et al., 2013).

Características La oruga de las leguminosas, A. gemmatalis, puede presentar una primera generación en los meses de octubre y noviembre sobre el cultivo de vicia. En la soja suele ocurrir con mayor frecuencia desde mediados de enero hasta fines de febrero o principios de marzo. El adulto es una mariposa que tiene una envergadura alar de entre 32 mm y 40 mm. La coloración es variable desde un pardo morado a un pardo amarillento pálido, con una línea que cruza las alas y es de un color más claro u oscuro que el resto del cuerpo. El adulto en posición de reposo presenta las alas extendidas (Figura 5). Las hembras depositan sus huevos en forma aislada, ge-

neralmente en el envés de las hojas (900 a 1000 huevos por hembra). Entre los 3 y 4 días nacen las orugas, que pasan por 6 estadios larvales, cumpliéndolos entre los 12 y 17 días. La coloración de las orugas va desde el verde claro al castaño oscuro cuando ocurren altas poblaciones. Las orugas tienen 5 pares de patas falsas, con el último par dispuesto hacia atrás en forma de V y se caracterizan por presentar movimientos bruscos al ser molestadas (Figura 5). La oruga del último estadio se arroja al suelo para pupar en los primeros centímetros. Esta especie carece de mecanismos para soportar las condiciones adversas del invierno (Navarro et al., 2009).

Figura 5A: Adulto de Anticarsia gemmatalis

Figura 5B: Características para diferenciar orugas grandes de Anticarsia gemmatalis

Figura 5C: Orugas de color verde claro y orugas de coloración oscura cuando ocurren altas poblaciones

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La falsa medidora, C. inludens, representa más del 90% de la abundancia dentro del complejo de medidoras, donde también encontramos a Rachiplusia nu. La falsa medidora es una especie que suele ocurrir después de A. gemmatalis, observándola con mayor frecuencia en los meses de febrero y marzo en el cultivo de soja. Si las condiciones ambientales de marzo y abril son favorables para su desarrollo, la ocurrencia suele extenderse hasta mayo en el cultivo de poroto. El adulto es una mariposa con una envergadura alar de 26 mm a 36 mm. Las alas de color pardo oscuro con 2 pequeñas manchas plateadas cerca del centro de las alas, que no se tocan entre sí. En posición de reposo dispone las alas en techo de dos aguas y se puede observar la presencia de dos penachos, siendo el toráxico muy notorio (Figura 6). Las hembras depositan sus huevos individuales, generalmente en

el envés de las hojas (300 a 320 huevos por hembra). Entre los 3 y 5 días nacen las orugas, que pasan por 6 estadios larvales, cumpliendolos en 23 días. Las orugas son de color verde claro, verde amarillento o verde oscuro cuando se presentan en altas poblaciones. Poseen la cabeza y tórax estrechos y un abdomen que se va ensanchando gradualmente hacia la región caudal (Figura 6). Las orugas tienen 3 pares de patas falsas visibles, con un cuarto y quinto par de patas vestigiales, no visibles a simple vista (Vera et al., 2019). El desplazamiento es lento, arqueando el cuerpo o midiendo. La larva del último estadio teje un capullo con hilos de seda en el envés de las hojas donde empupa (Navarro et al., 2009). La pupa es de color verde claro o verde brillante con una pigmentación irregular en la parte dorsal (Figura 6). Esta especie carece de mecanismos para soportar las condiciones adversas del invierno.

Figura 6A: Adulto de Chrysodeixis includens

Figura 6B: Características de la oruga grande de Chrysodeixis includens

Figura 6B: Características de la pupa de Chrysodeixis includens

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Daños Las etapas críticas son las reproductivas, desde R3 en adelante, donde las defoliaciones causadas por estas orugas pueden repercutir negativamente sobre el rendimiento del cultivo. Tanto las orugas de A. gemmatalis como las de C. inludens pueden consumir vainas cuando ocurren altas poblaciones. Las orugas de A. gemmatalis se ubican en la parte superior del cultivo y consumen las hojas sin respetar nervaduras (Figura 7). Sus orugas son muy voraces, con un con-

sumo foliar que varía entre 74 a 105 cm2 de hojas (Navarro et al., 2009), ocurriendo más del 90% con orugas mayores a 1,5 cm. Las orugas de falsa medidora, C. includens, consumen hojas respetando las nervaduras principales, tomando un aspecto de red (Figura 7). En general, las larvas, se ubican en el tercio medio de las plantas y en el envés de las hojas (Navarro et al., 2009). El consumo foliar varía entre 64 a 200 cm2 de hojas.

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Figura 7: Daños causados por orugas de Anticarsia gemmatalis (A) y daño causado por orugas de Chrysodeixis includens (B).

Estrategias de manejo El monitoreo de los adultos a partir de trampas de luz puede ser útil como sistema de alerta o alarma, permitiendo focalizar el muestreo sobre el cultivo. El monitoreo de orugas se realiza a partir del empleo del

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paño vertical considerando, además, la estimación del daño foliar. Desde R3 en adelante, los umbrales de acción establecidos para el control de las defoliadoras mencionan cantidades de 20 orugas por metro li-


neal de cultivo y valores de defoliación de un 10% en variedades de grupos de madurez cortos y un 20% en las de grupo largo. Cabe mencionar que los niveles establecidos en los umbrales de acción son orientativos y estarán sujetos a las condiciones bajo las cuales se desarrolla el cultivo y a la ocurrencia de otras limitantes fitosanitarias, entre otros factores. Con respecto a las herramientas para el control, se dispone de una serie de insecticidas para la aplicación foliar. Entre ellos encontramos a productos pertenecientes a los grupos de los piretroides, carbamatos, IGR (Insect Growth Regulators), pirroles, espinosinas y diamidas. Estos insecticidas presentan muy buenos controles sobre A. gemmatalis, por ser una especie muy sensible y por ubicarse en el estrato superior del cultivo, donde resulta fácil lograr una buena llegada del producto al blanco. Cuando la especie a controlar es la falsa medidora, C. inludens, no es recomendable el empleo

de piretroides por presentar controles poco eficaces sobre esta oruga. Un aspecto clave para obtener mayores controles sobre C. includens es la calidad de aplicación de los insecticidas, con el propósito de lograr una mejor llegada al estrato medio del cultivo (Casmuz et al., 2012). Otra herramienta de manejo es la soja Bt, que ha manifestado hasta la actualidad un excelente control de las orugas de A. gemmatalis y C. inludens. En caso de incorporar esta tecnología se debe cumplir con las recomendaciones establecidas para protegerla, mencionándose a la incorporación del área refugio con soja no Bt (Casmuz et al., 2016). También es importante tener en cuenta el control natural ejercido por algunos agentes biológicos, mencionándose a los entomopatógenos como Nomuraea rileyi, sobre A. gemmatalis, y Entomophtora sp, sobre las orugas de C. includens.

El picudo negro de la vaina, Rhyssomatus subtilis Rhyssomatus subtilis es una especie que fue detectada por primera vez en el año 2006 causando daños a la soja, sin que existan hasta ese momento registros de ataques de

esta la plaga a algún cultivo. En la actualidad R. subtilis se encuentra distribuido en toda la región granera del NOA (Cazado et al., 2013a).

Características R. subtilis sólo cumple su ciclo de vida en algunas especies de la familia de las Fabaceae, siendo la soja el cultivo preferido por la plaga. Bajo las condiciones climáticas del NOA presenta una sola generación al año (Socías et al., 2009; Cazado et al., 2014). El adulto de R. subtilis mide aproximadamente 5,0 mm de longitud y 2,5 mm de ancho y puede llegar a vivir unos 90 días. Tiene el cuerpo de forma algo ovalada, de color negro, con tonalidades bermejo (Figura 8). La cabeza es pequeña y la base del rostro es delgada y curvada, tan larga como la cabeza y el protórax. Los élitros presentan líneas longitudinales de puntuaciones o estrías a lo largo de toda su extensión como se detalla en la Figura 8 (Socías et al., 2009). Las hembras oviponen en el interior de las vainas desde que

la soja se encuentra en R5 hasta R8. Los huevos son de forma ovalada, de color blanco amarillento y miden 1,0 mm de largo y 0,4 mm de ancho y son colocados de manera individual junto al grano, llegando a observarse en algunos casos más de un huevo por vaina (Figura 8). Cada hembra coloca en promedio 230 huevos durante el período de oviposición, que se extiende 66 días aproximadamente. La duración del estado de huevo es de 3 a 4 días. Las larvas presentan las características típicas de la familia Curculionidae: son ápodas, con el cuerpo rollizo, curvado, en forma de “C” y de color blanco lechoso (Figura 8). En el interior de la vaina, las larvas se alimentan de los granos, pasando por cuatro estadios larvales. Posteriormente, las larvas realizan una perforación en la vaina para arrojarse al suelo, donde formará una cámara pupal REVISTA AAPRESID

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entre los 3 y 9 cm de profundidad, permaneciendo allí como larva hibernante (Figura 9). Con el aumento de las temperaturas en el mes de septiembre, comienza a aparecer el estado de pupa y a partir de mediados de octubre, el 100% de los estados en suelo corresponde al de pupas (Figura 9). El ciclo se reanuda a mediados de noviem-

bre, con la emergencia de los adultos de R. subtilis desde el suelo (Figura 9). Este proceso se manifiesta en “pulsos o camadas” asociados a la ocurrencia de las precipitaciones y suele extenderse hasta el mes de mayo, con picos durante los meses de febrero y marzo.

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C

D

Figura 8: Adulto de Rhyssomatus subtilis (A), vaina con daño (B), huevo sobre el grano (C) y larva de Rhyssomatus subtilis consumiendo granos (D). A

B

C

D

Figura 9: Larva hibernante (A), pupa (B), adulto en suelo (C) y adulto de Rhyssomatus subtilis por emerger desde el suelo (D).

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Daños Durante las fases vegetativas iniciales de la soja (hasta V3), los daños causados por los adultos de R. subtilis en cotiledones y brotes pueden causar la muerte de las plantas (Cazado et al., 2016). En etapas vegetativas más avanzadas, hasta un V6, el daño y la muerte de los brotes terminales determinan una disminución de la altura y la modificación de la estructura de las plan-

tas afectadas (Figura 10). La fase reproductiva correspondiente al llenado de granos (R5 a R6), son las más críticas, ya que las hembras colocan los huevos en el interior de las vainas de la soja, ocurriendo en esta etapa el 80% de la oviposición aproximadamente. Las larvas, al nacer, se alimentan de los granos, afectando directamente el rendimiento del cultivo (Figura 11). Además, B

A

A

los daños por oviposición y alimentación favorecen el ingreso de patógenos que afectan la calidad de los granos (Figura 11). Los daños ocasionados entre R5 y R6 pueden ocasionar pérdidas de hasta un 60% del rendimiento, sumándose a ello el incremento poblacional de la plaga para la campaña siguiente (Cazado et al., 2013b).

B

Figura 10: Daños de Rhyssomatus subtilis en etapas vegetativas: daños en etapas iniciales con muerte de plantas (A) y daños en brote terminal con reducción de la altura de las plantas (B).

A

A

B

C

Figura 11: Daños de Rhyssomatus subtilis en etapas reproductivas: daños en vainas (A), granos consumidos por la larva (B) y daños directos e indirectos sobre los granos de soja (C).

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Estrategias de manejo El monitoreo de suelo es una herramienta que se puede emplear para estimar la población de R. subtilis en el lote, y así planificar estrategias de manejo. Con valores superiores a las 15 larvas/pupas en 0,25 m2 es preferible rotar el lote con gramíneas (Cazado et al., 2014). El monitoreo de los adultos de R. subtilis en el cultivo de soja se realiza a partir del uso del paño vertical. En las etapas vegetativas (hasta V5/V6), además se recomienda revisar brotes y rastrojo del sector monitoreado, ya que la escasa canopia del cultivo obliga a los adultos de R. subtilis a protegerse del sol en las horas de mayor insolación. En estas fases vegetativas, también resulta importante el registro de plantas afectadas, con brote terminal dañado. En las etapas vegetativas avanzadas y en las reproductivas, se debe tener en cuenta que el monitoreo de los adultos de R. subtilis con el paño vertical suele tener una eficacia de captura de un 60% aproximadamente, situación que también estará condicionada por la estructura y el desarrollo del cultivo. Entre las estrategias de control se menciona a uso de insecticidas en el tratamiento de semillas, para el control de adultos en las primeras etapas de la soja, empleándose productos pertenecientes a los neonicotinoides (tiametoxan, imidacloprid y acetamiprid) y fenilpirazoles (fipronil y ethiprole). El período de protección de esta herramienta es de 20 a 25 días después de la siembra y está condicionado por los niveles de la plaga y por las condiciones am-

bientales en las que se desarrolla el cultivo (Cazado et al., 2014). En aplicaciones foliares, se puede recurrir a insecticidas pertenecientes al grupo de los fenilpirazoles (fipronil), piretroides y las mezclas de estos con los neonicotinoides. El período de protección de los insecticidas estará condicionado por las nuevas camadas de adultos de R. subtilis que emergerán desde el suelo. Las aplicaciones foliares de los insecticidas en las últimas horas de la tarde y durante la noche, presentan mejores controles por ser el momento de mayor exposición de los adultos de R. subtilis (Cazado et al., 2014). Entre las prácticas culturales se destaca la rotación con gramíneas (maíz o sorgo), debido a la incapacidad de R. subtilis de alimentarse y cumplir su ciclo de vida en estas especies. En caso de emplearla, se deben tomar medidas para evitar o minimizar la migración de los adultos a los lotes de soja vecinos a la gramínea, resultado clave el manejo de las borduras de los lotes de soja que limitan con los cultivos de gramíneas (Cazado et al., 2014). Otras prácticas culturales son la fecha de siembra de la soja, para que los picos de emergencia de los adultos de R. subtilis no coincidan con las fases críticas del cultivo de la soja. El laboreo de suelo para el control de las formas hibernantes puede contribuir a reducir entre un 40% y un 50% la población de R. subtilis, si se realiza en la época donde la forma predominante es la pupa (septiembre-octubre).

El complejo de chinches Dentro del complejo de chinches, las especies más frecuentes en la soja son la chinche de la alfalfa (Piezodorus guildinii), la chinche verde (Nezara viridula), el alquiche chico (Edessa meditabunda) y la chinche de

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los cuernos (Dichelops furcatus). Se debe tener en cuenta que la abundancia estacional de las especies fluctúa marcadamente de año a año, en función de las condiciones ambientales reinantes (Flores et al., 2016).


Características Los adultos de las chinches llegan a vivir entre 20 a 30 días (Figura 12). Este estado es la forma con la cual atraviesan las condiciones desfavorables del invierno, ingresando en una fase de hibernación, donde dejan de alimentarse. Los cambios en los sistemas productivos, como la ocurrencia de diversas malezas resistentes y/o tolerables, la incorporación de cultivos invernales y de servicio pueden ser elementos que contribuyan a la supervivencia de los adultos. En la primavera los adultos aban-

A

B

donan la fase de hibernación, para buscar alimento y posteriormente multiplicarse, dando lugar a la primera generación. Las hembras depositan los huevos en forma agrupada en tallos, hojas o vainas dependiendo la especie (Figura 13). Entre los 5 y 7 días se produce el nacimiento de las ninfas, que al principio son gregarias y posteriormente se dispersan en el cultivo (Figura 13). Pasan por 5 estados ninfales, que lo cumplen entre los 20 y 30 días.

C

D

Figura 12: Adulto de Piezodorus guildinii (A), Nezara viridula (B), Edessa meditabunda (C) y Dichelops furcatus (D).

A

B

D

E

C

Figura 13: Huevos agrupados de chinches: Piezodorus guildinii (A) y Nezara viridula (B). Ninfas gregarias (C). Ninfas mayores a 0,5 cm de Piezodorus guildinii (D) y Nezara viridula (E).

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Daños El aparato bucal de las chinches es picador - suctor. Tanto las ninfas como los adultos obtienen su alimento mediante el picado del tejido vegetal y posterior succión de los contenidos celulares. Las ninfas del 4° y 5° estado (mayores a 0,5 cm) tienen la misma capacidad de daño que el adulto. Pueden alimentarse de diferentes partes de la planta, como el tallo, los pecíolos, las hojas, etc. Una vez iniciada la etapa reproductiva, muestran una marcada preferencia por vainas y semillas (Gamundi y Sosa, 2008a). Existe una di-

ferencia en la capacidad de daño entre las especies, mencionándose a la chinche de la alfalfa y a la chinche verde como las especies más dañinas (Flores et al., 2016). El impacto ocasionado por las chinches es diferente según los estados reproductivos de la soja. El mayor daño ocurre en la formación de vainas (R3 y R4), por el aborto de las mismas. En las fases de llenado de los granos (R5 y R6), los daños son potencialmente menores, produciendo desde el B

A

aborto de granos, granos chuzos o depresiones, dependiendo del estado de desarrollo que presenta el grano al momento del daño. En lotes destinados a la producción de semillas, se debe tener en cuenta que daños en R6 y R7 pueden causar una disminución significativa del poder germinativo (PG), la viabilidad y el vigor de las semillas. Además, las perforaciones ocasionadas en las vainas favorecen el ingreso de patógenos que afectan la calidad del grano y/o semilla (Gamundi y Sosa, 2008a). C

Figura 14: Daños ocasionados por el complejo de chinches en soja: aborto de vainas y de granos (A y B) y depresiones en granos (C).

Estrategias de manejo Para el monitoreo del complejo de chinches se recomienda el uso del paño vertical. Se debe tener en cuenta que el monitoreo de las chinches resulta algo dificultoso por la movilidad de los adultos y por su comportamiento en función de los horarios del día. Por lo general, en las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde se logra estimar con mayor exactitud el valor de la plaga en el lote de soja. Los umbrales de acción (UA) establecidos para el control de chinches en soja hacen referencia a las especies más dañinas (P. guildinii y N. viridula) y al estado fenológico del cultivo. Entre R3 y R4 el UA es de 0,5 a 0,7 chinches por metro lineal de cultivo; en R5 de 1 a 2 chinches por metro lineal de cultivo y en R6 – R7 de 3 a 4 chinches por metro lineal de cultivo. Los valores mencionados hacen referencia

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a las cantidades de adultos y de ninfas mayores a 0,5 cm, que tienen la misma capacidad de daño que los adultos. Para el control del complejo de chinches se dispone de un espectro muy estrecho de insecticidas, entre los cuales se mencionan a los piretroides y las mezclas de estos con los neonicotinoides como las alternativas comúnmente utilizadas (Gamundi y Sosa, 2008b). Para lograr mayores controles se debe tener en cuenta aspectos vinculados al momento y la calidad de aplicación. En caso de encontrar chinches antes de ingresar a las fases críticas del cultivo (R3 – R4), se puede incluir la aplicación de un insecticida previo al cierre del surco para manejar la población de esta plaga.


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GANADERÍA

Checklist de vacaciones de verano Lo que no puede faltar para hacerle frente a las altas temperaturas y disminuir el estrés por calor en ganadería.

Por: Dr. Ing. Agr. José Martín Jáuregui Profesor Adjunto- Cátedra Forrajes (FCA, UNL)

En pleno pico de verano y con los termómetros marcando altísimas temperaturas, la producción ganadera enciende las luces de alerta. Para lograr el bienestar de los rumian-

tes y evitar el golpe de calor, compartimos las recomendaciones que no pueden faltar esta temporada y que ayudarán a mitigar este efecto climático.

De razas, índices y riesgos De acuerdo al tipo de raza, nuestras vacas serán capaces de tolerar diferentes combinaciones de temperatura y humedad. Estas combinaciones dan origen a una serie de índices, entre los que se encuentra el Índice de Temperatura y Humedad (ITH), que utiliza una escala que va desde 60 hasta 100 (Tabla 1). Cuando se alcanza el color amarillo, comienza el nivel de alerta; mientras que los colores anaranjado y rojo indican “peligro” y “emergencia”, respectivamente. A su vez,

110

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para definir el riesgo también es importante tener en cuenta la frecuencia y la duración de estos eventos. Una “ola de calor”, en líneas generales, es un fenómeno en el que el ITH se eleva por encima de 79 durante 3 o más días. Específicamente sobre las razas y su nivel de tolerancia al calor, las razas índicas son capaces de tolerar más calor y humedad que las británicas. Respecto a las cruzas, cuanto mayor sea la proporción de sangre índice, mayor será su tolerancia a este estrés.


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111


Humedad Temp

10

20

30

40

50

60

70

80

90

20

63,05

63,6

64,15

64,7

65,25

65,8

66,35

66,9

67,45

21

63,959

64,608

65,257

65,906

66,555

67,204

67,853

68,502

69,151

22

64,868

65,616

66,364

67,112

67,86

68,608

69,356

70,104

70,852

23

65,777

66,624

67,471

68,318

69,165

70,012

70,859

71,706

72,553

24

66,686

67,632

68,578

69,524

70,47

71,416

72,362

73,308

74,254

25

67,595

68,64

69,685

70,73

71,775

72,82

73,865

74,91

75,955

26

68,504

69,648

70,792

71,936

73,08

74,224

75,368

76,512

77,656

27

69,413

70,656

71,899

73,142

74,385

75,628

76,871

78,114

79,357

28

70,322

71,664

73,006

74,348

75,69

77,032

78,374

79,716

81,058

29

71,231

72,672

74,113

75,554

76,995

78,436

79,877

81,318

82,759

30

72,14

73,68

75,22

76,76

78,3

79,84

81,38

82,92

84,46

31

73,049

74,688

76,327

77,966

79,605

81,244

82,883

84,522

86,161

32

73,958

75,696

77,434

79,172

80,91

82,648

84,386

86,124

87,862

33

74,867

76,704

78,541

80,378

82,215

84,052

85,889

87,726

89,563

34

75,776

77,712

79,648

81,584

83,52

85,456

87,392

89,328

91,264

35

76,685

78,72

80,755

82,79

84,825

86,86

88,895

90,93

92,965

36

77,594

79,728

81,862

83,996

86,13

88,264

90,398

92,532

94,666

37

78,503

80,736

82,969

85,202

87,435

89,668

91,901

94,134

96,367

38

79,412

81,744

84,076

86,408

88,74

91,072

93,404

95,736

98,068

Tabla 1 Índice de temperatura y humedad (ITH) para vacas. Los colores verde, amarillo, anaranjado y rojo indican Confort, Alerta, Peligro y Emergencia, respectivamente.

112

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A la sombra La cantidad de sombra disponible por animal es un factor crucial a tener en cuenta para poder soportar las altas temperaturas de verano. Se debe estimar un mínimo de 2 m² para terneros, 3-4 m² para novillos y vaquillonas, y 4-5 m² para vacas y novillos para asegurar una adecuada provisión de sombra. La altura mínima de esa sombra deberá ser de 3-4 metros para que el viento circule y pueda disipar el calor de los animales.

Algo a tener en cuenta es que si los animales son expuestos a niveles de estrés elevados y no disponen de sombra, se reduce su potencial productivo. Esto se traduce en pérdidas de peso, abortos, ausencia de celos y puede llegar a provocar la muerte si el estrés es prolongado y se combina con falta de agua.

Agua fresca y de calidad Se debe asegurar contar con buena cantidad y calidad de agua para beber. Los requerimientos de agua del rodeo siempre se deben calcular teniendo en cuenta el Temperatura

momento de máxima demanda (verano). A modo de ejemplo, en la Tabla 2 se comparten algunos valores de requerimientos por categoría.

Vacas lactando

Vacas secas

Animales en crecimiento

Animales en terminación

409 kg

409 kg

108 kg

273 kg

364 kg

454 kg

4

43

25

15

20

28

33

10

48

27

16

22

30

36

14

55

31

19

25

34

41

21

64

37

22

30

41

48

27

68

25

34

47

55

32

61

36

48

66

78

Sales totales

Cloruro (de sodio)

Sulfato

Magnesio

Para Otro ítem esencial a tener en cuenta es la calidad del agua de bebida. Si los animales ingieren agua de baja calidad pueden perder peso, tener trastornos digestivos, alterar su reproducción e incluso, en casos severos, sufrir la muerte. En la Tabla 3 se presentan algunos valores a tener en cuenta para verificar la calidad del agua de bebida.

Tabla 3 Valores para verificar la calidad del agua.

Tabla 2 Requerimientos de agua por categoría de animal y por día según peso, estado fisiológico y temperatura.

Cría

Invern-Tambo

Deficiente

Deficiente

Menos de 1 g/l

---

---

---

Muy Buena

Muy Buena

Más de 1 g/l

0,6 g/l

0,5 g/l

0,2 g/l

Muy Buena

Buena

Hasta aprox. 2 g/l

1,2 g/l

1 g/l

0,25 g/l

Buena

Aceptable

Hasta aprox. 4 g/l

2,4 g/l

1,5 g/l

0,3 g/l

Aceptable

Mala

Hasta aprox. 7 g/l

4,2 g/l

2,5 g/l

0,4 g/l

Mala

---

Hasta aprox. 11 g/l

6,6 g/l

4 g/l

0,5 g/l

Condicionada

---

Hasta aprox. 13 g/l

10 g/l

7 g/l

0,6 g/l

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Es importante que los animales dispongan del agua lo más cerca posible de las parcelas. Existen diversas soluciones, desde la ubicación de tanques australianos en sectores estratégicos del campo (Foto 1),

pasando por sistemas de aguadas móviles (Foto 2) hasta lo más sofisticado que son aguadas en cada una de las parcelas con sistemas presurizados (Foto 3).

Foto 1: Tanque australiano ubicado en la confluencia de 4 lotes. Nótese que con este sistema el aprovechamiento del forraje se concentra más en sectores aledaños al agua. Campo ganadero en San Carlos Norte (Santa Fe).

Foto 1: Sistema de bebedero móvil alimentado por tanque cisterna. Campo ganadero en Adelia María (Córdoba).

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Foto 1: Aguada individual (se coloca una por parcela) con sistema de alimentación presurizado. Tambo en San Agustín (Santa Fe).

Dieta baja en fibras La nutrición de los animales también puede resultar una aliada para mitigar los efectos negativos de los períodos de estrés térmico. Si se dispone de corrales con sombra y buena bebida, en momentos de elevado ITH, se recomienda suplementar con algún

balanceado y/o incorporar granos, bajando la proporción de fibra de las dietas. Esto se debe a que la digestión de la fibra demanda más energía y genera más calor metabólico, incrementando así la temperatura corporal de los rumiantes.

Transporte y movimiento de animales Como regla general, y mientras se mantengan las condiciones de ITH elevado (+79), el movimiento de animales debe restringirse al máximo. Esto incluye cualquier trabajo programado en mangas y corrales,

y sobre todo, cualquier tipo de transporte en camiones. En caso de ser indispensable su transporte, hacerlo en los momentos de menor ITH (por la noche o madrugada) para proteger a los animales.

Actuar en tiempo y forma El cambio climático viene de la mano de incrementos en las temperaturas y en la frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos. Existen numerosas estrategias y herramientas para manejar el estrés térmico en rumiantes. Lo importante es

elegir la combinación que mejor se adapte a nuestro sistema y que permita al personal de campo ejecutarla en tiempo y forma. Una intervención rápida y a tiempo permitirá reducir al mínimo los efectos negativos de las altas temperaturas sobre nuestro rodeo.

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GANADERÍA

Cómo ser un Messi en la confección de silos Referentes en forrajes conservados comparten sus tips para confeccionar silos energéticos y potenciar el aprovechamiento del forraje a nivel ruminal.

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Comienza una nueva campaña y nos hacemos las mismas preguntas. Los años pasan, pero las técnicas básicas se mantienen constantes. Sin embargo, por los resultados, sabemos que hay todavía mucho por mejorar. Según indica el Ing. en Producción Agropecuaria Fernando Opacak, coordinador General Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros, hay registros de confección de silajes que datan del siglo XIX. En esa época descubrieron que, si se extraía todo el oxígeno de un forraje trozado, éste se podía conservar por largos períodos de tiempo, suficiente en esa época para pasar el invierno.

“Hoy no solo necesitamos forraje para esa época del año, sino para todo el planteo forrajero de la alimentación de nuestro rodeo, sea verano o invierno”, comentó Opacak. Para eso recomendó hacer bien los números para no quedarse sin alimento producido en el campo y, consecuentemente, tener que salir a comprarlo afuera, con el incremento notable de costos que ello implica. “El planteo forrajero es la piedra basal y condiciona a todas las acciones que llevemos adelante”, reflexionó.

Poner primera “Una vez que conocemos la cantidad de forraje que vamos a necesitar en el año, debemos calcular cómo lo vamos a producir”, dijo el representante de CACF. Y agregó: “De esto se desprende que debemos calcular cuánta materia seca (MS) puede produ-

cir una hectárea de nuestro campo. Luego hacer el cálculo de cuántas hectáreas necesitamos, teniendo en cuenta que el cultivo que elijamos deberá ser extremadamente “mimado” para cumplir con los objetivos”. En función de lo anterior, acotó que la fertilización, control de insectos y control de plagas deberían tomarse tan en serio como cuando se siembra un cultivo para cosecha. A mayor cuidado, mayor rendimiento por unidad de superficie y, por ende, menor costo por kilo de forraje producido. Pero más allá del costo, hay que recordar que lo importante es llegar a lograr el objetivo de producción para cumplir con el planteo forrajero. Si el cultivo se desarrolla de forma normal, con buena humedad a lo largo de su ciclo y cumpliendo todo lo mencionado anteriormente, el punto crucial para lograr un correcto almacenamiento de ese forraje el resto del año es determinar el momento adecuado de su cosecha. Haciendo foco en silo de maíz, el consultor en Conservación y uso de Forrajes Conservados, Ing. Agr. Pablo Cattani (Espacio Forrajero), dijo que cuando se plantea un cultivo con destino a silaje energético no nos podemos dar el lujo de pensar y planificar el mismo para obtener solamente

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volumen de forraje, dado que existen mejores alternativas para ese uso y que la capacidad productiva de los suelos y ambientes donde se desarrolla eficientemente el maíz, no pueden permitirse resignar rendimiento ni nutrientes a la hora de analizar alternativas. Dicho esto, cabe destacar los puntos de mayor importancia o impacto en la obtención de un silaje energético. Partiendo de la base de que la calidad del

silaje de maíz depende en gran medida de su producción en grano, se dejará para otro análisis todo lo inherente al cultivo, que para esta fecha ya debería estar logrado; y se hará foco en el desarrollo del mismo y el mejor momento para aprovecharlo de acuerdo al destino productivo y el desarrollo que haya tenido la planta al momento de proceder al picado. A modo de aclaración, vamos a hablar de cosecha de forraje (planta entera), para diferenciarlo de la cosecha de grano.

Materia seca: el dato más importante “La principal, sino la única referencia que tenemos que tomar para decidir el inicio de la cosecha (picado), es el contenido de MS de toda la planta (tallo, hojas, espiga). No hay otro dato objetivo o subjetivo para la toma de decisión”, opinó Opacak. “Y cómo es el dato más importante, hay que tener mucho cuidado en su estimación a campo”, sugirió. Comentó que esto se puede hacer de varias maneras, algunas más sencillas y rápidas que otras. “No existe una mejor, siempre y cuando cada una se ejecute de forma correcta. Lo importante es que la

muestra a analizar sea representativa del lote”, sentenció. Entre las técnicas que enumeró, mencionó el método del microondas, el koster tester, secado a estufa, método de la freidora sin aceite y los NIRs portátiles. Estos últimos llegaron al mercado para agilizar y simplificar la tarea. En el país se comercializa un equipo medidor NIR portátil que en pocos segundos arroja el valor de materia seca de la muestra y permite realizar varias repeticiones en poco tiempo para disminuir aún más el error muestral.

“La principal, sino la única referencia que tenemos que tomar para decidir el inicio de la cosecha (picado), es el contenido de MS de toda la planta”. Fernando Opacak Coordinador General Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros.

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Relación Grano-Planta Por su parte, en cuanto al desarrollo del cultivo de maíz, Pablo Cattani explicó que, para tener en claro el momento de corte o picado, lo primero que debemos considerar es la proporción de Espiga/Planta. “Lo ideal es trabajar siempre en proporciones que sean igual o superior a 1, sabiendo que de esa manera los mayores componentes nutricionales e incluso la digestibilidad total del silaje estará representada por la cantidad de almidón aportado a la dieta”, subrayó. Además, acotó: “Debemos tener en claro que esta proporción siempre se relaciona con la MS, por lo que además, en caso de que la producción de grano haya sido la correcta, siempre conviene picar el forraje con mayor MS, ya que de esta manera estaremos acumulando mayor contenido de almidón y por lo tanto mayor energía para la dieta”.

Para ejemplificar, el consultor compartió resultados contundentes de un ensayo diseñado para el INTA, y llevado a cabo en la EEA Manfredi. En el Gráfico 1 se aprecia claramente que al incrementar la MS de la espiga, también se incrementa la digestibilidad de MS de la planta total. “Esto se debe a que se incrementa notablemente la participación del almidón en el grano a medida que se incrementa la MS total, llegando a valores de 15% adicional de almidón cuando se pasa de 30% a 42% de MS al momento de la elección de picado, tal como lo expresa claramente el Gráfico 2”, indicó. En la Figura 1 se observa que, a medida que avanza la línea de leche, se incrementa el contenido de almidón en el grano que es aportado a la MS del silo.

Gráfico 1 Digestibilidad del maíz en función de los niveles de MS del Cultivo. Fuente: Pablo Cattani; Federico Sanchez; Gastón Urretz Zavalía, Mario Bragachini INTA Manfredi 2015.

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Gráfico 2 Almidón en mazorca en función del estadio del cultivo. Fuente: Pablo Cattani; Federico Sanchez; Gastón Urretz Zavalía, Mario Bragachini INTA Manfredi 2015.

Figura 1 Avance de la línea de leche y contenido de almidón en el grano de maíz.

“El momento de picado ideal puede variar entre el 35% y el 43% de MS para vacas de leche, pudiendo incrementar la MS a 48% en silajes destinados a la producción de carne”. Pablo Cattani Consultor en Conservación y uso de Forrajes Conservados- Espacio Forrajero.

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de MS para vacas de leche, pudiendo incrementar la MS a 48% en silajes destinados a la producción de carne. Estos valores concuerdan con los recomendados por Opacak.

De acuerdo a lo expresado, y por los resultados obtenidos en los ensayos realizados, Cattani dijo que el momento de picado ideal puede variar entre el 35% y el 43%

Procesado del grano Una vez definida la materia seca de un cultivo que desarrolló normalmente y que presenta una buena proporción Espiga/Planta, hay que ser conscientes de la importancia del almidón, por lo que será necesario “disponibilizarlo” dentro del rumen, para lo cual su procesado es fundamental.

A colación, Opacak dijo que en el mundo no se discute el uso del partidor de grano en las picadoras en cultivos de maíz o sorgo. “En Argentina todavía hay establecimientos que prefieren confeccionar sus silos sin los granos procesados. Esto trae aparejado el problema del aprovechamiento de los mismos por parte de los animales”, disparó. Y continuó: “Si el grano no está partido en varias partes, el tránsito por el tracto digestivo del animal no logra digerir y éste se pierde en las heces. Granos que encontramos en la bosta, son granos que se pierden y nunca se van a transformar en leche o carne”.

“Un muy buen partido de grano es el que presenta entre el 50 y el 70% de las partículas de grano encontradas en una muestra de un litro de material picado con un tamaño no mayor a 0,5 cm y que en ese litro no debe haber más de 3 granos sin partir”, enunció Cattani.

Tamaño y uniformidad de partículas Según Cattani, para la correcta elección del tamaño de partícula a lograr, en primer lugar se debe analizar qué dieta total va a consumir cada rodeo, y a partir de allí establecer la proporción de silaje para decidir el tamaño de partícula. “En términos generales hablamos de partículas de 1,2 - 1,5 cm promedio, con un 10% de partículas mayores, pero siempre tratando de que no superen los 10 cm”, recomendó. Las partículas superiores a 10 cm, advirtió, tienden a ser seleccionadas en el comedero y los animales la rechazan, no por saciedad sino quizás por incomodidad, logrando disturbios en la correcta lectura de comederos.

Además del tamaño y prolijidad del picado, el especialista hizo mucho hincapié en la uniformidad del tamaño de partícula, ya que permitirá un mayor direccionamiento a un alto consumo y correctos procesos al momento de corregir dietas de acuerdo a lectura de comederos, además de favorecer en gran medida la compactación de la masa ensilada. Con ese fin, sugirió utilizar las bandejas separadoras de partículas desarrolladas por la Universidad de Pennsylvania, más conocidas como bandejas de Penn State, cuyos resultados para cada tipo de forraje, ración y producción ganadera se resumen en la Tabla 1. Proporciones orientativas en % de partículas

Set de 3 bandejas

Diámetro de orificio

Tamaño de partículas retenidas

Trozados Henos

Henolajes

Silajes de Maíz o Sorgo

TMR Lecheras

Lecheras alta prod.

Feed-lot

Superior

19 mm

> 19 mm

15-20

10-20

10-15

5-10

10-15

3-10

Media

8 mm

19 a 8 mm

60-70

60-70

40-50

40-50

50-60

40-50

Inferior

ciega

< 8 mm

15-20

30-35

40-50

40-50

< 30

34-40

Tabla 1 Proporciones sugeridas en cada bandeja, como % de partículas retenidas (Penn State).

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Altura de corte Otra manera sumamente práctica y efectiva de elevar el contenido de MS y la digestibilidad al momento de picar maíz, es la correcta elección de la altura de corte. “Partiendo de la base de que en la porción inferior de la planta se concentra la mayor cantidad de fibra estructural (indigestible), agua y tierra, es lógico pensar que, al elevar la altura de corte, no solo encontraremos almidón aportado por el grano, sino que además disminuimos la proporción de partes indigestibles en la masa total ensilada”, comentó Cattani (Figura 2).

Figura 2 Condición ideal de altura de corte de maíz sobre la inserción de la primera hoja.

Con datos precisos, el representante de Forrajes Conservados dijo que, de acuerdo a ensayos realizados por Wu y Roth, en 11 estudios se encontraron valores de diferentes parámetros en combinaciones de 17,8 hasta 48,2 cm de altura de corte (Tabla 2).

“Si bien podemos observar que la cosecha de ‘volumen de fibra’ puede ser menor, cabe destacar que el maíz es un cultivo nutricional y energéticamente costoso al momento de tomarlo como fuente de fibra para dieta”, remarcó.

Accidentes climáticos Ante la perspectiva de un año que hasta ahora presenta altas temperaturas y neutralidad en cuanto a precipitaciones, Cattani fue muy enfático en tener en claro lo citado anteriormente para tomar decisiones ante imprevistos como sequía, caída de granizo y hasta heladas para las siembras tardías. En esa línea, expresó: “Para poder dilucidar qué hacer, nunca debemos perder de vista quien aporta el nutriente en la masa del silo, si es el grano o la planta. Es por ello que cuando se interrumpe el ciclo producto, debemos considerar hasta dónde llegamos, qué materia seca tiene el cultivo en el momento de interrupción y cómo está el grano si es que tiene grano”. Suponiendo el escenario de un maíz estresado por factores externos, aclaró que

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nunca se debería picar con menos de 30% de MS dado que en ese punto no hay retención de carbohidratos solubles y ocurre mucha pérdida por efluentes. Además de dicha pérdida, también puede ser contraproducente en la dinámica de fermentación. Más allá de eso, recomendó tener en cuenta que el tallo de la planta tiene una excelente reserva de agua por lo que el picado nunca debe ser a las apuradas. Incluso, ante sequías fuertes, siempre hay capacidad fermentativa y herramientas para generarlas, como la mayor compactación, el picado algo más fino, la elección de bolsas como estructura de almacenaje y la aplicación de inoculantes a mayores dosis.

FDA

-10.2 %

FDN

-7.4%

Producción

-7,4%

MS

+ 6%

Proteína

+2%

Almidón

+ 5.9%

FDN Dig

+ 4,9%

Dig MS

+ 2.5 %

Tabla 2 Parámetros en combinaciones de 17,8 hasta 48,2 cm de altura de corte (Wu y Roth).


Planificación de almacenaje El último paso a considerar a la hora de planificar el silaje, es como se va a consumir este alimento para no “desperdiciar” todo el esfuerzo realizado que debe traducirse en alta productividad. Para tal caso, Cattani dijo que, cuando se elige la estructura de almacenaje (bolsa o silo aéreo) y el dimensionamiento de los silos aéreos, se debe tener presente el proceso de extracción. Las medidas del silo deben ser tales que permitan una remoción de al menos 30 cm diarios de toda

la cara del silo para minimizar las pérdidas (Figura 3). “Esto se debe a que cuando el material se sobreoxigena, va perdiendo mega calorías por oxidación de la materia orgánica y, por ende, potencial productivo”, argumentó. Para ejemplificar esto, explicó que cuando el espesor de la pared removida es de 30 cm, las pérdidas energéticas no superan el 5%, mientras que cuando la tasa de extracción nos da un espesor de 10 cm, las pérdidas se elevan hasta el 16%.

Figura 3 El dimensionamiento y respeto de ancho y alto del silo aéreo es fundamental para la eficiencia de su uso.

Para concluir, Pablo Cattani manifestó que la confección de silajes energéticos a base de maíz, debe ser un proceso de mejora contínua y con impacto en la toma de decisiones estratégicas. Advirtió que no comienza ni termina en la confección, sino que arranca con la planificación de cultivos, su siembra y cuidado, y termina con el aprovechamiento del forraje a nivel rumi-

nal, que es el sitio de mayor eficiencia de uso de este excelente recurso forrajero. Por su parte, Fernando Opacak reflexionó: “Sin dudas hay muchos factores más a tener en cuenta para lograr un buen ensilaje, pero teniendo sentido común y siguiendo estas premisas vamos a poder optimizar, y maximizar la producción y la eficiencia de nuestro establecimiento”.

AGRADECIMIENTOS Agradecemos especialmente a Fernando Opacak y a Pablo Cattani por su generosidad y excelente predisposición para realizar esta nota.

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AGENDA CHARLAS AAPRESID COMUNIDAD DIGITAL El conocimiento en tus manos El ciclo incluye presentaciones de especialistas en distintas temáticas y permite el intercambio y debate en vivo. Son seminarios virtuales de carácter gratuito con inscripción a través del link que se indica en cada charla. Conocé el calendario disponible online en: www.aapresid.org.ar/eventos Redes Sociales: Instagram Aapresid - Facebook Aapresid Twitter @aapresid

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AGENDA AAPRESID Ciclo de capacitación e intercambio a lo largo del 2021 para abordar los temas de la campaña, con la mirada puesta en los sistemas de producción y con información para la toma de decisiones que el productor necesita, cuando la necesita. Estos espacios únicos reunirán: el conocimiento de los mejores especialistas, la mirada y experiencia de productores referentes de distintas zonas del país y la última tecnología disponible ofrecida por las empresas. Todos los miércoles del mes de 9 a 13 hs. Para más información: www.aapresid.org.ar/eventos

CONTENIDOS AUDIOVISUALES Canal de YouTube Accedé en cualquier momento y desde cualquier lugar, a las mejores charlas y jornadas de la institución, entre las que se encuentra el Seminario completo de Cultivos de Servicio y el taller de la Chacra Pergamino, en el que se relatan los logros de más de 6 años de planteos verdes. Además, se pueden encontrar las plenarias y talleres del Congreso Aapresid.

UPA TRES ARROYOS Recorrida de ensayos de pre-emergentes en soja/ maíz/girasol y aplicaciones dirigidas Aapresid Regional Tres Arroyos 03/02/22 de 8:45 a 13hs. Establecimiento La Laurita, (Bajada Paraje El Carretero 4km por camino de tierra). Coordenadas: 38,31,28 S - 59,49,29 O +info: Pablo Errazu (2983-640566)

Todas las novedades respecto a la programación de las charlas podrán seguirse por las redes sociales de la institución.

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