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APUNTES AL AIRE SOBRE EL FEMINISMO
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ntre el atrevimiento y las dudas, este texto pretende ser un acercamiento a algunas de las reflexiones sobre el movimiento feminista en la actualidad Pikara Magazine cumple 10 años y podemos confesar, orgullosas, que a lo largo de esta década hemos podido presenciar en directo cómo el movimiento feminista crece con una fuerza imparable. El éxito de las reivindicaciones feministas atraviesan ya las paredes de hogares y despachos, de instituciones y grupos sociales de base. La fuerza de las mujeres y de las personas LGTBQI+ es imparable. Lo estamos impregnando todo de nuestro afán por convertir el mundo que habitamos en un lugar menos violento para las personas que no encajan en los patrones de la normalidad. Si bien el movimiento feminista de Euskal Herria ha sido un movimiento social y político con mucha fuerza desde los 70, lo cierto es que sus demandas han saltado de forma masiva a la población en las últimas décadas. El feminismo lo ha desbordado todo y, quizá, sólo quizá, el propio movimiento se haya podido ver desbordado por su propio éxito. Las últimas jornadas feministas de Euskal Herria tuvieron un éxito apabullante, las últimas movilizaciones del 8 de marzo han sido espectaculares, pero ¿tiene el movimiento feminista autónomo la fuerza que parece tener cada vez que expone públicamente sus demandas? Pues probablemente, no. Mientras las calles se llenan, en cada convocatoria, de miles de mujeres que hacen suyas las demandas del movimiento feminista, la organización política sigue recayando sobre la espalda de unas pocas. ¿Dónde están el resto? Facebook, Twitter o Instagram. El movimiento feminista es probablemente el movimiento social que mejor ha hecho el
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salto a lo digital. Las feministas hemos entendido bien las dinámicas de las redes sociales y hemos adaptado nuestro discurso al lenguaje de las nuevas tecnologías. Así, miles de mujeres jóvenes han encontrado en perfiles de Instagram, revistas como Pikara Magazine o blogs de todo tipo, lugares de encuentro para entender sus vivencias personales desde una perspectiva más colectiva. Hicimos el #MeToo en un momento puntual, pero esa ha sido la dinámica en los últimos años. Las redes se han convertido en un lugar en el que expresar nuestros dolores; en el que contar nuestras historias personales para darnos cuenta de que nos pasa lo mismo a todas. Lo personal es político, el famoso lema feminista de Kate Millet, se ha hecho más popular que nunca aunque ¿estamos completamente seguras de eso? Lo personal es político, sí, pero p a r a q u e así sea hay que politizarlo. Contar en redes sociales nuestros problemas no significa que estos tengan una dimensión política per se. Este probablemente sea un reto para el feminismo que se cuece en redes sociales, un feminismo que quizá, a veces, haya podido parecer de alguna manera demasiado hedonista. Sin ánimo de dictar sentencia y sólo como apunte al
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