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Puerto Fiscal El Puerto Fiscal nació como una necesidad tanto comercial como de delineamiento urbano, ante el colapso de los muelles, pero también de la “Poza” cuya profundidad no posibilitaba la recalada de navíos de mayor envergadura, como acontecía en 1907 con el reemplazo gradual de los grandes veleros por los buques a vapor. Hubo varias propuestas elevadas desde Antofagasta para la ubicación y construcción del molo fiscal, destacándose la de Guillermo Murria y Julio Pinkas, entre 19001905. El Presidente de la República Germán Riesco, fue autorizado por el Congreso el 7 de febrero de 1906 para llevar a cabo la “construcción de las obras de mejoramiento del puerto de Antofagasta”. La Comisión de Puertos evacuó su informe el 5 de marzo de 1913 al respecto, con un presupuesto cercano a los 21 millones de pesos, inclinándose por una ubicación hacia el sur de los muelles que pudiera recibir a los buques y pudieran maniobrar con absoluta independencia. La superficie de aguas abrigadas sería de 30.98 hectáreas. La longitud de los atracaderos útiles debía ser de 2.148 metros y la superficie de explanadas de 16.6 hectáreas. Las aguas efectivamente abrigadas serían de 7.3 hectáreas, los terrenos ganados al mar de 14, 7 hectáreas y el largo de malecones de 1.010 metros. Las obras contemplarían: a) Un molo de abrigo, compuesto de dos ramas; una de 648 metros de largo que llega a profundidades de 23 metros, y la otra de 820 metros, construida entre las
curvas de 23 metros y de 28 metros; b) los malecones, estaban diseñados para que los vapores de mayor calado puedan atracar a su costado en cualquier estado de la marea, para lo cual queda al pie del muro una profundidad de 10 metros. El desarrollo total de los malecones es de 2.308 metros, de los cuales 2.148 son aprovechables, pues 160 metros corresponden al extremo de los espigones y c) la defensa de terraplenes, se iban a sujetar en la mayor parte de su perímetro por los malecones. Las propuestas públicas fueron abiertas el 23 de julio de 1918, a las cuales se presentó un solo proponente, el ingeniero chileno Luis Lagarrigue al que se le adjudicaron los trabajos, el 28 de agosto de ese año. Empero, el contrato del señor Lagarrigue fue traspasado en septiembre de 1920 a la firma Baburizza, Lagarrigue y Cía., la cual inició la construcción del Molo en junio de 1920 y concluyó el último bloque del Molo en noviembre de 1926. La construcción del molo de abrigo demoró 3 años y medio. El rompeolas fue recibido por el Fisco el 18 de enero de 1926. Sin embargo, el funcionamiento portuario mostró a los pocos años su insuficiencia para la transferencia y almacenamiento de las mercancías, por lo que el gobierno dispuso en 1943 de los fondos para la conclusión del proyecto original. Dos años después se cambiaron las grúas. En el año 1952 las obras del puerto fueron terminadas definitivamente. La construcción del puerto significó un mejoramiento radical de su entorno: hacia el norte, el Hotel Turismo; al centro, los edificios o colectivos de la Caja de Seguro Obrero Obligatorio, “Perú”, “Bolivia” y “Argentina”; al sur, el edificio del Pabellón de Turismo (hoy demolido).
José Antonio González Pizarro