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CEDITORIAL
La ejecución es clave para renovar nuestros negocios n los 33 años que llevo involucrado en el quehacer editorial –y como observador de lo que sucede en nuestra industria óptica– he notado que el agotamiento, el estrés financiero y la falta de tiempo son cada vez más una consecuencia de lo que representa emprender en este México tan lleno de matices y desafíos, pero también de áreas de oportunidad para quienes eligen ‘levantar la cortina’ de sus ópticas todos los días. México es uno de los países de la OCDE con mayor índice de estrés y agotamiento laboral. A su vez, de acuerdo con un estudio de la escuela de negocios, IPADE, seis de cada 10 ejecutivos mexicanos padecen altos niveles de estrés y agotamiento. Uno puede pensar que a medida que el negocio crece, que se consolida, todo se volverá más sencillo. Pero algo con lo que no contábamos en marzo del 2020 fue el impacto de lo altamente impredecible, nos enfrentamos a una pandemia, que diezmo la salud y la economía; este es el triste ejemplo de cómo un negocio en apariencia ‘sólido’ se puede derrumbar en menos de un año y terminar por agotar al más robusto de los ópticos de carne y hueso. Con este panorama, llego al punto de que vivimos una oportunidad para renovar; para darnos un impulso tras la pandemia y ver en este hecho la fórmula para salir adelante. Y la clave para lograr este objetivo de continuar creciendo está en la ejecución, es decir, en lograr una operación eficiente que no nos absorba en resolver urgencias diarias y nos permita ser estratégicos para ver todo lo importante a nuestro alrededor, tomando en cuenta todos los cambios en la industria óptica. Resolver aquello que aqueja la ejecución es vital, pues una vez hecho, el margen para crecer se amplía. Cuando este indicador no funciona de la
manera indicada, hay pocas ganancias y, por tanto, se debe trabajar el doble. Una buena ejecución comienza por definir prioridades, identificar hacia dónde se quiere llegar en esta etapa de renovación y qué requiere hacer cada integrante del equipo para lograrlo. Recuerde la máxima: lo que no se puede medir, es imposible mejorar. Así que es importante definir qué data utilizará para hacer los ajustes pertinentes cuando sienta que el rumbo del trabajo se pierde. Inquietudes, ‘cuellos de botella’… ¿Qué otros indicadores pesan? Estamos en el momento de poner el foco en ello a fin de transformar lo necesario para ejecutar mejor. En Imagen Óptica nos hemos dado a la tarea, durante este periodo de pandemia, de pensar –precisamente– en este elemento. Enlistamos las prioridades para que la revista prosiguiera; invertimos tiempo, energía y recursos para conocer más de nuestros lectores, sus motivaciones en cuanto a ‘consumir’ contenido. Este camino nos dejó aprendizajes, entre ellos, tener una estrategia de contenido en línea renovado. También entendimos que seguir todo el tiempo el ‘termómetro’ de nuestros lectores, era la mejor estrategia para mantenernos vigentes. Este 2022, a través de las diferentes ediciones publicadas, queremos reflejar que el anhelo de mantenernos al día en la capacidad de ejecutar no se queda solo en papel y tinta. Buscamos tomar acción sobre todas las señales que el mercado nos arroja. Detrás de una promesa de escalar, siempre habrá una correcta ejecución. Pensemos que nuestra actualidad, con todo y sus matices, es una gran oportunidad para visibilizar qué funciona y qué no en el camino de adaptar nuestro negocio y estrategias a un mercado que ‘aclama’ de manera desesperada la adaptación y la renovación.
Óscar Montfort A. oscar@imagenoptica.com.mx
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AÑO 24 • VOL. 24 • MAR-ABR • MÉXICO 2022