Establecimiento del contexto de reforma: Cómo tomar el mando Por qué las personas son cruciales para impulsar el cambio La reforma de un partido político a menudo comienza con la visión de cambio de una persona. Puede ser difícil considerar este concepto, especialmente si se está fuera del “círculo interno” de la toma de decisiones. La mayoría de las personas dentro de organizaciones grandes y establecidas construyen muros y barreras en un intento por obstaculizar el cambio; tienen un interés personal en mantener el statu quo porque les conviene. Por su naturaleza, a menudo los partidos están organizacionalmente estancados; los funcionarios del partido generalmente solo mencionan las reformas durante los ciclos electorales o en respuesta a algún escándalo. Sin embargo, el cambio dentro de un partido ocurre con mayor frecuencia a través de las acciones de individuos, también conocidos como agentes de cambio. En las democracias establecidas y en los sistemas democráticos más incipientes, los reformadores, en lo individual, han liderado con éxito los cambios institucionales en cuanto a la manera en que su partido desarrolla políticas, divulga la información financiera y nomina candidatos(as) para cargos de elección popular. Las cuotas para candidatas son ahora una parte aceptada de la cultura política en varios países, pero no siempre lo fueron. Durante mucho tiempo, las acciones de varios agentes de cambio internos llevaron el cambio directamente al corazón de la toma de decisiones de los partidos políticos. ¡El statu quo está hecho para romperse! Al igual que en cualquier organización, la reforma de un partido político comienza fundamentalmente con pequeños pasos y charlas privadas entre pares, conversaciones que comienzan informalmente después de las reuniones del comité o durante los recesos para tomar café en los eventos del partido. Estas conversaciones ayudan a expandir el círculo de influencia y a crear canales de comunicación con diferentes partes interesadas que pueden dedicarse a crear un cambio interno. Estas conversaciones conducen inevitablemente a cambios en el comportamiento de las y los dirigentes, miembros, activistas y simpatizantes del partido. Encender este cambio de comportamiento es uno de los pasos más importantes para lograr reformas internas exitosas, y no hay nadie mejor posicionado para lograr este cambio que las y los activistas de los partidos. Son las personas, y no un comité de funcionarios elegidos o los dirigentes del partido, las que pueden guiar los esfuerzos de reforma interna, en gran parte, porque no están obligadas a capitular ante la “voluntad política” detrás de reformas específicas. Puede ser todo un desafío incentivar a las figuras y los órganos de liderazgo de los partidos para que se comprometan con un proceso de reforma que requiere de planes de implementación a largo plazo cuando se tienen prioridades más urgentes, como ganar elecciones, pero los miembros del partido, en lo individual, pueden administrar estos planes de implementación de la reforma.
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