Salud
Tiroides
La glándula que regula tu vida Es pequeña y pasa inadvertida, hasta que un cambio en la rutina hace que muestre todo el poder que tiene sobre el organismo
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ay cosas que solo se recuerdan cuando andan mal. Por ejemplo, la cadena de los tiempos del vehículo, vital para que el motor encienda y se mueva, o la glándula tiroides, tan importante que controla gran cantidad de funciones del metabolismo, como la velocidad a la que se queman las calorías o el ritmo al que late el corazón.
Por Cecilia Torres
Esta glándula con forma de mariposa se sitúa en la parte delantera del cuello y controla: La respiración. El ritmo cardíaco. La digestión. El sueño. La temperatura corporal. El carácter. Los trastornos tiroideos originan complicaciones que parecieran no estar relacionadas con la glándula, como cambios drásticos en el peso, en la energía, en la digestión y en el estado de ánimo. Pendiente con alguno de estos síntomas: Súper hormonas Las hormonas segregadas por la tiroides son macromoléculas que viajan a través de la sangre, llegan 44 en forma & saludable
a todas las células, son esenciales para su desarrollo e intervienen en los procesos metabólicos y funcionales de los tejidos. Los iones de yodo y la proteína tirosina son parte de la composición química de esas hormonas, que son T1, T2, T3, T4 y TSH. La numeración se refiere a la cantidad de yodo de cada una. La hipófisis, glándula endocrina situada en la base del cerebro, produce la TSH cuya función es regular la producción hormonal de la tiroides. Si eres mujer y mayor de 60 años debes saber que los problemas de tiroides ocurren con más frecuencia con esas dos condiciones. Hiper o hipo La tiroides puede padecer trastornos en los que el sistema inmunitario ataca y destruye por error células del propio cuerpo. Por ejemplo, un problema autoinmune llamado Enfermedad
de Graves hace que la glándula se vuelva hiperactiva, mientras que la Enfermedad de Hashimoto produce una baja función de la misma. En caso de hipertiroidismo, los síntomas incluyen: Fatiga. Irritabilidad. Sudoración. Latidos cardíacos irregulares. Diarrea. Dificultad para dormir. Debilidad muscular. Pérdida de peso. Ojos abultados. Para diagnosticarlo, el médico ordena usualmente análisis de sangre que miden la tiroxina y la TSH. ¿Tratamientos? Yodo radiactivo. Medicamentos antitiroides. Betabloqueadores. Cirugía.