Volumen 04
Emoto Mashimesa / Akaneko
CAPÍTULO 04
% EMMERICH Y LAS GATITAS TEMPERAMENTALES –PARTE 2-
Nos tomó cerca de seis horas en carruaje llegar a la villa de mi tío. Fue un viaje bastante largo. Había enviado el equipaje de antemano, por lo que solo traíamos con nosotros pequeñas bolsas con nuestra comida, así como una canasta para nuestra nueva integrante de la familia: Rossa, la gatita. Había llegado la hora de abordar el carruaje. Tras confirmar el destino con el conductor, subimos. Por fuera de la ventana se podían ver vehículos de vapor pasando. Últimamente parece que hay más y más de ellos. En cambio, los caminos para los carruajes se estaban volviendo más escasos. Mientras presenciaba esos cambios de era, dejé atrás la ciudad en la que crecí. Los carruajes estaban muy solicitados, pero de alguna forma conseguimos asegurar asientos en el último. Aina-chan se sentó en el rincón mientras que yo me senté a un lado de ella. Los hombres en el interior del carruaje veían de reojo a Aina-chan. Después de todo, su inmaculado cabello plateado y claros ojos azules eran inusuales. Quería gritarles que dejarán de mirarla. Sin embargo, Aina-chan no les dio importancia a esas miradas insolentes y se concentró únicamente en la gatita que asomaba su cabeza por la canasta. En un pueblo que quedaba de paso, nos detuvimos cerca de media hora. Había un parque cerca, así que decidimos almorzar allí. Luego me di cuenta que no había mantas para sentarnos, por lo que coloqué mi abrigo en el suelo para que ella se sentara sobre él. —¿Por qué me tengo que sentar sobre tu ropa? —Pero si no lo haces, tu falda podría ensuciarse. Cuando insistí, Aina-chan entrecerró los ojos como si me fulminara con la mirada y tomó asiento. Rossa, todavía dentro de la canasta, estaba sobre su regazo. La gatita comió del pescado que trajimos para almorzar. —El almuerzo… puedes empezar a comer. —Ah, sí.
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