Opinión
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CONEJO AL ACUERDO
María del Rosario Guerra Senadora de la República Centro Democrático
“Las armas que no entregaron es muy posible que las hoy mal llamadas disidencias de las Farc las estén usando para sus actividades delictivas”.
I
mpunidad e incumplimiento, en esas dos palabras resumo el resultado de lo pactado en el acuerdo que Juan Manuel Santos firmó con las Farc, el primero de diciembre de 2016. Han pasado tres años, y a la fecha, ni una de las más de dos millones de víctimas de las FARC ha sido reparada con dineros de ese grupo. Y eso que el centro del acuerdo se suponía era resarcir a las víctimas, aquellas que vivieron en carne propia los deleznables actos de terror, muchos incluso catalogados como crímenes de lesa humanidad, como el secuestro, reclutamiento de menores, vejámenes sexuales, actos terroristas, entre otros. El primer conejo está en los bienes. En ese punto, las Farc ofrecieron entregar bienes por $964 mil millones, de los cuales $542 mil millones correspondían a tierras, oro y semovientes, que permiten su monetización. Sin embargo, la Fiscalía General de la Nación, por su lado, registra 1.837 bienes de las Farc sujetos a extinción de dominio por valor de $2.5 billones. Claramente, no sólo lo reportado por las Farc es muy inferior a lo identificado por la Fiscalía, sino que, además, el 73% de los bienes que ellos informaron no han podido ser ubicados porque las coordenadas no coinciden o no existen; por lo tanto, tampoco han sido monetizados para reparar a las víctimas. Otra falacia plasmada en el papel. Otro de los puntos que a simple vista también se pasaron por la faja fue el de la entrega de armas. Tampoco fueron entregadas en su totalidad, sólo se recibieron 8.994. Pero el gobierno Santos habló de 14 mil armas, incluidos 11 mil fusiles, pero sólo entregaron 6.177 fusiles, 1.817 pistolas, 12 lanzacohetes, 6 escopetas, 268 morteros y 274 ametralladoras, entre otras. El resto de las armas que no entregaron es muy posible que las hoy mal llamadas disidencias de las Farc las estén usando para sus actividades delictivas, como muchos de los bienes que no se entregaron.