LA VIDA DE CAZA EN EL PAÍS DE LA NIEVE DEL NOBLE DEL NORTE Y SU ESPOSA, LA AVE DE RAPIÑA VOLUMEN 04
LA VIDA DE CAZA EN EL PAÍS DE LA NIEVE DEL NOBLE DEL NORTE Y SU ESPOSA, LA AVE DE RAPIÑA
Volumen 04 “Historias de las personas que coexisten con la naturaleza”
Escrito por Emoto Mashimesa Ilustraciones por Akaneko
ÍNDICE
% Capítulo 01: Informe de Actividades #1 ~Luca Salonen Eskola~ ......................... Pp. 07 Capítulo 02: ¡¿La fuga de amor de Aina y Emmerich?! ............................................... Pp. 12 Capítulo 03: Emmerich y las gatitas temperamentales –Parte 1- .......................... Pp. 22 Capítulo 04: Emmerich y las gatitas temperamentales –Parte 2- ......................... Pp. 28 Capítulo 05: Emmerich y las gatitas temperamentales –Parte 3- .......................... Pp. 33 Capítulo 06: El diario de recién casados de Emmerich ............................................. Pp. 38 Capítulo 07: En el barco ........................................................................................................ Pp. 43 Capítulo 08: ¡Nueva vida! ...................................................................................................... Pp. 48 Capítulo 09: Las nuevas bendiciones de la naturaleza .............................................. Pp. 54 Capítulo 10: ¡El primer día de nuestra vida en las Tierras Remotas! .................. Pp. 58 Capítulo 11: La torpe vida de caza de él y ella en el País de la Nieve .................. Pp. 63 Capítulo 12: Informe de Actividades #2 ~Luca Salonen Eskola~ ........................ Pp. 68 Capítulo 13: Una visita inesperada –Parte 01- ............................................................. Pp. 73 Capítulo 14: Una visita inesperada –Parte 02- ............................................................. Pp. 79 Capítulo 15: Una visita inesperada –Parte 03- ............................................................. Pp. 84 Capítulo 16: ¡Día de carne! ................................................................................................... Pp. 92 Capítulo 17: La recolección de hongos de Luca y los esposos amorosos ~Luca Salonen Eskola~ ........................................................................................................................................ Pp. 98 Capítulo 18: Diario de observación de Sieglinde. Por Emmerich David ............. Pp. 104 Capítulo 19: Informe de Actividades #3 ~Luca Salonen Eskola~ -Parte 01- ... Pp. 109 Capítulo 20: Informe de Actividades #3 ~Luca Salonen Eskola~ -Parte 02- ... Pp. 114 Capítulo 21: La vida de caza en el país de la nieve del noble del norte y su esposa, el ave de rapiña ............................................................................................................................. Pp. 119
Capítulo extra 01: Un agradable picnic ~Luca Salonen Eskola~ .......................... Pp. 128 Capítulo extra 02: Informe de actividades ~Arno Salonen Revontulet~ .......... Pp. 133 Capítulo extra 03: La alegría del abuelo ~Adalbert von Lüneburg~ ................... Pp. 138 Palabras del autor .................................................................................................................... Pp. 142
CAPÍTULO 01
% INFORME DE ACTIVIDADES #1 ~LUCA SALONEN ESKOLA~
Primer año. El día de hoy salí al bosque para recoger ramas otra vez. Siempre y cuando no entres a las partes profundas del bosque, no te encontrarás con animales peligrosos. Por si acaso, traje un perro conmigo. Todavía no me enseñan cómo disparar. Papá me dijo que me enseñaría una vez que pudiera cazar un conejo durante tres días seguidos. En cuanto al resultado, todavía no había podido cazar ni uno solo. Papá también declaró que él atrapó su primera presa cuando tenía trece años. Me faltan dos años hasta entonces. Considerando dichas circunstancias, el único equipo con el que cuento son un arco, flechas y un cuchillo. Durante este periodo, el cielo oscurece rápidamente, así que necesito terminar pronto. Cuando reuní suficiente ramas y pensé en regresar, el perro estaba mirando hacia un lugar lejano. En ocasiones se comportaba de esta forma, así que decidí ignorarlo. Además había comenzado a surgir una especie de neblina. Por esta razón, odiaba el invierno, o al menos eso pensaba cuando noté que el perro se estaba ocultando detrás de mí. Se trataba de un perro que ni siquiera le tenía miedo a los osos, ¿qué pudo haberlo asustado? Cuando entrecerré los ojos, pude vislumbrar la silueta de unas personas. Dos para ser exactos. ¿Acaso será “el mejor cazador de la aldea”, el abuelo Bergholm? Él tenía un rostro aterrador capaz de hacer que un niño dejara de llorar con solo verlo. Las figuras que se acercaban comenzaron a volverse más claras. Un hombre alto apareció frente a mí. Tenía piel morena y por alguna razón no llevaba ningún tipo de ropa en la parte superior de su cuerpo. Además, estaba caminando descalzo y solo usaba unos pantalones que lucían delgados. Sobre sus orejas portaba un accesorio con plumas coloridas. Su rostro era duro y bien marcado. Era totalmente diferente al resto de la aldea. Recordé que papá mencionó antes que había extranjeros viviendo en la casa del Lord desde hace algunos años. No los había visto hasta este día. Fui abrumado por la escena. La apariencia ya de por sí era sorprendente, pero encima de eso, llevaba a un enorme venado sobre sus hombros. Un venado de ese tamaño les tomaría a los adultos mucho tiempo arrastrarlo por trineo. ¿Exactamente qué clase de hombre era este gigante que lo podía levantar con tanta facilidad? -7-
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No pude moverme de ese lugar. El gigante extranjero ni siquiera me echó un vistazo cuando pasó a mi lado. Mientras permanecía allí inmóvil, vi a otra persona. Se trataba de una mujer que iba siguiendo al gigante. Era más alta que yo. Probablemente se trataba de la hija del gigante. Sus ojos eran similares a los de él. En su mano, cargaba una lanza larga que no concordaba con su tamaño. Lo más probable es que fuera de su padre. Era la primera vez que veía a una persona con piel morena y cabello negro. También tenía los ojos negros. Quedé fascinado La mujer me miró en silencio. Cuando dije que solo la había visto por casualidad, ella ladeó la cabeza. Luego noté que llevaba un conejo en la mano y en la espalda había un arco y flechas. ¿Lo habrá cazado ella misma? Sentí curiosidad así que le pregunté. A pesar de eso, la mujer meramente ladeó la cabeza sin decir nada. Al ver que señalaba el conejo varias veces, quizá malinterpretó que yo quería la presa, pues me lo entregó. ¡¿Cómo si fuera a aceptar la presa que una mujer cazó?! ¡¡Me está tomando por un tonto!! Ignoré a la mujer que me estaba extendiendo el conejo y corrí hasta la aldea. A partir de ese día, entrené encarnizadamente el manejo del arco y la flecha. Como resultado, un año después, fui capaz de cazar conejos tres días seguidos. Me encontré con la mujer después de mucho tiempo en la aldea, así que le mostré el conejo, pero ella solo ladeó la cabeza. Sentí como si me estuviera menospreciando, así que me enfadé. ❄❄❄ Segundo año. Conseguí que papá me enseñara como usar las armas de fuego. Recuerdo que comencé con la más débil de todas: la escopeta de aire comprimido. Ésta era una pistola que disparaba balas por medio de aire, sin necesidad de emplear pólvora. Todavía no estoy seguro sobre la estructura. Dicen que es débil, pero tiene suficiente poder para atravesar la piel, así que papá enfatizó una y otra vez que debía tener cuidado cuando la utilizara. Solo se podían cazar animales pequeños con las escopetas de aire comprimido. Animales de tamaño mediano como los jabalís solo podían sufrir heridas fatales con escopetas de pólvora. Al final, cuando esté familiarizado con las pistolas, aprenderé a utilizar rifles. Los rifles eran las armas más letales, capaces de derribar animales grandes como los osos. Aunque no era recomendable cazar osos por el peligro que representaban, pero había todo un entrenamiento duro para poder defenderse contra los mismos. Cazaré animales grandes rápidamente y sorprenderé a esa mujer. La mujer extranjera seguía siendo cortante y solo ladeaba la cabeza como respuesta a mis palabras. Si está viviendo en esta aldea, sería bueno que al menos aprendiera el -8-
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idioma. Me molestaba siempre que hablaba con ella porque sentía que yo era el que perdía. ❄❄❄ Tercer año. Sintiendo que ahora tenía la suficiente habilidad con las pistolas de aire, papá me permitió usar escopetas. ¡Ahora podré cazar jabalíes! Aunque la actitud de la mujer no cambió. Aun cuando le mostré lo que había cazado, ella meramente me miró en silencio. ¡Esa mujer tenía que agachar la mirada para verme y no me gustaba que lo hiciera! Ella lentamente se volvía más alta y me miraba desde arriba. En definitiva se convertirá en una mujer enorme como su padre. ¡¡Es un monstro!! ¿Será que es descendiente de esos gigantes que aparecen en las leyendas? Yo soy mucho más alto que mi madre. Ella es la extraña. ¡¡Algún día seré más alto que ella!! Mientras bebía leche de reno pensando en eso, papá me golpeó y me regañó por desperdiciar bienes valiosos. ❄❄❄ Cuarto año. Para cuando me estaba acostumbrando a utilizar el rifle, por casualidad me encontré a la enorme mujer en el bosque. Ella seguía usando arco y flechas. ¿Será que el empobrecido Lord le dijo que no usará pistolas? No estoy seguro. Aun cuando le pregunté directamente, ella solo ladeó la cabeza y no dijo nada. Todavía no había cazado nada. Sin embargo, yo tenía un jabalí en mi trineo. Era el más grande que había cazado hasta ahora. Lo apunté para alardear. La mujer se limitó a mirarlo. Comencé a sentirme inquieto porque ella no sonrió ni aplaudió. Mientras perdíamos el tiempo de esa forma, la nieve comenzó a caer. El viento también se estaba volviendo más fuerte, así que era evidente que pronto se convertiría en una ventisca. Aun cuando le dije que me iría a casa, ella me miró vagamente. En cambio, apretó con más fuerza su arco y trató de proceder hacia el bosque. ¡¿Acaso es una idiota?! No hay forma de que una flecha vuele bien en estas condiciones. Cazar también involucra observar el bosque. En otras palabras, es importante aprender a leer la naturaleza. Si uno se exige demasiado cazando cuando el bosque se encuentra en un clima difícil, podrías morir. ¿Qué estaba aprendiendo de su padre? O tal vez no se lo enseñaron. Ya que no se podía evitar, le di una perdiz blanca y un conejo que tenía en la bolsa. Le dije que se llevara esa bolsa y que se fuera a casa por el día de hoy. Los ojos de la mujer iban de la bolsa a mí y viceversa. Está bien, así que tómala, fue lo que declaré. -9-
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En ese momento, la mujer hizo algo misterioso. Ella de súbito levantó su puño y se golpeó el pecho. No tengo idea de lo que eso significa. Pero eso no era importante, la nieve estaba comenzando a caer más fuerte, así que sujeté la mano de la mujer y nos dirigimos a la aldea. Cuando llegué a la entrada de la aldea, el papá de la mujer estaba esperándola allí. También se encontraba ahí el Lord, justo detrás de él. Su padre enorme se acercó con una expresión severa. Seguramente no pensará en golpearle la cara, pensé; pero hizo algo inesperado. En cuanto vio a su hija, la abrazó. Pensé que era sobreprotector de su parte mimar a una chica tan corpulenta. La mujer estaba diciendo algo mientras me señalaba. Acto seguido, su padre se paró frente a mí. ¿Acaso le habrá dicho algo malo de mí? ¿Será que ese padre aterrador descubrió que yo había estado gritando «¡Mujer gigante!» o «¡¿Ni siquiera sabes el idioma?!»? El padre de la mujer levantó su puño con mucho vigor. De forma patética, cerré los ojos con fuerza, preparándome para el impacto. Sin embargo, el golpe que esperaba nunca llegó. Cuando abrí ligeramente los ojos, el padre estaba golpeando su pecho con el puño. ¡¿Qué se supone que significa eso?! Cuando volví a mirar a su padre, una vez más hizo una reverencia. Luego, abrazó a su hija de nueva cuenta y se fue a la aldea. Como no entendí lo que estaba pasando, lancé maldiciones mientras golpeaba el piso con el pie. En ese momento, el Lord, que tenía una presencia muy débil, habló. Primero me agradeció por traer de regreso a la mujer gigante. Me comentó que ella tenía un fuerte sentido de la responsabilidad y que no regresaría de cazar hasta que atrapara algo. Le había dicho que no se exigiera demasiado, pero ya que esas palabras no se transmitieron de manera apropiada, eventos como los de hoy solían suceder. Eso fue lo que mencionó. Luego de eso, me explicó el significado de golpearse el pecho con el puño. Por lo visto significaba «Gracias». Desde luego, dependiendo de la situación, podía servir a modo de confirmación, también se utilizaba para indicar respeto por alguien más. Tenía muchos usos. Ahora que sabía el significado de esa acción misteriosa, me sentía un poco mejor. En ese momento, el Lord declaró que dejaría a la mujer gigante en mis manos. Comentó que estaba feliz de que una chica atolondrada como ella tuviera un amigo como yo. - 10 -
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¡No soy su amigo! Fue lo que dije, pero el Lord sonrió como un idiota y expresó: —Vamos~, no seas tímido. ¡Maldición! ¡¿Quién dices que es su amigo?! ¡Voy a dejarla boquiabierta un día! ¡No es como si quisiera intentar algo con ella! El Lord me dijo que cuidara de «Miruporon» y luego se fue. Esa fue la historia del día en que descubrí el nombre de esa mujer gigante.
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CAPÍTULO 02
% ¡¿LA FUGA DE AMOR DE AINA Y EMMERICH?!
Me había marchado de la aldea para ir al país de Emmerich… Luego de huir de la aldea, finalmente entré en sí cuando abordamos el barco. El camarote tenía una litera y también había una cortina para separar el cuarto. Podía tener mi espacio privado, pero eso no cambiaba el hecho de que los dos compartiríamos una habitación. Emmerich me preguntó con una actitud despreocupada si prefería la cama de arriba o la de abajo. —Para algo como eso, cualquiera está bien. —Ah, está bien, en ese caso, Aina-chan se quedará con la cama de arriba. —… ¿Qué significa esto? Es como si insinuara que la cama de arriba es mejor. Cuando le pregunté al respecto, me dijo que él siempre dormía en la cama de arriba cuando compartía literas con sus hermanos. —¿Comemos? —¡¿Eh?! —Hay un comedor arriba. —… Por la mañana no tenía mucho apetito, así que no desayuné nada. Ahora me sentía famélica. Mientras apreciaba la oferta de Emmerich, lo seguí. El comedor, donde podíamos conseguir comida extranjera, estaba atestado de gente. —… Incluso si veía el menú, no podía leerlo bien pues tenía problemas entendiendo el idioma de Emmerich. Mis abuelos estaban en contra de que yo aprendiera otros idiomas. Aunque Ritz-oniichan a veces me enseñaba en secreto, todavía no estaba familiarizada con él...
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En cuanto a nuestras conversaciones, la mitad de las palabras eran en mi idioma y la mitad en el suyo. Se esforzó estudiando por mi bien. A pesar de eso, me gustaría aprender el idioma del país de Emmerich, así que le pedí que hablara más en su idioma. Solo ser capaz de leer las palabras no ayudaba para identificar los platillos. Como sentí que estábamos llamando la atención, me gustaría regresar pronto al camarote. Por consiguiente, dejé que Emmerich se encargara de ordenar. —¿Qué te gustaría, Aina-chan? —Cualquier cosa está bien… Justo después de comentar eso, me arrepentí. ¿Por qué dije algo tan poco lindo? Sería estupendo que fuera capaz de sonreír y preguntar qué platillo es bueno como Ritzoniichan lo haría. —Veamos, ¿qué sería buena opción? —… Tras oír la respuesta de Emmerich, levanté la mirada. Bien. Parece que no le molestó mi actitud. Me disculpé una y otra vez en mi cabeza. —Este platillo tiene un sabor fuerte, así que~ —Emmerich comenzó a explicar las opciones en el menú—. El pan probablemente no es muy diferente a los que hay en la aldea. En cuanto a la sopa… Le dije que cualquier cosa estaba bien, pero me explicó todo. Ordené una sopa de patatas llamada “Kartoffelsuppe” y un filete de ternera frito conocido como “Schnitzel”. Emmerich ordenó una sopa de cebollas llamada “Zwiebelsuppe” y un platillo de pollo con vino tinto conocido como “Coq au vin1”. Los platillos que ordenamos fueron servidos rápido. En el centro de la mesa había una canastilla con pan. “Kartoffelsuppe” era un estofado cien por ciento a base de puré de patatas, leche de ganado y especias, ¿creo? Poseía un sabor fuerte y la textura sobre la lengua era suave. También sumergí el pan en la sopa y estaba delicioso. “Schnitzel” era un platillo que se preparaba al freír un filete de ternera cubierto en pan molido. Me sugirió exprimirle jugo de limón encima y comerlo junto con las patatas al vapor. Cuando acerqué el cuchillo a la carne, lo cortó muy bien. Se trataba de una carne muy suave. Aunque la
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N. de la T. Los nombres alemanes significan literalmente lo que son, sopa de patata y sopa de cebolla respectivamente, mientras que “Schnitzel” es chuleta de ternera. “Coq au vin” es un platillo francés hecho salteando el pollo con vino.
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superficie era crujiente, la carne estaba muy jugosa. Gracias al jugo de limón, el sabor también era limpio. La comida extranjera era sorprendentemente buena. En nuestro camino de regreso, Emmerich me dijo que iría a la tienda. —Si hay algo que necesites, por favor dime. —… Emmerich pagó por la comida. Pensé en pagar yo misma, pero había dejado mi bolso en el camarote. —¿No te gustaría un poco de chocolate, Aina-chan? —No lo necesito. —¿Algún dulce? —Te dije que no lo necesito. —Entendido… Lo hice otra vez. ¿Por qué sigo diciendo cosas nada lindas? Mientras observaba la espalda de Emmerich alejarse, sentí ganas de salir corriendo. Me gustaría ser más sociable como Ritz-oniichan. Todo lo que digo son cosas duras. —¿Nos vamos? —… Seguí a Emmerich, el cual sujetaba una bolsa de papel, de regreso al camarote. ❄❄❄ Cuando entré al camarote, Emmerich sirvió jugo y bocadillos. —¡¿Eh, esto, por qué?! —Te parece si lo comemos juntos más tarde. —…E-está bien… Emmerich solo sonrió y dijo que se le antojó comer algunos. Luego de eso, el resto del tiempo lo usamos para aprender el idioma. Si había cosas que no sabía, Emmerich me enseñaba. Los dos días en barco pasaron rápidamente de esa forma. En el puerto compramos algo para desayunar en el mercado. - 14 -
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Mientras comíamos, discutimos lo que deberíamos hacer después. La casa de Emmerich se encontraba localizada en la capital del país. Ya que llamaría la atención si usaba la ropa tradicional de la aldea, me compró un vestido y un abrigo. Gracias a la generosidad de la vendedora, fui capaz de cambiarme en el interior de la tienda. El vestido tenía volantes con patrones de flores sobre el dobladillo y los puños de la manga. La falda era ligera, a diferencia de la ropa tradicional de la aldea. Había muchos moños cerca del pecho y la cintura, así que era lindo. El abrigo era esponjoso y estaba hecho de lana. Comparado a mi tierra natal, no estaba haciendo mucho frío, pero Emmerich dijo que podría pescar un resfriado, así que lo compró. Tenía la intención de pagar por la ropa, pero Emmerich las pagó por mí. Me sentí mal por eso. —También arreglaré tu cabello en un lindo peinado. —¿Eh? —Esas dos trenzas son un poco aburridas, ¿sabes? —… Las trenzas son importantes en la doctrina del Espíritu que protege la aldea. Era una vendedora amable, podría rehusarme. Sin embargo, este lugar no era mi tierra natal. —Sí, por favor… —¡Déjamelo a mí! Nunca intenté otros estilos de peinado además de las trenzas, así que tenía el corazón un poco agitado. Dividió mi cabello en dos y luego lo trenzó. La forma de trenzar era la misma, pero tener una parte del cabello suelto era algo nuevo. Pensé que ya había acabado, pero me equivoqué. Levantó las puntas de las trenzas para darles volumen e insertó algo en mi cabello para sujetarlas en su lugar. —Muy bien, terminé. —¡! ¡Asombroso! ¡Daba una impresión madura! Me vi en un espejo largo que reflejaba todo mi cuerpo. No podía creerlo. Lucía como alguien completamente diferente. —Bien, bien, deja de estar nerviosa, tenemos que mostrárselo a tu esposo también. —¡¿?!
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Traté de explicar que no era mi esposo, pero la vendedora continuó empujándome por la espalda. Quería quejarme, pero por desgracia, no conocía las palabras adecuadas en este idioma. Al final, me empujó hasta la parte delantera de la tienda con un golpe seco. —¡Ah! Los zapatos tenían tacón, algo a lo que no estaba acostumbrada, así que perdí el equilibrio. ¡Me caeré! En el instante en que pensé en eso, Emmerich corrió hacia mí y me atrapó. —¿T-te encuentras bien? —Sí… ¡Nada de «Sí»! ¿Por qué ni siquiera pude decirle una frase tan corta como: «Vielendank2»? —¿?... Incluso después de que pasara mucho tiempo, Emmerich no quitó las manos de mis hombros, así que levanté la mirada con cautela. —¡! Cuando se encontraron nuestras miradas, Emmerich parpadeó de manera poco natural. —Eeh, ¿estás bien? Mejor dicho, ¿estás molesto?... Cuando estaba a punto de preguntarle eso, él habló primero. —Te ves muy linda, Aina-chan. —¿Eh? —Te queda muy bien. —¡! Por lo visto, Emmerich estaba actuando de manera extraña porque quedó fascinado conmigo. Cuando descubrí eso, me sentí avergonzada, así que me distancié de él.
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N. de la T. Vielendank: significa gracias en alemán.
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—Rápido, hay que irnos. —Sí… Hice una reverencia a la amable vendedora y luego salí de la tienda. Había un carruaje que se dirigía a la capital, así que lo abordamos. Luego de varias horas, finalmente arribamos a la ciudad donde vivía Emmerich. —Puede que sea un poco pequeño aquí. —No hay problema… Emmerich vivía en una habitación rentada de una casa de tres pisos. Consistía de una sala, una recamara, una cocina, una tina y un inodoro; un lugar ideal para vivir por su cuenta. —Aina-chan puedes usar la recamara. —¿Qué hay de ti? —Estaré bien con el sofá de la sala. —… Incluso si le decía que yo dormiría en el sofá, pensé que no me escucharía así que acepté su amabilidad. Descubrí mientras viajábamos juntos que Emmerich era bastante testarudo. También que siempre actuaba pensando primero en las damas. —De ahora en adelante, estaré muy ocupado en el trabajo, así que no podré regresar mucho. —Está bien… —¿Deberíamos contratar a una sirvienta? —No es necesario. —P-pero. —Me puedo hacer cargo yo misma. Tengo confianza en las tareas del hogar como limpiar, cocinar y coser. Si contratamos personas, será una carga para las finanzas de Emmerich y la idea de tener a un extraño en la casa hace que me sienta intranquila, así que rechacé la oferta. —En ese caso, si tienes problema con algo, puedes pedirle ayuda a la casera en el primer piso. Le pediré que te dé una mano cuando lo necesites, Aina-chan. —Está bien… De esa forma, mi vida junto a Emmerich comenzó. - 17 -
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❄❄❄ Tal y como había dicho el primer día en que vivimos juntos, Emmerich no venía a casa la mayor parte del tiempo. Entretanto, yo salía a comprar por el vecindario o a pasear en el parque en un intento por salir tanto como fuera posible de la casa. Sin embargo, hubo un incidente tenebroso. En el camino de regreso del mercado, un joven me dirigió la palabra. Habló rápidamente en el idioma de este país, así que no pude entenderlo. —¡No hay problema, así que ven conmigo! —Fue todo lo que pude entender. Qué miedo. No era más alto que Emmerich, pero tenía una atmósfera intimidante a su alrededor. Negué con la cabeza para comunicarle que no quería. Sin embargo, él me tomó del brazo, así que yo lo golpeé en el hombro con la canasta que tenía en la mano. Eso lo tomó por sorpresa y me soltó. Me concentré únicamente en correr. Sin embargo, él también me estaba persiguiendo con persistencia. Podía escuchar un grito aterrador detrás de mí. Pensé que era buena corriendo, pero no podía hacerlo tan rápido debido a los zapatos. Comencé a llorar por el miedo. Ya casi llegaba a casa, pero luego recordé que había puesto la llave en la canasta, lo cual hizo que solo llorara aún más. No había tenido tiempo de recoger la canasta que le lancé al hombre. Enseguida llegué a la calle donde estaba la casa. Me pregunto si la casera estará en casa. Por favor, ayúdenme, recé mientras corría. —¡! Debido a la escena que me recibió, sospeché de mis propios ojos. Emmerich se encontraba coincidentemente frente a la puerta. —¿Eh? Aina-chan. Corrí a sus brazos y lo abracé con fuerza. —¡Eh, qué pasa-! El hombre que me estaba persiguiendo se enfrentó a Emmerich.
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—Qué, entonces ya tenía a alguien. —¿Y tú quién eres? Estaban hablando sobre algo, pero Emmerich también hablaba rápido, así que no podía entender lo que estaban diciendo. —Esa mujer me golpeó con su canasta. Tengo algo que decirle así que préstamela por un rato. —No puedo hacer eso. —¿Uh? Tengo miedo… ¿Acaso habré hecho algo irreparable sin darme cuenta? Emmerich me dio palmaditas suavemente en mis hombros, los cuales habían estado temblando. —¿Qué está pasando aquí? La casera, que había oído la conmoción, salió y Emmerich le pidió que me llevara dentro. Cuando le expliqué la situación, me dijo que no había hecho nada malo. —No te preocupes. David-san se encargará de eso. Aun así, estaba preocupada por Emmerich. ¿Y si resulta herido? Fue lo que pensé. No podía dejar de temblar. Quizá mis pensamientos se estaban mostrando en mi cara, porque la casera me explicó. —Emmerich es un soldado. Está acostumbrado a las peleas. —¡! Mientras la dueña de la casa decía eso, Emmerich regresó con una mirada imperturbable. —Perdón por haber causado una conmoción afuera de la casa. —No te preocupes por eso. Sin embargo, el orden público por aquí ha empeorado debido al aumento de los inmigrantes. No recomendaría que dejes a una jovencita caminar sola por las calles. —Sí. Tienes razón. Yo fui quién hizo algo malo, a pesar de eso Emmerich fue reprendido por la casera. Sabía que el orden público había empeorado desde el día en que llegué aquí. También me había recomendado que comprara de los vendedores de puerta en puerta. - 19 -
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Regresé a casa con la espalda encorvada. El día de hoy escuché que Emmerich regresaría, así que planeaba cocinar comida deliciosa para él, pero terminé tirando los ingredientes. De verdad debería disculparme esta vez. Respiré profundamente pensando en eso, pero Emmerich habló primero. —Me alegro que estés a salvo, Aina-chan. —¡! Emmerich me tomó de la mano y se puso de rodillas. Luego, comenzó a murmurar que lo sentía. —¿Por-porqué te disculpas? Yo soy quien tiene la culpa por salir arbitrariamente. Emmerich dijo a media voz que no se trataba de eso y luego guardó silencio. —Ah. Mientras miraba la parte de arriba de la cabeza de Emmerich, recordé algo. —¿Eh, qué sucede? —¡La llave de la casa, la dejé en la calle junto con la canasta! ¡Tengo que ir por ellos! Cuando dije eso, Emmerich comentó que él iría. —P-pero. —No hay problema, así que espera en casa. —… Emmerich no escucha a los demás cuando se pone de esta forma, así que decidí dejárselo a él. Mientras él estaba afuera, comencé a preparar la comida. Aun cuando dije eso, solo había tubérculos como patatas, un poco de pan, carne ahumada y comida enlatada. En la cocina, dividí a las patatas por su categoría, en este país principalmente se diferenciaban en tres. Primero tenemos la “Festkochende Kartoffeln”, patatas que no se deshacen fácilmente. Se utilizan para hervir o freír. La segunda es “Vorwiegend Festkochende Kartoffeln”, patatas que son difíciles de cocinar pero que mantienen su forma. Estas son usadas cuando uno quiere una textura moderada. Finalmente están las “Mehligkochende Kartoffeln”, patatas que son suaves. Estas se utilizan para sopas. La primera vez que visité el mercado, me sorprendí por la gran variedad de patatas. - 20 -
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Usé las que son suaves para hacer sopa. Agregué a una olla la carne ahumada, las patatas y algunas especias, luego lo dejé a hervir a fuego lento. Cociné las patatas que mantienen su forma en la estufa. Entretanto, preparé salsa bechamel. Mezclé leche y harina, después la sazoné con especias. Creo que hice demasiada. Para finalizar, la mezclé con trocitos de carne ahumada y champiñones marinados en aceite. Sobre los cortes en forma de cruz de las patatas, vertí la salsa bechamel y queso en polvo, luego las volví a calentar. Quedaba listo una vez que el queso se derretía por completo. La sopa que dejé en la estufa tras agregar los ingredientes también parecía estar lista. En ese momento, Emmerich regresó. —Aina-chan, la llave y la canasta con las cosas que compraste estaban allí. —¡! El amable empleado de la sastrería lo había recogido. Me sentí aliviada ya que encontramos la llave. —Gra-gracias. —Sí. Menos mal que seguían allí. Emmerich regresó a su usual sonrisa boba. Cuando le comenté que la comida estaba lista, parecía feliz. Solo era una comida sencilla hecha con lo que tenía en casa; pero, a pesar de eso, Emmerich la comió con mucho placer ❄❄❄ La vida en el país extranjero apenas comenzaba, pero cada día era satisfactorio. También pensé que me gustaría ser honesta con Emmerich.
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CAPÍTULO 03
% EMMERICH Y LAS GATITAS TEMPERAMENTALES –PARTE 1-
Han pasado un par de meses desde que comencé a vivir con Aina en mi ciudad natal. Ya que pronto me retiraría del ejército, tenía mucho trabajo por hacer, así que no podía pasar mucho tiempo con ella. Era la tan esperada vida en pareja, pero no había rastros de dulzura. Mejor dicho, el comportamiento de Aina-chan era amargo. Por la mañana me veía con cautela mientras preparaba el desayuno y antes de darme cuenta, ya había empacado el almuerzo en mi bolsa. Esto siempre me sorprendía y no podía evitar pensar que era una especia de magia. Cuando llegaba era entrada la noche y ella ya estaba dormida. A pesar de eso, me dejaba varios platillos sobre la mesa. Soy feliz solo con eso. Aina-chan se está esforzando por mi bienestar. Le pregunte si había algo que la molestara o si se estaba guardando algo, pero siempre respondía: «Nada en particular». No tengo idea de lo que podrían necesitar las mujeres, así que estoy dejándole ese tema a la casera.
Era una mañana como cualquier otra. Apenas y había despertado justo a tiempo, luego comencé a vestirme. Ya que vivía con una mujer, debía de tener cuidado; sin embargo, quizá porque todos los días me sentía cansado, mi cuerpo no respondía bien. Me cepillé los dientes, rasuré mi barba y peiné mi cabello antes de ponerme el uniforme de la milicia que Aina-chan limpió. Cuando salí al comedor, Aina-chan estaba preparando el desayuno. ¿Qué hacía un hada de la nieve tan frágil y diligente en esta casa? De inmediato sentí como me inundaba la felicidad. —¡A-Aina-chan, buenos días! Cuando le di los buenos días, Aina-chan enseguida miró hacia atrás y me miró con una expresión como si estuviera viendo a la persona que asesinó a sus padres. Desde luego, no me respondió. Cuando tomé asiento y esperé, Aina-chan dejó una taza de café con un fuerte golpe. —Gracias.
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Aun cuando le agradecí, me ignoró. Sus labios fuertemente cerrados no cedieron como de costumbre. No me tomaba a pecho su comportamiento, después de todo Ritz-kun comentó en su carta que ella era la chica más tímida de la aldea. Además, creo comprender a Aina-chan gracias a las cartas que intercambiamos. Ella siempre estaba preocupada por mi salud. También decía que mis anécdotas aburridas eran divertidas y siempre me escribía palabras corteses. Además la comida que preparaba todos los días tenía mucho amor. Por consiguiente, confío en que su actitud áspera se debía a su vergüenza o timidez. Probablemente... Conforme leía el periódico y bebía café, Aina-chan sirvió el desayuno en la mesa con movimientos expertos. Luego rebanó pan recién horneado y untó mermelada sobre él. Estaba muy delicioso. Cuando le pregunté de dónde lo había conseguido, me dijo que ella misma lo había hecho y untó mucha mantequilla en otra rebanada. Además de eso, había weisswurst, sopa de patata y huevos al vapor. Todo estaba delicioso. Incluso mientras comía, Aina-chan seguía trabajando diligentemente. Cuando la invité a comer conmigo antes, ella se rehusó con un severo «¡No!», así que no volví a mencionárselo después de eso. Le di las gracias a Aina-chan por la comida deliciosa. —Gracias, Aina-chan. Todo estuvo delicioso. —¿No se te hace tarde para ir a trabajar?... —Ah, sí. Repetíamos la misma conversación cada mañana. Cuando fui a trabajar, me detuvo un colega que no había visto en mucho tiempo. Por lo visto, el gato que había estado cuidando en casa tuvo crías, así que no sabía qué hacer con ellas. —No puedo tener un gato porque mi casa es compartida… —¡No te atraparán si te quedas callado! —Me atraparán. Además, no quiero traicionar a una casera tan amable. Sin mencionar que me gustan más los perros. De hecho, me siento un poco triste porque no he podido ver al perro de la casa de mis padres desde hace algún tiempo. Mis padres no viven lejos, pero por culpa de mi ajetreada agenda, no tenía tiempo de comunicarme con ellos. - 23 -
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—Así es como están las cosas, por eso—¡Espera! Aun cuando lo rechacé, mi colega persistió tenazmente. —¿No te sientes solo viviendo por tu cuenta? —… No le había dicho a nadie que estaba viviendo con Aina-chan. Si lo hacía, me molestarían para que se las presentara. Quería presumir sobre mi linda Aina-chan, pero sería un problema si alguno de mis colegas se enamorara de ella, por eso no había dicho nada. También comía sus almuerzos llenos de amor en secreto. No permití ninguna falla en ese aspecto. He sido así desde hace mucho tiempo. Nunca le mostraba lo que era importante para mí a nadie más, solo guardándolo en mi interior. Siento que los hábitos de la infancia sí son acarreados hasta la edad adulta. —Hey, no hay problema si solo los ves, ven a mi casa mañana. —N-no, mañana por fin tendremos un día feriado, por esoTraté de explicarle que no me era posible, pero mi colega ya se había marchado. Había pensado en tener una cita con Aina-chan ese día. Aunque la persona en cuestión no sabía.
Al día siguiente. Como visitaría la casa de mi colega, me vestí adecuadamente. Luego de desayunar, le informé a Aina-chan que saldría. —Visitaré la casa de un colega el día de hoy. —¡! Debido al repentino evento, Aina-chan parecía sorprendida. Me pregunto si estaba esperando salir a algún lado conmigo. Cuando salió sola antes, fue acosada por un rufián, así que le dije que no saliera sola. Asimismo le pedí a la casera que la acompañara cuando saliera. Si lo hago en este momento, quizá no tenga problemas en pedirle que venga conmigo. Por fortuna, mi colega es casado. Además, también es un esposo amoroso, así que no se sentirá atraído por Aina-chan. Me armé de valor y le pregunté.
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—¿Te gustaría acompañarme, Aina-chan? —¡! Aina-chan volvió a mostrar una expresión de sorpresa. Le dije que podríamos comer helado luego de ver a los gatos. Aina-chan permaneció inexpresiva un rato, pero al cabo de un rato asintió a modo de respuesta. Esperé hasta que Aina-chan terminó de arreglarse. El reloj estaba apuntando pasadas la hora en que habíamos quedado de vernos, pero mi colega estaría esperando en su casa así que no debería haber problemas. Unos quince minutos después, Aina-chan salió de la habitación. —¡O-Ooh! Viéndola con su ropa de calle, solté un gritito de admiración. Su cabello blancoplateado y algo ondulado se encontraba recogido en un peinado alto, también tenía un poco de maquillaje. Los labios en un tono rosa eran insoportables. Traía puesto una blusa blanca adornada con encaje junto con una falda color azul cielo. Nunca había visto antes esa ropa, ¿quizá lo compró junto con la casera? De cualquier modo, sentí que se veía extremadamente encantadora. —Deja de mirarme… —Ah, lo siento. Por lo general, me fulminaría con la mirada, pero el día de hoy solo desvió la mirada. ¿Estará avergonzada? Pensé, pero me contuve de preguntar porque no quería tentar a mi suerte. La exquisita bolsa blanca que llevaba en las manos era un regalo de Ritz y Sieglinde, los cuales actualmente se encontraban en Thüringer. Por lo visto, Sieg estaba embarazada así que tenían planeado que se aliviara aquí. Eran noticias maravillosas. Me pregunto si debería comprar regalos de celebración cuando regresáramos, pero luego me di cuenta que nunca había oído de regalos por estar embarazada. Bueno, un regalo por su hospitalidad también podría ser bueno, ponderé mientras caminaba a la casa de mi colega con Aina-chan. Cuando arribamos a la casa de mi colega, su esposa e hija de cuatro años nos saludó. Luego de eso, mi colega nos llevó con los gatos. Se sorprendió cuando vio a Aina-chan, pero cuando la presente como mi esposa, la recibió afectuosamente. También recibieron con gusto el obsequio de dulces que compramos de camino. Aina-chan fue guiada por la hija de mi colega hasta los gatitos. La esposa también las siguió. Cuando me quedé a solas en el salón con mi colega, se convirtió en una sala de interrogación sobre cómo había encontrada a una mujer tan hermosa.
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Unos cuantos minutos después. Cuando Aina-chan regresó, tenía un gatito entre sus brazos. Me miró con unos ojos como si estuviera suplicando por algo. Lo que llevaba en sus brazos era un gatito rojo con grandes ojos redondos. Tal vez porque acababa de tomar leche de su madre, tenía el estómago abultado. Sé lo que Aina-chan quiere decirme. Sin embargo, vivimos en un apartamento, así que no podemos cuidar gatos. Si queremos hacerlo, necesitaríamos una casa independiente, las cuales a su vez tienen una renta más cara. A fin de prepararme para el retiro, quería ahorrar tanto dinero como fuera posible. A pesar de eso, Aina-chan parecía desear tener un gato. De inmediato tomé una decisión. Está bien. ¡Vivamos en el campo! Le dije a Aina-chan que lo cuidaríamos una vez que nos mudáramos y le pedí a mi colega que guardara el gato rojo para nosotros. ❄❄❄ Era sencillo planear el futuro cuando sabíamos lo que queríamos. Opté por mudarnos a una villa en el campo donde vivía mi tío. Dejé que él se encargara de encontrar una casa y un trabajo para mí. La renta costaba menos de la mitad que el apartamento en el que estoy viviendo. ¡Tres hurras por la vida en el campo! Por coincidencia, la villa estaba cerca del lugar donde Ritz-kun y Sieglinde se estaban quedando. Así que Aina-chan también estaría tranquila. El día en que partiríamos, fuimos a recoger al gatito en la casa de mi colega y nos despedimos de la casera. Como muestra de gratitud, le regalamos las mermeladas y dulces que Aina-chan hizo. Mientras aceptaba los regalos, la casera amable nos dijo que no tenía problemas en que tuviéramos gatos en el apartamento. Cuando le comenté que ese no era el único motivo, lo aceptó aunque parecía decepcionada. Aina-chan estaba en mejores términos con la casera que conmigo, de verdad se llevaban muy bien. Por consiguiente, la casera abrazó dulcemente a Aina-chan y le dio palmaditas en la espalda. Luego, con una expresión triste, Aina-chan le pidió un favor a la casera. —Ah, eeh, si no le molesta, ¿elegiría un nombre para esta gatita? —¿Yo? —De esa forma, siempre pensaré en usted. —¡Vaya! Ante las palabras de Aina-chan, la casera sonrió felizmente. - 26 -
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La casera otorgó el nombre de «Rossa» a la gatita. Por lo visto, significaba “rojo” en el idioma de su fallecido esposo. Pensé que era perfecto para la gatita con un llamativo pelaje rojo. Con un nuevo integrante en la familia, nos dirigimos al campo.
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CAPÍTULO 04
% EMMERICH Y LAS GATITAS TEMPERAMENTALES –PARTE 2-
Nos tomó cerca de seis horas en carruaje llegar a la villa de mi tío. Fue un viaje bastante largo. Había enviado el equipaje de antemano, por lo que solo traíamos con nosotros pequeñas bolsas con nuestra comida, así como una canasta para nuestra nueva integrante de la familia: Rossa, la gatita. Había llegado la hora de abordar el carruaje. Tras confirmar el destino con el conductor, subimos. Por fuera de la ventana se podían ver vehículos de vapor pasando. Últimamente parece que hay más y más de ellos. En cambio, los caminos para los carruajes se estaban volviendo más escasos. Mientras presenciaba esos cambios de era, dejé atrás la ciudad en la que crecí. Los carruajes estaban muy solicitados, pero de alguna forma conseguimos asegurar asientos en el último. Aina-chan se sentó en el rincón mientras que yo me senté a un lado de ella. Los hombres en el interior del carruaje veían de reojo a Aina-chan. Después de todo, su inmaculado cabello plateado y claros ojos azules eran inusuales. Quería gritarles que dejarán de mirarla. Sin embargo, Aina-chan no les dio importancia a esas miradas insolentes y se concentró únicamente en la gatita que asomaba su cabeza por la canasta. En un pueblo que quedaba de paso, nos detuvimos cerca de media hora. Había un parque cerca, así que decidimos almorzar allí. Luego me di cuenta que no había mantas para sentarnos, por lo que coloqué mi abrigo en el suelo para que ella se sentara sobre él. —¿Por qué me tengo que sentar sobre tu ropa? —Pero si no lo haces, tu falda podría ensuciarse. Cuando insistí, Aina-chan entrecerró los ojos como si me fulminara con la mirada y tomó asiento. Rossa, todavía dentro de la canasta, estaba sobre su regazo. La gatita comió del pescado que trajimos para almorzar. —El almuerzo… puedes empezar a comer. —Ah, sí.
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Como Aina-chan no había tocado su comida, estaba esperando como un perro obediente. Ya que mi dueña dijo que podía comer, abrí la caja del almuerzo. Había emparedados de carne y vegetales, brochetas de albóndigas, salchichas asadas y rollos de huevo. La carne frita con especias se encontraba cubierta de queso y vegetales al vapor, sobre los cuales había rebanadas delgadas de jamón como decoración, dando la apariencia de ser flores. La caja del almuerzo estaba repleta de mis platillos favoritos. Aun cuando le agradecí, ella no aceptó mis gracias bajo el argumento de que simplemente lo había hecho con ingredientes que tenía de sobra. Aun así, me sentía feliz. Coloqué suficiente comida para Aina-chan en un plato y luego comencé a comer. Todo sabía exquisito, además como estábamos comiendo juntos, el sabor fue aún mejor. Una hora más tarde. El carruaje partió tal y como tenía programado. Llegamos a la villa a la que nos mudaríamos ocho horas más tarde. Había lugares con mucha nieve en el camino, así que el viaje fue más lento de lo esperado. Había visitado la villa donde vivía mi tío cuando era niño y me dio una impresión similar a la aldea de Ritz-kun. Sería lindo que le gustara a Aina-chan, pensé. Se trataba de una pequeña villa en el campo. Incluso tenía menos personas que la aldea donde nació Aina-chan. Ya que se trataba de un lugar remoto, teníamos que tener cuidado sobre nuestra reputación. Sería imposible que un hombre y una mujer sin ninguna relación vivieran juntos como lo hacíamos en la ciudad. Por consiguiente, lo discutí cuidadosamente con Aina-chan y entregamos una solicitud de matrimonio al país. Claro está, bajo la condición de que la relación sería interrumpida si Aina-chan llegara a estar en contra de ella. Eventualmente tengo la intención de regresar con ella a su país. Solo estoy tomando custodia de ella mientras la ira de su familia se apacigua. Desconozco que sucederá después. Me gustaría mudarme a la aldea de Ritz-kun, pero si incomodo a Aina-chan, no tengo más opción que vivir aquí. A fin de cuentas, el ejército no va con mi personalidad, así que tal vez no sea tan malo pasar el tiempo de manera relajada aquí. Mi tío y tía me recibieron luego de no verme por más de una década, también le dieron la bienvenida a Aina-chan. Nos preguntaron si queríamos un borrego o una cabra como regalo de matrimonio, pero siendo sincero, no sabía en que se diferenciaban, así que elegí al azar. Mi tía había limpiado la nueva casa, la cual era mucho más espaciosa que el apartamento en el que vivíamos; contaba con una recamara, un estudio, una salacomedor, cocina, excusado y cuarto de baño. - 29 -
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Mientras revisaba las habitaciones, me percaté de algo importante. ¿Y ahora qué hago? ¡¡Solo hay una recamara!! Era algo normal, ya que nos estábamos mudando como una pareja casada. —A-Aina-chan, tú puedes usar la recamara. —¿Y eso a que viene? —Yo dormiré en la silla del estudio. —¡¿Crees que eso va a aliviar tu fatiga?! —¡No hay problema! Creo que tuvimos una conversación similar antes. De verdad no pasaría nada. Cuando serví en el ejército, dormía en el suelo y usaba hojas de periódico como mantas. Cuando le comenté eso, me dijo que hiciera lo que quisiera. Mi tía preparó muchas cosas para cenar, así que ambos las aceptamos. Al día siguiente, desempacamos y organizamos nuestras cosas. También fuimos de compras al mercado de la villa. Como Aina-chan no estaba acostumbrada a este lugar, se escondió detrás de mí mientras sujetaba la manga de mi abrigo. Qué adorable. Luego de regresar a casa, continuamos desempacando. Al cabo de un rato, Aina-chan trajo dos tazas. Esperaba que dijera algo como «¡Bebe la segunda taza después de dos horas! ¡Porque ya no preparé otra! ¡Luego ese tiempo, incluso si tiene polvo, solo bébetelo! ¡Te aguantas!», pero la segunda taza era para ella. Me sentí aliviado. Cuando acerqué un cojín del sofá y se lo ofrecí para que se sentara sobre él, Aina-chan lo hizo sin decir nada. Tomamos asiento en medio del equipaje y comimos los pasteles de fruta que compramos antes en la tienda. En el bolsillo delantero de su delantal, cerca de su estómago, se encontraba Rossa, la gatita. Tenía envidia de la buena posición en la que estaba. Notando que la estaba viendo, Aina-chan me explicó el motivo mientras acariciaba a Rossa con una expresión apacible. —Se pone triste si la dejo sola. —Eh, eeeh~. Me gustaría decirle que yo también me pongo triste si me ignora, pero tenía miedo de escuchar «Oh, en serio», así que mejor me quedé callado. El pastel que compramos de la tienda estaba seco y se desmoronaba, causando que nos diera sed. El pastel que Aina-chan horneaba era más húmedo y delicioso. Cuando - 30 -
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dije eso, me reprendió, exclamando que no puede hornearlos porque no tiene los ingredientes. Tal parece que pensó que la estaba presionando. —Aun así, poder comer pastel en compañía de Aina-chan es muy agradable. —… Las palabras que expresé sin pensar fueron ignoradas limpiamente. Tal vez no me escuchó porque hablé rápido y en voz baja. ¿Qué debería decir? Creo que es la primera vez que pasamos el tiempo relajándonos solo nosotros dos. Cuando vivíamos en la ciudad, todos los días eran ajetreados. Incluso en los días de descanso, dormía todo el tiempo debido a mi cansancio. Me siento muy mal por eso. Hubiera sido muy lindo haber salido más para conocer nuevos lugares, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse. Incluso con una vida como esa, Aina-chan nunca se quejó. En cambio, me apoyó preparando mi comida y empacando almuerzos. Me di cuenta que nunca le había agradecido apropiadamente. Quizá sea un poco tarde, pero, sea como sea, agaché mi cabeza. —Aina-chan. —¿Qué? —Gracias. —¡¿?! Aina-chan permaneció estupefacta por un instante. Después, preguntó que me pasaba. Aun cuando me cuestionó, por algún motivo no pude responderle y me limité a murmurar palabras de gratitud. Aina-chan me miró tranquilamente con una expresión de intriga. En serio, ¿cómo puedo convencerla de que no soy una persona sospechosa? Tal vez la única forma sea confesando mis sentimientos honestamente. Al final, opté por decirle lo que sentía desde hace mucho tiempo. —Aina-chan. —¿Y ahora qué? —Yo, te amo, Aina-chan. —¡!
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Los grandes ojos de Aina-chan se abrieron aún más. Sentí tanto arrepentimiento como alivio tras decir eso, se trataba de una sensación muy ambivalente. No hubo ninguna reacción por un rato, así que miré con cautela el rostro de Aina-chan. —Ah. —¡! Enseguida desvió la mirada, pero Aina-chan estaba completamente ruborizada con un profundo rojo. —¿Me odias, Aina-chan? Cuando pregunté de forma impulsiva, ella bajó la mirada. Sin embargo, poco después, negó con la cabeza. —Entonces, ¿te gusto? No había muchas oportunidades como esta, así que pregunté. Aina-chan se puso aún más roja. —Ah, lo siento, eeh… En sus ojos comenzaron a formarse lágrimas. Mi intención no era hacerla llorar. Quizá me perdone si agacho la cabeza hasta que toque el suelo y reconozco mi error. Me arrodillé y luego me incliné. —Eeh, lo siento mu—¡Rossa! Mi disculpa se superpuso con el grito de Aina-chan llamando a Rossa, la cual había saltado fuera del bolsillo de su delantal. Como se levantó de repente para sujetar a la gatita, perdió el equilibrio. Desde luego, pude atraparla antes de que cayera. —Gra-gracias. —No te preocupes. Mejor dicho, ¿no debería ser yo quien te dé las gracias? Casi dije eso sin pensar. Estaba renuente a soltarla pero la ayudé a incorporarse. Aina-chan olía bien y su cuerpo era muy suave. Fue una experiencia tan esplendida que sentí que podía fantasear con esto incluso unos meses después. Ya que tenía la impresión de que no podría suprimir mis pensamientos depravados lo bastante bien, oculté mi boca con la mano para que no se diera cuenta. Aunque mi mirada podría delatarme.
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CAPÍTULO 05
% EMMERICH Y LAS GATITAS TEMPERAMENTALES –PARTE 3-
El regalo por nuestro matrimonio de mi tío arribó: una cabra. Pero no cualquier tipo de cabra, sino una cabra hembra. Por lo visto, solo se podía ordeñar durante el invierno. Me dijeron que fuera cariñosa con ella porque estaba domesticada. En efecto, se comportaba muy bien junto a Ainachan. Como no la podíamos dejar libre en el exterior, usando materiales que encontré por ahí y herramientas que pedí prestadas de mi tío, construí una casa pequeña para la cabra. Tras colocar heno adentro se veía bastante acogedora. Tal parece que a la cabra también le gustó, ya que entró rápidamente al cobertizo y descansó allí. —La cabra es inesperadamente dócil. Me sorprendí. —¡Eso parece-aauh!! Mientras charlábamos, sentí un fuerte golpe en mi espalda. Por fortuna, conseguí rodar por el suelo para disminuir la caída. Cuando me giré para ver de quien se trataba, la cabra se encontraba orgullosamente erguida bajo la luz del sol. —¿Por-por qué?... La cabra levantó sus patas delanteras y colocó todo su peso sobre las traseras. Me dio la impresión de que estaba mostrando hostilidad con esa pose tan altiva. —Acaso… ¿me está amenazando?... De inmediato, Aina-chan ató a la cabra a una estaca clavada en el suelo. Después descubrí que las cabras son criaturas que poseen un temperamento salvaje. Ahora que la veo bien, sus ojos dan mucho miedo. Si no mal recuerdo, el borrego en la villa estaba pastando de una forma solemne. Me arrepiento de no haber elegido el borrego. También le mencioné a Aina-chan que tuviera cuidado; aunque, cuando está junto a ella parece ser dócil. Incluso deja que la ordeñé fácilmente. ¿Por qué solo será agresiva conmigo? Me gustaría quejarme con la cabra.
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Lo peor de todo es que tal parece que la cabra trataba de darme un cabezazo siempre que tenía la oportunidad. En una ocasión, mientras Aina-chan me esperaba frente a la puerta, corrí hacia ella con una sonrisa; sin embargo, justo antes de poder entrar a la casa, recibí un cabezazo que, por coincidencia, impactó directamente en mis rodillas, un punto clave del cuerpo humano, así que salí volando unos cuantos metros. Bueno, Aina-chan se preocupó por mí y me cuidó con gentileza, así que al final resultó ser algo bueno. Mi tío me ha dado un regalo absurdo. En serio me gustaría agradecérselo. ❄❄❄ Aunque el exterior de la casa era dominado por la cabra salvaje, adentro era un lugar para sanar el alma. La gatita roja que recibí de mi colega, Rossa, parecía un pollito, siguiendo a Aina-chan por todos lados. Además, Rossa siempre me ignoraba. A pesar de eso, la forma en que Aina-chan mostraba una expresión de dicha cuando sentaba a Rossa en su regazo y acariciaba su mentón, frente o cintura era insoportable. El ronroneo del gato con la misma expresión también era agradable. Recientemente, hemos tenido este tipo de momentos relajantes. En la ciudad, era impensable que ambos pudiéramos sentarnos juntos. Tras unos cuantos meses de haber nacido, Rossa estaba creciendo bien. Su pelaje era impecable y mi tía también comentó que la gatita era linda. De alguna forma se parece a Aina-chan con esos ojos claros en forma de almendra. Quizá sea cierto que los perros y gatos se parecen a sus dueños. —¿Te gustaría que preparara un poco de café, Aina-chan? —¿Sabes hacerlo? —Ah, más o menos. Después de todo, había estado viviendo solo por mucho tiempo. Ahora que lo pienso, ha pasado un tiempo desde la última vez que preparé café. Nunca lo había hecho desde que empezamos a vivir juntos. Aina-chan siempre insistía en que ella lo haría porque no tenía confianza en el café preparado por mí; sin embargo, como Rossa estaba durmiendo sobre su regazo, no se podía mover. —Me esforzaré. —El café está en la lata roja del estante para invitados. —Entendido. - 34 -
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Tal parece que la máquina para hacer café fue un obsequio de la casera. También podía ver productos nuevos. Ahora que lo pienso, el café que tenía en casa creo que estaba caducado. Molí los granos de café. Acomodé los filtros en el contenedor especial, puse el café en polvo y luego vertí agua. Mientras esperaba a que el café cayera, me aburrí. Cuando le comenté a Aina-chan que me gustaría comer algunos bocadillos si hubiera, me respondió que había un pastel que hizo ayer en el estante. El pastel estaba hecho con frutos secos. Cuando lo corté, podía oler un sutil aroma dulce. Coloqué las rebanas de pastel sobre un plato y después seguí esperando por el café. Una vez que el café estuvo listo, lo serví en tazas y puse leche y azúcar junto a ellas en un platito. Luego las llevé a la sala. Cuando me senté junto a Aina-chan, me fulminó con la mirada. Como nunca antes nos habíamos sentado tan cerca antes, quizá estaba siendo cautelosa conmigo. ¿Todavía me considerará un extranjero sospechoso? No quisiera saberlo. Como sea, puse una rebanada de pastel y una taza de café frente a Aina-chan. —Serán tres cucharadas de azúcar y mucha leche, ¿verdad, Aina-chan? —Sí… Revolví el azúcar y la leche, luego le entregué la taza. Rossa estaba profundamente dormida en el regazo de Aina-chan. Ya que sería peligroso si se derramaba el café, la levanté con cuidado y la coloqué en la canasta que también servía como su cama. Cuando regresé junto a Aina-chan, le pregunté si podía comer un poco de pastel y recibí una respuesta positiva. Enseguida comencé a comer el pastel casero de Aina-chan. Tomé un poco con el tenedor y… ¡¡Exquisito!! Era suave y tenía un ligero toque de licor. También tenía frutos secos, así que el sabor era expresivo. —¡Está muy delicioso, Aina-chan! ¡Incluso podrías venderlo! Cuando puse el pastel sobre la mesa y la miré para agradecerle, Aina-chan me estaba observando mientras sus mejillas se teñían de un profundo rojo. —¡Ah, lo siento! En ese instante, me puse en los zapatos de Aina-chan. Un extranjero desarreglado de pronto demandó bocadillos y luego desvergonzadamente comenzó a comer junto a ella. ¡¡Oh no, oh no!! ¡¡Qué desagradable!! Cuando traté de ponerme de pie en pánico, Aina-chan me sujetó por la manga. - 35 -
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—¡¿Eh?! Me sobresalté por la sorpresa. —… —Ah, eeh… Aina-chan meramente me miró con los ojos húmedos. Por el momento, me disculpé por ser un hombre tan asqueroso. Pero Aina-chan dijo que no se trataba de eso, mientras negaba con la cabeza. ¿Qué debería hacer? No sé qué está pensando ni qué quiere. Lo único que he descubierto es que Aina-chan me considera una persona desagradable. Cuando busqué en mi bolsillo en pánico, encontré un bolígrafo y papel. Se los entregué con mis manos temblorosas para que escribiera lo que quería decir. Tras recibirlos, Aina-chan apuntó algo. Parece que escribió algo, pero no me dio el papel. Me encontraba en una posición incómoda, así que me senté en una silla. No estaba temblando, pero sí muy nervioso. Tal parece que lo mismo aplicaba para Aina-chan, la cual estaba viendo a la hoja de papel. ¿Qué pudo haber escrito? -Tilin- La campana en el collar de Rossa sonó. Cuando despertó la gatita, saltó hacia el regazo de Aina-chan. —¡Kyaa! —¡Ah! Como Rossa había saltado, el papel que Aina-chan sujetaba entre sus manos salió volando. Tomé el trozo de papel que había caído al suelo. —¡¿?! En cuanto lo sujeté, las palabras quedaron visibles para mí. Se trataba de algo impensable. «Ich mag dich sehr» (Te amo) Me sorprendí tanto que me sangró la nariz. ❄❄❄ Nunca me di cuenta que le gustaba a Aina-chan. No, me equivoqué, no tendría motivos para preparar comidas tan deliciosas sino le importaba la persona. Simplemente fui denso. - 36 -
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De esta forma, los dos vivimos felizmente juntos luego de sincerarnos uno con el otro. Aina-chan sigue siendo muy temperamental, pero incluso eso es lindo de una manera irresistible. Pasamos nuestra agradable luna de miel viviendo en paz.
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CAPÍTULO 06
% EL DIARIO DE RECIÉN CASADOS DE EMMERICH
Después de estar viviendo en el campo durante mucho tiempo, Ritz-kun me avisó que la furia estaba aminorando, así que pensé en regresar a Aina-chan a la aldea. Desde luego, yo me mudaría con ella. Me estaba preparando para irme de la villa, pero surgió un problema. Se trataba de la cabra que estábamos criando. No podemos llevarnos a la cabra por barco y tampoco será capaz de sobrevivir el frío invierno, así que se la regresé a mi tío, el cual planeaba comérsela como parte del festín de despedida. Me sentí triste por la cabra y le pedí que no lo hiciera. Esa cabra me pateaba todo el tiempo, pero como la veía todos los días, me encariñé con ella. Tenía buena salud y excelente complexión, por esa razón estaría deliciosa, o al menos eso dijo mi tío. No obstante, cuando vio mis ojos llorosos, descartó la idea de comérsela. ¡Mejor dicho, ¿no se supone que las cabras lecheras no son deliciosas?! Pensé. Aunque tampoco es como si conociera mucho sobre la carne del ganado. —¿No estás contenta, Aina-chan? —¿Sobre qué? —Le comenté que no matarían a la cabra que estábamos cuidando, pero ella me respondió—. El ganado es para comerse. Por lo visto, en su aldea crían ganado desde la primavera hasta el otoño, que son los periodos en los que no hay nieve, y luego se los comen en invierno. Como Aina-chan la estaba cuidando diligentemente todos los días, pensé que le agradaba. No hay duda alguna, son cazadores, concluí en admiración. Bueno, como sea, le pedí a mi tío que siguiera cuidando a la cabra para ordeña. En cuantos a los objetos en la casa, lo resolvimos ya sea regalándolos o tirando la mayoría de las cosas. Además, no tengo que preocuparme sobre el costo de vida. Ritzkun nos prometió una casa y Aina-chan dijo que se encargaría de hacer la ropa tradicional. También me enseñaría a cazar Ritz-kun. Me sentía muy agradecido. Empacamos lo que nos llevaríamos en una maleta para cada uno. Teníamos muchos regalos.
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La noche antes de partir me senté junto a Aina-chan sobre la alfombra, la cual compré hace tiempo en un viaje de negocios. —A-Aina-chan. —¿Qué? Tal vez porque estaba tejiendo, el tono de su voz fue mordaz. No dejé que eso me detuviera y seguí hablando. —Esto, um, si no te importa. Aina-chan contempló la caja cuadrada con una expresión perpleja. —¿Qué es? ¿Otra vez chocolates? —No, no hay ningún chocolate, esta vez. Cada vez que visitaba la ciudad por trabajo, no sabía que traerle, por eso en cada ocasión optaba por la opción más fácil: chocolate. Siempre los aceptaba felizmente, lo cual me incentivaba a seguir regalándole chocolate, por eso creí que los recibía encantada. Ahora que lo pienso, también debería haber comprado otros regalos. Incluso si estaba feliz al principio, no tenía por qué seguir trayendo el mismo regalo todo el tiempo como un idiota. Bueno, eso haré de ahora en adelante. Aina-chan recibió el regalo con una mirada cautelosa. ¿Será que aún no confía en mí? ¿Por qué sospechara tanto de mí? A pesar de eso, Aina-chan con el ceño fruncido también era grandiosa así que no le di importancia. Me gustaría ver por siempre como desenvuelve ese listón con cuidado. Cuando destapó la caja, sus ojos se abrieron de par en par. Mi regalo era un broche. Hace un tiempo, Ritz-kun me comentó que el mejor regalo para los aldeanos eran broches de plata, así que decidí comprar uno. Siendo franco, quería darle un anillo de compromiso, pero en su aldea no tenían la tradición de dar anillos, sin mencionar que podría estorbarle al momento de trabajar, por eso me detuve de hacerlo. Además, tampoco tenía suficiente dinero para uno. Aina-chan me miró sorprendida. Tal vez a causa de su asombro, sus mejillas lentamente se tiñeron de rojo. Fue una escena encantadora. —¿Es para mí? —Cuando asentí a modo de confirmación, sujetó con gentileza el broche en su mano—. E-es muy bonito. Tal parece que le gustó. Había comprado un broche en forma de gato en una joyería. La cola curveada era similar a la de Rossa. Aina-chan le mostró el broche a la gatita que estaba junto a ella con un brillo en sus ojos.
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Volumen 04
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—¡Mira, Rossa, se parece a ti! ¡Es muy lindo! Esa sonrisa…desearía que fuera para mí, no para Rossa. No, eso es pedir demasiado. Que le haya gustado el regalo es más que suficiente. Cuando estaba a punto de levantarme, Aina-chan me sujetó por la manga y la miré sorprendido. Luego, dijo algo impensable. —Gra-gracias. —¡! Mientras sujetaba a Rossa en una mano, Aina-chan me agradeció con una expresión tímida y unos ojos grandes. Qué es este exceso de lindura, es muy adorable (El resto fue omitido). De esa forma transcurrió nuestra última noche antes de mudarnos. ❄❄❄ Aina-chan y yo regresamos a la aldea de Ritz-kun. Ah, en compañía de la gatita Rossa. Cuando arribamos al puerto, su madre nos estaba esperando. El par de madre e hija se abrazaron, regocijándose por su reunión. —¡Muchísimas gracias, David-san! Me sentí mal cuando me agradeció. Después de todo, hice que Aina-chan pasara dificultades porque no ganaba lo suficiente. Cuando vivíamos en el campo, me dio de comer champiñones que recolectó del bosque y pescado de los ríos cercanos. Todos los días eran divertidos y todo lo que cocinaba estaba delicioso. Yo soy quien debería agradecerle por hacerme feliz, dije mientras daba una profunda reverencia. La batalla de gracias entre su madre y yo continúo hasta que Rossa estornudó dentro de su jaula. Nos reuniríamos con el Lord y Lady en frente de la fortaleza de la aldea. Habiendo dicho eso, veo que cumplieron con su palabra. No cabe duda, ha pasado un tiempo desde que los vi en ropa tradicional, lo cual me hizo sentir como si no los hubiera visto en mucho tiempo. —¡Emmerich hiciste bien en venir aquí! ¡Bienvenida de vuelta, Aina-chan! Fue muy emocionante ser recibido con tanto fervor. Estoy seguro de que Aina-chan pensaba de la misma forma que yo. Viendo que los dos se encontraban saludables, me sentí aliviado. En cuanto a Sieglinde, quizá porque había dado a luz a un niño, su expresión se había suavizado mucho. Por cierto, la mamá de Ritz estaba cuidando a su hijo. Estoy esperando con ansías conocer a su madre, la cual se rumorea es exactamente como Ritz-kun. - 40 -
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Me despedí de ambos y me dirigí a la casa de Aina-chan. Me preocupaba su tenebroso abuelo, pero Aina-chan me tranquilizó diciendo que todo estaría bien. Enseguida comprendí el significado de esas palabras. El abuelo de Aina-chan se encontraba totalmente deprimido. En cuanto vio a su nieta, comenzó a sollozar profundamente. El abuelo dijo que reflexionó sobre sus acciones. Luego de eso, nuestro matrimonio fue aceptado sin problemas. ❄❄❄ Por la mañana desperté con unos golpecitos de Rossa en mi estómago. Cuando entreabrí los ojos, seguía estando oscuro afuera. Le dije que me dejara dormir un poco más, pero el golpeteó se hizo más fuerte. —Uuh, lo siento, Rossa-san, cinco minutos más… —¡No soy Rossa! —¡! Me levanté de un salto asustado. Creí que indudablemente sería Rossa golpeando mi estómago para que le diera de comer, pero no era la gatita sino Ainya-chan, perdón, Aina-chan. ¿Qué sucede? Cuando le pregunté eso, me dijo que saliera a desenterrar algunos vegetales de la nieve. —Yo lo haría, pero estoy ocupada horneando. —En-entendido. Comentó que los vegetales eran para hacer el desayuno, así que me apresuré. Si dejábamos vegetales plantados en el jardín luego de la primera nevada, quedaban enterrados bajo la nieve. Convirtiéndose en algo así como una nevera natural. Sin mencionar que esos “vegetales bajo la nieve3” son dulces y deliciosos. De acuerdo a Ritz-kun, la humedad en los vegetales cambia a una sustancia dulce para que no se congelen bajo la nieve. No hay error alguno, es el hijo de un estudioso. Lo sabe todo. Salí y lentamente saqué la nieve alrededor de la zona de los vegetales con una pala. Cuando encontraba un brote, significaba que había un vegetal cerca. Cambié la
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N. de la T. Vegetales bajo la nieve: en inglés el termino es “snow vegetables” mientras que en japonés es “yukinoshita”. Este método surgió en la prefectura de Niigata y consiste básicamente en enterrar los vegetales o frutas bajo la nieve Y gracias a la refrigeración natural y a la humedad constante se elevaban los niveles de aminoácidos, haciendo que las zanahorias, manzanas, daikon y otras verduras de raíz fueran más dulces y que su aroma fuera menos terroso.
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herramienta a una más pequeña para desenterrarla con cuidado y no dañarla. No había forma de saber dónde estaba. Era como buscar un tesoro. El día de hoy excavé repollo. Cuando regresé a casa, un olor aromático típico del pan recién horneado impregnaba el ambiente. De inmediato me sentí feliz. El repollo que le entregué se cocinó de inmediato. Aina-chan preparó café caliente. Mientras lo bebía, la mire cocinar. Colocó todo el repollo en una olla grande y luego lo puso a hervir en agua caliente por un rato. Después, cortó grandes trozos de tocino de un jabalí salvaje que estaba colgado. Al cabo de un rato, sacó el repollo e hizo unos cortes en forma de cruz. Llenó los huecos entre las hojas con el tocino. Para asegurarse de que no perdiera la forma, amarró muy bien el repollo con un hilo. Luego de eso, lo sumergió en un caldo que había preparado de antemano. Una vez que se había cocinado lo suficiente, sazonó el repollo con un poco de especias y sal. Luego lo sacó una vez más de la olla y lo cortó en cuatro partes. Un cuarto fue colocado en mi plato. Otro en el de Aina-chan. Después, vertió una sopa de un color ámbar claro en el plato. El resto del repollo y el tocino lo regresó a la olla. Parece que se los llevará más tarde a su familia. Pan recién horneado y sopa de repollo caliente. Había un festín desde la primera hora de la mañana. Le agradecí al Espíritu y comencé a comer. Cuando partí en dos el pan de centeno, un vapor blanco salió de su interior. No pude esperar hasta cortarlo en trozos más pequeños y de inmediato le di un mordisco. El exterior estaba crujiente mientras que el interior suave. Podía percibir esa lujosa textura limitada únicamente al pan recién horneado. En cuanto al repollo del tamaño de mi puño, lo corté con un cuchillo. Incluso sin tener que poner mucha fuerza, el cuchillo lo atravesó sin problemas. En el camino apareció un pedazo de tocino, así que me apresuré a cortarlo. Primeramente usé una cuchara para comer solo el repollo, el cual era suave e increíblemente dulce. El tocino tenía la textura perfecta para masticar y un sabor salado. Cuando los probé al mismo tiempo, una sensación indescriptible complació mi lengua. Cuando regresé en sí, noté que Aina-chan todavía no había tocado su comida. Estaba comiendo por mi cuenta. Incluso mientras entraba en pánico, le di mi opinión para limar las asperezas. —Está exquisito, Aina-chan. —Ah, ya veo —Pensé que esa sería otra de sus respuestas frías, pero Aina-chan sonrió un poco y murmuró—, me alegro. Uwaaa, Aina-chan es mega linda (El resto fue omitido). De esa forma, nuestra vida de recién casados continúo. Cada día sentía que estaba en un paraíso. - 42 -
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CAPÍTULO 07
% EN EL BARCO
Finalmente regresaríamos a la aldea de Aina-chan. Me sentía extremadamente nervioso. Le escribí a Ritz-kun y a la madre de Aina-chan que estaba perfectamente, pero la verdad es que seguía intranquilo. Al parecer su abuelo se había suavizado, pero incluso ahora tiemblo de solo pensar en él. Por culpa de haberse convertida en mi amiga por correspondencia, Aina-chan recibió abusos físicos. Su abuelo quería casar a su nieta con un hombre que él aceptara. Sin embargo, yo se la arrebaté. Es normal que esté furioso. A pesar de eso, creo que golpear a Aina-chan fue demasiado. Mientras más pienso al respecto, más siento pena por ella y más me condeno a mí mismo. Ritz-kun mencionó esto: «La familia Bergholm tiene una situación y entorno complicado, así que no te apresures a juzgarlo como malo». Esas palabras fueron las únicas que me ayudaron. Cuando conozca a su abuelo en persona, me gustaría presentarme como es debido. En el barco camino a la aldea, reflexioné sobre cosas como esa. No hay duda. Estamos regresando a la aldea de Ritz-kun. Conseguimos un camarote privado y pasamos el viaje de forma relajada. Aina-chan mató el tiempo tejiendo. Como no podía hacer otra cosa, la miré mientras trabajaba diligentemente. Rossa se acercó a mí mientras maullaba. Luego, frotó su cabeza contra mi pierna, algo muy extraño en ella. Me pregunto si vio que estaba deprimido e intentó animarme. Qué gatita tan gentil. Me siento conmovido. Cuando la levanté y traté de abrazarla, Rossa extendió sus patas y me rechazó. Entré en shock. Al menos no me rasguñó. Aina-chan se acercó y dijo: —Creo que Rossa tiene hambre. - 43 -
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Ah, cierto. Entiendo… La comida para gatos está en mi maleta, así que solo estaba demandando que la preparara rápido. Actuando de acuerdo a mi rol del “Sirviente de por vida” de Rossasan, coloqué vegetales y pescados sobre un tazón. Observé a Rossa mientras masticaba ruidosamente la comida. Le dije que comiera más lento. Cuando la estaba mirando distraído, alguien me tocó ligeramente el hombro. —Oye… ¿Sucede algo malo? —¡! ¿Es el turno de que Aina-chan se preocupe por mí? Me veía de la misma forma que Rossa. —Por alguna razón, desde hace un tiempo tienes una expresión sombría, ¿sabes? —¿E-en serio? —Sí. ¡Me llenaré de energía si frotas tu cabeza contra mí! Por supuesto, no podía decirle algo como eso, así que sonreí animado y le comenté que estaba imaginando cosas. ¿Qué debería decir? Tengo miedo de que me odie, por eso todavía no puedo contarle sobre mis verdaderos sentimientos ni depender de ella. Ni siquiera tengo excusas que ofrecer si me llama idiota. Aun así, ella solo tenía diecisiete años. En cambio yo tengo veintiocho… Desde su punto de vista debo ser un anciano. No es broma, ponderé muchas veces si Aina-chan realmente estaba bien con alguien como yo. Para mí, tener baja autoestima ha sido una enfermedad incurable desde hace mucho tiempo. Además, lo que me preocupa es si seré capaz de cazar bien en la aldea. No sé cómo cazar, ni las costumbres del lugar. ¿Quizá podría trabajar en la fortaleza? No, se encuentra bajo jurisdicción del ejército, así que sería imposible para mí. ¿Acaso alguien como yo realmente puede estar con una chica tan linda? Me sentí mal. —¿No te sientes bien? —¡! Mientras estaba perdido en mis pensamientos, Aina-chan se preocupó y colocó una mano sobre mi frente. Di un pequeño saltito debido a la sorpresa. —No, estoy bien. - 44 -
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—Entonces, ¿qué tienes? Has estado actuando extraño desde hace rato. —Me siento nervioso… —¿Por qué? —Estoy inquieto por muchas cosas. No debería decir cosas como esta, pero cuando Aina-chan me preguntó, mis pensamientos se desbordaron. ¿Me considerará una persona muy poco confiable? Aina-chan tenía los ojos abiertos de par en par mientras me observaba. —¿Sobre qué te sientes intranquilo? —Sobre vivir en la aldea, trabajar, tu abuelo… —¿Estabas preocupado por eso? —¡¿Eh?! Tal parece que los problemas por los que estaba agonizando no eran gran cosa para ella. Me sorprendí. Aina-chan colocó sus manos sobre las mías, las cuales tenía descansando sobre mi regazo. En el instante en que nos tocamos, mi corazón se aceleró un poco. Cuando la miré a la cara, estaba sonriendo. Era una expresión serena que me reconfortaba. —No te preocupes. Todo estará bien —dijo Aina-chan, también comentó que ella se encargaría de todo lo relacionado a la vida diaria. En relación al tema de interactuar con los otros aldeanos, ella tampoco estaba familiarizada con eso, así que declaró que podíamos hacerlo juntos. Sobre el trabajo, argumentó que cazar no lo era todo. Últimamente había mercantes que compraban las artesanías a precios muy elevados, así que podíamos llevar una vida normal si nos esforzábamos. También parece que había muchas fuentes de trabajo en la ciudad, ya sea en el puerto o en las tiendas. Durante el invierno incluso había personas que iban a las ciudades para conseguir dinero. Me reafirmó que había más de un camino. —Por eso, no actúes de manera extraña. —Sí. Gracias, muchas gracias. Ritz-kun escribió que me enseñaría a cazar. No estoy posición de decir que no me aterran los ataques de los venados. Sin embargo, para proteger mi vida con Aina-chan, daré lo mejor de mí. - 45 -
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—Aina-chan. —¿Q-qué? Moví una de mis manos para colocarla sobre las manos de Aina-chan, las cuales seguían sobre las mías. Luego, declaré mis verdaderos sentimientos. —Aunque soy un bueno para nada y no puedo trabajar más de lo que podría hacer un hombre, te aseguro que te amaré más que a nadie en este mundo. —¿Eh? ¿Qué significa ese «¿Eh?»? Si no me escuchó bien, tengo que repetírselo. Es muy vergonzoso, pero era importante que lo dijera otra vez. —¡Amo a Aina-chan más que a nadie en este!—¡Sí te escuché! —¡Per-perdón! ¡E-eso me asustó! Entonces, sí me escuchó. En ese caso, ¿qué quiso decir con ese «¿Eh?»?... ¿Tal vez no le gustó la parte de «más que nadie en este mundo»? Ya lo había dicho, así que no podía hacer nada al respecto, ahora solo me quedaba decirle todo hasta el final. —¡Por eso, si te parece bien, por favor cásate conmigo! Me arrodillé y bajé la cabeza hasta que mi frente chocó contra el suelo a modo de súplica. Esta era la segunda vez que le proponía matrimonio. La primera vez fue cuando nos mudamos al campo y firmamos nuestra acta de matrimonio. Sin embargo, en aquel entonces, se trataba de una confirmación a la ligera para protegernos socialmente, por eso aceptó la propuesta forzada de manera comprensiva. No obstante, ahora era diferente. Esta sería la primera y última vez que le proponga matrimonio con todo mi corazón. El día de hoy gasté todo mis agallas. ¿Y si me rechaza? No había pensado en esa posibilidad. En ocasiones me aterraba cómo podía ser extremadamente positivo en las cosas más absurdas. Ahora mismo, solo me quedaba esperar por la respuesta de Aina-chan. —Ah… levanta la cabeza. - 46 -
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Tal y como me pidió, de inmediato levanté la cabeza y me incorporé. El rostro de Aina-chan estaba rojo como un tomate. —Eeh, sobre la respuesta, puedes decírmela cuando quieras. Estaría bien después de que me aceptaran apropiadamente en la aldea. Simplemente quería transmitirle mis sentimientos. Sin embargo, Aina-chan sujetó la manga de mi abrigo para detenerme y, sin mirarme a los ojos, dijo una sola frase: —N-no tengo mucha experiencia, pero por favor cuida de mí. —¡! En cuanto dijo eso, sentí que iba a salir humo por mi cabeza. ¡Y pensar que aceptaría casarse conmigo! Mientras permanecía incrédulo, hablé rápidamente. —¡¿En serio te parece bien?! —Para mí solo puedes ser tú… —¡! Tal vez porque Aina-chan también estaba avergonzada, de inmediato se alejó y me dio la espalda. Ah, aun así, estoy feliz. Cualquier rastro de inquietud salió volando en un santiamén.
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CAPÍTULO 08
% ¡NUEVA VIDA!
Hoy es la segunda noche en el barco, mañana temprano llegaremos al puerto. Por ende, está será la última noche que pasaremos a bordo del barco. Esta vez fue Aina-chan la que estaba sumida en sus pensamientos. Tal vez tenía sentimientos encontrados, además ya estábamos muy cerca de su tierra natal. —¿Qué tal si vamos a la cubierta, Aina-chan? —¿Para qué? —Para cambiar de ambiente. Ayer estuvo nublado, pero hoy el cielo estaba despejado. La señora del comedor dijo que también lo estaría por la noche, así que podríamos ver las estrellas. Cuando extendí mi mano, Aina-chan entrelazó gentilmente sus dedos con los míos. Cuando le dije a Rossa, a quién no podía ver por ningún lado, que nos esperara aquí, escuché un «Miau» por debajo de las sábanas. La primera vez que vine aquí quedé maravillado con el cielo estrellado, el cual resplandecía con tanto fervor que sentí que podía tocar las estrellas centelleantes, me dio la impresión de que eran gemas sobre el cielo nocturno. Fue tan sublime que olvidé mis problemas y fui absorbido por ellas. Esperaba que, así como a mí, el hermoso cielo estrellado consolara el corazón de Aina-chan. Sobre la cubierta no había nadie más que los marineros y enseguida descubrí el motivo. ¡¡QUÉ FRÍO!! ¿Por qué hace frío? Estamos en primavera, pero sopla una brisa que amenaza con hacerte trizas e incluso hay hielo flotando en el océano. ¡O-Oh no! ¡Aina-chan salió sin su abrigo! Me quité el abrigo y lo coloqué alrededor de sus hombros.
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Te-te-te-te-tengo frío. Pero Aina-chan era más importante. Aunque pensé eso, estornudé con tanta fuerza que me regresó el abrigo. Aina-chan dijo que la temperatura actual era el tenue calor de primavera y que ella estaría bien. Sin duda era un hada de la nieve originaria del país de la nieve. Este frío extremo no significaba nada para ella. Quedé impresionado. Me sujeté de la borda y miré hacia el cielo. —E-es el cielo de tu aldea, Aina-chan. —¡! Este día también, las estrellas se extendían por todo el cielo. Sinceramente creo que son muy hermosas. El cielo en mi ciudad natal no era así de bonito, ni siquiera en el campo. Quizá se veía especialmente bello porque el aire de este lugar era limpio. Mientras lo contemplaba, una estrella surcó el cielo. ¡Una estrella fugaz! Era la primera vez que veía una. Me giré hacia Aina-chan para comprobar si ella también la había visto, pero me quedé sin palabras. En sus ojos, que reflejaban la luz de la lámpara, había lágrimas. Sin embargo, el aceite en la lámpara se agotó en ese momento y la luz desapareció. Entonces, fuimos rodeados por la oscuridad. ¡¿Qué hago?! Mientras pensaba eso, Aina-chan dijo en voz baja. —Gracias. Si me está agradeciendo, entonces debe estar llorando de alegría. En ese caso, supongo que debe ser algo muy bueno. Hasta este momento, Aina-chan en realidad nunca expresó fuertemente su opinión. Cuando vivíamos en mi ciudad natal, le pregunté varias veces si le gustaría regresar a su aldea. Ella solo negaba con la cabeza. Sin embargo, en su interior, ella deseaba regresar. —Aina-chan, yo“No me equivoqué”. Cuando estaba a punto de decir eso, Aina-chan de súbito me abrazó. Me petrifiqué tras ese movimiento repentino. ¿Debería abrazarla yo también? Ha estado diciendo «Gracias» desde hace rato. Al final, antes de que pudiera corresponder su abrazo, Aina-chan se separó de mí. Qué peligroso. Siento el rostro caliente. Lo más seguro es que tenga una expresión patética de vergüenza. —Me alegro de que no haya luz ahora mismo… - 49 -
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Inconscientemente dije lo que pensaba en voz alta. Sin embargo, algo inesperado volvió a suceder. Aina-chan me tomó por las muñecas y me miró. Ahora que mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad, me di cuenta de que ella tenía los ojos cerrados. ¡¿Acaso, esto significa que puedo besarla?! Eh… ¿no es una broma? ¡¿No estoy interpretando las cosas a mi antojo?! ¡Porque, pues, esto es imposible! —Eh, ah, ¿en serio puedo? Traté de preguntarle, pero Aina-chan no respondió. ¡Y ESO QUE SIGNIFICA! Pasé un buen rato en el clima frío con las manos sujetas. Hace frío… Ya no podía soportarlo en varios sentidos, así que besé a Aina-chan. Ella lo aceptó en silencio. Estaba tan feliz que lloré mientras abrazaba a Aina-chan y le agradecía. ❄❄❄ A la mañana siguiente llegamos al puerto que estaba cerca de la aldea de Ritz-kun. Allí nos recibió la madre de Aina-chan. Cuando vi la reunión de madre e hija, lloré. Luego, nos trasladamos a la aldea en carruaje. En la entrada de la fortaleza, Ritz-kun y Sieglinde nos dieron la bienvenida. Cuando Ritz-kun me recibió, volví a llorar. Me sentí aliviado al ver que los dos estaban saludables. Ritz-kun seguía siendo un hada de la nieve revitalizante y Sieglinde se veía fuerte. Era reconfortante presenciar la apariencia inalterada de la pareja. En la ventanilla de la fortaleza tramité algo así como la identificación de la aldea. Me sorprendió que la actitud de los soldados mejorara. Aunque, cuando nadie más estaba viendo, me fulminaron con la mirada. ¿Por qué?... Pensé en un principio, luego recordé que me había robado a Aina-chan de la aldea y me casé con ella. Quizá estaban rencorosos por eso. P-perdón… Me disculpé con los soldados de la fortaleza en mi mente. Luego de separarnos de Ritz-kun y Sieglinde, nos dirigimos a la casa de Aina-chan. - 50 -
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En ese momento mi corazón latía a máxima velocidad, pues me volvería a reunir con el abuelo de Aina-chan. Mi corazón jamás había latido tan rápido. No, latió más rápido el día de ayer cuando besé a Aina-chan. ¡Estaré bien! ¡Probablemente! Tengo el presentimiento de que seré capaz de resistir su presión. Además, traje como obsequio un buen licor y jamón de alta calidad que compré en mi país. Nos dirigimos directamente a la sala de estar. Su abuelo estaba allí. Cuando nos vio, sus ojos se abrieron de par en par, luego se puso de pie de un salto. —A-a-a… ¡Aina! Apreté mis puños para ser capaz de protegerla en cualquier momento. Sin embargo, su abuelo hizo algo inesperado. Luego de acercarse a ella, se puso de rodillas y tocó el piso con su frente, mientras decía una y otra que lo sentía. —Abuelo, basta, no tienes de que preocuparte —Aina-chan lo perdonó—. No estoy molesta —dijo mientras acariciaba gentilmente la espalda de su abuelo, la cual lucía muy pequeña en esos momentos. Cómo no sabía qué hacer, solo permanecí allí parado como idiota. ❄❄❄ El abuelo reconoció serenamente nuestro matrimonio. —Gracias por querer tanto a mi nieta —Eso fue lo que dijo. Luego de eso, comí la comida casera de la mamá de Aina-chan, pero estaba tan nervioso que no pude saborear nada. Lo siento mucho. —La casa está limpia y en buenas condiciones —Cuando dijo eso la mamá de Ainachan, regresé en sí. Tal parece que Aina-chan y yo viviremos en la casa que nos prestó Ritz-kun. Había olvidado por completo la existencia de nuestra casa. Una vida restringida de recién casados. Estaba preparado para vivir con la familia de Aina-chan. Incluso me preparé para enfrentarme a los abusos de su abuelo. ¡¡Pero, pero vivir a solas con Aina-chan!!
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Esto es el paraíso. Fue lo que pensé. La madre de Aina-chan, que fue especialmente considerada, nos dijo que nos fuéramos a casa. Aina-chan tenía las llaves del hogar que visitaría por primera vez. Sí había notado que llevaba un collar todo el tiempo, pero jamás pensé que lo usaba para tener la llave de la casa todo el tiempo con ella. La chica perfecta4, qué adorable. No lo sabía. La casa estaba repleta de encantadores artículos tejidos: cortinas, almohadas, manteles y mantas. Todos habían sido hechos a mano por Aina-chan. Me dio la impresión de que estaba en la casa de un hada. Cuando le comenté que me gustaba la decoración, Aina-chan se alegró. Mientras desempacaba, llegó la hora de la cena. Todo fue grandioso y delicioso. El cobertizo junto a la casa era un baño. El abuelo de Aina-chan ayudó a construirlo. Le estoy muy agradecido por eso. Cuando preparé el baño y le dije a Aina-chan que ella podía entrar primero, argumentó que no podía bañarse antes de su esposo. Decía lo mismo cuando estábamos en mi país, me pregunto si será una costumbre de la aldea. Bueno, no había motivos para presionarla, así que acepté amablemente su buena voluntad. Cuando salí de bañarme, me dirigí directamente a la habitación. Desde luego, solo había una cama. Por el momento aún no me acostaré, así que tomé asiento en una silla junto a la cama. Una hora más tarde, Aina-chan llegó. —¿Qué pasa? ¿No tienes sueño? Estoy un poco excitado ahora mismo. No podía decir algo como eso. Aina-chan en ropa de dormir era demasiada linda. —Vamos. —¡!
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N. de la T. La chica perfecta: aquí usan la expresión “Key girl”, literalmente significa “la chica clave” o “la chica de las llaves”, sin embargo también se usa como un modismo para referirse a una chica que es perfecta, o que dice o hace las cosas correctas en el momento adecuado. Solo quería aclarar por si se trataba de un juego de palabras refiriéndose a las llaves o si Emmerich solo quería decir que Aina era perfecta por tener ese tipo de detalles lindos.
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Aina-chan se sentó sobre la cama y dijo eso. E-esta es la verdadera vida de recién casados. Por si acaso, pregunté si estaba bien que durmiera con ella. —¿De qué hablas? Somos una pareja casada, ¿no? —¡! Para mi sorpresa, ella aceptó. Pensé que tendría que esperar unos cuantos años. No cabe duda, esta aldea quizá sea una especie de paraíso. —¡A-Aina-chan! Cuando estaba a punto de abrazarla, alguien me detuvo. —Miau. —Eh, ¿Rossa? Rossa-san se acostó entre Aina-chan y yo. Ahora que lo pienso, todas las noches duermen juntas. Pero, ese no era el único problema. Justo a un lado de Rossa-san, escuché que alguien respiraba de manera tranquila y casi silenciosa. —Eh… ¿Estás dormida, Aina-chan? Probablemente estaba agotada por pasar todo el tiempo en el barco y ajustarse a su nueva vida. Incluso cuando traté de hablar con ella, seguía totalmente dormida, no reaccionaba para nada. Um. Qué, entonces así es, eh. Las primeras noches son así. Sin duda todos pasan por lo mismo. Decidí convencerme de que así era.
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CAPÍTULO 09
% LAS NUEVAS BENDICIONES DE LA NATURALEZA
Cuando la breve época de la primavera estaba a punto de terminar, Aina y Emmerich regresaron. Estimé la hora en que el carruaje arribaría y salí de los muros de la fortaleza con Sieg para esperarlos. El carruaje llegó a tiempo. Aina regresó vestida como una princesa. Me reuní con ella varias veces durante el año y medio que estuvieron lejos, pero ahora tenía una atmósfera más madura. Veamos a Emmerich, sí. ¡¡Está idéntico!! Me alegra de que estén saludables. Cuando los dos se fueron de aquí, tenían una atmósfera muy incómoda, pero veo que eso ha cambiado bastante. Ahora entre ellos fluía una atmósfera suave que encajaba con la del otro. Tras acordar que haríamos una fiesta de bienvenida mañana en mí casa. Mamá rebosó de motivación. Mientras que Sieg comprobó que no hubiera imperfecciones en la ropa tradicional que pensábamos a regalarles. Al día siguiente, Aina y Emmerich vinieron según lo acordado en nuestra invitación. Mientras la comida estaba lista, charlamos sobre Arno. Aina felizmente cuidó a mi hijo. Al ver eso, me sentí complacido y pensé que sería una buena madre. En ese momento, Aina declaró algo absurdo y problemático. —¿Cuándo crees que nos dará un hijo el Espíritu? Aina explicó sus palabras a Emmerich, el cual se encontraba en estado de shock, y dijo que los niños eran traídos por el Espíritu. En cuanto escuchó eso, Emmerich se atragantó con el jugo de baya que estaba tomando. Sieg me miró como preguntándome «¿Qué está sucediendo?». Se trataba de un cuento de hadas de la aldea que se leía a los niños antes de dormir, básicamente decía que el Espíritu era quien traía los niños al mundo. Me sorprendí de que Aina creyera en eso. Como dijeron que se casaron cuando se mudaron al campo, yo, pu-pues, asumí que los dos ya lo habían hecho… Solo entonces descubrí que Emmerich se encargó únicamente de proteger a Aina. - 54 -
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Durante toda la comida, Emmerich tenía una expresión vacante. Probablemente estaba pensando qué debería hacer de ahora en adelante. Luego de comer, esperé por el momento oportuno y salí con Emmerich. Cuando me disculpé sobre el cuento de hadas de la aldea, él me perdonó y dijo que no se podía evitar. Le sugerí que podría pedirle a Sieg que le enseñara varias cosas, pero comentó que por el momento estaba bien, ya que Aina aún no se acostumbraba a este nuevo estilo de vida. Emmerich, qué gran ser humano… Nos dimos un fuerte apretón de manos y decidimos que nos esforzaríamos juntos. ❄❄❄ Aina y Emmerich aceptaron ayudar en “El Águila Carmesí”. Como había días en los que me sentía indefenso por la enorme carga de trabajo, estaba muy agradecido. Yo estaría en la cocina con Aina, mientras que Emmerich aprendería como servir a los clientes de Sieg. Me preocupaba el nivel básico que tenía del idioma, pero decidí dejarlo todo en manos de su instructora. Aina era, como me imaginaba, rápida en aprender, después de todo la cocina era su especialidad. También lavaba los platos muy rápido. Al día siguiente, quizá debido a los rumores de que había nuevos empleados, vinieron más clientes que de costumbre. Mientras me disculpaba por la falta de asientos con un cliente que acababa de entrar, Aina se acercó a mí. —Este restaurante es muy pequeño. Otra vez nos quedamos sin asientos. —Ah~ tienes razón, estaba completamente fuera de mis expectativas una situación como esta. Sinceramente, jamás creí que el restaurante fuera tan exitoso. Si el clima se volviera más cálido, también podríamos servir té y comida afuera. Sin embargo, todavía se sentía un poco de frío, por eso solo podíamos servir a los clientes adentro. Mientras charlábamos, entraron más órdenes. Dividí el trabajo con Aina y comenzamos a prepararlos. ❄❄❄ Ya que hoy no abriría el restaurante, me dirigí al bosque con Emmerich. Pescamos en el lago y recogimos hierbas. A medio día decidimos almorzar lo que nos prepararon nuestras amadas esposas. Teníamos una gran atmósfera mientras charlábamos sobre lo grandioso que era la comida hecha por nuestras esposas. Lleve el pescado y las hierbas a casa y le pedí a Sieg que se encargara de ellas. - 55 -
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Luego de descansar un poco, fui otra vez al bosque. Ya debería haber un poco de miel para estas fechas, por eso opté por revisar las colmenas. Emmerich dijo que él también quería ayudar, así que nos pusimos ropa adecuada de protección y nos dirigimos allí. Tras caminar un poco, llegamos al lugar donde coloqué las colmenas. Primero, acomodé hojas secas en una cubeta de metal y les prendí fuego. Esto serviría para que las abejas se tranquilizaran. Antes de que apareciera el humo, lo cubrí con una tapa. Tras comprobar otra vez el equipo, nos acercamos lentamente a las colmenas. Incluso si una abeja se posaba sobre tu cuerpo, no había que entrar en pánico. Las abejas solo estaban investigando si eras una persona sospechosa. —¿Entendiste, Emmerich? —…Sí, estaré bien. Emmerich parecía un poco tenso. ¿En serio estará bien? Todavía me dan miedo las abejas, así que entiendo cómo se siente. —Si actúas con confianza, no te atacarán. —Me esforzaré. Primero, coloqué un panal vacío en una colmena. Ya que las capas estaban unidas con cera, necesitábamos separarlas usando hilos. Gracias a la ayuda de Emmerich, fui capaz de hacer el trabajo en muy poco tiempo. Alejamos el marco del panal de las colmenas para abrir la tapa, pero también estaba cubierta de cera y no cedía. Volví a usar los hilos para abrirla. Sobre la cubierta había muchas abejas. Aquí era necesario destapar la cubeta donde se estaban quemando las hojas. Cuando el humo apareció, las abejas que zumbaban ruidosamente se tranquilizaron. Luego, retiré con cuidado a las abejas adheridas arriba con un cepillo. Metí la mano a la caja y saqué el panal. Estaba pesado y lleno de miel. La primera capa la usaban las abejas para criar a sus larvas, mientras que la segunda era donde se encontraba almacenada la miel. Solo recolectamos seis marcos de miel. Regresemos a casa con la miel y decidimos procesarla en el patio de mi casa. Primero tallábamos la entrada del marco con un cuchillo. Luego hacíamos lo mismo con el panal para separarlos, después los envolvíamos en un trozo de tela y los presionábamos en frascos usando varas. Luego, colgábamos la tela y esperábamos a que la miel cayera de manera natural. Tras un rato, la miel estaba lista. Gracias a la ayuda de Emmerich, terminé rápido el proceso. De una capa de una colmena, conseguimos seis marcos, los cuales eran suficientes para tres frascos, así que al final teníamos dieciocho frascos de miel. —¡Y así, conseguimos miel! Mamá y Sieg estaban muy emocionadas por la miel. - 56 -
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Le pusimos miel al panqueque que hizo Ruruporon y en leche caliente de reno. La miel brillaba sobre el panqueque de tres capas. Se veía muy delicioso. Arno, que estaba sentado sobre mi regazo, miraba el frasco de miel con curiosidad. —Lo siento, Arno-chan, mejor comamos un poco de la mermelada que preparó la abuela, ¿está bien? Por lo visto, los bebés no debían de comer miel, ya que todavía no tenían sus estómagos completamente desarrollados y podrían enfermarse. Aunque, tales cuidados solo estaban limitados a bebés menores de seis meses, aun así, por si acaso le dimos panqueques con mermelada a Arno. Pese a eso, se trataba de un suave panqueque especial hecho con leche de reno más la mermelada especial de mamá arriba. Tras finalizar con las preparaciones, comenzamos a comer. Primero el panqueque con miel. —¡Ah, está muy rico! Poseía una dulzura elegante y un sabor profundo. La superficie crujiente de los panqueques combinaba muy bien con la miel suave. ¡La leche de reno con miel también sabía grandiosa! En verdad valió la pena mi esfuerzo aun cuando las abejas me hacían temblar. Compartí un poco con la familia Rango, la familia de Emmerich, la dueña de la tienda y otras personas con las que me sentía endeuda. Todos se mostraron muy felices y eso me hizo sentir el doble de felicidad. Mi sueño secreto es poder conseguir toneladas de miel y convertirlo en un producto especial de la aldea. ❄❄❄ Ha pasado un mes desde que Aina y Emmerich regresaron. Aunque no era mi intención, sucedió un pequeño cambió en la taberna. Primero que todo, en los días en que Emmerich trabajaba, había más señoras. Pensé que se debía a que Emmerich era apuesto, pero había otro motivo además de ese. De acuerdo a una señora que me encontré en la taberna… —Ese hombre se esfuerza mucho a pesar de que casi no sabe el idioma, ¿sabes? ¡Eso es lindo! O algo así declaró. Aina también comenzó a socializar con las señoras de la aldea. Me alegraba que a los dos les estuviera yendo bien en la aldea. - 57 -
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CAPÍTULO 10
% ¡EL PRIMER DÍA DE NUESTRA VIDA EN LAS TIERRAS REMOTAS!
Era por la mañana y hoy, una vez más, fui despertado por los vigorosos golpeteos de Rossa-san. Mientras maullaba, me demandaba que preparara la comida. Aina-chan, quién debería haber estado durmiendo junto a mí, ya se había levantado. Mientras me incorporaba, me sentí decepcionado por no haber podido apreciar su rostro durmiente. Rossa, que era sensible al frío, se acurrucó en el lugar donde había estado durmiendo. Conforme veía eso, me cambié lentamente de ropa. Avivé el fuego con un atizador y luego salí de la habitación. Rossa también me siguió. Me dirigí al baño, saqué algo de agua y lavé mi rostro. Asimismo me cepillé los dientes. El agua estaba tan fría que hizo que todo mi cuerpo temblara. Entonces, esta era la temperatura normal del agua en las tierras remotas… Luego de que Rossa-san usará su ataque maullido, me disculpé y le pedí que esperara un poco más. Ya estaba encendida la chimenea de la sala estar. Coloqué un poco de la comida preservada de Aina-chan del estante en un plato. Todavía seguía sirviendo, cuando Rossa-san asomó su cabeza por debajo de mi brazo y comenzó a comer. Dejé el plato en el suelo y me fui para no molestarla. Desde la cocina podía oler el agradable aroma del desayuno esparciéndose. Eché un vistazo y le pregunté si podía ayudarla, pero Aina-chan me prohibió la entrada. Sobre el centro de la mesa había una canasta de pan, así como sopa, tocino asado y un frasco de mermelada. Era la imagen de una mañana feliz. —Ah, el día de hoy Ritz-oniicha- quiero decir… el Lord vendrá. —E-eeh~ Así que Aina-chan llama a Ritz-kun como «Oniichan». Cuando me imaginé a las dos hadas de la nieve jugando juntas, un sentimiento cálido e indescriptible me inundo. El motivo de su visita era porque Ritz-kun me contaría muchas cosas. Yo también quería hacerle varias preguntas, así que me sentí agradecido. Si no mal recuerdo, nos pusimos de acuerdo ayer mientras me registraba como un aldeano. - 58 -
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Como Ritz-kun estaría ocupado por la tarde, me dijo que vendría en la segunda campanada de la mañana. Entretanto, Aina-chan dijo que ella le llevaría un poco de sopa a su familia, así que la acompañé. Cuando corté un poco de leña, mi suegra parecía feliz. Aun así, tengo la impresión de que la atmósfera de la aldea cambió mucho. Antes, se sentía muy reservada, pero ahora los aldeanos estaban interactuando más. Creo que sería agradable si pudiéramos conocer a los demás a este ritmo. Después, no pasó mucho tiempo para que Ritz-kun llegara, el cual trajo consigo un regalo sencillo compuesto de dos gallinas. —Perdón por venir a la casa de unos recién casados justo después de mudarse. Para nada, pensé y negué con la cabeza. Ya que había entrado un extraño, Rossa-san observó a Ritz-kun con cautela. —Ah, ¿entonces ella es la famosa Rossa? Eeeh, es linda. Como elogió a Rossa-san, Aina-chan se puso feliz. Sin duda, este par de hadas hermanas de la nieve revitalizan a las personas solo con su apariencia. Cuando Ritz-kun la llamó por su nombre y le hizo señas para que se acercara, Rossasan lentamente fue hacia él aun cuando estaba alerta. En cuanto estuvo frente a él, la levantó para abrazarla. Para mí sorpresa, Rossa-san se comportó en los brazos de Ritzkun. N-no hay duda alguna, hablamos de Ritz-kun, el hombre que domó a esa águila carmesí salvaje. La gatita no era amistosa con nadie más, salvo Aina-chan, Rossa-san fue conquistada en un santiamén. Como sea, fuimos directamente al motivo de su visita. Ritz-kun me contó sobre cómo era vivir en esta remota región. —Primeramente lo más difícil es sin duda alguna el invierno. En este país hay una época llamada “kaamos5” en la que el sol no sale. Durante esa época, no se puede cazar ya que es peligroso y como está oscuro afuera, la mayor parte del tiempo se pasa dentro del hogar. Durante la primavera, se ordeñan los renos, se recogen hierbas silvestres y se reúne savia de los árboles. Además, también se tiene prohibido cazar. En el verano, las personas recolectan bayas, pescados o setas. Hasta el otoño se puede volver a cazar y las personas comienzan a preparar comidas preservadas para las noches polares. Ritz-kun estaba contando todo esto como si no fuera nada, pero se trataba de una gran hazaña.
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N. de la T: Para los olvidadizos “Kaamos” se traduce como “noches polares”.
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—No tienes nada de qué preocuparte, Emmerich, yo te enseñaré todo. Incluso declaró que no era tan difícil. ¡¡De cierta forma, eres muy confiable, Ritz-kun!!... Le di una gran reverencia y le dije que estaría bajo su cuidado. —Ah, en ese caso, vayamos al tema principal. —¿? Aina-chan y yo ladeamos la cabeza al mismo tiempo. ¿Cuál podría ser el tema principal?... —Estoy administrando algo así como una taberna donde las personas pueden pasar un buen rato bebiendo. Aun cuando ya estás muy ocupado, Ritz-kun estás trabajando todavía más. Me sorprendí mucho cuando escuché el motivo por el que abrió la taberna. Aunque no lo podía creer, su intención era crear un lugar donde los aldeanos pudieran socializar y pasar las noches polares de una manera animada. Solo a Ritz-kun se le podría haber ocurrido algo como esto, después de todo pasó por momentos difíciles cuando tuvo que experimentar esa época solo. —Aaah, al principio fue agradable. Pero, inesperadamente resultó demasiado bien… Por eso, nos pidió a Aina-chan y a mí que le ayudáramos. —Así que a esto te referías con una petición. —Sí. Ah, pero si no quieren, siéntanse libres de negarse. Me dijo que podría darle mi respuesta después. Tal parece que también quiere hacernos una fiesta de bienvenida en su casa, así que acepté felizmente la invitación. —Pues bien, ahora iré a juntar un poco de savia de abedul, ¿qué hay de ti Emmerich? —¡Iré contigo! Aina-chan comentó que podía hacer muchas cosas en la casa. Como yo era incapaz de hacer algo, estaba agradecido de tener una oportunidad para trabajar. Por eso, felizmente decidí acompañarlo. Tras despedirme apropiadamente de Aina-chan y Rossa-san con un «Regreso pronto», salí. ❄❄❄
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Tras equiparnos con cuchillos, pistolas y perros, nos adentramos al bosque. Cuando hay perros cerca, los animales salvajes se vuelven más cautelosos y no nos encontramos fácilmente con ellos. Ahora que lo pienso, había muchos perros en la casa de los padres de Aina-chan. Me percaté de que eran esenciales para la vida. Por lo visto, hay dos tipos de perros: de caza y para jalar los trineos. —En cuanto a los perros~ Creo que puedes conseguir algunos si preguntas en la aldea —También me dijo que puedo comprarlos de los mercantes—. Si tienes algún problema, no dudes en preguntarme. —Ah, gracias. Bueno, tengo la impresión de que solo digo «Ritz-kun es asombroso» desde que vine aquí. En verdad posee la amabilidad y magnanimidad de las que se enamoró Sieglinde. Sobre el tema de apoyarlo en la taberna, tengo que discutirlo apropiadamente con Aina-chan, pero me gustaría ayudarlo tanto como fuera posible. Mientras charlábamos, llegamos a un lugar exuberante con árboles de abedul. Ya que no era complicado conseguir savia de abedul, yo también fui capaz de hacerlo. Una vez que regresé a casa, almorcé y luego decidí hablar con Aina-chan sobre ayudar a Ritz-kun con la taberna. —¿Qué piensas? Cuando traté de escuchar primero la opinión de Aina-chan, ella me dijo que dependía de mí. Yo ya había tomado una decisión desde hace tiempo. —Quiero ayudar a Ritz-kun. —Yo también. Ambos queríamos corresponder la amabilidad de Ritz-kun y Sieglinde. La discusión llegó a su fin con una velocidad refrescante. Después, horneamos galletas para llevar como regalo. Usamos moldes con forma de gatos que compramos en la ciudad. Se alegraron mucho con el regalo que les dimos. También era la primera vez que conocía a la mamá de Ritz-kun. —Aina-chan~ y el amigo de Ritz-chan y Linde-chan~ Escuché que vendrías, así que estaba muy emocionada~. En efecto. Desde la atmósfera, hasta la forma de hablar, eran idénticas a las de Ritzkun. No, Ritz-kun se parecía a su mamá. Tal parece que su papá tuvo que regresar a mi país para presentar su investigación. Lo siento mucho.
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En cuanto a su hijo, Arno-kun, había crecido mucho en el poco tiempo que no lo vimos. Siento que ahora se parece mucho a Sieglinde… Por lo visto se convertirá en un hombre varonil. La mamá de Ritz-kun se fue a la cocina para preparar la comida. Sieglinde quería ayudar también, pero al aparecer había otra señora que la asistiría y dijo que ella estaría bien. Antes de que nos sirvieran la comida, disfrutamos completamente la lindura de Arno-kun. Aina-chan se veía radiante de felicidad mientras sujetaba a Arno-kun entre sus brazos. Algunas veces cuidaba a los niños de la aldea, así que estaba acostumbrada a tratar con bebés. La escena de Aina-chan sujetando a un bebé junto a su pecho era grandiosa. Tengo la impresión de que esa imagen sería una pintura perfecta para una iglesia. Mientras abrazaba a Arno-kun, Aina-chan hizo un comentario con una expresión dichosa: —¿Cuándo crees que nos dará un hijo el Espíritu? … ¿Eh? ¿El Espíritu, da, hijos?... ¿A qué te refieres con eso, Aina-chan? Creí haber escuchado mal, así que pregunté por si acaso y tomé un poco de jugo de baya para tranquilizarme. —¿No lo sabías? El Espíritu se encarga de darte hijos, ¿entiendes? En ese instante, la atmósfera se congeló. Y yo terminé escupiendo el jugo de baya de un golpe.
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CAPÍTULO 11
% LA TORPE VIDA DE CAZA DE ÉL Y ELLA EN EL PAÍS DE LA NIEVE
Tras escuchar el impactante comentario de Aina-chan, la hora de la comida pasó en un abrir y cerrar de ojos. Fue un festín que la mamá de Ritz-kun y otra señora se esforzaron por hacer. Sin embargo, había tantas cosas en mi cabeza que me fue imposible disfrutar de la comida. Durante la misma, les comenté que nos gustaría ayudar con la taberna-cafetería. Ritz-kun, su mamá y Sieglinde se alegraron. Cuando terminamos de comer, me alejé un poco mientras bebíamos té. Las mujeres comenzaron a charlar sobre bordados, mientras que Ritz-kun y yo las observábamos. Aina-chan parecía estar divirtiéndose. Me alegro. Aina-chan es una chica tímida, pero al parecer mantenía una relación amistosa con la mamá de Ritz-kun. Ahora habían cambiado el tema a las artesanías tradicionales. De acuerdo a Sieglinde, la mamá de Ritz-kun es la mejor artesana de la aldea, por eso los ojos de Aina-chan resplandecían mientras la escuchaba. De pronto, Ritz-kun me tocó el hombro. —¡Ah, es verdad! Emmerich dijiste que te gustaría ver mi estudio, ¿no es así? ¡Te lo mostraré! —¡¿Eh?! ¿Cuándo dije eso? Incliné la cabeza mientras pensaba eso. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, Ritz-kun me tomó del brazo y me arrastró hacia el piso superior. Pensándolo bien… Ritz-kun es muy fuerte. La lámpara en el estudio estaba encendida y había un extraño aroma de madera y medicinas. Sobre los estantes podías ver trozos de madera y artesanías. En efecto, daba la impresión de ser el estudio de un artesano. Había docenas de cuchillos diferentes para labrar la madera, todos en óptimas condiciones. Sin importar cuál viera, no podía evitar admirar el asombroso trabajo manual. —¡Lo siento mucho, Emmerich! - 63 -
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—¿Eh? —Pues, eso, sobre Aina… —Ah… Aparentemente las chicas de la aldea aprenden los temas importantes sobre el matrimonio de sus madres. Cómo debería decirlo, la madre de Aina-chan se despidió de su hija con una sonrisa creyendo que había hablado con ella sobre eso hace mucho tiempo. —¡De verdad lo lamento! Si gustas, puedo pedirle a mi esposa que ayude. Me sentí agradecido por la oferta. Sin embargo, tuve que rechazarla. —¿De verdad estás bien con eso, Emmerich? —Aina-chan probablemente ya llegó a su límite. En estos momentos, estamos tratando de ajustarnos a nuestra nueva vida. Aina-chan es una chica torpe; así que no podía lidiar con varias cosas a la vez. Sucedió lo mismo cuando recién nos mudamos a mi país. Aina-chan se portó muy cautelosa conmigo. Bueno, más que cautelosa, solo se sentía tímida, o nerviosa, ¿algo así? Quizá porque no dormía lo suficiente, también había días en los que preparaba el desayuno con los ojos rojos. Durante ese estilo de vida, la casera incluso me señaló: —¿No crees que le estás exigiendo demasiado? —Tienes razón, quizá se está esforzando demasiado —Esa fue la respuesta que mi yo denso formuló. —Recuerda no exigirle mucho por la noche, debe descansar apropiadamente. Tras oír eso, surgió un sinfín de preguntas en mi cabeza. Aunque la preocupación de la casera era un gran malentendido. Como había algo como eso de fondo, me sentí un poco aliviado de que anoche durmiera plácidamente. Aunque fue la primera vez que dormíamos juntos, me alegre de que descansara sin ponerse tensa. Aunque experimenté una sensación de crisis de que quizá no me veía como un hombre. A pesar de eso, creo que es más importante la salud de Aina-chan. Por ahora, así estoy bien. —Gracias, Emmerich. Ritz-kun me tomó de las manos y dijo que estaba feliz de que atesorara a Aina-chan. —Yo también entiendo muy bien cómo te sientes.
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—¿? Cuando le pregunté a qué se refería, Ritz-kun me contó un secreto sorprendente de él y Sieglinde. Esa pareja que se llevaba tan bien, en realidad pretendieron estar casados por un año. Por lo visto, Ritz-kun se enamoró de ella a primera vista, pero no sucedió lo mismo con Sieglinde. Ella tenía sus circunstancias y ciertas personas la estaban presionando para que se casara. Contrajeron matrimonio ya que sus intereses coincidieron, pero antes de hacerlo, Sieglinde propuso un contrato. Se trataba de vivir juntos por un año y luego de eso ella aceptaría ser su esposa si él todavía quería. —Malinterpreté ese contrato y creí que Sieglinde anularía nuestro matrimonio si no le gustaba el estilo de vida. —Así que a final de cuentas, ¿no era Wattin sino Ritzhard-kun quién tomaría la decisión? —Sí. Muy gracioso, ¿no lo crees? Como había entendido mal el contrato, Ritz-kun vivió junto a Sieglinde sintiéndose ansioso en varias ocasiones. En el exterior eran una pareja, pero en el interior de su hogar se trataban entre ellos como si solo compartieran la casa donde vivían. Estaba tan enamorado de Sieglinde que pensó en muchas cosas asombrosas. —No podía evitarlo ya que mi esposa es muy linda, ¿no lo crees? —¡¿Eh?! —¿Uh? —Ah, lo siento, por favor continúa. En el pasado le propuse matrimonio a Sieglinde cuando escuché que se iba a casar. En retrospectiva, creo que lo hice por la soledad que sentía cuando desapareció. Abrí los ojos después de recibir esa patada giratoria. Lo que había hecho no fue un acto de amor, sino uno de amistad pura. Por consiguiente, aunque yo no considero a Sieglinde como alguien linda, ni por asomo, ella era la esposa más adorable que podía imaginar Ritz-kun. —Por eso, durante el primer año tuve que soportarlo… Ya que hablamos del amable y diligente Ritz-kun, pensé que le fue bien desde el principio. Sin embargo, al parecer la realidad fue diferente. —Bueno, así están las cosas, por eso anímate, Emmerich. —Gracias. - 65 -
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Fue agradable escuchar esas historias el día de hoy. Pensé que era mi propia inexperiencia la causante de todo el problema. Sin embargo, ese no era el caso. Luego de aprender que todos se convierten en pareja tras superar varios problemas, mi espíritu se llenó de energías. —El matrimonio es un milagro donde dos extraños se convierten en familia, Emmerich. Lugar de nacimiento, entorno, hábitos, gustos, todo es diferente. Es normal que existan conflictos y no todo sea agradable. A pesar de eso, él me enseñó que también había una gran cantidad de sucesos placenteros. Tras contarme esa historia, me agradeció por escuchar, a lo cual yo también le agradecí. Luego, Aina-chan y yo regresamos a casa. Cuando abrí la puerta, Rossa-san maulló para darnos la bienvenida. Traté de abrazarla, pero me esquivó con movimientos ágiles y fue con Aina-chan para que la abrazara. Q-qué cruel… ❄❄❄ A partir del día siguiente, comencé a trabajar en la taberna de Ritz-kun, la cual se llamaba “Taberna de las Tierras Remotas: El Águila Carmesí”. ¿Cómo debería decirlo? Creo que siento el amor por su esposa solo con ver el nombre de la taberna. Aquí trabajaría como mesero. Tomaba las órdenes de los clientes y les llevaba la comida cuando salía de la cocina. Todavía no estoy muy familiarizado con el idioma de este país, pero mejoraré si lo practico a diario, así que me esforzaré. Sieglinde me enseñaría sobre mis tareas como mesero. —Um… —¿Qué sucede? —Si somos Wattin y yo los que servimos, creo que al ambiente podría ser un poco deprimente. —… Dentro de una linda cafetería, hay dos ex soldados sirviendo comida… Sieglinde miró a la distancia y yo la imité. Tenía que recordar muchas cosas para trabajar como mesero. En todo caso, la única opción que tenía era repetirlo varias veces y acostumbrarme a ello.
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Aunque tenía muchas inquietudes, solo fueron en vano. Inesperadamente todos los aldeanos eran amables. No se molestaron cuando les pedía repetir la orden e incluso me animaban. Trabajar allí era una gran experiencia. También los aldeanos recordaron más rápidamente mi rostro, así que no me veían como una persona sospechosa. Aina-chan ayudaba a servir platillos cuando tenía tiempo. La forma en que sonreía hacia los aldeanos seguía siendo algo torpe, pero todos la veían con afecto. Por la tarde, iré a pescar junto con el abuelo de Aina-chan. Su condición todavía no era buena, pero tal parece que recientemente pudo comenzar a moverse. Aun me da mucho miedo, pero decidí que debería acostumbrarme a eso también.
Por la noche. —Buenas noches. —Bue-buenas noches. El día de hoy Aina-chan también trabajó mucho, así que estaba muy cansada. Se acostó abrazando a Rossa-san sobre su pecho. Unos segundos después entré lentamente a la cama, podía escuchar como Aina-chan respiraba tranquilamente. Sí. ¡Los niños que duermen bien, crecen bien! Recé para que se convirtiera rápidamente en una mujer adulta. —Estoy comenzando a esperar con ansías ese día —murmuré eso para mí mismo en un intento por auto convencerme… Mañana volvamos a esforzarnos en el trabajo. Me fui a dormir tras hacer ese juramento en mi corazón.
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CAPÍTULO 12
% INFORME DE ACTIVIDADES #2 ~LUCA SALONEN ESKOLA~
Quinto año. Aparentemente en su cultura las personas expresan sus emociones a través de gestos. El Lord dijo que no las comprendía todas. A pesar de que no se podían comunicar, convivía con extranjeros. Estaba impresionado. A veces me encontraba con ella en el bosque. Cuando ella no cazaba nada, le daba animales pequeños como conejos. No es que lo estuviera haciendo por ella, simplemente era todo un fastidio destripar animales pequeños. Recientemente aprendí que cuando ella abría ligeramente los ojos y relajaba la boca era una sonrisa. Qué. Entonces ella puede sonreír. ❄❄❄ El impopular Lord se casó y la aldea cambió poco a poco. Todavía no había visto a la rumoreada esposa. Si bien, aparentemente salía a cazar con el Lord, aún no había tenido oportunidad de verla. Más importante aún, las jóvenes de la aldea fueron cautivadas por un hombre extranjero de cabello rojizo que se mudó recientemente. Aunque parezca difícil de creer, las mujeres se reunían en la tienda para hablar con ese sujeto. Cuando pasé de casualidad por la tienda y eché un vistazo adentro, presencié algo insólito. Además, me sorprendió el rango de edad de las mujeres ahí presentes, la cual oscilaba desde los tres años hasta señoras en sus cincuenta. Por cierto, la mujer en sus cincuenta era mi madre… ¡Espera, ¿qué estás haciendo tú allí?! Eso era lo que me gustaría preguntarle. También vi al famoso hombre apuesto, pero no era tan grandioso. Su cintura era delgada como el de una mujer y tampoco tenía muchos músculos. Como si un hombre como ese pudiera sustentar a una familia. Solo están babeando por él porque era un citadino. Aunque su apariencia no era mala. Por fortuna, ella no se encontraba entre las mujeres. Ya que no había otras mujeres con cabello y ojos negros, pude saberlo enseguida. Luego de verificar eso, ya no me importó más esa reunión. Así que fui a cazar después. - 68 -
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Por la noche, mi padre le preguntó a mi madre donde había estado desde el mediodía. A lo que ella respondió con una sonrisa que había estado en la tienda de regalos para reunirse con una persona apuesta. Entonces no tenía planes de ocultarlo. Mi padre mostró una expresión complicada, pero no la regañó. Mi madre venía de fuera, así que había sido mi padre quien le propuso matrimonio mientras se prostraba en el suelo. Por consiguiente, la jerarquía de poder quedó establecida desde hace mucho tiempo. Cada vez que veo a mis padres, terminó cuestionándome el motivo. ❄❄❄ Al día siguiente. Cuando salí de la casa para ir a cazar, me topé con ella caminando afuera. Como tenía una canasta enorme, debe haber ido de compras. Mientras me acercaba para hablar con ella, alguien más se me adelantó. Se trataba del hombre pelirrojo que vi un día antes en la tienda de recuerdos. Él tomó la canasta que ella tenía y comenzó a caminar junto a ella. Sentí como mi rostro se ponía caliente en un instante. Eso se convirtió en ira cuando los dos desaparecieron de mi vista. Ese hombre actuaba de forma despreciable. Incluso usaba las ropas tradicionales de manera despreciable. Por lo general deberían llegar hasta la cadera, pero ese hombre pelirrojo vestía uno que llegaba hasta sus rodillas. Usa las ropas tradicionales pero no sigue las tradiciones, qué superficial. También me sentí frustrado por otras cosas. Ella normalmente no parecía interesada en los hombres. Incluso cuando le ayudaba a cargar sus cosas, ella solo se limitaba a ladear la cabeza. Como ella dependió de un extraño, me encontraba innecesariamente furibundo. Ese día, mi mente estaba tan desenfocada que no pude atrapar ni a un solo conejo. Cuando regresé con las manos vacías, me encontré con ella en la fortaleza. ¿Por qué tuve que toparme con ella el día en que no quería verla para nada? Pasé de largo de ella, tratando de que no entrará en mi campo de visión. Luego de eso, estuve frustrado por unos cuantos días. Cuando salí a cazar, vi a ese hombre pelirrojo con otra mujer, así que le hablé, pensando que sería una buena oportunidad para hablar con él. —¡Oye tú! Todo iba bien, pues había hablado con fuerza, pero sufrí un shock cuando me respondió. - 69 -
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La voz del hombre pelirrojo era aguda para ser de un hombre. Si bien era grave para una mujer, no cabía duda de que no era la voz de un hombre. Por si acaso, comprobé el género… Una mujer a fin de cuentas. ¡¡Una trampa!! Encima de todo, esa pelirroja era la esposa del Lord. Por esa razón ella se veía tan amistosa con esta persona. Ahora que el malentendido se había aclarado, ya no me importaba. Pensé en disculparme, pero todo lo que hice fue ignorarla, así que pensé que no habría problemas. ❄❄❄ Sexto año. La aldea seguía siendo la personificación de la paz. El único gran cambio sería que ahora era cercano a los soldados de la fortaleza. Cuando hablé con ellos, me di cuenta que eran muy interesantes. La cafetería de la fortaleza a veces tenía comida de la ciudad, así que de vez en cuando también iba a comer allí. En una ocasión que fui, estaban hablando sobre ella. Comentaron que había una mujer con una apariencia única pero que no se veía nada mal. Además, dijeron que ella tenía una linda figura. Ella no vestía las ropas tradicionales de la aldea, sino unas exóticas. Durante el invierno, ella usaba abrigos, así que no era diferente del resto de los aldeanos, pero la diferencia era evidente en verano. Las mujeres de la aldea no mostraban su piel; sin embargo, en cuanto a ella, cómo debería decirlo, se encontraba bastante expuesta. Se podía ver claramente su pecho al igual que su abdomen. Su falda solo llegaba hasta las rodillas, revelando sus piernas. Al parecer, ni siquiera las mujeres de la ciudad vestían de esa forma. No obstante, los soldados afirmaron que tenían miedo de cortejarla porque su padre era aterrador. En ese punto les doy la razón, puedo simpatizar con ellos. Además, como ni siquiera había formado de comunicarse con ella, no era una mujer que uno pudiera cortejar con una actitud complaciente. El tema gradualmente cambió. Aunque seguía tratándose de mujeres. Por lo visto, una mujer que era bastante popular entre los soldados se la llevó un extranjero. Cuando pregunté de quién se trataba, descubrí que era la nieta del abuelo Bergholm. Su nombre es Aina, ¿creo? Los soldados estaban decepcionados, pero Aina posee una personalidad fuerte. No me gustaría casarme con una mujer así. Todos los hombres de edad casadera estaban sedientos por mujeres. Deseando casarse pronto. - 70 -
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Personalmente no había pensado sobre el matrimonio. En mi casa, mi hermano mayor ya estaba casado, así que no me molestaban con eso. En cambio, las casas con un solo hijo estaban armando un alboroto. Se trataba de un problema que no me afectaba. ❄❄❄ Séptimo año. Recientemente ella ha estado socializando con una mujer, la nieta del abuelo Bergholm que hace poco regresó del extranjero. Volvió luego de vivir año y medio junto a un hombre, el cual vino aquí a vivir con ella. A menudo las veía juntas y parecían divertirse. En ese momento me di cuenta de que no la había visto con otras mujeres. Me pregunto si ella también empezará a comportarse como una mujer. Aunque, eso no tiene nada que ver conmigo. ❄❄❄ Octavo año. Como pronto cumpliría diecinueve, mi padre comenzó a presionarme para que me casara. Me dijo que fuera a buscar una esposa al puerto mientras vendía pescado, ya que si me casaba con una mujer de la aldea sería difícil tener hijos. Declaró que no era una broma, pero ignoré las órdenes de mi padre. Cuando regresé de recolectar champiñones para mi madre, me encontré con ella. Había ocasiones en las que ella me sorprendía y le decía que era una gigantona o que caminaba por la aldea para atraer hombres. Le había dicho cosas crueles a ella. Aunque ahora no tenía deseos de decir nada de eso ni por asomo. Probablemente se debía a que estaba usando la ropa tradicional de la aldea, así que ella se veía mucho más linda que de costumbre. Pero no pude evitar decirle cosas crueles y me arrepentí enseguida. Al mismo tiempo, decidí que dejaría de hablar con ella a partir de hoy. Solo le decía cosas crueles cada vez que la veía. No era nada honesto. Ella no mostró ninguna reacción, simplemente miró el suelo sin moverse. No pude soportar el silencio, así que la sujeté por los hombros y le pregunté si estaba escuchando. Tras verla a los ojos, pensé: ¿por qué no tengo la fuerza para perseverar y la capacidad para aprender? Al verme en esa postura, ella alzó la voz. Se trataba de una voz fuerte así que terminé sobresaltándome. Mejor dicho, era la primera vez que escuchaba su voz. Era bastante linda, incongruente a su apariencia… Espera, ese no era el problema. - 71 -
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Mientras me preguntaba por qué me sorprendí tanto, ella dijo que me había vuelto más alto en el idioma de este país. Efectivamente, desde hace un tiempo ya era más alto que ella. Cuando era niño, estaba obsesionado con superar su estatura, pero últimamente ya no me importaba mucho eso, así que lo olvidé. Más importante aún, desde cuando aprendió el idioma… ¿Le habrá enseñado la mujer con la que siempre sale, la nieta del abuelo Bergholm? Por lo tanto, ella entendió las palabras crueles de antes. Con esa realización, se formaron gotas de sudor sobre mi frente. Retrocedí para huir rápidamente de ahí. Sin embargo, me habló de una manera torpe con las palabras que acababa de aprender. ¡¿Me estás preguntando porque sigo hablando contigo?! ¡¡Eso es obvio!! Tenía una respuesta clara en mi mente, pero no podía decirla en voz alta. Evadí adecuadamente la pregunta y me di a la fuga. A partir de ese día, ella activamente comenzó a entablar conversaciones conmigo, disfrutando del intercambio. Jamás imaginé que nuestras posiciones se invertirían. Hoy, una vez más, corregí las palabras en las que se equivocaba. Ella era tan parlanchina que no había fin para las réplicas que tenía que hacer.
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Historias de las personas que coexisten con la naturaleza
CAPÍTULO 13
% UNA VISITA INESPERADA –PARTE 01-
Por la tarde arribó una carta luego de mucho tiempo. El remitente era papá. Después de que se lo llevaran, intercambiábamos cartas una vez al mes. Al parecer quería saber cómo estaba Arno. Al principio sospeché que no había recibido mis cartas, pero no fue así. Mejor dicho, creo que el poder de su nieto, Arno, es sorprendente. Luego de cenar, leí la carta frente a mi familia como de costumbre. El cuerpo del mensaje era muy corto. Sólo había escrito una línea: «Hola, Haru-kun, Sieglinde-san, mamá, Ar-kun. Papá regresará pronto a la aldea». —Eeh… ¿Eso fue todo? Revisé si había una segunda carta, pero no encontré nada. La fecha de su llegada, por cuánto tiempo se estaría quedando, todo ese tipo de detalles faltaban. Pésimo. Demasiado pésimo. —Papá estará de regreso~ —murmuró mamá de una manera despreocupada—. Tú abuelito regresará, Arno-chan. —Au —respondió Arno cuando le hablaron. Últimamente podía decir cosas como «Nyu» o «Uu». Creo que pronto será capaz de pronunciar palabras correctamente. También hace poco comenzó a sujetar la cuchara e intentó comer por su propia cuenta. Ya le estaban brotando los dientes y podía caminar apoyándose en algo. Incluso ahora era capaz de jugar él solo. Papá estará sorprendido cuando vea el crecimiento de mi hijo. —Me pregunto cuándo llegará papá… Tras oír el contenido despreocupado de la carta de papá, Sieg sonrió abatida. Deberíamos hornear los bollos que le gustan, mientras charlábamos de esa forma, escuchamos que alguien tocó en la puerta principal. —Sí~. ¿Quién es~? —Soy yo… - 73 -
Volumen 04
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—¿Eh? —¿Quién es yo? Pensé, pero solo había una persona con una voz tan grave y serena—. ¡¿Abuelo?! De inmediato abrí la puerta. Afuera se encontraban mi abuelo y papá. Me sorprendí tanto que hasta creí que estaba soñando por un momento. —Eh, abuelo, papá, por qué. Mi mente no podía procesarlo. Estaba muy impactado por la visita inesperada. —No podía soportar la idea de que viniera él solo. —Jaja, cuánta desconfianza~. —¡Desde luego, hijo idiota! —P-pues… Aun así, de verdad me sorprendí. Que llegaran el mismo día que la carta. Cuando les comenté eso, el abuelo se enfureció. Al parecer creyó que papá había enviado la carta desde hace mucho tiempo. —¡¡Estoy completamente disgustado por tu falta de sentido común!! —Es que, mientras estaba ocupado trabajando, la fecha se acercó muy rápido. Conforme veía ese intercambio con la mirada perdida, Sieg y mamá se acercaron. —¡Vaya, suegro! Mamá los saludó con tranquilidad, mientras que Sieg los invitó a pasar. Ahora que lo pienso, hace bastante frío, al grado que se nota la respiración. Una vez adentro, mamá y Sieg fueron a la cocina para preparar té. —¿Les gustaría cenar? —No, gracias, ya comimos algo en el barco. —Entiendo. Saqué algunas sillas para que tomaron asiento en la sala de estar. Sin embargo, el abuelo ya se había marchado a otro lado en busca de alguien más. —¡Oh, Arno! Mientras mostraba una sonrisa derretida, se acercó a Arno, el cual estaba sentado en una sillita para bebés, y lo abrazó. —Has crecido mucho. Qué sorpresa. —Daadaa —dijo Arno al abuelo. - 74 -
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—Entiendo —respondió con alegría. —Papá, yo también quiero abrazar a Ar-kun. —Tú puedes hacerlo después. Luego de que lo rechazaran, papá me miró con una expresión deprimida. Quiero abrazar a Arno, fue lo que parecía decir su cara, pero viendo al abuelo hablar con una enorme sonrisa sobre su rostro, era imposible pedirle que se lo diera a papá, así que negué con la cabeza. —Ah, es verdad. Tengo un obsequio para ti, Haru-kun. —¿Eh? En el instante en que escuché eso, solo tuve un mal presentimiento. Papá colocó la bolsa de piel que tenía sobre la mesa. —¿Qué es? Cuando pregunté, la enorme bolsa comenzó a retorcerse. —¡Tú, ¿qué trajiste?! Notando que la bolsa de piel se movía, el abuelo estalló de ira. Por lo visto, papá lo trajo cuando el abuelo se distrajo. —¿Q-qué es, eso, papá? —Un gato. —¿Eh? —Lo vi temblando frente a la puerta de la fortaleza y me dio mucha tristeza~. No, pero, ¿un gato? ¿Por qué estaría un gato afuera? Tal parece que lo capturó tan diestramente que ni siquiera el abuelo se dio cuenta. —¡¡Ah, podría ser!! Al recordar el gato de Aina, enseguida abrí la bolsa. Sin embargo, de su interior un gato color marrón asomó la cabeza. —Es diferente… Myaa, dijo el gato. Como era dócil, lo tomé por el cogote de su cuello. Su cabeza era una talla más grande que la del gato de Aina. Sus piernas también eran más largas. No cabe duda, este no era un gato normal. —Papá esto eso…
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—Un ilves6. Eso pensé, un lince. Quizá porque tenía hambre, maulló en protesta. Qué problema… —Tal vez podría darle leche usando el biberón que Haru-kun tenía de bebé. —¿Yo tenía un biberón? —Por supuesto. Papá se dirigió con pasos ligeros hacia el cobertizo afuera de la casa que empleábamos como bodega. Poco después de que se marchó, me di cuenta de que no había llevado una linterna con él, así que fui tras él enseguida. Tal y como papá dijo, había un biberón. Tras desinfectarlo, lo llené con leche de reno que calenté hasta tener la misma temperatura que el calor corporal. Cuando vieron al lince, mamá no le dio importancia y solo dijo «Vaya, vaya», mientras que los ojos de Sieg se abrieron de par en par y Arno imitó al gato con pequeños grititos de «Nyaanyaa». Tal vez porque el gato estaba famélico, bebió la leche a una velocidad aterradora. ¡Dame más leche! Parecía estar protestando mientras empujaba mi estómago. Como sus garras eran afiladas y duras, se enredaron en mi ropa y la rompieron, creando unos agujeros. Cuando me deprimí por eso, Sieg me consoló y dijo que ella las arreglaría después. Luego de beber toda la noche, le di pequeñas palmaditas en su espalda como lo hacía con Arno y al cabo de un rato eructó. Si no hacía esto, los bebes tendrían problemas e incluso podrían llegar a vomitar la leche. Aunque no estoy seguro de si aplica lo mismo para los gatos. El abuelo miró a papá con una expresión severa. —Oye, hijo idiota. —¿Sí? —¿Qué piensas hacer con este gato? A mí también me gustaría oír la respuesta a eso. Yo no puedo cuidarlo. Los linces crecen más grandes que los perros. Para poder alimentarlo, solo el costo de la comida sería sorprendente. Además hay otro problema. Aunque se sabe que los linces son relativamente dóciles, siguen siendo carnívoros. No son especies que puedan vivir con los seres humanos.
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N. de la T. Ilves: según google es lince en estonio.
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Pese a eso, abandonar a un gato bebé es algo de lo que estoy renuente a hacer. —No te preocupes. Lo llevaré al zoológico. —Ah, entiendo. Escuché que hay un zoológico grande en la capital de mi país. Si es ahí, tal vez sean capaces de proteger al lince. —Estaba pensando en pasar ahí de regreso a casa, así que no hay problema~. Me alegro que no lo haya recogido sin pensar. —¿Por cuánto tiempo se quedaran, papá? —¿Tres días? —Um, ya veo. Si solo serán esos días, ¿quizá podamos darles hospedaje? —Hey, Arno, no hagas eso. —¡Nyan, nya! Quiso tocar el gato por curiosidad, pero eso es… tocarlo es un absoluto no. Hace un minuto trató de arrancar a mordidas la tela de mi abrigo. Aunque eso era imposible ya que todavía no tenía dientes. —¡Oye, Lukas, es tu trabajo cuidar del gato! Será mejor que te encargues de él apropiadamente mientras estemos aquí. —Así que al final cayó la responsabilidad sobre mí~ —¡Desde luego! Por ahora, papá se encargaría de cuidar al gato en la sala de estar. Mamá estará con él, así que no debería haber problemas. Papá subió las escaleras con el gato entre sus brazos mientras se quejaba. —Yo quería abrazar a Ar-kun~. Mamá iba detrás de él. —Ah, siento como si una tormenta acabara de pasar. —¡Te lo juro, su irracionalidad me deja sin palabras! Luego de que se calmara la conmoción, finalmente tuvimos algo de tiempo para charlar sobre los eventos recientes.
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—Así que iniciaste un negocio. —Sí. Le había contado sobre la taberna de las tierras remotas “El Águila Carmesí” en una carta. Me dijo que estaba esperando con ansías visitar la taberna el día de mañana. También me comentó sobre lo que papá había estado haciendo en su país. Por lo visto, el abuelo vivía estresado por la actitud siempre despreocupada de papá. —Papá es pues, todavía, eeh, cómo debería decirlo… —No te preocupes. Lo arrastraré de regreso conmigo —afirmó eso con una expresión seria mientras abrazaba a mi hijo, por lo que no pude evitar soltar una carcajada.
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CAPÍTULO 14
% UNA VISITA INESPERADA –PARTE 02-
Al día siguiente, cuando fui a la sala de estar luego de cambiarme de ropa, toda la familia ya se había reunido ahí. Qué madrugadores son todos. —Buenos días. —Buen día. El abuelo me saludó mientras tenía a Arno sentado sobre su regazo. Al parecer estaba totalmente listo y expectante por alimentar a Arno en el desayuno, hasta se había arremangado. Poco después, Sieg trajo la comida para bebés de la cocina. El menú era una mezcla de avena cocida con vegetales y cereales, también había patatas al vapor con queso y sopa de tubérculos. Cabe mencionar que la sopa no estaba especiada y los ingredientes habían sido finamente molidos, logrando que el platillo mantuviera una gran cantidad del sabor de los ingredientes. La comida de Arno siempre era hecha a mano por Sieg, así que podía percibir como sus habilidades para elaborar comida para bebé mejoraban día tras día. Aparentemente el abuelo practicó como darle de comer a un bebé. Cuando el tema salió a colación, papá hizo una expresión de disgusto. Al momento de preguntarle qué había sucedido, un evento inconcebible fue narrado. —Padre es cruel. Me pidió que lo ayudara para practicar como darle de comer a los bebés. No es como si creyera que fuera a servir de algo. —Es porque das más problemas que los bebés recién nacidos. A final de cuentas, parece que papá salió corriendo a toda velocidad e incluso permaneció fuera de casa por una semana porque tenía miedo de regresar a casa. —No cabe duda que es un inútil. —Me pedías lo imposible, padre… No falta mucho para que la comida para bebé esté tibia, incluso Arno ya estaba tratando de alcanzar la cuchara.
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—Oh, ¿tienes hambre? No te preocupes, esta anciano te dará de comer. —¡Da! —respondió Arno mientras levantaba los brazos con energía. Mientras sonreía, el abuelo le puso un babero a Arno. A continuación, sentó a Arno sobre su sillita junto a la mesa. Luego acomodó el desayuno sobre la mesa y probó el alimento para confirmar que no estuviera caliente. —Se ve bien… Tomó un poco de la comida con la cuchara, cuando Arno abrió la boca, el abuelo movió con suavidad la cuchara dentro de su boca. Teniendo el alimento en su boca, Arno masticó y luego tragó. —¡Sho! —¿Eh? —Dice que está delicioso, abuelo. —En-entiendo. En ese caso, me alegro. El abuelo alimentó pacientemente a Arno. Al acabar, Sieg le agradeció mientras retiraba los platos. —Muchas gracias, consuegro. —Ni lo menciones. Si bien tenía gotas de sudor formándose entre las cejas, el abuelo lucía satisfecho. Al verlo así, papá hizo una petición. —Haru-kun, puedo alimentarlo yo a la hora del almuerzo… —¡Tú no puedes! —Eh~ —¡Tú tienes que cuidar de ese gato que recogiste! —El gato, eh… Por lo visto pasó la noche con el lince, pero no pudo dormir bien ya que maulló toda la noche buscando a su madre. Hablando de esos maullidos, una persona fue muy influenciada por ellos. —¡Nyan-nya! Luego de conocer al lince, Arno adquirió un gusto por los «Nyan-nyan». Por desgracia, no tenía permitido tocar felinos grandes. Incluso durante el desayuno, Arno seguía imitando los maullidos del gato. - 80 -
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Como sentía que su pasión por los gatos no había sido respondida, decidí llevarlo a tomar un pequeño paseo. Mi destino: la casa de Emmerich y Aina. Encontré a Emmerich cortando leña en el patio delantero, así que hablé con él. —Buenos días, Emmerich. —Buen día, Ritzhard-kun. Buenos días a ti también, Arno-kun. A los pies de Emmerich había una pila de leña cortada. Incluso con esa cantidad seguía luciendo fresco y sin una gota de sudor. Como se esperaría de un ex soldado. —¿Qué pasa? —VerásAina acababa de salir de la casa, así que decidí pedirle un favor. —Vaya, ¿qué necesitas? —Pues, me gustaría que Arno viera a Rossa. Le conté a la pareja que Arno estaba interesado en los gatos. Aun si no la podía tocar, no habría problemas, así que les pedí que solo lo dejaran verla. —Si buscas a Rossa está tomando el sol cerca de la ventana. ¿Qué tal si la ves desde ahí? —En ese caso, dejaré que la vea desde afuera de la ventana. El gato de Aina, Rossa, es una gatita inusualmente tranquila, aunque bastante caprichosa, al grado que si Emmerich trata de acariciarla, en ocasiones le da afilados golpecitos de gatito. Por consiguiente, Emmerich nos advirtió que podría ser peligroso tratar de tener contacto directo. —Nya-nya. —Sí, iremos a ver a la nyan-nyan. Fuimos hasta la parte trasera de la casa y echamos un vistazo por las ventanas. Allí, vimos a Rossa asoleándose. —Mira, Arno, es la señorita Gata —Cuando se la presenté, Arno sonrió dulcemente. Sin embargo, Rossa tenía la espalda contra la ventana. Traté de hacer que volteara llamándola por su nombre, pero no reaccionó. Qué Lady Gata tan fría. Por fortuna, había leído sobre los hábitos de los gatos en un libro. Así que recogí una bolsa de pastor que estaba creciendo en el suelo y la usé para darle golpecitos a la ventana. Acto seguido, Rossa se giró.
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En cuanto nos vio, moví la planta. Rossa miró de izquierda a derecha y comenzó a perseguir la planta con la mirada. Por lo visto, el instinto de caza del gato hizo efecto. Arno parecía feliz viendo a Rossa. —¡Nyan-nyan! —Es la señorita Gata~ ¿verdad que es linda~? Arno puso su mano sobre la ventana y la siguió con los dedos. Poco después, cansada de perseguir la planta, Rossa bostezó. —Me pregunto qué hará a continuación, la señorita Gata~ —Nya-nya~. Mostrando un espíritu de servicio, Rossa colocó su pata sobre la ventana. Apreciando las bondades de esa pata, Arno se rió satisfecho y aplaudió felizmente. Pensé que estaría complacido con eso, pero estiró las manos hacia Rossa y movió diligentemente sus dedos… ¿Acaso querrá tocarla? —Arno no puedes tocar a Rossa, podrías recibir un golpe de gatito. —Au~. Retrocedí lentamente con él, pero seguía con la mirada fija sobre Rossa. No cabe duda, los gatos son encantadores, pero son caprichosos así que tocarlos está prohibido. Le conté a mi hijo sobre la triste situación actual de la industria felina. —¡Lo siento, Arno! —¡Nyan-nya~~! Dejé la mansión Emmerich & Aina y me dirigí a casa. Como el gato había desaparecido, Arno comenzó a deprimirse. Qué problema… Quién habría imaginado que Arno se interesaría tanto en los gatos. Al cabo de un rato, comenzó a llorar. —¡Lo siento, de verdad lo siento! Pronto será la hora de abrir la taberna. Mientras pensaba que debía dejar a Arno con Sieg, me apresuré a regresar a casa. Cuando abrí la puerta, en el pasillo de la entrada había una silueta de una criatura blanca. Al ver eso, Arno dejó de llorar y apareció un brillo en sus ojos. —¡¡Nyan-nyan!! —¿Nyan-nyan?... - 82 -
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La entidad, que giró tras percatarse de nuestra presencia, no era un gato blanco, sino Teoporon vistiendo su piel de oso blanco. —¡Nyan-nya~n! —¿? Viendo a Arno, Teoporon ladeó la cabeza. —A-Arno, ese no es un Nyan-nyan, sino un… ¿Gau-gau?... O no… Es el amable señor Oso —dije al final… Bueno, hablamos de Teoporon. Arno estaba concentrado en el oso Teoporon. Ahora mismo, daba la impresión de que moriría si no lo tocaba. —Eeh, Teoporon, ¿podrías dejar que Arno toque la piel un poco? Con la mano que no sujetaba a Arno, le transmití mis intenciones a través de gestos. Teoporon asintió y dio media vuelta, dándonos la espalda. —¡Muchas gracias, Teoporon! Puedes tocarlo, Arno. Cuando nos acercamos a su espalda, Arno comenzó a acariciar el suave pelaje de oso. —Nyan~~. —Es un señor Oso. —Seiou Osho. —¡Casi! Quizá porque había tocado la piel hasta quedar satisfecho, Arno comenzó a cabecear. Cuando lo mecí un poco luego de agradecerle a Teoporon, enseguida se quedó dormido. Menos mal. Quién habría dicho que el lince que papá trajo fomentaría este incidente. Luego de regresar a casa, cuando le conté al abuelo sobre la piel de oso y Teoporon, se decepcionó mucho, diciendo que debería haber traído su abrigo. Al parecer no trajo consigo el abrigo de piel de oso que le regalamos hace un tiempo. Luego de eso, cada vez que Arno veía a Teoporon, gritaba «¡Osho!». Teoporon, a su vez, notando la mirada intensa del abuelo, le prestó su piel de oso blanco. El abuelo se veía muy feliz usando la piel de oso blanco. Teoporon, en su estado semi desnudo, pues había prestado la piel que usaba como camisa, contempló al abuelo y Arno con una mirada cálida.
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CAPÍTULO 15
% UNA VISITA INESPERADA –PARTE 03-
Por la tarde, invité a mi abuelo a la taberna “El Águila Carmesí”. A esta hora del día los hombres están afuera cazando, mientras que las mujeres están ocupadas preparando la comida. Por lo tanto, la taberna no tenía muchos clientes. —Creaste una grandiosa taberna. —Muchas gracias. Elogió el exterior e interior de la taberna. Aunque descubrió de inmediato que las hice teniendo en mente a Sieglinde. —Toma asiento aquí, por favor. —De acuerdo. Cuando le hablé a Emmerich, quién estaba cuidando la taberna, se acercó a tomar las órdenes. Aprovechando la ocasión, decidí presentárselo al abuelo. —Abuelo, él es Emmerich David-san, un antiguo colega de Sieg. Emmerich parecía nervioso cuando se presentó; peor aún, cuando escuchó que el abuelo era un Marqués, su expresión se volvió todavía más tensa. Por lo visto, el abuelo recordaba quién era Emmerich. —Oooh, así que tú eres el hombre bondadoso que decidió dejar su patria para mudarse aquí. Anteriormente había hablado sobre Aina y Emmerich con el abuelo. Quedó impresionado con Emmerich, quien eligió cambiarse de país por amor. Después, le pedí a Aina que viniera desde la cocina. El abuelo hizo que la pareja tomara asiento y comenzaron a charlar. Como ya casi era hora para el cambio de turno, decidí traerles un poco de té. Temía que Aina se sintiera muy tímida, así que eché un vistazo en su dirección. Al principio la pareja estaba nerviosa, pero al cabo de un rato comenzaron a charlar felizmente. Fiuu. Menos mal.
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Por la tarde, empezaron a llegar muchas personas. Sieg y mamá vinieron para ayudarme. El abuelo se despidió de Aina y Emmerich y regresó a casa con Arno. Cuando las campanadas de la tarde repicaron, los clientes entraron rápidamente. Los soldados o mercantes llegaban tras finalizar sus labores. Poco después, los hombres de la aldea también venían para beber. Los bocadillos especiales de Aina de inmediato se acabaron. Además, tal parece que ahora hay un auge por las cosas dulces, pues muchas personas hicieron órdenes para tartas o galletas justo antes de que la tienda cerrara. Cerramos cuando la última campanada sonó, lo cual sería alrededor de las ocho. Luego de pagar, los clientes se retiraron. Todos los artículos horneados para llevar se vendieron. Después de cerrar, Sieg limpiaba las sillas, mesas y el piso. En cuanto a mí, preparaba lo necesario para el día siguiente, cortaba finamente la carne y los vegetales. La sopa del día de hoy fue una de tubérculos de la temporada (primavera) con carne de reno. También horneé una tarta usando mermelada de mora azul. Una hora más tarde, Sieg parecía haber terminado de limpiar y se encontraba limpiando el sudor de su frente. —Gracias por tu arduo trabajo. —Sí, gracias a ti también, Ritz. —¿Vamos a casa? —Claro. —Es peligroso por la noche —Inventé una excusa adecuada y tomé la mano de Sieg, seguía estando cálida y me reconfortaba tocarla. Cuando la miré por el rabillo del ojo, parecía un poco fatigada—. ¿No es difícil ayudarme con la taberna, Sieg? Me sentí mal por hacer que trabajara debido a un capricho mío. Sin embargo, Sieg inesperadamente respondió que lo estaba disfrutando. —Me sorprendió que pudiera servir a los clientes. Creo que tengo un amplio conjunto de habilidades. —Ya veo. —Además, me gusta ver a los aldeanos sonreír cuando comen los platillos que preparas. —Entiendo… Me vas a hacer llorar, Sieglinde. Sentí un impulso por gritar «¡Uwaaaaa, te amo!» justo ahora, pero molestaría a los demás, así que me contuve. —Gracias, Sieg. - 85 -
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Cuando dije eso, Sieg sonrió con gracia. Nunca antes me había sentido tan feliz de poder ver muy bien por la noche. ❄❄❄ Tras regresar, al abrir la puerta principal, fui recibido por el grito de mi abuelo. —¡Eres un idiota, un idiota irracional! ¿Qué está sucediendo? Pensando eso, me apresuré a la sala de estar. Allí, vi a mi abuelo listo para enzarzarse en una batalla y a mi padre preparado para huir. —¡Te das cuenta quién está diciendo eso! —Regresaré pronto, padre. —¡Eso dices, pero estás pensando en fugarte! —No es cierto. Es solo que, solo tengo curiosidad sobre cómo es el bosque por la noche… —¡No quiero oír tus excusas! Papá estaba recibiendo una paliza con el bastón del abuelo. Arno y mamá no estaban aquí. Probablemente se encontraban arriba durmiendo. Entrando en pánico, salí corriendo para ponerme en medio de ellos. El arma, el bastón, fue confiscado por Sieg con movimientos ágiles. —¡No me detengas, Ritzhard! ¡Hoy sin duda lo castigaré! —Por favor, tranquilízate. —¿Qué tal si toma un poco de café, consuegro? Sieg le ofreció algo de café que mamá debió de haberle preparado al abuelo. También le ofrecimos un asiento a papá. Una vez que se tranquilizó, le pregunté porque había sucedido esa conmoción y descubrí que papá había dicho que quería ir al bosque durante la noche. Al escuchar eso, el abuelo sospechó que estaba planeando huir. —Ya no pienso huir, padre. —No confío en ti. Además, Ritzhard dijo que el bosque es peligroso de noche, ¿y aun así quieres ir? Solo puedo pensar en que te has vuelto loco. —No tardaré mucho. —¡Sigues diciendo eso!
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El abuelo se puso de pie y apretó los puños, así que lo calmé. Estaba demasiado exaltado para una pelea de padre e hijo. Sin embargo, una vez que papá se interesaba por algo, no escuchaba a nadie. Por consiguiente, solo había una solución. —Yo te acompañaré, papá. —Eh, Haru-kun, ¿en serio? —¡¿Qué?! Si vamos armados y con perros, los animales salvajes no deberían de acercarse. Tengo buena visión nocturna, así que tampoco creo toparnos con nada muy peligroso. Aunque, mi abuelo materno, Rikhard, prohibió que las personas entraran al bosque por la noche… Deberíamos estar bien. —¡Malcrías demasiado a tu padre, Ritzhard! —Será la primera y última vez que haga esto por papá, así que espero que puedas perdonarme. Cuando me levanté y agaché la cabeza a modo de disculpa, el abuelo chasqueó la lengua. Luego, se quedó callado y ya no dijo nada al respecto. Le pedí a Sieg con la mirada que cuidara del abuelo y salí con papá. Tomé una linterna y nos adentramos al bosque nocturno. ❄❄❄ El bosque por la noche era oscuro y se sentía extraño. El hermoso verde que se podía apreciar bajo la cálida luz del día, no se veía por ningún lado. Daba la impresión de ser un mundo completamente diferente. Papá caminó con cuidado, escuchando con atención el ruido de los insectos y disfrutando de las primeras brisas suaves del verano. Sobre el cuaderno que tenía, anotaba cosas. Me pregunto si podrá ver bien en la oscuridad. Tal y como lo pensé, quería venir aquí con el propósito de investigar. A mitad de la caminata, la atmósfera cambió drásticamente y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, así que de inmediato miré a mi alrededor. —¡! Un poco más alejado de nosotros, noté algo absurdo, así que me agaché en el acto, luego sujeté con fuerza a los perros para evitar que salieran corriendo. —¿Qué pasa, Haru-kun? —Hay un oso pardo. —Wo~w… - 87 -
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Si no nos movemos, se alejará. Debido al repentino encuentro, mi corazón estaba latiendo como loco. —¿Qué estaba haciendo? —Estaba rascando su espalda contra un árbol de abedul. —Ya veo~. Rápidamente apuntó algo en su cuaderno. ¿Para que necesitaría información sobre lo que hace un oso cuando le pica la espalda?... —Dime, Haru-kun, ¿sabes qué comen los osos pardos? —Ciervos, jabalís… —Eeeh, así que por eso son tan grandes. Estábamos en medio del bosque y teníamos a un enorme oso frente a nosotros, pero eso no parecía importarle a papá. Sin duda tiene una personalidad relajada. —¿Una vez que se vaya el oso, regresamos, Haru-kun? —Eso sería lo mejor. Qué bien… Si hubiera dicho que siguiéramos caminando por el bosque, habría terminado cargando a papá de regreso a casa. Pensé que continuaríamos en silencio, pero en un raro momento, papá habló conmigo. —Eres asombroso, Haru-kun… —¿Eh? —Eres un buen padre. —Eh, ¿por qué dices eso de repente? Solo estoy haciendo lo normal… ¿Qué sucede, papá? —Simplemente pensé eso. ¿Acaso el fantástico bosque nocturno provocaba que las personas se pusieran sentimentales? Era extraño ver a papá mostrar tanto interés por alguien más. —¿No tienes miedo, Haru-kun? —¿De qué? —De volver infeliz a alguien por tus palabras o acciones.
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Papá me contó una historia de cuando apenas había comenzado a vivir en la aldea e informaba a las personas sobre varias cosas. —Y si la enfermedad no se cura, o si la agricultura falla o si la planta es tóxica. Tenía miedo sobre muchas cosas. Papá no era un experto, simplemente proveyó información que había leído en los libros. Me comentó que era insoportablemente aterrador no saber cuáles serían los resultados. Además, tampoco sabía cómo hacer a su familia feliz. —Eso no venía escrito en ninguno de los libros de la casa… —Así que por esa razón te fuiste de la aldea. Papá asintió. —Yo también tengo miedo. De igual forma, temo que alguien se vuelva infeliz por algo que intente. Sin embargo, en la mayoría de los casos terminan siendo preocupaciones infundadas. —Papá, pienso que la clave es que todo depende de los sentimientos. —¿Solo con eso? —Sí. La felicidad no intenta escapar ni ocultarse. —Por ejemplo: un buen clima, flores floreciendo en el jardín, una sopa deliciosa durante el desayuno… —De modo que, considerar las cosas normales como algo feliz, ¿a eso te refieres? —Así es. Pensar qué haré a una persona infeliz es un acto inútil, y el miedo solo provoca que te deprimas. Te quita espacio en el corazón para ser feliz. —Creo que después de todo eres asombroso, Haru-kun. —Ya te dije que soy común y corriente. —No cabe duda de que eres el hijo de Richelle. —También soy tu hijo. —Sí…. Tienes razón. Puede que papá haya experimentado muchas cosas luego de que mamá lo abandonara, quizá incluso cambió su forma de pensar. Siento que es bueno dejar al descubierto tus sentimientos de esta forma. - 89 -
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Cuando dejamos de charlar, me levanté lentamente. El oso ya se había marchado del árbol de abedul. —Regresemos. —Sí. El dúo de padre e hijo caminaron lado a lado. Cuando alcé la mirada, vi el cielo estrellado extendiéndose por el firmamento. ❄❄❄ Al día siguiente, papá y el abuelo se marcharon para la capital de este país. Desde luego, se llevó al bebé lince que recogió frente a la fortaleza. Mamá, Sieg, Arno y yo los despedimos frente a la puerta principal. El abuelo nos dijo que nos cuidáramos y que nos escribiría pronto. También nos agradeció por cuidar de mi padre. —Hijo idiota, tú también dale las gracias a Ritzhard. —Por favor, protege a la familia —dijo papá a Sieg. —Si se trata de eso, desde luego que lo haré… Muchísimas gracias. ¿Por qué le habrá dado una daga a Sieg para que protegiera a la familia? Dudé del sentido común de mi padre. Luego de eso, miró a mamá. —Richelle-san. —Dime. —Por favor cuida a nuestra familia. —Desde luego. Mamá hizo una reverencia en silencio. Fue la primera vez que la veía hacer algo como eso. —Gracias a ti también, Arno-kun. Acarició suavemente la cabeza de Arno y le dio sus bendiciones para que creciera sano. —Ritzhard-kun. —¿Sí? Al parecer también tenía algo que decirme. No sabía cómo responder, así que me tensé. - 90 -
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Pero papá hizo algo inesperado. Abrió los brazos de par en par y abrazó a su hijo de treinta años. En esa posición, me susurró una sola frase al oído. —Lo siento… Había tantas cosas que no sabía por cuál de ellas se estaba disculpando. Sea como sea, le dije que estaba bien y que lo perdonaba. De esa forma, la pareja tempestuosa de padre e hijo se marcharon. Mientras veía la espalda de papá alejarse, sentí una emoción diferente a cuando se fue por primera vez.
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CAPÍTULO 16
% ¡DÍA DE CARNE!
La temporada más deliciosa para comer carne es en invierno. Los animales engordan durante el otoño, que es la época de la cosecha, y también almacenan más grasa para el frío. Lo cual provoca que la carne se vuelva firme y sabrosa. En contraste, la carne durante el verano es delgada y la calidad es mala. Aunque está prohibido cazar durante el verano así que no comemos animales salvajes. Para compensar la carne que no cazamos, atrapamos pescados de los ríos y lagos como fuente principal de alimento. También cambiamos el menú en “El Águila Carmesí” dependiendo de la temporada. La pasta con albóndigas no se vende hasta otoño, en su lugar tenemos carne ahumada y pasta con salsa de tomate. Los pescados los preparamos al vapor, fritos o en estofado. Las recetas eran creadas entre Aina y yo todos los días. A pesar de eso, hay días durante el verano cuando anhelo un poco de carne. Cuando ya no puedo soportar mi deseo de carne, mato a uno de mis renos o compro carne de la tienda. Durante el año en que Sieg vino, maté a uno, pero me gustaría quedarme con todos este año. Los mercantes que visitan la aldea tienen pollos o cerdos enteros. De ser posible, me gustaría probar todo tipo de carne. Por consiguiente, decidí ir al mercado en el puerto. —¡De tal manera que, Sieg, vayamos al puerto y compremos algo de carne! —declaré mientras sostenía la mano de Sieg—. Ah, desde luego, también vendrán Arno y mamá. —Ritz, e-eh… Sieg parecía tener problemas. Quizá no debí haberle dicho esto de repente, tengo que reflexionar al respecto, pero… —Vayan solo ustedes dos, Ritz-chan. —¡¿?! Fui sorprendido por una voz que escuché de repente por detrás de mí. Cuando me giré, allí estaba mamá abrazando a Arno entre sus brazos. No sentí su presencia para nada. Por lo general, no tomo a Sieg de la mano cuando estoy cerca de mi familia, ya que era muy vergonzoso. Sieg podía ver a mamá. Por eso tenía esa expresión de preocupación… Luego, mamá dio el golpe de gracia. —¿No crees que tu mami y papi se llevan muy bien? - 92 -
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¡¡Mamá es vergonzoso, así que para, te lo suplico!! ¡¡Tampoco le digas esas cosas a Arno!! Sentí el rostro caliente. Me atrapó completamente desprevenido. —Mamá se quedará a cuidar la casa con Arno-chan, así que ustedes dos pueden ir… Además, el sol está muy fuerte el día de hoy, así que será un problema para Arno-chan de cualquier modo —añadió mamá al final. —Ah, ahora que lo pienso, tienes razón. ¿Qué hay de ti, Sieg? —No puedo dejar a Arno… Mamá le dijo a Sieg que ella se encargaría de las canciones de cuna. —Me haría muy feliz si dejaras que te mimaran de vez en cuando, Linde-chan. —Eh, sí… En ese caso—¡Está decidido! Vámonos Sieg. Mamá nos dijo que deberíamos comer algo bueno y relajarnos un rato. Sin perder el tiempo, me cambié de ropa y nos dirigimos a la ciudad portuaria. Frente a la puerta, mamá y Arno se despidieron de nosotros. —¿Qué te gustaría que te traigamos, Arno? —¡Osho! —Ah, claro, si encontramos uno. La pasión de Arno por los osos no parecía tener límites. Mamá comentó que deberíamos leerle libros ilustrados con osos y, hace un par de días, muchos libros infantiles con osos como protagonistas llegaron por parte del abuelo. —En ese caso, mamá, Arno, ya nos vamos. —Sí~, se van con cuidado. —¡Nos vemos! Dentro de los brazos de mamá, Arno se despidió de nosotros moviendo su manita. Sieg y yo también le devolvimos el saludo mientras nos marchábamos. ❄❄❄ Solo estábamos Sieg y yo en el carruaje que se dirigía a la ciudad portuaria. —Esto me trae recuerdos del festival de cerveza y salchichas, ¿no lo cree~s? —Tienes razón. - 93 -
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El día de hoy, Sieg vestía la ropa tradicional de las mujeres. Waa, qué hermosa, es toda una vista para los ojos cansados. Un gran festín para mis ojos. ¡Aunque la Sieg usual también es extremadamente bella! —El próximo mes será el cumpleaños de Arno, así que sería lindo si pudiéramos conseguirle un buen regalo. —Cierto. En un abrir y cerrar de ojos ha pasado un año desde que Arno nació. Ver a mi hijo crecer sano ha sido toda una dicha. —Ah, esto es el paraíso~. Mientras apoyaba mi cabeza en el hombro de Sieg, terminé susurrando eso. Ella solo me sonrío y acarició mi cabello. Cuando llegamos al puerto, echamos un vistazo a los productos en el mercado: vegetales, frutas, pan, bocadillos, flores, etc. También visitamos otros lugares aparte de tiendas de comida, por ejemplo: tiendas de sombreros y de ropa. —¡Ah, oso a la vista! —En una tienda de juguetes encontré ositos de peluche—. ¿Qué opinas, Sieg? —Se ven bien. No eran ni muy grandes ni muy pequeños, justo el tamaño perfecto. Se trataba de un oso con lindos ojos redondos. Al parecer fue hecho a mano por un artesano. Tenía un precio bastante elevado ya que era importado, pero como se veía bien, decidí comprarlo para que fuera el regalo de Arno. A fin de que no se impregnara con el olor de la comida, lo coloqué en una bolsa de piel. Cuando pasamos a la zona de comercio general, frente a las tiendas que vendían bienes envasados, nos encontramos con vendedores de comida. Los puestos desprendían la fragancia de carne a la parrilla, el propósito de este viaje. Habíamos desayunado bastante, pero quizá porque caminamos mucho por el mercado, mi estómago ya estaba apelando que tenía hambre. —¿Qué hacemos, preferirías ir a un restaurante? —Me parece bien cualquier opción. —En ese caso, ya que quiero ver el rostro de Sieg mientras como, vayamos a un restaurante. Mientras caminaba de la mano con Sieg, decidimos ir al restaurante sobre el barco que visitamos antes con mamá.
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Como todavía no era hora de almorzar, el restaurante se encontraba vacío. Nos llevaron a una mesa con vista al mar. —Qué hermoso~. El perfil de Sieg mirando por la ventana, a eso me refiero. El día de hoy solo pensaba en cosas como esa. Supongo que no se podía evitar, ya que estábamos solo nosotros dos. —¿Aún no has decidido, Ritz? Estaba ocupado mirándote, no podía decir algo como eso, así que rápidamente elegí un platillo. —Quizá sea bueno comer res para variar. —Tienes razón. El país de Sieg tiene muchos platillos a base de puerco. Durante mi estadía en la mansión Wattin, servían carne de res solo una vez a la semana o menos que eso. Por alguna razón, tenía antojo de comer mucha carne, así que escogí un platillo que solo era carne asada. Sieg ordenó carrillera de res al vino tinto. Mi platillo consistía de una rebanada gruesa de carne de res asada al carbón. Mientras discutíamos que deberíamos hacer para la fiesta de Arno, llegaron nuestras órdenes. El olor de la carne me levantó el apetito. Luego de agradecerle al Espíritu, de inmediato comencé a comer. Clavé mi cuchillo en la gruesa rebanada de carne, al ser de un animal domesticado, se encontraba sorprendentemente suave. Incluso sin ejercer mucha fuerza, cortaba la carne con facilidad. El jugo de la carne también salía. Lo corté en un trozo pequeño y lo bañé con un poco de salsa de naranja. —Ooh, tiene un sabor ligero. Era un sabor diferente a la salsa de baya. Supongo que podría comerla cuando esté cansado durante el verano. También sabía bien con la carne. En todo caso, la carne de res no poseía para nada un sabor fuerte, era suave y deliciosa. —¿Qué tal sabe la tuya, Sieg? —Ah, creo que es la mejor carrillera de res al vino tinto que he probado. —Ya veo. Sieg tomó un poco con la cuchara y me ofreció. ¡¿Acaso quiere que diga «Ah~»?!
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—¿E-en serio? —Sí. Alegremente acepté su buena voluntad y comí la carrillera de res al vino tinto que compartió conmigo. —¡Ah, está deliciosa! Además, sabía el doble de rico porque Sieg me dio de comer en la boca. —Entonces, yo tambiénMientras estaba cortando un poco de carne, unos pescadores llegaron y se sentaron en la mesa junto a la nuestra. Avergonzado por las miradas que teníamos alrededor, decidí solo poner la carne sobre un plato pequeño. Luego de comer, nos dirigimos al mercado para comprar algo de carne. —¿Qué carne deberíamos comprar? —¿Por qué no compramos un poco de cada uno? —Es verdad. Pero, incluso la carne de res tiene muchos cortes. No sé cuál sea bueno… —¿Qué tal la carrillera de res? Es la que comimos antes. —Esa podría ser una buena opción. En una pequeña carnicería compré: carrillera de res, pollo y paleta de cerdo. Ya que el sabor de la carrillera de res al vino tinto podría ser muy fuerte para Arno, fui a la tienda de vegetales y compré ingredientes para hacer un estofado. El viaje de regreso estuvo repleto de personas, pero me vi en la necesidad de estar muy cerca de Sieg, así que fue una situación favorable. De esa forma, nuestro viaje de compras por carne terminó. —Ah, el peluche, ¿qué hacemos con él? —Ahora que lo pienso, le prometimos que le compraríamos un oso como regalo. —Pensaba dárselo en su cumpleaños, pero no debería haber problemas si se lo doy hoy. —Cierto. Al final, de inmediato le di el oso de peluche a Arno. Supongo que podría tallarle un oso de madera para su cumpleaños o algo similar.
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Por lo visto, Arno se enamoró del oso de peluche a primera vista y lo abrazó con fuerza. ¡¡Qué adorable se ve!! Así fue como nuestro paseo terminó de forma placentera y encantadora.
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CAPÍTULO 17
% LA RECOLECCIÓN DE HONGOS DE LUCA Y LOS ESPOSOS AMOROSOS ~LUCA SALONEN ESKOLA~
Por la mañana, mi madre me ordenó que saliera a recoger algunos hongos. ¿Por qué yo? Fue lo que pensé, pero al parecer la esposa de mi hermano mayor estaba esperando un bebé. Ya que las mujeres embarazadas no deberían ir al bosque, ese trabajo cayó sobre mí. Supongo que las labores que mi cuñada había estado haciendo, ahora serán mi responsabilidad. Lo más probable es que mañana salga a recolectar bayas. Bueno, se trata de un acontecimiento alegre, así que no tengo problemas. Me dirigí a la salida de la aldea con una gran canasta donde llevaba las sobras del desayuno. En la ventanilla de recepción de la fortaleza, me encontré por casualidad con un rostro familiar. Esa persona tenía la sonrisa más amistosa del mundo mientras me saludaba. —¡Ah, es Luca! Se trataba del Lord. Detrás de él había otro hombre. Era el esposo de Aina, como era un extranjero no recordaba muy bien su nombre; pero las mujeres de la aldea estaban emocionadas diciendo que era lindo. Creí que pensaban eso porque era apuesto; sin embargo, su forma de hablar era lo que lo volvía lindo o algo así. Aunque no logro comprender por qué tener una mala habilidad con el idioma sería lindo. —¿También vas al bosque, Luca? —Sí, ¿por qué? —En ese caso, vayamos juntos. —¿Por qué? —¿Mientras más mejor? ¿Qué le sucede a este Lord? ¿Qué comió para volverse así de simple e inocente? Mostró una sonrisa refrescante que contradecía a sus treinta años. Después, antes de que me diera cuenta, me estaba jalando de la mano. —¡Uwa, detente! - 98 -
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—Está bien, está bien. ¡Qué está bien! ¡No te entiendo! ¡Mejor dicho, el Lord es muy fuerte! Salí de la fortaleza siendo arrastrado. ❄❄❄ El bosque a mediados del verano se encontraba frondoso y de un hermoso verde, la abundante naturaleza resplandecía. —Ah, es verdad, usa esto, Luca. El Lord de súbito se giró hacia mí y me entregó una botella llena con alguna especie de líquido. Cuando le pregunté de qué se trataba, me dijo que era repelente de insectos. —¿Existe algo como eso? —Aparentemente. Lo aprendí de papá. Cuando abrí la tapa, un fuerte olor atacó mi nariz. Lo más probable es que se tratara de menta. Hay muchos insectos durante esta época, y cuando uno regresa del bosque, tiene varias picaduras de insectos que dan comezón. —¿De verdad es efectivo? —Sí, es bueno. ¿No es así, Emmerich? Emmerich, o cómo sea que se llame la persona a la que se dirigió, asintió en silencio. Bueno, supongo que peor es nada. Pensé mientras lo probaba. —Ten cuidado que no te caiga en los ojos, ya que puede lastimarlos. —Está bien. Comentó que era bueno aplicarlo en las zonas expuestas de la piel, así que me lo puse en el cuello y las manos. Cuando hizo contacto con mi piel la sentí muy fría. También tendré que soportar el fuerte olor. A pesar de eso, sería asombroso si realmente funciona. —¿Ya la aplicaste? Entonces, sigamos. Reanudamos nuestra excursión por hongos. No tengo mucha confianza en recolectar hongos, además ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hice. Para empezar, no entiendo en qué tipo de lugares crecen. Había oído que se dan en lugares húmedos, pero eso era algo difícil de encontrar. Sin mencionar que hay muchos tipos de hongos venenosos. Hay bastantes que se ven parecidos a los comestibles, así que era una molestia tener que diferenciarlos.
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Mientras caminaba, miraba alrededor buscando hongos; pero solo encontraba los coloridos hongos venenosos. —¡Ah, allí! El Lord señaló un sitio donde había hongos, el cual se encontraba debajo de un árbol caído. El árbol ya se había podrido y su interior era hueco, allí estaban creciendo los hongos. —Hay bastantes. ¿Qué tal si nos los llevamos entre todos? Tal parece que el Lord compartirá los hongos que encontró. Los tres nos agachamos y recogimos la masa de hongos. —Los puedes encontrar en árboles caídos, troncos o debajo de las hojas caídas que no reciben la luz del sol. Aunque puede ser difícil de encontrar a simple vista donde crecen los hongos, es más fácil conociendo esto. Emmerich estaba escribiendo algo sobre un trozo de papel mientras escuchaba al Lord hablar. Al parecer estaba anotando las características de los hongos. Cuando eché un vistazo, el dibujo que hizo fue muy bueno, así que me sorprendí. Luego de eso, el Lord continúo por el bosque recolectando más hongos. —A partir de aquí es un lugar secreto, Luca. —¿?... ¿Por qué es secreto? Aun cuando le pregunté eso, el Lord meramente siguió adentrándose en el bosque. Caminamos por el cauce de un río hasta llegar al lugar donde usualmente pesco. —¿Qué tiene este lugar? —Está un poco más adelante. —¿? Emmerich tampoco parecía saber, pues tenía una expresión despistada… Aunque, bueno, él siempre lucía distraído. Después de caminar un poco más, nos encontramos con una gran cantidad de hongos creciendo sobre una pendiente. Se trataba de un hongo negro conocido como “cuerno”. Creo que la llaman así porque parece una trompeta negra. —¡Qué es esto! —¿No es sorprendente~? El final de la pendiente conducía a un río profundo. Sería un problema que alguien se resbalara por accidente.
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—Es un poco peligroso, así que solo vengo de vez en cuando —Luego, el Lord le explicó sobre el hongo a Emmerich—. Este tipo de hongo sabe bien cuando los secas y los pones en las albóndigas. También son deliciosos si los fríes con mantequilla y los acompañas con carne. Al escuchar eso, inconscientemente comencé a salivar. En efecto, la trompeta negra es deliciosa. Sin embargo, solo crecía en las partes más inhóspitas del bosque, o al menos eso dijeron mi madre y mi cuñada. Siempre me ordenaban recoger algunos cuando salía a pescar, pero nunca las había descubierto hasta ahora. —Pues bien, tomemos tantas como podamos antes de que sea la hora del almuerzo. Dijo que estaba bien que tomáramos las que quisiéramos, así que comenzamos a recolectar las trompetas negras. Cuando llenamos las canastas hasta el tope con hongos, mi estómago comenzó a gruñir, por lo que el Lord sugirió que almorzáramos. —¿Trajiste comida, Luca? —Ah, sí. El Lord muy bien preparado trajo una manta de su casa. La colocó sobre un prado soleado y los tres abrimos la comida que empacamos. El Lord alardeó sobre la comida de su esposa. Cuando nos mostró el contenido, era evidente que ella no cocinaba tan bien. Siendo honesto, las sobras que yo tenía eran mejores. A pesar de eso, el Lord miraba su comida con mucha felicidad. —Emmerich tu comida la preparó Aina, ¿verdad? —Aina-chan, despertó temprano, y preparó, para mí. Aunque era el usualmente reservado Emmerich, cuando se trataba de su esposa, hablaba bastante. Luego, comenzó a charlar sobre su esposa usando nuestro idioma, el cual era ajeno a él, con una pequeña, no, gran sonrisa… Viendo a los dos hablar sobre la comida de sus esposas, por alguna razón me sentí algo decepcionado. Aunque no sabría explicar el motivo. —Eh, ¿eso es carne de oso, Emmerich? ¿Dónde la conseguiste? ¡¿No me digas que cazó uno?! Cuando observé al hombre que parecía cabeza hueca, éste negó con la cabeza. —Aina-chan, recibió, oso. —¿Acaso fue de Teoporon? —Sí.
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Por lo visto, la casa de Emmerich y la familia de raza marcial se encontraban en buenos términos. Ahora que lo pienso, creo que recientemente he visto a menudo a esa mujer con Aina, o como sea que se llame ella. Las dos habían actuado por separado durante mucho tiempo, así que era una sorpresa que se volvieran amigas. Aunque, quizá tenga que ver que las personas solitarias se atraen entre ellas. A medida que comíamos, intercambiamos parte de nuestros almuerzos y enseguida la hora del almuerzo llegó a su fin. Teníamos las canastas llenas, así que regresamos de inmediato a la aldea. Antes de entrar a la fortaleza, el Lord me hizo una advertencia. —Luca, el lugar donde crecen las trompetas negras es peligroso, así que lleva a una persona contigo cuando vayas. De ser posible que sea otro hombre. —Está bien. —Si me lo pides, puedo acompañarte. También puedes ir con Emmerich. —Te avisaré si quisiera ir. Cuando dije eso, el Lord sonrió y me dio palmaditas en el hombro. ¡Por qué eres tan fuerte! —Ahora que lo pienso, ¿cómo te fue con el repelente? —Ah, no creo que me haya picado ningún insecto. —Ya veo, eso es bueno. El Lord me explicó cómo hacer el repelente de una manera sencilla. Ya que solo tenía que dejar algunas plantas en alcohol por un tiempo, creo que podría preparar un poco yo mismo. —No te olvides de revolverlo una vez al día. También déjalo almacenado en un lugar oscuro. —Está bien. Al parecer, el Lord y Emmerich charlarán un rato con los soldados en la fortaleza. Así que por el momento les agradecí por el viaje para recolectar hongos y me despedí. Las mujeres de la aldea parecían ocupadas. Tenían que recolectar hongos y bayas para luego procesarlas, así que era el periodo más ajetreado del año para ellas. Caminé por la aldea en medio de todo eso.
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Ya que las trompetas negras eran deliciosas, pensé en llevar un poco a la casa de esa mujer. Como no quiero que se sienta en deuda, no se las daré personalmente. No debería haber problemas si se las dejó en su buzón. De esa forma, su padre solo pensará que algún vecino distante se los dio. Coloqué algunas trompetas negras en una bolsita y la metí al buzón mientras comprobaba que no hubiera nadie alrededor. Luego de que me alejara rápidamente de la casa, suspiré aliviado. Cuando levanté la vista, Miruporon había aparecido de súbito frente a mí. Me sorprendí tanto que casi salto. Para suprimir mi agitado corazón, terminé diciendo cosas que no quería. Si bien ya era bastante sorprendente haberme topado con ella, quedé aún más perplejo porque Miruporon estaba vistiendo la ropa tradicional de esta aldea. Eso era, pues, cómo debería decirlo, lindo. Nuestros ojos se encontraron, trayéndome de regreso a la realidad. Miruporon también parecía distraída, así que la tomé suavemente de los hombros y le pregunté si me había escuchado a fin de ocultar mis verdaderos sentimientos. En ese momento, Miruporon, quien usualmente no reaccionaba, hizo una expresión de sorpresa. Fue bastante atemorizante, así que terminé dando un paso atrás. Miruporon me dijo que había crecido. Sabía que había superado su estatura hace un tiempo, pero desconocía que Miruporon había aprendido el idioma de este país. ¿Desde cuándo lo aprendió? Mejor dicho, cuando me percaté de que quizá ella había comprendido todas esas cosas duras que había dicho, sentí como si un rayo me hubiera partido en dos. Exactamente qué le había dicho. Aunque ya era demasiado tarde para arrepentirme. Decidí disculparme con ella luego de organizar mis pensamientos y sentimientos por ella. A partir de ese día fui víctima de los contraataques de Miruporon. Tal parece que aprendió el idioma de su nueva amiga, Aina, quien era la esposa de Emmerich. Ya que solo podía hablar un poco, ella me hacía muchas preguntas y charlaba conmigo. Había pensado en disculparme con ella, pero cuando estoy frente a Miruporon, no puedo ser honesto. Al parecer se divertía hablando conmigo y usando palabras con las que no era muy familiar. Me sorprendí que fuera inesperadamente parlanchina. Además, esa forma y tono de hablar torpe, también era, pues, lindo. Poco después, me percaté de que pensaba igual que las mujeres de la aldea… - 103 -
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CAPÍTULO 18
% DIARIO DE OBSERVACIÓN DE SIEGLINDE. POR EMMERICH DAVID.
Esta es una historia de hace más de una década. Actualmente Sieglinde se comporta como toda una dama junto a Ritzhard-kun, pero cuando solía ser un soldado, hubo un periodo en el que era muy ruda. No puedo evitar temblar cada vez que recuerdo esos días. A continuación relataré una triste memoria de su juventud. ❄❄❄ —Visitaré a mi familia este fin de semana. Cuando regresó luego de haber dicho eso, Sieglinde tenía una expresión sorprendentemente amargada. Tal parece que hubo un gran problema en la casa de su familia, pero no era una atmósfera que me permitiera escucharla con un estado de ánimo ligero. Para empezar, pensé en decirle que relajara su expresión, pero cuando la llamé, la cara con la que me vio fue tan aterradora que solo pude declarar: «B-bienvenida». Al día siguiente, me arrepentí de no haberle advertido sobre su expresión. Cuando fui a la cafetería, presencié a Sieglinde metiéndose en problemas con un soldado cuatro años mayor que ella, Gottfried Hegel. Él estaba furioso. Por lo visto, no estaba complacido con la expresión, actitud y forma de hablar insolente de Sieglinde. A su vez, ella juzgó que él la estaba tratando como a un sirviente y señaló que eso iba en contra de las normas. Me dio la impresión de que a Gottfried le desagradaba Sieglinde, pues poseía un rango mayor, y por consiguiente se molestó más de lo necesario. Al grado que creí que la golpearía en cualquier momento. Como su amigo, necesito hacer algo. Fue lo que pensé y me interpuse entre los dos. No obstante, con una estatura que casi llegaba a 1.90 metros, un cuerpo lleno de músculos, una cabeza totalmente afeitada y un rostro severo, Gottfried me observó con los ojos rojos. Quería llorar, pero les dije que si luchaban solo terminarían en - 104 -
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confinamiento disciplinario. Gottfried respondió a gritos que él no tendría paz mental si hacía eso. ¡Aunque digas eso, es imposible! Grité en mi mente. —¿Qué tal si lo dejas pasar a cambio de una barra de chocolate? —Hice una sonrisa torcida mientras trataba de mejorar la atmósfera. A fin de terminar con ese punto muerto, Sieglinde sugirió algo. —¿Qué te parece si hacemos una solicitud para una sesión de entrenamiento especial y tenemos una pelea de entrenamiento? ¡¿Qué está sugiriendo esta mujer?! Di media vuelta lentamente mientras temblaba del miedo. —¡Aaaah! Inconscientemente solté un grito tras ver su rostro. Tenía la expresión de un águila feroz mirando a su presa. Gottfried, posiblemente también afectado por eso, contestó que aceptaba con una voz un tanto aguda. Luego de que terminara nuestro turno, el “entrenamiento especial” de Sieglinde y Gottfried estaba a punto de comenzar. Había muchos espectadores reunidos en el campo de entrenamiento. Al parecer la mayoría eran reclutas nuevos. Si no mal recuerdo, todos ellos fueron aprendices de Sieglinde, ¿no es así? ¿Tal vez vinieron para animar a su antigua instructora? En cambio, los subordinados de Gottfried eran una minoría abrumadora. Aunque sus amigos de cara estricta parecían molestos. Será un partido amistoso. Pensé, pero no fue así. Hora de soltar un suspiro… Claro está, eso será después de que el entrenamiento termine sin problemas o heridos. Sieglinde me pidió que fuera el juez, así que me paré renuente frente a los dos. Existen tres tipos de peleas de entrenamiento en el ejército: peleas sin armas, es decir “combate cuerpo a cuerpo”; peleas con pistolas y cuchillos acoplados, “combate con bayoneta”; y peleas con cuchillos cortos, “combate con cuchillo”. Sieglinde le dijo a Gottfried que él podía elegir y optó por combate cuerpo a cuerpo. Al escuchar eso me sentí aliviado. Después de todo, las habilidades de combate cuerpo a cuerpo son el orgullo de Sieglinde. La he visto noquear a hombres más grandes que Gottfried, muchísimas veces. Por consiguiente, sabía que Gottfried perdería. Tal y como me imaginé, Sieglinde ejecutó una patada giratoria dirigida a un punto débil, diferente a la entrepierna, y mandó fácilmente a volar a Gottfried. ¡Waaah! Se escucharon las ovaciones. - 105 -
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Con una expresión serena, Sieglinde anunció que el entrenamiento había finalizado y salió del campo de entrenamiento. Rápidamente fui detrás de ella. De alguna forma conseguí alcanzarla y la invité por un trago. Tenía una expresión más suave comparada a cuando la vi en la cafetería a la hora del almuerzo; sin embargo, no había motivos para dejar a esta peligrosa águila sola. Pensando que podría tener un cambio de ritmo, reuní mi valor y le pregunté. Creí que Sieglinde rechazaría la oferta, pero aceptó de inmediato. Decidimos encontrarnos en el bar luego de cambiarnos de ropa. Cuando llegué, no pude encontrar a Sieglinde de inmediato. Mientras me preguntaba el porqué, vi a una mujer apuesta siendo cazada por la mujer sentada junto a ella. Sieglinde tenía puesto un largo abrigo negro y un sombrero, por eso había pasado desapercibida. Tras notarme, Sieglinde le dijo a la mujer que tenía compañía y se acercó a mí. Eso ocasionó que la mujer cazadora me fulminara con la mirada. ¡Te equivocas, no tenemos ese tipo relación! Era la primera vez que entraba a esta taberna. Es un lugar de clase alta. Fue lo que siempre pensé y nunca reuní el valor para entrar solo. Así que emocionado tomé asiento junto a la barra. Sieglinde pidió una bebida con un alto contenido de alcohol. Un joven cantinero me preguntó sobre mi orden, pero como no había un menú, pedí lo mismo que ella había ordenado. ¿Qué debería hacer? No soporto bien el alcohol… Las bebidas fueron preparadas y Sieglinde se tomó de un trago el vaso, así que yo la imité e hice lo mismo; sin embargo, un dolor ardiente quemó mi lengua y garganta. ¡¿Qué tipo de bebida es ésta?! Tuve un deseo de quejarme. Para mi segundo trago, solicité una bebida dulce. Aunque fue una orden aleatoria, me entregaron una encantadora bebida rosa con una cereza flotando. Ésta sí tenía un buen sabor. Bebimos en silencio por un rato mientras comíamos unos acompañamientos. A la mitad de su bebida, Sieglinde habló. Me dijo que se disculpaba por hacer que me preocupara. Al parecer notó mis intenciones. Aprovechando la oportunidad, le pregunté qué había sucedido en la casa de su familia. Pensé que tal vez no me iba a responder, pero me contó un poco. Era una historia bastante simple. Su familia le mostró pinturas sobre posibles candidatos para sus entrevistas matrimoniales, o algo así. Sieglinde cumpliría veinte el próximo invierno. Si fuera una joven noble normal, ya se habría casado y engendrado hijos. Así que la petición de su familia no era irrazonable. A pesar de eso, no es como si no comprendiera sus sentimientos. Sieglinde trabajó en el ejército desde los trece años y consiguió muchos logros militares. Sería complicado para Sieglinde recibir la educación de una dama de clase alta, contraer matrimonio y crear una familia. Creo que debe tener un mayor conflicto del que yo pueda imaginar. - 106 -
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Contemplando su perfil lleno de ira, me fue imposible seguir cuestionándola. —Tal vez el matrimonio sea la forma ideal y normal de ser feliz. Sin embargo, en estos momentos esa no es mi felicidad —dijo Sieglinde con un tono firme. Dentro de esa respuesta, había algo así como un rechazo hacia cualquier tipo de ayuda de cualquier persona. Desde hace mucho tiempo había sido una espléndida soldado, también fue blanco de envidia y resentimiento injusto. Como fue promovida más rápido que a los demás, debieron de haberla aislado, haciendo que estuviera sola. Alrededor de Sieglinde existía una pared alta y gruesa. Fue entonces que me di cuenta que ella era como un águila que no bajaba la guardia ante nadie. Incluso durante nuestra larga amistad, nunca la he visto sonreír alegremente. ¿Acaso no era una mujer solitaria y desamparada? Por desgracia, no tenía ni idea de cómo podría ayudarla. Esperaba entrañablemente que encontrara a una persona que fuera como un árbol donde pudiera descansar. ❄❄❄ Más de una década pasó desde ese día. Y la situación actual de Sieglinde era… La época era a principios del verano. Gracias a las continuas noches blancas, la aldea se encontraba envuelta en una atmósfera animada. Durante el invierno, los aldeanos anhelaban esta temporada donde el sol no se ponía. Mi esposa me ordenó que llevara algunos bocadillos a la mansión del Lord, así que decidí compartir un poco del pescado que atrapé aprovechando que ya iba hacia allá. Cuando pasé la puerta y caminaba por el jardín, vi la silueta de dos personas bajo un gran árbol. ¡Ese es Ritzhard-kun y Sieglinde! Mis ojos se encontraron con los de Ritzhard-kun. Cuando estaba a punto de gritar para saludarlos, Ritzhard-kun colocó su dedo índice sobre sus labios. Al parecer quería que permaneciera en silencio. Cuando me acerqué sigilosamente, noté que Sieglinde estaba dormida y descansaba la cabeza en el hombro de Ritzhard-kun. Recordando como era antes, pensé que estaba en un estado indefenso, durmiendo de una manera relajada y dependiendo de su compañero. - 107 -
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En ese momento reflexioné sobre sus días solitarios en el ejército. Sieglinde encontró un esposo en el que podía confiar y depender de todo corazón. Al verlos, sentí como se empezaban a formar lágrimas en mis ojos y me dieron ganas de llorar. Así que le entregué mis felicitaciones más sinceras a la pareja feliz. Es un poco tarde pero, felicidades por tu matrimonio, Sieglinde.
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CAPÍTULO 19
% INFORME DE ACTIVIDADES #3 ~LUCA SALONEN ESKOLA~ -PARTE 01-
Noveno año. Ahora que podemos comunicarnos, pude comprender muchas cosas sobre Miruporon. Aprendí que inesperadamente le gustaba hablar. Bueno, quizá se deba a que somos “amigos”. También, al parecer Miruporon caza durante sus días libres. El día de hoy charlamos sobre el gato que los Bergholm están criando. Por lo visto, el pelaje de los gatos es diferente al de los perros o renos. Lo dijo con tanta felicidad que le pregunté si quería criar a un gato. Sin embargo, Miruporon negó con la cabeza y argumentó que solo vivían linces por esta zona. Al parecer hay gatos callejeros en la ciudad, pero en la aldea los gatos no pueden vivir sin la ayuda humana, por eso no se pueden encontrar en este lugar. Parecía un poco decepcionada. Luego, Miruporon me pidió un favor: quería tocar mi cabello ya que se veía igual de suave que el pelaje de los gatos. Me molesté y le respondí que no comparara mi cabello con el pelo de un gato; pero, ya que se veía muy deprimida, hice una excepción especial y permití que lo tocara. Mostró una expresión muy feliz mientras decía que se sentía mejor que el pelo del gato. Como no podía evitarlo, mencioné que podía tocarlo de vez en cuando. ❄❄❄ Décimo año. Tal vez porque mi hermano mayor y su esposa tuvieron un hijo, mi padre volvió a molestarme con que me casara. Me ordenó que fuera al puerto a vender los pescados que atrapamos en el lago y buscara una esposa. Además, todos los chicos de mi edad ya estaban casados. A pesar de que tenía más de veinte, no tenía intenciones de casarme. El día de hoy, una vez más discutí con mi padre. Cazo animales todos los días y destino el dinero que gano cuando vendo las pieles para la casa. ¡Cuál es su problema! Sentí como la ira se iba apoderando de mí.
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Volumen 04
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Mi hermano mayor tuvo trillizos. Por consiguiente, la casa puede estar en paz. A pesar de eso, mi padre dijo que no se trataba de eso. Ni idea a qué se refiera entonces. Al final, mi madre tuvo que intervenir y mediar entre nosotros. Ya casi era hora de encontrarme con Miruporon, así que dejé que mi madre se encargara de mi padre. Miruporon me estaba esperando tranquilamente en la entrada de la fortaleza. Tenía una canasta, así que le pregunté para qué era. Me contestó que había preparado el almuerzo. Supongo que hoy comeremos en el bosque. El bosque de otoño se encontraba teñido de colores vivos. Sin embargo, dentro de unos días, una fina capa de nieve se formará sobre el suelo. Quedan pocos días para que disfrutemos de la atmósfera de un picnic. Mientras caminábamos por el bosque; cazamos conejos, patos y jabalís, dos de cada uno. Las presas pequeñas las colocamos en bolsas, mientras que los jabalís fueron transportados sobre los trineos. Al cabo de un rato tomamos un descanso cerca del río. La comida era tarta de pescado y jugo de frutas. Miruporon las preparó ella misma. Cuando le dije que estaba delicioso, parecía muy contenta. Luego de eso, charlamos hasta que el sol comenzó a ocultarse. Miruporon comentó que me veía decaído el día de hoy. Posiblemente se debía a la pelea que tuve con mi padre. Ya que sería inútil evadir la pregunta, pues seguiría preguntándome sin descanso, le conté que tuve una discusión con él. De súbito, me pidió que le mostrara mi mano, así que la extendí hacia el frente. Luego, Miruporon comenzó a escribir algo sobre la palma de mi mano con sus dedos. Cuando la cuestioné sobre eso, ella murmuró: «Spider’s nest». Nido de araña, fue lo que quiso decir. «Al igual que una araña construye lentamente pero con firmeza su nido, tus esfuerzos eventualmente darán frutos y serás reconocido». Me comentó que era un hechizo que albergaba ese deseo. Esas palabras hicieron eco en mi corazón. Tras escuchar lo que dijo Miruporon, me di cuenta de algo. Deseaba que su padre me reconociera. Por alguna razón, me dieron ganas de llorar. ❄❄❄ Onceavo año. El padre de Miruporon es famoso por ser el maestro cazador de osos. Al punto de que incluso comparte la carne cuando se lo pides. Él es un hombre amable a diferencia - 110 -
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de lo que sugiere su apariencia. Esa familia de inmediato se mezcló con la aldea luego de que se mudaran. Probablemente también fue gracias a la amable madre de Miruporon. Entretanto, comencé a realizar una tarea en secreto: cazar un oso que viviera en el bosque. Bueno, desde luego todavía no obtengo ningún resultado. Vi arañazos sobre los árboles y rastros de pelo de oso, pero nunca me encontré con uno de verdad. ¿Cómo puedo encontrar a un oso en el bosque? Agonizaba en frustración con esa incógnita. El motivo por el que quiero cazar a un oso es porque estoy planeando proponerle matrimonio a Miruporon. Si no gano el reconocimiento de su padre, no seré capaz de casarme con ella. Si consigo un oso esplendido, su padre aceptará el matrimonio. Ese era mi plan, por consiguiente estaba buscando la oportunidad para cazar un oso. Últimamente, quizá porque deseaban volverse amigables con Miruporon, los otros hombres de la aldea comenzaron a preguntar varias cosas sobre ellos. Sobra decir que no les di nada de información. Si continúo perdiendo el tiempo de esta forma, la perderé. Por eso, tengo que apresurarme y cazar a un oso rápido. El cielo estaba oscureciendo. Debía de regresar a casa ahora mismo, de lo contrario mi familia comenzaría a preocuparse por mí. Aun así, tenía viento a favor, algo que ocurría muy rara vez. Me dio la impresión como si el bosque me estuviera alentando. Sentía que el ruido de las hojas no era el mismo de siempre. Había algo. Solo un poco más, me dije a mí mismo y proseguí al frente. En ese momento, vislumbré un brillo a lo lejos. Se trataban de dos fuentes de luz parecidas al fuego que provenían de unos ojos. Al cabo de un rato, la silueta de un oso se volvió más clara. Era un oso blanco. Había oído los rumores, pero me sorprendió que realmente existiera. Un oso blanco diferente a los que viven en las zonas glaciares, una existencia mítica, el amo del bosque, o al menos eso decían mis antepasados. Se cree que la carne de un oso blanco trae prosperidad a una familia. Si cazo ese oso blanco, estoy seguro que aceptará mi propuesta de matrimonio. Por lo visto, el oso también notó mi presencia, pues de súbito mostró hostilidad y corrió hacia mí.
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No perdí tiempo y apunté con mi rifle. Los puntos débiles de un oso eran su cabeza, cuello y pecho. Mi oponente se acercaba a máxima velocidad sobre sus cuatro patas. Apunté a la base de su cuello. Primer disparo. El oso esquivó la bala en el último momento. Enseguida expulsé el cartucho vacío y volví a apuntar. Me quedaban cuatro balas. Tenía que acabar con él para entonces. El oso blanco rugió a medida que embestía en mi dirección. Mis dedos temblaron por el miedo. Segundo disparo. Impactó en la pierna, pero solo consiguió que disminuyera un poco su velocidad. Se encontraba lejos de ser una herida fatal. El oso se acercaba rápidamente. Era uno muy grande. Podía sentir como mi cuerpo se llenaba de sudor. Si huyo, definitivamente me matará. La única forma de sobrevivir ahora era asesinando al oso enseguida. Tercer disparo. Le di en la cabeza, pero el oso no dejó de moverse. Los osos tienen gruesas capas de grasa. Incluso si las balas golpeaban un punto vital, no significaba que fueran a morir; recuerdo que el abuelo Bergholm mencionó algo así. Por esa razón, cazar osos era considerado peligroso. Soy un idiota. Hacer esto para casarme con una mujer. Cerré los ojos y me consolé a mí mismo. Sin embargo, en ese instante, de pronto recordé sobre el nido de la araña. «Al igual que una araña construye lentamente pero con firmeza su nido, tus esfuerzos eventualmente darán frutos y serás reconocido». Cuando me acordé de eso, me sentí sorprendentemente tranquilo. Ya nada me asustaba. Cuando volví a abrir los ojos, el oso se encontraba sobre sus patas traseras, con una pata delantera muy arriba hacia el aire, revelando sus afiladas garras. Su punto vital, el pecho, se encontraba expuesto, y no pude evitar que las comisuras de mi boca se curvaran hacia arriba, formando una pequeña sonrisa.
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Disparé las últimas dos balas hacia su pecho. El oso se sobresaltó y sacudió con mucha fuerza. En cuanto confirmé que las balas dieron en el blanco, recibí un gran impacto. Y mi visión se oscureció…
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CAPÍTULO 20
% INFORME DE ACTIVIDADES #3 ~LUCA SALONEN ESKOLA~ -PARTE 02-
Desperté con la voz de alguien que sostenía mi mano con tanta fuerza que sentí que mis dedos se romperían. Cuando abrí los ojos, vi el techo de mi casa. La persona junto a mí era Miruporon. Tenía el rostro en un estado trágico: hinchado y enrojecido de tanto sollozar. —¿Por qué lloras? —dije, ella se sorprendió mucho. Luego, comenzó a llorar con más fuerza. No la entiendo. Entraron más personas cuando escucharon sus sollozos que llegaban casi a gritos. Se trataban de mis padres y los de Miruporon. —¡No vayas hacia la luz! —gritó mi madre mientras corría hacia mí. ¡¡Desde luego que no iré, sigo vivo!! Al parecer creyó que había muerto. Cuando les pregunté qué había pasado, me dijeron que me encontraron debajo de un gran oso blanco. Luego me trasladaron a mi casa y estuve inconsciente durante tres días. Por lo visto, fue el padre de Miruporon quien me encontró. Incluso recogió al oso después de haberme traído aquí. Claro, fue todo lo que pude decir. Por otro lado, cuando fui honesto con mi padre y le conté que había ido al bosque para cazar a un oso, me golpeó. Luego, me reprendió argumentando que era un hijo malagradecido. Mi padre y madre, ambos, estaban llorando. Me arrodillé en el piso y me disculpé por haber hecho algo estúpido. Mi padre dijo que hiciera lo que se me diera la gana y salió de la habitación sin decir ni una palabra más. Mi madre declaró que estaba contenta con que siguiera con vida. También que ella se encargaría de mi padre. La reacción de mi padre fue peor de lo que esperaba; pero, por dentro tenía un sentimiento de logro. Aunque no me atrevería a volverlo a hacer.
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Miruporon estaba muy cerca de mí, sin dejarme ir. Aun cuando me sacudí y le dije que estábamos en frente de nuestros padres, ella se rehusó a moverse. Los padres de Miruporon nos veían en silencio; así que me armé de valor y pedí la mano de Miruporon. Si bien no hablábamos el mismo idioma, su padre asintió con la cabeza. Junto a él, su madre sonreía felizmente. Cuando le pregunté a Miruporon si habían entendido, ella se ruborizó y dijo: «Probablemente». De esa forma, nuestro matrimonio fue aceptado. ❄❄❄ Doceavo año. Luego de varios eventos, fui capaz de casarme con Miruporon. Mi padre accedió tranquilamente a mi matrimonio y mi madre también parecía feliz. Hoy era un día para celebrar. Mi suegro me dio algo en una bolsa de piel. Se trataba de la piel de oso blanco que siempre usaba. Luego, hizo gestos para que me la pusiera. Me pregunto si quiere que la tenga puesta durante el banquete. Aunque era una prenda que había usado por mucho tiempo, seguía teniendo un hermoso brillo. No sabía si realmente estaba bien que yo la usara, pero él continúo haciendo gestos de que me la pusiera, me sentí agradecido y la recibí. Asistí al banquete usando la piel de oso blanco. Mientras me guiaban al asiento de honor, noté que todos los asistentes tenían máscaras de animales, así que me sorprendí. Miruporon estaba usando la piel de oso blanco que yo cacé. Por alguna razón me sentí avergonzado cuando vi eso. —¡Hey, pareja de osos blancos! —Se burló alguien en algún lado. Cuando busqué quién había sido, me di cuenta que fue el Lord. Él y su esposa tenían el mismo atuendo de piel de lobo gris. Incluso sus hijos vestían piel de lobo. Solté una carcajada por esa extraña escena. ¿Dónde consiguieron pieles para todos ellos? Luego, Miruporon señaló a su amiga. Aina y su esposo estaban usando pieles de linces. Probablemente cosieron eso junto a otra piel. Excelente trabajo manual, pensé con respeto. Cuando eché un vistazo junto a mí, Miruporon se veía feliz. Eso es lo que recuerdo de ese día, el cual se convirtió en el día más feliz de mi vida. - 115 -
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❄❄❄ Unos cuantos años más tarde. Las mañanas en la familia Rango comienzan desde muy temprano. Y cada mañana, mi adorable esposa me despierta… Eso quisiera. ¡¿Uuuh?! La persona que me sacudió violentamente para despertarme, fue el padre de mi esposa, Teoporon Ponu Rango, un hombre misterioso que tiene la parte superior de su cuerpo descubierta todo el año. Cuando abrí los ojos, estaba sujetando su lanza y extendiéndola hacia mí, lo cual significaba que debíamos salir a cazar. Al principio, cuando recién me casé, grité muchísimas veces al ver a mi suegro de pie a un lado de la cama con una arma entre sus manos. Ahora que ya tengo varios años de casado, me he acostumbrado. Mi suegro se puso la piel de oso que tenía colgada cerca de la entrada. La hizo con la piel de un oso pardo que cazó hace poco. Mientras que yo usé el abrigo de piel que estaba a un lado. Entretanto me ponía las botas, mi suegro observó en silencio como me abrochaba las agujetas con una mirada dulce. Hablando de eso, mi suegro estaba descalzo todo el año. Ni siquiera sufría quemaduras por el frio. Exactamente qué tipo de cuerpo tiene. No puedo evitar cuestionarme eso. Aunque nos íbamos juntos, cuando llegábamos al bosque cada quien tomaba un camino diferente Mi suegro usaba una lanza para cazar, mientras que yo una pistola. Era algo inevitable ya que nuestros métodos de caza eran diferentes. Además, había otra razón. Mi suegro cazaba osos. No fue una ni dos veces las que terminé asustado por seguirlo mientras cazaba. Los osos eran peligrosos, pese a eso, mi suegro no vacilaba ni un poco y los mataba usando solamente una lanza. Me adentré en el bosque nevado junto a un perro mientras pensaba sobre eso. Durante la mañana atrapé a un conejo y a dos perdices blancas. Cuando regresé a casa, mi suegro ya había terminado de destripar a un jabalí enorme que había cazado. No tengo intenciones de competir con mi suegro sobrehumano. Pero, siempre me exaspera. Mientras colocaba las presas que cacé en un contenedor y las movía hacia el almacén para que maduraran, mi suegra salió corriendo de la casa con mucha energía. —¡Serio! —gritó mientras me sujetaba por las mangas y me arrastraba dentro.
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Mi suegra se esforzaba al máximo por aprender el idioma, pero aún no podía mejorar al nivel de mi esposa. Había muchas veces que no entendía lo que quería decir. Para empezar, le pedí que se tranquilizara y me explicara que era serio. —Bebé, a punto de salir —dijo, luego de recuperar el aliento. Tras escuchar eso, mi suegro de inmediato soltó su lanza y salió corriendo hacia la casa. Yo, en cambio, corrí por el doctor. Aunque era antes de las horas de consulta, llamé a la puerta de todos modos. El doctor, que asomó la cabeza por la puerta, ya apestaba a alcohol desde temprano. No podría haber sido peor. —¿Qué~ pasa? Novio de la familia Poron —dijo el doctor mientras se frotaba los ojos. ¡A quién crees que estás llamando novio de la familia Poron! ¡Para empezar el apellido es Rango! Cuando le comenté cuál era el verdadero apellido, me llamó Lucaporon esta vez. ¡¡Ni siquiera tengo «poron» en mi nombre!! Sin embargo, me di cuenta que no era el momento para estarse quejando sobre cosas como esa. Le pedí al doctor que fuera a la casa ya que el bebé estaba a punto de nacer. También fui por las señoras que prometieron ayudar con el parto. Gracias a mi trabajo, no, gracias a los esfuerzos de mi esposa, nació un niño saludable. Una vez que todos los demás se fueron, le dije que hizo un gran trabajo para animarla. Mi esposa me agradeció por alguna razón. Cuando le pregunté porque me daba las gracias, declaró que lo hacía porque estaba muy feliz. Tras eso, tuve un sentimiento inexplicable y sujeté las manos de mi esposa. Estoy seguro que mi yo joven jamás habría imaginado que Miruporon y yo estaríamos celebrando el nacimiento de nuestro hijo como pareja mientras nos tomábamos de las manos. —Gracias, Miruporon. Yo también soy muy feliz. Fue en ese momento cuando finalmente pude ser honesto. ❄❄❄ Al día siguiente, mi suegro le pidió un favor al Lord, quería que él nombrara al bebé recién nacido. El Lord a su vez me preguntó en secreto. —Oye, Luca. ¿Te parece bien que yo lo decida? —murmuró. - 117 -
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—No me importa si eso fue lo que decidió mi suegro. Además, ¿por qué nosotros, un par de hombres, tenemos que estar susurrando en secreto? —respondí mientras empujaba al Lord monstruoso que seguía luciendo joven. —¿Te gustaría algo que terminara con «poron» después de todo? —Me preguntó el Lord monstruoso. ¡¡No me preguntes!! ¡¡Piénsalo como la gente normal!! Más tarde, el Lord otorgó el nombre de «Mishka7» a nuestro hijo recién nacido. Al parecer, significa osito en un idioma extranjero. Mi familia estaba feliz, diciendo que era un buen nombre. Personalmente, estaba feliz de que no terminara en «poron».
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N. de la T. Mishka: es el diminutivo de Misha, el cual es el nombre corto para el nombre masculino ruso de Mikhail (Michel o Miguel). Sin embargo, también es un modismo para oso en ruso, ya que es similar a la palabra rusa para oso “medved”, el cual significa “comedor de miel o el que come miel”. Además es un nombre común para los osos antropomórficos en la mayoría de los cuentos rusos. Por lo general Mishka se refiere a un osezno. Aunque hay personas que lo usan como un nombre de cariño, similar a pastelito.
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CAPÍTULO 21
% LA VIDA DE CAZA EN EL PAÍS DE LA NIEVE DEL NOBLE DEL NORTE Y SU ESPOSA, EL AVE DE RAPIÑA
Este verano celebraremos un evento muy esperado: ¡El cumpleaños de Arno! Ahora que pronto cumplirá un año, nuestro hijo había estado creciendo muy bien, incluso ya era capaz de gatear un poco y decir una que otra palabra. No me puedo dar el lujo de perderme ningún momento de su crecimiento. En medio de esa vida placentera, arribó una carta extraordinaria. Tal parece que papá regresará a casa más o menos para el cumpleaños de Arno. Si no mal recuerdo, vino hace poco, quizá se sintió nostálgico o algo así. No estoy seguro. Me sentí intranquilo viviendo con él, pero tendré que hacer una concesión. Sieg y yo nos consolamos entre nosotros, diciendo que nos esforzaríamos. Últimamente hemos regresado a nuestra vida normal. Las operaciones de “El Águila Carmesí” son llevadas a cabo principalmente por Aina y Emmerich, mientras que mamá y Sieg los ayudan. Dentro de poco contrataremos más personas. La apicultura era un proceso lento. Así que todavía no contaba con la cantidad suficiente de miel para vender. Bueno, tenía pensado trabajar con eso paulatinamente.
El día de hoy fui al bosque a recolectar bayas con Sieg luego de mucho tiempo. En cuanto a Arno, justo después de que papá regresara a casa, comenzó a cuidarlo. Me siento un poco ansioso, pero mamá también estaba en casa, así que no debería tener problemas. Hablando de Sieg, éste era un paseo para recoger bayas después de mucho tiempo, así como su segundo verano en las tierras remotas. Hoy, ya que celebraríamos el cumpleaños de Arno, teníamos que esforzarnos más y recolectar bayas para hornear una tarta. Arribamos a un lugar lleno de bayas ubicado en las profundidades del frondoso bosque exuberante. Mientras charlaba con Sieg, seleccionaba una por una las bayas. Cuando eché un vistazo al reloj, pensando que ya tenía hambre, había llegado la hora del almuerzo. —¿Qué tal si comemos, Sieg? - 119 -
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—¿Ya es hora del almuerzo? —Así es. Tomé la canasta con el almuerzo que mamá y Sieg prepararon, y nos trasladamos a una pradera abierta. —Ahora que lo pienso, ¿no fue cerca de esta zona donde vimos las flores blancas? — comentó Sieg. —Ah, sí, tienes razón. ¿Quieres ir a verlas? Una flor frágil que solo florece durante el verano: “la estrella del bosque”. Al parecer recordó la flor que vimos juntos durante nuestro primer año de matrimonio. Nos abrimos paso entre los arbustos hasta llegar a un campo de flores repleto de Trientalis. —¡Ooh, cuántas flores! —Lucen esplendidas. Se podían ver unas elegantes flores blancas en pleno florecimiento. Eran las más hermosas que jamás había visto. Nos sentamos sobre el césped y almorzamos mientras disfrutábamos del florido escenario. El almuerzo consistió de emparedados de jamón y jugo de baya. —Um, delicioso. Logramos hacer jamón con el esfuerzo combinado de Sieg y yo. El procedimiento era sencillo. Sazonábamos la carne con hierbas, especias, sal y condimentos similares. Luego, la envolvíamos en una tela limpia y lo amarrábamos de dos extremos, como si fuera un dulce. Además de eso, también lo atamos con unos hilos para asegurarlo durante el almacenaje. Después lo dejábamos reposando alrededor de una semana y lo hervíamos unas dos horas. Acto seguido, se retiraba la tela de la carne hervida del puerco y se completaba el proceso al drenar la humedad y humear la carne. Aprendí esto de mi suegro y era sorprendentemente delicioso. Preparar jamón serrano llevaba tiempo, así que todavía no lo intentaba, pero me gustaría hacerlo en un momento libre que tenga. Aun no puedo olvidar el sabor del jamón serrano de tres años que probé en aquel entonces. Incluso después de que termináramos de comer, Sieg y yo continuamos contemplando las flores. —A mamá también le gustan estas flores. —Entiendo. En ese caso, ¿deberíamos llevarnos unas? —Eso sería lindo. - 120 -
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Me levanté y extendí una mano hacia Sieg para ayudarla a ponerse de pie. —¡Uwa! —¡¿?! Me resbalé justo cuando la levanté y, con el impulso, caí hacia atrás. Lo peor de todo fue que terminé arrastrándola conmigo. La abracé con fuerza para que no se lastimara. Por suerte, la cama de flores actúo como amortiguador, así que no me dolió tanto. —¡Lo siento, Sieg, ¿estás bien?! —Ah… Con un aire de disculpa, me tensé luego de caer. Cuando estaba a punto de levantarme, noté algo extraño con Sieg, sus hombros estaban temblando por alguna razón. —¿S-Sieg? Creí que se había lastimado, pero solo se estaba riendo. Cuando le pregunté qué le hacía tanta gracia, por lo visto le pareció muy divertido que los dos nos cayéramos —P-perdón, me levantaré ahora —dijo Sieg entre risas. —Aguarda, quedémonos así un poco más. Estoy rodeado por flores veraniegas y tengo a Sieg entre mis brazos. Qué situación tan maravillosa. Pensando de esa forma, me relajé por un rato. —¿No peso? —Para nada. —En ese caso, está bien. Permanecimos en silencio por un tiempo y disfruté de la brisa del bosque, el aroma de las flores y el canto de los pájaros. Desde luego, también disfruté al máximo de abrazar a Sieg. —La primera vez que vine aquí… —¿Sí? —¿No te acostaste también en el suelo, Ritz? —¿Cómo ahora? —Exacto. Por lo visto, Sieg sentía curiosidad sobre mi motivo para acostarme en el suelo del bosque. - 121 -
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—Ahora lo comprendo. Cuando estoy así, siento como si pudiera percibir todo el resplandor del bosque. —Ah, es cierto. ¡Puede que tengas razón! Si me acuesto sobre el césped de esta forma, puedo sentir todo el bosque. Tal parece que inconscientemente he estado disfrutando el bosque veraniego. Los dos, Sieg y yo, disfrutamos de la frondosa naturaleza y, tras recoger algunas flores, nos marchamos. ❄❄❄ Antes de entrar a la aldea, saludé a los soldados que estaban en guardia en la ventanilla de la fortaleza. —Bienvenido, Su Señoría. —Ya regresé. El capitán Artonen estaba de turno el día de hoy. —Hoy es el cumpleaños del joven maestro, ¿verdad? —Sí. —Qué bien. Esto es algo que todos en la fortaleza prepararon. —¡Vaya, gracias! Aunque sea difícil de creer, los soldados de la fortaleza habían preparado un regalo de cumpleaños para Arno. Al parecer se trataba de un libro ilustrado. Les agradecí junto con Sieg. —Tal parece que comenzará a estar ocupado, Su Señoría. —Sí. Esforcémonos mucho. Cuando le extendí mi mano al capitán Artonen, me dio un apretón con firmeza. Con el regalo de Arno bajo mi brazo, nos dirigimos de regreso a casa. Como de costumbre, las mujeres en la aldea estaban ocupadas. Decidí visitar la tienda de camino, así que hablé con la dueña de la misma. —Bienvenidos… Oh, es el Lord. —Buenas tardes. —Se llevan tan bien como siempre —comentó al ver que íbamos Sieg y yo. —Muchas gracias —dije sonriendo. - 122 -
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Mientras tenía la expresión floja, la dueña de la tienda inició una conversación sobre los osos de madera. Eso me trajo de regreso a la realidad de inmediato. —Me reportaré dentro de tres días. —Te lo encargo. —Entiendo. En la tienda, compramos ingredientes para hornear una tarta. El edificio vecino, “El Águila Carmesí”, se encontraba en su día libre programado. Desde afuera, podía ver a Aina y Emmerich, así que entré. —Estos también, son deliciosos. Demasiado. —Cómo te dije, no me refiero a…. Oh, Milord. Sobre la mesa, había una gran cantidad de bocadillos. Al parecer los dos estaban teniendo una sesión de degustación. Aina comentó que había llegado en buen momento. —¡Este hombre de aquí solo dice que todo sabe bien! ¡No tiene sentido la degustación! —P-pero, toda la comida que preparas es deliciosa, Aina-chan. —¡Eso de que me sirve! Por lo visto, toda la comida de Aina sabía bien para Emmerich. Me sentí contento de ver a los dos llevándose bien. —Entonces, Milord, también prueba algunas… De hecho, hoy es el cumpleaños de Arno, ¿no? —Sí. ¿Qué tal si tratas de preguntarle a la dueña de la tienda? —Perdón por la molestia. —No, está bien. Aina y Emmerich nos dieron sus felicitaciones. Incluso nos regalaron algunos bocadillos para la celebración. Aun cuando hice unas cuantas paradas, conseguimos regresar a casa. En el jardín delantero ya había personas preparándose para la fiesta de cumpleaños. Habían colocado mantas sobre el suelo y almohadas para todos. Para este día, invité a la familia Rango y a Luca. —¿Ya están de regreso? —Ah, Luca. - 123 -
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Luca y Miruporon estaban moviendo un pescado enorme hacia un plato amplio. —Uwa, qué pescado tan sorprendente. ¿Dónde lo consiguieron? Cuando pregunté sobre el pescado gigante, Miruporon explicó felizmente. —Papá, y Luca, pescarlo. —Aunque, más que pescarlo, lo agarramos a la fuerza. Tal parece que Luca fue a pescar con Teoporon. Me pregunto cuando se volvieron tan amistosos. Santo cielo, que se lleve tan bien con toda la familia, Luca es un niño muy bueno. Fue lo que pensé. —Necesitamos preparar la tarta, Ritz. —¡Ah, es verdad! Dentro de poco comenzaría la fiesta de cumpleaños. Fui detrás de la casa y comencé a preparar la tarta en la cocina exterior con Sieg. Pero, primero fui por unos huevos al gallinero. Mientras Sieg pesaba los ingredientes, yo batí las claras de los huevos hasta que formaran espuma. A fin de que la tarta quedara suave, era muy importante batir bien. Como era un pastel para Arno, solo le puse una pequeña cantidad de azúcar. En su lugar, agregué muchas bayas dulces. Mezclé la harina y mantequilla derretida, luego vertí la mezcla a un molde y lo metí al horno para que se cocinara. La tarta resultó muy bien. Cuando regresamos al lugar donde sería la fiesta de cumpleaños, vi que había bastante comida encima de las mantas. Tengo la impresión de que Ruruporon se superó a sí misma. Esto era un festín. —¿Trajiste la tarta, Ritz-chan? —¡Sip, y se ve muy bien! Me dijo que lo colocara al centro. Arno se veía muy feliz sobre el regazo del adorable hombre oso, Teoporon. Todo estaba listo. Tomamos asiento y Ruruporon nos entregó algo para beber. Para iniciar con la celebración, agradecí a todos los reunidos. —Pues bien~ El día de hoy, el clima es muy bueno, así que les agradezco por haber venido al primer cumpleaños de mi hijo Arno.
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Ya que contábamos con las noches blancas en verano, el sol no se pondría. Así que les dije a todos que se divirtieran sin preocuparse por la hora. Luego de brindar, levanté la kuksa que tenía jugo de baya y la llevé hasta mis labios. Como habían usado bayas frescas, el jugo era dulce y amargo, sin duda muy delicioso. El invitado de honor del día de hoy, Arno, estaba comiendo bien, quizá tenía mucha hambre. Ruruporon lo ayudó a comer mientras sonreía. Cayó algo de comida sobre las piernas de Teoporon, pero no parecía importarle. Simplemente contemplaba a Arno, y muy rara vez, su expresión se suavizaba. Miruporon trató de que Luca comiera el queso que ella le estaba dando, pero él se rehusaba con el rostro completamente rojo y avergonzado. Bueno, está en esa edad después de todo. Mamá había cocinado otros platillos y Sieg también ayudó. Incluso en un momento como este, papá se encontraba escribiendo diligentemente algo. Cuando iba a la mitad, mamá lo reprendió y dijo que comiera un poco. Después de un rato, fui por Arno. Le agradecí a Teoporon y Ruruporon, luego Arno comenzó a caminar mientras sujetaba mi mano. Arno ya podía caminar bamboleándose. ¡Qué lindo se ve! Regresé a mi asiento y lo senté sobre mi regazo. Estimé que la tarta ya se había enfriado, así que corté una rebanada delgada para él. —¡Ico! —Ya veo~, así que está rico~ Mami y papi lo hicieron juntos~ —Cuando le dije eso, Arno sonrió dulcemente. Simplemente es demasiado lindo. Creo que le gustó la tarta, ya que se terminó de comer su rebanada muy rápido. Ahora que estaba satisfecho, comenzó a cabecear. Nunca me cansaba de verlo cuando hacía eso. —¿Qué tienes, Ritz? —¿Eh? Supongo que me conmoví viendo a Arno, tenía lágrimas en las comisuras de mis ojos. —Sieg. —¿Qué pasa? —Más tarde, me gustaría decirle algo a todos. Quería agradecerle a Sieg y decirle que seguiría estando bajo su cuidado. —Por favor, continua cuidándome, esposa mía. A su vez, Sieg también declaró algo. - 125 -
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—Todavía me falta experiencia; pero, por favor también cuida de mí… Esposo mío. Los dos nos miramos a los ojos y sonreímos. El día de hoy, la noche blanca nos brindaría un resplandor sin fin. Asimismo, los platillos rebosantes con las bendiciones de la naturaleza eran deliciosos. Arno se encontraba en mis brazos, mientras que Sieg estaba junto a mí. Qué fiesta de cumpleaños tan maravillosa. Pensé. Han pasado tres años desde que me casé con Sieg. Nuestro entorno ha cambiado en gran medida; pero, aun cuando los días ajetreados continúan, puedo trabajar arduamente siempre y cuando tenga a mi familia. No pude evitar pensar de esa forma. Cazar, recolectar y comer. Eso es todo lo que hay, pero son días encantadores. Nuestra vida seguiría de esta forma.
La vida de caza en el país de la nieve del noble del norte y su esposa, el ave de rapiña… Y vivieron felices para siempre.
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Extras
Volumen 04
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CAPÍTULO EXTRA 01
% UN AGRADABLE PICNIC ~LUCA SALONEN ESKOLA~
Nota: esto sucede dos años después de casarse con Miruporon. El día de hoy mi suegra dijo que toda la familia debería salir y tener un picnic en la montaña. Pensé que pasaríamos la mañana relajándonos, ya que todos teníamos el día libre, pero una vez más mi suegro se encontraba al lado de mi cama invitándome a cazar. … Ya lo he dicho cientos de veces, pero desde el verano hasta el otoño está prohibido cazar. Aun cuando dije eso, mi suegro no entendió. Sin embargo, tal parece que sí sabía que estaba prohibido cazar en esta época. Por consiguiente, iremos al bosque para cazar osos, pues está permitido hacerlo durante todo el año. Ya hablando en serio, nos enfocamos en recolectar hongos durante la mañana. Mi suegro caza al menos un oso a la semana. Además, también atrapa una gran cantidad de pescado todos los días. Lo más sorprendente es que lo hace zambulléndose. Recuerdo que en una ocasión se quejó porque no atrapó a uno grande, aun cuando tenía muchos. Fue una cantidad exorbitante para nosotros solos, así que tuvimos que compartir el resto con los vecinos. Mientras recolectaba hongos que todavía tenían el rocío de la mañana, mi suegro regresó con un panal. Las abejas no se veían por ningún lado. Pero ahora que lo veía bien, parecía un oso que acaba de conseguir un gran panal. … Mejor dicho, ¿no es muy temprano para estar luchando contra la naturaleza? Cuando regresamos, mi suegra salió a recibirnos con una expresión de dicha por nuestra recolección. —Vaya, miel abeja, feliz. —… Como de costumbre, mi suegra no dominaba bien el idioma. Bueno, al menos le va mejor que a mi suegro, el cual rara vez habla. A pesar de eso, descubrí que es bastante fácil adivinar lo que mi suegro estaba pensando. Tras ver la reacción de mi suegra, las comisuras de los labios de mi suegro se curvaron hacia arriba muy ligeramente. Las - 128 -
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personas que no conviven mucho con él no lograrían notar los cambios en su expresión. Al principio yo tampoco lo hacía. Sin embargo, al pasar todos los días con él, fui capaz de leer sus emociones a través de sus expresiones. Habiendo dicho eso, todavía hay cosas que no logro comprender del padre de mi esposa. —Bienvenido, Luca. —Sí. Miruporon que estaba desayunando, se asomó. Aunque seguía siendo muy temprano, ella se pegó a mí, así que la empujé para alejarla. Me pregunto si no se avergüenza de que sus padres estén cerca. —Pero, ¿mamá y papá siempre están juntos? —¡Ahora que lo mencionas, tienes razón! Mis suegros son muy íntimos. No es que estuvieran coqueteando entre ellos, pero siempre estaban juntos dentro de la casa. Qué envidia. Cuando hay otras personas cerca, no logro tranquilizarme y actúo como lo hice antes. Además, no quería comportarme de esa forma durante el día. —Entiendo. Lo soportaré hasta la noche —dijo Miruporon con una mirada abatida. —¡! ¿Por qué tiene que ser tan linda desde la mañana? Miré el rostro tosco de mi suegro para calmarme. El desayuno consistió de pan frito y sopa de oso. No eran platillos típicos de aquí, sino de su tierra natal. El pan frito era plano como un disco, con el exterior crujiente pero suave por dentro. Era lo bastante salado para saber bien con la carne. La sopa de oso era roja gracias al tomate que llevaba, pero eso no era todo. También tenía una especia llamada “chile”, el cual sabía muy picante. La primera vez que lo probé, me sorprendí mucho. Me enchilé tanto que lloré. A pesar de eso, con el tiempo uno se vuelve adicto a él. Mi suegra consiguió el chile del extranjero, los planta durante el verano y los cosecha a principios de otoño. Gracias a que reciben una gran cantidad de luz durante las noches blancas, son mucho más picosos que el chile común. Las noches blancas son increíbles. El pan frito sabía bien con la sopa picante. La carne de oso que había dentro estaba sorprendentemente suave y deliciosa. Cuando casi terminaba de comer, tenía sudor sobre mi frente. Miruporon lo limpió como si fuera lo más normal del mundo. - 129 -
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Luego de que mi estómago descansara un poco, me preparé para salir. Mientras forcejeaba para atar mi cabello, Miruporon se acercó con un peine y dijo que ella quería hacerlo. —Trénzalo bien. —¡Pero, trenzas flojas, son, más lindas, en definitiva! —¡¿Qué estás diciendo, no seas estúpida?! Le dije que no podía, pero a final de cuentas mis trenzas quedaron más flojas que de costumbre. Además, el flequillo que usualmente peino hacia atrás, se encontraba arbitrariamente descansando por un lado, incluso usó un adorno para sujetarlo. —¡Ves, es lindo! —… Ya que tengo que complacer a mi familia de vez en cuando, lo dejaré pasar por hoy. Miruporon estaba usando la ropa extranjera que exponía mucha piel y un chal Sami para mujer, también tenía un broche de plata sobre su pecho como accesorio. Ahora que la veo bien, incluso la pluma que tenía era de un color diferente a la de costumbre. Mis suegros también parecían estar listos. Mi suegro tenía los brazos cruzados en su estado semi desnudo. En cuanto a mi suegra iba vestida de la misma forma que Miruporon, usando un chal sobre su ropa tradicional. Cuando me vio, los ojos de mi suegra brillaron. —¡Luca! Lindo, lindo, te ves bien. Maravilloso. ¡¿Qué quieres decir con «Lindo, lindo»?! ¡Hasta mi suegro estaba sonriendo sutilmente! —Hey, ¿no tienes que poner lindo a mi suegro también? —Mamá ya hizo lindo a papá. —… Planeaba darle la misma mirada, pero tal parece que ya habían puesto lindo a mi suegro. Lo examiné, pero seguía siendo el mismo suegro perfecto y semi desnudo de siempre. … Esta gente, ¿acaso no entiende lo que significa lindo? Tanto los padres como su hija me estaban observando, así que les dije que deberíamos marcharnos de una vez. ❄❄❄
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Tenía la impresión de que un picnic era algo que las personas hacían para dar paseos relajantes y disfrutar de la naturaleza. —… ¡Están caminando muy rápido! ¡¿Esto es un entrenamiento o qué?!
Con mi suegro a la cabeza, comenzamos a subir una montaña. Además, me dejaron atrás. Tienen una increíble fuerza en las piernas. Los seguí mientras sudaba a raudales. Por fin llegamos a la cima de la montaña. —¡¿Por qué fuimos a una montaña?! ¡Los picnic normales se hacen a la orilla de los lagos o ríos, en lugares relajantes! —grité mientras lanzaba al aire una vara que encontré mientras subíamos. Mi voz hizo eco y regresó a mí, eso solo provocó que me sintiera más vacío. Ellos no se veían para nada cansados. ¿Exactamente qué tipo de estructura ósea tienen? —Cima de la montaña, vista linda —dijo Miruporon muy feliz. —¡¿Uh?! ¡Yo solo veo bosque, bosque, bosque, bosque, lago y más bosque! —También verse la aldea. —¡Y eso qué! Me quedé sin aliento luego de hablar con Miruporon, así que colapsé en el acto. —Luca, comida, hora del almuerzo. —… Me jaló del brazo, así que decidí dirigirme donde mis suegros estaban sentados. El almuerzo lo había preparado mi suegra con mucha energía desde la mañana. Había cuatro cajas de almuerzos sobre la manta. —Luca, come mucho. —… Claro… Mi suegra sirvió comida sobre el plato. El almuerzo se conformó de carne de oso con vegetales fritos sobre un pan horneado de harina de maíz, brochetas de carne de oso, frijoles cocidos con carne de oso, albóndigas de oso... Sin duda era un espléndido festín de carne de oso. A pesar de eso, tras muchos años de experiencia cocinando, la comida de mi suegra era grandiosa. Aun cuando me sentía exhausto, pude comer muy bien. - 131 -
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Luego de eso, pasé el tiempo observando a la nada. Me pregunto si mi suegro habrá ido a algún lado para hacer del baño. Hace tiempo que no lo veo. Pero, aun si eso fuera cierto, ya tardó bastante. —¡¿Uuuuuuh?! Debido a un inesperado giro de los acontecimientos, hasta Miruporon y mi suegra se sorprendieron. Mi suegro había regresado con un oso sobre la espalda. Aparentemente lo estranguló hasta matarlo porque lo había atacado mientras estaba haciendo del baño. —¡¡No-no-no, es imposible!! Aunque grité eso, no cabía duda, mi suegro llevaba un oso sobre la espalda. Mejor dicho, ¿acaso planea bajar la montaña mientras carga eso? Fui incapaz de preguntarle porque estaba aterrado. Mi suegro descendió la montaña sin problemas, aun cuando cargaba un oso en la espalda. Aun después de eso, seguía teniendo la suficiente energía para destriparlo. Lo seguí al desolladero para ayudarlo, pero cuando me senté para descansar un poco, ya no pude volver a pararme. Terminé mirando a mi suegro con una expresión vacía mientras él trabajaba. Y así es como la familia Rango pasa sus días libres. ¡Mejor dicho, el cuerpo no descansó ni un momento! No pude evitar replicar eso.
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CAPÍTULO EXTRA 02
% INFORME DE ACTIVIDADES ~ARNO SALONEN REVONTULET~
Nota: esto sucede una década y un par de años después del arco principal. Las mañanas en la aldea remota comienzan desde el amanecer. Limpié la casa de los perros, así como el establo de los renos y los alimenté. Revisé cuánta leña nos quedaba, ya que nos hacía falta, partí un poco usando un hacha. Mientras estaba trabajando, alguien se acercó por detrás de mí y me habló. —A desayunar, Oniichan~ La persona que me sorprendió por la espalda era mi hermanita, Verónica, que era dos años menor que yo. Ya que no me di cuenta en qué momento llegó, me asusté. —¿Eso es todo? —Verás~ Al parecer tenía un pequeño problema, había fracasado en su tarea de levantar a mi hermanito, Ulrich. Probablemente se encerró en el estudio del abuelo y se desveló toda la noche, de nuevo. En lugar de ir al comedor, en cuanto entré a la casa, me dirigí a la habitación de Ulrich. Se encontraba hecho bolita bajo su manta, así que se la quité y lo sacudí con fuerza para despertarlo. —¡Despierta de una vez, Ulrich! —Cinco minutos más~ Al igual que nuestro padre, Ulrich es débil por las mañanas y le cuesta trabajo levantarse. Pese a eso, la pelea contra un Ulrich semi consciente se resuelve fácilmente si le quitas la almohada. —Lávate la cara y baja al comedor. —… Está bien…
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Llevé a Ulrich hacia el lavabo y le di el polvo amargo para lavarnos los dientes, la abuela lo preparaba especialmente. Con esto debería despertar. Creí que ya no tendría problemas por ahora, pero escuché un fuerte golpe de una habitación cercana. —¡¿Krimhilde?! El estruendo provino de la habitación de mi hermana Krimhilde. Tuve un mal presentimiento, pero no podía pretender no haberlo escuchado, así que fui allí. —¡Voy a entrar, Rim! Como era la habitación de una dama, toqué antes de entrar. Aunque apenas tenía siete años, seguía siendo una dama. —¡W-waa! Buenos días, Oniichan~. Otra vez madrugaste~… —… Vi el encaje de la cortina rota y a mi hermanita acostada sobre un cojín como si hubiera aterrizado con gracia sobre él. —¡Hey, ¿cómo sucedió esto?! —Pues~ me colgué de la cortina jugando. —¡Eres una idiota! A pesar de que Krimhilde era una chica, era la más enérgica y traviesa de mis hermanos. Exactamente que acaba de pasar, agonicé pensando sobre eso. Encima de eso, Ulrich y Krimhilde son gemelos, pero sus personalidades son extrañamente opuestas. —¡Necesito que me hagas un favor, Oniichan! —¡Me rehúso! —¡Eh, im-imposible, estás bromeando, ¿cierto?! —Tendrás que disculparte esta vez. —¡No~! Por favor dime que es una broma~~ Antes de esto, trepó a un árbol y rompió su falda. Cuando pensó que sería regañada duramente por nuestra madre, comenzó a llorar mucho; tenía tela del mismo color así que la arreglé en secreto. Sin embargo, no tengo la confianza de hacer productos con encaje, así que me negaré esta vez. —Qué cruel~ - 134 -
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—No es cruel. Cavaste tu propia tumba. —Aun así~ no tienes que decir eso con una cara tan aterradora~ —¡Mi cara es congénita! A este ritmo, mi hermanita seguirá lloriqueando. Levanté a Krimhilde y la cargué hasta donde estaba nuestra madre. Como había estado dando vueltas en el piso, tuve que comprobar que no tuviera ningún raspón. Una vez que transporté a mi hermanita hasta nuestra madre, finalmente pude ir al comedor. —Buenos días, Arno. —Buenos días, papá. Nuestro padre se levantó y se acercó a mí con los ojos somnolientos, luego me dio un beso en la mejilla. Así saluda todos los días, pero últimamente se ha vuelto un poco vergonzoso. Pero, si lo rechazo, padre hace una expresión triste, así que lo acepto sin decir nada. Poco después, toda la familia entró al comedor. Madre llegó hasta el final junto con mi hermano más joven, Erenfried, y Krimhilde, quien se encontraba todavía llorando. Tal parece que mi hermanita fue reprendida duramente. Necesita contenerse un poco cuando juega, de lo contrario podría salir gravemente herida. Además, era una chica, así que me gustaría que actuara con un poco más de tranquilidad. Una vez que todos estuvimos reunidos, Miruporon nos sirvió sopa en nuestros platos, se trataba de sopa de repollo y carne de reno. Me gusta por igual el repollo encurtido que hacían en verano y la sopa especial que dejaban hervir por mucho tiempo. Coloqué un arenque salteado encima de una rebanada delgada de pan de centeno, luego le di un mordisco. El sabor refrescante de la hierba con el agrio del pescado iba bien con el pan. Cuando nos terminamos los platos de sopa, Miruporon se los llevó, así que agaché ligeramente la cabeza a modo de agradecimiento. —¿Realmente estás bien, Miru-chan~? —dijo la abuela mientras veía preocupada a Miruporon. —Sí, ya me recuperé. —Ya veo. Pero cuídate. —Gracias. Miruporon dio a luz hace un par de meses, pero regresó a trabajar hace unos días. Aun cuando la veíamos trabajar con mucha energía, todos estábamos preocupados. Por - 135 -
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lo visto, Ruruporon estaba cuidando al bebé. Teoporon parecía muy emocionado y deseaba criar al niño como un guerrero o algo así. Lo curioso es que el esposo de Miruporon por lo general era muy enérgico, pero se vuelve muy tímido en su casa. No sé si debería sentir lástima o reírme de él. Luego de desayunar, todos fueron a trabajar en sus tareas individuales. La abuela haría la limpieza de la casa junto con Miruporon, mientras que Verónica, Ulrich y Krimhilde estudiarían con el abuelo. Yo saldría a cazar con nuestra madre. Mientras que nuestro padre cuidaría la casa con Erenfried. Bueno, aunque dije que cuidarían la casa, también tenían otra tarea que hacer. —¡Aquí voy~! Erenfried arrojó una soga con un aro en un extremo hacia la rama de un árbol que había sido tallado con la forma de la cornamenta de un reno. Es lo primero que se le enseña a un niño de la aldea. Si no puede realizar esta tarea bien, controlar a un reno será difícil, así que se trata de una técnica importante. Lo más sorprendente de todo esto es nuestro padre. —¡Eren! ¡No serás capaz de alcanzar la cornamenta del reno de esa forma! ¡Lanza la cuerda con más fuerza! —¡Uuuugh! ¡Ey~! Nuestro padre por lo general es suavecito, pero cuando enseña se vuelve estricto. Es despiadado incluso con Erenfried, quien tan solo tiene tres años, y que además suele mimar en exceso. Pensé que el mimado de Erenfried gritaría «¡Papá da miedo!» o algo así cuando comenzó a entrenar, pero a pesar de las lágrimas, todos los días se esforzaba. Si lo hace bien, será elogiado por nuestro padre, madre, o los abuelos, así que lo está haciendo seriamente. Mientras observaba la clase apasionada de mi padre y hermano menor, madre se acercó con los perros y pistolas. Nos marchamos conforme los dos vigilantes se despedían de nosotros. De camino, mi madre dijo que tenía que ir a la tienda, así que la espere afuera. Mientras lo hacía, vi que la puerta de la tienda que se encontraba diagonalmente frente a mí se abrió. La persona que salió fue una chica tres años menor que yo. Se trataba de Airi, la hija de Aina-san, quien administraba una sastrería y tienda de accesorios. Los perros se emocionaron y trataron de acercarse a Airi, así que los tranquilicé en silencio. Aunque a Airi no le gustan los perros, siguió acercándose con una expresión contrariada. - 136 -
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—Lo siento. ¿Estás bien? —S-sí. —… ¿?... —… Creí que tenía algo que decirme, pero Airi solo se movió inquieta y no dijo nada. —¿Ayudarás en la tienda hoy? —Eso no te incumbe. —Entiendo. Como de costumbre, Airi no es muy honesta. De acuerdo a su madre, se trata de una enfermedad que se cura con el paso del tiempo, así que me pidió que la tratara con paciencia. Bueno, es linda comparada con mis hermanas o hermanos. Después, antes de marcharse, me entregó silenciosamente una bolsa de papel. Podía oler algo dulce adentro. —Airi, esto es… ¡Ah! Cuando estaba a punto de agradecerle, Airi ya había salido corriendo. Antes me regañaron cuando fui tras ella, así que solo vi cómo se marchaba en silencio. Supongo que lo mejor será escribirle una carta y dejarla sobre la ventana de su habitación como siempre lo hago. Al cabo de un rato, mi madre salió de la tienda. —Lamento haberte hecho esperar, Arno. Vámonos. Cuando miré al cielo, los rayos de sol resplandecían sobre las planicies nevadas. Hasta que lleguen las noches polares y el sol no salga, tenemos que conseguir alimento de los bosques. Durante esta época es muy importante cazar. Hace un tiempo, mi padre dijo que yo me encargaría de cazar este año, eso me hizo realmente feliz. Y ahí mismo decidí que cazaría lo suficiente para que el estómago de mi familia quedara satisfecho. De esa forma, la vida de caza de mi familia y la mía continúo.
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CAPÍTULO EXTRA 03
% LA ALEGRÍA DEL ABUELO ~ADALBERT VON LÜNEBURG~
El día de hoy mi nieto, su esposa y mis bisnietos vendrán de visita. No tengo las palabras adecuadas para describir lo mucho que había estado esperando este día. Mi nieto más joven, Ritzhard, ya era padre. Aunque ya había conocido a sus otros hijos, sería la primera vez que vería al hijo menor, Erenfried. Me preocupa que pueda darle miedo. En cuanto a la piel de oso, en una ocasión hice llorar a Ulrich, así que ahora la tengo guardada como decoración en mi habitación. Había comprado muchos libros nuevos para Verónica en preparación para este día. Me pregunto si le gustaran. También estoy preocupado por Krimhilde, espero que ahora sea más tranquila. En serio, esa niña es una salvaje, ¿de dónde lo habrá sacado? Arno me enviaba cartas todos los meses. Considerando su firme redacción, ha crecido bien, estoy feliz por eso. El mayordomo anunció la llegada de la familia de mi nieto. Quería salir a la puerta principal y recibirlos, pero me contuve pacientemente. Mientras los esperaba en el sofá que había ordenado especialmente para ocho personas, escuché que tocaron con fuerza a la puerta. —Pasen—¡¡Bisabuelo!! Al mismo tiempo que la puerta se abrió, Krimhilde salió disparada como una bala hacia mí. Pude atraparla de alguna forma y solté un suspiro de alivio. ¡En serio, ¿acaso tratas de matarme?! O eso pensaba gritar, pero… —¡Tenía muchas, muchas ganas de verte, bisabuelo! Al escuchar eso, la queja quedó atascada en mi garganta. Detrás de Krimhilde, mis otros bisnietos entraron. —Ha pasado un tiempo, bisabuelo.
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—Sí, estás en lo cierto. Ah, eso me recuerda. Verónica, hace tiempo pensé en leer algo, así que compré docenas de libros, puedes echar un vistazo más tarde a la biblioteca. —Des-desde luego, lo espero con ansías. Verónica tenía una sonrisa tenue, pero en el instante en que hablé sobre los libros, sonrió como una flor en plena primavera. —Tiempo sin vernos, bisabuelo. —Oh, Arno. Arno entró con Ulrich de la mano. Ha crecido bastante. Todavía tiene ese rostro galante, idéntico al de su madre. El despreocupado de Ulrich me abrazó sin decir una palabra, así que le regresé el abrazo también sin decir nada. —Rim, deja que me siente sobre las piernas del bisabuelo. —¡Ni lo sueñes! —¡Los dos, dejen de pelear! Y bájense de las piernas del bisabuelo, podrían lastimarlo. —¡Por qué! ¡Arno-oniichan eres como una cuñada! —¡¿Qué?! ¡¿Quién te enseñó esas cosas, Rim?! Mis bisnietos comenzaron a pelar por mí. Ser popular sí que es un problema. Perfecto, sigan así. —¡Uwa, ya todos están alrededor del abuelo! Finalmente, mi nieto, su esposa y Erenfried entraron. —¡Ah, cuánto tiempo sin vernos, abuelo! —Sí. —Me alegro verlo con buena salud, consuegro. —Lo mismo digo. Han pasado tres años desde la última vez que los vi, pero parece que esta pareja se sigue llevando de maravilla. —Y bien, quiero conocer a Erenfried. —Claro~. Su hijo más chico, a quien Ritzhard abrazaba, me estaba mirando con interés. —Es la primera vez que nos vemos, Erenfried. - 139 -
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—Sí… ¡Encantado de conocerlo! —Eren, él es tu bisabuelo. —¿Bi-sa-buelo? —Así es. Es el papá de tu abuelo. Cuando le extendí mi mano, me dio un apretón de manos. El hijo menor es un niño sorpresivamente amistoso, al igual que su padre. Aun cuando era la primera vez que nos conocíamos, se relajó y me dejó que lo abrazara. —Sieglinde. —Dígame. —Ven aquí. Cuando le hice un gesto con la mano, se acercó con movimientos ligeros y se agachó apoyando una rodilla sobre el suelo. —Buen trabajo. Tuviste cinco niños, eres asombrosa. Siempre estaré orgulloso de ti. —Muchísimas gracias. Antes de entregarle a Erenfried a Sieglinde, la abracé suavemente. —Ritzhard. —¡Sí! Solo dije su nombre, pero rápidamente se acercó aquí y se sentó frente a mí. —¡¿Eres un monstruo?! —¿Disculpa? Pensé que él era el único que seguía viéndose joven, pero ahora que lo miraba de cerca, sí tenía un par de arrugas debajo de los ojos. Cuando sonrió, sus arrugas se profundizaron. Ritzhard también estaba envejeciendo apropiadamente. Por alguna razón me sentí aliviado por eso. —… Planeaba decir algo, pero las palabras simplemente no salían. Sentí que mis emociones empezaban a salir a la superficie, así que cubrí mi rostro con la mano. —Abuelo. —… —Por un tiempo, todos viviremos aquí. - 140 -
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—… Ritzhard abrazó el cuerpo de este anciano y me dio palmaditas en la espalda. —Le dejé todo el trabajo a papá. —Eh, aaah, con qué fue así. Eso es, muy, divertido. No cabe duda de que me he vuelto inútil con la edad. Pensar que llegaría el día en que sería consolado por mi nieto. Por un tiempo, esta mansión tranquila volverá a ser ruidosa. Había muchas cosas que quería hacer, así que estaré ocupado otra vez. Pero, de nueva cuenta me prepararé con gran entusiasmo.
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PALABRAS DEL AUTOR
% “La vida de caza en el país de la nieve del noble del norte y su esposa, el ave de rapiña” ha finalizado. ¡¿Cuántos capítulos finales has escrito?! Es lo que muchos pueden estar pensando, pero realmente este es el último. Esta historia se convirtió en la más larga de todas mis obras. Esta historia recibió un premio en el Tercer Concurso de Novelas Elysium, incluso fue publicado físicamente. Nunca sabes lo que te sucederá en la vida, recuerdo que pensé eso en aquel entonces. Me siento muy agradecida con la persona encargada del diseño y las ilustraciones, Akaneko-sensei. No hay palabras de agradecimiento que sean suficientes. Además, creo que trabajar con un editor afectó mucho mi obra. Solo unos cuantos consejos lograron evolucionar en una historia. Recibí mucha ayuda. La penúltima línea del capítulo final de la historia principal: “Cazar, recolectar y comer. Eso es todo lo que hay, pero son días encantadores”. Esa frase fue gracias a mi editor. En el instante en que la vi, me gustó de inmediato y pensé que capturaba la esencia de la novela. Pedí permiso y la usé para el capítulo final. Las personas con las que estoy más agradecida son principalmente ustedes, los lectores, que continúan apoyándome. Gracias a ustedes, pude seguir hasta el final e incluso conseguí que una editorial publicara la novela. Muchas gracias. Continuaré escribiendo historias que puedan disfrutar. ¡Muchísimas gracias! Para finalizar, he aquí algunas ilustraciones que Akaneko-sensei dibujó:
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TRADUCCIÓN AL INGLÉS Kudarajin TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL Clixea CORRECCIÓN Clixea EDICIÓN Clixea