Tertulia en las Cancelas
La sala de fiestas “Los Canasteros” se había convertido en el sitio nocturno de los taurinos caraqueños. Manolo de la Rosa era el propietario del lujoso local, ubicado en la mezzanina del Edificio Polar, en la Plaza Venezuela. Manolo había invertido en el tablao todo el capital que obtuvo de la venta de Las Cancelas, restaurante que por muchos años fue centro de reuniones para los aficionados caraqueños y atracción turística de la ciudad. Hay en Las Cancelas una barra larga, adornada con un apetitoso muestrario de variadas tapas. Las paredes del local, tapizadas con fotografías del maestro del reporterismo gráfico, Manuel Medina Villasmil “Villa” –... un poeta prestado a la fotografía, era su saludo de visita–, y Jansen Herrera, un fotógrafo colombiano radicado en Venezuela, que llegó a la profesión de fotógrafo y a la especialización taurina por el camino del intento de querer ser torero. Además, murales del Gordo Pérez, fundador de la escuela de los reporteros gráficos del diario “El Nacional” y fotografías muy curiosas, con agudo sentido estético, de Juan García Solís el más artista de todos los buenos fotógrafos taurinos venezolanos. Son aquellas paredes de Las Cancelas el museo de los toros en Caracas. Adornado desde aquella época cuando Manolo de la Rosa era su propietario, con cabezas disecadas de toros de lidia y carteles de corridas famosas. Allí todavía permanece, entre otros trofeos, la cabeza del toro con el que confirmó la alternativa Rafael Girón. Un astado de Sánchez Fabrés, célebre divisa salmantina con sangre de Santa Coloma. 105