HUMANIDADES
Interpretación y símbolo
Joel Hernández Otañez
joelhernandezotanez@yahoo.com.mx
La gratitud como signo de libertad
S
e suele pensar que una explicación debe estar separada de sus móviles anímicos; sin embargo, la gratitud como gesto personal, lo desmiente. Se es libre de decidir en qué instante ser agradecido. Y yo lo estoy. El fenómeno de la gratitud ha sido ampliamente abordado por filósofos cristianos. Hegel no es la excepción. Si uno lee con rigor la Fenomenología del espíritu y, en particular, la “Autoconsciencia: La verdad de la certeza de sí mismo”, se dará cuenta que la gratitud emerge como un momento del devenir histórico y, precisamente por ello, racional. Cosa curiosa, el agradecimiento es un sentimiento racional. Pero, ¿a propósito de qué surge éste? Empecemos por señalar las disposiciones que se oponen a la gratitud. El escepticismo es uno de ellos. El escéptico no cree y prevalece como allende al mundo; juzgándolo siempre como insuficiente. Se afirma en la negación
Reading by the Window,Charles James Lewis.
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de todo lo que le rodea. Por eso Hegel lo señala como una especie de señorío artificioso: piensa que está por encima de todo: “es una orientación negativa hacia el ser otro” (Hegel, 2010, p. 140); esto significa que intenta postergarse en el rechazo; afianzarse en el nimio aprecio del prójimo. El problema del escéptico es que quiere robustecerse en la privación del entorno porque lo juzga fallido. Su cruenta contradicción estriba en que depende de aquello que niega: el mundo. En ese sentido es menos libre. Vive en el vértigo de un desorden, es decir, en la soberbia de afirmarse en lo que niega (2010, p. 141). Es lo que denominará el autor alemán “conciencia desdichada” (p. 141). El estoicismo es otro modo de oponerse a la gratitud. El mundo padece y la conciencia resiste. Piensa que es autónoma al dolor. Se asume inalterable a las posibles afecciones. La exterioridad se derrumba menos la conciencia estoica. Incluso, si ella es la que siente el