¿Cuándo acabará esta situación? DESCRIPCIÓN DE LA HISTORIA
Ocho de la mañana, lunes, la alarma está sonando y no quiero abrir los ojos. El fin de semana ha terminado y me siento perdida. No sé por qué una chica de 15 años se siente así. No tengo hambre, estoy nerviosa y me estoy comiendo un trozo de tarta solo porque mi madre piensa que estoy muy delgada. Prefiero estar flaca que gorda, ya que sería peor para mí. A las nueve menos cuarto, oigo a mi madre gritar porque cree que voy a llegar tarde. No sabe que lo hago a propósito. Ella cree que la razón por la que no apruebo mis exámenes es porque no estudio tanto como debería y eso no es cierto. Lo hago porque si saco buenas notas el castigo de las otras chicas sería peor. Salgo de mi casa y empiezo a caminar, hace mucho frío y ayer nevó un poco. Llego a mi colegio y voy a mi clase. Todo el mundo está allí. Hay algunas personas que me miran y eso me hace sentir muy incómoda. Intento no mirarlos. Se acaba la primera hora, los latidos de mi corazón se aceleran y me siento paralizada. Adriana, Marta, Fátima y Mónica están hablando y riéndose, espero que no estén hablando de mí. Me gustaría tener algunas amigas y hablar con ellas también. Empieza la clase de historia, me gusta esta asignatura. Mi teléfono está sonando, lo cual es extraño, ya que nadie me habla. Un mensaje de Adriana: "¿por qué te ríes, estúpida?". La miro y se ríe con sus amigas. Vienen hacia mí: "¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no contestas a nuestros mensajes? Álvaro me dijo que Raúl te mandó un mensaje el fin de semana pasado". Me siento valiente y le digo que sí... "¿Y por qué te habla a ti?". Mónica parece muy enfadada ya que le gusta mucho Raúl. "No lo sé. No he contestado a sus mensajes", le dije. "No lo hagas, ¿vale? ¿Me estás escuchando?", dijo ella. Todo el mundo se está yendo y yo estoy sola en medio del aula. Nadie sabe que estoy aquí, ni siquiera Laura, que antes era mi amiga. Quiero llorar, ¿por qué tengo que sentirme así? ¿Por qué me pasa esto? Voy al baño a lavarme la cara porque me siento débil, quizás por el hambre o por el miedo. Me rindo porque nada va a cambiar. Intento calmarme, pero me resulta imposible porque me dan mucho miedo. Salgo del baño y veo que Raúl está cerca. Tengo que reconocer que me gusta mucho. Intento evitarlo pero me ha visto. Me mira y sonríe. Camina hacia mí... "Hola, Marina", dice. "Hola Raúl" "¿Cómo estás? Te mandé un mensaje el sábado pero no me contestaste", me dijo. "Estoy bien gracias, y perdona, no me di cuenta de que me habías mandado un mensaje", contesté. Raúl sonríe mientras me mira y me dice, "oh no te preocupes, sólo quería saber si tenías planes para el fin de semana".
