3.
I.
Articulaciones de los códigos visuales
Figuras, signos, semas
I.1. Es un error creer: a) que todo acto de comunicación se funda en una «lengua» afín a los códigos del lenguaje verbal; b) que toda lengua debe tener dos articulaciones fijas. Es mucho más productivo subscribir: a) que todo acto comunicativo se funda en un código; b) que todo código no tiene necesariamente dos articulaciones fijas (que no sean dos y que no sean fijas). En una investigación sobre este tema, Luis Prieto [1966] recuerda que la segunda articulación está a nivel de los elementos que no constituyen factores del significado denotado por los elementos de primera articulación, y que solamente tienen valor diferencial (de posición y de oposición); y decide llamarlos figuras (dado que, una vez abandonado el modelo de la lengua verbal, ya no se pueden llamar fonemas); en cambio, los elementos de primera articulación (equivalentes a los monemas) serán los signos (que denotan o connotan un significado). Prieto decide llamar sema a un signo particular cuyo significado corresponde no a un signo, sino a un enunciado de la lengua. Por ejemplo, la señal de dirección prohibida, si aparece únicamente como un signo visual dotado de un solo significado, no puede ser relacionado con un signo verbal equivalente sino con un enunciado equivalente («dirección prohibida», o bien «prohibido pasar por esta calle en esta dirección»). La silueta más esquemática de caballo no corresponde solamente al signo verbal «caballo» sino también a toda una serie de enunciados posibles como «caballo de pie y de perfil», «caballo con cuatro patas», «aquí hay un caballo», «esto es un caballo», etc.
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