C.E.P.A. DE CAMARGO
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El GASOLINA (segunda parte)
... El pitido del tren atravesó la estación como una lanza de acero. Llegaba el tren que cambiaría su destino. Lo vio al final del andén. Circulaba aún a velocidad. Se acercaba. Miró la vía. No lo pensó dos veces. Se tiró. ***
(Segunda parte)
Las estancias en el hospital se le antojaron como una rutina más del presidio. Una rutina a la que uno tarde o temprano se acomoda y le ablanda las carnes, por la comida y cama fácil. Cuando pasadas unas semanas le dieron el alta y se vio de nuevo en la calle. Esa misma tarde regresó al prostíbulo. No vio a Maiba. Esperó casi una hora y después de varias copas vacías se le enfrió el cuerpo. Decidió marchar.
RELATOS
Su cuerpo cayó sobre la vía como un fardo seco. El hormigón le golpeó con fuerza las costillas y la sien. Paralizado y sin reflejos aún escucho el estridente chirrido metálico de la frenada brusca de un tren que no paró. La máquina continuó avanzando por inercia hasta que ésta por fin cesó. La frenada no fue eficaz, pero sí la rápida actuación del vigilante de seguridad que patrullaba el andén, que consiguió retirar el cuerpo de la vía evitando que los vagones lo mutilaran. En el interior de la ambulancia el sonido repetitivo de la sirena se entremezclaba con los bamboleos bruscos que hacían golpear su cuerpo contra los barrotes laterales de la camilla. No supo más. Despertó del coma varios días después en el hospital con el pensamiento confuso, desubicado. Sin distinguir las pesadillas de los sueños con la realidad distorsionada. Las paredes le resultaban desconocidas. Veía el techo alto, las ventanas sin barrotes, las sábanas blancas y con la voz ronca del Chapas a su lado. -. ¡Oye Gasolina! ¡Basta ya de dormir! La cuadrilla sigue bien. El Pringao tuvo el otro día un bis a bis con la mujer. Ella vino y… Bueno ya sabes… Él es un blando. Sabes… Un amigo del metralleta coló algo de mercancía dentro y nos dimos un homenaje. Estoy de permiso de fin de semana. Tengo pensado un negocio a medias. ¿Me oyes? De Colombia, nieve pura. En un par de años salgo del talego. No me falles colega. No me falles.