“He sido una actriz privilegiada al poder elegir mis proyectos”: CINE
Arcelia Ramírez por C A R L O S M O R A
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a actriz Arcelia Ramírez fue galardonada con el Premio MUSA por la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, y con la Cruz de Plata otorgada por el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF). “Tenía un nudo en la garganta y realmente tuve que contenerme durante mi discurso en el escenario, porque si no, hubiera empezado a llorar. No se trataba solo de eso ni del tono. Sin embargo, este reconocimiento y apapacho de una asociación que se creó para abrazarnos a todas y unirnos me conmueve mucho”, confiesa en una entrevista con la Revista Cameo. Arcelia, ¿cómo ves a las mujeres dentro de la industria del cine mexicano? Desde que empecé a hacer cine en lo que se llamó el nuevo cine mexicano, irrumpieron las mujeres con su mirada, perspectiva, punto de vista e historias. Creo que desde ahí también surgieron personajes femeninos que rompieron con el estereotipo de los personajes a los que normalmente se refería el cine mexicano, como mujeres fatales o sumisas. También surgieron películas contemporáneas como Cilantro y Perejil, Danzón, Ángel de fuego y Novia que te vea, que son películas muy poderosas con una visión femenina y ofrecieron al público un crisol mucho más amplio y profundo. El cine refleja la realidad de nuestra sociedad, ¿qué opinas? La ficción se alimenta de la realidad. En este país, donde tenemos una cifra alarmante de mujeres que tienen a sus hijos desaparecidos y los buscan, no es de extrañar que haya tantas historias que gritan esta herida, como Sin señas particulares, Ruido, La civil, Las tres muertes de Marisela Escobedo, Tempestad y muchos documentales más. Creo que hablamos de lo que nos duele en la pantalla y de lo que no entendemos. Estas historias están ahí para hacernos reflexionar, para que nos penetren en la mente y en el corazón y nos hagan más humanos. Tenemos que avanzar hacia la 32 |
paridad, igualdad y colaboración. Esto habla de la evolución de la sociedad y de una sensibilidad. No tenía que ser un espacio exclusivo para hombres. Hemos luchado históricamente por un mundo que se estableció de cierta manera, pero que debe cambiar y evolucionar. Tenemos que crecer como individuos y como sociedad. Aunque aún falta camino por recorrer, no debemos retroceder. Eres una actriz que ha trabajado en novelas, cine y teatro. ¿Cómo te sientes? Cuando entré a la escuela de teatro en el CUT (Centro Universitario de Teatro UNAM), rápidamente recibí mi primera propuesta para cine. Era un personaje protagónico y creo que fue un paso importante en mi carrera. El Secreto de Romelia de Busi Cortés, quien era mi maestra de apreciación cinematográfica, fue una oportunidad que no esperaba. No hice casting ni nada por el estilo. No buscábamos trabajar mientras estábamos en la escuela, pero Busi nos llamó a Lumi Cavazos, Lisa Owen y a mí para darnos permiso. A partir de ahí, vinieron La Mujer de Benjamín y luego la telenovela De frente al sol, que fue mi primera telenovela. Recuerdo que cuando me llamaron pensé que solo serían 20 capítulos, pero me enteré de que era la protagonista juvenil, lo que cambió un poco mi carrera. Sin embargo, no permití que la televisión dominara mi trayectoria. No quería ser sólo una actriz de televisión, deseaba seguir haciendo cine y teatro. Luché por eso y lo conseguí. Dudé en hacer De frente al sol porque pensé que me llenaría de vicios. Los actores con los que trabajaba en la obra de teatro La Noche de Hernán Cortés, dirigida por Luis de Tavira, me dijeron que no podía rechazarlo y que no me preocupara por los vicios, que me harían una desintoxicación. Ha sido un proceso hermoso. Desde entonces, he tenido la libertad de moverme entre los tres formatos, aunque presenten desafíos distintos y enriquecedores. Creo que en el teatro es donde menos concesiones he hecho en mi carrera.