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Avenida Brasil Este único “pulmón verde” de la ciudad, fue en el pasado el lugar residencial por excelencia, exhibiendo ya en el Centenario (1910) hermosos chalés y casonas. Consta de siete cuadros (parques), enmarcados por las calles O'Higgins y Carrera. Según Floreal Recabarren el sector se llamó primero “Cancha de carreras”, pues ahí se disputaban este tipo de competencias equinas. En 1897 el municipio acordó llamarlo Avenida del Brasil. El paseo fue tomando forma lentamente, mientras los nuevos residentes iban levantando sus casas. En 1908 se propuso colocarle árboles a uno y otro lado en toda su extensión y jardines en algunos de sus cuadros. En 1910 se terminó la construcción del parque que comienza en la calle Matta, el que por ese hecho lleva el nombre de “Centenario”. Entonces, la colonia griega donó la escultura “Los luchadores”, hoy desaparecida. Si, se conserva el Odeón musical, desde donde se realizaban las retretas nocturnas en antaño. Quien más impulsó la terminación de este paseo fue el alcalde Maximiliano Poblete. Su busto, al inicio del parque “Centenario”, es el reconocimiento a sus afanes. En torno a su primigenia arborización aún subsiste el mito urbano de que para aquello se recurrió al lastre de los veleros salitreros, creencia absolutamente falsa. Su pasada condición de sector más acomodado de la ciudad podría identificarse, entre otros hechos, con la instalación en ella del regimiento Esmeralda, el histórico regimiento de los “pijes”, y, con la construcción del “palacio” Abaroa, levantado por el magnate Andrónico Abaroa, mansión donde luego nacería su nieto Andrónico Luksic Abaroa. Hoy, pertenece al Gobierno Regional. La creada Corporación Cultural Casa Abaroa consiguió que la edificación fuera declarada Monumento Nacional. Otra construcción célebre, fue el hermosísimo chalé levantando por el Dr. Gonzalo Castro Toro, demolido hace poco tiempo. De su pasada condición de vergel hoy sólo subsisten algunos añosos pimientos y eucaliptus. El pasto reemplazó hace tiempo a los orgullosos árboles de antaño. Urge así, devolverle pronto a la Avenida del Brasil su belleza y grandeza perdida. Hoy, el sector es un importantísimo núcleo de diversas actividades comerciales, financieras, profesionales y de salud, entre otras. También de intensa vida nocturna.
Antonio Obilinovic Arrate