Recuperando la memoria de Lima - I

Page 48

LA IGLESIA EN LIMA

Juan Dejo SJ Teólogo e Historiador Universidad Antonio Ruiz de Montoya La historia de la Iglesia Católica en el Perú está ligada a la instauración del régimen colonial. En medio de este sistema, ella fue floreciendo junto a la nación peruana, pues como dice el desaparecido historiador jesuita Jeffrey Klaiber SJ: “la Iglesia y la sociedad peruana han crecido juntas, y con frecuencia han compartido los mismos defectos”. (La Iglesia en el Perú: su historia social desde la independencia. Lima, PUCP, 1996: p. 508).

organizaciones de carácter político y que respondían a los intereses de los grupos de poder, generando en las autoridades eclesiásticas dificultades para ser coherentes con su vocación religiosa y espiritual. Dentro de este régimen se entiende el establecimiento de las llamadas “doctrinas” bajo la tutela de curas doctrineros, encargados de predicar la doctrina católica a los indígenas confiados a los encomenderos, quienes a cambio de su mano de obra contrataban los servicios de los doctrineros para impartirles la nueva fe. Esta alianza entre los conquistadores y los miembros del clero generó, sin duda, una creciente suspicacia sobre la buena fe de los representantes de la Iglesia.

Simbólicamente, el libro arrojado en medio de la Toma de Cajamarca, constituye un hito fundacional del imaginario de la conquista y de la misma Iglesia Católica así como de sus representantes: los misioneros que llegaron al Perú en diferentes oleadas desde el arribo del primer sacerdote en 1532 (Fray Francisco de Valverde -primer obispo del nuevo Virreinato-) enfrentaron el dilema de cómo transmitir de manera adecuada la nueva fe basada en el Evangelio -por ello mismo, letrada-, a una población con una literacidad diferente a la europea.

Lima fue erigida como diócesis dependiente de la de Sevilla en 1541 para luego ser promovida a arquidiócesis y por tanto autónoma, el 16 de noviembre de 1547, siendo su primer arzobispo Fray Jerónimo de Loayza, OP. El alcance de la jurisdicción inicial de esta arquidiócesis fue muy importante en estos primeros años, ya que llegaba por el norte, hasta Cusco, Popayán, Nicaragua, Tierra Firme; por Sur, Asunción, La Imperial y Santiago (en Chile) y Charcas (hoy Bolivia, Paraguay y Argentina). La jurisdicción sobre esta amplia región permitió a algunas órdenes, y a los jesuitas, desplazarse y fundar misiones a lo largo y ancho de este vasto territorio dando, luego, lugar a nuevos asentamientos coloniales.

Las grandes políticas llevadas a cabo por la Iglesia, no fueron sin embargo decisión exclusiva de sus propias autoridades, sino del poder político, centralizado en la sede metropolitana madrileña y en la otrora ciudad de Los Reyes. Desde la llegada de los exploradores y conquistadores españoles, se estableció un particular sistema de organización de la Iglesia que dependía de la voluntad Real. Se trataba del Real Patronato Indiano, en pocas palabras, un sistema proteccionista de la Corona hacia la Iglesia. Desde esta perspectiva, las autorizaciones venían desde las metrópolis. Desde allí se concedían los permisos para la construcción de iglesias o se legitimaba la nómina de las autoridades episcopales así como la concesión de sus sedes; de igual manera garantizaba los beneficios que recibía la Iglesia. Por esta institución los miembros del clero debían dar cuenta al Rey de sus intenciones y movimientos. La Iglesia no era pues quien dirigía sus propias políticas, sino que ellas dependían de la Corona. Se entiende que las costumbres del clero fuesen relajadas en esta parte del orbe debido al debilitamiento de la autoridad propiamente eclesiástica debido a su subordinación al poder político. Muchas de las instituciones de las que participaba la Iglesia en los reinos americanos, fueron pues,

Desde la arquidiócesis de Lima se trazaron las grandes líneas de evangelización, ligadas a las directivas del gobierno político central. Las autoridades episcopales intentaron organizar fundamentalmente la propagación adecuada de la fe entre los pobladores nativos. Es así que en el III Concilio limense de 1583 convocado por el arzobispo de Lima de aquel tiempo, Santo Toribio de Mogrovejo, se trazó un itinerario reformista que definiría el funcionamiento de la evangelización en el extenso territorio del Perú de aquel entonces. En este sínodo, se llegó finalmente a considerar las lenguas originarias quechua y aymara como medios adecuados para transmitir la doctrina cristiana. Es cierto que esta historia no fue exenta de violencia; negarlo sería faltar a la verdad. De hecho, desde Lima, bajo la administración del arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero (15461622), se inició a inicios del siglo XVII, la llamada “extirpación de idolatrías” prolongándose aproximadamente hasta 1660. Se trató de una de las campañas más exhaustivas para erradicar los vestigios de las religiones y cultos andinos; imágenes, cuerpos momificados, y espacios sagrados fueron destruidos y re-ocupados muchos de ellos por imágenes católicas. En este

46

proceso de sustitución, sincretismo y síntesis se fue dando lugar a la llamada religiosidad popular de nuestros días. No obstante, la iglesia “oficial” tuvo que ir cediendo de a pocos ante la paulatina y “subterránea” infiltración de costumbres ancestrales andinas en la práctica católica popular. Pese a este evidente deseo de erradicar los cultos andinos originarios, Lobo Guerrero también buscó defender los acuerdos legales en favor de los indígenas y así mitigar las injusticias cometidas por el sistema colonial dominante, mediante su insistencia en la defensa de su derechos y en la prédica cristiana en lenguas nativas; algo similar harían años después sus sucesores en el cargo, el arzobispo Hernando Arias de Ugarte (1561-1638) y Melchor de Liñán y Cisneros (1629-1708), a la sazón el primer arzobispo-virrey que tuvo el Perú. La Iglesia en el Perú se distinguió pues, desde su sede limeña, por recordar una y otra vez a los gobernantes políticos la coherencia para con los valores cristianos que ellos decían patrocinar. No siempre lograron sus objetivos, pero muchas veces llegaron a poner freno a la desviación de principios y valores en las élites criollas, muchas veces sumidas en la molicie y la anomia. Efectivamente, llama la atención el modo en que la vida religiosa terminó no sólo por asentarse en los reinos españoles de América, sino la prontitud para expandirse y generar un siglo XVII místico, a imagen del siglo de oro español. Es lamentable que el olvido del periodo virreinal por razones ideológicas, así como la desconfianza generada por una retórica poco científica de algunos escritores eclesiásticos del pasado, haya dejado de lado la importancia de la investigación de este periodo de nuestra historia, pues con ese vacío quedamos en la ignorancia de importantes obras producidas en los numerosos monasterios y conventos que albergó la ciudad de Los Reyes (con importante presencia de dominicos, franciscanos, mercedarios, agustinos y jesuitas durante el siglo XVI y, oratorianos, camilos, carmelitas, frailes mínimos durante el XVII -en lo que respecta a las órdenes masculinasmientras que los que congregaron a monjas hasta entrado el siglo XIX fueron catorce, con una variedad de reglas que iban desde las clarisas hasta las benedictinas, carmelitas y agustinas). Esta proliferación de una vida espiritual en Lima, que poco a poco la historiografía reciente va rescatando, dio lugar a biografías y obras de destacados personajes como los jesuitas Diego Álvarez de Paz, Alonso Messia, Antonio Ruiz de Montoya o Francisco del Castillo, los dominicos Santa Rosa de Lima, Martín de Porres o Juan Masías, la “donada” clarisa


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook

Articles inside

AGRADECIMIENTOS - CENTRO DE DOCUMENTACIÓN

0
pages 141-144

BIBLIOGRAFÍA RUTAS Y EJES HISTÓRICOS

4min
pages 137-138

BIBLIOGRAFÍA

9min
pages 134-136

BIOGRAFÍAS DE AUTORES

8min
pages 132-133

CENTRO DE DOCUMENTACIÓN - PROLIMA

1min
pages 130-131

CENTRO DE INTERPRETACIÓN - PROLIMA

1min
pages 126-129

JIRÓN JUNÍN

5min
pages 118-119

HUATICA

7min
pages 112-113

JIRÓN ÁNCASH

6min
pages 120-125

JIRÓN DE LA UNIÓN

6min
pages 114-117

DESTRUCCIÓN DE MONUMENTOS

7min
pages 108-111

ALAMEDAS Y PASEOS

9min
pages 104-107

VIRREYES

6min
pages 102-103

LA GRAN RUTA

10min
pages 98-101

LA ESCUELA LIMEÑA DE PINTURA

6min
pages 60-69

INTRODUCCIÓN A LAS RUTAS

4min
pages 95-97

LA LIMA DE RICARDO PALMA

5min
pages 84-85

LIMA, CAPITAL GASTRONÓMICA DE SUDAMÉRICA

14min
pages 74-79

EL FOLKLORE DE LIMA

8min
pages 80-83

EL BARROCO MUSICAL EN LIMA

5min
pages 70-73

TEJIDOS VIRREINALES DE LIMA

8min
pages 58-59

LA SEMANA SANTA LIMEÑA

6min
pages 56-57

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS

13min
pages 50-52

LAS FIESTAS BARROCAS DE LIMA

6min
pages 53-55

ACABADOS, COLORES Y TEXTURAS EN LOS EDIFICIOS VIRREINALES DE LIMA

6min
pages 32-33

ESTILO NEOCOLONIAL: ENTRE LA EVOCACIÓN HISPANISTA Y EL NACIONALISMO CRIOLLO

7min
pages 46-47

LA IGLESIA EN LIMA

8min
pages 48-49

LUJO Y COMODIDAD EN LA VIVIENDA PALACIAL LIMEÑA DE LA ÉPOCA BORBÓNICA

8min
pages 34-35

TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS EN LA LIMA VIRREINAL Y REPUBLICANA

11min
pages 30-31

PRESENTACIÓN

1min
page 9

ARQUITECTURA VIRREINAL RELIGIOSA DE LIMA

8min
pages 26-29

LA REDUCCIÓN DE SANTIAGO DEL CERCADO

6min
pages 20-21

ARQUITECTURA CIVIL VIRREINAL DE LIMA

15min
pages 22-25

ANTIGUOS CANALES Y ACEQUIAS DE LIMA

1min
page 15

EVOLUCIÓN URBANA DE LIMA

9min
pages 16-19

CARÁTULA

1min
pages 5-8

LIMA ANCESTRAL

1min
pages 12-14
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.