Revolución francesa: Derechos del Hombre y el Ciudadano La Revolución francesa, en 1789, marcó el fin de la Edad Moderna y el inicio de la Edad Contemporánea, en la que nos encontramos aún. En Francia, el pueblo comenzó a mostrar su descontento hacia la monarquía absoluta de Luis XVI. Se originó una revolución que terminó con la muerte del rey y cambió el rumbo de la historia. La Revolución francesa duró desde 1789 hasta 1799. Comenzó cuando las multitudes tomaron la Bastilla, que era una prisión real que simbolizaba el despotismo3 de la dinastía Borbón. Los orígenes se sitúan en los siguientes hechos: Las luchas de independencia en Norteamérica. Entre 1775 y 1783, las 13 colonias británicas del territorio norteamericano se enfrentaron con su metrópoli. Las tropas recibieron el apoyo de Francia. En 1776, se firmó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos que es un documento histórico muy importante sobre los principios de igualdad y libertad.
Napoleón Bonaparte (1769 – 1821) (Francia 1769 – Santa Elena 1821) fue emperador de Francia después de la Revolución, imponiendo nuevamente un orden dictatorial. Por su afán imperialista, llegó a conquistar gran parte de Europa. Pretendió hacerse con el control de las colonias españolas en América, cuya población lo rechazó. Este rechazo forma parte del origen de los movimientos independentistas en las colonias americanas.
Los impuestos ahogaban a la clase campesina de Francia y había crisis económica. El clero y la nobleza franceses se mostraban incapaces de resolver los problemas del Estado.
La alta burguesía quería intervenir en el gobierno de la nación.
Los escritores ilustrados criticaban la monarquía absoluta.
Las consecuencias principales de la Revolución francesa fueron:
Abolición de la monarquía con el ajusticiamiento del rey en la guillotina.
Se creó el Estado liberal y laico, es decir, desvinculado del clero.
Separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Se redactó la "Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano" en 1789.
Surgió el concepto de ciudadanía y de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
Surgieron la libertad de expresión y la libertad religiosa.
Los ideales de la Revolución francesa se extendieron a otros países de Europa, que también rechazaron las monarquías absolutas. Sin embargo, la igualdad que promovían la Revolución francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano dejaba de lado al menos a la mitad de la población: las mujeres. Ellas siguieron sin ser ciudadanas de pleno derecho y debían mantenerse bajo la tutela de su padre o esposo. El derecho a votar, a acceder a la educación, las ciencias, la política y todas las esferas de la vida pública, en general, estaba limitado para ellas.
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Despotismo: poder absoluto del rey.
Segundo grado – ciclo básico