Cartagena Semana Santa 2019

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Sumario

Semana Santa 2019 Cartagena

Del 12 al 21 de abril Declarada de Interés Turístico Internacional SALUDAS

• El Obispo de Cartagena............................................................................................................................................. 5 • Alcaldesa de Cartagena............................................................................................................................................ 7 • Presidente Junta de Cofradías.................................................................................................................................. 9 COFRADÍAS COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO

• El Cristo del Socorro “La grandeza de la sencillez” ................................................................................................. 12 COFRADÍA CALIFORNIA

• Saluda Hermano Mayor Californio........................................................................................................................... 21 • 75 años entre Palmas: Historia de la Procesión de Domingo de Ramos................................................................... 22 • En el 75 aniversario de la Procesión de Domingo de Ramos.................................................................................... 36 • Aportaciones de la Procesión California de Domingo de Ramos a la escenografía de la Semana Santa de Cartagena ......................................................................................................................... 38 • Imágenes para una procesión singular: La imaginería del Domingo de Ramos California ........................................ 45 COFRADÍA MARRAJA

• De los días y las horas en la Cofradía del Nazareno ............................................................................................... 53 • La Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Bien de Interés Cultural .................................................................... 54 • La Biblioteca de la Cofradía Marraja. La consolidación de un proyecto ................................................................... 56 • Estamos perdiendo el tiempo.................................................................................................................................. 60 • El origen dominico de Los marrajos ....................................................................................................................... 64 • La Soledad de los Pobres, escultura profesional de González Moreno..................................................................... 68 • Jóvenes en el presente........................................................................................................................................... 70 • Recuerdos Marrajos de 1919.................................................................................................................................. 72 • La unidad de Música del Tercio del Levante de Infantería de Marina, parte primordial de la música en nuestra Semana Santa ...................................................................................................................................... 76 • El trono del Santísimo Descendimiento de Cristo, 75 años de desfile...................................................................... 77 • La Vera Cruz de los marrajos.................................................................................................................................. 80 COFRADÍA NUESTRO PADRE JESÚS RESUCITADO

• Entrevista al nuevo Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, Ramón Perez Saura................................................................................................................................................ 84 • El sudario que marca la historia de una cofradía..................................................................................................... 87 • Formación Cofrade ................................................................................................................................................ 93

Coordinador de la Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro Maite Fernández Tornell Coordinadores de la Cofradía California: Rafael Manuel del Baño Zapata José Diego García Mercader

Edita: Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena

Coordinadores de la Cofradía Marraja: Pedro María Ferrández García. Alfonso Pagán Pérez.

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Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado: Susana Mendoza Bernal



Cartagena Semana Santa 2019 SALUDA

El Obispo de Cartagena “Vosotros sois testigos de esto” (Lc 24, 48)

Queridos hermanos cofrades: La celebración de la Semana Santa me ofrece esta oportunidad de dirigirme a vosotros con un saludo lleno de afecto y cercanía, que quisiera hacer llegar de modo particular a todos los miembros de las hermandades y cofradías de nuestra Diócesis de Cartagena y a vuestras familias, así como a todos a quienes puedan llegar estas palabras. A todos os saludo con afecto, y para todos pido a Dios su bendición. Casi al final del Evangelio de San Lucas, entre sus últimos versículos leemos éste en el que el evangelista deja escrito el encargo misionero que Cristo confía a sus Apóstoles: “Vosotros sois testigos de esto” (Lc 24,48). El momento en el que Jesús pronuncia estas palabras, ya ha pasado todo: su pasión, su muerte en la cruz y su gloriosa resurrección. Y ese mismo día de la resurrección, estando los Apóstoles reunidos, Jesús se presenta en medio de ellos. La alegría de todos es inmensa, indecible. Jesús les explica que todo tenía que suceder así. Es el misterio de la redención. Es la historia del gran amor de Dios que, en la muerte y resurrección de su Hijo, ofrece el perdón de los pecados y la vida eterna. Sí, ya ha pasado todo. Y, sin embargo, también ahora es cuando comienza todo. Comienza la maravillosa aventura de la Iglesia: hacer llegar a todas las generaciones la salvación que Cristo nos otorga. Es la aventura maravillosa de la evangelización. Pues, como bien sabemos, aquellas palabras de Jesús no iban dirigidas solamente a los Apóstoles, sino que, en ellos, van dirigidas a la Iglesia de todos los tiempos. En efecto, cada bautizado ha sido llamado por Jesús para participar en esta gozosa misión. Dicho de otro modo, el Señor nos dice también hoy a nosotros: “Vosotros sois testigos de esto”. Y vosotros, hermanos cofrades, participáis de diversas maneras en esta misión eclesial. Por un lado, en las procesiones de la Semana Santa. En ellas ofrecéis a la contemplación de todos, los principales acontecimientos del Misterio Pascual de Cristo, prolongando y mostrando públicamente en la calle lo que previamente hemos celebrado juntos en la liturgia de nuestras comunidades cristianas, de nuestras parroquias. Procesiones que en cada pueblo y en cada ciudad de nuestra región adquieren matices propios, y sé que en todos los casos lo realizáis entregando lo mejor de vosotros mismos, queriendo que todo re-

sulte lo mejor posible. Me consta, asimismo, el trabajo ingente que lleváis a cabo, en muchos casos durante todo el año, trabajo ilusionado y desinteresado que busca siempre mejorar las cosas. Y aquí está el resultado: procesiones en las que se desborda la fe, la devoción y la belleza, dignas de admiración y agradecimiento. Y, por mi parte, os lo agradezco sinceramente. Procesiones que, con su carácter penitencial y de testimonio público de la fe en nuestro Señor Jesucristo, fortalecen la fe de tantos hermanos, y en no pocos casos la suscitan, cuando en ocasiones estaba un tanto debilitada u olvidada. Si bien, y por otro lado, también preparáis la Semana Santa viviendo intensamente el tiempo previo de la santa Cuaresma. Durante estas semanas tienen lugar celebraciones litúrgicas, triduos, quinarios, así como la celebración del Sacramento de la Penitencia, el piadoso ejercicio del Vía Crucis, y otros tantos momentos de oración y meditación. Se participa así en la común llamada a la conversión, a la que, sin duda, nos ayuda vivir con sinceridad, personal y comunitariamente, el ayuno, la oración y la limosna, con una actitud de mayor escucha y acogida de la Palabra de Dios, que es capaz de transformar la vida. Además, el interés por una formación permanente, así como un compromiso decidido por la caridad, que se manifiesta en obras caritativas concretas, también están presentes en muchas hermandades y cofradías. Y también aquí, hermanos cofrades, participáis de la misión evangelizadora de la Iglesia. A este respecto, quiero recordar y quiero agradecer nuevamente al Santo Padre, el Papa Francisco, la exhortación que

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nos dirigía a toda la Iglesia en su Mensaje para la Cuaresma del año pasado. En él nos animaba, entre otras cosas, a no dejar paso en nosotros a “la frialdad que paraliza el corazón”, y a que, antes bien, avivemos el fuego de la caridad, el “fuego de la Pascua”, el amor de Cristo crucificado y resucitado, para salir con él al encuentro de los hermanos que sufren. Por mi parte, también he querido animar vivamente a todos “a edificar nuestro ser en el cimiento de Cristo, para aprender de Él mismo a amar de verdad, entregando la vida a los demás, sirviendo en la caridad y dándoles a conocer la alegría del don de Dios en la santidad”. Así lo he expresado en la Carta pastoral que he dirigido este año a toda la Diócesis. En ella he puesto igualmente de manifiesto la necesidad que tiene el mundo de cristianos laicos que den testimonio explícito de su fe cristiana en todos los ámbitos en los que se desenvuelve la vida cotidiana: en la familia, en el trabajo, en las relaciones sociales, así como en la enseñanza, la cultura, el arte, la economía, la política y, en definitiva, en todos los ámbitos de la vida humana. Pues todo lo que concierne a la vida humana cae dentro del mandato misionero de Cristo. Es un gozo inmenso que los laicos conozcan cada vez más su identidad bautismal, su vocación y su misión en el mundo, para que su testimonio cristiano en la vida cotidiana, ofrecido con alegría, también sea cada vez más convencido y eficaz. Y también aquí, hermanos cofrades, participáis de lleno en la misión evangelizadora de la Iglesia. Sois muy necesarios en la Iglesia. Vuestra misión es muy importante. Y yo cuento con todos vosotros. Y os animo a que continuéis en el empeño tanto de formación como de vivir gozosamente vuestra vocación bautismal como cristianos laicos en la vida de cada día. Pues así el Señor nos lo pide: “Vosotros sois testigos de esto”. Os encomiendo a la protección maternal de la Santísima Virgen María, tan querida y venerada en nuestras hermandades y cofradías. Ella que es “Reina y Madre de misericordia”, nos cuida a todos con amor de Madre. Ella que alentó y fortaleció a la primera comunidad cristiana en su tarea evangelizadora, también hoy nos alienta y nos fortalece en el gozo de ser discípulos misioneros de su Hijo. Que Dios os bendiga. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena



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Saluda de la Alcaldesa Podría dedicarle muchos calificativos a nuestra Semana Santa. Podría hablar de orden, flor, sentimiento… También podría ensalzar a las miles de personas que trabajan para que nuestras procesiones salgan a la calle, conservando su esencia sin cerrarse a la innovación y al desarrollo. Podría contaros las múltiples virtudes que tiene cada cofradía y cada agrupación, pero los que amamos nuestra Semana Santa ya las conocemos. Hay algo que no todo el mundo sabe, y es que todas estas personas, agrupaciones y cofradías no trabajan en solitario, lo hacen unidas a través de la Junta de Cofradías. Hablamos de un órgano indispensable, cuyo objetivo es que nuestra Semana Santa se supere cada año, al tiempo que pone en valor todo aquello que la hace única. La Semana Santa de Cartagena tiene muchos elementos diferenciadores sobre los que se sostiene y gran parte de ellos son personas. Porque si importantes son nuestras procesiones, también lo son sus representantes como la Nazarena Mayor y el Pregonero. Personas que encarnan los valores de nuestra Semana Santa y que cada año son elegidas por la Junta de Cofradías. Siempre recordaré el momento en el que los representantes de la Junta de Cofradías vienen al Palacio Consistorial a comunicarme quién será la Nazarena Mayor o el Pregonero de la Semana Santa. La ilusión con la que lo viven sólo es superada por la emoción que trasmiten los elegidos a través del teléfono. En esos momentos la sonrisa del presidente de la Junta y de los Hermanos Mayores pone de manifiesto toda la pasión con la que se vive ese momento. Al igual que sabemos que la Semana Santa no solo son diez días, también somos conscientes de que no todo es un camino de rosas. En la preparación de los desfiles pasionales y en su propia celebración, nos encontramos con grandes dificultades. Es en esos momentos, en los más difíciles, cuando la Junta de Cofradías toma protagonismo porque unidos, somos más fuertes.

La Junta siempre tiene la mano tendida para que ninguna Cofradía se sienta sola en su caminar. Todos remamos en la misma dirección: Ensalzar y darle el máximo valor cada año a nuestra Semana Santa. La Junta de Cofradías también tiene un papel fundamental como órgano de conexión con las máximas autoridades eclesiásticas. De hecho, otro de los momentos que recuerdo con cariño fueron las reuniones para tramitar las ayudas y los permisos para la restauración de la fachada de Santa María de Gracia, la casa de nuestras procesiones. De nuevo demostramos que trabajando unidos, las metas se pueden alcanzar.

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Son muchas las agrupaciones que conforman las cuatro cofradías (Marraja, California, Cristo del Socorro y del Resucitado). Trabajan en cadena, unidos, guiados por la Junta de Cofradías, que lucha para que nuestra Semana Santa luzca con todo su esplendor, porque se lo merece, porque la Semana Santa es uno de nuestros más preciados tesoros y debemos seguir cuidándola para devolverle todo lo que nos da a todos los cartageneros.

Ana Belén Castejón Hernández Alcaldesa de Cartagena


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Saluda Junta de Cofradías Querido lector: La Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena tiene un objetivo claro y estatutariamente previsto: ser eficaz promotor y orientador de la religiosidad popular, mediante el apoyo a todas las Cofradías que pertenecen a la misma: Marrajos, Californios, Resucitado y Cristo del Socorro, contribuyendo al decoro y dignificación del culto público en las mismas a los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, a la Santísima Virgen y a todos los Santos, con diversos actos de devoción y especialmente con las procesiones de la inigualable e incomparable Semana Santa de Cartagena. A lo largo del contenido de esta revista observará el lector que ésta se ciñe a lo que son nuestras procesiones, y ello es así, porque constituimos la Semana Santa, con la declaración de Interés Turístico Internacional más antigua de la Región de Murcia. Pero las Cofradías no nos quedamos únicamente en sacar las mejores procesiones a la calle. A lo largo de estos años hemos dado un importante salto cualitativo y cuantitativo en tres materias de gran relevancia: el culto, la formación cofrade y la caridad; y quizás en estos tiempos tan faltos de valores y de espíritu cristiano debiéramos incluir un cuarto: la evangelización. Por eso nos hemos propuesto incorporar a nuestras hermandades el espíritu misionero. El Papa Francisco, cuando nos habla de las periferias, no se refiere tanto a la pobreza material como a la espiritual, la ausencia de Dios, y nos pide que salgamos a la calle y que hagamos manifestación de nuestra fe. No debemos estar cohibidos y acobardados sino todo lo contrario, debemos expresar públicamente que somos seguidores de Jesús Nazareno, de Jesús Prendido, del Cristo del Socorro y de Jesús Resucitado. No debemos tener miedo. Ello implica que nuestra vida tiene que ser ejemplo para nuestro prójimo. De ahí la importancia de la caridad, entendida en su más amplio sentido, como manifestación del Amor, fomentando los

vínculos fraternos entre los miembros de las Cofradías y desarrollando obras asistenciales y de caridad.

seamos ejemplo de hermandad. Feliz y sentida Semana Santa. Un abrazo desde la Fe.

Por eso querido lector te pido que vivas la Cuaresma como un tiempo de reflexión íntimo para acercarnos a Cristo. Deseo de todo corazón que esta Semana Santa nos reconvierta interiormente, que

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Francisco Pagán Martín-Portugués Presidente de la Junta de Cofradías Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Marrajos).


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El Cristo del Socorro ‘la grandeza de la sencillez’ ¡Es el Cristo del Socorro!, Cofradía pobre y bella; pobre por sus gentes, bella por su pureza. Es largo el Vía Crucis y los pies descalzos se agrietan. (Juan Jorquera Del Valle, poeta y refundador de la Cofradía) y Hermano Mayor perpetuo. La sencillez puede ser grande y solemne. Diría que en el caso que nos ocupa, hasta magistral. Aquella expresión moderna del ‘menos es más’ se cumple muchas veces y tenemos un ejemplo claro en La Semana Santa de Cartagena. La esencia no está en los adornos, ni tampoco en la riqueza y tenemos con la cofradía del Cristo del Socorro un ejemplo perfecto. La espiritualidad supera ampliamente la estética que tampoco está exenta de belleza, dicho sea de paso, aunque luego veremos parte de un gran patrimonio. La salida del Cristo del Socorro, popularmente conocido como el Cristo moreno, y de la Virgen de la Soledad del Consuelo a las calles de Cartagena es la primera expresión de la Pasión de la Semana Santa en todo el país y lo hace con todo el esplendor de la sencillez más bella y callada. Todo el mundo lo sabe. Está magistralmente reflejado en publicaciones a las que poco más se puede aportar. Por eso, atrevidamente intentaremos reflejar el sentimiento que despierta en sus hermanos y a quienes deciden salir con ellos a la calle, a pesar de la austeridad que identifica a la cofradía. Cumplir la tradición es las más tradicional de las señas de identidad. No es una procesión al uso, ni falta que le hace. Es una procesión Vía Crucis, que supone el inicio de los

diez días en los que más bella está una de las grandes joyas del Mediterráneo, a la que contemplan más de tres mil años de historia y parte de ese legado está formado por sus procesiones, que una vez más volverán a salir a las calles en el mes de abril. Así lo han decidido las cuatro cofradías en sus cabildos y así lo anunciaron para regocijo de cartageneros y turistas que volverán a disfrutar del recorrido de los desfiles y de todo lo que entraña la Semana Santa, que es mucho.

Resplandece en la noche y aún más de día en su llegada. Llena de peculiaridades, pero extremadamente sencilla y cargada de emoción.

Humildad y sentimiento

No le hace falta una explosión de color. Tampoco una banda sonora, que rompa un silencio acompañado del tambor con sordina y solo interrumpido magistralmente por las saetas, que al paso de la Virgen de la Soledad del Consuelo y del titular y en puntos clave reciben en el día de la Muy Devota, Venerable e Ilustrísima Cofradía de la Hermandad de Caballeros del Santísimo y Real Cristo del Socorro. La primera, a cargo de Lola Cayuela, en la propia plaza de San Ginés. Pri-

La del Cristo del Socorro es única en su humildad y en su intenso sentimiento. Conocer su historia es saber, que quizás ha vivido a la sombra durante años, pero en ese segundo plano destacan todavía más los detalles que pellizcan el corazón de los que esperan con devoción su salida en las primeras horas del Viernes de Dolores en una Semana Santa de interés turístico internacional.

No le sobra nada. No necesita más, porque la expresión del sentimiento impregna las calles de la ciudad en una madrugada que hace salir a los cartageneros para arrancar bien temprano el día grande para honrar a la Patrona. Esa noche, pocos duermen porque cumplirán con la ‘jefa’ al terminar de recogerse.

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Cartagena Semana Santa 2019 (26, 27 y 28 de marzo en este año) y la misa solemne (día 29, a las 21.00 horas) y es que los actos litúrgicos de la Cuaresma tienen casi tanta importancia para los hermanos de la cofradía como la que tendrá la posterior salida a las calles. Por cierto, que los cinco bomberos hacen de escolta del titular en el gran día de la cofradía. Tres delante y dos detrás cerrando el cortejo. Forman parte de un todo que pierde sentido sin cada uno de sus elementos.

mer momento de total sacudida emocional de los muchos que se suceden a lo largo de las catorce estaciones y que remueven el alma de quienes acompañan al Cristo y a la Virgen de la Soledad del Consuelo.

cia que se multiplica y las ven por la televisión, aunque no sea lo mismo que palpar ese sentimiento a flor de piel en los recorridos que ya conocen todos los cartageneros de palmo a palmo.

Peculiaridades que dan más belleza

La cofradía solo cuenta con dos agrupaciones, pero en ellas curiosamente se puede encontrar entre sus filas a hermanos de las restantes cofradías que tomarán el paso que deje el Cristo del Socorro. Aunque en su mayoría sus miembros han heredado el amor al Cristo y a la Virgen y solamente sacan a la calle su procesión.

Tan especial y bella en su diferencia, que es la única ocasión de ver en Cartagena que es la Virgen la que abre el imponente cortejo y el titular el que la cierra con la misma sobriedad y emoción. No ocurre en ninguna procesión más. Al igual que la Virgen de la Soledad del Consuelo es la única imagen sedente en solitario. La imagen, sentada sobre una roca, lleva una corona de espinas y el paño de pureza. Belleza especial e impactante como lo es todo en la cofradía.

No solo no es excluyente, sino que suma y mucho al sentimiento de una Semana Santa que atrapa desde su inicio. Va más allá de los colores y acoge a todos quienes sienten suyo ese afecto que estremece y que luego compartirán sus hermanos en sus salidas con el resto de las cofradías. La ventaja de iniciar los cortejos, es difrutar del trabajo en las calle del resto de los hermanos cofrades, porque el Cristo suma a cuanto pueda mejorar la Semana Santa.

Siguiendo las tradiciones, antes de la salida se bendicen los escapularios que se entregan a las personas que saldrán por primera vez o a los que han recibido este año los nombramientos de mayordomos y hermanos de honor. Se hace antes de recorrer la ciudad y vivir momentos mágicos como el que se experimenta con el Cristo y la Soledad del Consuelo en el interior de la Caridad. Es la única oportunidad de ver que todo el cortejo que forma parte de la cofradía está dentro de la Basílica. Los dos tronos, los portapasos, los alumbrantes, las damas… todos se introducen junto al Cristo y la Virgen. Momento sin igual, aunque no el único de una jornada llena de bellas instantáneas que guardar para el recuerdo, pero sobre todo para interiorizar. Allí se asiste a la primera misa en honor a la Patrona. Son las seis de la mañana y la Reina de Cartagena recibe su primer homenaje.

Hace tres años ya, que la procesión Todo sencillo, todo imperdible. La coVía Crucis sale con la Semana Sanfradía se rige por esa misma austeta ya pregonada. Demanda histórica ridad y minimalismo, sin olvidar sus que ha ordenado un poco más la orígenes y por tanto homenajeando grandeza de los desfiles pasionales cada año a su refundador Juan Jorde la bella Cartagena. Inmejora- Una especial escolta quera. bles e inigualables. Incomparables. Pocas o ninguna le parecen y eso Insisto en que la sencillez es belleza hace tan difícil que el cartagenero desde que unos días antes, el cuerpo Se le ofrece cada año un ramo de salga de la ciudad y hacen que los de bomberos participe de la bajada flores y también se deposita en el que permanecen fuera lloren espe- del Cristo de la capilla al altar para busto en su honor, situado en la Cacialmente en esos días una ausen- que el titular esté listo para el triduo lle San Juan, una corona de laurel. COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y REAL CRISTO DEL SOCORRO 13


Cartagena Semana Santa 2019 El símbolo de los poetas para el refundador. El acto se hace por la tarde, a las 19.30 horas. Es jueves. Los hermanos se preparan para salir a la calle, pero no olvidan la cita. También de forma sencilla se traslada el Cristo hasta el punto de salida en la calle Sepulcro. Allí arrancará la magia que ya desprende su historia. Una cita que aglutina lo especial de una cofradía fraguada entre milagros que le dan el punto de encanto que no se ve, ni se toca. Pero está. Se siente. Es magia sin artificio desde su origen, cargado de emotividad y de misterio, y que orgullosos transmiten los hermanos a quienes quieren conocer más sobre la austera cofradía, que da inicio al orgullo de todos los cartageneros y a quienes se han enamorado ya de la gran fiesta de la trimilenaria. Los orígenes

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orque ya el frío besa los faroles con su escarcha, y el viernes va con su rayo de terciopelo, porque ya la vida huye entre mil serpientes blancas y una sed exacta clama esperanza, caridad y cielo.

Despertad ruiseñores y palomas, andad a su paso poetas y toreros, que está llorando Cartagena en los ojos del Consuelo. Simón Hernández Aguado.

Un 13 de marzo de 1689 tuvo lugar la milagrosa sanación de un niño, de nombre Manuel y pocos meses de edad, tras implorar su padre, el Duque de Veragua, a un Cristo Moreno que pasaba por delante de su balcón.

cretamente y descendiente en línea directa de Cristóbal Colón. Merece la pena leer la versión de Manuel González y Federico Casal, que recoge el libro de la propia cofradía.

Pedro Manuel Colón de Portugal, séptimo duque de Veragua más con-

Hablan de una enfermedad aguda en el niño de ocho meses, que le llevaba

irremediablemente a la muerte. Angustiado, el duque elevó una plegaria a ese Cristo y al volver al lecho de su hijo había vuelto la esperanza. Este bello e impactante capítulo desembocó en la constitución de la Cofradía del Cristo del Socorro. Fue el propio Duque, el que agradecido fundó la cofradía para ese Cristo que ya existía y recibía culto en la Catedral. Mandó eso sí, construir la capilla en el año 1691. Un azulejo conmemorativo luce en la citada calle desde el 325 aniversario de aquel día. Está en la plaza de San Ginés, donde residían los duques de Nájera. El año pasado, el descendiente directo y Duque actual, Cristóbal Colón De Carvajal y Gorosábel ha visitado la ciudad haciendo más latente esa historia que nadie olvida y que orgullosos narran arrancado un escalofrío de los que tardan en pasar.

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Cartagena Semana Santa 2019 Recibió el título de Hermano de Honor de la cofradía. Cada uno elige su lugar especial de un recorrido, aunque uno de esos puntos que tienen su encanto especial es la zona del Bar Sol. Se acumula mucha gente, por lo bonito del desarrollo del Vía Crucis que se impregna en los hermanos que completan el primer recorrido de la Semana Santa cartagenera. Miran atrás y cada vez saca a más gente de la cama para cumplir con las estaciones del Vía Crucis, que como dice el acta fundacional arranca antes de la primera estación con el rezo por la paz en el mundo. Tanta falta hace que es la mejor forma de iniciar unas estaciones en las que participan varios sacerdotes. La sencillez era tan grande, que en el año 1977 salieron a las calles con la Virgen de la Soledad del Calvario y solo siete alumbrantes. En 1978 desfila por primera vez la talla hecha para la cofradía por Antonio García Mengual. Entre las curiosidades que en estos días absorbo de quienes llevan el sentimiento a flor de piel, me llama la atención que la Virgen estuvo en la capilla de la plaza de toros y allí recibía el culto y ante su magia se rindieron varios toreros en su día.

La Virgen del Rosell Volviendo al día de la salida de la procesión Vía Crucis, queda mucho por contar. De entre los momentos de mayor emotividad destaca la estación de penitencia a la Virgen del Rosell, patrona cuya imagen está en el dintel de la fachada Santa María y a la que le cantan una Salve emocionante. Entre las curiosidades que se pueden desconocer, la citada Virgen aparece el reverso de la medalla. En el anverso está el Cristo. La entrada en la Basílica de la Caridad (alrededor de las seis de la madrugada), citada anteriormente, es otro de los momentos imborrables aunque cada estación, cada instante…es especial, distinto y emocionante. Es-

tremece a cada paso, reconforta en cada rezo. El atractivo minimalismo hace que su vocación social les haga volcarse con los que menos tienen y se cuenten por decenas las buenas causas a las que destinan un 30% de los ingresos que consiguen. Entregas de alimentos, atención a los que sufren… reencarnan en cada persona necesitada los milagros que alumbraron su nacimiento. El Cristo ayuda a todos, socorre a todos. Acogedor y familiar Salir de madrugada y no contar con nazarenos, como el resto de cofradías, no evita el que se produzca un natural relevo generacional. El sentimiento se traslada de forma casi genética de padres a hijos y algunos, desde muy pequeños, empiezan a salir en la previa del día grande la Patrona, en una madrugada que estremece. Primero acompañan, a los 18 años pasan a portapasos de un Cristo que portan unos 70 hermanos o de la Virgen. La ternura se hace adulta propagando esa emoción de generación en generación y cuando ya no pueden cargar con el peso lo hacen como hermanos soga, algo que junto a los alumbrantes también supone una peculiaridad con respeto al resto de los desfiles que están por venir.

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Goza la cofradía de buena salud y las dos agrupaciones tienen lista de espera para poder cumplir su deseo de salir a las calles de Cartagena en una de ellas y es que el magnetismo de la procesión Vía Crucis está por encima de muchos de los aspectos, que sí podría encontrar en otras.

Cristo Socorro

Aún no se ha escuchado el Cohete, pero ya se huele. Los hermanos se saludan, se manifiestan sus sentimientos. Los nervios de los primeros, la alegría de los veteranos, acompañando a su Cristo. Otro año.

No lucir bordados o no cambiar cada año demasiados aspectos, no deslucen el recorrido del Cristo del Socorro, que tiene en su nombre la respuesta a la sensación de arraigo y de pertenencia, porque todo el que lo necesite tendrá su hogar en un Cristo que tiene más de los 33 corazones fundacionales.

Poco a poco, cada uno se coloca dónde debe. La Virgen se levanta primero, no quiere ver el sufrimiento de su hijo.

Son muchos más los latidos que une. Desde ese primer cohete anunciador, mientras dejan atrás las inmediaciones de la Catedral antigua y el juego de luces junto al Teatro Romano crean el ambiente idóneo, hay ya muchos corazones latiendo de una forma diferente. Lo hacen interiorizando la

El tambor es lo único que se escucha en esta devota noche, cada paso es sentido, cada paso es rezado. El claro golpe de los hachotes lleva una esperanza, una súplica, una promesa…

El crucificado, gracias a la fuerza de sus cofrades, se alza al vuelo y recorre las calles de la Pasionaria Cartagena. La primera es sencilla. Sin estampados ni oros, Larga y dura para los cartageneros, pero el recorrido y la visita a sus madres, la hace más real y más sentida.

El redoble marca el son de todos los que desean. Por ello se sacrifican y piden al Moreno su Socorro. Alberto Carralero

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oración camino de cada una de las catorce estaciones que conforman el Vía Crucis y que arrancan en la condena a muerte de Jesús y terminan con Jesús sepultado. Hay leyendas varias incluso sobre el origen del propio Cristo y cuenta la historia que tuvieron en tiempos de guerra que venir de fuera para quemarlo ante el miedo que generaba en los milicianos de la zona, que hablaban incluso de que le crecían las uñas, como reflejan en su libro José Luis Carralero y Jorge Espín en el que cuentan la historia de la cofradía de una forma que atrapa y que la muestran todavía más enigmática, a la par que sencilla. “¿No eres el Cristo del Socorro?. Pues baja sálvate a ti mismo”, cuentan que le dijo antes de emprenderla contra él y contra el patrimonio de aquella capilla. La gran familia que es la cofradía deja también momentos sobrecogedores en la recogida. Quitado el Cristo del Trono, es portado por las mujeres y los hermanos demasiado mayores para sacarlo en procesión, que ya no pueden salir con el trono al hombro. El Cristo es de todos y la cofradía cumple con ellos. Todos quieren venerarlo. Todos quieren ese momento personal de intimidad con el titular. Un Cristo de Manuel Ardil Pagán, que terminó el encargo que a su padre le había hecho Juan Jorquera y que desfiló por primera vez en el 1965.

Costó unas 60.000 pesetas. Y como todo empezó unos días antes, el retén de bomberos vuelve a depositarlo en su capilla y la cuenta atrás vuelve a empezar. Listos para volver a embriagar con máxima ligereza el corazón de los

cartageneros que seguirán disfrutando de una Semana Santa sin igual hasta el Domingo de Resurrección.

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Maite Fernández Tornell


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Hermano Mayor Californio

En esta tercera edición de la revista que gestiona la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cartagena, como Hermano Mayor Californio, me acerco a mis hermanos encarnados, así como a los de las otras Cofradías Pasionarias, con el deseo y la ilusión de haceros participes del contenido que, dentro de dicha publicación, tenemos asignados los californios. A través de la presente publicación, pretendemos divulgar aspectos destacables de la actividad que desarrollan nuestras Agrupaciones y Cofradías a lo largo de todo el año, en particular, en esta edición, queremos recordar los californios la celebración del setenta y cinco aniversario de la creación de la procesión del Domingo de Ramos de la “Entrada Triunfante de Jesús en Jerusalén”, conocida popularmente como la “Procesión de la Burrica”, en la que desfilan todos los tercios infantiles californios, tercios filiales de los titulares que procesionan en la Magna Procesión de Miércoles Santo. Como cada año, vivimos este tiempo de preparación de la Semana Grande de Cartagena, de un modo especial, con ese ir y venir de tantos hermanos desde sus sedes cofrades hasta los almacenes donde se conservan y custodian tronos y demás utensilios, como hachotes, vestuarios, etc. con la finalidad de tenerlos preparados para que nuestros desfiles se desarrollen con la elegancia y excelencia que los caracterizan, si bien, intentado, como cada año, mejorar en arte y brillantez. Qué gran y singular experiencia desfilar por las calles de nuestra patria chica para que propios y foráneos puedan disfrutar del rico patrimonio cultural, social y religioso del pueblo de Cartagena, siendo conscientes de tener el privilegio de disfrutar,

pero también la responsabilidad y el compromiso de custodiar, preservar y, dentro de lo posible, mejorar dicho patrimonio para que puedan gozarlo y mostrarlo, también, las nuevas generaciones de cartageneros. Ahora bien, no debemos perder, en ningún momento, que nuestro norte y fin primordial no es nuestra fama, sino dar testimonio de Cristo Jesús en todo momento, poniendo de manifiesto, mediante una catequesis plástica, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, promoviendo y fomentando, como señalan nuestras normas estatutarias, “el culto público a la Pasión del Señor, significada en las sagradas imágenes de nuestros titulares, recordando a los hermanos cofrades y al pueblo cristiano el gran beneficio de la Redención y la necesidad de una conversión manifestada en la reforma de la propia vida y en la entrega y servicio a los demás”. Como nos recuerda nuestro Pastor Diocesano: “Las imágenes, que procesionamos... nos hacen encontrarnos cara a cara con el Señor, pero sobre todo, nos recuerdan la importancia de vivir en el amor, especialmente cuando vemos la Cruz de Nuestro Señor”.

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Que este tiempo de Cuaresma y Semana Santa sean también, tiempo de traer a la memoria el recuerdo y nuestra sincera gratitud a tantos y tantos hermanos cofrades de las distintas Cofradías Pasionarias que, desde la fundación de las mismas, nos han precedido, pues gracias a su sacrifi- cio, esfuerzo y desvelo han hecho posible que la Semana Santa sea la realidad que hoy vivimos, sintiendo, con sano orgullo, la satisfacción de mostrar a todos los que comparten y contemplan nuestras procesiones el excelente patrimonio acumulado a lo largo de más de tres siglos de existencia. Hermanos cofrades, os animo, a que continuéis trabajando por vuestras queridas Agrupaciones y Cofradías, conscientes de que con vuestro trabajo contribuís a su engrandecimiento. Con el corazón puesto en nuestra Patrona la Stma. Virgen de la Caridad, os invito a que meditemos e interioricemos las palabras que, D. José Manuel Lorca Planes, recoge en su Carta Pastoral para el curso 20182019, donde nos pone de manifiesto, que:... “Nuestra confianza tiene que estar cimentada siempre en el Señor...” exhortándonos a que “durante este año nos dediquemos a edifi- car nuestro ser en el cimiento de Cristo, para aprender de Él mismo... a amar de verdad, entregando la vida a los demás, sirviendo en la caridad y dándoles a conocer la alegría del don de Dios en la santidad”. Recibid un cordial y fraternal abrazo. Juan Carlos de la Cerra Martínez Hermano Mayor de la Cofradía California


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75 AÑOS ENTRE PALMAS:

HISTORIA DE LA PROCESIÓN DE DOMINGO DE RAMOS En 2019 se conmemora un aniversario, de esos de fechas redondas, a los que tan aficionados somos los procesionistas. Hace 75 años que salió por primera vez la procesión de Domingo de Ramos. Es un aniversario que incumbe a todos los californios actuales en mayor o menor medida, pues todos hemos tenido que ver, en una forma u otra, con esta procesión. Dicho aniversario no tiene que ver con la fundación de ninguna agrupación, ni con la llegada o restauración de una imagen; no hay detrás del mismo una sola agrupación que pueda llevar el protagonismo de la conmemoración. Sin embargo, creo que es especialmente importante, pues la que fue, durante mucho tiempo, la “procesión más joven” de los californios, como gustaba decir tópica y repetitivamente a los cronistas, por sus especiales características es especialmente querida por todos nosotros y por muchas otras personas que no tienen por qué pertenecer de forma activa a la Cofradía.

momento para reflexionar sobre el sentido y la evolución de nuestras procesiones. Y en este caso mucho más aún, considerando que esta procesión ha cambiado enormemente desde su primera concepción y se ha ido reinventado a lo largo de los años, permitiéndonos del mismo modo ver de qué forma han cambiado nuestra cofradía y nuestras agrupaciones y, también, aunque quizás no nos demos cuenta a primera vista, nuestra forma de concebir los desfiles procesionales. La Procesión de Nuestro Padre Jesús en su Entrada en Jerusalén, la procesión de la burrica, de las palmas, de los niños, de la cantera california,…, que de todas estas formas y algunas más es conocida, desde luego no es lo que era. Cuando en 1944 se echó a la calle por primera vez, lo hizo como una procesión corta, en la que participaba un tercio hebreo de adultos con colores muy variados, con un vestuario confeccionado con las túnicas de Miércoles Santo, y con un solo trono, siendo la participación infantil casi anecdótica, como en las demás

Personalmente y desde una óptica histórica, los aniversarios y conmemoraciones cofrades creo que deben ser un

Tercio de hebreos adultos. Foto Archivo Gabriel García Romera (AGGR)

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Trono de la Entrada de Jesús en Jerusalén en los primeros años de la procesión. El hebreo es posible que fuera el apóstol que estaba en pie en el antiguo grupo de la Cena de Riudavest. Foto Archivo de la Cofradía (ACNPJPP) , cedida por Antonio Manuel Martínez Soto (AMMS)

gos propios de cada agrupación y la constitución de una cantera para el futuro, culminó en 1998, cuando, con la incorporación del tercio infantil de Soldados Romanos, la procesión fue ya exclusivamente de niños. Finalmente, en los últimos años, el interés se ha centrado en algún otro aspecto, siguiendo el curso del mundo cofrade en general: mejora de la imaginería y aparición de los grupos juveniles de portapasos.

procesiones. Este desfile fue la respuesta california a la instauración definitiva como tal procesión de la de las Promesas marraja el Lunes Santo y al nuevo desfile en 1943, aún perteneciente a la Cofradía Marraja, del Domingo de Resurrección. Tras ciertas vacilaciones sobre la continuidad de la procesión de Domingo de Ramos, ésta fue evolucionando cada vez más hacia un carácter eminentemente infantil, hasta que en 1953 se constituyó el primer tercio propiamente de tal tipo: el de San Juan Evangelista, imitado prontamente por las agrupaciones de la Cena (de carácter más bien juvenil y femenino, aunque sólo participó durante un corto periodo de tiempo), San Pedro Apóstol y la Virgen. Una procesión corta pues, a la que se le quiso dar algo de variedad incorporando en 1963 el trono de la Samaritana, aunque, realmente, el traslado de este grupo, que participaba en la procesión de Miércoles Santo desde el siglo XVIII, escondía algo más, como se verá posteriormente. Avanzando en el tiempo, a finales de los años 70 la procesión alcanzó un nuevo estadio, con la generalización de la participación de otros tercios infantiles, filiales de los tercios titulares de la procesión de Miércoles Santo, de la que, la procesión de las palmas, se convertiría en la práctica en un ensayo a largo plazo. Este proceso, en el que el interés fundamental de los californios se centró en los aspectos relacionados con el desfile, el orden, los valores y ras1 2

La creación de una nueva procesión En el marco habitual en las procesiones cartageneras de la rivalidad entre californios y marrajos, asumido por ambas cofradías desde hacía décadas, es donde cabe situar el nacimiento de la nueva procesión california del Domingo de Ramos. Así, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno había institucionalizado desde el final de la Guerra Civil dos nuevas procesiones, que se añadían a sus tradicionales desfiles de Viernes Santo. Por un lado, el traslado que con mayor o menor solemnidad realizaban desde hacía décadas desde su almacén de la calle del Adarve hasta la iglesia de Santo Domingo de algunos tronos para sus procesiones, se había transformado el año anterior de 1943 en la Procesión de las Promesas del Lunes Santo1. Y, además, también ese año habían echado a la calle la procesión de Domingo de Resurrección2, aunque por diversas circunstancias la misma devino en una cofradía independiente de la marraja.

El Noticiero, 25-3-1943 El Noticiero, 26-4-1943

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Arca de la Alianza sobre un trono a ruedas. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

De esta forma, al poco de finalizar la Semana Santa de 1943, la prensa anunciaba la decisión california de sacar la nueva procesión, ya autorizada por el obispo, aunque se hablaba de que se celebraría en la mañana de Domingo de Ramos.5 Algunos miembros de la Cofradía comenzaron a trabajar en su preparación, fundamentalmente en la búsqueda de financiación. Resulta curioso que el primer documento existente en el Archivo Californio sobre esta procesión provenga de la Cofradía Marraja: se trata de una carta que envió el Hermano Mayor marrajo al californio quejándose de la utilización, para recaudar dinero por parte de una nueva agrupación california, que como veremos a continuación no estaba constituida realmente, de un nombre prácticamente idéntico al de la marraja de Nuestro Padre Jesús Nazareno, lo que habría provocado varias confusiones en diversas instituciones que disgustaron a los marrajos.6

Así pues, los californios decidieron sacar una nueva procesión que, por otra parte también completase el ciclo pasionario local, con el ya único día huérfano de desfiles hasta entonces, el Domingo de Ramos3. Y para ello probablemente tomaron como modelo la procesión que en el primer día de la Semana Santa se había celebrado por primera vez en 1943 en Madrid, donde la Hermandad de Cruzados de la Fe había organizado un desfile con una imagen realizada en los Talleres de Olot de Jesús, a lomos de un pollino, bendiciendo con su mano derecha. 4 En ambos nuevos desfiles, el madrileño y el cartagenero, también influyó la concepción triunfal de la religiosidad externa, propia del nacional-catolicismo entonces imperante. No obstante, es posible que, en una procesión que se prestaba mucho a la participación de niños en la misma por su carácter menos severo, influyera también el antecedente de la procesión infantil que, durante algunos años de la década de los 10 y los 20, había realizado la Cofradía de San Juan, algunos de cuyos primitivos cofrades estaban integrados, ya adultos, en la Cofradía California.

Según se desprende de la documentación california, la Agrupación en 1943 realmente no estaba creada, sino que

Pues la liturgia de la Iglesia existente en ese momento no permitía las procesiones en el entonces denominado Sábado de Gloria Guevara Pérez, Enrique y Rivera Pérez, Mariano, Historia de la Semana Santa de Madrid, Silex, 2004, p. 248 5 El Noticiero, 7-5-1943 6 Archivo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Paso del Prendimiento (en adelante ACNPJPP), Documentación de Secretaría General, 1943. “Carta del Hermano Mayor Marrajo al Hermano Mayor Californio”, 31-12-1943. 3 4

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Cartagena Semana Santa 2019 algunos hermanos se habían lanzado a preparar la nueva procesión, sin contar con la autorización de la Mesa de la Cofradía, cosa que provocó los recelos de ésta, síntoma evidente de que la, hasta cierto punto, nueva y pujante forma de organización de las procesiones, basada en las agrupaciones, estaba chocando con las viejas estructuras centradas en los mayordomos. Signo inequívoco de ello fue el acuerdo que autorizó finalmente la creación oficial de la nueva agrupación, que como se ha comentado anteriormente fue posterior al inicio de sus actividades, y en el que, además de autorizar al salida de la nueva procesión el Domingo de Ramos por la tarde del año 1944 “como vía de ensayo” y nombrar a Antonio Ruiz Garrigós presidente de la misma, amonestó a los miembros de la neonata agrupación por “haber invadido funciones de esta Cofradía”.7 Inmediatamente comenzaron a tenerse noticias de los detalles de la nueva procesión. Así, las imágenes del grupo serían de Sánchez Araciel, restauradas por Nicolás Martínez, e irían sobre el trono del Ósculo, que en esas fechas no salía todavía el Miércoles Santo pues aún no se habían hecho las nuevas imágenes de Benlliure. 8 No hay constancia documental de dónde procedían las imágenes, pero es posible que fueran algunas de las utilizadas por la cofradía sanjuanista en la procesión de Lunes Santo, pues lo que sí se sabe es que el titular de dicha Cofradía había sido realizado por el citado Sánchez Araciel y podría no ser la única escultura que hubiera realizado para los sanjuanistas. El trono sería portado por 54 portapasos y un capataz de los que se conserva la relación nominal.9 El itinerario para la nueva procesión, que saldría a las 4 de la tarde, estaría formado por las calles Aire, Jara, Tres Reyes,

Soldados Romanos. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

Honda, lado norte de la plaza de San Francisco, Arco de la Caridad, Caridad, Serreta, Parque, Santa Florentina, Puerta de Murcia, Mayor, Cañón y Aire10, solicitando al vecindario que engalanase los balcones para darle mayor realce a la procesión.11 En la misma también participó la Banda de Cornetas y Tambores del Regimiento Mixto de Artillería número 3.12 No hay constancia escrita, aunque sí fotográfica, de cómo irían vestidos los participantes en la procesión, pero sabemos que iban con trajes hebreos, igual que había ocurrido en Madrid,13 conformados con los vestuarios de los tercios de Miércoles Santo. Este último aspecto parece que fue problemático, pues no había unanimidad en la Cofradía sobre la conveniencia de celebrar la procesión, y se achacaba a que, al utilizar los vestuarios de Miércoles Santo, estos se estropearían. Así, tras la Semana Santa se acordó que solamente se autorizaría esto para dicha procesión y siempre y cuando los vistieran los mismos penitentes que lo hacían en la procesión de Miércoles Santo.14

Triga. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa, 12-1-1944 El Noticiero, 15-1-1944 9 ACNPJPP, Documentación de Secretaría General, 1944, “Relación del personal de portapasos pertenecientes al Trono de Entrada en Jerusalén”, 2-4-1944 10 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa, 21-2-1944 11 El Noticiero, 30-3-1944 12 ACNPJPP, Documentación de Secretaría General, 1944, “Saluda del Coronel de Artillería al Hermano Mayor Californio”, 24-3-1944 13 Guevara Pérez, Enrique y Rivera Pérez, Mariano, Op. cit. p. 252 14 ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa, 12-4-1944 7 8

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Carroza. Foto Archivo General de la Región de Murcia (AGRM), Archivo Casaú (AC)

1945: Una procesión con polémica A pesar del éxito de la procesión de 1944, parece que no todos los californios estaban conformes con su celebración. Síntoma de ello son los problemas ya comentados en torno al vestuario y a la propia agrupación, cuya disolución fue propuesta por el consiliario Francisco de la Cerra.15 Continuando con ello se suscitó una polémica en la prensa local y en la propia Cofradía sobre una nueva celebración de la procesión en 1945, pues recordemos que la procesión de 1944 se había aprobado a modo de prueba. Por lo que se puede inferir de la lectura de las actas de la Cofradía, que, en ocasiones, callan más cosas de las que dicen, había dos bandos en torno a este tema: los partidarios de su celebración de nuevo y definitivamente, encabezados por el propio Hermano Mayor, marqués de Fuente el Sol, y los detractores de la misma, entre los que se encontraban algunos de los mayordomos más influyentes de la Hermandad. Inicialmente se decidió no celebrar la procesión, con la poco explícita justificación de “no considerarlo conveniente el Cabildo”16 y con un ajustado margen de 21 votos en contra de la salida y 17 a favor.17 No obstante, fue preciso dar más explicaciones tanto al Cabildo General, como al público y así, el Miércoles de Ceniza se dijo que “dado el estado económico de esta Cofradía (…) y el deterioro que supone a las ropas de nuestro vestuario, se acordó por los Cabildos de Mesa y Pleno de Mesa no realizarla

este año”.18 Y en la prensa del día siguiente se argumentó que la decisión se debía a “la falta de recursos económicos y carencia de vestuario”, así como la necesidad de ahorrar para completar la procesión de Miércoles Santo, en la que faltaba por reincorporarse aún el Ósculo.19 No obstante, apenas dos día después, probablemente por la presión ejercida por los que estaban a favor de la procesión, entre los que se encontraba como se ha comentado el propio Hermano Mayor, se decidió revocar la decisión en un Cabildo Permanente, “bajo la condición de sea costeada por esta Agrupación” (la de la Entrada de Jesús en Jerusalén) y que se comprometa a hacer vestuario propio.20 Desde luego no hubo tiempo ni ocasión de fabricar un vestuario nuevo, pero sí de incorporar algunas novedades en la procesión: la triga, tirada por caballos pertenecientes al californio Francisco de Lara Dorda, y la participación de la banda de clarines a caballo del Regimiento de Artillería de Paterna, cedidos por el capitán general de Valencia, Miguel Abriat y Cantó.21 La Agrupación obtuvo diversas ayudas para la celebración y organización de la procesión en tan poco tiempo y quiso agradecerlo con una nota publicada en la prensa en la que reflejaba los diversos colaboradores en la misma: la Agrupación de Fabricantes de Chocolate de la provincia,

ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa, 3-1-1945 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa , 5-2-1945 17 ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa, 7-2-1945 18 ACNPJPP, Acta del Cabildo General, 14-2-1945 19 El Noticiero, 15-2-1945 20 ACNPJPP, Acta del Cabildo Permanente, 16-2-1945 21 El Noticiero, 21-3-1945 ; ACNPJPP, Documentación de Secretaría General, 1945, “Contrato entre el Regimiento de Artillería nº 17 de Paterna y la Cofradía California”, 20-3-1945 y ACNPJPP, Memoria 1945 15 16

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Niñas hebreas pertenecientes probablemente al tercio de la Santa Cena. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

que costeó los gastos del trono, un grupo de ganaderos y Francisco de Lara, “alma de la procesión”, Alfonso Cerdán y los hermanos Pina.22

el marco de la Cofradía California, queriendo evitar el nuevo presidente nombrado en noviembre de 1945, José Derqui López-Cuervo, posibles problemas como los que habían llevado a que la, en principio marraja, Agrupación de Nuestro Padre Jesús Resucitado se constituyese en cofradía independiente a finales de 1943. Así se explica el hecho de que el mayordomo californio solicitase al Cabildo de Mesa que se ratificase el carácter definitivo de la salida de la procesión del Domingo de Ramos24 y que se hiciese constar en acta que la Agrupación de la Entrada de Jesús en Jerusalén era california y formaba parte de la Cofradía. 25

Unos días después, Juan Cualquiera, posible seudónimo de Juan Jorquera del Valle, publicó en la prensa un artículo titulado “La procesión del Domingo de Ramos. Meditaciones de un espectador ingenuo” en el que expresaba su opinión personal sobre el crecimiento de las procesiones, que reflejaba la de muchos otros cartageneros, en el que sostenía la imposibilidad de frenar la pujanza procesionista que estaba provocando el crecimiento del número de desfiles y tronos en las procesiones, señalando que “nuestras procesiones tienen una personalidad tan fuerte, una vida tan autónoma y tan pujante que viven y vivirían en las cofradías, sin las cofradías y contra las cofradías si preciso fuera” y apoyaba el crecimiento de las mismas fundamentado en que “el amor de la ciudad a sus procesiones es capaz de todos los milagros” y si las procesiones son tan hermosas “¿por qué sujetarse a los seis a los siete tronos? Y porqué no aumentarlos”.23 Evolución de la procesión de Domingo de Ramos: Hacia un desfile infantil Parece pues, que la procesión se asentó definitivamente en

Personajes bíblicos. En primer término Herodes, detrás el Faraón. Foto: AGGR

El Noticiero, 24-3-1945 El Noticiero, 27-3-1945 24 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa, 15-12-1945 25 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa, 7-1-1946 22 23

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Cartagena Semana Santa 2019 reducen notablemente en los años siguientes, destacando solamente el carácter alegre y bullicioso que tenía la procesión, de tal forma que se comentaba que a la recogida de la misma, en la puerta de la iglesia formaba el pueblo hebreo y las bandas participantes para aclamar al trono de Jesús a su llegada a la misma, poniendo fin a la misma la interpretación del himno nacional y una traca.28 Los únicos cambios que conocemos, aunque de algunos de ellos no tenemos referencia exacta, fueron la sustitución de la imagen de Jesús, pues dejó de salir la de Sánchez Araciel, por la que Benlliure había hecho para la Santa Cena y que, finalmente, no fue utilizada para dicho grupo. Del mismo modo sabemos que dejaron de salir los clarineros a caballo y fueron sustituidos por el tercio completo de judíos.29 La demanda de participación de niños en la procesión fue tal que en 1950 la Cofradía se vio obligada a ampliar el vestuario del pueblo hebreo para los mismos30 y, en vista de ello, la Agrupación de San Juan decidió confeccionar un tercio exclusivamente para niños de nueve a once años, vestidos de blanco y rojo, pero con una peculiaridad muy notable y era que irían “formados como los tercios de capirotes”.31 Es este uno de los hitos más significativos en la evolución de esta procesión, pues comienza a adquirir su carácter netamente infantil y con la forma de organizar los tercios a semejanza de los mayores, empieza a perder parte de esa espontaneidad y bullicio que le otorgaban los niños, para pasar a ensalzarse el elemento que en ese momento ya eran definitorio de las procesiones cartageneras, frente a otros valores que había tenido la procesión en sus orígenes, el orden y la seriedad en el desfile. Además, se consideraba que de esta forma el tercio sería un vivero de procesionistas adultos. Así, se decía que los componentes del nuevo tercio de hebreos serían “los sanjuanistas del mañana”32 o “un vivero de penitentes que en su día se incorporarán a los tercios de mayores con verdadero entusiasmo, disciplina y espíritu de sacrificio”.33 En definitiva, el cronista reflexionaba sobre el significado de la procesión y le atribuía dos finalidades: por un lado, conseguir que la procesión fuera espectacular y atractiva; y, por otro, encauzar y preparar a los chiquillos en las lides pasionarias. De hecho, este mismo cronista34, realizó una previsión de futuro que tardó casi 50 años en cumplirse, manifestada en forma desiderativa: “quién sabe si algún año quedará convertida definitivamente en un conjunto total y absoluto juvenil”.35

Trono de la Samaritana en la procesión de Domingo de Ramos. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

Una vez aclarados los extremos anteriores y asentada la procesión, ésta en los años siguientes mantuvo su carácter inicial, de procesión de adultos, aunque con una cada vez mayor presencia infantil, a la que se prestaba dicho desfile por su carácter más alegre y bullicioso que los restantes desfiles pasionarios. Además, parece que la participación femenina también era notable, siendo destacados ambos aspectos por la prensa y citando especialmente la salida de la denominada “carroza alegórica de la Cofradía”, que debía de ser una especie de góndola o carroza sobre la que iban “lindas muchachas ricamente ataviadas”,26 y para la que utilizaron un trono que habían adquirido a la ciudad de La Unión antes de la Guerra Civil y que había servido, antes de utilizarlo de carroza, como “carro de enchufes”.27 Tras la abundancia de noticias de los primeros años, tanto en la prensa como en las actas de los cabildos, estas se

El Noticiero 15-4-1946 Ortiz Martínez, Diego, “El antiguo trono del Cristo de los Bomberos (posteriormente de los Mineros) de La Unión en las procesiones californias”, Haz de Lictores, 16, 2015, pp. 29-32 28 El Noticiero, 29-3-1947 y 20-3-1948 29 El Noticiero, 11-3-1949 30 El Noticiero, 13-3-1950 31 El Noticiero, 25-2-1953 32 El Noticiero, 30-3-1953 33 El Noticiero, 25-3-1954 34 Es posible que fuera Luis Linares Botella, sanjuanista californio y asiduo colaborador en temas de procesiones de El Noticiero. 26 27

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Cartagena Semana Santa 2019 En ese mismo año de 1953 participaron también por primera vez en la procesión de Domingo de Ramos los personajes bíblicos que, de esta forma, se recuperaban después de las varias décadas que hacía que habían dejado de salir en la de Miércoles Santo. Ese primer año salieron Moisés, David y Herodes con dos esclavos negros, así como varios trompeteros que acompañarían al Arca de la Alianza.36 La intención era ir incorporando más personajes con el tiempo, pero finalmente sólo lo hizo al año siguiente el Faraón con sus esclavos con abanicos, colocándose el arca de la alianza en una carroza sobre ruedas,37 y en 1964 el Sumo Sacerdote.38

Cena40, de vida efímera pues dejó de salir en 1961; en 1957 el de San Pedro Apóstol,41 y en 1959 el de la Agrupación de la Santísima Virgen.42 Así, con estas nuevas incorporaciones se configuró el modelo de procesión que perduró hasta finales de los años 70: una procesión corta, con un trono solo, el de la burrica, al que en 1963 se añadió el de la Samaritana, procedente del Miércoles Santo, con el argumento de darle más variedad a la procesión43 que, a pesar de su brevedad, se hacía monótona, y con la única participación adulta del tercio de soldados romanos y de los personajes bíblicos. La carroza o “góndola”, por su parte, que estaba en pésimo estado de conservación, dejó de participar en 1971.44 Con su supresión prácticamente desapareció la última reminiscencia festiva y espontánea de esa procesión. Únicamente los grupos de nazarenos que, cada cierto espacio se fueron intercalando entre los tercios, rompían la característica seriedad cartagenera en el desfile.

El éxito de la participación ordenada sanjuanista en la procesión impulsó a otras agrupaciones a participar también en la misma, remarcándose de esta forma, cada vez más, otra característica muy notable de la Semana Santa cartagenera en esta época: la importancia de las agrupaciones y el deseo de mantener las características propias de las mismas39, cuestión que sería fácil transmitir a los más pequeños. De esta forma, al año siguiente se incorporó un tercio juvenil femenino de la Agrupación de la Santa

Lógicamente, y como ya hemos comentado anteriormente, al primar el interés por los valores del desfile y de los rasgos propios de cada agrupación, las imágenes que

Pueblo hebreo y carroza. Foto AGGR El Noticiero, 30-3-1954 El Noticiero, 25-2-1953 37 El Noticiero, 2-4-1954 38 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa 6-5-1963 39 Huertas Amorós, Ángel Julio, “La procesión del Domingo de Ramos”, El Flagelo, 12, 2002, págs. 8-13 40 El Noticiero, 10-4-1954 41 El Noticiero, 13-4-1957 y Garrido Romera, Gabriel “Recuerdos”, El Flagelo, 12, 2002, p. 28 42 El Noticiero, 24-2-1959 y Cerra Martínez, Francisco, de la, “Tercio Infantil de la Agrupación de la Stma. Virgen del Primer Dolor”, El Flagelo, 12, 2002, págs. 29-30 43 ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa 21-5-1962 y Acta del Cabildo de Mesa 22-2-1963. Ese era el argumento que se esgrimía, pero realmente el motivo era que los cofrades de entonces no entendían la presencia de la Samaritana en la procesión de Miércoles Santo. 44 ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa 22-2-1971 35 36

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Hebrea. Foto de estudio realizada por Matrán. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

La procesión de Domingo de Ramos como un Miércoles Santo en pequeño La llegada del nuevo sistema político a España a finales de la década de los 70 que se vio en algunos casos como premonición de graves problemas para las procesiones, en cambio abrió un nuevo esplendor en las cofradías en todo el país. Y Cartagena no fue la excepción. En estos momentos en que también, con la llegada del sistema de las autonomías, se fomentaron las particularidades regionales y los rasgos definitorios que individualizaban a cada grupo, ocurrió algo similar en las cofradías y agrupaciones. Es por ello que, a partir de 1978 cada agrupación california va a querer tener su propio tercio infantil, al que transmitir sus peculiaridades, y que éste se convierta en su cantera y en el vivero al que hacía referencia el articulista de El Noticiero a mediados de los años 50.

se procesionaban no estaban en primer lugar en el orden de prioridades de los cofrades. De hecho, del arreglo floral, de los tronos, de los vestuarios de las imágenes y de otros aspectos, realmente se ocupaba la Cofradía y, en algunos casos, la Agrupación de la Entrada de Jesús en Jerusalén que, en la práctica no era una agrupación en el pleno significado del término, pues no tenía detrás de ella un grupo humano que se encargara de vestir los trajes y procurar medios económicos para la procesión, sino que estaba reducida a algún que otro colaborador y al mayordomo presidente que fue durante bastante tiempo José Alajarín Rodríguez. En 18 años los únicos gastos que realizó la Agrupación fueron la adquisición de las nuevas imágenes de los hebreos del trono de la burrica que talló Sánchez Lozano, unas pelucas para los personajes bíblicos y algunas reparaciones en la triga.45

45 ACNPJPP, Documentación de Secretaría General, 1983, “Reformas hechas en la Agrupación de N. P. J. en la Entrada en Jerusalén desde abril del año 1966 en que me hice cargo de la misma como Mayordomo-Presidente”, 12-1-1983 46 Huertas Amorós, Ángel Julio, Op. Cit.

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Hebreos del tercio de San Juan (blanco y rojo). Foto ACNPJPP, cedida AMMS

La primera agrupación que inició el camino reseñado fue la de la Flagelación48 en 1978 (aunque con el precedente de la participación de un tercio femenino de San Juan en 1977 que se añadía a los dos masculinos que ya desfilaban, con el objetivo de ser formador de las futuras miembros del nuevo tercio adulto para Miércoles Santo del Juicio de Jesús), siendo seguida por la Oración en el Huerto en 1980,49 el Prendimiento en 1981,50 Ósculo en 1989, Santiago en 1991, Granaderos en 1992, femenino de San Pedro en 1993, Coronación de Espinas y Santa Cena en

En apenas 20 años, los que van de 1978 a 1998, la corta procesión california de Domingo de Ramos, que ya tenía en germen estas características, se convierte en un ensayo a largo plazo de la Magna Procesión del Prendimiento.46 Y además, no sólo eran los niños hebreos, sino que también en la procesión del domingo se quería concentrar a todos los niños nazarenos, pues es también en estos años cuando se eliminaron del miércoles con el argumento de la pérdida de solemnidad y el alargamiento excesivo de la misma.47

Hebreos del tercio de la Virgen California ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa 5-3-1973 ACNPJPP, Acta del Cabildo Pleno de Mesa 6-2-1978 49 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa, 7-2-1980 50 ACNPJPP, Acta del Cabildo de Mesa, 3-6-1980 47 48

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Pueblo hebreo. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

1994, Sentencia en 1996 y, finalmente, Soldados Romanos en 1998.51

lo hiciera el pasaje evangélico. De esta forma en 1981 la Agrupación de la Virgen incorpora el grupo de Jesús con los niños de Manuel Ardil52 después de estar participando en la procesión desde 1959 sólo con el tercio. Este proceso continuó también con la Unción en Betania, obra de Jesús Azcoitia, de la Flagelación, incorporado al año siguiente; en 1992 con el grupo Jesús camino de Jerusalén: la mala acogida de los samaritanos de Antonio Labaña de la Agrupación de la Oración en el Huerto;53 Los Milagros de Jesús: la curación del ciego de Juan José Quirós para la Agrupación del Ósculo en 1993;54 y del mismo escultor en 1994 Las Tentaciones de Jesús para el tercio infantil del Prendimiento.55

Lógicamente, el alargamiento de la procesión, compuesta casi exclusivamente por tercios de hebreos con palmas o ramas de olivo, la hizo enormemente monótona, por lo que algunas agrupaciones empezaron a pensar en sacar un trono con imágenes que le diera mayor diversidad y que se ajustara al esquema típico de las procesiones cartageneras: tercio, banda de música y trono. No obstante, los escultores y tallistas buscados para dar forma a estas nuevas incorporaciones no eran de primera fila. Lo importante para los procesionistas en estos momentos era la incorporación del tercio a la procesión y la configuración de la denominada cantera, quedando la calidad de trono e imágenes, que lógicamente exigía una importante inversión económica, relegada a un segundo lugar. Así se explica que, en todos los casos en estos años de nuevas incorporaciones, primero participara el tercio y, años después,

La peculiar iconografía de este último paso, con la representación de Lucifer en el mismo, junto con la escasa calidad general de las imágenes supuso la paralización del proceso de incorporación de grupos de este tipo, e, incluso, en el citado caso del tercio infantil del Prendimiento, la

Soldados romanos en pasacalles. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

Personajes Bíblicos. En primer término Moisés y detrás el Rey David. Foto ACNPJPP, cedida AMMS

Para los tercios que no se han citado documentos de la Cofradía California, vid. Huertas Amorós, Ángel Julio, Op. Cit. http://www.virgencalifornia.com/tercio-infantil.asp (consultado el 23-2-2019) 53 https://oracionhuerto.com/historia/historia-domingo-ramos/ (consultado el 23-2-2019) 54 http://www.osculo.com/ini.htm (consultado 23-2-2019) 55 http://www.elprendimiento.org/agrupacion.html (consultado 23-2-2019) 51 52

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Cartagena Semana Santa 2019 Unos últimos aspectos de este procesión son la desaparición oficial de la Agrupación de la Entrada de Jesús en Jerusalén, que realmente no existía como tal desde hacía bastantes años, que tuvo lugar a principios de 1983, cuando el mayordomo presidente de la misma, José Alajarín Rodríguez, hizo entrega al Hermano Mayor de los saldos de la misma y una memoria de las escasas actividades llevadas a cabo por dicha Agrupación, o más bien solamente por el propio presidente, en los últimos 20 años.60

retirada del grupo que no volvió a salir en ninguna procesión más. La paralización de las novedades escultóricas duró 8 años, reiniciándose el proceso a partir de 2002, año en el que la Flagelación, que era consciente de la baja calidad de su conjunto imaginero, sustituyó el grupo escultórico de Azcoitia por otro de mejor factura, realizado por el escultor, casi podíamos decir de cabecera para los californios en el siglo XXI, José Hernández, quien entregó ese año una nueva Unción en Betania. Dos años después, la Agrupación de la Virgen sustituyó su grupo de Jesús con los niños por otro del mismo escultor citado, quien también realizó en 2006 las del Bautismo de Jesús para la Agrupación del Prendimiento y las de la Imposición del Primado en 2007 para el tercio masculino de San Pedro, cuyo paso tradicional en esta procesión de la Samaritana sería procesionado a partir de entonces por el tercio femenino de la misma Agrupación. Finalmente, la procesión se completó escultóricamente hablando, al menos hasta el momento, pues todavía participan en la misma algunos tercios sin trono, con el Sermón de la Montaña de Luis González Rey en 2004 para la Agrupación de la Coronación de Espinas y con la Elección de los Zebedeos de Juan José Quirós para la Agrupación de Santiago Apóstol en 2008 (aunque el grupo estaba realizado con anterioridad).

También hay que citar la incorporación como piquete a esta procesión de la Sección de Honores de la Agrupación de Granaderos, a partir de finales de los años 90 por la insuficiencia de soldados profesionales para dar escolta a todas las procesiones. La procesión, como se ha visto, fue evolucionando más rápidamente que las estructuras de la Cofradía, lo que había dado como resultado una procesión bastante caótica en su comprensión narrativa, pues lo habitual era que los tercios que se iban incorporando ocuparan en la procesión un puesto en orden inverso a su antigüedad en la misma, independientemente del pasaje evangélico que llevara cada una de ellos. Esta situación, absurda para los espectadores de la procesión, se decidió resolverla, acordando en un Cabildo de Mesa adoptar como orden de procesión el orden evangélico y la colocación en la cabeza de la misma de los granaderos, personajes bíblicos y soldados romanos.61

Es evidente que la procesión de Domingo de Ramos refleja los cambios que estaba experimentando nuestra Semana Santa. Y por ello, en la misma han ido apareciendo, en pequeño pues pequeños son sus protagonistas, las mismas novedades que han surgido en las procesiones de adultos. Así, tras unos años en los que la inmensa mayoría de tronos de las procesiones principales fueron colocados sobre ruedas, a partir de los años 80 se produjo un proceso de recuperación de los portapasos, ya no pagados como antiguamente, sino devotos. Y ese proceso exitoso entre los adultos también se quiso repetir en esta procesión, esgrimiendo el argumento, ya algo manido, de la cantera. La primera Agrupación que dio el paso de crear un grupo de portapasos juveniles fue la del Ósculo que, cuando incorporó su grupo escultórico de los Milagros de Jesús lo hizo sobre un pequeño trono portado a hombros de jóvenes en 199356. Posteriormente siguieron su camino, ya incluso aumentando el tamaño de los tronos, el Sermón de la Montaña en 200457, la Imposición del Primado en 200758 y la Samaritana en 2009, con la peculiaridad de que este trono sería portado por mujeres,59 siguiendo también ese mismo fenómeno ya llevado a cabo algunos años antes en las procesiones adultas.

En definitiva pues, la situación de la procesión de Domingo de Ramos hoy en día refleja la concepción actual de nuestras procesiones y hace que la misma se debata en una dualidad que nos recuerda lo que comentaba Juan Cualquiera en los primeros años de esta procesión allá por los años 40. Por un lado está el dinamismo de las agrupaciones, su necesidad de crecimiento y de asegurar el futuro con un tercio infantil; por otro, la idea de que quizás no sería razonable alargar más esta procesión con nuevos tercios y tronos de agrupaciones que actualmente no los tienen. El resultado final de ello será ya motivo de otro estudio. Rafael Manuel del Baño Zapata Mayordomo Archivero Cofradía California

http://www.osculo.com/ini.htm (consultado 23-2-2019) Baño Zapata, Rafael Manuel, del, “Evolución histórica de la Agrupación de la Coronación de Espinas de la Cofradía California II (1991-2007)”, El Flagelo, XXVI, pp. 16-21, 2016 58 Cervantes Vidal, Fulgencio, “Memoria 2006-2007”, Tiara, nº 14, 2008, pp. 9-30 59 Cervantes Vidal, Fulgencio, “Memoria 2008-2009”, Tiara, nº 16, 2010, pp. 47-59 60 ACNPJPP, Documentación Secretaría General, 1983 , “Carta del Presidente de la Agrupación de Nuestro Padre Jesús en la Entrada de Jerusalén al Secretario General de la Cofradía”, 19-1-1983 y “Reformas hechas en la Agrupación de N.P.J. en la Entrada en Jerusalén desde abril del año 1966 en que me hice cargo de la misma como Mayordomo-Presidente” 12-1-1983. 61 ACNPJPP, Acta de Cabildo de Mesa 30-11-2005 56 57

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Trono de la entrada de Jesús en Jerusalén. Foto: José Barros.


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EN EL 75 ANIVERSARIO DE LA PROCESIÓN DE DOMINGO DE RAMOS En nuestra sociedad, los cristianos, estamos viviendo momentos difíciles, Europa ha pasado de evangelizar a medio mundo a ser tierra de misión, en el que la falta de fe cristiana ha sido sustituida por la comodidad, la indiferencia y la frialdad, que a veces se convierte en franca hostilidad hacia todo lo religioso. Los que nos consideramos creyentes nos hemos adormecido olvidado que la iglesia es misionera por naturaleza, siguiendo el mandato de nuestro Señor “ Id al mundo entero y proclamad el Evangelio “ (Marcos 16,15). El papa Francisco nos indica que “El Evangelio es la Palabra que libera, transforma y hace mas bella nuestra vida” (29-302015). La iglesia nos invita y nos anima a redescubrir a Cristo, para ir progresivamente dando pasos hacia una nueva conversión y ser consecuentes con nuestras raíces cristianas. Debemos actualizar y potenciar los movimientos que dentro de la Iglesia mantienen encendido el espíritu evangélico y la llama de la fe, adatándolos sin perder sus esencias y los fines para los que fueron creados a la nueva realidad social. Las cofradías pasionarias son un vivo ejemplo de asociaciones religiosas estrechamente vinculadas al mundo que las rodea y que concretamente en nuestra ciudad forman parte indisoluble de su patrimonio religioso, artístico, cultural y social. Los californios, tenemos la inmensa suerte de poseer un desfile pasionario el del Domingo de Ramos (La entrada de Nuestro Padre Jesús en Jerusalén) totalmente infantil, y que es cantera de futuros procesionistas,

la mayoría de los hermanos encarnados hemos desfilado en sus distintos tercios y sentido y vivido emociones parecidas que han sido los cimientos de nuestro ser y sentir cofrade.” Escribir es recordar, pero leer también es recordar” nos decía Francois Mauriac. En nuestros comienzos como miembros activos californios, todo era nuevo, todo estaba por vivir y experimentar, recuerdo mis primeros pasos al ritmo del tambor en los ensayos con mi agrupación, la de la Stma. Virgen, que por aquel entonces los realizábamos en los jardines del Teatro Circo, siguiendo las instrucciones de los varas de tercio, que nos parecían Capitanes Generales con mando en plaza , entrañables los “descansos” que aprovechábamos para correr y jugar, bulliciosas entregas de vestuario acompañados siempre por nuestras madres que les gustaba controlar las ropas que se nos asignaban y que convenientemente planchadas y colgadas en nuestras casas formaban parte de la decoración cuaresmal, queridas y dulces chocolatadas en las mañanas del Domingo de Ramos precedidas por las misas , en las que poníamos a prueba la paciencia de los directivos de nuestras agrupaciones que a duras penas conseguían hacernos callar durante la celebración de las mismas, y por fin la gran tarde , nuestra salida en procesión, los nervios, los últimos retoques al vestuario, el paso rápido y nervioso a la iglesia, formación en la nave central, las palabras de ánimo de nuestros responsables de tercio “ ¡demostrar que sois los mejores ! “, el sonido del repique de tambores y a través de la inmensa puerta de Santa María nuestra incorporación a COFRADÍA CALIFORNIA 36

la procesión, saludos emocionados por parte de nuestros familiares a los que por supuesto nunca respondíamos pues se nos había aleccionado para ello ¡ vista al frente pase lo que pase !, me emociona recordar la preocupación de mi madre las tardes de lluvia en las que regresábamos de la procesión completamente mojados, y el orgullo reflejado en su cara al vernos inmóviles en formación a pesar de las inclemencias de tiempo. La rueda de la vida da la vuelta con mucha rapidez y los años pasan sin darnos cuenta, haciendo que los mismos hechos, los mismos sentimientos los vayamos experimentando con nuestros propios hijos y nietos, haciendo de la querida y entrañable procesión de la “Burrica” una auténtica cantera de cofrades. Las cofradías pasionarias son un ejemplo vivo y tangible de la unión, de la perfecta comunicación entre la religiosidad y la fe, el arte y la tradición, todo ello firmemente enraizado en la ciudadanía de nuestra querida Cartagena, Cuidemos con mimo este gran legado heredado de nuestros mayores para uso y disfrute de la generaciones futuras, colaborando al mismo tiempo en la tarea evangelizadora de la Iglesia, al ofrecer al pueblo de nuestra ciudad para su meditación y contemplación la vida pasión y muerte de nuestro Salvador, nuestro Señor Jesucristo. Francisco Javier de la Cerra Martínez Mayordomo de Culto de la Cofradía California


Los milagros de Jesús. La curación del ciego. Foto: Manuel Paredes Camerino


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Aportaciones de la Procesión California de Domingo de Ramos a la escenografía de la Semana Santa de Cartagena El orden, una de las singularidades de la Semana Santa cartagenera, además de ser protagonista del acompasado desfile de los tercios de penitentes que conforman sus procesiones, protagoniza también la forma de representar el relato de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, que en nuestra Semana Santa se procesiona siguiendo día a día la cronología de los episodios evangélicos que narran los hechos acontecidos desde la Entrada de Jesús en Jerusalén hasta su Resurrección. Durante diez días nuestras cuatro cofradías nos presentan el amplio conjunto de escenas que componen sus procesiones, aportando una variada iconografía sobre el ciclo de la Pasión, que en el caso de Cartagena, y por la singularidad ya comentada sobre su orden, ha enriquecido notablemente la escenografía cofrade de nuestra ciudad, e incluso de la Semana Santa española. Así desde el Viernes de Dolores, y a excepción de las imágenes de Cristo Crucificado y la Virgen que componen el Vía Crucis Penitencial de la Cofradía del Cristo del Socorro, la imagen de la Virgen de la Piedad en la procesión marraja de las Promesas de Lunes Santo, y el Cristo de los Mineros y la Vuelta del Calvario en la Procesión california del Silencio, el ciclo cofrade cartagenero realiza su narración siguiendo el orden cronológico de los hechos protagonizados por Jesucristo. La evolución y crecimiento de las procesiones cartageneras a lo largo del

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siglo XX, propiciaron la incorporación de nuevas y novedosas escenas y alegorías sobre la Pasión, así como de algunos de los pasajes desarrollados durante la vida pública de Cristo, incorporados para no romper el orden del relato sacro penitencial, hecho que ha permitido a los Californios enriquecer la iconografía cofrade tanto en su procesión de Viernes de Dolores como en la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, titular de la Procesión California de Domingo de Ramos, que este año 2019 cumple su setenta y cinco aniversario. Durante el siglo XX la Semana Santa de Cartagena experimentó un notable aumento en el número de sus procesiones incorporando a las clásicas existentes surgidas en épocas anteriores -el traslado del Apóstol San Pedro el Martes Santo, el Magno Cortejo del Prendimiento de Miércoles Santo, las Procesiones del Encuentro y del Santo Entierro de Viernes Santo-, el Vía Crucis del Cristo del Socorro (Recuperado en 1961), la procesión de Promesas de la Virgen del Piedad (1930), el Traslado de los Apóstoles (incorporándose a esta procesión San Juan Evangelista en 1946 y Santiago Apóstol en 1972), la procesión del Silencio en Jueves Santo (1928), y los cortejos de Domingo de Resurrección (1943), Domingo de Ramos (1944), Sábado Santo (1959) y Viernes de Dolores (1979). La procesión de Domingo de Ramos surgió en un contexto de reconstrucción producido tras la Guerra Civil y por la intención de los cofrades de

ocupar todos los días de la Semana Santa, proyecto ya iniciado antes del conflicto bélico, que pretendía convertir nuestras procesiones en un reclamo turístico y conseguir un ciclo festivo más amplio que se desarrollara durante los siete días de la semana, y atraer así al mayor número de visitantes posibles a nuestra ciudad durante esos días1. También podemos enmarcar su origen dentro de la “vieja rivalidad” existente entre californios y marrajos tras la creación de dos nuevas procesiones, la transformación del traslado de la Virgen de la Piedad del Lunes Santo en procesión y la del Resucitado, organizada por una nueva cofradía concebida en su origen como una agrupación dentro de la Cofradía Marraja. Desde la salida de aquel primer cortejo de Domingo de Ramos, realizado el 2 de abril de 1944, compuesto tan solo inicialmente por un tercio de hebreos adultos, que acompañaban un único trono, el de la Entrada de Jesús en Jerusalén, seguidos por el tercio de soldados romanos (los ‘Armados del Prendimiento’), hasta su actual configuración como procesión infantil, su composición ha adquirido un notable crecimiento, sumando a la escena titular casi una decena de nuevos pasos que representan escenas previas al momento en el que Jesús se dirigió a Jerusalén. Conjunto de tronos que hacen que esta procesión se haya convertido en una valiosa aportación a la escenografía cofrade de nuestra Semana Santa.

Del Baño Zapata, R. La Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento desde su fundación hasta la actualidad. Catálogo de la exposición Los Californios, 2006

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Cartagena Semana Santa 2019 La primera aportación de la Procesión de Domingo de Ramos a la escenografía cofrade cartagenera será su paso titular ‘La Entrada de Jesús en Jerusalén’, escena que hasta entonces no había sido procesionada en la Semana Santa de la ciudad, aunque formó parte de los cortejos penitenciales cartageneros desde 1912 hasta 1919 pero representada por cofrades que como figurantes formaban parte de la desaparecida procesión realizada en Lunes Santo por la Cofradía Sanjuanista, hermandad infantil que existió en la ciudad de Cartagena en las primeras décadas del siglo XX, y que puede ser considerada un antecedente de la procesión california de Domingo de Ramos2. El trono de ‘La Entrada de Jesús en Jerusalén’ de aquella primera procesión California de Domingo de Ramos lo protagonizó un grupo adquirido por los californios obra del escultor Francisco Sánchez Araciél (1851–1918), artista murciano cuya obra se mantuvo siempre fiel a la estética salzillesca a la que estaban familiarizados los cofrades del Prendimiento. Este grupo fue restaurado por Nicolás Martínez Ramón3, que también fue el encargado de realizar, en escayola, la burra y la pollina que acompañaba a Cristo durante las salidas de esta procesión desde 1944 a 19474. A esta primitiva escena se le sustituyo la figura de Cristo por un nueva obra de Mariano Benlliure en 1947, y en 1970 las imágenes del hebreo, la hebrea y un niño, que realizaría José Sanchez Lozano,que sustituyeron al resto de imágenes del primitivo grupo obra de Sánchez Araciel.5 Durante la primera década de esta procesión, que abarca desde los co-

Trono del Bautismo de Jesús. Fotografía José Barros

mienzos en 1944 hasta 1952, la Cofradía California va a ir desarrollando una serie de propuestas con la intención de resaltar la alegría propia del Domingo de Ramos, alejando de ella el carácter penitencial de las otras procesiones organizadas por la cofradía, hasta lograr conseguir una procesión en la que el pueblo hebreo,

conformado ya exclusivamente por niñas y niños, tendrá gran protagonismo, siguiendo con ello los pasos de la desparecida cofradía sanjuanista. El aumento de la participación infantil como pueblo hebreo conciencia a los cofrades californios de que esos niños son el futuro, momento en el

Ortiz Martínez, D. La Cofradía infantil Sanjuanista. Un antecedente de la actual procesión del Domingo de Ramos. El Flagelo, Año XII, 2002. EL NOTICIERO. Sábado 15 de enero de 1944 4 Ese año la figura de Cristo fue sustituida por una nueva realizada por Mariano Benlliure, imagen que en su origen iba a ser destinada para el grupo de la Santa Cena encargado a este autor, pero la avanzada edad del artista, y su fallecimiento ese mismo año de entrega de la obra, motivó que los cofrades californios tomaran la decisión de encargar el grupo completo de la Santa Cena al escultor Juan García Talens, discípulo y colaborador habitual de Benlliure, y pasar esta imagen al trono de “la burrica”, como coloquialmente es conocida la escena de ‘la Entrada de Jesús en Jerusalén’ en nuestra ciudad. 5 Botí Espinosa, M. V. Catálogo de la exposición “Los Californios”, 2006 6 Huertas Amorós, A. J. ‘La Procesión de Domingo de Ramos’, en El Flagelo, 202 2 3

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Cartagena Semana Santa 2019 que comenzaron a perfilarse un serie de cambios que propiciarían la actual configuración de esta procesión. La incorporación del primer tercio infantil filial a una de las agrupaciones californias sería en 1953, el de San Juan Evangelista7, al que le sucedieron los de la Agrupación de la Santa Cena’, en 19548 con un tercio de niñas que sobrevivió hasta 19609, el de la Agrupación de ‘San Pedro’ y el de la ‘La Virgen del Primer Dolor’, desfilando estos por primera vez en 195710 y en 195911,respectivamente. En este contexto la segunda escena incorporada al cortejo de Domingo de Ramos se produciría en 1963 con el grupo de ‘La conversión de la Samaritana’, pasaje realizado por Francisco Salzillo que desde el siglo XVIII formaba parte del Magno Cortejo del Prendimiento. Esta escena poco habitual en los desfiles pasionarios del siglo XVIII, tenía un claro sentido alegórico en la procesión de Miércoles Santo, que al pasar al Domingo de Ramos se descontextualizaría perdiendo la simbología original que tenía abriendo el Magno Cortejo en el que su participación hacía una clara alusión a los fines de esta Cofradía12. El grupo de La Samaritana de Francisco Salzillo, destruido en 1936, que fue sustituido por el actual realizado en 1945 por José Sánchez Lozano, al pasar a procesionar el Domingo de Ramos adquirió un sentido exclusivamente narrativo incorporándose a esta procesión como la primera de las escenas que nos narrarán la vida pública de Cristo, previa a su Entrada a Jerusalén.

Posteriormente, y durante dos décadas, debido a la crisis que sufrieron en los años sesenta y setenta las cofradías pasionarias, no se produce ninguna nueva incorporación de tercios infantiles, ni tampoco de ningún nuevo trono. Será a partir de 1978, cuando con la creación del Tercio Infantil de la Agrupación de La Flagelación, y la sucesiva y continua incorporación de nuevos tercios infantiles, cuando se propicie la inclusión de nuevas escenas, algo que la propia procesión demandaba para romper la monotonía de un cortejo conformado tan solo por dos tronos y numerosos grupos de penitentes infantiles de hebreos. Tras el tercio infantil de La Flagelación, que comienza a salir en 197813, sucesivamente se van agregando el de La Oración en el Huerto (1980)14, el Prendimiento (1981)15,el Ósculo (1989)16, el de la Agrupación de Santiago Apóstol (1991)17, el de la Coro-

nación de Espinas (1984)18, la Santa Cena (1994) y la Sentencia (1996), además de los Tercios infantiles de Granaderos (1992) y de los Judíos (1998). Así a partir de los años ochenta, y por las causas antes comentadas, progresivamente se fueron incorporando tronos con escenas de la vida pública de Jesús, ‘La Unción de Jesús en Betania’ (1981) para el tercio infantil de la Flagelación, ‘Jesús con los niños’ (1982) para el de la Agrupación de la Virgen del Primer Dolor, ‘Los Milagros de Jesús’ (1991) para el del Ósculo, ‘Jesús Camino de Jerusalén’ (1992) para el de la Oración en el Huerto (tercio que desde 1980 procesionaba el Ángel Confortador)19, y ‘Las Tentaciones de Jesús’ (1994) para el del Prendimiento, desfilando este sólo el año de su estreno. Posteriormente se incorporará ‘El Bautismo de Cristo’ (2006) para ser procesionado por el tercio infantil del Prendimiento, ‘El Sermón en la Montaña’ (2004) para

Tercio infantil de la Sentencia saliendo de la iglesia de Santa María. Fotografía Nieves Ortuño Saenz

EL NOTICIERO. Sábado, 28 de marzo de 1953 EL NOTICIERO. Sábado, 10 de abril de 1954 9 Agrupación de la Santa Cena. BOLETÍN COFRADE Nº 5. 2002 10 EL NOTICIERO. Miércoles, 20 de marzo de 1957 11 EL NOTICIERO. Marte, 24 de febrero de 1959 12 Huertas Amorós, A. J. Catálogo de la exposición “Los Californios”, 2006 13 LA VERDAD. Domingo, 19 de marzo de 1978 14 LA VERDAD. Domingo, 30 de marzo de 1980 15 LA VERDAD. Domingo, 12 de abril de 1981 16 LA VERDAD. Martes, 14 de marzo de 1989 17 LA VERDAD. Lunes, 25 de marzo de 1991 18 La Coronación de Espinas 50 Aniversario, 2012 19 Imagen de pasta de madera realizada por Sánchez Lozano tras la Guerra Civil para el Miércoles Santo y que en los años 70 fue sustituida por otra hecha en madera, también de Sánchez Lozano 7 8

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Cartagena Semana Santa 2019 el tercio infantil de la Coronación de Espinas, ‘La Imposición del Primado’ (2007) por el tercio infantil masculino de San Pedro Apóstol, y ‘La Elección de los Zabedeos’ (2008) para el tercio infantil de Santiago. Curiosamente la incorporación escalonada de los tercios infantiles al cortejo mantuvo durante décadas una cronología desordenada de estas escenas, hecho que llevó a la Cofradía a tomar la decisión de reorganizar el orden de la procesión, que hasta 2006 respondía más a la tradición y antigüedad de la incorporación de cada uno de los tercios en la misma. El nuevo orden aprobado en 2006 por el Cabildo de Mesa californio para este cortejo se adaptaba a lo que recogían los Evangelios y no a la antigüedad de los tercios en la misma, asignando también a cada uno de los tercios que en esa época carecían de trono una escena que les marcará a su vez el lugar que desde ese año ocuparán en la procesión. Así el tercio infantil de la Agrupación de la Santa Cena pasó a procesionar tras la escena del Bautismo, al serle asignada para el futuro la escena de Las Bodas de Caná, y el tercio infantil de la Sentencia pasó a procesionar tras el trono de La imposición del Primado, al asignarle la escena del Arrepentimiento de María Mag-

Hebrea Tercio Infantil Agrupación La Sentencia. Foto: José Diego García Mercader.

dalena. Tronos que muchos confiamos se incorporen a esta procesión en un futuro no muy lejano, para que los tercios infantiles de estas agrupaciones adquieran su sentido como grupos de penitentes ante un paso.

- Jesús Camino de Jerusalén. La mala acogida de los samaritanos - Jesús con los Niños - La Unción de Jesús en Betania - Ángel Anunciador - La Entrada de Jesús en Jerusalén

Las escenas y el orden de participación con el que estas participan en la procesión de Domingo de Ramos desde el año 2006 es: - El Bautismo de Jesús - La Conversión de la Samaritana - La Elección de los Zebedeos - El Sermón de la Montaña - Los Milagros de Jesús, la curación del ciego - El Ángel Confortador

Estos pasajes de la vida pública de Cristo han enriquecido notablemente el desfile infantil californio de Domingo de Ramos, aportado con ello a la Semana Santa cartagenera la representación plástica de iconografías que habitualmente han sido mayoritariamente representadas tan solo en la pintura y no como escenas procesionales, siendo la Semana Santa de Cartagena la única que acoge algunas de esta escenas como los grupos procesionales de ‘la Elección de los Zebedeos’, ‘el Sermón de la Montaña’, ‘los Milagros de Jesús. La curación del ciego’, y ‘Jesús Camino de Jerusalén. La mala acogida de los samaritanos’. Otras de ellas, sin embargo, no son un hecho aislado de nuestra Semana Santa como la escena del ‘Bautismo de Cristo’, que en las procesiones de la ciudad de Cuenca desde 1987 forma parte de la ‘Venerable Hermandad del Bautismo de Nuestro Señor’, participando el grupo que la representa desde el año 1990 en la noche de Martes Santo, tras la imagen de San Juan Bautista20.

Trono de la Unción en Betania. Fotografía José Barros 20

Botí Espinosa, M. V. Catálogo de la exposición Los Californios, 2006

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Trono del Sermón de la Montaña Foto: José Barros


Cartagena Semana Santa 2019 La escena de Jesús con los niños, es otro de los grupos que procesiona en otras semanas santas, en este caso en la salmantina en la que la ‘Hermandad de Jesús Amigo de los niños’ de esa ciudad, desde 1945 procesiona también esta escena en Domingo de Ramos21. También la Semana Santa de la ciudad de León acoge en sus cortejos penitenciales la escena de La Unción de Jesús en Bentania, perteneciente a la ‘Hermandad de Santa Marta y Sagrada Cena’, grupo que allí se denomina ‘La casa de Betania’22. Varias ciudades de nuestra región acogen también esta escena en sus procesiones como en Jumilla que desde 1992 forma parte de la procesión de Miércoles Santo que realiza

Hebrea Tercio Infantil Santísima Virgen. Foto: José Diego García

la Cofradía de Nuestra Señora del Primer Dolor23, en Cieza dentro de la Cofradía de la Oración en el Huerto y Santo Sepulcro, conocida como “Los

Trono de Jesús con los niños. Foto: José Diego García Mercader

http://jesusamigodelosninos.blogspot.com http://www.semanasantaleon.org/hermandad-de-santa-marta-y-de-la-sagrada-cena 23 http://semanasanta-jumilla.es/hermandades-cofradias/cofradia-senora-primer-dolor/paso-jesus-betania/ 24 https://cieza.procesiona.com/es/cofradias/cofradia-de-la-oracion-del-huerto-y-el-santo-sepulcro.html 25 http://cofradiasantamariamagdalena.blogspot.com/p/uncion-en-betania.html 21 22

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Dormis”, en su procesión de Miércoles Santo24, y en ese mismo día también en Alhama de Murcia, formando parte de la Cofradía de Santa María Magdalena25. La celebración de los setenta y cinco años de historia de la procesión California de Domingo de Ramos nos permite reivindicar para esta procesión su gran valor dentro del conjunto de procesiones que se desarrollan en la Semana Santa de Cartagena, alegre cortejo infantil que además de formar a futuros y comprometidos cofrades, nos aporta un valioso conjunto de grupos procesionales cuya representación es única dentro del repertorio iconográfico cofrade español.

María Victoria Botí Espinosa


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Imágenes para una procesión singular: la imaginería del Domingo de Ramos californio La procesión california del Domingo de Ramos es una procesión sin duda singular dentro de la Semana Santa de Cartagena por varias razones: su carácter netamente infantil, sus tercios de hebreos y el relato evangélico de los tronos o pasos que la integran, donde se recogen algunos de los pasajes más significativos de la vida pública de Cristo. Circunstancia, esta última, que le otorga a este cortejo californio una singularidad más allá del ámbito meramente local, al ser probablemente la única procesión española con esta peculiaridad. El hecho de incluir en el cortejo del Domingo de Ramos solamente escenas anteriores al ciclo pasionario se debió a la necesidad de tener que añadir nuevos tronos a la procesión a partir de comienzos de la década de 1980, debido al número de tercios de hebreos que se incorporaron en esa época1, y mantener a su vez el orden cronológico de la Semana Santa cartagenera, una de sus señas de identidad desde la segunda mitad del siglo XX. Hasta entonces, en la procesión sólo desfilaban dos pasos: La entrada de Jesús en Jerusalén, desde su creación en 19442, y La conversión de la mujer samaritana, desde 19633. El primitivo grupo de La entrada de Jesús en Jerusalén fue restaurado en Murcia, para su salida procesional, por el escultor Nicolás Martínez y lo

componían las figuras de Jesús sobre la “burrica”, un hebreo portando un ramo de olivo y una hebrea arrodillada. Estas imágenes habían sido realizadas por Francisco Sánchez Araciel4, un escultor murciano, fallecido en 1918, autor también de la talla de San Ginés de la Jara que se entronizó en 1917 en la Catedral Antigua5, cuya obra, en su mayor parte de carácter religioso, tenía como referente la de Francisco Salzillo6. Poco sabemos sobre cómo pudo llegar este conjunto escultórico a la cofradía california, aunque cabe la posibilidad de que se tratase del mismo que la cofradía infantil de San Juan estrenó el Lunes Santo de 19147, cuyo destino una vez desaparecida la cofradía se desconoce. Tampoco se sabe qué pudo pasar con estas imágenes una vez que dejaron de ser utilizadas el Domingo de Ramos, si bien cabría plantear que pudieron ser vendidas a alguna cofradía foránea como ocurrió con el antiguo grupo de la Santa Cena. La talla de Jesús fue prontamente sustituida por otra que Mariano Benlliure había realizado en 1947 para el grupo de la Santa Cena, cuyo rostro estaba inspirado en el de la Santa Faz de Alicante8. El cambio vino propiciado por el fallecimiento del escultor en noviembre de ese mismo año9, por lo que la cofradía decidió que el grupo de la Santa Cena fuese realizado en su totalidad por Juan García Talens,

destinando la imagen de Benlliure al grupo de La entrada de Jesús en Jerusalén. Años más tarde, las figuras de los dos hebreos fueron también reemplazadas por otras de José Sánchez Lozano: la de la mujer arrodillada en 197010 y la del hebreo con un niño en brazos al año siguiente11; con lo que el grupo quedó configurado tal como sigue procesionando hoy en día. El actual grupo de La conversión de la mujer samaritana, constituido por las figuras de Jesús y la mujer samaritana, fue realizado por el escultor José Sánchez Lozano en 194512, con el fin de sustituir el de Francisco Salzillo que había sido destruido en julio de 1936. El paso se había incorporado a la cofradía california en 177313 y abrió el cortejo californio del Prendimiento la noche del Miércoles Santo hasta 1962, ya que al año siguiente, como se comentó previamente, pasó al Domingo de Ramos con el pretexto de mantener el orden cronológico en los desfiles californios, aunque en realidad el cambio estuvo motivado por el estreno del trono de la Coronación de Espinas en 196314, coincidiendo con una época en la no se quería alargar en exceso la procesión del Prendimiento. El trono de la Samaritana servía probablemente en el siglo XVIII de introducción al cortejo del Prendimiento

Huertas Amorós AJ. La procesión del Domingo de Ramos. El Flagelo. 2002; 12: 8-13. El Noticiero (Cartagena), 28 de febrero de 1944: 1. 3 El Noticiero (Cartagena), 2 de marzo de 1963: 1. 4 El Noticiero (Cartagena), 15 de enero de 1944: 1. 5 El Porvenir (Cartagena), 17 de agosto de 1917: 1. 6 Melendreras Gimeno JL. La escultura del 98 en Murcia: impacto de la quiebra colonial. Anales de Historia Contemporánea. 1998; 14: 284-294. 7 La procesión de los Sanjuanistas. El Eco de Cartagena (Cartagena), 4 de abril de 1914: 1. 8 Las nuevas imágenes californias. El Noticiero (Cartagena), 31 de marzo de 1947: 1. 9 El Noticiero (Cartagena), 10 de noviembre de 1947: 1. 10 El Noticiero (Cartagena), 23 de marzo de 1970: 3. 11 El Noticiero (Cartagena), 27 de febrero de 1971: 3. 12 De procesiones. El Noticiero (Cartagena), 21 de febrero de 1945: 4. 13 Castellón C. Datos históricos de la cofradía california. El Noticiero (Cartagena), 26 de marzo de 1941: 3. 14 El Noticiero (Cartagena), 28 de marzo de 1963: 1. 1 2

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Cartagena Semana Santa 2019 propiamente dicho y tenía un hondo contenido simbólico al aludir al bautismo y a las obras de misericordia. Este paso constituye el precedente más antiguo de escenas no relacionadas con el ciclo sacro de la Pasión en la cofradía california y su incorporación a la procesión en una fecha tan temprana debió de ser “revolucionaria” en la época, pues hasta donde conocemos no hay constancia de este tipo de pasos en otras cofradías españolas durante el período de la Ilustración; aunque la escena representada debió gozar de una pronta popularidad en la diócesis, ya que en 1799 el escultor Roque López esculpió este mismo grupo, inspirado en el de los californios, para la archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Murcia15. Asimismo debía ser un paso carismático en la propia ciudad de Cartagena, como demuestra el hecho de que la cofradía infantil de San Juan lo incorporase a su procesión del Lunes Santo a comienzos del siglo XX16. Hoy en día la presencia de La Samaritana es habitual en la Semana Santa de los pueblos y ciudades de la diócesis cartagenera y su área de influencia. La imaginería de estos dos pasos, que podríamos denominar “clásicos” del Domingo de Ramos californio, es un fiel reflejo de la escultura california del período de posguerra en el que Mariano Benlliure Gil y José Sánchez Lozano fueron los escultores encargados de reconstruir la mayor parte del patrimonio perdido17. Estos dos artistas, sin embargo, tenían conceptos muy diferentes a la hora de abordar la escultura, lo que sugiere que entre los cofrades californios de aquella época debieron convivir dos sensibilidades distintas al afrontar el reto de rehacer todo lo que había desaparecido en los inicios de la guerra. No obstante, a través de las imágenes

Trono de la Samaritana. Fotografía José Diego García Mercader

de Sánchez Lozano, en estos dos tronos del Domingo de Ramos encontramos la pervivencia de la estética de Francisco Salzillo tan arraigada en la cofradía california desde sus primeros momentos. A partir de la década de 1980 y hasta mediados de los noventa, coincidiendo con el incremento de los tercios infantiles, se agregaron cinco nuevos tronos a la procesión: La unción de

Jesús en Betania (1981), de Jesús Azcoytia; Jesús con los niños (1982), de Manuel Ardil Pagán; Jesús camino de Jerusalén, la mala acogida de los samaritanos (1992), de Antonio Labaña Serrano; Los milagros de Jesús, la curación del ciego (1993) y Las tentaciones de Jesús (1994), estos dos últimos de Juan José Quirós Illán18. Muchos de ellos desaparecieron pronto de la procesión, siendo sustituidos por obras de una mayor calidad. En la

Roque López-La mirada del discípulo- Región de Murcia Digital. https://www.regmurcia.com. Arte y cultura (última consulta 20 de febrero de 2019) La procesión infantil. El Eco de Cartagena (Cartagena), 29 de marzo de 1912: 1. 17 Huertas Amorós AJ. Escultores californios. Cartagena Semana Santa 2017: 31-35. 18 Huertas Amorós AJ. La procesión del Domingo de Ramos. El Flagelo 2002; 12: 8-13. 15 16

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Trono de Jesús camino de Jerusalén. La mala acogida de los samaritanos. Fotografía José Diego García Mercader

actualidad sólo siguen desfilando dos de estos cinco tronos: Jesús camino de Jerusalén, la mala acogida de los samaritanos y Los milagros de Jesús, la curación del ciego. Probablemente, el hecho de que la mayoría de estos pasos fuesen obra de artífices locales, por entonces noveles y con escaso dominio de la técnica escultórica, podría explicar el pobre resultado de estas composiciones que tan poco éxito alcanzaron. Además, los autores de estos tronos hubieron de enfrentarse al reto añadido de tener que configurar unas escenas para las que carecían de referentes apropiados, ya que no suelen representarse como pasos procesionales. Sólo en el caso de La unción de Jesús en Betania podríamos encontrar un precedente cercano en el grupo de Jesús en casa de Lázaro de la cofradía de los coloraos de Murcia, realizado en 1910 por Francisco Sánchez Araciel, y que, tras su destrucción en la Guerra Civil,

se había reincorporado en 1985 de la mano, en esta ocasión, del escultor murciano José Antonio Hernández Navarro19. El impulso definitivo para completar el discurso narrativo del Domingo de Ramos californio se produjo en los primeros años del siglo XXI. Tras el fracaso de buena parte de los encargos realizados en las dos décadas anteriores, los cofrades optaron por un escultor ya consagrado en la Región y conocido en la propia cofradía. Así, José Hernández Navarro será el autor de varios de los tronos realizados en ese momento: La unción de Jesús en Betania (2002) y Jesús con los niños (2004), que sustituían a otros dos desechados, y El bautismo de Jesús (2005) y La imposición del Primado (2007)20, estos dos de nueva creación. En estas obras de Hernández Navarro podemos apreciar la evolución experimentada por el artista coincidiendo

con los primeros años del nuevo siglo. De manera que, en los dos primeros son perceptibles aún los rasgos que definen la época más clasicista del artista murciano, claramente deudora de la escultura de la Antigüedad grecorromana, mientras que en los dos últimos, por el contrario, encontramos un canon mucho más estilizado y esbelto que acerca sus figuras a los postulados estéticos del mundo gótico. La procesión se completó en esos mismos años con otras dos obras: El sermón de la montaña (2004), de Luis Enrique González Rey, escultor gaditano autor también de los relieves de la capilla del Prendimiento, y La elección de los Zebedeos (2007), obra del cartagenero Juan José Quirós Illán21. Además de las imágenes que configuran los pasos propiamente dichos, al analizar la escultura en la procesión del Domingo de Ramos habría que mencionar también las figuras y

Historia de la Archicofradía de la Preciosísima Sangre; en www.coloraos.com (última consulta 3 de marzo de 2019) Huertas Amorós AJ. Los californios: tres siglos de historia cofrade. Murcia 2014: 49-50. 21 Ibidem. 19 20

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Trono de la Samaritana saliendo de la iglesia. Foto: José Barros.

los relieves que decoran algunos de los tronos que desfilan en este cortejo californio; y en especial la ornamentación escultórica del trono de la Samaritana, obra del valenciano Aurelio Ureña, estrenado en el año 193122, que destaca tanto por su calidad como por su profunda simbología. Ureña dispone en el frente del trono de la Samaritana una figura femenina alada que ocupa todo el cuerpo y apoya su mano izquierda sobre una cartela con las armas de la cofradía california: la linterna sorda sobre dos áncoras cruzadas y una corona real rematando el conjunto. Posiblemente, se trate de una representación alegórica de la propia cofradía. No hay que olvidar que cuando se concibió este trono encabezaba el cortejo californio del Miércoles Santo. Opuesta a esta figura, en el la cara posterior y de las mismas dimensiones, se representa una alegoría de la caridad: una matrona con dos niños, uno en brazos y el otro en pie a su lado. En las caras laterales se colocan sendos bajorrelieves, en color marfil, donde se representan dos escenas del Nuevo Testamento: La resurrección de la hija de Jairo y el episodio de la mujer adúltera, en clara alusión al poder salvífico del agua y del bautismo que nos redime de nuestros pecados y nos abre 22

las puertas de la vida eterna. La decoración del trono se complementa con cuatro figuras policromadas de ángeles ubicados en las esquinas del trono. Otros tronos californios del Domingo de Ramos que también poseen una decoración figurada, aunque no de la entidad del de la Samaritana, son el de La unción de Jesús en Betania y el del Sermón de la montaña. Gonzales Rey realiza para ambos una serie de altorrelieves, en algunos casos figuras de bulto redondo, que sirven de adorno y ayudan a reforzar también el significado del pasaje evangélico que se procesiona en ellos. Así, en el de La unción de Jesús en Betania se dispone en la parte posterior un relieve donde se representa el momento del entierro de Cristo, dado que la unción en Betania es una prefiguración de la muerte del Redentor. A los lados aparece la escena de la Santa Cena, en el momento en el que Jesús anuncia que será traicionado por uno de los discípulos, y la del Prendimiento, cuando Judas lo entrega con un beso. Ambas aluden al protagonismo de Judas en la escena de la unción en Betania, por una parte, cuando le recrimina a María el dispendio que ha hecho al adquirir el perfume para ungirlo, y a su papel, por otro lado, en el momento del Prendimiento, auténti-

Cartagena Nueva (Cartagena), 7 de marzo de 1931: 2.

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co epicentro de la Pasión california. Por su parte, los cuatro relieves que decoran el trono del Sermón de la montaña representan otras tantas bienaventuranzas. La imaginería del Domingo de Ramos californio constituye un conjunto ecléctico y heterogéneo tanto en el estilo como en la calidad artística, ya que es una procesión que ha ido evolucionando profundamente a lo largo de sus setenta y cinco años de historia. De manera que la actual nada tiene que ver con la que se concibió en 1944. El cambio experimentado por la misma en estos años, junto a la necesidad de tener que adaptarse a la tradición cartagenera de mantener la cronología del Evangelio a lo largo del ciclo de la Semana Santa, han terminado por configurar, sin embargo, una procesión dotada de una acusada personalidad donde se narra la vida pública de Cristo y constituye una auténtica catequesis en la calle, en unos tiempos donde el desconocimiento de los textos sagrados es cada vez mayor en la sociedad española. Una razón más que suficiente para que los cofrades californios reivindiquemos con legítimo orgullo nuestra procesión de Domingo de Ramos. Ángel Julio Huertas Amorós


Sudario del Tercio Infantil de la Agrupación del Prendimiento. Foto: José Diego García Mercader.



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Cruz Reliquia de la Cofradía (siglo XVII). Tercio del Santo Cáliz Foto: Moisés Ruiz


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De los días y las horas en la Cofradía del Nazareno La conmemoración de la Pasión, Muerte, y Resurrección de Jesucristo tiene en Cartagena sus días y sus horas. Desde su entrada en Jerusalén el Domingo de Ramos la ciudad asiste, en sus días y en sus horas, a la Pasión de Cristo, del Jesús de Nazaret, representada en unos desfiles procesionales que desde siglos encarnan en esta tierra la singular manifestación de fe y religiosidad popular adornada y envuelta en la personal configuración con la que a lo largo de este tiempo se fue gestando. Procesiones que hoy son la inequívoca seña de identidad de Cartagena y que constituyen un maravilloso conjunto patrimonial, exquisito artificio de arte y cultura, dispuesto cada año llegada la primavera para acercarnos la tradición de nuestra Semana Santa.

salida procesional y es conducido entrando en la ciudad camino del Encuentro con su Madre Dolorosa. Madrugada de Viernes Santo que gira toda alrededor del epicentro de la ciudad al que los marrajos, hace ya más de doscientos cincuenta años, damos anualmente su sitio y le otorgamos su grandeza como escenario paradigmático de la representación pasionaria en Cartagena: la plaza de la Merced. La “teatralización barroca del escenario urbano mediante la solemnidad religiosa” como elemento clave para entender el discurso pasionario en este caso de la Cofradía Marraja, añade en el desfile que nos ocupa el principal de su configuración y su puesta en escena, y lo sitúa en esta plaza entrañable de la ciudad. La segunda función de este viernes al que le faltarán siempre horas, la del “Desclavamiento y Entierro de Cristo” que corresponde a la procesión del Santo Entierro llegará al caer la noche. Segundo acto y segunda parte esencial de la fantástica representación del Viernes Santo en este cortejo heredero de aquel otro inicial, manteniendo el mismo hilo conductor y la continuidad narrativa y cronológica que es consustancial a la Pasión según los Marrajos. Espléndido desfile procesional en clave marraja donde los perfiles habituales definitorios de nuestra pasionaria, la luz, el orden, la flor, la música, parecen atemperarse y envolver el conjunto solemnizando si cabe aún más, arropando de la mejor manera, la culminación de la Pasión que esta noche se revive y se representa. Partiendo de la Cruz donde agoniza y muere Cristo, el mensaje principal de todo el conjunto: la Soledad, la inmensa soledad de la Virgen acompañando finalmente al Hijo muerto, al Cristo Yacente.

En la Cofradía Marraja y en sus primitivos cortejos de Viernes Santo que tenían lugar ya en el siglo XVII se encuentra el origen de la celebración pasionaria de la ciudad. Y en una pasionaria cartagenera inigualable tiene la Cofradía del Nazareno sus días y sus horas. Porque con el discurrir del tiempo a partir del domingo nos encontraremos en el primer día de la semana con un Lunes Santo de color morado. Lunes Santo de Piedad desde que en 1930 se convirtió en procesión el inicial traslado de entonces para su posterior salida en la noche del Viernes Santo, y que así formara parte del relato de esas horas, del grupo escultórico que recoge la escena de la Madre con el Hijo muerto en su regazo. Lunes de Piedad, de promesa, y de devoción. Lunes de procesión marraja por encima de cualquier otra consideración para que sus horas, en el tiempo durante el cual navega esa noche majestuosa la Virgen de la Piedad sobre el inmenso mar de cariño y de miles de promesas de un pueblo que la sigue, siempre sepan a poco y transcurran en un suspiro.

Y en estos días y estas horas de la Cofradía del Nazareno en la Semana Santa de Cartagena un cuarto cortejo cierra el ciclo de su Pasión. Procesión de la Vera Cruz medida, austera, sencilla, recogida, contrapunto radical a la magnificencia del desfile tan impresionante que vivimos la noche anterior en el Santo Entierro. Desfile en el Sábado Santo que tras adornarse al inicio con la luz del atardecer del día, busca la compañía de una tenue iluminación de cera en tronos y hachotes, y el singular tintineo del cristal aunando el paso invitando a la meditación sincera. Procesión de duelo frente a la muerte y de esperanza en la Resurrección donde la cruz desnuda testimonia que todo se ha consumado, y que se cerrará con la más íntima, y la más contenida manifestación del abandono y la pérdida; la soledad de soledades, la Madre rota y exhausta encarnada en la maravillosa imagen de la Virgen de la Soledad de los Pobres.

Los días y las horas pasaran vertiginosos en Cartagena, y después de revivir en clave encarnada el drama de Jesús Prendido, el relato pasionario del sufrimiento de Cristo traicionado, condenado, humillado, flagelado, y coronado de espinas al que sigue y acompaña su Madre la Virgen del Primero Dolor, nos encontraremos con el Viernes Santo y de nuevo con la Cofradía del Nazareno. La Semana Santa de los marrajos avanza así y cumple día a día con su programa pasionario cincelado en el tiempo. Y en este día y en sus horas, en este Viernes de Pasión, los dos desfiles procesionales más antiguos de nuestra ciudad que conforman la representación del Vía Crucis que desde 1663 los marrajos ponen cada año en sus calles. El primero de ellos narrará hoy como antaño el “doloroso trance de Jesús en la calle de la Amargura” en la procesión del Encuentro cuando el día apenas ha comenzado a despuntar, y el protagonismo absoluto en esa madrugada mágica para la figura de Nuestro Padre Jesús Nazareno que deja el barrio de Santa Lucia en su

Pedro María Ferrández García Cronista de la Cofradía Marraja

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La Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Bien de Interés Cultural Con fecha 27 de febrero, el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia emitió Decreto nº 15/2019 (BORM del 0603-2019) por el que se declaraba bien de interés cultural, con categoría de monumento, la Capilla Marraja de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en Cartagena.

por la propia iglesia de Santo Domingo, en la que se incluye, y, al contar con fachada y acceso directo desde la calle Mayor, se delimita también un entorno de protección exterior, siguiendo el criterio de la visibilidad de dicha fachada, abarcando la calle Mayor desde la esquina con calle Comedias hasta el frente de la iglesia de Santo Domingo.

Esta declaración se fundamenta en los siguientes argumentos: • La Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno constituye una muestra singular de la arquitectura religiosa barroca intrínsecamente vinculada al patrimonio inmaterial de las procesiones de Semana Santa. • Se configura como un espacio sacro de gran unidad, dominado por una excepcional cúpula barroca de cornisa ondulada, ejemplo sobresaliente en el ámbito regional. • El retablo que domina todo el testero de la capilla es uno de los más singulares en el ámbito diocesano de Cartagena, destacando el camarín exento, que alberga la imagen del Nazareno, como uno de los pocos elementos de esta naturaleza conservados en la región. • Desde su origen ha mantenido su función litúrgica vinculada a la tradición inmaterial de las procesiones de Viernes Santo, albergando en la actualidad un excepcional conjunto de escultura religiosa de gran unidad estilística, debido en su mayor parte al escultor José Capuz. • En conjunto, la Capilla Marraja de Nuestro Padre Jesús Nazareno constituye un ejemplo excepcionalmente conservado de los resortes del arte barroco puestos al servicio de la persuasión devocional, mantenido a lo largo de los siglos en su integridad arquitectónica y funcionalidad mueble, destacando como el principal conjunto barroco de la ciudad de Cartagena en íntima unión con el patrimonio inmaterial de las procesiones de Viernes Santo.

A partir de su declaración como bien de interés cultural, se debe tener en cuenta el Título II, Capítulo I de la Ley 4/2007 de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia, relativo al régimen especial de protección de los bienes inmuebles de interés cultural. En concreto, respecto a las intervenciones que afecten al monumento en sí, o a los espacios comprendidos en su entorno, requerirán la autorización de la Dirección General de Bienes Culturales. Para ello, se debe tener en cuenta que toda intervención que pretenda realizarse en un inmueble declarado bien de interés cultural deberá ir encaminada a su conservación y mejora, de acuerdo con lo especificado en el artículo 40 de la Ley 4/2007. Así mismo, las intervenciones que se proyecten en el entorno del monumento (el resto de la iglesia de santo Domingo y el área señalada en la calle Mayor) requerirán también de la necesaria autorización de la Dirección General de bienes culturales, teniendo en cuenta que las intervenciones no podrán alterar el carácter arquitectónico y paisajístico de la zona, salvo que sea degradante para el monumento, ni perturbar su contemplación o atentar contra la integridad del mismo (art. 42.2). En aplicación del artículo 8 de la Ley 4/2007, los titulares de derechos reales sobre el bien de interés cultural, en este caso, la Cofradía Marraja, deberá cumplir con las siguientes obligaciones: a) Conservarlo, custodiarlo y protegerlo para asegurar su integridad y evitar su destrucción o deterioro. El uso a que, en su caso, se destinen dichos bienes deberá ser comunicado a la dirección general con competencias en materia de patrimonio cultural, que velará por que se garantice la conservación de los valores que motivaron su protección y para que, en todo caso, el uso a que se destinen dichos bienes sea conforme al instrumento de protección. La misma dirección general podrá requerir a los titulares de dichos bienes, cuando resulte aconsejable para el mantenimiento de los valores que motivaron su protección, para que opten por un uso alternativo o para que suspendan su uso. b) Permitir su estudio, cuando así lo considere la dirección general con competencias en materia de patrimonio cultural, previa solicitud razonada del investigador. c) Permitir su visita pública gratuita al menos cuatro días al mes, en días y horas previamente señalados, debiendo constar esta información de manera accesible y pública en lugar adecuado del Bien de Interés Cultural.

La declaración como bien de interés cultural de la capilla incluye la misma consideración para los bienes muebles vinculados a la misma. Se consideran bienes muebles vinculados al bien de interés cultural con carácter de monumento aquellos elementos que contribuyen a completar y comprender el significado y carácter del inmueble. En este sentido, se deben señalar, principalmente, las imágenes religiosas, tanto esculturas como pinturas, y algunos otros elementos que a continuación se detallan: Retablo Talla en madera y dorado, siglo XVIII. Incluye las pinturas Crucifixión, Calvario y Descendimiento, atribuidas a Manuel Sánchez (s. XVIII), y las esculturas de dos ángeles pasionarios, en madera tallada, policromada y estofada. Daniel: Óleo sobre bastidor, ubicado en pechina, (s. XVIII). Ezequiel: Óleo sobre bastidor, ubicado en pechina, (s. XVIII). Isaías: Óleo sobre bastidor, ubicado en pechina, (s. XVIII). Jeremías: Óleo sobre bastidor, ubicado en pechina, (s. XVIII). Ángel pasionario del florón de la bóveda Escultura en madera tallada y policromada. Nuestro Padre Jesús Nazareno Escultura en madera policromada, de vestir, obra de José Capuz (1945). Stma. Virgen de la Soledad Escultura en madera policromada, de vestir, obra de José Capuz (1943). San Juan Evangelista Escultura en madera policromada, de vestir, obra de José Capuz (1943). Stma. Virgen Dolorosa: Escultura en madera policromada, de vestir, atrib. Francisco Salzillo (s. XVIII). Cristo Yacente Escultura en madera policromada, obra de José Capuz (1926). Cruz procesional: Óleo sobre tabla (s. XVII).

La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, con la colaboración en su caso de los ayuntamientos correspondientes, podrá establecer sistemas adecuados de acompañamiento y guía para facilitar que el acceso a los inmuebles que habitualmente no están abiertos al público, se realice en condiciones que no supongan cargas adicionales para sus titulares. d) Permitir su inspección por parte de la dirección general con competencias en materia de patrimonio cultural, facilitando la información que resulte necesaria para la ejecución de la presente Ley. e) Comunicar a la dirección general con competencias en materia de patrimonio cultural, con una antelación mínima de diez días, los traslados de bienes muebles de interés cultural especificando origen y destino, e indicando, en su caso, si el traslado se hace con carácter definitivo o temporal. f) Cumplir las órdenes de ejecución de obras y demás medidas necesarias para la conservación, mantenimiento y custodia de estos bienes.

Así mismo, se deben considerar como bienes muebles vinculados la reja de forja de la entrada a la capilla desde la nave de la iglesia, así como las vestiduras tradicionales para vestir a las imágenes. La relación de bienes vinculados no incluye obras de autores vivos, si bien se protege el discurso iconográfico de la capilla.

Todas estas medidas se orientan a garantizar la conservación y permitir la apreciación y disfrute de los valores patrimoniales de la Capilla Marraja que han dado lugar a su catalogación como bien de interés cultural, con carácter de monumento.

Como todos los monumentos, la Capilla Marraja cuenta con un entorno de protección, con el fin de garantizar las condiciones que permitan apreciar los valores del bien declarado. El entorno de protección de la Capilla Marraja de Nuestro Padre Jesús Nazareno quedaría constituido

SERVICIO DE PATRIMONIO HISTÓRICO DIRECCION GENERAL DE BIENES CULTURALES CARM

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Nuestro Padre Jesús Nazareno. Detalle camarín central retablo Capilla Marraja Foto: Moisés Ruiz


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La Biblioteca de la Cofradía Marraja. La consolidación de un proyecto Han pasado unos pocos años de la inauguración de la Biblioteca de la Cofradía de N. P. Jesús Nazareno (Marrajos). Proyecto ilusionante que desde aquel 9 de octubre de 2016 en un sencillo acto, el capellán Fernando Gutiérrez Reche acompañado del párroco de Santo Domingo D. Francisco Muñoz Moreno, en presencia del Hermano Mayor D. Domingo Andrés Bastida Martínez y del Hermano Mayor Honorario D. José Miguel Méndez Martínez acompañados de un reducido número de personas procedió a su bendición y posteriormente se pudo ver una pequeña exposición con los ejemplares más importantes y de mayor valor con los que contábamos en ese momento.

necesario para cualquier investigador tener a mano toda la historiografía referente al tema de su estudio. De ahí que se haga indispensable la necesidad de disponer de una biblioteca especializada en el tema cofrade, de lo que la nuestra es hasta el momento un único y claro ejemplo. Cierto es que en un principio los libros se encontraban depositados junto a los documentos dentro del depósito del Archivo y tan solo eran consultados por los investigadores que hacían uso del mismo. Cuando se procedió a la inauguración se ponía de manifiesto el interés que el Hermano Mayor volcó en el proyecto así como una total confianza en llevarlo a cabo. Durante todo este periodo que llevó arrancar el proyecto estuvieron detrás supervisando y interesándose de que todo fuera correctamente el Primer Comisario D. José Manuel Sánchez Meca y el Secretario General José Luis Sáez. Además pudimos contar con la colaboración de los hermanos que desarrollaban un trabajo de forma callada en el archivo desde hace unos años, Sergio Martínez y Manu Aguirre que se implicaron en un impagable trabajo de catalogación y adecuación de los ejemplares. Se ha contó con el apoyo informático de Juan Luis Aguirre para la creación de la base de datos que diera soporte a la clasificación de todos los ejemplares con los que contábamos en ese momento. Me sentí una persona muy privilegiada al disponer de la desinteresada e inestimable colaboración de Paloma Sánchez, Enrique Chereguini, Adrián Sánchez, Joaquín Pagán y Antonio Ferrer que fueron los artífices de ayudar en esos momentos donde dado el volumen de trabajo siempre se agradece tener buenos amigos que colaboren. Es evidente que un proyecto como este no fue la obra de una única persona y eso es algo que debe quedar para siempre escrito en estas páginas.

Desde ese momento el eco que tuvo la noticia fue realmente inesperado. Un amplio reflejo en toda la prensa local, tanto escrita en su formato impreso como digital, y por supuesto audiovisual, lo que vino a ayudar a difundir lo que la Cofradía Marraja acababa de hacer, abrir los fondos bibliográficos que poseía en ese momento al servicio de cualquier persona que quisiera consultarlos, en definitiva los puso al servicio de Cartagena. Y no ha sido la primera vez que la Cofradía ha tenido este gesto hacía la ciudad. Se cumplen este año 25, precisamente, desde aquel ya lejano enero de 1994, cuando bajo mandato del Hermano Mayor D. Pedro Ferrández Flores, se procedió a abrir al público todos sus fondos archivísticos perfectamente catalogados con el fin de favorecer que se llevaran a cabo estudios históricos que profundizaran en la historia de nuestra cofradía. Ya se estudiará en un futuro, cuando se analice este periodo de nuestra historia, el gran número de publicaciones que se nutren de los fondos del archivo marrajo y como los artículos históricos han ido creciendo de una manera exponencial en las publicaciones periódicas. Pero al margen de la innegable importancia del Archivo, es muy

Indulgencias Cofradía Virgen del Rosario. 1768

Cartagena y sus procesiones 1924

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Cartagena y sus procesiones. 1928.

Semana Santa 1945

Libro de Oro de Cartagena y sus procesiones. 1948

A los pocos días de la inauguración y coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Bibliotecas que se celebra cada 24 de octubre con una apertura extraordinaria de la biblioteca, en el que realizamos visitas guiadas para difundir y dar conocimiento a la organización y aspectos más curiosos de los ejemplares conservados durante esa mañana de sábado, que culminaría con una actividad de fomento de la lectura orientada para el grupo de Jóvenes Marrajos, siendo ellos partícipes de forma activa. En esta línea de difusión cultural, la propia Biblioteca de la Cofradía debe convertirse en el corazón de una serie de actos que difundan la cultura y la pasión por la lectura así como colaboradora en despertar ese interés por la investigación histórica.

como las que ya han dejado de hacerlo. Las encontramos divididas por Cofradías y por orden alfabético. Si queríamos contar con una biblioteca en condiciones no debíamos reducirlo únicamente a nuestra Cofradía y agrupaciones sino que tenían que estar conservados todos los ejemplares que publicaran nuestras cofradías hermanas.

Fondos conservados En ese momento de arranque y a tenor de los fondos con los que se contaba en ese año, se pensó en que sería una Biblioteca temática especializada en todo lo relativo a la Semana Santa de Cartagena. Debían de estar presente cualquier publicación que hiciera mención a nuestras procesiones y por supuesto en la que estuvieran presentes todas las cofradías de la ciudad y por ende todas sus agrupaciones. Por lo que nuestra Biblioteca se encuentra organizada en dos grandes apartados, el bibliográfico, es decir los libros y el hemerográfico, las revistas. En el primero de ellos se realizaron varias subdivisiones siendo evidentemente la más importante la que hace mención a los ejemplares relativos a nuestra Semana Santa de Cartagena, de los que contábamos con unos 215. Separados de éstos encontramos libros que no tienen como tema la Semana Santa de nuestra ciudad, pero que hacen mención en algún momento a ella. Otro espacio reservado a volúmenes que hacen mención a la historia de nuestra ciudad, así como, otro bastante importante en el que se conservan las obras de las distintas ciudades de España relativos a su Semana Santa.

Un crecimiento continuo. El total de los volúmenes con los que iniciamos nuestro periplo fueron un total de 400. Desde ese primer momento el goteo de donaciones, fundamentalmente de particulares ha sido casi incesante. A los pocos meses y debido fundamentalmente a una numerosa e importante donación que nos realizaron a través de un marrajo se vieron incrementados de forma notable nuestros fondos. Y lo más importante es que no ha sido algo aislado sino que se viene repitiendo con cierta asiduidad que nos encontremos al abrir los viernes la Biblioteca, que nos han dejado una caja con un número importante de revistas o libros. Esto a efectos de nuestra organización nos ha hecho que con el tiempo a tengamos que habilitar un espacio en el Archivo, separado de la sala principal, con el fin de pre-clasificar los ejemplares hasta su definitivo emplazamiento en la sala de la Biblioteca. Y lo que considero que hace que veamos la importancia de nuestra Biblioteca es el hecho que varios autores de libros nos han consultado si sus ejemplares se encontraban recogidos en nuestras estanterías, y si esto puede ser normal hasta cierto punto, curioso resulta que varios presidentes de agrupaciones de nuestras cofradías hermanas de la ciudad me han realizado similar cuestión relativo al libro o la revista que edita.

En otro lugar encontramos las revistas de carácter generalista con mención en sus páginas a nuestra Semana Santa. Y por último también disponemos de un destacado número de ejemplares de revistas relativas a las Semanas Santas de las diversas ciudades de España.

En cuanto a las revistas de las que tenemos en total unos 150 títulos, contamos con un importante apartado relativas a las diferentes cofradías de la ciudad, donde tenemos colecciones completas tanto de las que actualmente se siguen publicando

Estos hechos nos están haciendo crecer de una manera importante y que desde fuera se nos valore como centro de conserva-

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Seman Santa 1949

Cartagena y sus procesiones de Semana Santa

ción de todo lo que tiene que ver con la parte bibliográfica de la Semana Santa de nuestra ciudad.

Glosario de la Semana Santa. 1962

De los mismos años 40 resaltaría Semana Santa en Cartagena 1945 de María Cegarra y Asensio Sáez, al igual que todas las que se realizaron de Cartagena y sus procesiones de Semana Santa con fotografías de Juan Sáez. O de 1943 uno de reciente donación titulado Fiestas de Semana Santa. Actualidades con una curiosa imagen del ratón Mickey en portada.

Los tesoros de la Biblioteca. Entre los cada vez más numerosos volúmenes quisiera destacar los más importantes conservados en nuestra Biblioteca, donde cabría destacar por su antigüedad y valía un pequeño ejemplar de 1768 de las Indulgencias de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario que llegó al Archivo de la Cofradía en tiempos del Hermano Mayor D. José Miguel Méndez. Es sin duda el libro más antiguo con el que contamos, al igual que un misal del siglo XIX, donación del Hermano Mayor Honorario D. Domingo A. Bastida Martínez. Son sin lugar a dudas las dos grandes joyas conservadas en nuestras estanterías.

En los años 50 destaca sobremanera un ejemplar de Semanie Sante in Cartaghene que publicó el pintor cartagenero Nicomedes Gómez en Francia, su país adoptivo y donde difundió nuestras procesiones a través de sus grabados. De estos mismos años, 1957, Fernando Dicenta De Vera escribió un catálogo de la exposición sobre la figura de José Capuz titulado El Escultor José Capuz Mamano que se realizó en Valencia.

Dos obras de los años 20, una muy conocida de Federico Casal, Cartagena y sus procesiones de 1928 editada por José Casaú y que hasta ahora ha sido considerado el primer libro de la Semana Santa de Cartagena. Y digo hasta ahora, porque recientemente una nueva donación anónima nos ha dado a conocer un ejemplar único de 1924 escrito por el periodista Andrés Hernández Soro (Anherso) con el mismo título que el de Casal, Cartagena y sus procesiones, con descripciones de los desfiles y traslados donde se insertan fotografías, pero sin la amplitud y profundidad del anterior. Les recuerdo que el mismo Anherso era quien editaba la revista Carthago Nova del que destacaría por su importancia la conservada de 1930.

No me gustaría acabar con este pequeño repaso sin mencionar de los años 60 una de las primeras obras que hacen mención a la manera tan particular que tenemos de denominar las cosas en nuestra semana de pasión llamado Glosario de la Semana Santa en Cartagena, 1962. Me gustaría terminar con una de las obras más conocida de un cartagenero conocidísimo como fue Isidoro Valverde con su conocida obra Cali o Marra de la que conservamos dos ejemplares, uno de la edición de 1973 y otro de la de 1992. Podría continuar detallándoles autores y títulos, muchos de ellos de sobra conocidos por todos los cofrades que han ido engrosando el cada vez más completo número de ejemplares que se publican sobre la Semana Santa de Cartagena. Podemos sentirnos orgullosos como cartageneros y como marrajos, por supuesto, de ser los primeros de nuestra ciudad que hemos puesto nuestros fondos bibliográficos a la consulta de cualquier persona sea o no perteneciente a la cofradía y sabemos que cualquiera que quiera poder consultar cualquier libro que no encuentre siempre puede acercarse a la Biblioteca de la Cofradía de N. P. Jesús Nazareno, la de Cartagena, la de los cofrades, procesionistas, investigadores, en definitiva la nuestra.

El grueso de nuestros tesoros corresponde indiscutiblemente a todos los libros conservados del siglo XX entre los que se destacan un gran número de donaciones, en mucho caso anónimas y que así piden que se mantengan. Sin lugar a dudas la colección de Libros de Oro de la Semana Santa de Cartagena que dirigía D. Luis Linares Botella durante varias décadas en los años 40, 50, 60 y 70 es una de las más completas con la que podemos contar en la actualidad. Muy destacable resultan también las Guías de Semana Santa realizadas por Juan Jorquera del Valle y Luis Rivero Sevilla en los años 50 y 70 así como un pequeño ejemplar de Viernes Santo 1941 que editó la Agrupación de N. P. Jesús Nazareno con autoría del primero, así como una Guía de la Semana Santa de Cartagena que realizó junto a Federico Casal en 1944.

Alfonso Pagán Pérez Comisario General Archivero de la Cofradía de N.P. Jesús Nazareno.

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Virgen de la Soledad. Viernes Santo. Foto: Moisés Ruiz


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Estamos perdiendo el tiempo el conjunto de capa y fajín que lució durante la segunda mitad del siglo XX la imagen de San Juan Evangelista de la cofradía morada. Un patrimonio que ha salido en los dos últimos siglos, de las manos de las artesanas del Asilo San Miguel, de las de Consuelo Escámez, Anita Vivancos, Isabel Manrubia, María Dolores Sánchez, Salvadora Hodar Torregosa, Manoli Oliver, Fuensanta Jiménez, Encarna Bruna García de las Bayonas, Carmen Morales, Maribel Pan y Antonia Sánchez entre otras muchas, y algunas obras de las manos de hombres como Francisco Rabanell, que realizó el Sudario Fundacional de la Cofradía Marraja, o Tomás Valcárcel Deza, que realizó la antigua capa de San Pedro para la Cofradía California. Todos ellos han contribuido a dejar en el seno de las cofradías cartageneras, el impresionante Patrimonio; el legado que nos han dejado y que en menor medida nos siguen dejando las que todavía están activas, que ya son pocas pues los años no pasan en balde para nadie, aunque sí es cierto que durante el XX, la labor de las bordadoras fue continuado, donde disponíamos de un gran número de artesanas, también aprendices que con los años se convertirían en artesanas, e incluso disponíamos de talleres, como el de la Sociedad Económica Amigos del País, pero hoy en día el “Bordado Cartagena” está pasando uno de sus peores momentos, todo ello a causa de los nuevos tiempos, donde las artesanías, los oficios, están desapareciendo, pues la sociedad de hoy en día, demanda otra serie de cosas. La globalización, la ley de la oferta y la demanda y unas nuevas generaciones a las que este tipo de Oficios/Artesanías no les llama la atención, han puesto en jaque a algo tan nuestro, tan de nuestra tierra como el “Bordado Cartagena”; y así lo confirmaron en la última Mesa redonda que sobre este asunto realizó la Agrupación de San Juan Evangelista de la Cofradía Marraja, las bordadoras Encarna Bruna y Carmen Morales, salidas ambas de los talleres de la Sociedad Económica, tal como nos contaban ellas mismas hace unos días, talleres como ese que hoy en día ya no existen, donde podríamos enseñar a aquellas personas, que son pocas, esa es la verdad, que quieran aprender este oficio.

Sudario Piedad bordado por Anita Vivancos en 1953. Dibujo de Balbino de la Cerra. Foto: Juan Luis Aguirre de la Monja.

Orden, luz y flor, han sido desde siempre los pilares esenciales en nuestros desfiles pasionarios, cualidades estas, que a lo largo de los años han contribuido a que nuestras procesiones sean únicas dentro de la geografía nacional y de las pocas que han adquirido la denominación de “Interés turístico Internacional”. Con el paso de los años se le ha dado la importancia necesaria también a la Música. En los últimos años desde esta cofradía, se han realizado amplios estudios en esta materia, dando lugar a la recuperación y reinterpretación de marchas procesionales que antiguamente se tocaban en nuestros desfiles y se habían dejado de tocar, incluso dentro de la formación cofrade se han incluido conferencias, donde se ha puesto en conocimiento esas marchas que se desconocían con el fin de que sepamos algo más de nuestra historia, finalizando con la edición del Cd por parte de la Cofradía titulado “Memoria Musical del Viernes Santo”.

No hace mucho leía en prensa, que la ciudad vecina de Lorca, que tenía el mismo problema que tenemos nosotros, estaba intentando que este oficio pudiera ser incluido como formación profesional, de modo que se incentivara a los jóvenes que estuvieran interesados, a adquirir los conocimientos necesarios en materia de bordado teniendo la tranquilidad de que todo ese tiempo dedicado le proporcionaría una titulación oficial y la posibilidad de entrar en el mercado laboral. En la mencionada mesa redonda participó el vicepresidente primero de la Hermandad de los Labradores (paso azul) de Lorca, D. Santiago Parra Soriano, en la cual nos comentó como ellos habían creado un Taller de Bordado en el seno de la Hermandad y comentaba tener 12 bordadoras en plantilla las cuales, realizaban en jornadas de 8 horas los trabajos necesarios para la hermandad de un año para otro. Es cierto que del asunto de la formación profesional realmente no comentó nada, de lo que se deduce que esta encima de la mesa, pero no se sabe cuándo podría ver la luz, ni siquiera si verá la luz.

Pues bien, ahora le ha tocado al Bordado Cartagenero denominado “Bordado Cartagena”, que no es más que el arte de plasmar un dibujo en papel, directamente en una tela, normalmente raso o terciopelo, empleando hilos de oro y de plata en sus distintas variedades y entremezclándolo con distintos tipos de pedrería (perlas, cristal engarzado, etc.); a diferencia de otros donde las piezas se hacen por un lado y luego se superpone sobre la tela en cuestión. En nuestra semana santa tenemos el honor de disponer de algunas de las mejores obras de bordado de su época. En el conjunto de nuestro patrimonio contamos con piezas que han sido premios nacionales de Artesanía, citando entre otras, el sudario (estandarte) de la agrupación de la Santísima Virgen de la Piedad o

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Tercio Santísima Virgen de la Piedad. Viernes Santo Foto: Moisés Ruiz


Cartagena Semana Santa 2019 estado original; pero seguiremos hablando sobre la Conservación y el Mantenimiento, pues entendemos que la ausencia de esta provoca la necesidad de restaurar, así que debemos volcar nuestros esfuerzos en mejorar y en enseñar a nuestros jóvenes de la cofradía, a que entiendan la necesidad de conservar y de mantener, a cómo deben manejar las obras, que es lo mejor y lo peor para ellas. Mentalizar a los jóvenes, mediante los cursos de formación a las personas que manejan este tipo de piezas, para que sean conscientes de que debemos dejar este patrimonio a las generaciones futuras y somos responsables de ello, como nuestros anteriores nos lo dejaron a nosotros, y por extraño que parezca debemos atender con más detenimiento a las piezas más jóvenes ya que se estropean antes. La experiencia me ha demostrado que actualmente las calidades de los materiales que emplean las bordadoras han bajado espectacularmente, reconociéndolo las propias bordadoras. Recuerdo que en la mesa redonda anteriormente comentada, Encarna Bruna hacia un comentario sobre una conversación mantenida con un representante de hilo de Oro, que le achacaba a la cercanía al puerto, el hecho de que este material se pusiese negro. Yo tengo claro que eso no es cierto. Es verdad que algunas piezas se han oscurecido más de lo normal en los últimos años, pero en ningún caso es debido a la brisa del mar, porque sino como nos explicamos el hecho de que bordados realizados por Consuelo Escámez años 40, 50 y 60 del siglo XX o las obras de Ana Vivancos, años 50, 60 y 70 que también se mantienen en muy buen estado y no hayan sufrido ese deterioro. En mi opinión los materiales de antes eran mejores que los de ahora. Pues para seguir contando con estas piezas hoy en día debemos cambiar la manera en que usamos, manipulamos, transportamos, limpiamos y recogemos. Hay que tratar a todas estas piezas como lo que son: “Obras de Arte”.

Túnica Jesús Nazareno. Bordado por Anita Vivancos en 1973. Dibujo de Balbino de la Cerra Foto: Juan Luis Aguirre de la Monja.

Desde mi humilde punto de vista, debemos centrarnos en la posibilidad de hacer una escuela taller de bordados en el seno de nuestra cofradía, cambiando así la manera en que se gestionan este tipo de piezas. Sería muy interesante que desde la cofradía se realizarán parte de los trabajos de las agrupaciones, ello no implica el que siga habiendo profesionales de carácter privado o individual, es más creo que son necesarios, pero ya hemos comentado que la realidad es otra. No tendría que ser descabellada la idea de que una agrupación que necesitase un juego de capas, unas galas, un sudario, una capa para una imagen, etc. pudiera realizarse desde la propia cofradía. La formación de esas posibles futuras bordadoras, podría ser a cargo de las bordadoras profesionales que todavía quedan y que, de algunas me consta, están dispuestas a realizar esa formación, para contribuir a que este precioso arte, que es un lujo que tenemos en nuestra ciudad no se pierda.

En cuanto al tema de los diseños y dibujos, siendo consciente de que hay cofrades que prefieren la innovación, yo personalmente soy de los que creo que no debemos olvidar que tenemos el gran legado que nos dejó tanto Balbino de la Cerra, como Rafael Puig, Vicente Ros y otras tantas personas que dibujaron para las cofradías, y por supuesto las obras originales que nos permitirán en el futuro obtener una réplica exacta en caso de que la decisión tomada fuere esa, tal y como hiciera Encarna Bruna que replico la capa de San Juan Evangelista (Marrajo) que bordara en el año 1943 Consuelo Escámez.

Por tanto ahora bien seguimos mirando hacia otro lado y dejamos que no haya bordadoras, si dejamos que tampoco se enseña, y tampoco creamos lugares donde poder enseñar (Talleres) y no fomentamos el aprendizaje, pues tenemos la realidad en torno al Bordado que existe hoy en día en nuestra Semana Santa, y que nos ha llevado a cambiar la mentalidad en el seno de la cofradía marraja, la cual, mientras trabaja en una solución, está dedicando el 100 de sus recursos, en esta materia, a dar otro enfoque que es: “La Conservación y el Mantenimiento”.

En definitiva disponemos todavía de dibujantes, actualmente Salvador de la Cerra, que sigue los pasos de su padre, Balbino de la Cerra, quien nos dejo toda su obra en las diferentes piezas que procesionan en las distintas cofradías cartageneras. También tenemos la posibilidad de alargar la vida de todas estas obras realizando un uso responsable de las mismas, aplicando una correcta manipulación y realizando una buena conservación antes y después de cada procesión en la que participen, pero tenemos que solucionar el problema de las bordadoras, es nuestra responsabilidad hacer todo lo que esté en nuestras manos para que este oficio único en la geografía española que es el Bordado Cartagena no se pierda, ni desaparezca.

Siendo conscientes desde el área de patrimonio de que hoy en día no es tan fácil decir eso de “Si se hace viejo, hacemos otro nuevo”, puesto que cada vez hay menos artesanas para bordar, dedican todo su tiempo a la conservación y al mantenimiento de todas las piezas con las que cuenta la cofradía. También se han realizado en los últimos años diferentes restauraciones, con el fin de poder alargar la vida de piezas que fueron creadas en la segunda mitad del siglo XX. Pero debemos tener claro que no se debe abusar de la restauración, ya que esta consiste en un proceso AGRESIVO, por los productos empleados, a través del cual devolvemos a la obra, en la medida de lo posible, a su

Juan Luis Aguirre de la Monja Comisario General de Vestuarios

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Trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Viernes Santo Foto: Moisés Ruiz


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El origen dominico de Los Marrajos to, Beso de Judas) y la que haría que, al estar la Crucifixión comprendida entre las dos procesiones marrajas y formar parte de la liturgia interna del templo, no procesionase ningún Crucificado en Cartagena –a diferencia de lo que sucede en otras ciudades- hasta 1881, cuando en pleno proceso de modificación de la Semana Santa en la ciudad, veamos innovaciones en la forma de los tronos o en las escenas que se irían incorporando –Cena, Caída, Calvario, etc.-.

En 1835, durante la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y en el transcurso del proceso de Desamortización de los bienes de la Iglesia que se desarrolló en España en el primer tercio del siglo XIX, se completaba el proceso iniciado durante el Trienio Liberal (1820-1823) por el que se cerraron todos los conventos existentes en la ciudad de Cartagena. Más allá de una interpretación social o económica, más que discutible, lo cierto es que aquel acontecimiento supondría un antes y un después en una Semana Santa muy vinculada a la dimensión conventual de la ciudad de Cartagena desde mediados del siglo XVI, cuando la falta de respuesta de la Diócesis ante la expansión de la ciudad, llevó a ésta a suplir las carencias de parroquias o iglesias mediante la fundación de conventos que ofrecieran la atención religiosa que la población demandaba.

La Cofradía Marraja, más allá de las leyendas surge, como han demostrado en sus estudios publicados en la ‘Biblioteca Pasionaria’ de la cofradía Montojo y Maestre sin un componente gremial entre sus hermanos, que era de la más diversa procedencia profesional. Los conventos dominicos podían –como cualquier otro- ser sede de diversas cofradías, si bien había dos que necesariamente deberían existir en su seno y que, caso de existir con anterioridad, deberían obligatoriamente trasladarse a ellos: las de la Virgen del Rosario y la del Dulce Nombre de Jesús, que tenía como Titular la imagen de Jesús Nazareno. Así lo relataba a comienzos de 2019 en Cartagena Fray Antonio Bueno, superior de la Orden de Predicadores en la ciudad de Granada, en el transcurso de una conferencia organizada por la Cofradía Marraja que permitió escuchar de nuevo a un dominico en la iglesia de Santo Domingo. En ella contaba también que la Orden cierra cada día sus oraciones en la noche repitiendo varias veces “Jesús Nazareno, ten misericordia de mí”.

Así, la Contrarreforma en Cartagena se hace patente a través de los franciscanos –que tendrían dos conventos masculinos y uno femenino-, los agustinos, dominicos, carmelitas o mercedarios, junto a la presencia de jesuitas o de los hospitalarios de San Juan de Dios. La Semana Santa barroca nace en dicho contexto, y hay documentos que hablan de cofradías –hoy desaparecidas- vinculadas a aquellos conventos, donde nacieron las primeras procesiones. Los documentos más antiguos que conocemos hablan de una procesión de Viernes Santo en 1613, y sabemos que sería fray Jerónimo Planes quien, como guardián del convento de San Diego ordenaría la construcción de un Vía Crucis entre éste y la ermita de Santa Lucía, que daría lugar, en 1614, al nacimiento de la procesión de la Madrugada de Viernes Santo –la del Encuentro- que organizó la Cofradía del Rosario, con sede en otro convento, el de Santo Domingo.

Jesús Nazareno es una imagen fundamental en el devocionario dominico, por lo que no puede extrañarnos que la más grande de las capillas de su templo cartagenero, situada junto a la del Rosario, fuera la que albergaba a esta cofradía. Una capilla que los fundadores de la hermandad compraron en 1641 y ampliaron entre 1695 y 1731, inaugurando en enero de 1732 el actual retablo. Los dominicos fueron los directores espirituales de la Cofradía Marraja hasta la Desamortización, un dato que hoy, casi dos siglos después nos sigue ofreciendo una curiosidad, y es que pese al tiempo transcurrido los dominicos han estado más años al frente de la dirección espiritual de la cofradía que los sacerdotes diocesanos.

Hoy, cuando han transcurrido casi dos siglos desde la Desamortización, apenas recordamos la Cartagena conventual más que por los nombres de calles y plazas (San Francisco, San Agustín, la Merced, el Carmen…), pero investigarla nos llevará a conocer nuestra Semana Santa, más allá incluso del recorrido de la procesión del Encuentro (en realidad del recorrido de todas las procesiones hasta 1930) o de la “cruz reliquia” de los marrajos.

Del templo de Santo Domingo han salido tres de cada cuatro procesiones marrajas a lo largo de la historia, pues lo hicieron entre 1663 y 1935, debiendo hacerlo tras la finalización de la Guerra Civil desde el de Santa María, una situación que se mantiene hoy ya de forma irreversible, pues el crecimiento de los tronos y las procesiones hace inviable retornar a los orígenes marrajos salvo para casos excepcionales como el que tuvo lugar en 2013, cuando al celebrarse el 350 aniversario de las procesiones marrajas se celebró una procesión de gloria con la Virgen del Rosario que partió y se recogió de la hoy iglesia castrense.

La ausencia de parroquias hizo que Cartagena no tuviera una sucesión de cofradías que organizaran sus propias procesiones en cualquiera de los días de la Semana Santa, sino que éstas surgieran de manera ordenada como un relato de la Pasión, pues las dos procesiones marrajas se organizaron en torno a la liturgia de Viernes Santo en el interior del convento de los dominicos, como una escenificación teatralizada en el contexto urbano del recorrido del Nazareno por la calle de la Amargura y del cortejo fúnebre de Cristo Yacente. En medio, y en el interior de Santo Domingo, el desenclavamiento y la colocación del cuerpo de Cristo en el sepulcro, en el trono que habría de recorrer luego las calles de Cartagena.

La Virgen del Rosario es, junto a la llamada Cruz Reliquia el otro vínculo que hoy encontramos en el patrimonio marrajo con su origen conventual. La Cruz, atribuida a Francisco Aguilar en torno a 1615, representa a un Crucificado y ante el mismo a la Virgen de la Soledad. Bajo ésta y en los extremos de su tramo horizontal encontramos el escudo dominico.

Así sucedería desde que en 1663 el Obispo Juan Bravo encomendase a los marrajos reorganizar una Semana Santa que se había visto interrumpida por la epidemia de peste de 1648, y éstos, fundados desde el entorno del año 1641 en el convento dominico –orden que siempre tiene en su seno una cofradía del Rosario y otra del Nombre de Jesús en torno a la imagen de un Nazareno- comenzasen a organizar sus procesiones.

La Virgen del Rosario, obra del escultor José Esteve y Bonet (17411802), restaurada por Arturo Serra, autor del Niño Jesús que lleva en sus brazos y que la imagen había perdido, fue donada a la Cofradía que recoge con ella su origen dominico, en una imagen de gloria que recuerda a la cofradía de la que heredó, en 1663, la organización de las procesiones de Viernes Santo.

Sería precisamente esta forma de concebir la Semana Santa, la del carácter narrativo, la que condicionaría la elección de las escenas que compondrían a partir de 1747 el cortejo californio del Miércoles Santo: las escenas que precedían al Prendimiento (Oración del Huer-

Agustín Alcaraz Peragón

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Miserere en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Iglesia de Santo Domingo. Foto: Moisés Ruiz.



Encuentro en la madrugada del Viernes Santo. Plaza de la Merced. Foto: Moisés Ruiz.


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La Soledad de los Pobres, escultura procesional de González Moreno Cuando en junio de 1956, Juan González Moreno, firmaba con la Caja de Ahorros del Sureste de España el contrato para la ejecución del grupo del Santo Entierro, paralelamente firmaba también un contrato adicional por el que se comprometía a realizar, enteramente tallada en madera de pino de la mejor calidad, una imagen de la Virgen de la Soledad, a entregar para la misma fecha de 1958, e incluida en el mismo precio ya firmado para el grupo del Santo Entierro.

pacidad de esencializar y sustanciar la forma. En esa capacidad reside gran parte de la serenidad y del clasicismo en suma de ambos escultores, en la capacidad de poder transmitir expresiones individualizadas e ideas universales con unos rasgos se diría que apenas insinuados, en contar, una vez más en palabras de González Moreno, “lo más con lo menos”. Todas las líneas compositivas, marcadas por los pliegues y aristas del manto, convergen en las manos apretadas contra el pecho, hacia las que se dirige también la mirada de la Virgen. Una vez más, el lenguaje de las manos se muestra como un recurso esencial en el lenguaje plástico de González Moreno. Unas manos que aquí sujetan con fuerza todas las líneas, y toda la energía, concentrándola en el pecho de María. En torno al rostro de la Virgen y su pecho se despliega la luz del oro. Es de nuevo la idea del santuario que ha acompañado a la iconografía mariana a lo largo de la iconografía cristiana, la misma idea que propiciara la creación de imágenes abrideras, imágenes altar, o la que aconsejara la utilización de palio en su procesionar por tierras andaluzas. La misma vieja idea, pero esencializada en un renovado clasicismo.

La imagen de la Virgen de la Soledad era crucial en la configuración de la nueva procesión anhelada por la Cofradía para la tarde del Sábado Santo, ya que el discurso de la misma se establecía en torno a la meditación sobre la muerte de Cristo y la Soledad de María, en la espera de la Resurrección. Provisionalmente, se había utilizado la imagen de la Soledad de Capuz, de la procesión de la noche del Viernes Santo, para armar iconográficamente el nuevo proyecto procesional. Pero esto no fue más que una solución transitoria, ya que en la idea que el Hermano Mayor parecía tener de la nueva procesión, austera, con luz de cera, despojada de los elementos más característicamente populares de la Semana Santa cartagenera, no parecía tener cabida la una imagen como la Soledad del Viernes Santo, con todo su aparato de ajuar y el despliegue de luz y flor. De ahí que se comprometiese a la realización de una imagen de la Virgen completamente tallada, anulando la posibilidad de revestirla con ricas vestiduras y un gran manto bordado en oro. Se confiaba todo a la capacidad del escultor para crear una imagen elocuente y capaz de mover a la meditación y la devoción con el solo recurso de su arte, y en consonancia con la línea marcada por la Soledad del grupo del Santo Amor de San Juan, con cuya participación en la nueva procesión se venía contando desde que se iniciaron los trámites para alcanzar la autorización episcopal.

También es posible apreciar la influencia de la pintura de Germán Hernández Amores, en este caso con la evocación del lienzo La Virgen del desierto (1864). El lugar que en el lienzo de Hernández Amores ocupa el Niño Jesús, acurrucado contra el pecho de la Virgen, aparece ahora vacío, ocupado por las manos fuertemente apretadas y, quizás, por el pensamiento ensimismado de María, que se aferra a ese recuerdo, envuelta en soledad, en la espera de la Resurrección. La nueva imagen de la Virgen de la Soledad compartió con el grupo del Santo Entierro del inmediato éxito popular, siendo expuesta también en los salones de la Caja de Ahorros del Sureste de España a su llegada a Cartagena.

Cuando en el año 1958 el escultor Juan González Moreno realiza su Virgen de la Soledad de los Pobres parece, de alguna manera, tener muy presente la obra de Capuz, y como él nos ofrece una imagen que trasciende no ya lo simplemente narrativo sino incluso también lo puramente devocional, para alcanzar la consideración de imagen icónica de la idea de soledad y de la introspección meditativa.

Ya ese mismo año de 1959, la imagen participó en un vía crucis penitencial al término de la procesión del Santo Entierro, y sería al año siguiente cuando se convirtiera en la pieza fundamental de la, por fin, nueva procesión de la Vera Cruz y la Soledad de la Virgen, definitivamente aprobada por el Obispado para la tarde del Sábado Santo.

Realizada paralelamente al encargo del Santo Entierro, en ella encontramos los mismos recursos formales en cuanto a talla y policromía, con una importante valoración del dorado, conseguido mediante la aplicación de una plata corlada para lograr la vibración del color, lo que vincula una vez más su obra con la de Capuz. Si el Santo Entierro era, en la opinión de González Moreno, su mejor grupo, la Virgen de la Soledad de los Pobres tenía la misma consideración de su autor en cuanto a imagen aislada. Una imagen de la Virgen de talla completa, cerrada sobre sí misma y con un marcado y elegante ritmo procesional, apenas insinuado en su actitud contenida, a través de los pliegues del manto. González Moreno tomó de la maestría de Capuz su ca-

Fue en el tradicional cabildo de las yemas, en la tarde del Jueves Santo de 1961, cuando el Hermano Mayor, para evitar la coincidencia de denominación de las dos imágenes de la Soledad, la de Capuz y la de González Moreno, apuntó que ésta última “bien pudiera llamarse la “Virgencica de los Pobres” en la salida del Sábado Santo”, quedando ya establecida la denominación de Virgen de la Soledad de los Pobres. José Francisco López Martínez “González Moreno. El clasicismo renovado”. 2014

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Virgen de la Soledad de los Pobres. Foto: Moisés Ruiz


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Jóvenes en el presente Es una realidad que nuestras Cofradías interesan a una gran parte de la juventud, sobre todo a la que desde pequeño por vínculos familiares pertenecen a una de ellas, desde su nacimiento. Pero también es cierto que otros muchos jóvenes sin raíces cofrades se acercan a éstas atraídos por otros motivos, como podrían ser los valores cristianos. La gente joven es el futuro de la cofradía, como siempre se ha dicho, es la garantía de su duración en el tiempo, por tanto es un valor muy importante que se debe cuidar. En la cofradía marraja no se mira solamente hacia el futuro sino que es, en este mismo presente, en el cual los jóvenes adquieren esa importancia! Participamos activamente en las actividades y actos que realiza nuestra Cofradía Marraja, la Comisión de Juventud y Cofradías hermanas. Nuestro trabajo no es solo una labor durante la Cuaresma y Semana Santa sino que durante todo un año nos involucramos de lleno, como cofrades y como buenos cristianos. Nuestra Cofradía se ha dado cuenta de la importancia de sus jóvenes y en el seno de la misma es por ello que el “grupo de jóvenes” se encuentran presentes y perfectamente integrados dentro del organigrama y funcionamiento de la Cofradía Marraja. Las agrupaciones poseen en su directiva un vocal de juventud que es responsable del grupo joven. Los jóvenes marrajos realizan y participan en las labores de servicio formativo, caridad, humano, solidaridad, etc... Una de las actividades que realiza, es la Campaña de Recogida de Alimentos en distintas zonas de la ciudad y en el Almacén de Tronos de la Cofradía Marraja, en colaboración con la Comisión de Caridad, cuyo beneficio va destinado a distintas parroquias de la ciudad, familias necesitadas y a la Fundación Marraja. Al igual que el Campeonato de Fútbol Sala Solidario, en el que participan hermanos de diferentes cofradías y cuya finalidad es la recogida de juguetes para las familias más necesitadas y con las que se colabora. Otra de las actividades que los jóvenes realizan y que está más enfocada a los pequeños de nuestra cofradía, son los “Sábados Marra” con actividades preparadas para ellos y en las cuales se les intenta ya transmitir ese espíritu y valores de amistad, fraternidad,

hermanamiento y sentimientocofrade. Realizamos jornadas de convivencias, encuentros cofrades y vigilias de juventud a lo largo del año. Hace poco fuimos al IX Encuentro Diocesano de Jóvenes Cofrades en la ciudad de Yecla. El objetivo es compartir experiencias y vivencias cofrades con distintos hermanos de la región. A finales de este año tendremos como todos los años, el Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías 2019 en la localidad de Alzira. Encuentros que los jóvenes esperan con mucho entusiasmo, pues se realizan jornadas muy enriquecedoras a nivel de hermandad y fe. Una vez que finalizamos la Cuaresma y durante la Semana Santa el grupo de jóvenes marrajos, en estos siete días de pasión, muerte y resurrección de Cristo, haremos una pequeña “interrupción” en nuestras actividades pues también además de ser jóvenes marrajos de la cofradía, estamos involucrados en nuestras propias agrupaciones y en las cuales estos días también llevamos un ritmo un poco frenético para poder sacar nuestros desfiles procesionales perfectamente por las calles de Cartagena. Pero aquí no acaba todo, una vez terminada la semana Santa los jóvenes marrajos nos ponemos en marcha de nuevo para los preparativos de la Cruz de Mayo. Es el acto en el cual más jóvenes se involucran y preparan con espero esta nuestra querida “Cruz Marraja”, cuyos beneficios obtenidos irán destinados como donativo a la Fundación Marraja. Otro evento a destacar por ser uno de los últimos en el que los jóvenes participan, es en la Cena de Cuñas y Rampas, una cena informal. Con esta cena los marrajos se despiden de todo un año de trabajo, sacrificio y porque no decirlo, de sacar nuestras procesiones a la calle y comenzar a preparar las del próximo año. Los jóvenes tenemos todo un año lleno de actividades y como dicen, hay que ser cofrade los 365 días del año, no solo en Cuaresma y Semana Santa. ¡Os invito a que participéis Hermanos! Eva María Hernández Pontones Comisario de juventud de la Cofradía Marraja

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Tercio del Santo Enterramiento de Cristo. Viernes Santo. Foto: Moisés Ruiz


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Recuerdos Marrajos de 1919 La intención de este artículo es condensar lo que fue un año de actividad en la Cofradía Marraja hace cien años, un año lleno de hechos, actos y anécdotas que nos ayudarán a conocer un poco más de la vida de aquellos procesionistas morados de antaño. El 5 de marzo se celebró el Cabildo de Miércoles de Ceniza en el que se decidió sacar las procesiones y se anunció tal decisión a todo el vecindario con una banda de música en la clásica Llamada. Que la situación económica era delicada lo demuestra el hecho de que aquel año los marrajos fueron los únicos que se reunieron en día tan significativo, mientras que las cofradías de californios y sanjuanistas tardaron algo más en tomar la decisión. A juzgar por los comentarios de la prensa todo parece indicar que los cultos a Nuestro Padre Jesús Nazareno habían decaído algo y ese año se decidió darles la categoría merecida. Decía el periodista que “era hora de que los cultos que se ofrecen al Titular de la Cofradía revistieran la pompa y solemnidad de aquellas épocas en que ocupaban la Cátedra oradores tan famosos como don Antonio Cavero, don Eduardo Martínez Balsalobra y don Julio López Maymón”. Poco a poco se iban conociendo detalles de la preparación de la Novena y del Miserere, para el que pretendían contar con los mejores músicos de la ciudad, y también de las novedades entre las que se apuntaba un nuevo manto para la Virgen donado por las señoras de Asensio. Nunca se habían congregado tantas personas en el templo de Santo Domingo con motivo del Miserere como lo hicieron ese año, y la “culpa” la tuvo la Sinfónica Cartagenera dirigida por el Maestro Gerónimo Oliver que interpretó entre otras piezas la Sinfonía de Freycha, destacando en la parte cantada las voces de los señores Maestre de San Juan e Isidoro Sánchez. La procesión fue presidida por el Hermano Mayor interino Tomás Carlos-Roca quien estuvo acompañado de los Hermanos Mayores de la cofradía california y la sanjuanista. Como dato anecdótico de ese año figura el hecho que varios vecinos pidieran al alcalde que la iluminación pública se mejorara, aunque fuera provisionalmente, en aquellas calles por donde debían transcurrir las procesiones. Argumentaban los vecinos y no les faltaba razón pues según ellos la calle Mayor, entonces llamada de Isaac Peral, había lucido una iluminación espectacular durante el Carnaval. También es llamativo el anuncio publicado por el Ayuntamiento de Cartagena en el que se destaca que las procesiones de Cartagena “eran las más artísticas y mejor ordenadas de España”, lo cual no deja de ser significativo teniendo en cuenta que el orden es una de las características de nuestros desfiles junto con la luz y la flor. Siguiendo con el recorrido por este año los marrajos tenían claro que el objetivo era conseguir fondos para poder sacar las procesiones y en ello pusieron todo su entusiasmo. Por eso el 28 de Marzo en el Salón Sport celebraron una función de cine extraordinaria con la película “Ave presa”, protagonizada por la actriz francesa Jane Faber. Al final de la misma se procedió a la rifa de una artística figura con reloj y luz eléctrica que estuvo expuesta unos

Anuncio procesiones 1919 días antes en el escaparate de la sastrería de Vicente Bonet en la calle Mayor. En cuanto a los precios había entradas que llevaban asociadas un número para la rifa como la de preferencia que costaba 0,25 pesetas, la Delantera a 0,15 y la General a 0,10 y la que no llevaba incluido el número cuyo precio era de 0,05 ptas. Dos días después gracias los diarios locales anunciaron que la figura sorteada en la rifa le había correspondido al número 852. Unos días antes del comienzo de la nuestra Semana Grande el semanal “Blanco y Negro” de tirada nacional dedicó un artículo a las Semanas Santas de Murcia, Cartagena y Lorca lo cual atraería sin duda a forasteros que vendrían a ver nuestras procesiones. Y es que en lo que respecta a la primera procesión marraja, la de la Madrugada, destacaba la prensa que pese a salir a las cuatro de la mañana “las calles se hallaban rebosantes de madrugadores, así como los cafés, confiterías y reposterías, y las tabernas hicieron muy buenas cuentas”. De la procesión de la Madrugada destacar el estreno de un rico manto azul bordado en plata regalado por Beatriz Asensio, la Marquesa de Fuente González, gran bienhechora de la Cofradía y que costeó durante muchos años la salida de los tronos de la Agonía y de la Virgen. En la procesión de la noche de nuevo la Sinfónica Cartagenera fue la encargada de acompañar al trono del Sepulcro interpretando entre otras la “Marcha número 1” de Oliver y el “Coral variado de la Cantata número 140 de Bach”. Ambas procesiones fueron un éxito gracias una vez más a la eficaz labor de ese gran Hermano Mayor que fue D. José López Pinto. Algo tradicional era celebrar el éxito en las procesiones con un banquete y ese año lo hicieron en el Gran Hotel el 18 de mayo. Ese mismo día se reunió el Cabildo General para la presentación de cuentas y elección de la nueva junta directiva en la que llama la atención tener dos Hermanos Mayores Honorarios en las personas de S.M. el Rey Alfonso XIII y D. Ramón Martínez Giménez. Un año más el Cabildo depositó su confianza en D. José López Pinto a pesar de que dada su condición de militar su papel de Hermano Mayor debía de ser asumido fre-

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cuentemente por D. Leandro Bas que era Comisario General. Los otros miembros de la directiva eran los Comisarios Generales D. Juan Muñoz-Delgado, D. Antonio Moreno y D. Tomás Carlos-Roca, de Camarero D. Luis López Reynoso, capellán D. Antonio Sánchez, D. Fernando Flores Rueda como Secretario de Actas, D. Raimundo Gómez de Contador, D. Antonio Bonet Truque de Tesorero, D. Federico de la Torre como guarda almacén y finalmente como consiliarios D. Gamaliel Lizana, D. Rafael Valls, D. José Andreu Batlle, D. Luis Guarch, D. Federico Casal, D. Andrés Antón, D. Inocencio Moreno y D. José García Pérez. Curiosamente en esta lista figuraban dos personas que bastantes años después llegarían a ostentar el cargo de Hermano Mayor, es el caso de D. Juan Muñoz-Delgado y D. Inocencio Moreno. La prensa local al dar cuenta de estos nombramientos informaba de que la imagen del Jesús Nazareno lucía unos magníficos cordones de oro regalados por una señora que no quiso dar su nombre. Siguiendo con su campaña para allegar fondos para las procesiones los marrajos decidieron organizar una novillada el 28 de junio que tuvo la originalidad de celebrarse por la noche. Los precios fueron muy populares para poder llenar la plaza de manera que los caballeros pagaron setenta y cinco céntimos y las señoras sesenta. Debió de darles buenos resultados pues repitieron experiencia taurina el 12 de julio y en esta ocasión el alumbrado de la plaza se reforzó con doce potentes arcos de 600 bujías. Pero sin duda alguna una de las grandes apuestas de la Cofradía Marraja en su campaña recaudatoria este año 1919 fue el Concurso de muñecas celebrado durante la Feria de Verano. Las concursantes debían enviar las muñecas a la Secretaría de la Cofradía donde se les expedía un recibo de la entrega y cada muñeca llevaba una tarjeta con el lema que su autora tuviera por conveniente, y además un sobre con el mismo lema, y en su interior el nombre y domicilio de la concursante. En este Concurso no había jurado calificador y los premios se otorgarían por medio de un plebiscito popular, ya que al inaugurarse la exposición de las muñecas un Notario sellaría y lacraría una urna, donde todos los visitantes depositarían una tarjeta que se les entregaría a su


Tercio de la Virgen Dolorosa. Madrugada del Viernes Santo Foto: Moisés Ruiz.


Cartagena Semana Santa 2019 Cofradía la cual las rifaría o subastaría destinando lo conseguido a mejorar las procesiones marrajas. Dicha rifa o subasta querían realizarla en una caseta de madera en el Paseo de la Feria pero tras solicitarlo al Ayuntamiento, y ocasionar un agrio debate en el Pleno, la solicitud fue rechazada. Volviendo al concurso el Notario D. Napoleón Terrer procedió al escrutinio para la adjudicación de premios y la ganadora fue la muñeca presentada por Ángeles y Soledad de Haro González con el lema ¡Ay mi madre! que recibió 1865 votos. Como dato anecdótico entre las premiadas con accésit figuraba la señorita Lolita Rosas Méndez que se acabaría casando con otro Hermano Mayor marrajo de gran recuerdo como fue D. Antonio Ramos Carratalá. Fueron miles las personas que visitaron la Exposición dejando pingues beneficios en las arcas marrajas, pero de nuevo los directivos de la Cofradía volvieron a pensar en clave taurina pues la plaza de Toros de Cartagena era muy grande y mucha la afición que disfrutaba de estos eventos. Por eso no fue extraño leer en un diario local en pleno mes de agosto el siguiente comentario: “los Marrajos que están dispuestos a que el próximo año sean sus procesiones las más suntuosas y notables de España, no cesan de ingeniarse para recaudar los fondos que hacen falta para la realización de su magna empresa, y han dada en al filón de las corridas nocturnas”. El 16 de agosto de nuevo se celebró una novillada nocturna en la que intervinieron los diestros “Cartagenero” y “Datilero” que torearon cuatro novillos de la ganadería de Sabino Flores de Albacete. Los precios una vez más fueron populares siendo la general a una peseta y las señoras, cabos, marineros, soldados y niños a 0,70 pesetas. Si hubiera que destacar un acontecimiento que marcara a la ciudad entera este año 1919 no hay duda que fue la terrible inundación sufrida el 29 de septiembre de 1919., conocida como “la de San Miguel” por celebrarse ese día dicha festividad. Miles de personas se vieron afectadas por una tromba tan espectacular que el agua llegó a alturas inimaginables en pleno centro de la ciudad. Varias personas fallecieron y las pérdidas fueron cuantiosas tanto en viviendas como en negocios particulares por lo que se creó una Junta de Socorros para administrar la ayuda a todos los afectados. Los marrajos tuvieron mucha suerte de no perder elementos importantes de su patrimonio y al igual que otras entidades la Cofradía Marraja aportó un donativo de 250 pesetas para los damnificados por tan terrible desgracia.

Concurso muñecas 1919 entrada, y en la cual pondrían los lemas que a su juicio merecían ser premiados. Clausurada la Exposición el Notario abriría la urna y haría el recuento de tarjetas otorgando los premios a aquellos lemas que mayor número de votos obtuvieran.

Una de las personas que más colaboró fue D. Juan Antonio Gómez Quiles, banquero de profesión que años después se convertiría en Hermano Mayor de los marrajos y artífice de los grandes cambios y reformas en la Cofradía sobre todo en materia artística. De su pecunio personal corrieron los gastos originados por las cocinillas militares que se improvisaron para alimentar a todos los que se quedaron sin comida alguna.

En cuanto a los premios estaba previsto que se dieran diez consistentes en diez objetos de arte, cinco a las cinco muñecas que obtuvieran mayor número de votos, y otros cinco a los grupos que se encontraran en iguales condiciones. Además se concederían veinte accesits a los veinte asuntos que resultaran con más votos después de los asuntos premiados. Oportunamente se dará cuenta de los donantes de los premios y se exhibirán en público.

Y hasta aquí el repaso a un año intenso para los marrajos que supieron echar mano de la imaginación para poder sufragar los gastos de las procesiones, en unos años nada fáciles en el terreno económico como consecuencia de la Primera Guerra Mundial.

El viernes 18 de Julio en la prensa local se anunciaba el concurso y el hecho de que S.M la Reina Victoria había enviado para el concurso una magnifica muñeca que había sido expuesta en uno de los escaparates de la Maison Paris, en la Calle Mayor. El plazo de admisión se amplió a petición de algunos concursantes hasta el 5 de Agosto, Los premios se habían incrementado en uno de 100 pesetas a la muñeca mejor vestida por profesionales como modistas, costureras, confeccionistas. También se aseguraba que el local para exposición no estaba designado todavía pero adelantaban que sería un espacioso sitio del Muelle de Alfonso XII, algo que luego veremos cómo finalmente no pudo ser.

Juan Ignacio Ferrández García

La exposición se inauguró el 7 de Agosto en el local de los Sres. Llagostera de la Calle Mayor y se invitó a las autoridades y Hermanos Mayores de las otras cofradías. La entrada costaba un real y se podía ver todos los días desde las cinco de la tarde a la una de la noche y los días festivos desde las once de la mañana. Al día siguiente el periódico se hacía eco de los estupendos premios que habían sido donados y entre los que enumero algunos: un reloj de plata regalo de S.A.R. la Infanta Doña Isabel, un rico estuche con juego de café de plata de Dª Beatriz Asencio, un abanico de nácar y gasa de D. José García Vaso, dos ánforas de plata del Director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, un juego de desayuno de D. Manuel Dorda y un frutero de D. José Maestre Pérez. La idea era, y así se establecía en las bases del concurso, que todas las muñecas que concurrieran al mismo quedaran de la absoluta propiedad de la

Novillada 1919

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Santísima Virgen de la Piedad. Lunes Santo Foto: Moisés Ruiz.


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La Unidad de Música del Tercio de Levante de Infantería de Marina, parte primordial de la música en nuestra Semana Santa La música, como elemento esencial en nuestros desfiles procesionales, en este caso, con la interpretación de marchas fúnebres y procesionales, ha tenido en nuestra semana santa un protagonista de honor, la Banda de Música del Tercio de Levante de Infantería de Marina, presente en nuestras procesiones desde el siglo XVIII, si bien, con las músicas propias de este siglo, es decir, los pífanos y tambores, posteriormente la inclusión de nuevos instrumentos, oboes y clarinetes, estando estos músicos dirigidos por la figura del Tambor Mayor, realizando el acompañamiento musical de los Granaderos y Fusileros de los Batallones de Marina, que daban escolta a los cortejos procesionales. A principios del siglo XIX, desaparece la denominación de Batallones de Marina, pasando a denominarse, Real Cuerpo de Infantería de Marina, donde las músicas militares van experimentar tras la Guerra de Independencia una gran transformación, incrementándose el número de músicos y los nuevos instrumentos musicales que empiezan a aparecer, desapareciendo el pífano, siendo sustituido por las cornetas. La denominación hasta finales de la década de los años sesenta del siglo XIX, fue Charangas. Coincidiendo con una nueva reestructuración del Cuerpo de Infantería de Marina, se crean los Regimientos de Infantería de Marina, en febrero de 1869, constituyéndose en Cartagena, el Tercer Regimiento de Infantería de Marina, en junio del mismo año, por Resolución del Almirantazgo, se crean las bandas de música de cada regimiento, uniendo las dos Charangas existentes en los batallones, en una única Banda de Música, que este año cumple 150 años, desde la denominación como Banda de Música.

Unidad de Música del Tercio de Levante. 1874. (Restaurada por el Brigada Salvador Rubio Salom) Foto: Unidad de Música del Tercio de Levante.

Ruiz, su marcha más conocida recientemente recuperada, “Virgen de la Caridad”. Durante los años que ha estado entre nosotros esta banda, tuvo y tiene grandes músicos, destacando algunos de ellos, como, Bartolomé Pérez Casas, Eduardo Lázaro Tudela, José Torres Escribano, José Lillo Tormo, y más recientemente, Jesús Añó Martínez y José Puerto González, todos ellos con grandes composiciones para nuestra semana santa. Tras la Guerra Civil, y con la nueva reordenación del Cuerpo de Infantería de Marina, pasa a denominarse, Banda de Música del Tercio de Levante, poniéndose al frente de ella, Ramón Sáez de Adana Lauzurica, fundador de la coral “Tomás Luis de Victoria”. Le siguieron otros directores como, Ramón Codina Bonet, Jesús Montalbán Vizcón, Jaime Belda Cantavella, Vicente Beltrán Vidal, Joaquín Grau Murcia, Raimundo Cánovas Pérez, algunos de ellos, también han dejado composiciones de marchas procesionales para nuestra semana santa. Actualmente está dirigida por el Comandante de Músicas Militares, Jaime Ismael Enguídanos Royo, que, como sus antecesores, está totalmente volcado con la cultura de nuestra ciudad, entre otras cosas recuperando y dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Cartagena, que al frente de ella, realizó los conciertos de marchas procesionales típicas cartageneras, en los años 2017 y 2018, en el Auditorio “El Batel”. Al frente de ella, ha colaborado en cualquier labor cultural, social y benéfica, para la que se requiera a esta centenaria unidad de música militar, en cualquier punto de nuestra comunidad autónoma. Su labor en el ámbito de la composición, por ende, al patrimonio musical, destaca una marcha de gloria “Santa Elena” (2009), siendo su última composición, una marcha procesional, “¡Al Cielo con Ella!”, estrenada el pasado día 8 de febrero.

Durante estos años, ha acompañado a diferentes imágenes de las Cofradías Marraja y California, de la primera al Jesús Nazareno, Virgen de la Piedad, La Agonía, Sepulcro, San Juan y la Virgen de la Soledad, con los encarnados, Samaritana (esta imagen llegó a estar vinculada al Cuerpo de Infantería de Marina), San Pedro, San Juan y la Virgen del Primer Dolor. En estos 150 años, al frente de la banda han pasado grandes Músicos Mayores y Directores. Fue su primer músico mayor, Tomás Albagés y Serra, pero sin duda, la figura preminente al frente de esta unidad de música en el siglo XIX y principios del siglo XX, fue Ramón Roig Torné, que se incorporó como Músico Mayor en 1890. Estuvo considerado como uno de los mejores músicos militares de esta época en España. Nos dejó una veintena de marchas fúnebres y procesionales, entre otras, “Consummatum Est”, “Corpus Christi, Desconsuelo”, “El Calvario”, “El Reino”, “La Agonía de Jesús”, “La Calle de la Amargura”, “Marcha de Procesión nº 2”, “Marcha de Procesión nº 4”, “Marcha Solemne”, “María de los Ángeles”, “Mater Dolorosa”, “Mercedes”, “Pange Lingua”, “Una Lágrima”, “¡Hossanna!”, “Descanse en Paz”, “Primera Caída”, “Marcha de Procesión nº 3”. Notable fue también, los pasodobles que nos dejó, como “La Gracias de Dios” y “Oquendori”. Pero pasó a la historia en nuestra ciudad, por dirigir el estreno del pasodoble del maestro Álvarez, “Suspiros de España”, en 1902. Otro gran Músico Mayor de esta banda, fue Gerónimo Oliver Arbiol, entre sus marchas para Cartagena destaca la que dedicó al fallecimiento del Alcalde de Cartagena, “A la Memoria de Ángel Bruna”, más conocida como “Marcha Lenta”, la marcha cartagenera más conocida en el resto de España. También pasó a dirigir esta unidad, Camilo Pérez Monllor, que además de ser un gran compositor, pasó a la historia de nuestra semana santa, por la anécdota del pasodoble “El Gallo”, con San Pedro Apóstol, fue el instrumentador para banda de la “Salve Marinera”. Cerró la etapa de banda del Tercer Regimiento, Emilio Díaz

Enhorabuena por vuestro aniversario entre nosotros. Esperemos que es esta unidad de música del Tercio de Levante de Infantería de Marina, celebre otros 150 años más en Cartagena, y que siga su aportación a la cultura de nuestra ciudad, tan enraizada entre nosotros, y a la que el pueblo de Cartagena le tiene un cariño especial y una gran admiración. Como dije en otro artículo en la revista del “Eco del Nazareno”, es la unidad de música militar que más lleva saliendo en una Semana Santa de España, la de Cartagena, es por ello, por lo que tenemos que sentirnos muy orgullosos como cartageneros de esta gran formación musical militar. Enrique Martínez Gallego

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El trono del Santísimo Descendimiento de Cristo, 75 años de desfile Cada año los marrajos celebramos varias efemérides; no resulta extraño en una Cofradía que lleva, al menos desde 1641, catequizando al pueblo de Cartagena y sacando procesiones incomparables. Este 2019 se produce el 75 aniversario de la creación, por parte de Aladino Ferrer, del trono del Santísimo Descendimiento de Cristo. Para conmemorar este hecho es recomendable conocer al artista y también a la Agrupación para la que, entre otras tantas, trabajó. Consta en la costumbre marraja que desde principios del siglo XIX la Cofradía venía anhelando completar el relato de la pasión de Viernes Santo con un Descendimiento o Desenclavamiento. Así, en 1928 el entonces Hermano Mayor, Ilmo. Sr. D. Juan Antonio Gómez Quiles encargó al ya reputado escultor valenciano, José Capuz Mamano, la realización de un grupo escultórico sobre el Descendimiento, el cual sufragó con su patrimonio personal. Es de destacar que el Hermano Mayor donó la escultura con tan sólo una condición: la de que si desapareciera la Cofradía el grupo debería pasar a manos del Ayuntamiento, para que nunca abandonase Cartagena. En la mañana del 11 de abril de 1930 (Viernes de Dolores), el tren correo arribaba a la estación de Cartagena con una valiosa carga en su interior. El grupo del Descendimiento fue trasladado inmedia-

1930 Cartelas del trono en la Capilla Marraja

1930 - Trono primitivo Descendimiento

tamente a la Iglesia de Santo Domingo, de la que saldría una semana después en la procesión del Viernes Santo. En ese momento comenzó la historia de los tronos del Descendimiento. En aquella primera procesión y las que le seguirían hasta el estallido de la Guerra Civil, el Descendimiento desfiló sobre un trono de escasa factura y autor desconocido, con una línea muy sencilla que se limitaba a una estructura de madera de poca altura, con cinco varales en proa y otros tantos en popa y cuyo cartelaje estaba constituido por cuatro candelabros de bronce que servían durante el año como iluminación de la Capilla. Desapareció, como tantos elementos marrajos, durante la contienda. Durante los años 40 se tienen escasos datos sobre el trono en el que el Descendimiento procesionaba, constando informaciones contradictorias sobre el mismo. Ya en 1941 Aladino Ferrer realizó unos trabajos para la Agrupación, aunque no podemos considerarlos como un trono propiamente dicho, sino como arreglos y molduras sobre una estructura preexistente. Esta base fue vendida a la agrupación marraja de San Juan Evangelista a mediados de los años 60. Aladino Ferrer fue un tallista y decorador nacido en Ricote en 1885, pero que pronto se estableció en Cartagena. Sus primeros

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pasos como artista fueron en Archena, pasando poco después a ser el discípulo predilecto de Enrique Salas. Ya en Cartagena desempeñó el oficio entre los talleres de Calle del Parque, Arco de la Caridad y por último en su propio domicilio en Calle San Cristóbal la Larga, en un modernista edificio obra de Víctor Beltrí. De su gubia salieron importantes obras civiles (oratorio de Capitanía, mobiliario del Aeródromo de los Alcázares) aunque para el objeto que nos ocupa lo más destacable fueron importantes tronos para los marrajos -era hermano de esta Cofradía-, destacando el de San Juan Marrajo, Piedad (actualmente procesiona en él, ampliado, María Magdalena) o el propio del Descendimiento. A finales de 1943 es requerido el tallista por su Cofradía para llevar a cabo un nuevo y definitivo trono para el Descendimiento. El Viernes Santo de 1944 desfila, por vez primera la creación, aunque el parecido con la realidad sea lejana: desde entonces hasta el día de hoy, el trono ha venido comportándose como un elemento vivo al que con regularidad se han ido añadiendo arreglos y mejoras, siendo en muchos casos -como veremos a continuación- trono pionero en innovaciones. En 1944 el trono fue portado a hombros de cuarenta portapasos pagados, iluminado con cartelas sencillas y abundante de flor. Destacaban las molduras en la

1944 - Estreno Trono Aladino Ferrer


Cartagena Semana Santa 2019 base del mismo. En 1947 se incorporaron nuevas cartelas de tubo, obra de Rafael Baillo quien dos años después crearía los hachotes de la Agrupación que aún hoy procesionan. En ese mismo año, Aladino Ferrer completó las tallas añadiendo unas esquinas labradas así como cuatro medallones con altorrelieves pasionarios, en pasta de madera. Continuó el trono su andadura hasta que en 1952 se decidió su ampliación, tanto para ensancharlo (40 cm) como para elevar su base, aplicando friso y tallado así como cuatro nuevas carteas y añadiendo los característicos dragones que rematan las varas, especial objeto de cuidado por su delicada factura. A todo ello se añadiría una renovación a fondo del dorado de las maderas. Se solicitaron varios presupuestos, siendo el de la Casa Gavilá el escogido. En 1960 se sustituyeron las cartelas de tubo, que a gusto de los hermanos desentonaban con la estética cubista del grupo escultórico por otras de talla, obra de Vicente Gomis. Ese mismo año se encargaron las características tulipas talladas, color burdeos, cuyo estilo mantiene la Agrupación. Del mismo modo se aprobó en Junta General la supresión de los portapasos pagados, sustituyendo el sistema de tracción por chasis de ruedas. En 1961 estrenó el Descendimiento bombillas con forma de vela, siendo el primero de Cartagena y probablemente de España en incorporarlas. Al año siguiente, en 1962, los deseos de la General se llevaron a cabo y se invirtió una importante cantidad para dotar

al trono de ruedas. También intervino otro tallista, Rafael Eleuterio, para crear las cubrefaldetas de talla de madera y oro con los escudos de la Cofradía, Agrupación y Ciudad. Enrique Carabal llevó a cabo el dorado de las esquinas y cartelas. En 1965 se amplió el trono (al igual que se había ensanchado en 1952) aunque esta vez a lo largo, para dar mayor cabida y espectacularidad al paso. El citado Enrique Carabal fue el encargado de tal colosal obra que requería de un desmontaje completo del trono. Refería por carta a Leonardo Bódalo en 1966: “menudo quebradero llevo con el Trono del Descendimiento, para postre, ayer mismo, recibí de Rafael Eleuterio cuatro piezas de talla de la prolongación”. Durante toda la década de los 60 la Agrupación del Descendimiento se hizo cargo del tercio de la Verónica, procesionando el grupo de Coullaut Valera en nuestro trono. Así lo haría, también entre los años 1980 y 1993 el grupo de la Primera Caída, que ocupó en la Madrugada el trono del Descendimiento hasta que fue estrenado el suyo propio. En años pretéritos se ha planteado, sin éxito, que se recuperase el trono a hombros. La decisión de la General ha sido mayoritaria en estas décadas, afirmando que la rueda da solemnidad y empaque a un paso como el del Descendimiento. En 1975 se volvió a dorar el trono en los talleres de los Hermanos Lorente en Nonduermas (Murcia), no requiriendo éste más arreglos hasta que en 1992

1960 Trono a hombros

1966 Grupo de la Verónica en el Trono del Descendimiento

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y tras un desafortunado accidente en Viernes Santo, al volver al almacén, resultó gravemente dañado. En esa ocasión el tallista Manuel Feria del Río, quien también trabajó en los trabajos de restauración de la capilla, fue el escogido. Procedió a repararlo íntegramente y renovar los bajos del mismo, que presentaban importantes signos de carcoma. En la noche del Viernes Santo de 2014, el Descendimiento desfiló completamente iluminado por diodos LED, así como con nuevas tulipas de lustre renovado. Esta iniciativa, de la mano de Leandro Victoria Navas, introdujo en la Semana Santa de Cartagena en el año 2008 dicho sistema eléctrico con los hachotes de la primera Caída, el cual han ido adoptando multitud de tercios con posterioridad. Otro hito en la historia de innovación que ha acompañado, desde 1944, al trono del Descendimiento. Este artículo bebe directamente de las fuentes documentales contenidas en el libro “El Descendimiento de Capuz en Cartagena (1930-2005)”, obra de D. José-Eduardo Pérez Madrid (†). Pueden adquirirse los últimos ejemplares en la sede social de la Cofradía Marraja, siendo los beneficios obtenidos por el mismo destinados íntegramente a los fines sociales de la Fundación Marraja. Javier Pérez Bódalo. Secretario de la Comisión de Observancia de la Regla de la Cofradía Marraja

Detalle cartelas


Trono del Santísimo Descendimiento de Cristo. Viernes Santo. Foto: Moisés Ruiz


Cartagena Semana Santa 2019

La Vera Cruz de los Marrajos Hace sesenta años, un 29 de marzo de 1959, la cuarta procesión de la Cofradía Marraja, procesión de la Vera Cruz, iniciaba oficiosamente su andadura en la pasionaria cartagenera toda vez que la aprobación eclesiástica y definitiva de la misma llegaría al año siguiente, en 1960. Y con su primera salida tomaba carta de naturaleza en las procesiones cartageneras, tras un proceso de gestación previo que podríamos situar en el año 1955 y siguientes no exento de polémicas y legítimas aspiraciones por parte de marrajos y californios en ocupar ese día libre de procesiones en nuestra ciudad. La nueva procesión de Cartagena nacía una vez más de la misma raíz a la que debe nuestra Semana Santa su grandeza: la necesidad permanente de emular una cofradía a la otra, de mejorar y superar en brillantez a las procesiones del color diferente al de cada uno, y de la “sana rivalidad” como motor, en esos años como lo venía siendo desde los primeros del siglo XX, del esfuerzo generoso de los procesionistas que paso a paso les llevó a poder configurar y ofrecer la Semana Santa que hoy disfrutamos.

que sólo puede explicarse por las gestiones con las autoridades eclesiásticas de los cofrades marrajos, ante la intención publicada de la cofradía california, haciendo prevalecer su solicitud, su apuesta por procesionar en el Sábado Santo, y de este modo que al menos ese año ambos cortejos acabaran celebrándose como la prensa lo plasmó al concluir las celebraciones pasionarias de este año 1956. En todo caso para la Cofradía Marraja la procesión de la Vera Cruz, que como resultado del interés y de las gestiones realizadas sin duda ante el obispado tanto por una como por otra cofradía supuso ocupar con un cortejo morado ese día hasta aquel momento libre en nuestra Semana Santa, es el broche de oro a un periodo importante de su historia reciente. Aquel que arranca finalizada la Guerra Civil de 1936-39, con su rastro de desastre y destrucción que tanto afectó a la Semana Santa y a las cofradías, y cuyo final podemos situar al inicio de los años sesenta y a lo largo de dos décadas. Si desde el primer cuarto del pasado siglo y hasta el año 1936 la Cofradía Marraja comienza a escribir sus páginas más brillantes siguiendo lo que parece ser un guion perfecto y unos criterios: calidad, rigor, cronología, estética, religiosidad, y cofradía, sobre todo cofradía, que hoy todavía y más que nunca reivindicamos los marrajos para nosotros y para la Semana Santa en su conjunto, los años más traumáticos de la historia reciente de España parecían poner freno y dar al traste con todo el trabajo, con todas las ilusiones, y eran el peor presagio para la antiquísima tradición pasionaria y sin embargo “joven” Semana Santa de nuestra ciudad.

Fueron diferentes las vicisitudes que se dieron hasta llegar finalmente a esa tarde de 1959, debiéndonos situar para comprender todo ello en la mitad de la década de los años cincuenta del pasado siglo. Y en una Cofradía Marraja pensando la manera de poner en la calle una nueva procesión, la cuarta procesión que sin embargo podría haber sido en el Domingo de Resurrección tras la primera salida de un cortejo ese día en el año 1943 responsabilidad de la agrupación marraja de Nuestro Padre Jesús Resucitado, origen de la Cofradía que hoy procesiona en esta jornada. En todo caso no sería esa finalmente la ansiada procesión morada y si la de un novedoso cortejo en el hasta ese momento Sábado de Gloria y Sábado Santo a partir de 1956 al amparo del nuevo Orden Litúrgico dictado por Roma, y bajo las nuevas disposiciones en el establecidas destinadas a facilitar a los fieles el cumplimiento de sus obligaciones de asistencia a los cultos de Semana Santa, los oficios, en un horario que dejaría margen en las primeras horas del sábado para un desfile pasionario que no perturbara en ningún caso la asistencia a las celebraciones religiosas, fijadas para ese día a partir de las diez de la noche.

Nada de esto ocurriría, y la realidad nos ofreció a los marrajos posiblemente los mejores 20 años de los últimos cien vividos, y una obra casi acabada que hemos sabido conservar y ha llegado afortunadamente hasta nuestros días. Recordemos en este sentido las tallas que después de la guerra, en los años cuarenta, Capuz sigue ofreciendo a los marrajos para sustituir a las desaparecidas: las de San Juan, Soledad y la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que se unen a La Piedad, Yacente y Descendimiento salvadas de la destrucción, y su postrer y extraordinario trabajo del Grupo del Santo Amor de San Juan en la Soledad de la Virgen de 1956.

Pero hasta llegar a esa tarde de 1959, y a esta cuarta procesión de la Cofradía, lo que subyace es la mencionada y referida pugna entre marrajos y californios por ocupar el Sábado Santo. Y prueba de ello es que tres años ante la prensa local recogía el 2 de abril de 1956 la novedad ese año en este controvertido día de la procesión de “La Soledad de la Virgen María de los marrajos a las seis de la tarde del Sábado, que se cerró con el sermón que al final, frente a la iglesia de Santa María… pronunció el arcipreste, señor Cebrián, que fue escuchado con fervoroso recogimiento en un ambiente de honda emoción” y la del “Cristo de la Fe, de los mineros, de la Cofradía California, a la una de la madrugada del Domingo de Resurrección”. Pugna que se debía de vivir meses atrás porque la misma prensa el día 23 de marzo de 1956 hablaba de la salida “el Sábado 31 de marzo a las 6 de la tarde de la procesión del Cristo de la Fe, de los mineros” sin referencia alguna al cortejo pasionario de los marrajos que finalmente fue el que tuvo lugar en ese día y a esa hora. Y

Y entre las joyas más preciadas una procesión, la de la Vera Cruz. Procesión que con la lógica evolución que ha tenido en estos 60 años transcurridos y las nuevas incorporaciones de tercios y tronos desde ese sencillo desfile de 1959 de la Cruz solitaria, al que se incorpora a partir del año siguiente la imagen de la Soledad de los Pobres, continúa fiel a sus orígenes y nos remite al final de una época sin duda brillante de nuestra historia. De aquellos años la historia de la Cofradía guarda el recuerdo de la personalidad de cofrades y procesionistas de enorme valía, y entre ellos emerge la figura del Hermano Mayor D. Antonio Ramos Carratalá. Si sus predecesores, D. Juan Antonio Gómez Quiles y D. Juan Muñoz-Delgado Garrido, son los hermanos mayores del escultor José Capuz, los artífices del encuentro afortunado del genial artista con la Cofradía Marraja, a D. Antonio Ramos Carratalá le cabe el mérito y la responsabilidad de haber completado el patrimonio de los marrajos durante su mandato al

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Penitentes tercio de la Vera Cruz. Sábado Santo. Foto: Moisés Ruiz


Cartagena Semana Santa 2019 frente de la Cofradía con sus dos últimas grandes obras, debidas una y otra a la maestría de Juan González Moreno: la Soledad de los Pobres y el grupo del Santo Entierro. Obras maestras que se sumaron de esta manera al monumental conjunto de Capuz, el conjunto que no olvidemos vino a vertebrar y dar pleno sentido a los cortejos marrajos y sin el cual hoy no se entenderían, cuya belleza y calidad artística incuestionable conviven desde su llegada de forma perfecta con el tesoro que pieza a pieza los marrajos fuimos recibiendo del insigne escultor valenciano.

cuál ha sido el desarrollo ese año de la procesión en un delicioso escrito de abril de 1960 que el Hermano Mayor dirige al Vicario General de la Diócesis Cartaginense, D. Juan de Dios Balibrea Mata, agradeciendo la autorización “para la procesión Marraja de la Stma. Virgen de la Soledad en Sábado Santo… sencillamente maravillosa por su acentuado carácter penitencial… con sólo luz de cirio y unas pocas flores”. La procesión, relata D. Antonio Ramos, se adentró en el barrio de la Soledad y Puerta de la Villa “En donde se dieron unos sobres con crecidos donativos a familias que comen y viven de milagro… con el doble sentido (la procesión) de amor y veneración a la Stma. Virgen y de caridad a los más pobres”.

Pero además D. Antonio Ramos jugaría un papel fundamental en el conjunto de circunstancias que condujeron a la definitiva salida de la procesión de la Vera Cruz en la primavera de 1959. Y es así que no sólo trajo a la Cofradía la imagen donada por él de una bellísima Virgen para este cortejo reflejo y resumen admirable del sentimiento profundo de soledad, recogimiento, y sin embargo esperanza máxima en la resurrección y en la vida que emana de la cruz desnuda que le precede. Sino que es ante todo y por encima de todo el Hermano Mayor que consigue culminar y dar respuesta a la aspiración y el anhelo de los marrajos de procesionar el Sábado Santo y poner en la calle una cuarta procesión marraja, ésta de la Vera Cruz.

Y explicaba el Hermano Mayor en su misiva la intención de la Cofradía, expuesta en el Cabildo celebrado ese año el Jueves Santo, de la puesta en marcha de una Constructora con el patrocinio “religioso” de la agrupación de la Virgen y “económico” de la Caja de Ahorros (Caja de Ahorros del Sureste de España, de la que él era Director General) y procurar viviendas a los más necesitados con la colaboración de la Junta de Damas de la Cofradía para, “vestir los hogares de los más humildes, proporcionarles empleo, velar por la educación cristiana de las familias… y hacer cuanto Dios nos manda para con nuestros hermanos necesitados de afecto y consideración social y de necesidades materiales: alimento de cuerpo y alma”. El ambicioso proyecto, que no llegaría a ser una realidad, ponía de manifiesto el alcance que para la Cofradía y para su Hermano Mayor como decisivo impulsor de este ansiado logro tiene la nueva procesión marraja. Una procesión dotada de pleno sentido religioso, ejemplo de ese espíritu que ha presidido a lo largo de su historia de las más diversas maneras la labor asistencial de la Cofradía.

El interés de D. Antonio Ramos Carratalá por ver convertido en realidad este proyecto y sus gestiones en esos años para conseguirlo son intensas, y de ello dan prueba la numerosa y elocuente correspondencia mantenida con el Obispado de Cartagena donde queda fielmente recogida su idea para este desfile y las características que le debían acompañar en aras de conseguir la ansiada autorización. De este modo el Hermano Mayor se refería en su carta en el mes de abril de 1956 a un cortejo de carácter penitencial “suprimiendo el alumbrado eléctrico que sería sustituido por cera y la dádiva durante el desfile de recuerdos de Pasión, a fin de quitar al desfile todo carácter de fiesta profana… para que ayude al pueblo en la meditación de los sagrados misterios de la Pasión y Muerte del Señor, dando así una lección gráfica a la conciencia cristiana del pueblo católico de Cartagena”. A esta primera carta donde curiosamente, y tres años antes, pedía “la autorización para el desfile procesional del Santo Entierro de Cristo para las cinco de la tarde de cada Sábado Santo”, el grupo del escultor murciano que nunca llegó a esta procesión y si a ocupar su lugar en la narración evangélica de la noche del Viernes Santo, y en la que no hay referencia a la Vera Cruz, seguirían otras más, incorporando ya al proyecto y a sus escritos un trono con la Cruz solitaria. Porque desde su primera comunicación escrita con la autoridad eclesiástica, a cada misiva de D. Antonio Ramos solicitando la autorización para la procesión le seguía una carta de respuesta por parte del Obispado denegando la pretensión y la aspiración de la Cofradía Marraja para el Sábado Santo por un “un convencimiento de razón pastoral” del Obispo y convencido igualmente el titular de la Diócesis de Cartagena de la paciencia de D. Antonio pues, afirmaba, “es una persona comprensiva y sabe lo que le estimamos y él sabe que si me opongo es por razones de conciencia que él sabe ponderar por encima de otras ventajas de menor valía”. Nada de esto convenció al Hermano Mayor marrajo que no cejaría en su empeño, y finalmente después de la salida de 1959 la autorización oficial del Obispo de Cartagena, D. Ramón Sanahuja y Marcé, llega en 1960. Y terminada la Semana Santa D. Antonio pone en conocimiento de las autoridades eclesiásticas

Procesión de la Vera Cruz, finalmente, de la que este año conmemoramos su sesenta aniversario. Procesión de duelo frente a la muerte y de esperanza en la Resurrección donde la cruz desnuda testimonia que todo se ha consumado. Y en la que junto a la Cruz como símbolo máximo de la salvación, podemos contemplar el Sudario de Cristo, la reliquia que nos remite al relato de la Pasión de Jesús y el supremo icono de todos sus padecimientos, y el grupo de las Santas Mujeres que se acompañan en el dolor y esperan junto a la cruz de Jesús. Y encontrarnos de nuevo con el Evangelista, el discípulo amado que en el Santo Amor de San Juan asiste y arropa con amor filial en su soledad a la Virgen en la magistral composición que con este grupo Capuz, sin duda alguna “un escultor para la Cofradía Marraja”, dejara en el repertorio iconográfico de los marrajos y en la pasionaria cartagenera. Para cerrar finalmente el desfile, cuando ya caiga la noche, la más emotiva, la más íntima, y la más contenida manifestación del abandono y la pérdida; la soledad de soledades, la Madre rota y exhausta representada en la hermosa y primorosa talla de la Virgen de la Soledad de los Pobres de Juan González Moreno. Y que de esta manera una Cruz marraja invite a la reflexión serena ante el camino de la Pasión que ya ha terminado, y una Virgen en su soledad derrame a su paso la luz de la esperada Resurrección. Pedro María Ferrández García. Cronista de la Cofradía La Marraja.

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Trono de la Vera Cruz. Sábado Santo. Foto: Moisés Ruiz


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“No basta con nacer en una familia con tradición cofrade. Es necesario que profundicemos en lo que supone formar parte de una cofradía” Entrevista al nuevo Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, Ramón Pérez Saura, elegido el pasado 11 de octubre de 2018, para un periodo de cuatro años - ¿Qué fue lo que le empujó a presentarse al cargo de Hermano Mayor? Nuestro Estatuto prevé que las candidaturas a Hermano Mayor sean decididas en un Cabildo de Mesa seleccionándose, de entre las presentadas, las tres que hayan conseguido un mayor número de votos. Esas personas conforman la terna de candidatos. Posteriormente, en Cabildo General Extraordinario, es elegido para el cargo de Hermano Mayor el candidato más votado de entre los propuestos. En mi caso puedo decir que no me presenté al cargo, fui presentado por un componente del Cabildo de Mesa. Faltaría a la verdad si dijera que esa presentación se hizo sin mi conocimiento. Sabía que sería presentado como posible candidato, que probablemente llegaría a formar parte de la terna y la decisión final quedaría en manos de los hermanos de la Cofradía al depositar su voto el día del Cabildo General Extraordinario. Algunos hermanos me habían manifestado su opinión de que era la persona adecuada para suceder a Bernardo Simó en el cargo de Hermano Mayor, ya que éste había manifestado su intención de no presentarse a la posible reelección. No fue una decisión fácil y, ni mucho menos, tomada de manera precipitada. Primero lo medité de manera personal y después lo comenté con mi familia, especialmente con mi

esposa. Lo hablamos repetidamente, analizando los beneficios que yo podría aportar a la Cofradía y los sacrificios que nos supondría llevar esta responsabilidad adelante. Finalmente llegamos a la conclusión de aceptar dar ese paso y, si los hermanos cofrades así lo estimaban conveniente, podría ser Hermano Mayor de esta gran Cofradía. - Ha estado en varios puestos de responsabilidad a lo largo de los años, con distintos hermanos mayores, supongo que esto le habrá ayudado también a formarse en el puesto que ahora desempeña. El haber sido durante nueve años Secretario General, el primer año con Benito Martínez Escolar y los ocho restantes con Tomás Martínez Pagán, y dos años Primer Mayordomo con Bernardo Simó Barreto, cargo que tuve que abandonar por cuestiones personales que me impedían desempeñarlo con el nivel de exigencia y compromiso que, en mi opinión, requiere este tipo de responsabilidad, me han permitido hacerme una idea muy próxima de lo que se supone se espera de un Hermano Mayor, independientemente de las responsabilidades innatas al cargo, que están reflejadas en el Estatuto. Todos los que formamos parte de la Cofradía tenemos un mismo objetivo, desde los distintos puestos que ocupemos en cada momento, conseguir alcanzar los fines de la Cofradía. Indudablemente, cada persona tiene su carácter y manera de hacer las co-

sas. En mi caso, sin que esto se pueda entender como crítica a mis predecesores, intentaré que las decisiones que se adopten cuenten con el mayor consenso posible, - ¿Cómo se definiría como Hermano Mayor? Soy una persona humilde, próxima, dialogante, tenaz y, a veces, perfeccionista. Soy humilde porque no me gusta el protagonismo. Aunque tampoco lo rehúyo si es necesario. Soy próximo, porque estoy abierto a todo aquel que quiera hablar conmigo. Este año cumpliré en la Cofradía 48 años, no conozco a todos los hermanos. Probablemente, antes de ser elegido Hermano Mayor, muchos de ellos tampoco me conocieran a mí. Dije en mi intervención tras la votación en la que salí elegido, que todo aquel que quiera hablar conmigo tiene mi puerta abierta. Me gusta recibir ideas, pero me gusta más que me digan claramente las críticas. Esta es la única manera de mejorar, sabiendo lo que haces mal podrás corregirlo. Soy dialogante, porque entiendo la vida como un permanente diálogo, a veces conmigo mismo. Cuantas más aportaciones e ideas hay sobre cualquier asunto, mayor número de elementos están disponibles para tomar una decisión. Indudablemente, nunca llueve a gusto de todos. Habrá decisiones que no contentarán a todo el mundo. Intentaré que todas sean con-

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Cartagena Semana Santa 2019 sensuadas, pero, si no hay acuerdo, procuraré que se adopte con la que se obtenga un mayor beneficio para todos. Soy tenaz, en el sentido de perseverante. Cuando se me plantea un reto, como puede ser el de ocupar el cargo de Hermano Mayor, pongo todo mi empeño en llevarlo a cabo de la mejor manera posible. Buscando asesoramiento, información y ayuda para todo lo que sea necesario. Soy perfeccionista porque me gustan las cosas bien hechas, tanto para dentro como para fuera de la Cofradía. Para nosotros porque todo lo que hacemos forma parte de nuestra historia. Debemos cuidar nuestro patrimonio, teniendo en cuenta que todo es patrimonio, desde una talla a una carta, documento, fotografía o postal. Para el exterior, porque nuestra imagen nos representa, como entidad y como personas, pues defendemos unos valores que nos llevan a formar parte de esta hermandad. - ¿Cuáles son los proyectos que, junto a su Junta de Mesa, tiene previsto realizar en estos cuatro años? ¿Con qué expectativas inicia este mandato? Como también dije en mi intervención, tras ser elegido Hermano Mayor, los proyectos se construyen entre todos. Haremos lo que la mayoría decida y veamos viable. Lógicamente, puedo tener ilusiones. Por supuesto, como creo que ha sucedido con todos los Hermanos Mayores que me han precedido, sería para nosotros un gran logro poder disponer de un local social más accesible, tanto para nuestros hermanos como para todos aquellos que quieran visitarnos. Esto es algo difícil, pero no imposible, siempre y cuando exista una verdadera implicación de todos los resucitados. Se requeriría un importante desembolso económico, que sólo podemos conseguir con mucho trabajo y

esfuerzo, contando con la ayuda de todos los cartageneros que, estoy seguro, apoyarían de manera masiva las iniciativas que para recaudar fondos promoviésemos. Lo que verdaderamente es un reto para mí, que espero conseguir o, al menos iniciar de una manera importante, es que todas las personas que participan en nuestra procesión pasen a formar parte de la Cofradía, de manera que se conviertan en hermanos de pleno derecho. Espero que todos sintamos la Cofradía como algo nuestro. Que nos sintamos entre hermanos, pues es lo que somos: hermanos en la fe. - ¿Cómo definiría la idiosincrasia de la Cofradía del Resucitado? Considero que no somos verdaderamente conscientes de nuestro potencial. La mayoría de los que formamos parte de ella, no consideramos que primero somos resucitados y, después, lo somos de una o varias agrupaciones. Creo que muchas personas participan en su entorno más próximo, es decir en cada agrupación, sin pensar que lo que está haciendo es para toda la Cofradía. Opino que eso es una labor de educación cofrade en la que pondré todo el empeño. Es cierto que nosotros somos la Cofradía más joven de nuestra ciudad, por eso es muy importante nuestra promoción y ésta empieza con la labor de todos nosotros, en nuestros entornos más próximos: familia, amigos, trabajo, etc. Tenemos que SENTIR ser resucitados. - A su criterio, ¿cuáles son los pilares de su cofradía? Indudablemente, el principal pilar que nos une es nuestra fe en Cristo Resucitado. Partiendo de esa importante base, nos une nuestra intención de llevar el conocimiento de Cristo Resucitado a todos aquellos que quieran

ver nuestra catequesis que pasea, cada Domingo de Resurrección, por las calles de Cartagena. También podemos considerar un nexo importante de unión, nuestra labor en favor de los más desfavorecidos. - ¿Es hermano de alguna otra cofradía o hermandad? No, nunca he pertenecido a otra Cofradía pasionaria o de gloria de la ciudad. En mi vida cofrade, sólo he participado en dos ocasiones en procesiones de otras cofradías. En ambos casos fue por hermanamientos de mi agrupación, Aparición de Jesús a María Magdalena, con la de Santa María Magdalena de la Cofradía Marraja y con la Agrupación de San Juan Evangelista de la Cofradía California. En el primer caso, participé como penitente de representación de mi agrupación en la procesión del Santo Entierro en la mencionada Agrupación de Santa María Magdalena y en el segundo caso, acompañando al trono de San Juan Evangelista, como nazareno, en la procesión del Martes Santo. - ¿Cofrade se nace, o se hace? En mi opinión un cofrade se hace. Lo puedo decir por propia experiencia. En mi familia no existía una tradición cofrade. Cuando era pequeño mi madre me enseñó una foto suya vistiendo el traje de penitente de la Agrupación de la Verónica y creo que uno de mis tíos participó en alguna ocasión en procesiones marrajas, como penitente en la Agrupación de San Juan Evangelista. Nací y viví durante 23 años en la calle Saura. En esa calle está el colegio Patronato del Sagrado Corazón de Jesús, del que fui alumno. En dicho colegio se fundó la Agrupación de la Santa Agonía. Tenía un vecino que era directivo de dicha agrupación y, supongo, que no habría tenido problema para formar parte de ella.

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¿Por qué en lugar de ser marrajo soy resucitado? Verdaderamente, no soy consciente de que esa elección fuera totalmente mía. Supongo que sería una apuesta de mi madre porque ella, a pesar de no pertenecer a ninguna cofradía, amaba tremendamente la Semana Santa. Aunque hace mucho tiempo que está junto a Jesús Resucitado, le sigo agradeciendo cada día que me diera esta oportunidad. Si antes me definía como tenaz, debo añadir que siempre me ha gustado implicarme en aquellas cosas en las que participo. Eso me ha sucedido en la Cofradía del Resucitado. Tuve la suerte de que las personas que regían mi agrupación, en mis primeros años, me ayudaron a crecer como cofrade. Aprendí mucho de ellos. Recuerdo especialmente a Antonio López Castelo, pues de su mano entré a formar parte de la Agrupación de la Aparición de Jesús a María Magdalena y al gran maestro de los resucitados y de muchas otras cofradías, Francisco Sarabia Albaladejo.

Lo que he vivido en la Cofradía he intentado transmitirlo a mis hijas. Ellas también son parte activa y eso me enorgullece. Por ahí va dando también sus pasos mi nieto. A pesar de su corta edad, ya ha participado dos veces en nuestra procesión. No obstante, sigo pensando que un cofrade se hace. No basta con nacer en una familia con tradición cofrade. Es necesario que cada uno profundicemos en lo que supone formar parte de una cofradía. - ¿Cómo contribuye la Cofradía a la misión evangelizadora de la Iglesia? Como comenté antes, la primera misión de la Cofradía es ayudar a sus hermanos a profundizar en el conocimiento de la fe y los valores cristianos. Participar en una procesión es conocer de primera mano estos valores. Por ejemplo, los niños suelen participar porque se sienten contentos al dar caramelos. Ellos lo ven como un

juego o diversión, realmente están aprendiendo a ser bondadosos. Otro ejemplo pueden ser los penitentes o portapasos, en este caso es el sacrificio el valor que podemos destacar. Nuestra procesión también la podemos considerar como una catequesis, pues muestra pasajes de los evangelios de una manera plástica a todos aquellos que la presencian. Además, con nuestra colaboración para ayudar a los más desfavorecidos, bien directamente o apoyando iniciativas de otros colectivos, estamos apoyando la labor de la Iglesia. - Dígame algún momento que le guste especialmente de la Semana Santa. El momento en que suena el cohete, anunciando el comienzo de la procesión, y los tambores comienzan a sonar en el interior de la Iglesia de Santa María. - ¿Cuál es el lugar en que más le gusta ver una procesión?

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Cartagena Semana Santa 2019 Como mencioné anteriormente, viví hasta los 23 años en la calle Saura. Por ello, el lugar donde casi siempre he visto procesiones, durante mi niñez y juventud, fue la calle Caridad. Además, considero que el recorrido entre las calles Serreta-Caridad y Plaza del Risueño es en el que más puede lucirse una procesión, pues es el tramo más largo en línea recta que existe en el recorrido. Es ideal tanto para desfilar como para ver el desfile. - ¿Cuál es su procesión favorita (sin contar el Domingo, por supuesto)? La serenidad y recogimiento de la procesión del Jueves Santo me gusta especialmente. - ¿Con qué momento del Domingo de Resurrección se queda? Me quedo con toda la procesión, porque refleja nuestra alegría pues Cristo está vivo. Bueno, si tengo que concretar me quedo con: El desfile marcial de nuestro grupo de Escolta y Honores; ver a los niños que forman el tercio del Santo Ángel, con la ilusión que participan mostrando el triunfo de la Cruz sobre la muerte; la figura de Cristo Resucitado, la expresión serena de su cara y su mano levantada al cielo; la sorpresa de los soldados romanos que vigilaban el sepulcro, cuando Jesús sale de él; el grupo de Soldados Romanos y sus singulares características; las miradas pensativas de las Santas Mujeres al encontrarse el Sepulcro Vacío; la cara de alegría y admiración de la Magdalena al ver a Jesús vivo; los discípulos observando como Cristo parte el pan, tras caminar junto a Él hacia Emaús; los dedos de Santo Tomás antes de entrar en las llagas de Cristo; la felicidad de los Apóstoles por su buena suerte, sin saber que Jesús los convertiría en Pescadores de Hombres; el paso sereno de San Juan, precediendo a la Madre; la dulzura de la cara de la Virgen del Amor Hermoso y la

tremenda expresión que transmiten sus manos.

luzcan esplendorosos a la mañana siguiente.

Creo que sólo faltaría el encuentro de nuestro Cristo con su Madre en la puerta de Santa María y la entrada del trono de la Santísima Virgen del Amor Hermoso en la Iglesia, cerrando una intensa Semana Santa.

Por otro lado, las agrupaciones están trabajando, desde que se recogió la procesión del pasado año, en todo lo que tienen pensado renovar y en aquello que quieren hacer nuevo. Al igual que el equipo de Cofradía, su labor de preparativos no finaliza hasta el Sábado Santo.

- Una marcha La que compuso el maestro Torres, haciendo un popurrí con fragmentos de varios temas. La llamó Motetes. La encuentro especialmente alegre para el día en que nos encontramos. También puedo destacar Triunfal y Pescador de Hombres. - ¿Qué cree que habría que cambiar o mejorar en la Semana Santa de Cartagena? Creo que la Semana Santa Cartagenera es una desconocida fuera de nuestro entorno más próximo. ¿Por qué sucede esto? Probablemente, todos seamos responsables de ser una gran expresión de fervor popular y, al mismo tiempo, que esa expresión no traspase nuestras fronteras. Estamos declarados de Interés Turístico Internacional. Debemos potenciar ese reconocimiento y, probablemente, demandar de las administraciones mayor apoyo para nuestra promoción. Por supuesto, esto nos supondrá también sacrificios y debemos estar dispuestos a realizarlos. - Empieza la cuenta atrás para la procesión del Domingo de Resurrección, ¿todo listo? El equipo que prepara la procesión lleva ya bastante tiempo trabajando para que todo lo necesario esté preparado y en perfecto funcionamiento el día de la procesión. Ese trabajo no termina hasta la noche del Sábado Santo, en que los floristas están vistiendo los tronos para que

Sobre las siete de la mañana del Domingo de Resurrección espero poder decir: TODO LISTO. - ¿Y qué le pide a los procesionistas ‘resucitados’? Que cada uno, desde su forma de practicar la fe, participe en la transmisión de nuestro mensaje de alegría porque Cristo ha resucitado de entre los muertos. Que se sientan eso, RESUCITADOS. Que se integren en la Cofradía, porque, cuantas más personas estén implicadas, de mejor manera alcanzaremos nuestros objetivos. Entendamos la implicación como la forma en que cada uno puede ayudar. La ayuda puede ser, simplemente, el pago de la cuota de hermano y la participación en la procesión o un mayor compromiso, por ejemplo; formando parte de alguno de los grupos de trabajo existentes, ocupando un cargo de responsabilidad, etc. - Para acabar, un deseo para la procesión de este 2019. En primer lugar, que el tiempo respete no sólo nuestro día, sino los diez días en que transcurre la Semana Santa cartagenera. Salvado esto, estoy seguro que cada uno de los que participemos en ella sabremos encontrar aquello por lo que estamos ahí. *Fotografías de Paloma Pérez Galindo

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El sudario que marca la historia de una cofradía La obra del pintor cartagenero Vicente Ros, de 1943, ha sido restaurada en Valencia para garantizar su correcta conservación por parte de la Cofradía del Resucitado Con motivo de la celebración del 75 Aniversario de la constitución de Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado la comisión encargada de organizar los actos que se habían de celebrar durante tal efeméride llegó a la conclusión de la importancia primordial que debía tener la restauración de una de las piezas patrimoniales más importantes que posee la Cofradía.

El sudario que en 1943 pintara el artista cartagenero Vicente Ros, es una pieza que traspasa los límites de lo artístico, ya que se ha convertido en un símbolo de la identidad de la Cofradía, y que justo ahora, 75 años después de su creación, merecía una cuidadosa y delicada restauración que nos permita conservar en las mejores condiciones posibles esta joya de estilo puramente modernista.

1. Documentación histórico-técnica y de materiales La pieza objeto es el primitivo sudario procesional que el artista cartagenero Vicente Ros (Cartagena 1887- 1976) realizó para encabezar la primera salida en procesión de Nuestro Padre Jesús Resucitado en 1943. Esta obra, que posee una marcada influencia modernista, es un documento que

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Cartagena Semana Santa 2019 marca la identidad de la Cofradía del Resucitado, lo que la vincularía con el patrimonio inmaterial de la zona convirtiéndola al mismo tiempo en una obra destacada y digna de ser conservada y estudiada. Estamos ante una pieza textil, un sudario, formado por anverso y reverso sustentada a través de seis piezas más la tela de refuerzo interior. La pieza está conformada por el anverso por un paño de tonalidad beige de un tejido de ligamento tafetán, sobre el que aparece una ornamentación pintada al óleo con claros aires modernistas, Cristo Resucitado rodeado de una decoración floral, cenefas con motivos vegetales en las que encontramos las inscripciones resurrexit y aleluya, así mismo también aparecen dos putis (ángeles); mientras que, por el reverso, el tejido base es de la misma naturaleza que el anverso, pero de tonalidad azul, sobre él se han plasmado las letras JHSR sobre una cruz potenciada. En la parte superior de la pieza encontramos unas asas formadas por el mismo tejido del anverso y en la parte baja una pasamanería decorándola. A modo de refuerzo, tanto de las asas como del cuerpo de la pieza, encontramos una sarga de algodón. La gama tonal que vemos es de una gran intensidad y riqueza, el artista hizo uso de la superposición de tonos de un mismo color aplicados de forma plana, para dar intensidad y profundidad a la imagen. 2. Análisis de deterioros La pieza no presentaba un buen estado de conservación a consecuencia, por un lado, del uso y la incorrecta manipulación y, por otro, debido a su ubicación actual y a un sistema expositivo deficiente. Todo esto ha conllevado ciertas problemáticas muy características: - Deformaciones planimétricas ocasionadas por las diferentes reaccio-

nes de los materiales constitutivos de la pieza a los cambios de temperatura y humedad.

diante aspiración de baja succión, con el objetivo de eliminar los depósitos de suciedad superficial.

- Cambios de tonalidad en el tejido base en aquellas partes que han sido expuestas, por lo que han podido sufrir alteraciones cromáticas.

Tras la limpieza mecánica, aquellas partes constitutivas que lo permitieron se sometieron a una limpieza química más exhaustiva como ocurrió con los tejidos de refuerzo. Otras, como los tejidos base de anverso y reverso estaban condicionados por la decoración pictórica sensible al medio acuoso por lo que fue necesario la búsqueda de un sistema de limpieza que no afectara a la ornamentación. Se optó por controlar la difusión del medio acuoso mediante una aplicación previa sobre el tejido base de ciclometicona y la utilización de un coloide inorgánico a baja proporción combinado con geles rígidos de agaragar en zonas puntuales que nos permitieron el control de la actuación.

- Manchas y migraciones de color ocasionadas por la escorrentía de agua sobre el tejido base. - Pérdida de urdimbre puntuales en los tejidos bases. - Suciedad superficial. - Manchas puntuales de naturaleza desconocida. - La película pictórica que conforma la decoración presenta un grado notable de descohesión y falta de adherencia. Lo que ha ocasionado pérdidas puntuales de la misma llegando en algunos puntos a ocasionar lagunas de gran tamaño. 3. Tratamientos – Procesos de restauración Tras conocer las patologías que presenta la pieza se comienza el proceso de restauración. A través de este se pretende la mejora del soporte textil de la pieza, tratando de conservar de la mejor manera posible la capa pictórica. Para ello una de las primeras acciones llevadas a cabo fue tomar imágenes de referencia de esta, así como una toma de muestras de los diferentes materiales constituyentes con el objetivo de caracterizarlos en pro de una correcta intervención. Tras las acciones previas citadas anteriormente, se procedió a desmontar la pieza. Esta fue la primera fase de la intervención necesaria para una limpieza mecánica exhaustiva inicial y una correcta intervención de las diferentes partes constitutivas. Una vez desmontada la totalidad de las partes, se limpiaron de forma mecánica, me-

Las pasamanerías que guarnecían la pieza fueron sometidas a una limpieza acuosa por inmersión (mediante una solución jabonosa con un surfactante neutro) con el objetivo de eliminar la suciedad incrustada en las fibras textiles, así como de eliminar la suciedad superficial depositada en la superficie metálica de los hilos entorchados y los productos de corrosión, intentando devolver parte del brillo original. El tejido base del anverso presentaba pequeños orificios dispersos, es por ello por lo que se consolidaron de manera puntual mediante la interposición de un tejido de refuerzo por costura. En este tejido, de características similares al del original, se eliminó el apresto previamente y fue sometido a un proceso de tinción con el objetivo de entonar las zonas de laguna y facilitar una correcta lectura de la pieza. La decoración pictórica que presentaba la pieza estaba aplicada directamente sobre el tejido base lo que condicionaba el medio de consolidación de esta, ya que tenía que respetar el movimiento del tejido y al

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mismo tiempo tener la fuerza y flexibilidad suficiente para que el estrato pictórico se mantuviera estable. Tras analizar la situación se optó por la consolidación mediante un éter de celulosa a baja proporción en alcohol aplicándolo mediante impregnación. Esta actuación se realizó en la totalidad de la superficie pictórica tanto por anverso como por reverso y cinchas. A la vez se produjo una eliminación de los restos de sustancias cerosas, para ello se recurrió al uso del bisturí como medio para ir reduciendo el estrato ceroso hasta su desaparición. Previamente al montaje definitivo y con el objetivo de devolver a la fibra parte de la elasticidad perdida durante el proce-

so de lavado, se aplicó una solución de glicerina mediante un nebulizador, ya que la técnica decorativa no permitía el uso de un medio de aplicación directo. La película pictórica se protegió mediante una nueva aplicación de un éter de celulosa a baja proporción. Como último paso previo al montaje se intercaló entre el tejido base del anverso y el tejido de refuerzo, tanto de la pieza principal como de las cinchas, un tejido de protección para evitar posibles migraciones de aglutinantes que afecten al tejido de algodón de refuerzo, que ya presentaba algunos restos previos a la intervención. El ensamblaje de las diferentes partes constitutivas de la pieza se

realizó mediante costura recreando los tipos de puntos que presentaba la pieza en origen. La varilla de refuerzo en la parte superior que presentaba la pieza se sustituyó por una de fibra de vidrio ubicándola en una vaina de tejido de algodón elaborada a medida para la ocasión. Para un correcto trasporte y almacenaje de la pieza se crearon almohadillas a medida para cada una de las cinchas. Pedro Giménez Saura Mayordomo de Arte Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado *Fotografías de Paloma Pérez Galindo

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Formación Cofrade La importancia de la formación dentro del mundo cofrade Hoy en día, en nuestra sociedad se vive de espaldas a Dios, como si Dios no existiera; nos da vergüenza decir que somos cristianos y es muy difícil dar testimonio de nuestra fe y, a veces, se hace casi imposible. Pero somos cofrades, y las instituciones cofrades tienen una identidad religiosa que no puede ser enmascarada. Pertenecer a una cofradía no es sólo salir en procesión. La vida de las cofradías está ligada a la formación cristiana y su finalidad se centra en el culto simbolizado en las sagradas imágenes titulares, sin olvidar la presencia de Nuestro Señor Jesucristo y la intercesión continuada de su Santísima Madre. Muchas cofradías “mueren” durante el año para resucitar en Cuaresma. Ante la ausencia de valores internos, las cofradías van perdiendo cada vez más sus raíces, convirtiéndose en un atractivo turístico más. Así las cofradías se llenan por fuera y se vacían por dentro. Y ante ello, somos nosotros los que tenemos que poner remedio a la situación. Las cofradías no se crearon para sacar grandes y bellos pasos, esto debería ser la culminación, pero, no el principal fin. La Semana Santa concita muchas voluntades, pero no podemos dejar que no se demuestre su sentido más profundo. Celebramos junto a María, el misterio de la Muerte y la Resurrección de su Hijo. Es la ex-

presión máxima de nuestra fe, con la idiosincrasia de nuestro pueblo. Las procesiones de Semana Santa son una fiesta cristiana, pero que, sin la fe, pueden quedar simplemente en un mero espectáculo. Si no existe un foco único, y principal, como es el camino hacia Dios, a través de las diferentes advocaciones, de los Cristos y Vírgenes, así como los santos que se procesionan, las procesiones serían un mero cortejo de obras, de más o menos arte, que carecerían de significado. El Papa Benedicto XVI, calificó a las cofradías como “escuela de vida cristiana y talleres de santidad”, de ahí la importancia de la formación. Según dice el Papa Francisco existen “algunos riesgos y límites de la cultura de hoy. En ella se manifiestan: La ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedía cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual” (Gaudete et Exsultate). Por eso nos encontramos con niños que quieren salir o salen en los desfiles procesionales, y que tienen un desconocimiento total de la fe, de la existencia de Jesucristo, de la Virgen y de Dios. Las cofradías no se entienden sin su estética y su manera de vivir la fe, pero sin ella no seríamos una cofradía. Sin

la fe, las cofradías, serían una asociación artística, histórica o cultural. Procesionamos a Jesucristo triunfante entrando en Jerusalén, viviendo su Pasión agónica, su Muerte y su Gloriosa Resurrección; acompañado de la Virgen en todos esos momentos y, si no tenemos el foco en esos personajes, nuestras procesiones carecerán del sentido espiritual y cristiano que deben de tener. Por ello, el primer punto principal de formación, será ese foco espiritual de saber que esas procesiones nos han de conducir a Cristo, y este Resucitado, porque como dice San Pablo, si no creemos en Cristo, y éste Resucitado, “vana es nuestra fe”. Las cofradías son comunidades cristianas y en ellas Jesucristo es el elemento que nos une, es el principio y la finalidad de una cofradía, junto a su Madre la Virgen. Por otro lado, los cofrades debemos saber que muchas de las personas que ven nuestra procesión en la calle tienen poca experiencia o contacto con la iglesia y los sacramentos, y eso aumenta nuestra responsabilidad. La salida procesional se convierte en una verdadera catequesis popular, por ello, debe reflejar una profunda religiosidad, seriedad y respeto. La formación es un derecho que están reconocido en el derecho canónico.

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(Cfr. CIC, 231 §1). Para las cofradías la faceta misionera y evangelizadora es bastante novedosa, acostumbradas durante siglos a dar culto público a sus titulares y ejercer labores de ayuda comunitaria a los necesitados, precisamente cuando las hermandades, probablemente, fueron las primeras ONGs de la historia haciendo Caridad. Formación, ¿sobre qué? Por su dimensión cofrade, esta formación deberá combinar los contenidos básicos de la fe, con otros que hagan referencia a la propia identidad. Sobre la necesidad de la formación, primeramente, debemos saber los cofrades para que estamos y por qué existen las cofradías. La formación espiritual y cofrade del hermano es fundamental, tanto para él mismo como para el funcionamiento de la cofradía. Sin la formación adecuada la transmisión de los valores de fe y patrimoniales, dentro y desde las cofradías, no serán las adecuadas, siendo muy importante que el cofrade esté formado espiritualmente y en diferentes facetas como arte, patrimonio, mantenimiento y restauración; el manejo adecuado de estos elementos, la historia de la cofradía y, fundamentalmente, el porqué de las mismas, para qué están constituidas y cuál es su fin. Es indispensable que los miembros de nuestras cofradías sepan unir muy bien su condición de cristianos, dentro de unas asociaciones de la Iglesia, y su presencia en el mundo en medio de la sociedad, dando auténtico testimonio cristiano. Los temas que, referidos a la fe, deben ser tratados especialmente en la formación de los cofrades serán el aspecto espiritual y religioso, principal y

fundamental. Tratar personalmente la fe y su promoción con la celebración de la Eucaristía, conocer los Evangelios, así como el pasaje evangélico que se procesiona, y acercarnos a los Sacramentos con frecuencia. Además, debemos formarnos en la historia y el porqué de nuestras cofradías, lo que representan, su desarrollo histórico, así como sus patrimonios de imágenes, tronos, vestuarios, bordados, sus composiciones musicales y otras realidades artísticas. Es obligación de los hermanos de una cofradía, el conocer y saber los estatutos, sus derechos y sus obligaciones. Formarse en la fe Por supuesto es el principal punto en el que debemos hacer hincapié en la formación. Si no hay fe, solo estaremos procesionando trozos de madera sin ningún sentido espiritual, que no nos llevarían a ningún lado, solo a la satisfacción personal de “lucir” esos elementos. Decía Santo Tomás que la necesidad de una sólida formación doctrinal religiosa es el soporte indispensable de nuestra fe y de una vida plenamente cristiana en toda ocasión. En ocasiones, esta formación comienza por el repaso del Catecismo de la doctrina cristiana y por la constancia en la lectura espiritual, formándonos, para así poder contrarrestar mejor esa ola de ignorancia religiosa que, a todos los niveles, recorre el mundo. Si tenemos buena doctrina en nuestra inteligencia no estaremos a merced de los estados de ánimo y del solo sentimiento, que puede ser frágil y cambiante. “Nuestro culto agrada a Dios cuando allí llevamos los intentos de vivir con generosidad y cuando dejamos que el don de Dios que recibimos en él se manifieste en la entrega a los her-

manos” (Gaudete et Exsultate, Papa Francisco). Deberemos formarnos sabiendo permanecer en la esperanza del Amor Misericordioso de Dios. Siempre tendremos en cuenta que Dios es un Padre Misericordioso, que está abierto continuamente a la acogida. Y nosotros, a su ejemplo, deberemos ser siempre misericordiosos y abiertos al perdón con los demás. En la Parábola del Hijo Pródigo, el padre siempre espera, y corre para dar la bienvenida en la vuelta a casa al hijo que se había marchado, y eso a pesar de que, este no tuvo un comportamiento adecuado. Igualmente, nosotros, aunque estemos alejados de la Fe, siempre podremos volver al Padre, Él nos espera siempre, no juzga, sino que, lleno de misericordia, abraza a su hijo que estaba perdido y ha regresado. ¿Para quién la formación? Todos los cofrades deben formarse. Todos, desde el primero hasta el último, incluyendo también los sacerdotes que sustentan las capellanías de las cofradías, pues aunque estén perfectamente formados en el significado del evangelio y los sacramentos, suelen carecer de experiencia procesionista y de lo que concierne a lo específico de las cofradías como desfiles, patrimonios, peculiaridades, etc., conocimiento que les resultará esencial para poder proponer medios espirituales de formación y comprender mejor los enfoques procesionistas de algunas cosas. Si no se tiene la adecuada formación cofrade, el anuncio del Evangelio, de la predicación de Nuestro Señor, así como lo referente a su Pasión, Muerte y Resurrección, no se transmitirá o no se vivirá adecuadamente. Con la mis-

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ma lógica, si no se entiende el sentido cristiano de las cofradías, no se podrá hacer catequesis de sus procesiones, ni caridad, ni apostolado.

ve historia de las Cofradías Hermanas de Cartagena. La Música, elemento imprescindible en la Semana Santa. Arreglo floral.

La formación en la Cofradía del Resucitado

Charlas Espirituales: ¿Qué es ser Cofrade? ¿Qué es ser cristiano? Charla de Adviento donde nos preparamos para la venida del Señor. La Santa Misa. La Eucaristía. La Confesión. El Pecado. Charla de Cuaresma y Penitencia. María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia. La Alegría de la Resurrección. El Espíritu de Servicio. La Familia. La Caridad y la Humildad. Jesucristo Resucitado, fundamento de nuestra Semana Santa. La Cofradía parte de la Iglesia. La Cofradía, una Comunidad Cristiana. Cultura litúrgica, los Tiempos Litúrgicos. La misión del Cofrade en el mundo. La Oración.

Este curso se está realizando una serie de charlas de formación en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, en las que se ha tratado sobre qué son las cofradías y qué es ser cofrade, y que para serlo debemos estar convencidos de que hay que ser cristianos primeramente y vivirlo, porque si en el resultado final de la procesión no está Dios, carece de sentido el hacer procesiones. También se ha hablado de lo que son los derechos y deberes de los hermanos cofrades y de la preparación al Adviento. En otra charla, se ha tratado la conservación y restauración del patrimonio cofrade, de la Santa Misa y la Eucaristía. Asimismo, se ha hablado sobre la técnica del desfile en la Semana Santa de Cartagena, con las peculiaridades diferentes, en sus formas de desfilar, según cofradías y agrupaciones, tratando también del pecado, el sentido del mismo y el Sacramento del perdón. Contamos, en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, con un calendario de temas establecido para tratar durante dos años, que cuenta con charlas cofrades y charlas espirituales: Charlas Cofrades: ¿Qué es una Cofradía? Tipos de Cofradías. Estatutos de la Cofradía del Resucitado. Derechos y obligaciones de los Cofrades. Conservación y restauración del Patrimonio de la Cofradía. La técnica del desfile en la Semana Santa de Cartagena. Historia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado. Bre-

Las charlas las están dando, y las van a dar personas cofrades o ajenas, que tienen la suficiente experiencia en el tema y comunicación, sobre los temas que se imparten y cualificación, para el tipo de charla y destinatarios que las reciben. La formación, sólo mi cofradía ¿o conjunta? En mi humilde opinión, la formación debería ser uniforme o conjunta en lo espiritual para todas las cofradías, bajo la dirección del Obispado, o a través de la Delegación de Hermandades y Cofradías, así como en temas de conservación de patrimonios, arte, música, economías, ley de protección de datos y privacidad, etc. La historia de la aparición de las Procesiones de Semana Santa y sus representaciones en distintas ciudades o países, deben ser comunes, incluyendo las locales. Luego serán tratadas de diferentes formas las historias particulares de cada una de ellas.

Mucho se habla sobre el papel de la juventud en el mundo de las cofradías. Para unos, el joven es el futuro de las mismas, para otros una necesidad. La formación y el acompañamiento de los jóvenes debe de llevarse voluntariamente y transmitirse por los hermanos de la cofradía, cuidando de su formación en las dos vertientes, espiritual y cofrade. Todo ello se debe realizar desde el conocimiento de la juventud actual con sus valores, tantos positivos como negativos, e intentar darles frutos espirituales a través de convivencias, charlas informales, excursiones o cursos específicos. Y si la formación cofrade es necesaria para los jóvenes, aún más es para los cargos de responsabilidad, ya que éstos deben de ser modelo de fe cristiana en medio de la sociedad y serán el modelo, quienes enseñen a los futuros cofrades en su incorporación a la cofradía y posteriormente a cargos de responsabilidad. Una vez comprendidos los fines principales de la formación y con la vivencia espiritual adecuada, la salida procesional será el culmen de todo un año de vida en comunidad de amor y fraternidad, y ese ambiente manifestará y dará a entender, nuestra forma de vivir la pasión de Nuestro Señor. Es necesario hacer descubrir, al público menos formado, la riqueza de nuestra fe y qué es lo esencial. Entonces se visualizarán de otra manera, las prácticas religiosas que se venían realizando como una obligación y ahora se podrán realizar como una necesidad interior.

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Mª Ángeles Fuentes Fructuoso Mayordomo de Formación Cofrade Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado







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