Planteadas estas diferencias, nos resultarán más claras las objeciones que Lévi-Strauss formula al pensamiento serial y —desde su punto de vista— con cierta razón. II.
La crítica de Lévi-Strauss al arte contemporáneo
II.1. El razonamiento de Lévi-Strauss [1964, págs. 38-44] se inicia con una comparación entre pintura y lenguaje verbal: “La pintura merece llamarse lenguaje solamente en la medida en que como cualquier lenguaje, se compone de un código especial cuyos términos se generan por combinación de unidades menos numerosas y también dependientes de un código más general”. Pero “en el lenguaje articulado el primer código no significante es medio y condición de significación para el segundo código, de manera que la misma significación está aislada en un solo plano. La dualidad se restablece en la poesía, que recoge el valor significante virtual del primer código para integrarlo en el segundo. En realidad, la poesía actúa sobre la significación intelectual de las palabras y de las construcciones sintácticas y a la vez sobre las propiedades estéticas, términos en potencia de otro sistema que refuerza, modifica o contradice esta significación. Lo mismo sucede con la pintura, en la que las oposiciones de formas y colores se recogen como rasgos distintivos que dependen a la vez de otros sistemas: el de las significaciones intelectuales, heredadas de la experiencia común, resultante de la articulación y de la organización de la experiencia sensible en objetos; y el de los valores plásticos, que se convierte en significado sólo a condición de modular el otro y de integrarse en él... Se comprende así por qué la pintura abstracta y en general todas las escuelas que se proclaman “no figurativas” pierden el poder de significar: porque renuncian al primer nivel de articulación y pretenden contentarse con el segundo para subsistir”.
Desarrollando esta objeción (que ya estaba presente en los Entretiens, y también en otro texto estructuralista sobre la música serial, un ensayo de Nicolás Ruwet [1959] contra Henri Pousseur), Lévi-Strauss se detiene en algunas afirmaciones bastante sutiles. También la pintura china parece reposar sobre formas que valen como elementos puramente sensibles de segunda articulación (hechos plásticos, de la misma manera que los fonemas se hacen auditivos al estar desprovistos de significado); pero en la pintura caligráfica china las unidades aparentemente de segunda articulación reposan en una articulación preexistente, la de un sistema de signos dotados de
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