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Consecuencias de la hipertensión sistémica felina en órganos diana. A propósito de un caso clínico La hipertensión sistémica (HAS) es muy frecuente en gatos y muestra una presentación clínica variable, normalmente originada por enfermedades subyacentes o lesiones producidas en órganos diana. La medición de la tensión arterial en pacientes susceptibles de padecerla es fundamental para lograr de forma precoz su detección y manejo. María Coego, Pablo Monroy, Susana Serrano. Hospital Veterinario VETSIA Dpto. de Cardiología Imágenes cedidas por los autores
La hipertensión arterial sistémica (HAS) es una enfermedad común en felinos de edad avanzada que se suele diagnosticar junto a otras patologías, tales como la enfermedad renal crónica (ERC) y el hipertiroidismo, aunque existen casos de hipertensión primaria. La HAS puede causar daño en órganos diana (ojo, corazón, cerebro y riñones) con consecuencias graves en ellos, por lo que un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado ayudan a reducir los efectos perjudiciales asociados a esta afección.1 La HAS se clasifica en función del riesgo de desarrollar daños en los órganos diana:2 • Riesgo mínimo <140 mmHg (normotensivo). • Riesgo bajo 140-159 mmHg (prehipertensivo).
ceptible, como consecuencia de un incremento de la resistencia vascular sistémica. Sin embargo, los daños en los órganos diana no siempre van a estar presentes, y en algunos gatos los signos clínicos son debidos a enfermedades concomitantes o bien son asintomáticos.1 La resistencia vascular sistémica asociada a la hipertensión dificulta la salida de sangre desde el ventrículo izquierdo. Con la finalidad de vencer dicha resistencia, el corazón aumenta la fuerza de contracción que tiene; como consecuencia, se produce un incremento del estrés en la pared ventricular izquierda, lo que genera hipertrofia concéntrica. Estos mecanismos compensatorios son eficaces a corto plazo, pero con el paso del tiempo se produce una disfunción diastólica que se traduce en una dilatación atrial que puede acabar produciendo insuficiencia cardiaca congestiva. Clínicamente, se pueden evidenciar anomalías en la auscultación como sonidos de galope, soplos y arritmias.1,4
Se debería sospechar de HAS en cualquier gato que presente ERC, fenotipo hipertrófico, hipertiroidismo o ceguera súbita.3 • Riesgo moderado 160-179 mmHg (hipertensivo). • Riesgo alto > 180 mmHg (hipertensivo grave). La HAS se puede clasificar también por su etiología2: • Idiopática o primaria. • Secundaria a enfermedades subyacentes (ERC, hipertiroidismo primario, hiperaldosteronismo, hiperadrenocorticismo, feocromocitoma) o agentes terapéuticos. • Hipertensión situacional: por excitación y/o ansiedad. Puesto que en el gato la hipertensión es, en general, consecuencia de enfermedades subyacentes, los pacientes afectados pueden presentar síntomas relacionados con la enfermedad de base. Se debería sospechar de HAS en cualquier gato que presente ERC, fenotipo hipertrófico, hipertiroidismo o ceguera súbita.3 A menos que se detecte daño en órganos diana, es poco probable que la presencia de la HAS se evidencie de inmediato. Por lo tanto, un control rutinario de la tensión arterial permite un diagnóstico temprano para llevar a cabo un tratamiento eficaz y así prevenir sus consecuencias.1,4
La encefalopatía hipertensiva ocurre cuando la HAS es lo suficientemente alta y sostenida para superar la habilidad autorregulatoria de la vasculatura cerebral. El edema cerebral y la arteriolitis se han descrito en gatos con encefalopatía hipertensiva, que presentaban signos neurológicos como desorientación, convulsiones, ataxia, depresión y signo vestibular.1 Los vasos de la retina tienen características fisiopatológicas similares a la microcirculación cardiaca y encefálica.
Fisiopatología Los tejidos con un rico suministro arteriolar tienen un mayor riesgo de sufrir daños como consecuencia de la HAS. También el sistema cardiovascular es susNº 238 • Mayo 2022
Figura 1. Curva de tensión arterial.
La retina y el coroides tienen suministros de sangre separados y ambos pueden sufrir daño por hipertensión, con un conjunto de lesiones en el fondo de ojo visibles con un oftalmoscopio. El desprendimiento de retina exudativo es el hallazgo observado más a menudo. Otras lesiones incluyen hemorragia retiniana, edema retiniano multifocal, tortuosidad de vasos, edema perivascular retiniano, papiledema, hemorragia vítrea, hifema, glaucoma secundario y degeneración retiniana (secuela tardía).1,4,5
incremento agudo que produzca coroidopatía, encefalopatía o lesión aguda en el riñón. En estos casos, debe realizarse una terapia antihipertensiva de emergencia, por lo que será necesaria la hospitalización para llevar a cabo una monitorización estrecha de la presión arterial.1,2,6
Presentación del caso clínico Se presentó en el servicio de urgencias del Hospital Veterinario VETSIA un paciente felino, hembra no castrada,
A menos que se detecte daño en órganos diana, es poco probable que la presencia de la HAS se evidencie de inmediato. Por lo tanto, un control rutinario de la tensión arterial permite un diagnóstico temprano. En el riñón el daño se manifiesta como un empeoramiento de la función renal, necrosis renal precoz, proteinuria o combinación de alguno de estos hallazgos. Se ha reportado un incremento de la glomeruloesclerosis y la arteriosclerosis, respaldando el concepto del daño renal como consecuencia de la HAS. Sin embargo, estas lesiones no están producidas solo por la hipertensión; y muchos gatos con hipertensión tienen ERC concomitante. La importancia de la hipertensión como causa de la nefroesclerosis y como contribución de la progresión de ERC sigue sin estar clara. Existe asociación entre la HAS y la magnitud de la proteinuria en gatos con ERC, lo que es importante, ya que la proteinuria es un factor pronóstico negativo.1,4 En la mayoría de los pacientes, el aumento de la tensión ocurre de forma gradual. Sin embargo, puede ocurrir un
común europea, indoor de 16 años sin antecedentes clínicos, por ceguera aguda y dificultad respiratoria. Además, desde hacía meses mostraba polidipsia, poliuria, polifagia y vómitos esporádicos. En la exploración física se encontraba alerta, con una condición corporal disminuida (3/9), mucosas ligeramente pálidas, persistencia leve del pliegue cutáneo, midriasis bilateral y aumento de la zona de la glándula tiroides. En la auscultación cardiaca se evidenció un soplo sistólico grado III/VI con punto de máxima intensidad en base cardiaca y taquicardia. En la auscultación pulmonar se evidenciaron sonidos respiratorios disminuidos, así como disnea mixta. Lista de problemas: ceguera, poliuria, polidipsia, polifagia, vómitos, disnea y pérdida de peso. Dada la inestabilidad clínica del paciente se realizó: