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Mis amores con La Piloto
esde niño tengo relaciones íntimas con una biblioteca, La Piloto. Soy un NÚMERO
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deudor moroso (y amoroso) de sus servicios. En 1954, cuando empezó a culturizar gente llevando libros a los barrios en los famo-
PÁGINAS
AUTOR
sos Bibliobuses, yo era uno de los usuarios. Los
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Óscar Domínguez G.
extraños carros de La Piloto, que parecían venidos de otros mundos, llegaban a la cuadra y,
Por años, la BPP fue la única biblioteca pública de la ciudad y, al mismo tiempo,
en plena calle, dejaban en manos infantiles o adultas el maná de la lectura. 15 días después repetían el ritual. Prestaban libros como quien regala el pan y la leche, artículos de primera necesidad… como los libros. La gente era buena
biblioteca personal de miles
como el pan. O la leche que dejaban en botellas
de lectores.
que los legítimos dueños las retiraban.
en la puerta de las casas. Allí permanecían hasta Dicho con el poeta-tallerista Jaime Jaramillo Escobar, La Piloto era la biblioteca personal de cada uno de nosotros. Entonces, como ahora,
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