Manolo Escudero, El torero de embajadores
Manolo Escudero visitó, en actitud de profunda satisfacción y de triunfo profesional, la tertulia de “Los Amigos del Toro”. En casa de Juanito Campuzano conversamos con el torero de Embajadores, quien no cabía de gozo por sus dos grandes triunfos en Caracas. Éxitos en dos festivales que han tenido inusitada trascendencia en la ciudad, al extremo de avivarse la fiesta, cruzando la noticia los límites de lo taurino e invadiendo territorios que se habían mantenido indiferentes a los toros. Manolo Escudero, del barrio de Lavapiés, calle Embajadores, donde el mismísimo Vicente Pastor tuvo la ocurrencia de ponerle ascensor a su piso, era un torero irrepetible. Personaje del Viejo Madrid de Manolo Lozano y de la calle de Alcalá, el pueblo de la plaza del Cascorro, la ciudad con cicatriz abierta con la herida por una faca sobre la que se extiende La Ribera de Curtidores, con su gente llena de gracia en el hablar. Con su Rastro, lleno de objetos que tejen entre unos y otros recuerdos y sueños y esperanzas e ilusiones perdidas. Fue Escudero un torero de la época de Manolete, un hombre que recuerda la crueldad de la Guerra, como un bisturí que le cortó en 275