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L
a alimentación es el combustible para que nuestro cuerpo pueda desarrollarse y trabajar correctamente. Una dieta basada en los tres principales componentes (carbohidratos, grasas y proteínas) garantizará un cuerpo saludable y muchos años de vida. Las grasas son el nutriente que más energía aporta al cuerpo. Ellas forman parte de las hormonas, de las paredes celulares y son indispensables para el funcionamiento del cerebro. Protegen y dan consistencia a algunos órganos, regulan las hormonas y transportan las vitaminas A, D, E y K.
Sí, debes comer grasas Por Dadniuska Aristigueta / Yuliany Cedeño
Las grasas son la principal fuente de energía para nuestro cuerpo. Su consumo diario es garantía de salud y calidad de vida
Consumirlas es fundamental. No deben eliminarse de la dieta por ningún motivo. Solo hay que conocer cuáles se deben comer, cuáles evitar, y en qué cantidad tomarlas. Tipos Grasas saturadas. Son las que se obtienen de los productos animales como el queso, la leche, la mantequilla, los embutidos y las carnes rojas. Su consumo exagerado puede elevar los niveles de colesterol, lo que podría generar infartos, accidentes cerebrovasculares y otros.
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Grasas insaturadas. Provienen de los vegetales como el aceite de oliva, el aguacate, las aceitunas y las carnes blancas. Al contrario de las grasas saturadas, estas reducen los niveles de colesterol. Las grasas insaturadas se dividen en dos grupos: 1. Monoinsaturadas. Tienen alto contenido de vitamina E, brindan protección cardiovascular, controlan las diabetes y mejoran el sistema inmunitario. 2. Poliinsaturadas. Aportan los ácidos Omega 3 y 6, importantes para reducir el colesterol y proteger la memoria, entre otros.
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