CULTURA
Al adagio el pintor nace
Cristopher Estrada
estrada.cristopherd@gmail.com
Libertad de expresión; El lápiz de Siqueiros
R
ecuerdo la primera vez que pisé Ciudad Universitaria: quedé admirado de las Islas, la Biblioteca Central, el Estadio Olímpico, las facultades. Sin embargo, lo que captó mi atención, fue detenerme ante la gran Torre de Rectoría y admirar el mural que descansa a sus pies. “El Derecho a la Cultura”, dos manos entrelazadas que simbolizan el esfuerzo por tener acceso a ésta y, encima de ellas, una mano que, sujetando un lápiz apunta a las fechas más importantes en la historia de México. Para quienes no han tenido el placer de apreciarlo, estas fechas son: 1520, la llegada del viejo mundo a suelo americano; 1810, el inicio de la lucha de Independencia; la Constitución liberal de 1857; la Revolución Mexicana en 1910. Al final, Siqueiros colocó un “19??” con un color rojo, pues representa la próxima fecha de importancia histórica para México como las anteriores. ¿Otra revolución acaso? Interpretar el mural no es difícil, lo difícil es interpretar cuál es la fecha que debería de estar supliendo esos signos. Desde la primera vez que lo vi, hasta ahora que la cotidianidad de pasar casi a diario lo ha grabado en mi mente, siempre me viene a ella que ambos signos deberían ser suplidos por un “68”. Claro, hablo a título personal ya que puede haber discrepancia; cada uno de nosotros como universitarios y mexicanos, tenemos una construcción de nuestra historia y sabemos cuáles son las fechas más relevantes a nuestro criterio. Sin embargo, este número representa algo más que un año, algo más que una fecha: nos encontramos hablando de la libertad; una facultad, un derecho, un estado, una condición que sin duda puede ser el valor humano más preciado que tengamos. Sólo aquellos que han sido privados de ella, pueden entender el valor tan grande del que hablo, ellos y quienes han luchado por ella. Es muy romántico hablar de libertad como un derecho nato que se nos otorga al momento de existir, sin embargo, nuestra historia difiere en ello. Claro que no hay nada mejor que pensar que los derechos son propios de la naturaleza del ser humano y anteriores a cualquier derecho establecido, mas debemos situarnos Pulso Académico
en la realidad y como he mencionado, mirar en la memoria histórica. Un recuento de la lucha social, de nuestros ancestros, nuestros abuelos, generaciones pasadas que en sus condiciones, en su época, con sus métodos y a su manera, lucharon por aquellos derechos que se les tenían que ser reconocidos, derechos de los que hoy gozamos. En nuestra constitución, son los primeros 29 artículos nuestros derechos fundamentales, individuales o humanos. De esos 29, es el sexto en el que se consagra la
Mariana in the South, John William Waterhouse, 1897.
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