CULTURA
Big data
Salvador Gómez Moya sgomez_moya@hotmail.com
Libertad y coronavirus
A
l momento de escribir estas líneas, nuestro país apenas va iniciando la fase dos de la epidemia del Covid-19. Mientras tanto, Europa es asolada por el virus y Estados Unidos está por convertirse en el epicentro de la pandemia. Por su parte, países asiáticos como China, Corea del Sur, Japón y Singapur, que si bien se encuentran en la región del planeta donde se originó la pandemia, y por lo tanto tuvieron menos tiempo de preparación, han logrado aplanar la curva de contagio. Llama la atención el contraste entre Occidente y Oriente: de este lado del hemisferio países como España, Italia y Estados Unidos registran más contagios y muertos que en Asia, e incluso da la impresión de no haber una fecha aproximada de cuándo podrían llegar al pico de la curva, ya no digamos de salida de la crisis. La Eurozona, que se ha erigido a sí misma como ejemplo de civilidad y organización, ha pasado de exhortar a su población a no salir de casa, a cerrar sus fronteras y enviar a la policía y al ejército a las calles como intento desesperado por controlar una situación que se les ha salido de las manos. ¿Qué han hecho mejor los países asiáticos? ¿Qué explica la efectividad oriental frente a la occidental? China es un caso muy revelador. Si bien el gobierno chino tardó en responder y reconocer el tamaño de la emergencia, supo controlar la situación con medidas que en Occidente consideramos draconianas; Wuhan, la ciudad donde se originó el virus, fue aislada de la noche a la mañana, con todo lo que eso puede significar para 11 millones de personas, pero la buena noticia es que ya hay fecha para levantar la cuarentena, el 8 de abril; paralelamente, Nueva York, la capital de Occidente, es ahora mismo el epicentro de los contagios. Y Europa sigue sin ver la luz al final del túnel; algunos países del viejo continente han anunciado que, ante la falta de respiradores, tendrán que privilegiar a los que tengan más opciones de vivir. Los regímenes autoritarios parecen tener mayor efectividad para controlar la propagación del virus. O por lo menos esta podría ser la explicación del caso chino, pero no del surcoreano ni del japonés. De acuerdo con un artículo publicado en El país,1 por el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, la clave 1. Chul Han, B. “La emergencia viral y el mundo de mañana”.
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Vista desde la ventana del artista, Martinus Rørbye, 1825.
del éxito asiático no es en sí el régimen autoritario, sino las sociedades autoritarias: “Estados asiáticos como Japón, Corea, China, Hong Kong, Taiwán o Singapur tienen una mentalidad autoritaria, que les viene de su tradición cultural (confucianismo). Las personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa. También confían más en el Estado”. El filósofo también considera como factor importante la vigilancia exhaustiva a la que son sometidos los ciudadanos asiáticos, especialmente los chinos. Las cámaras, los celulares, las conversaciones, las redes sociales junto al big data, son usados para monitorear el estado de salud de las personas y sus relaciones; las cámaras de vigilancia, instaladas en cada rincón, cuentan con reconocimiento facial y detección de la temperatura corporal. De hecho, existe una CoronaApp que informa a las personas si han estado cerca de un sitio infectado. La tecnología ha resultado una herramienta muy efectiva para el control poblacional.