PALABRAS DE ANA MARIA VALENCIA
fLoReCeR
MEDITACIÓN PARA RESPIRAR AL ALMA
Llega la primavera. Nos encanta poder disfrutar de la belleza natural de las flores y comenzar a ver los árboles coloridos: su infinidad de formas, colores y hasta perfumes. Seamos como la naturaleza, que tiene sus ciclos, sus etapas y se deja llevar por ellos. Seamos como la naturaleza, que no se cuestiona todo lo que le sucede, no juzga todo lo que pasa a su alrededor, no se compara con otros árboles, arbustos o flores, ni pretende estar en una época del año diferente a la presente. Seamos como la naturaleza, que se deja llevar y se permite ser con todo su entorno. La invitación en esta etapa del año, es a permitirnos florecer. Sí, nosotros también podemos florecer. Podemos estar en armonía y alineación con toda esa belleza que vemos afuera en primavera, esa cantidad de colores y alegría. Si te parece bella la primavera, mucha más belleza encontrarás en ti, si te permites florecer. Deja que tu alma manifieste lo que es. Despoja tu alma de muchas de esas cosas que le atribuyes, de acuerdo a lo que consideras que debe ser. Pensamos al alma sobre cosas impuestas en nuestra infancia o personalidad, por la cultura en
que crecimos, el entorno en que vivimos y creencias, pensamientos o atributos que permanecen en nuestra mente con una idea de identidad. Pensamos al alma en cuanto a esas cosas que se repiten una y otra vez y así, van creando lo que consideras que eres. Permitirte florecer implica en gran parte dejar de pensar quién eres y comenzar a sentir quién eres. En ese sentir, podrás encontrar la verdad. Deja que lleguen esos sentimientos que vibran en tu interior. No importa cómo sean, no los califiques de buenos o malos, solo déjalos ser… reconócelos. Y así poco a poco, comienza tu propio proceso de florecimiento. Observa cómo las flores se van abriendo en una armonía natural desde su interior. Observa cómo forman mandalas en su propia figura y cómo unas persiguen la luz del sol mientras otras duermen en la noche. Sé tú tan natural como ellas, siente tu propia naturaleza de ser y danza con la vida, con sus ciclos. No importa si eres hombre o mujer, esto no es cuestión de género, es cuestión de adentrar en tu alma y conocerla para dejar que brille por sí sola, en su presencia manifiesta.
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