Caminos hacia la transformación de género) ha hecho que se feminice el territorio32 y los abordajes sobre este; es decir, se ha privilegiado el uso de la fuerza sobre los abordajes creativos, se han tomado decisiones sobre el territorio, los ecosistemas y las comunidades que los habitan reproduciendo las relaciones violentas sobre los sujetos de derechos. Estas prácticas, sumadas a las afectaciones diferenciadas del conflicto armado, están relacionadas con la falta de consolidación de propuestas de transformación de los conflictos en los casos estudiados. En otras palabras, dichas propuestas han estado presentes entre las comunidades; sin embargo, los procesos de largo aliento en este sentido han sido reducidos y acallados por diferentes actores a través del despojo y la eliminación física de quienes los han liderado. Además, la preferencia por los mecanismos jurídicos sobre los relacionales es una de las constantes en los abordajes de los casos. Así, los sujetos colectivos, en busca de efectividad en las respuestas, asumen la carga probatoria; puesto que hay una disparidad en el acceso a la justicia por parte del Estado, que a nivel nacional cuenta con una institucionalidad formal, pero en las regiones responde a otros factores de dominio territorial que contradicen los postulados constitucionales. Por último, la búsqueda de soluciones a los conflictos atraviesa un sinnúmero de trámites y conocimientos especializados que las comunidades han debido descifrar con sus propios medios. A pesar de ello, las causas estructurales siguen apareciendo en los procesos de gestión, quedando planteado así un panorama que tiende hacia las medidas de fuerza. Sin embargo, las potencialidades de transformación siguen construyéndose, aunque lentamente. Los colectivos cuentan con aprendizajes que les pueden ayudar a sobrellevar condiciones con evidentes desventajas, aunque el tiempo corra en contra de muchos que han dedicado sus vidas a dejar para sus familias “el título de un pedazo de tierra donde vivir tranquilamente”.
Sobre el rol del Estado en los conflictos Es necesario mencionar que la pluralidad de casos y las complejidades de cada territorio evidencian que la presencia diferenciada del Estado y las dinámicas de sus intervenciones varían en sendos conflictos por la tierra. De manera que, en algunos territorios el despliegue de la institucionalidad ha sido mayor
32. De acuerdo con Astrid Ulloa (2016), la feminización del territorio responde a la reproducción de las relaciones de dominación de hombres sobre mujeres, en el contexto humano-naturaleza/territorio, a partir de prácticas que implican “el incremento de relaciones desiguales de poder contra cuerpos y territorios feminizados, y en contra de derechos previamente reconocidos, como el de consentimiento previo, libre e informado, y a partir de lo cuál a parecen las demandas indígenas en contra de la apropiación de sus territorios” (p. 126).
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CAPITULO 5
Conclusiones