Volumen 04
Emoto Mashimesa / Akaneko
CAPÍTULO 10
% ¡EL PRIMER DÍA DE NUESTRA VIDA EN LAS TIERRAS REMOTAS!
Era por la mañana y hoy, una vez más, fui despertado por los vigorosos golpeteos de Rossa-san. Mientras maullaba, me demandaba que preparara la comida. Aina-chan, quién debería haber estado durmiendo junto a mí, ya se había levantado. Mientras me incorporaba, me sentí decepcionado por no haber podido apreciar su rostro durmiente. Rossa, que era sensible al frío, se acurrucó en el lugar donde había estado durmiendo. Conforme veía eso, me cambié lentamente de ropa. Avivé el fuego con un atizador y luego salí de la habitación. Rossa también me siguió. Me dirigí al baño, saqué algo de agua y lavé mi rostro. Asimismo me cepillé los dientes. El agua estaba tan fría que hizo que todo mi cuerpo temblara. Entonces, esta era la temperatura normal del agua en las tierras remotas… Luego de que Rossa-san usará su ataque maullido, me disculpé y le pedí que esperara un poco más. Ya estaba encendida la chimenea de la sala estar. Coloqué un poco de la comida preservada de Aina-chan del estante en un plato. Todavía seguía sirviendo, cuando Rossa-san asomó su cabeza por debajo de mi brazo y comenzó a comer. Dejé el plato en el suelo y me fui para no molestarla. Desde la cocina podía oler el agradable aroma del desayuno esparciéndose. Eché un vistazo y le pregunté si podía ayudarla, pero Aina-chan me prohibió la entrada. Sobre el centro de la mesa había una canasta de pan, así como sopa, tocino asado y un frasco de mermelada. Era la imagen de una mañana feliz. —Ah, el día de hoy Ritz-oniicha- quiero decir… el Lord vendrá. —E-eeh~ Así que Aina-chan llama a Ritz-kun como «Oniichan». Cuando me imaginé a las dos hadas de la nieve jugando juntas, un sentimiento cálido e indescriptible me inundo. El motivo de su visita era porque Ritz-kun me contaría muchas cosas. Yo también quería hacerle varias preguntas, así que me sentí agradecido. Si no mal recuerdo, nos pusimos de acuerdo ayer mientras me registraba como un aldeano. - 58 -