El Taquito

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RAFAEL GUILLÉN HERNÁNDEZ

una historia que contar Prólogo de Jacobo Zabludovsky


R

afael Guillén Hernández nació en la Ciudad de México en 1961 y adquirió de su padre, don Rafael Guillén Rioja y de sus tíos David y Enrique, la vocación culinaria y gastronómica. Es egresado de la Universidad Intercontinental, donde concluyó la carrera de licenciado en Administración Hotelera. Frecuenta además los cursos y diplomados en gastronomía, organizados por la CANIRAC y la Universidad Iberoamericana. En la actualidad comparte con su hermano Marcos la gestión de El Taquito, en Carmen 69, Centro Histórico de la Ciudad de México. Además de incursionar en la crónica, gusta de la fiesta brava y el fútbol y se define como un defensor de las tradiciones nacionales y custodio de las recetas originales de la cocina del mejor restaurante de comida mexicana del país, que por más de cien años ha marcado la pauta.


EL TAQUITO: UNA HISTORIA QUE CONTAR



Rafael Guillén Hernández

EL TAQUITO UNA HISTORIA QUE CONTAR


Textos

Alberto Carbot, Norma Inés Rivera, Marcos Romero y Alberto Vega Vieyra

Diseño y formación

Alberto Carbot y Alejandro Cortés

Portada

Rafael Guillén Hernández. Realización: Alejandro Cortés

FOTOS SOLAPAS Antonio Caballero

Fotografías

Héctor García, Humberto Zendejas, Alfredo Palomo, Mayito, Fernando Mejía, Eduardo Zepeda, Hermanos Mayo, Andrea Aline Ocampo-Carbot Rivera, Arturo Flores, Jaime Andrés Arroyo Olín, Gustavo Durán, Alejandro Ávila, Jesús Cruz, Ezequiel Domínguez, Alberto Carbot, Alejandro Cortés, Agustín Pérez y Escamilla, Norma Inés Rivera, Periódico Reforma, Revista Life, Archivo Revista Gentesur, Periódico Esto y colección de El Taquito Tercera edición: enero 2020 Derechos reservados


Índice Agradecimientos

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Prólogo de Jacobo Zabludovsky

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El Taquito que yo conozco: Marcos Guillén

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El Taquito también vale una misa: Alberto Carbot

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Don Marcos Guillén y Conchita Rioja, los pioneros

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1923, inicia una tradición

32

Los hombres del poder

42

Kennedy y el caldo tlalpeño

51

Clientes y amigos que han dejado huella

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Las inmortales figuras del arte y los espectáculos

74

El lugar de referencia del “todo México”

116

Restaurante taurino El Taquito celebra sus primero cien años

210

Reconoce la Lotería Nacional al restaurante “El Taquito”

219

El Taquito, testigo de la vida de México por más de 100 años

228

El Taquito fue recinto alterno de Palacio Nacional; Emilio Portes Gil y Adolfo López Mateos despacharon desde allí

230

Un par de entrevistas muy taurinas

232

Jacobo Zabludovsky, el gran amigo de la casa

240

El pincel taurino de Pancho Flores

251

Marilyn Monroe irradió con su luz todos los rincones de El Taquito

256

María Félix, siempre María

268

El día en que el Papa bendijo al taco mexicano

276

Sesenta aniversario, un festejo inolvidable

282

Los tres Taquitos: San Ángel, Holbein y Venustiano Carranza

293

El Mandón del Centro Histórico

310

Reconocimiento internacional

324

El Taquito visto por los periodistas

327

1917-2020. ciento tres años, La luz sigue brillando… ¡ojalá nunca se apague!

343

Y a todo esto ¿por qué un libro de “El Taquito”?

358

Índice onomástico

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

A mis abuelos Marcos y Conchita. A mis tíos David y Enrique. A mis padres Rafael y Caridad. A mi esposa Maricela y a mis hijos Rafael y Paulina. A mis hermanos Marcos, Conchita, Tere, Jose, Martha y Marcela. Hago extensivo mi agradecimiento a clientes, amigos y proveedores, pero sobre todo, al personal que ha laborado o sigue haciéndolo con nosotros. Al fideicomiso del Centro Histórico de la ciudad de México, por su apoyo para la primera edición de este libro. Finalmente, deseo expresar mi agradecimiento a Norma Inés Rivera, Marcos Romero, Alejandro Cortés y especialmente a Alberto Carbot, director de la revista Gentesur / La Revista de México, por sus consejos y su valiosa ayuda para la elaboración de este libro. Gracias a ello surgió una amistad sincera y perdurable.

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“El Taquito”: una historia que contar

El Taquito Jacobo Zabludovsky

A

ntes de que la ciudad se mudara quien sabe adónde, El Taquito era el centro de un reloj que a las doce marcaba Tepito, a las tres el Abelardo Rodríguez, a las seis la Merced y a las nueve La La-

gunilla. Era el centro del Centro. Alrededor, el barrio universitario empezaba en El Carmen con la hemeroteca, seguía por San Ildefonso con la Escuela Nacional Preparatoria y la Facultad de Derecho, por Brasil con la de Medicina, por Tacuba con la de Ingeniería, por Justo Sierra con la Rectoría y el Anfiteatro Bolívar, por Licenciado Verdad con Odontología y Extensión Universitaria. Huyeron todos hacia el Pedregal y se llevaron el público del cine Goya, los billares y los tacos de canasta, las librerías y las fondas y los boleros; los cafés de chinos y los escritorios públicos. Se fueron los maestros y los alumnos y se llevaron hasta los pupitres y dejaron vacíos el Follies y el Lírico, el Tívoli y la carpa Libertad, el Fábregas, el Arbeu y el Ideal. Dejaron sin fichas a las muchachas del Mata Hari y sin clientela a las del Órgano. Se acabaron los tranvías y el Roma-Mérida-Chapultepec. Se fue el mayoreo de la Merced a la Central de Abastos y cerraron los hoteles para choferes del transporte de verdura y de garbanzos, de chiles y de melones. Los cubiletes y el dominó ya no fueron pedidos y cerraron las cantinas. Se fueron los españoles, los judíos, los árabes y otros mexicanos más antiguos

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Rafael Guillén Hernández

y en la calle de las Cruces los mecapaleros se quedaron sin chamba. Se fueron las oficinas del Palacio Nacional. Corrieron hacia las Lomas los de la Defensa, hacia Insurgentes los de Hacienda y los de la Presidencia a Los Pinos. Con ellos se fueron los coyotes y los ciudadanos tramitantes de cualquier documento, los dueños de estacionamientos y los abogados y los pasantes. Levantaron sus cazuelas las fondas y sus patés los más pretenciosos. Y luego vino el temblor y huyeron los que quedaban, los que se congelaron ahí con las rentas y vieron caer a cachos las vecindades. Con ellos se fueron los payasos callejeros, los cantadores de corridos, los cilindreros, el del salterio, los que vestían las ollas para piñatas, los que hacían tru tru y aplicaban inyecciones, los que curaban enfermedades secretas y los que ofrecían los Nacimientos y la colación para las posadas y la Navidad. Se fueron los que vendían el pozole y los tamales. Algunos decidieron morir entre las ruinas del tiempo. Y El Taquito se quedó donde estaba. Jamás volvió a verse a Don Erasmo Castellanos Quinto, y la casa de enfrente, donde vivió el famoso Charro Cosío, maestro de Derecho Civil, es ahora un almacén de ropa interior. A las calles abandonadas llegaron los vendedores de peluches, los de hot dogs y los de hot cakes y hamburguesas. No pasan los coches, menos los autobuses y El Taquito cedió su planta baja a la invasión de los nuevos mercaderes. La de arriba, donde eran las recámaras de los Guillén, se redujo y se cobija, más pequeño pero heredero de su historia, El Taquito de siempre. Ahí están las sombras de Marcos y Conchita y sus tres hijos: David, Enrique y Rafael. Durante ocho décadas todo mundo tomó el tepache y comió los tacos de gusanos y vio en las paredes las hazañas de Gaona y Silveti y en los cuadros de Flores las verónicas de El Soldado, los naturales de Garza, el trincherazo de Silverio, el desdén de Manolo Martínez y en un rincón la estatua de luces de Manolete. El Taquito fue y es sitio de referencia, lugar de citas, restaurante auténtico del barrio de los de comida corrida, con precios posibles para un profesor, con un mariachi oído hasta la Parroquia del Carmen y un trío de cuatro en que un

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“El Taquito”: una historia que contar

manco tocaba las maracas. Una sinfonola vieja en la que Lara hizo la biografía de sus novias: Pervertida, Pecadora, Vende caro tu amor. En la nueva estalló la fama de Los Panchos. Y ambas máquinas, inútiles porque no hay monedas pa´ echarle otro quinto al piano. Digo, monedas de aquellas, de a veinte. Las dos sinfonolas, la vieja y la nueva están ahora en mi casa. Sigue ahí en Carmen 69. El Centro Histórico se adorna y lo luce como una medalla ganada a pulso en la defensa de esos lugares que dan carácter y trazan la fisonomía de una ciudad. A El Taquito lo cuidan hoy los nietos de los que en 1923 sacaron al zaguán el primer anafre: Marcos y Rafael y viene una nueva generación. Ellos pasarán la estafeta y abrirán cada mañana las puertas para que entre el sol y escapen los olores del mole, de las carnitas y de las tortillas recién echadas. Hay lugares integrados al paisaje urbano y a la historia de las ciudades donde se ubican. El Taquito es uno de ellos. Único con sus características: no haber cambiado de nombre ni de lugar y haber pertenecido siempre a una misma familia.

JZ

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

El Taquito que yo conozco Marcos Guillén Hernández Como dice Rafael Guillén Mayén: “¿Qué patriarca nos falta? ¿Otro Guillén que hablara?”

E

ste libro pretende dar a conocer al público lector, el espíritu y concepto del restaurante El Taquito. Es un mosaico de textos escritos por mi hermano Rafael Guillén Hernández, que destaca la

historia de un establecimiento considerado por los conocedores, como un centro de cultura culinaria en donde se combinan, en su ambiente festivo, las tradiciones nacionales de la tauromaquia, la política, el cine, los espectáculos, el deporte, las artes plásticas y la literatura. Este no es el libro de un especialista. La voz de Rafael es la de un hombre inquieto, atento y sensible a la tradición familiar, que decidió hacer, con sus observaciones cotidianas a nuestra amplia documentación, un homenaje al centro de trabajo que ha logrado mantener unida a la familia Guillén durante casi noventa años. Rafael Guillén concentra las mejores aristas visionarias de nuestros antepasados. És una persona sencilla y discreta, con un mundo de experiencias directas y mucha observación. Por ello, desde que decidió escribir este libro, no dejamos de esperar con ansia e interés sus resultados. El Taquito, una historia que contar, aborda de manera amplia, la ciudad a la que amamos entrañablemente. Es una obra que concentra la voz del ba-

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Rafael Guillén Hernández

rrio y la de los personajes, protagonistas o sencillos, que han pisado nuestro establecimiento. Explica el desarrollo urbano que envolvió a El Taquito durante décadas, en un país rodeado de perspectivas y certezas, hasta llegar al cuadro descompuesto que caracteriza, en la actualidad, a esta área del Centro Histórico. Si de urbanismo se trata, El Taquito se muestra en la obra de Rafael, como un sobreviviente que manifiesta la incongruencia política que por el clientelismo político, ilegalmente permite que algunos se transformen en depredadores de calles, edificios, tradiciones e historia. Por ello, su contenido saltará de la enumeración sencilla y gráfica de sus momentos de gloria, a la de la catástrofe urbana, acelerada a partir del terremoto de 1985. Sin embargo, El Taquito, una historia que contar no es un libro de denuncia. Pretende dar elementos al ciudadano atento, para que observe la distancia que media entre un México de progreso, con valores y principios, y otro constituido por fenómenos que nos alejan de nuestra esencia nacional. Deseamos que por medio de él, se observe la trayectoria del país de los últimos 100 años, desde el microcosmos cultural de un establecimiento concentrado en sus principios y tradiciones, seguro de ser defensor de un elemento definitorio de nuestra identidad: su comida. Mi hermano ha hecho un gran esfuerzo por contar su testimonio. Su trabajo de escritura, desarrollado en silencio y durante el trajín, nos sorprende, porque presenta -sin las metáforas de los poetas ni la rigurosidad de los académicos-, lo que hemos sido en este negocio, y el valor de nuestra vocación, resistencia y visión. Felicito a Rafael por su fuerza y voluntad. Estoy seguro que los lectores, como nosotros, la familia Guillén, podrán observar en estas páginas el edificio cultural construido con naturalidad por El Taquito, tanto en las anteriores condiciones de bonanza como en las actuales, repletas de incomprensión de

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“El Taquito”: una historia que contar

los comerciantes ambulantes que lo estrangulan, día a día, con sus inútiles chácharas de plástico. Felicidades para Rafael, por su trabajo que nos enriquece, al poner en claro mucha de nuestra historia como familia y como proyecto. Acaso la parte más definitiva de la obra tiene que ver con algo innegociable para las tres -casi cuatro- generaciones de los Guillén: nuestro amor y defensa de las tradiciones nacionales, y nuestro fervor y encanto por la Ciudad de México.

MGH

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

El Taquito también vale una misa Alberto Carbot

E

l Taquito es más que un lugar

Debo confesar que me movía una mezcla

donde se puede dar rienda suelta

de curiosidad y veneración; una inquietud por

al hedonismo culinario. En él, en

cobijarme entre esos muros que han sido tes-

medio de los exquisitos aromas y sabores de

tigos de encuentros irrepetibles entre los más

la buena cocina mexicana, al calor de un buen

ilustres personajes del Todo México en casi 90

trago, pueden comentarse los sucesos del día

años de existencia.

o deshilvanarse recuerdos de un México que desafortunadamente ya no es igual. La primera vez que acudí a este singular santuario de la buena mesa, fue en 1983, en compañía de mi entrañable amigo, el también periodista Carlos A. Medina. Me había propuesto conocer este legenda-

En esa ocasión, llegamos justo cuando se realizaba el festejo del 60 aniversario y el maestro Jacobo Zabludovsky develaría la placa alusiva. El lugar estaba a reventar, de tal modo que no pudimos sino probar unos cuantos bocadillos y acaso beber un par de tequilas.

rio espacio donde por igual han comido presi-

Pero volví a ese lugar de las calles del Car-

dentes, personajes de la nobleza, empresarios,

men, tan pronto como me fue posible. Y enton-

grandes toreros, íconos de la cultura y las artes,

ces sí disfruté a plenitud, tanto de su atmósfera

jerarcas de la Iglesia, políticos, deportistas, pe-

como de sus apetitosas viandas.

riodistas e idolatradas leyendas del espectáculo.

También me di oportunidad para recorrer

Por encima de todo, me atraía conocer el

sus salones y observar durante varios minu-

lugar que -durante su visita a México en febrero

tos las innumerables fotografías que, para la

de 1962-, había hecho las delicias de la bellísima

posteridad, cuelgan de sus paredes; un tesoro

Marilyn Monroe.

invaluable que se ha incrementado al paso de

Rafael Guillén y Alberto Carbot

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Rafael Guillén Hernández

los años. Mi mejor momento fue cuando brevemente pude intercambiar algunos comentarios con don Rafael Guillén, el patriarca, quien de mesa en mesa, verificaba entonces que todos se sintieran como en casa. Fue todo un acontecimiento personal estrechar la mano del hombre que disfrutó de la compañía de Marilyn e incluso llegó a bailar con ella. Algún día, me prometí, le haría una entrevista donde me reseñaría a detalle esos momentos inolvidables junto a la diosa de Hollywood o sus encuentros con otros connotados comensales. Y esa cita se cumplió.

Don Rafael, un hombre leyenda Tuve oportunidad de mantener una relación de respeto con don Rafael, hasta pocos meses antes de su muerte, el 13 de diciembre de 2010, cuando había rebasado los 92 años. Gran amigo de humildes y poderosos, a lo largo de toda una vida dedicada al trabajo, trató a cientos de personajes. Un motivo de orgullo personal, lo constituyó el homenaje que el 25 de septiembre de 1998 le hizo la Lotería Nacional -que emitió una serie con su imagen-, por las aportaciones que en 75 años de existencia había realizado a la gastronomía mexicana.

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Don Rafael Guillén con el director de Gentesur / La revista de México. Varias de sus anécdotas con los más célebres comensales le fueron narradas al periodista


“El Taquito”: una historia que contar

Mi vuelta a El Taquito del Carmen

El 18 de noviembre del 2009, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, le entregó un diploma de honor con motivo del Bicentenario, al igual que a 14 ciudadanos de

Al restaurante original dejé de asistir debi-

la capital quienes por sus acciones diarias se

do al ambulantaje, que como salitre, comenzó

convirtieron “en innovadores y defensores del

a carcomer los cimientos de esa histórica zona

Centro Histórico de la Ciudad de México”.

de la capital y obstruye el paso peatonal y ve-

El 24 de octubre de 2009, al cumplir 91 años,

hicular. La maligna plaga amenaza con asfixiar

de buen ánimo y vital, festejó un aniversario

las inmediaciones de un lugar tan memorable,

más en su restaurante. La fiesta reunió a toda

como desafortunadamente existen ya pocos en

su familia, sus hijos, sobrinos, nietos, bisnietos

México.

y por supuesto, algunos amigos.

De hecho, escuché como hubo necesidad

Un video elaborado por su hijo Rafael, re-

de colocar protecciones hasta en sus balcones,

señó los momentos más significativos en la vida

para impedir varios intentos de robo. Y a pesar

de este gran hombre, sobre todo su juventud,

de los esfuerzos personales de la familia Guillén,

cuando trabajaba incansable para ayudar a sus

prácticamente los vendedores callejeros tienen

padres, don Marcos Guillén y Conchita Rioja,

todavía sitiado a este monumento culinario.

los pioneros del restaurante.

En más de una ocasión los camilleros del

Su 92 aniversario, a causa de algunos

cercano hospital Gregorio Salas, debieron in-

problemas de salud, ya no fue conmemorado.

troducir a los pacientes a bordo de un diablito,

Pocos meses antes había dado comienzo a un

porque era imposible que las ambulancias

incesante peregrinar a la clínica Mocel de la ciudad de México, donde falleció. A don Rafa -una dama en su trato cotidiano-, le sobreviven su esposa Caridad de Guillén, y 7 herederos: Conchita, Tere, Jose, Martha, Marcela, Marcos y Rafael. Sus 2 hijos varones desde hace algunos años se hallan al frente del negocio familiar que en pocos años será centenario.

Fernando Belmont, Guillermo Schulenburg y Alberto Carbot

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Rafael Guillén Hernández

pudieran acceder hasta la clínica. En ese intervalo, un día descubrí en San

Isaac Becker, Jacobo Zabludovsky, don Rafael Guillén, Lupita Appendini y el maestro Gabriel Vargas durante un encuentro en 2005

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varias ocasiones en compañía de mi familia, amigos y compañeros de trabajo.

Ángel, que junto al restaurante italiano Rafaello

Aunque replicaba muy bien el menú y

de Insurgentes sur -al que me gustaba también

la atención era cálida, fraterna, extrañaba el

acudir-, había otro Taquito. Nunca me imaginé

misticismo del restaurante de las calles de El

que fuese una sucursal del original; creí enton-

Carmen, al que volví años después en com-

ces que muy probablemente se trataba de un

pañía de Gabriel Vargas y su esposa, Lupita

lugar que -como ha ocurrido invariablemente-,

Appendini.

se había apropiado del nombre del El Taquito

El genial caricaturista insistió en comer

de El Carmen. Por ello nunca me atreví a fran-

allí, y accedí a acompañarlos, pese a que sabía

quear sus puertas.

que tendríamos que emprender una larguí-

En cambio, luego me convertí en comen-

sima travesía para sortear las complicadas

sal de El Taquito que, bajo el mando de Marcos,

calles del Centro Histórico, atiborradas por

hijo de don Rafael, funcionó por algunos años

vendedores ambulantes, lo que supuse una

en la calle de Holbein, cerca de la Plaza Mé-

misión casi imposible.

xico, con pleno vínculo taurino, al que fui en

Sin embargo, me sorprendió muchísimo


“El Taquito”: una historia que contar

que -quizá por intervención directa de sus

donde los sueños del más exigente gourmet se

propietarios-, hasta los mismos comerciantes

hacen realidad.

abrieran paso para que el vehículo se estacio-

Aunque todavía es de complicado acceso,

nara frente al restaurante, como solamente lo

he vuelto en muchas ocasiones a El Taquito

podrían hacer ante el arribo de un presidente o

original. Hace algún tiempo, logramos reunir

alcalde capitalino.

ahí a varios de los periodistas sobrevivientes

Desde entonces decidí que no importaba

de aquella conferencia de prensa de febrero

las vicisitudes que tuviera que sortear para

de 1962, durante la visita de Marilyn Monroe

arribar a ese sitio, el esfuerzo valía la pena.

a México, para presentar un número especial

Después descubrí El Taquito de Venustia-

sobre ese acontecimiento.

no Carranza, un lugar ya más fácil y accesible,

Para mí, El Taquito no es un simple restau-

mucho más parecido al original, donde muchas

rante. Es una verdadera galería donde todavía

veces pude encontrarme con amigos, festejar

se percibe la cercana presencia de personajes

aniversarios o fiestas de fin de año de nuestra

que llenaron toda una época del México de oro,

revista Gentesur.

como Tin Tan, Agustín Lara, Manolete, Diego

Allí entablé una relación más estrecha con

Rivera, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, Mi-

Marcos y Rafael, relevos generacionales de su

guel Alemán, Pe-

padre don Rafael, quien luego de la muerte de

dro Vargas, María

su hermano David y el retiro de Enrique, se

Félix, José Clemen-

había quedado al frente del negocio.

te Orozco, Mario

Me volví un habitué y de hecho solía reu-

Moreno Cantin-

nirme ahí con Guillermo Schulenburg, abad

flas, por citar sólo

emérito de la Basílica de Guadalupe, otro de mis

a unos cuantos,

grandes amigos y articulista de Gentesur, a quien

aunque también

Marcos Guiilén le resguardaba una botella de

figuras de la talla

Reserva de la familia, su tequila favorito.

de Anthony Quinn,

El Taquito de Venustiano Carranza estuvo

Ricardo Montalbán

activo hasta el 2008, cuando cerró sus puertas

y Gary Cooper, de-

y las actividades volvieron a centrarse en el

gustaron los selec-

tradicional de El Carmen, que nunca ha dejado

tos platillos que ahí

de funcionar. Existe sin duda un vínculo que

se preparan.

nos une a muchos para siempre con este sitio

Como alguna

mágico, especie de paraíso o Isla de la fantasía,

vez se lo he comen-

En 1983, Alberto Carbot y el periodista de Excélsior Carlos A. Medina, en El Taquito

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Rafael Guillén Hernández

Remembranza de la visita de Marilyn Monroe a México en 1962. En El Taquito, los periodistas Humberto Zendejas, Ricardo Perete, Alberto Carbot, y Antonio Caballero

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tado a Marcos y Rafael Guillén, si dispusieran

como el más célebre y popular restaurante de

de los recursos necesarios, El Taquito del Car-

cocina mexicana, desde su fundación, porque

men -de la misma forma en que se ha hecho

es toda una experiencia disfrutar los exquisitos

con grandes castillos europeos trasplantados en

platillos y el trato cálido de la familia Guillén,

América-, debiera ser desmontado ladrillo por

y cobijarse en las paredes que acogieron a tan

ladrillo, piedra por piedra, para ser reconstruido

ilustres personajes que hoy son ya parte de

en otra parte de la ciudad.

nuestra historia personal o colectiva.

De antemano sé que es una quimera, un

Y no obstante lo problemático de su acceso,

sueño, del que sólo son capaces algunos mul-

por el ambulantaje y la delincuencia que pare-

timillonarios.

ce ahogar al Centro Histórico, parafraseando

De nuevo ubicados en la realidad -con el

a Enrique IV -quien se manifestó dispuesto a

esfuerzo denodado de quienes han asumido con

convertirse al catolicismo para acceder al trono

valentía el relevo generacional-, pese a todo, El

francés-, diría que El Taquito también vale una

Taquito seguramente seguirá manteniéndose

misa.

AC


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

Don Marcos Guillén y Conchita Rioja Los pioneros

M

i abuelo don Marcos Guillén González, llegó con sus padres y hermanos -Anselmo y Juan-, a la ciudad de México, a finales del siglo XIX,

procedente de Guadalajara. Su familia se instaló en una pequeña y modesta casa, en los rumbos de Tres Cruces y Correo Mayor en el Centro Histórico.

Era un hombre de gran personalidad, no muy

alto, recio e impecable en su arreglo personal. Usaba el clásico bigote de aquellos tiempos. Por su forma de vestir y caminar, proyectaba una imagen de gran seriedad. Solían mirarlo con respeto. Sin embargo, gracias a su cálido trato, de todo un caballero, inspiraba confianza y daba gusto hablar con él. Por eso, al paso del tiempo, se ganó la amistad de mucha gente. Hombre de trabajo, su forma de ser le permitió, sin mucho esfuerzo, encontrar en Conchita, la compañera de su vida, una mujer que habría de inspirarlo para realizar un sueño en forma conjunta, comenzando prácticamente desde cero.

Los abuelos, un domingo en Chapultepec

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Rafael Guillén Hernández

En 1895, el general Porfirio Díaz, 4 veces pre-

cruzó en su camino una joven muy guapa, Conchita

sidente de México, bajo el lema Orden y Progreso,

Rioja Chavarría, quien respondió a su atento saludo.

deseaba que el país se integrara a como diera lugar

Así inició una amistad que se convertiría en un

al desarrollo. Las butacas de los teatros capitalinos más famosos se atestaban con personalidades del mundo artístico,

seres cuyo objetivo era abrirse camino en la vida y progresar.

intelectual y político, quienes acudían a ovacionar a

Esta joven pareja demostró talento y gusto ex-

María Conesa, Virginia Fábregas, Mimi Derba, Ade-

cepcional para preparar tacos. No se imaginarían don

lina Patti Tamagno o Andrea Maggi.

Marcos y doña Conchita, que, 100 años después, éstos

Durante los fines de semana, don Marcos acos-

se seguirían vendiendo como desde el primer día.

tumbraba ir a la Plaza Mayor, donde algunos coches

Mi abuela Conchita -originaria de Tlaltenco,

eran jalados por mulitas, y recorrían airosos las calles

pequeña población ubicada en lo que hoy es la dele-

de la capital.

gación de Tláhuac-, creció en una casa con grandes es-

En una tarde soleada, saliendo de Catedral, se

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breve noviazgo, para dar entrada a la unión de dos

pacios, techos muy altos, y un extenso patio. Siempre


“El Taquito”: una historia que contar

mostró un talento muy especial por la cocina;

calles de Florida número 60, en el barrio de

se le veía casi siempre dedicada a ayudar a su

Tepito, en una vecindad donde todos sus

madre en los quehaceres domésticos.

habitantes se conocían familiarmente, en un

Muy temprano acudía al pequeño mercado a comprar la carne más fresca, las verduras más tiernas y la mejores harinas y semillas. Posteriormente elaboraba la masa para hacer

ambiente de convivencia. La portera se encargaba de cobrar la renta. En esta vecindad vivían un músico, un escritor, un comerciante y mis abuelos.

unas tortillas suavecitas, que acompañaran el

Dada su simpatía, espíritu humilde y gran

guisado del día. Luego, se daba tiempo para

corazón, la pareja se fue ganando el cariño de

preparar una picosa, pero exquisita salsa de

sus vecinos y así conoció a la familia García,

molcajete.

con quien hizo gran amistad.

Los granos de frijol se desparramaban en

De esta relación surgió más adelante,

una pequeña mesa y eran separados uno por

un cariño de verdaderos hermanos entre mi

uno, para limpiarlos de impurezas; más tarde

padre y Arnulfo García, hasta llegar al compa-

los cocía en una sólida cazuela de barro, donde

drazgo. Él, se desarrolló como un importante

hervían despidiendo un atrayente efluvio de

colaborador del periódico Esto, diario al que

epazote.

dedicó toda su vida.

Se aderezaban con cebolla, chile verde y

De acuerdo a una conversación sostenida

cilantro, bien picadito. Así era y sigue siendo

entre Rafael, mi padre y la periodista Lupita

hasta hoy, nuestra tradicional receta para

Appendini, desde 1920 mis abuelos colocaban

preparar los frijoles, que figuran en la carta

muy temprano su modesto puesto de tacos

del restaurante, que por méritos propios se

en la famosa esquina de El Carmen y Bolivia.

ha convertido en uno de los más antiguos y

“Era sólo una mesita y vendían tacos de

prestigiados de la ciudad de México.

La familia y la voz del barrio

cuajar, machitos y lengua, los que acompañaban con tepache que hacía don Marcos en un vitrolero, que ofrecía en tarros de cristal. “El puesto siempre estuvo lleno de gente; los tacos eran muy sabrosos y limpios, ya que

La familia Guillén Rioja se instaló en las

La esquina de siempre. El Carmen y República de Bolivia.

mi padre personalmente iba al rastro, escogía

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

la carne; los carniceros eran sus amigos y ellos

que mientras uno moría, otro nacía, haciendo

mismos sus clientes.

referencia a la muerte de Francisco Villa.

“Por las noches, el puesto estaba rodeado

En los años 40, con muchos esfuerzos, el

de gente que hablaba de toros. Los carniceros

abuelo logró hacerse de esa pequeña propie-

eran muy taurófilos y entre ellos existía mucha

dad, y la familia se cambió a vivir a la planta

relación con la fiesta brava.

alta. Lo que hoy es el despacho, fue la recámara

“Don Rafael -indica Appendini-, relata que

principal de la pareja y las habitaciones -hoy

su tío Juan Guillén era monosabio; tenía mucha

salones-, se asignaron a cada uno de sus hijos.

relación con los novilleros. Él era dueño de una

Cuando se fundó el restaurante, David

pulquería y por las noches llevaba una garrafa.

tenía diez años, Enrique, ocho y Rafael, cinco.

Se hablaba, claro, de toros. Ahí asistían Juan Sil-

El hermano mayor, empezó a agarrar al toro

veti y Eulalio Procuna -padre de Luis y Ángel-,

por los cuernos.

y así empezó a acreditarse el lugar.

Esa cualidad de trabajador que David traía

“Fue en 1923, cuando los Guillén vieron la

desde chamaco hizo que su padre lo tomara en

necesidad de agrandar el negocio y alquilaron

cuenta como pieza clave para hacer del negocio

una accesoria en la esquina. Entonces ya se

el mejor lugar de comida mexicana.

vendía también pozole, tostadas y tortas. El negocio iba para arriba”, comenta. Auxiliaban a doña Conchita tres cocineras

Quién diría que de este matrimonio de don Marcos y Conchita, estos tres muchachos formarían grandes familias.

originarias de Jalisco, Oaxaca y Puebla. Los

David, el mayor, uniría su vida con doña

años pasaron rápidamente y ese pequeño

María Luisa Bribiesca. Sus hijos son Francisco,

negocio se fue acreditando poco a poco, con

Conchita y Carmelita. Enrique haría lo propio

mucho trabajo. Al mismo tiempo, los hijos

con doña Aurora Abasolo y sumaría a la fami-

crecían.

lia a Conchita, David, Queta y Lula, como les

El año de 1923 se toma como nacimiento

llamamos cariñosamente.

del restaurante, porque en una plática de

Y por último, Rafael y doña Caridad

padre-hijo y de hijo-nieto, don Marcos dejó

Hernández de Guillén, con sus cinco muje-

muy claro que en esa fecha El Taquito se incor-

res: Conchita, Tere, Jose, Martha y Marcela,

poró a un local ya establecido. Además, decía

y dos varones: Marcos y Rafael.

Don Marcos y sus tres pequeños. David, Enrique y Rafael

31


Rafael Guillén Hernández

1923 inicia una tradición

A

l paso del algunos años, la familia conformada por don Marcos y Conchita, mis abuelos, creció. Eran ya cinco sus integrantes: David que

había nacido en 1913, Enrique en 1915 y Rafael tres años después, en 1918. La sociedad mexicana intentaba superar los efectos de la Revolución. En diciembre del año de 1920 había tomado posesión Álvaro Obregón; en esos tiempos, los periodos presidenciales duraban cuatro años. La reconstrucción del país inició realmente en 1921. Obregón entendía que mientras el gobierno respondiera a las necesidades e intereses de los obreros y campesinos contaría con el apoyo de estos sectores, por lo que las fuentes del poder no serían únicamente las militares. Para realizar esa tarea, formó un gabinete de ministros capaces, que incluía a Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, José Vasconcelos, Alberto J. Pani, Enrique Estrada, Rafael Subirán y Antonio Villarreal. El afán de José Vasconcelos por renovar y fomentar la cultura, lo llevó a organizar festivales de música y danza, de teatro para el pueblo y, sobre todo, a apoyar el arte popular a través de las obras de los grandes muralistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, que ejercieron su influencia hasta en las artesanías más modestas. En julio de 1923, durante el mandato obregonista, Fran-

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La familia Guillén. David, Rafael y Enrique, con sus padres, en el barrio de El Carmen


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

cisco Villa sostuvo una entrevista con De la Huerta, quien le ofreció su respaldo en caso de que quisiera reanudar su lucha contra Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Se ha dicho que éstos, al enterarse, pudieron haber tramado el asesinato de Villa, ocurrido en Parral, Chihuahua ese mismo mes, donde pese a su conocida reputación de hombre desconfiado, fue víctima de una emboscada. Con su muerte terminó uno de los últimos capítulos del período revolucionario.

Las calles del barrio Y en la capital, don Marcos y doña Conchita, después de mucho buscar una buena ubicación, tuvieron la suerte de venir a instalarse a una calle llamada “La nueva calle Del Carmen”, situada al lado poniente de la iglesia de El Carmen, que partiendo de la placita del mismo nombre, corría de sur a norte. Actualmente va en sentido contrario, aunque me ha tocado verla, en un tiempo, hacia el sur, luego al norte, y de nuevo hacia el sur. Felizmente, parece que ya quedará dePermiso oficial para abrir los domingos. 10 de marzo de 1926

finitivamente hacia el sur. Hoy hace esquina con República de Bolivia. En el libro de José María Marroquí: Las calles de México, segundo tomo, el autor afir-

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“El Taquito”: una historia que contar

ma que por aquellos años “era una calle amplia y pacífica; no se podía negar que era nueva, pero como vía pública era antiquísima, pues se remonta a la época en que se fundó el convento de religiosos carmelitas. Su lado oriente lo formaba la alta y dilatada tapia de la huerta de ese convento. “El lado opuesto, no muy distante de este muro, estaba formado por casas cuyas puertas daban al callejón de las Golosas y otras al de Vázquez, tocándose unas con otras por sus espaldas, sin salida alguna para esta calleja, que cancelaba la comunicación entre los barrios de El Carmen y Tepito. Cuentan que una mañana se encontró allí el cadáver de un hombre cosido a puñaladas, sin saber quién fue su agresor; este acontecimiento prendió la imaginación popular y, desde entonces, se llama Callejón del Muerto. “El ayuntamiento, con este motivo, mandó cerrar el callejón en sus dos bocas, para impedir la comisión de delitos como éste y otros semejantes. Esta disposición no fue muy bien recibida por los vecinos del barrio de Tepito y menos acatada, porque los obligaba a dar vuelta hasta las calles de El Reloj, para proveerse de agua de la fuente de El Carmen. “Así fue que la mano de la necesidad hizo un agujero, de tamaño suficiente para que

El cartel alusivo al debut de Rodolfo Gaona, el 4 de octubre de 1908

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Rafael Guillén Hernández

pasara una persona, en cada una de las tapias

pero el ayuntamiento acordó con él que la en-

que cerraban ambas bocas del callejón, ocasio-

trada fuese por el Callejón del Muerto, cuyo uso

nando todo género de accidentes”, subraya el

se le cedía solamente para este caso, pero com-

historiador Marroquí y agrega:

prometiéndolo a poner una puerta que cerrara

“El ayuntamiento volvió a clausurarlo y el público a abrirlo, desafío que se repitió otras dos veces.

Casa del Estudiante

su extremidad del sur, cortando de raíz el mal, aunque perjudicando a los vecinos de Tepito. “Las porciones de la huerta que daban

“Por aquellos días, el señor Rafael Chousal

hacia el Callejón del Muerto y formaban su

instaló en un solar vacío, que había atrás de la

lado oriental, fueron vendidas a José Yves

huerta de El Carmen, una diversión de colum-

Limantour, quien comprendió que las ca-

pios, volador y maroma para gente pobre”,

sas cómodas y de construcción moderna

indica.

que podían hacerse en aquellos solares, no

La reseña realizada a detalle por el distin-

tendrían mérito alguno y se alquilarían con

guido historiador mexicano -fallecido en 1898-,

dificultad estando en un callejón estrecho,

merece transcirbirse casi por entero.

sucio y peligroso.

“La entrada era por el callejón de Vázquez,

“Se gestionó con el ayuntamiento mejorar aquel sitio, contruyendo una calle ancha que, en parte, fuera el Callejón del Muerto y otra abierta en terreno nuevo. El contrato se elevó a escritura pública en el año de 1888. “Al efecto, Limantour cedió una faja de la antigua huerta a la ciudad y esta le dio, a cambio, una parte al lado poniente del callejón, para que la ocupase. “De esta manera, la vía antigua cambió un tanto de lugar, movida hacia el oriente, haciéndose en ella casas nuevas. “La mitad sobrante del callejón y una faja de la huerta forman la calle actual, y por esto bien puede llamarse Nueva.

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“El Taquito”: una historia que contar

“Seguía de estas calles, la plazoleta, de figura irregular, limitada al norte por el convento de las Carmelitas y por su iglesia.

Recuerdo de una plaza pequeña

Desembocan en ella la Calle de Apartado, el

“Al oriente de esta plaza existe un es-

Callejón del padre Lecuona, el de Las Go-

pacio ancho, de forma rectangular, cuya

losas, el del Muerto, y la calle nuevamente

mayor extensión es de oriente a occidente y

abierta al lado oriental del templo, que di-

pertenece a la calle de Apartado, formando

vidió el convento de norte a sur, llamada de

una rinconada en que desemboca el Callejón

Aztecas y la calle de El Carmen.

de los Cantaritos.

El ombligo de la otrora región más transparente

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Rafael Guillén Hernández

Álvaro Obregón disfrutó, antes del magnicidio, una vianda preparada por mi abuelo don Marcos

38

“Se había considerado siempre este es-

un cuadrado no muy grande, blanqueado,

pacio como parte de la plaza de El Carmen

en el muro que forma el lado septentrional

y llevaba su nombre, con la añadidura de

de la plazoleta. Ya casi estaba borrado este

Rinconada del Carmen; después, ya abierta

letrero, sin embargo, el tiempo que perma-

la calle de Aztecas, que continúa hacia el

neció fue lo suficiente para que el nombre

norte de las calles de El Carmen, se tuvo

se perpetuara y así le se conoce hoy en día”,

por separado este sitio y se le llamó Plaza

concluye Marroquí.

de la Concordia, nombre que se escribió

Estos apuntes fueron dedicados a esta pla-

con tinta negra y letras gordas, dentro de

za, en la cual -en los tiempos actuales, más de


“El Taquito”: una historia que contar

cien años después-, ya no se puede ni caminar.

Viga, donde adquiríamos los filetes de pescado

Se convirtió en un mercado ambulante y los

y los camarones.

peatones están obligados a transitar entre los

Posteriormente, tomábamos Calzada de

puestos, la basura y sobre el arroyo donde circu-

Tlalpan e ingresábamos por el túnel para salir

la lentamente algún atrevido automovilista. Los

a la Avenida 20 de noviembre, hasta llegar a la

transeúntes corren el riesgo de ser atropellados

Plaza de la Constitución, donde frente al Palacio

o embestidos por algún diablito empujado por

Nacional se estacionaban los taxis conocidos

un cargador que, en vez de pedir permiso, sólo

como Cocodrilos, por sus franjitas verdes latera-

atina a gritar: Ahí va el golpe.

les, en espera de pasaje.

Empero, aún en este ambiente, la plaza aún subsiste en el barrio de El Carmen, lugar que también ha escrito sus propias historias con personajes del rumbo.

Una ruta como en La Odisea

Seguíamos entonces por la calle de Argentina, donde hoy se ubica el Templo Mayor A un costado de Catedral y Palacio Nacional, en la calle de Seminario, se hallaba un modesto museo de cera -que hoy alberga al Museo Gastronómico de Fundación Herdez- y transitábamos por Donceles, Venezuela, San Ildefonso, Colombia y Bolivia. En la calle de

Hace unos cincuenta años, recuerdo que,

Apartado girábamos a la derecha.

salíamos de la casa que tenemos en la colonia

Ahí se hallaban unos enormes edificios con

Prado Churubusco, por toda Calzada de la Viga

locales comerciales donde vendían bicicletas

hasta el mercado de Jamaica, donde mi padre

-Casa Radio América-, y pasábamos por donde

compraba lo necesario para el negocio: papas,

se ubicaba la Casa de Moneda, un edificio que

lechugas, jitomates, chiles serranos y poblanos,

iba desde Apartado hasta Bolivia, y adelante,

zanahorias, que por cierto, comíamos crudas y

ya en la esquina, llegábamos por fin a la calle

sucias.

de El Carmen.

Sus continuas advertencias de que no lo

Al lado izquierdo de la misma calle, pero

hiciéramos, siempre llegaban demasiado tarde.

con el nombre de Aztecas y frente a la plaza

Luego, con el auto bien cargado de verdu-

del Estudiante y la Iglesia del Carmen, aún se

ras, enfilábamos nuevamente por Calzada de la

encuentra la escuela Abraham Castellanos.

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

Los hombres del Poder

M

la marcha hacia la modernidad y dejó atrás los regímenes militaristas que habían perdurado como garantes de los logros revolucionarios, siempre amenazados por caudillos inconformes; los

i padre recordaba la Casa del

tiempos de la transición de una sociedad rural a

Estudiante, situada frente a la

otra urbana, en la cual El Taquito se erigía como

célebre plaza del mismo nom-

símbolo de esa confluencia cultural, con su

bre, cuya primera piedra fue colocada el 6 de

toque de antaño y hogaño, que lo convirtió en

julio de 1910 por el ministro de Hacienda de

punto de encuentro de los notables y poderosos.

Porfirio Díaz, José Yves Limantour.

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guel Alemán Valdés, con quien México inició

La Casa del Estudiante albergó personajes

Me contaba que por ese lugar, casi centena-

de la talla de José Vasconcelos, Fidel Castro,

rio que tiene ya categoría de Monumento Histó-

Ernesto Ché Guevara, Carlos Madrazo y Emilio

rico, discurrieron jóvenes artistas, intelectuales y

Portes Gil, quien desde el 30 de noviembre de

políticos, que más tarde ocuparían importantes

1928, durante 14 meses, gobernaría al país de

cargos, entre otros el afable veracruzano Mi-

manera provisional, durante el Maximato.


“El Taquito”: una historia que contar

Quizá por ese recuerdo tan grato de su paso por las calles de El Carmen, que hoy forman parte del Centro Histórico, Portes Gil, autor de Autobiografía de la Revolución Mexicana, gustaba saborear nuestros platillos, generalmente los miércoles.

con Marquitos -como llamaba respetuosamente al dueño- y éste le respondió bromista: -Señor presidente, olvide la cuenta. Lo que necesito son los réditos”. Esta anécdota surgió durante una charla de mi padre con la periodista Eunice Ladeguet.

“En el ámbito político no faltan detalles

En infinidad de ocasiones, muchas de ellas

curiosos como el acaecido a un joven que se

sin previo aviso, el tamaulipeco egresado de la

hospedaba en la Casa del Estudiante. Un día que

Escuela Libre de Derecho, franqueó las puertas

recibió visitas, éste no tenía nada que ofrecerles,

de El Taquito y con sus más cercanos amigos

así que corrió al restaurante de don Marcos Gui-

realizó algunas reuniones informales de trabajo,

llén a pedirle que le hiciera fuerte con la comida

donde seguramente discutían los asuntos más

para sus invitados.

importantes del país.

“Años más tarde, el otrora joven Emilio

Sin lugar a dudas, el presidente Adolfo

Portes Gil, regresó al lugar en calidad de primer

López Mateos ocupa un lugar especial en El

mandatario de la nación para saldar su cuenta

Taquito, porque además de que muchas veces concurrió al restaurante, acompañado de sus más cercanos colaboradores, fue un gran amigo de la casa, al que en infinidad de ocasiones se le sirvieron desayunos o comidas en su residencia de San Jerónimo. En tanto, fueron escasísimas las apariciones de Gustavo Díaz Ordaz, generalmente de carácter muy seco, aunque algunos aseguran que en corto daba rienda a su sentido del humor. Aunque el compañero Luis Echeverría era un adicto al trabajo y vivía en la prisa permanente, encabezando reuniones maratónicas y desahogando una agenda propia de titanes, también se dio sus escapadas para degustar las El presidente Emilio Portes Gil fue un asiduo concurrente, antes, durante y después de su mandato

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

La gran relación con el presidente López Mateos se mantuvo inalterable. En la imagen de la página anterior, el mandatario y David Guillén. Arriba, durante una de sus frecuentes visitas al restaurante. A la izquierda, durante un banquete servido por El Taquito, bajo la estricta supervisión de David, situado muy cerca del mandatario

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Rafael Guillén Hernández

viandas. Franco, abierto, pero siempre inquisitivo, Echeverría era un observador agudo y ningún detalle sobre la composición de los platillos le pasaba desapercibido. Sus visitas a El Carmen 69 le servían de paso para darse sus baños de pueblo, al saludar de mano, cual su costumbre, a decenas de ciudadanos que se aglomeraban afuera del restaurante. José López Portillo, abogado de carrera y creador de frases controversiales, también fue un amante de la cocina mexicana, no obstante su ascendente peninsular, pues su infancia y juventud transcurrieron en el seno de una familia de clase media. El Taquito fue uno de sus restaurantes preferidos desde que se desempeñaba como Secretario de Hacienda y más tarde como primer mandatario. Aún hoy algunos recuerdan los servicios de banquetes

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“El Taquito”: una historia que contar

que ordenaba para sus reuniones en Los Pinos. Amigo de la casa desde antes de ocupar la poderosa Secretaría de Programación y Presupuesto, siempre de talante circunspecto en el cual la sonrisa franca rara vez asomaba en su rostro, Miguel de la Madrid visitó de vez en vez los salones de El Taquito. A su llegada, era recibido en medio de aplausos de los vecinos del lugar y una turba de curiosos acostumbrados a ver a los notables subir las escalinatas del restaurante; días felices que tras el terremoto del 19 de septiembre 1985 se tornaron aciagos -por cuanto a que a De la Madrid no se le perdona haberse mostrado insensible en medio de la tragedia-. El Taquito permaneció en pie, si bien rodeado de campamentos de damnificados. Carlos Salinas de Gortari no fue la excepción en El Taquito, aunque su asistencia no se circunscribió al ritual que se instituyó desde que el presidente Lázaro Cárdenas acudió como comensal, para deleitarse con el sabor de las carnitas que le recordaban las mejores de Michoacán, su tierra natal. Muy a su estilo, desde su importante cargo en la Secretaría de programación y Presupuesto, de la que era titular, Salinas era afecto a una buena sopa de nopales y a las clásicas costillitas de puerco, preparadas con mucha sazón en la cocina del restaurante.

En la imagen superior, Lola Olmedo, Chamín Correa, el presidente Miguel de la Madrid, don Rafael y Marcos Guillén. Abajo, Caridad y Rafael Guillén, el presidente Carlos Salinas y Jacobo Zabludovsky

Pagina opuesta: José López Portillo acompañado de varios comunicadores, entre los que destacan don Pedro Ferriz y Pancho Ligouri. Con ellos, David Guillén. Arriba, don Miguel Alemán en El Taquito

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Rafael Guillén Hernández

Una botanita para el presidente Zedillo

presidente. Los hombres vestidos de negro, eran gente del Estado Mayor y, según ellos, nadie sa-

Fue en el mes de diciembre de 1997. Un

bía quién era el invitado estrella. Teóricamente

martes llegaron muy temprano a El Taquito

esta comida había sido clasificada como privada

dos hombres vestidos con traje negro, pregun-

y los periodistas de la fuente de Presidencia no

tándome en qué salón iba a comer el licenciado

habían sido informados de ella.

Jacobo Zabludovsky.

Zedillo había salido de Palacio Nacional

Los conduje al Salón Can­tinflas y sin decir

por una puerta lateral. En compañía de su

más, literalmente pusieron de cabeza todo lo

secretario particular Liébano Sáenz y Jacobo

que veían. Mesas y sillas quedaron patas pa’ arri-

Zabludovsky caminó entonces por Correo

ba. Les pregunté que con quién vendría el licen-

Mayor y cruzó entre puestos de vendedores

ciado y no respondieron. Al contrario, dieron

ambulantes. Los reporteros, siempre a caza de

media vuelta y me preguntaron cuántas salidas

la nota, recorrieron en medio de empellones, la

tenía el lugar y el número de ventanas. Luego

misma ruta de Zedillo, entre Palacio Nacional

desaparecieron y ya no los volví a ver, sino hasta después de la comida. Aproximadamente a las 2 y media de la tarde, llamó el licenciado al restaurante. Habló con mi padre para decirle: -Rafael, vamos para allá. Estamos saliendo de Palacio Nacional.

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Así entendimos que vendría a comer con el


“El Taquito”: una historia que contar

y El Taquito. Al notar la presurosa persecución,

cirles que han llevado a su mesa una entrada

los comerciantes les gritaban a los periodistas

de antojitos mexicanos, y desde luego -de

que cargaban cámaras y grabadoras:

aperitivo-, el infaltable tequila para el man-

-Órale, güevones.

datario”, informaba esa tarde, vía celular, la

-Ya se les hizo tarde.

reportera del IMER, Mercedes Carrillo.

-Ya los dejó papi. La chanzas de la vox populi no hicieron mella en los periodistas, preocupados más

El auditorio, al escucharla, pudo imaginarse apenas el enorme esfuerzo que hicimos para atenderlo, al igual que a sus invitados.

que nada en no perder detalle del hecho, que

La inolvidable periodista Rita Ganem, gran

desde ese momento -vía radio o televisión-,

amiga de la casa, fallecida en septiembre del

o al otro día en los periódicos, fue reseñado

2008, recreó este pasaje en su libro Desde Los

a detalle.

Pinos, una crónica del poder; el adiós al PRI, que

“El presidente come en este momento en el restaurante El Taquito, y podemos de-

El presidente Zedillo cazado por los reporteros luego de su comida en el Taquito. En la página anterior, le acompañan en la mesa don Rafael Guillén, Jacobo Zabludovsky, Rafael Guillén Jr. y Liébano Sáenz

escribió con Juan Arvizu Arrioja y fue presentado en los salones de El Taquito.

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Rafael Guillén Hernández

do de su séquito de colaboradores y en medio del habitual aspaviento que lo rodeaba y que ya prefiguraba lo que sería para México. Fox fue invitado por una asociación de personas discapacitadas que buscaba un acercamiento con su gobierno en beneficio de ese sector. En el ambiente de gran euforia que rodeaba su triunfo electoral de meses atrás y en medio de la confianza que despertaba, el guanajuatense se comportó muy relajado, saludador y estridente como era habitual, aunque el Estado Mayor, según su costumbre, barrió el lugar antes de su llegada e impuso las medidas de seguridad de Vicente Fox, con Marcos Guillén

Vicente Fox en El Taquito de Holbein

Sin la compañía de su futura esposa Marta Sahagún, Vicente Fox dijo que le daba mucho

Dicharachero, locuaz y a veces sin pleno

gusto acudir a este lugar porque sabía que era

dominio de lo que quería decir, Vicente Fox era

uno de los restaurantes de mayor tradición en

amante de las viejas tradiciones campiranas,

México. Luego degustó de los antojitos, co-

entre ellas, claro está, la de la buena cocina mexi-

mentando que le encantaban, y al final saludó

cana, que en su natal Guanajuato tiene algunas

a todo el personal y repartió sillas de ruedas y

de sus mejores expresiones.

muletas a los miembros de la organización de

Fox era de los que gustaba probar directo

discapacitados.

de la cazuela y la olla, como se hace al pie del

Sin duda, era un hombre carismático, el

surco: tortilla en mano y cuchara de madera

compadre que todos quisieran tener, aunque

en ristre.

pocos imaginaban que a la postre, no cumpliría

Una sola vez acudió Fox a El Taquito de Holbein, poco antes de asumir su cargo, rodea-

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rigor.

con las expectativas en que muchos mexicanos fincaban sus esperanzas.


“El Taquito”: una historia que contar

Kennedy y el caldo tlalpeño

El presidente López Mateos lo agasajó con un banquete servido por El Taquito

L

a visita del presidente estadouni-

le arrojaban flores y, según las crónicas de la

dense John F. Kennedy del 29 de

época, durante su recorrido pudo deleitarse con

junio al 1 de julio de 1962, marcó

la música de numerosos grupos de mariachis.

uno de los hitos en la historia mexicana de la

Cuando desembocó en la Avenida Re-

segunda mitad del siglo XX. Aunque acostumbrado al baño de multi-

forma, unos 10 mil soldados le presentaron armas y al arribar al Zócalo, las campanas de

Una imagen del fotógrafo Robert Knudsen, sobre la visita del presidente Kennedy y su esposa Jacqueline, captada el 30 de junio de 1962

tudes, el mandatario -quien tenía entonces 45 años-, no esperaba que se le fuera a dar una recepción tan cálida. A lo largo de su recorrido, desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hasta el centro de la capital, un millón y medio de personas, alineadas en vallas a su alrededor, lo saludaron, lo mismo desde la calle que trepados en balcones, estatuas, árboles y arbotantes. Al paso de su auto Lincoln descapotable, algunas mujeres

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Rafael Guillén Hernández

Catedral doblaron como parte de la estridente bienvenida, mientras una lluvia de confeti se desparramaba sobre su cabeza. Sin duda su anfitrión, don Adolfo López Mateos, no reparó en gastos para impresionar a su amigo con tal recepción. No podía dejar de mencionar, en esta parte, la formidable comida que el gobierno de México ofreció al presidente de Estados Unidos, J. F. Kennedy y a su esposa, Jacqueline, en el Castillo de Chapultepec. La revista Life se ocupó de reseñar la visita de Kennedy y su esposa Jacqueline. Abajo, una imagen de su ejemplar. Arriba, el sarape de bienvenida de El Taquito

Al banquete para 200 personas y servido por El Taquito, asistieron el presidente López Mateos con la primera dama, Eva Sámano, su gabinete en pleno y empresarios de todo el país. El menú consistió en caldo tlalpeño y de plato fuerte, filete de res a la tampiqueña; además, canastitas con dulces mexicanos preparadas por mi prima Conchita, quien se lució con ese detalle, al que colocó, como pequeño recuerdo, un sarape en miniatura con un grabado donde se informaba a los señores Kennedy que la comida era servida por nuestro restaurante. En él, se les deseaba una feliz estancia en México. Fue un evento realmente inolvidable.

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“El Taquito”: una historia que contar

Una cena real para el Príncipe Carlos Conocer y entender a México pasa necesariamente por dos de sus bastiones históricos:

una cena de gala para el distinguido visitante, quien probó lo mismo el picosito sabor de los antojitos, que el internacional coctel Margarita, elaborado con el no menos tradicional y emblemático tequila.

el Puerto de Veracruz, punto neurálgico del

El banquete, servido para 200 personas,

encuentro de dos mundos y por el Centro Histó-

consistió en delicadas tostaditas de pata y

rico de la Ciudad de México, síntesis de culturas

pollo y los imprescindibles sopecitos, rica-

que entrelazan al norte con el sur.

mente condimentados con lechuga, crema y

Ambos, con todo su esplendor, recibieron el 17 de marzo de 1992 al heredero de la corona británica, el príncipe Carlos de Gales.

queso; las quesadillitas de rajas, chicharrón y huitlacoche. Asimismo, taquitos dorados, pambacitos

Enmarcada en la celebración de los 100

compuestos y pellizcadas, todos platillos que El

años de la modernización del puerto de Vera-

Taquito ha confirmado como sus especialidades

cruz, la visita del heredero al trono de Inglaterra,

a lo largo de décadas, lo que le ha dado el sello

estuvo salpicada de los colores y sabores de

característico de la buena cocina mexicana.

México.

Fue durante esa visita cuando el Príncipe se

Fue precisamente nuestro restaurante, el

mostró impresionado por el plan de renovación

encargado de mostrar parte de la riqueza culina-

del Centro Histórico y expresó su deseo de

ria mexicana, al servir en el Museo Franz Mayer,

retornar cuando este programa concluyera. Un presente para el Príncipe Carlos de Inglaterra. Con él, Marcos Guillén y el embajador de México ante el Reino Unido, Antonio Armendáriz

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Rafael Guillén Hernández

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Ilustración de Luis Borja


“El Taquito”: una historia que contar

Clientes y amigos que han dejado huella

La amistad y el trabajo, los ingredientes principales de El Taquito

E

s imposible mencionarlos a todos,

versal sin concepto -que obviamente no entendía-

porque la lista sería interminable.

mos-, y en enarbolar la estética de Vasconcelos;

Se requeriría de otro libro y aún

en preparar el próximo examen y el siguiente

así nos arriesgaríamos a omitir muchos más. ¿Por qué se ha conformado ese gran nú-

mítin; en vivir -no sabíamos cómo-, porque ya habíamos dejado de creer en los milagros.

cleo en torno a El Taquito? La respuesta es muy

“Y será que siempre nos asistió la bene-

sencilla: porque desde que mis abuelos, don

volencia de los y las propietarias de pequeñas

Marcos y doña Conchita vendieron sus prime-

fondas, de providentes puestos de comida o la

ros tacos -que en aquellos tiempos costaban

inversión sentimental de los hermanos Guillén

cinco centavos-, esos clientes, sin distinción de

-David, Enrique y Rafael-, que iniciaban el es-

clases, se convirtieron en nuestros amigos al

plendor de su restaurante El Taquito y sabían

paso del tiempo.

fiar o invitar lo necesario para que el futuro

En su obra México donde nací, biografía de una

abogado, médico, arquitecto o lo que fuera a ser,

ciudad, el recordado periodista Arturo Sotoma-

atenuara su enorme apetito sin comprometer

yor -al narrar sus días como preparatoriano e

crédito ni dinero que, como era natural, ninguno

inquilino en la Casa del Estudiante- señala que

de nosotros tenía”.

por esas fechas “nuestro lujo consistía en musi-

Este concepto de confianza y amistad se ha

tar al oído de ella, el poema edificado la noche

mantenido. De esos y otros años, permanecen

anterior; en discutir con los compañeros lo uni-

vestigios de cuentas firmadas o cheques que

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Rafael Guillén Hernández

nunca se hicieron efectivos y que para la posteridad quedaron hasta el fondo de la vieja caja registradora, que aún se conserva en uno de los despachos interiores del restaurante. La caja registradora original del restaurante, al lado de cheques y notas sin cobrar

Tal vez esos sean los principales ingredientes en El Taquito. Otra parte de la herencia familiar es la afición por la fiesta brava. Y ese lo debemos

Incluso, como legado, mi abuelo, mis tíos y

especialmente a don Marcos -quien a pesar de

mi padre, nos han transmitido el sentido de la

que todos los días, desde las 4 de la mañana

amistad y el trabajo por encima de todo.

comenzaba su jornada de 20 horas, cuando se dirigía al rastro para escoger la mejor carne que se serviría en el restaurant, incluidos los domingos-, ni por equivocación, faltaba ese día a las corridas de toros. Ese fue el primer eslabón de una larguísima cadena de amigos que nació justamente por su afición. Mi abuelo conoció muy bien a Juan Silveti, a don Eulalio Procuna, padre de Luis y Ángel,

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“El Taquito”: una historia que contar

a Rodolfo Gaona, y a tantos toreros que a su

ceptibilidades. Conforme a su carácter, se puso

vez, traían a otros personajes. Fue así como

de pie y dijo:

llegaron a El Taquito, grandes personalidades como Ignacio Sánchez Mejía, Alberto Balderas y Carlos Arruza, entre otros. Después, fueron haciendo presencia nuevos amigos que figuraban en la prensa, el cine, la radio y la televisión.

La tradición taurina

Un viaje a través de los años

-Señores, yo hablo en los ruedos. Y repuso: Muchas gracias. Ahí acabó. La ovación fue estruen­dosa, como cuando realizaba esas faenas memorables en la época de oro del toreo mundial. Manolete, era el torero favorito de mi tío David, a quien atendía personalmente en la mesa número 17 y de quien solía contar que un día antes de retornar a España en 1947, el diestro dejó olvidado en el restaurante un abri-

Describir o recrear una por una las anécdo-

go y sus anteojos favoritos. Al darse cuenta de

tas de los grandes personajes que han desfilado

su descuido, casi a punto de salir al extranjero,

por los salones de El Taquito sería igualmente

envió por ellos.

una tarea titánica, casi imposible. Eso también ocurre en el caso del material fotográfico, que de manera aleatoria se presenta en esta edición. El restaurante ha sido escenario de las reuniones de los hombres más destacados durante más de 10 décadas. Por ejemplo, se recuerda con cariño cuando Manuel Rodríguez Manolete se encontraba en el país, en tiempos en que se rompió el convenio taurino entre México y España. Al ofrecerle una comida en El Taquito, los invitados le pedían que hablara. Las voces exigían ¡Que hable! ¡Que hable! Manolete, con su discreción característica, tomó una determinación para evitar herir sus-

Silverio Pérez y Manolete, en La Plaza México, en una imagen de 1946

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

Fue la última vez que él nos visitó, porque

En una de sus últimas crónicas, Machar-

el 29 de agosto de ese año, cumplió su cita con la

nudo rememoraba su conversación con el

muerte en la plaza de Linares, a consecuencia de

inolvidable matador.

la profunda cornada que le propinó el toro Islero.

“En La Habana, José Octavio Cano y Adal-

Bernardo Fernández, Macharnudo, uno

berto Arroyo, enviados del diario, charlaron con

de los grandes cronistas taurinos de todos

el matador, en tanto que don Paco Malgesto

los tiempos -fundador del diario deportivo

conseguía una entrevista a través de la radio.

Esto y en sus últimos años colaborador de

En diversas fechas, noticias inexactas hicieron

Gentesur, fallecido el 24 de abril del 2005-,

saber que Manuel Rodríguez se encontraba en

tuvo oportunidad de hacerle a Manuel Ro-

América, de incógnito, cosa que nunca se pudo

dríguez, Manolete, la primera entrevista en

confirmar. Había gran expectación por conocer

tierras mexicanas.

al matador cordobés...

El llamado Monstruo había llegado a La

“Mi charla fue en el hotel Reforma. Me causó

Habana en barco y de ahí se trasladó en avión

gratísima impresión la sencillez de Manolete a

a la Ciudad de México.

quien sus publicistas habían colgado el milagro

Luis Miguel Dominguín besa al toro, un desplante que pocos matadores tendrían el valor de realizar. En la página anterior, Manuel Capetillo y David Guillén 59


Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

de ser reservado, introvertido y poco afecto a comunicarse con la gente. No faltaron quienes atribuyeron a su apoderado, don José Flores Camará, la publicidad exagerada que le hizo considerar como un semidiós. En la página anterior, Alfonso Ramírez Calesero, efectúa un pase llamado “La Caleserina”, demostrando su gran valor. Abajo, a la izquierda, Alfredo Leal, David Guillén y Lola Beltrán. A la derecha, Rafael Guillén y Manolo Martínez

“Algo hubo de eso, pero justo es decir también que gran parte de lo que de él se dijo, fue plenamente justificado por Manolete en el ruedo. Su constante afán de superación, el convencimiento de que todos los públicos en las plazas grandes o en las modestas merecían que el torero diera su máximo esfuerzo, porque todos pagan, fueron sus divisas permanentes y fue ese comporta-

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Rafael Guillén Hernández

miento justamente el que le llevó a cumplir con

teniendo con él, si no amistad, sí el contacto

su destino en la plaza de Linares, en esa trágica

entre periodista y torero-, recibí, cuantas veces

corrida la tarde del 28 de agosto de 1947, que

charlamos, el mismo trato amable.

le ocasionó la muerte en las primeras horas del día siguiente, a los 30 años.

Bernardo Fernández “Macharnudo”, Paco Malgesto, David Guillén, Miguel Espinosa “Armillita” y Carlos Ruano

“Hago mi mayor esfuerzo, pero la gente quiere cada día más y algunos espectadores se

“Cuando Manolete fue cornado por Islero,

exceden hasta exasperarme”, me dijo. También

no pasaba por el mejor momento de su carrera,

reiteró el propósito de cumplir con un número

más justo es decir lo contrario: las cosas no se

determinado de corridas que Flores Camará

daban bien y los públicos hispanos le exigían

había comprometido y radicar en México, en

demasiado, pese a que, como se ha dicho, él

compañía de su señora madre, doña Angustias,

trataba de sobreponerse al bache en que se

para la cual había adquirido una casa en la calle

encontraba. En varias ocasiones -pues continué

de Tíber. “Comento igualmente que la pareja integrada por Arruza y él -nuestros públicos no los vieron juntos-, recibía un trato desigual: en España, Carlos era el preferido y en México, las manifestaciones favorecían marcadamente al diestro de Córdoba. El destino se interpuso: Islero el Miura fue el factor decisivo en la carrera del pundonoroso artista que hasta el último instante dio muestra de su toreoverdad y entregó su vida en un máximo gesto de celo, manifiesto en su postrer pregunta, realizada en el lecho

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“El Taquito”: una historia que contar

de muerte: ¿Me concedieron la oreja?, inquirió. “Ambos apéndices le fueron llevados a la enfermería por uno de sus banderilleros.

El Taquito fue también, hasta su muerte, el restaurante favorito de Silverio Pérez, El Faraón de Texcoco, el más famoso y popular de los dies-

“De esta manera, se escribió la primera

tros mexicanos, a quien Agustín Lara inmortali-

parte del drama en que perdió la vida Manuel

zó con el paso doble que lleva su nombre y que

Rodríguez, Manolete, y no falta quienes afirmen

sin faltar se toca en su honor en todas nuestras

que los pitones del toro asesino habían sido pre-

fiestas familiares y aniversarios.

viamente manipulados”, reseñó Macharnudo.

A Luis Castro El Soldado y a Luis Procu-

En la gráfica, los miembros de la directiva y colaboradores del periódico “El Redondel”, encabezados por Abraham Bitar y Alfonso de Icaza, durante una comida ofrecida a Rodolfo Gaona en las instalaciones de El Taquito

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Rafael Guillén Hernández

na, ambos amigos entrañables de los Guillén, les otorgamos un reconocimiento durante la celebración del aniversario de la Plaza México en 1997. En algún álbum de recortes de periódico hay uno que se refiere a una comida en particular, que causó gran revuelo entre los clientes aficionados a los toros. Sucedió en los tiempos de Lorenzo Garza, El Ave de las Tempestades, cuando después de una de sus acostumbradas broncas en La Monumental, y luego de abandonar los separos -que en ese tiempo se encontraban en la Plaza del Estudiante-, acudió a El Taquito a pedir que le enviaran comida del restaurante hasta su casa. Al paso de los días, Lorenzo acudió, tranquilo, a comer a El Taquito. Pero, ironías de la vida, acompañado del popular animador Paco Malgesto, también había llegado el mismo juez de plaza que lo había sancionado, provocando el broncón. Cuando Paco Malgesto vio a Lorenzo entre los comensales, empezó a aplaudirle al matador. Lo mismo hizo el juez de plaza. Pero cuando Garza lo descubrió, incómodo, le dijo al juez: -¿Te atreves a aplaudirme, después de lo que me hiciste? Y el público se puso de pie para brindarle,

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Arriba izquierda, Francisco Lazareno, Marcos Guillén y Eulalio López Zotoluco. Abajo, Marcos Guillén con Manolo Mejía. A la derecha, el óleo de Manolo Martínez, al estilo del pintor Pancho Flores


“El Taquito”: una historia que contar

una vez más, la ovación calurosa.

Con nosotros han convivido diestros

De Luis Miguel Dominguín, tenemos

como el sevillano Paco Camino, Francisco

una foto realizando un desplante que pocos

Curro Rivera, José María Manzanares; Eulalio

matadores de toros se atreverían a igualar.

López El Zotoluco; Santiago Martín El Viti,

Alfredo Leal, frecuentemente venía con

Antonio Lomelín, Pedro Gutiérrez Moya El

Lola Beltrán y su hija María Elena y al que

Niño de la Capea y el inolvidable Joaquín Ro-

Pancho Flores pintó en un lienzo que también

dríguez Cagancho y Jesús El Ciego Muñoz, una

está autografiado por el torero y artista.

verdadera leyenda en el ambiente del toreo.

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Rafael Guillén Hernández

Las visitas del inolvidable Manolo Martínez

neadora, a quien también eternizó Pancho

Manolo Martínez -fallecido el 16 de agos-

De igual manera, Alfonso Ramírez Ca-

to de 1996-, fue uno de los toreros a los que

lesero, Chucho Córdova, Rafael Rodríguez

más homenajes se le ofrecieron en El Taquito.

El Pana, Antonio Ordóñez, Joselito Huerta,

Pero entre todos estos hubo uno en particular,

Manuel Capetillo y sus hijos, que aún nos

en 1967, cuando en el Salón Sonora se reunie-

favorecen con su amistad y a los que todavía

ron los amigos y admiradores del matador.

les servimos a domicilio algún banquete.

Sánchez.

Presente en este homenaje, el pintor Pan-

Más recientemente, hemos tenido la

cho Flores, quien había inmortalizado a este

oportunidad de atender a Julián López El Juli,

gran hombre, al plasmar su figura en un óleo,

novillero español, que cuando apenas tenía

donde Manolo Martínez aplicaba un formida-

catorce o quince años de edad se presentó en

ble natural a un toro de Piedras Negras, famosa

la Plaza México, en donde armó la tremolina

ganadería de aquellos tiempos.

con su indiscutible valor y gracia, además de

Lo único que le faltaba a ese lienzo -decía

mostrar una depurada técnica.

Pancho-, era la firma del torero. Así que con la

Después de su domingo de triunfo se pre-

venia de David y Rafael, solicitó un plumón y

sentó en El Taquito de Holbein, donde ofreció

se lo ofreció al matador, quien nos autografió

una rueda de prensa.

su óleo. Con ello, el cuadro adquirió un valor

El ambiente taurino ha estado siempre presente en nuestro restaurante, no sólo con

incalculable. En este evento se encontraba don Fernan-

las visitas de los diestros, sino también del

do Mejía, quien sacó un par de fotos que hoy

caballeroso Bernardo Fernández Macharnudo;

dan de testimonio de esa memorable fiesta, de

Pepe Alameda y Paco Malgesto, verdaderos

la cual mantengo un buen recuerdo. Yo tenía

cronistas taurinos y que en infinidad de

nueve años y Marcos doce. Al siguiente día,

ocasiones se reunieron con Miguel Espinosa

aparecimos fotografiados en la prensa.

Armillita, mi tío David, y el maestro Carlos

De la mujeres, recordamos con especial afecto a Conchita Cintrón, magnífica rejo-

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Flores en una de sus obras, y la torera Cristina

Ruano Llopis, pintor y cartelista taurino, mentor de Pancho Flores.

El inolvidable Manolo Martínez, en compañía de David Guillén, Jacobo Zabludovsky, Renato Leduc y otros amigos


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

José Tomás Román y Marcos Guillén

Raúl “Ratón” Macías, Silverio Pérez, David Guillén y el doctor Adolfo Sánchez Aceves

Arnulfo García, Manuel Capetillo y Rafael Guillén

Luis Procuna, hasta la cocina, en compañía de Marcos y don Rafael Guillén 68

Marcos Guillén y Jorge Gutiérrez


“El Taquito”: una historia que contar

Carlos Salomón, Jesús Córdova, Jacobo Zabludovsky, Rafael Guillén, Enrique Figueroa, Luis Procuna, Luis Castro “El Soldado”, Arnulfo García y Martha Andrade del Rosal

Rafael Guillén, Joselito Huerta y Arnulfo García

Don Antonio Ariza en una intervención afortunada Rafael Guillén y Eloy Cavazos

María Montaño, Oscar Eduardo Franco, Luis Castro “El Soldado” y Rafael Guillén Jesús El Ciego Muñoz y Marcos Guillén

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Rafael Guillén Hernández

En la foto de la izquierda, la escultura de Manolete, obra del maestro Humberto Peraza que, al igual que la de Silverio Pérez, se encuentra en el restaurante. Arriba, imagen superior, Francisco “Curro” Rivera y Marcos Guillén. Abajo, David Silveti, Marcos Guillén y Manolo Arruza

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“El Taquito”: una historia que contar

A la izquierda, Rafael Guillén Jr., acompaña a Julián López “El Juli”. A la derecha, Mariano Ramos “El Torero Charro”, Rafael Guillén y José Abedrop. Enrique Loubet, Manuel Capetillo, Rafael Guillén, Pepe Ariza, Luis Castro “El Soldado”, Marcos Guillén y el boxeador Alfonso Zamora

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

Página opuesta, el traje de luces de Manolo Arruza, que se exhibe en una de las vitrinas de El Taquito. Imagen arriba, Rafael Guillén, Enrique Figueroa, Alberto Preciado, Miguel Espinoza Armillita, Humberto Peraza, Antonio Ariza y Manolo Martínez. En la foto a la derecha, la española Cristina Sánchez, de las pocas toreras, con Marcos Guillén

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Rafael Guillén Hernández

Las inmortales figuras del arte y los espectáculos

L

a época de oro del cine mexi-

Taquito, donde no le hacía el feo a ninguno

cano estuvo bien representado

de los platillos de su amplio menú. Fue todo

en las figuras de Emilio El Indio

un personaje que sabía llamar la atención y

Fernández, sin duda uno de los mejores

le gustaba estar bajo los reflectores. En corto,

directores y Gabriel Figueroa, cinefotógrafo

sin embargo, también era una persona muy

genial, quien incursionó en Hollywood y a él

humana y sensible, que irradiaba simpatía a

se le deben cintas tan exitosas como Allá en el

borbotones.

Rancho Grande, Flor Silvestre y María Candelaria, entre muchas otras. Joaquín Pardavé, los hermanos Soler, Jorge Negrete, Dolores del Río, María Félix

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Muy próxima a El Taquito, en la Plaza del Estudiante, se encontraba la Primera Delegación, donde tenía su sede la Dirección General de Policía y Tránsito.

y Arturo de Córdova, fueron algunas de las

Por esos rumbos, Pedro Infante filmó

luminarias más destacadas que nos visitaron.

algunas películas y, en sus descansos, sólo

Figuró también el internacional Pedro

caminaba una calle y llegaba a nuestro restau-

Armendáriz, actor de gran personalidad que

rante. Se sentaba a comer en su mesa favorita,

filmó varias películas en la meca del cine.

que daba hacia el balcón.

El notable actor -que alcanzó la cumbre

Con su gran personalidad, el inolvidable

con María Candelaria, al lado de Dolores

actor y cantante saboreaba la sopa de médula

del Río, quien también trabajó en el cine de

o un exquisito caldo tlalpeño, un buen mole

Hollywood bajo las órdenes de realizadores

poblano y en su mesa no podía faltar la jarra

talentosos y destacados como John Ford,

de tepache bien fría.

John Huston o Michael Curtiz-, era un pa-

Después venía la sobremesa, en la cual el

rroquiano que disfrutaba mucho estar en El

ídolo -fallecido trágicamente en un accidente de


“El Taquito”: una historia que contar

aviación en Mérida, el 15 de abril de 1957-, inter-

Tal es el caso de una de las imágenes del

cambiaba anécdotas con los hermanos Guillén.

ídolo, que fue autografiada durante una de sus

Durante los recesos de la filmación de A

visitas, y de la cual sólo conservamos una copia,

toda máquina, llegó a comer en varias ocasiones,

precisamente a bordo de la motocicleta que usó

acompañado por Luis Aguilar y todo el elenco

en A toda máquina y que ampliada, repondremos

de actores. También con él, la gentil actriz es-

en nuestra galería.

pañola Carmen Sevilla, celebró aquí uno de sus cumpleaños.

Por El Taquito han desfilado también personalidades de la talla de los inmortales

En el trajinar cotidiano, han llegado a

muralistas Diego Rivera, José Clemente Oroz-

desaparecer, algunas fotografías y documentos

co y David Alfaro Siqueiros, el mimo Mario

originales.

Moreno Cantinflas, la siempre bellísima Elsa

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Rafael Guillén Hernández

Aguirre, Ernesto Alonso, Miguel Alemán Velasco y su guapa esposa Christian Martell, ex Miss Universo 1953. Tuvimos asimismo la ocasión de agasajar a figuras inmortales como Miroslava Stern, Tito Guízar, Dolores del Río, talentosa y elegante; Yolanda Montes Tongolele -quien cuando nos visitaba comía de todo y hasta hoy mantiene su escultural figura-; Rosita Arenas, la más hermosa Reina de la Primavera de la Ciudad de México, quien festejó su coronación en uno de nuestros salones, con más de 150 personas. De allí saltó a la pantalla grande, y filmó más de 40 películas.

Agustín lara El músico poeta Entre esas figuras no podría faltar Agustín Lara, el bardo y músico romántico por excelencia, que marcó una época en la cultura mexicana, con sus piezas poéticas y líricas tan apreciadas. El músico poeta, que presumía de ser veracruzano pero al parecer nació en la ciudad de México, y vivió en el callejón de Girón, muy cerca de El Carmen, la sede de El Taquito. Era un comensal asiduo, siempre acompañado de una dama, invariablemente sen-

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Agustín Lara durante una de sus vistas a El Taquito. Con él, David Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

sual, que hacían contraste -como la noche

como solía decir, muy agradecido, muy agrade-

con el día-, con la poca gracia física de este

cido, muy agradecido, con meseros y con todo

hombre, a quien sin embargo nadie regateaba

el personal de El Taquito, que se desvivía en

su innato talento para componer melodías

atender sus peticiones. Siempre acompañaba

que calaban muy dentro del alma popular

sus platillos con una bebida adecuada, aunque

mexicana.

no era un hombre de excesos, a pesar de su

Quienes lo rodeaban -fueran hombres o mujeres- se veían embelesados por su plática, pues seguramente les recitaba o tarareaba alguna de sus últimas composiciones. El autor de Granada y María Bonita alguna vez también fue acompañado por ésta última, quien a pesar de ser una mujer de belleza impresionante, no le robaba cámara al Flaco de oro. El inolvidable Pedro Vargas, que cautivó al público por más de medio siglo fue muy amigo de mi padre y mis tíos. Sin duda, fue uno de los personajes de gratos recuerdos. Con su corpulenta figura, irradiaba siempre simpatía y era como un imán que atraía las miradas. Nacido en San Miguel de Allende el 29 de abril de 1906 y muerto en la Ciudad de México el 30 de octubre de 1989, fue uno de lo principales intérpretes de Agustín Lara. Su voz le ganó el reconocimiento internacional y ser conocido como El tenor continental. Intervino en más de 70 películas de la llamada Época de Oro del cine mexicano. Se mostraba,

Los hermanos Rafael y David, departen con Pedro Vargas, el Tenor continental, quien siempre se mostró “muy agradecido” por la atención recibida

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

Don Mario Moreno “Cantinflas” la sencillez y modestia Entre la galería de buenos amigos y personajes que han desfilado por El Taquito en el curso de su dilatada existencia no puede faltar Mario Moreno Cantinflas, quien hasta su fallecimiento en 1993, era un visitante asiduo del restaurante. Don Mario, como le llamaban sus amigos, acostumbraba ocupar uno de los salones privados, al que más tarde, en su honor, decidimos llamar Salón Cantinflas. Gran aficionado a la fiesta brava -incluso en su juventud fue un torero bufo-, solía visitarnos acompañado de familiares y amigos, entre ellos, el actor hispano Ángel Garasa, con quien mantenía una estrecha amistad, y lo acompañó en la mayoría de sus películas como actor de soporte. Él gustaba de nuestros chiles en nogada. A pesar de su fama e influencia, pues con-

una persona muy seria y reservada, que infun-

taba entre sus amistades a grandes personajes

día un gran respeto y a quien todo el mundo tra-

de la vida política del país, don Mario siempre

taba con mucha deferencia, como por supuesto

conservó la sencillez y modestia, porque como

en El Taquito solemos tratar a todos nuestros

siempre repetía, yo soy pueblo.

comensales. Era además una persona “de buen

A diferencia del carácter locuaz que ex-

diente” y un gourmet de la comida mexicana,

hibía en todos sus filmes, el hombre que se

por lo que nuestro lugar fue uno de sus sitios

enreda en sus palabras causando la hilaridad

favoritos para relajarse en medio de sus agitadas

de todos, en el trato cotidiano don Mario era

actividades como actor y empresario.

La sencillez y modestia siempre fueron el distintivo de don Mario Moreno Cantinflas. Un salón se inauguró con su nombre en El Taquito. A la izquierda, muy joven, con David Guillén. Arriba, con don Rafael, en una imagen de los años 80

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Rafael Guillén Hernández

Katy Jurado y Gary Cooper homenaje a dos astros del cine mundial En nuestro restaurante tuvimos el gusto de agasajar a Katy Jurado, una de las actrices mexicanas más hermosas, además de toda una diva que triunfara en Hollywood al lado de actores como Marlon Brando, Tony Curtis, Burt Lancaster, Spencer Tracy, Elvis Presley y, claro, Gary Cooper. Fue precisamente con él, con quien llegó a comer a El Taquito, en 1952, después de la filmación del multipremiado western A la hora señalada (High Noon) Ganadora de más de 200 premios a lo largo de su carrera, entre los que destaca el Globo de Oro por su actuación en A la hora señalada, así como cuatro Arieles, Katy fue la primera actriz mexicana en ser nominada al Oscar. Perteneciente a una familia acomodada, Katy llamó la atención de varios productores por su belleza de rasgos moros, herencia de su abuelo, aunque tuvo que luchar contra la oposición de sus padres, quienes no querían que se dedicara al cine. De innegable talento y personalidad, se casó con el actor Ernest Borgnine, con quien formó una de las parejas más explosivas de Hollywood debido al fuerte carácter de ambos. A pesar de su fama, La Chula, como la bautizara su amigo Elvis Presley, continuó visitando El Taquito hasta su muerte, en 2002, donde siempre fue recibida como una reina. Katy Jurado y su gran amigo Gary Cooper, durante el festejo en El Taquito, con motivo de su triunfo en Hollywood con la película “A la hora señalada”. Con ellos David Guillén y Jorge “El gordo” Vidal 80


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

Los Tres Grandes

y el arte del buen comer.

Anguiano y Cuevas otros asiduos comensales Los más conocidos representantes de la pintura en México, también forman parte de la historia del restaurante. Los denominados Tres Grandes -Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco-, fueron nuestros comensales. El imponente guanajuatense Diego Rivera, era un consumidor voraz. Cuando se trataba de degustar los antojitos mexicanos, su apetito no tenía límites. Aunque solía decir en medio de su mitomanía que había comido carne de niños, en realidad le gustaba más engullirse un buen mole o unos romeritos. Era ateo y partidario del comunismo, pero en El Taquito se reunía con todo tipo de personajes, que le rendían tributo a pesar de ser un hombre de ideas radicales. No pocas veces se le veía acompañado de guapas mujeres, que le suplicaban que las pintara desnudas y solían presumir de haber tenido una aventura con él. David Alfaro Siqueiros, ex preso político en Lecumberri, hombre de carácter hosco, ex combatiente en la guerra civil española,

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“El Taquito”: una historia que contar

A la izquierda, el maestro David Alfaro Siqueiros. En la página de la derecha, en una fotografía de los años 50, Diego Rivera, Emilio “El Indio” Fernández, José Clemente Orozco y Ruth Rivera, durante un festejo en El Taquito.

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Rafael Guillén Hernández

el llamado Coronelazo no se hacía del rogar ante un buen plato de costillitas y nopales. A pesar de su seriedad y de su talante algo taciturno, era amable y cortés, y solía mostrarse inclusive cordial después de algunos aperitivos. Era una figura de polémica y un hombre al que le gustaban las discusiones acaloradas, pero nunca provocó escándalos ni generó ninguna riña. Parece que en nuestro establecimiento se sentía como en un refugio seguro, al margen de sus fobias y sus filias. Al tercero de los grandes del muralismo, José Clemente Orozco -nativo de Ciudad Guzmán, Jalisco-, le agradaban los tacos, los frijoles negros con epazote y el chicharrón en salsa verde. Solía permanecer largas temporadas fuera del país, donde era muy solicitado para realizar murales, pero una vez en México asistía a comer a El Taquito. Fue un hombre notable que tenía un estilo pictórico más alejado del nacionalismo y más cercano a lo universal, del trío formado con Rivera y Siqueiros. Otro de los connotados integrantes de la corriente del muralismo, el desaparecido maestro Raúl Anguiano, recordaba a su natal Jalisco cuando acudía a nuestros restaurante El por muchos años “enfant terrible” de la pintura mexicana, José Luis Cuevas, acompañado por don Rafael Guillén en El Taquito de El Carmen 84


“El Taquito”: una historia que contar

para probar un pozole al estilo de su tierra. Algunas veces con su tradicional camisa

de fuego. Al paso del tiempo, la pareja nos visitó, trayendo consigo a su perro Tajín.

a cuadros, y otras impecablemente vestido

Por muchos años considerado el enfant

de traje, trasponía las escaleras y llegaba,

terrible de la pintura mexicana, José Luis

atento y caballeroso a ocupar una de las

Cuevas, frecuentó también nuestra sede de

mesas.

El Carmen.

Durante una temporada acudió casi a

Pese a su juventud y por su atrevimiento

diario a comer, mientras realizaba un mural

para encarar a los mitos vivientes como Siquei-

muy cerca de las instalaciones de la Secreta-

ros o Rivera, se le miraba con respeto.

ría de Educación Pública. De entrada, un tequila y una cerveza, para hacerle los honores a las quesadillas y

El maestro Raúl Anguiano y su esposa Brigita. La pareja gustaba del pozole y las “banderillas de fuego” del restaurante. Con ellos “Tajín”, su famoso perro xoloescuintle

Amante de la buena mesa, bien parecido, el maestro nos visitaba inicialmente en compañía de Bertha, amigos o admiradores.

machitos como aperitivos, acompañado en

En años recientes, de la mano de Beatriz

ocasiones por su esposa Brigita, quien dis-

del Carmen, con quien contrajo matrimonio en

frutaba de nuestras inigualables banderillas

2003, visitó varias veces la sucursal de Holbein.

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Rafael Guillén Hernández

Los Azcárraga

Una dinastía amiga Don Emilio Azcárraga Vidaurreta fue un gran amigo y comensal. Como empresario de la radiodifusión fue vital para México. Él era dueño del cine Acapulco, ubicado a unas calles del restaurante, que contaba con unos pequeños locales a su alrededor. Mi familia rentaba uno de ellos, donde se instaló La Carmelita, un pequeño comedero. Posteriormente, este terreno sirvió para la construcción de casas para los damnificados del sismo de 1985. Don Emilio creó también la XEW, la radiodifusora más importante del país, que difundía los valores artísticos e intelectuales de México. Incluso, en los años cincuenta, desde uno de los salones de El Taquito se transmitía en vivo La hora cero, un programa dirigido por Jacobo Zabludovsky y Severo Mirón, en el cual presentaban un sin número de artistas. La W transmitía también La hora azul, conducida por Pedro de Lille, en la que participaron connotados valores como Agustín Lara, Pedro Vargas, Toña La Negra, Pedro Infante, Jorge Negrete, Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri y Chava Flores, además de otras figuras como Juan Arvizu. Prácticamente todos eran clientes asiduos, que llegaban a saborear la sopa de migas, que es la de la casa. Don Emilio organizaba muchas comidas en nuestro restaurante, acompañado por Othón Vélez, gerente de la XEW y Alonso Sordo Noriega, el primer gran locutor

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“El Taquito”: una historia que contar

de México y fundador de la XEX. Ellos han quedado inmortalizados en los recuerdos de los colaboradores más antiguos de El Taquito, en las fotografías que adornan las paredes del restaurante o en los álbumes personales de David y Rafael Guillén. El León era un hombre sagaz y buen conversador, con una habilidad innata para los negocios que legó a su hijo Emilio El Tigre Azcárraga Milmo, quien a su vez la transmitió a su nieto Emilio Azcárraga Jean, tanto por la vía de los genes como por la de las enseñanzas de padre a hijo. El Tigre y el actual dueño de Televisa, en algunos de los salones de nuestro restaurante, también siguieron la tradición de disfrutar una buena comida y seguramente cerrar alguna buena transacción o fraguar algún plan para expandir su empresa. La familia Azcárraga ha estado presente a lo largo de estas tres generaciones en los salones de El Taquito, como parte de la variopinta gale-

El archivo iconográfico que resguarda el

ría de personajes de la vida de México que han

restaurante, y que se enriquece día a día, es un

brindado un gran aporte a la cultura, el arte, los

incalculable tesoro. Documenta una larga tra-

espectáculos y la economía del país.

dición culinaria, histórica y cultural de México,

Gratos recuerdos también para Amalia

y estimo que en muy pocos lugares puede exis-

Gómez Zepeda, secretaria de don Emilio Azcá-

tir una colección tan vasta y significativa, que

rraga Vidaurreta, mujer poderosa, muy querida

conjunte a tantos personajes representativos

y siempre destilando amabilidad.

de México y el mundo.

Tres generaciones de Emilios. Arriba, “El León”, Azcárrraga Vidaurreta. En la página de la izquierda, arriba, Azcárraga Milmo, “El Tigre”. Abajo, Rafael Guillén Jr., con Azcárraga Jean 87


Rafael Guillén Hernández

De izquierda a derecha, Antonio Badú, Esther Fernández, Josefina Leiner y Elsa Aguirre

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Sensualidad, belleza,

de las asiduas concurrentes al restaurante.

talento e inspiración

Ella filmó varias películas durante el tiempo

en

El Taquito

en que abrazó la actividad artística. Trabajó al lado de Pedro Infante e Ira-

El Taquito admiró la sensualidad y belle-

sema Dilián, en Pablo y Carolina, una de las

za de las rumberas por excelencia, Ninón Se-

últimas cintas del ídolo mexicano. Por igual,

villa y María Antonieta Pons; de la española

actuó en Un minuto de bondad, dirigida por

Sonia Furió y nuestra Elsa Aguirre, la única

Emilio Gómez Muriel y Quiéreme porque me

diva que nos queda; la versátil Gloria Marín,

muero, de Chano Urueta, al lado de Abel Sa-

la queridísima Silvia Pinal, una institución

lazar, Martha Roth y Andrés Soler, quienes

del espectáculo de México; María Victoria,

también nos distinguieron con su presencia.

quien en los años setenta trabajaba en El

Cuando Antonio Badú se casó con Esther

Blanquita y varias veces, por la cercanía con

Fernández, la inolvidable Crucita de Allá en

el restaurante, venía a comer o cenar.

el Rancho Grande, hicieron una fiesta previa

Josefina Leiner, (Josefina Noguera Esco-

aquí. Ana Bertha Lepe nos visitó el mismo

bar), hermana de mi madre, también fue una

año que ganó el cuarto lugar en Miss Univer-


“El Taquito”: una historia que contar

so; Carmen Sevilla, vino a celebrar con Pedro Infante uno de sus cumpleaños. Don Fernando Soler, gran actor de carácter, originario de Coahuila -quien con sus hermanos Domingo y Andrés conformaron un pilar indiscutible del cine mexicano de la Belle époque-, era un degustador de la buena mesa y un sibarita exquisito que no desperdiciaba la ocasión de comer lo mejor de la cocina de nuestro restaurante. Fueron numerosas las incursiones que realizó en El Taquito, donde se rinde culto a lo mejor de los platillos y también tuvo la gentileza y el noble gesto de dedicarnos un dibujo a lápiz cuando era todavía buen mozo y sus cabellos no mostraban el paso del tiempo.

El inolvidable actor dedicó una ilustración en la que se lee: “Para El Taquito. Recuerdo de su amigo Fernando Soler”

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Rafael Guillén Hernández

Tin Tan, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez y Miguel Aceves Mejía en su restaurante preferido El querido Germán Valdés Tin Tan, inolvidable actor del cine mexicano y su partner y carnal Marcelo Chávez, también engrosan nuestra lista de comensales distinguidos. El Pachuco no deperdiciaba oportunidad y continuamente se le veía acompañado por hermosas mujeres. En más de un par de ocasiones arribó del brazo de la bellísima Ana Bertha Lepe, ex señorita México -ganadora del cuarto sitio en el concurso Miss Universo 1953-, quien fue su coestrella en varias películas, entre ellas El Vizconde de Montecristo y El tesoro del Rey Salomón. Su gracia natural además de voz y talento, lo convirtieron en un ídolo tanto en el cine, como en el teatro y la radio. Filmó numerosas películas que pusieron de manifiesto su gran versatilidad. Nacido en pleno Centro de la ciudad, donde actualmente se levanta el Hotel de Cortés, Tin Tan fue el mexicano escogido por Los Beatles para aparecer en la portada del disco Sargento Pimienta, sin embargo, él no aceptó ese honor y en su lugar solicitó ser reemplazado por un árbol típico de México. Y de compositores, ni más ni menos que José Alfredo Jiménez, quien

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“El Taquito”: una historia que contar

Tin Tan, del brazo de Aurora Segura y Ana Bertha Lepe, durante una comida en El Taquito. Página anterior, arriba, Cuco Sánchez y Miguel Aceves Mejía, con Rafael Guillén. A la izquierda, abajo, el genial compositor José Alfredo Jiménez

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Rafael Guillén Hernández

concibió más de una canción en los gabinetes del Salón Hora Cero, entre otras: Paloma querida, y algún fragmento de El perro negro. El nativo de Dolores Hidalgo, muerto prematuramente a los 47 años, autor entre otras de El Rey, Ella y Amanecí en tus brazos -verdaderos himnos para el común de los mexicanos-, desbordaba nostalgia y alegría cuando llegaba a El Taquito, donde no pocos se le acercaban a pedirle un autógrafo o tarareaban sus canciones. Era hombre de apetito refinado, al que le fascinaba la buena bebida. Toda una leyenda que engalanó a nuestro restaurante. Además, estuvieron Miguel Aceves Mejía, a quien le encantaba amenizar sus comidas con el mariachi y Tomás Méndez, autor de Cucurrucucú paloma, quien por su carácter tan ameno, hacía de las comidas una gran fiesta. José del Refugio Sánchez Saldaña -mejor conocido como Cuco Sánchez, autor de Anillo de compromiso y La cama de piedra, entre algunas de las más de 200 canciones que compuso-, se reunía de cuando en cuando con sus amigos en El Taquito. Pasó largas horas degustando la comida preparada en nuestra cocina y tan a gusto se sentía, como si estuviera toc ando su guitarra o componiendo alguna pieza.

El inolvidable actor Pedro Armendáriz fue uno de los mejores amigos de la casa. En la gráfica, con su esposa Carmelita Bohr, acompañado por Rafael y David Guillén 92


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

Anthony Quinn nos llevó a Hollywood con “Santos El Magnífico” Anthony Quinn, el gran actor mexicano triunfador de Hollywood, venía muy seguido a comer con toda su familia, lo mismo que el inmortal Tarzán, Johnny Weismüller, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de París y Amsterdam en la década de los años 20 y quien hasta su muerte, en 1984, residió en Acapulco, luego de retirarse del cine. En 1954, mientras se filmaba en México la película estadounidense Santos el magnífico (The Magnificent Matador) -dirigida por Budd Boetticher y encabezada por el propio Quinn y Maureen O´Hara-, en los Estudios Churubusco se reprodujo uno de los salones de El Taquito. Para ello se prestaron muebles, fotografías y cuadros del restaurante, de tal manera que incluso mi padre y mi tío David realmente creían estar en él. La cinta, una historia de amor y heroísmo, trataba de la vida del incipiente torero Luis Santos, interpretado por el destacado astro chihuahuense, cuyo verdadero nombre era Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca y quien en su juventud, antes de incursionar en la actuación, fue jornalero, lavaplatos, dibujante y boxeador. En la gráfica, los actores y equipo de producción. Con ellos, Carlos Arruza, David Guillén y sus hijas Conchita y Carmelita. 94


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

Una pléyade de actores, compositores e intérpretes entre nosotros

y a las Hermanas Águila, quienes hicieron toda una época en la XEW. Lola Flores La Faraona, bailaora y actriz española, quien aseguraba que venir a El Taquito

A lo largo de más de 100 años de vida, nos

era visita de rigor, cuando hacía temporadas en

han distinguido con su presencia una pléyade

México, no dejaba de visitarnos, y tenía razón:

de connotados actores, cantantes, periodistas,

nuestros platillos siempre han sido de lo mejor.

intelectuales y deportistas. Algunos de ellos,

En ello coincidía plenamente su sobrina, la

desgraciadamente han partido, pero otros, para

barcelonesa Carmen Amaya La Capitana una

nuestra fortuna, siguen activos y más vigentes

de las grandes glorias del baile flamenco, que

que nunca.

sorprendía a los espectadores por su innata y

Con afecto recordamos a Roberto Cañedo, oriundo de Guadalajara, gran actor de teatro,

“salvaje impetuosidad de bailaora de casta”, como apuntaban los criticos de la época.

cine y televisión y cuya poco conocida faceta

Durante su permanencia en México, en su

de inventor, lo llevó a desarrollar muchos ar-

larga gira por varios países de América, pre-

tilugios.

sentó su espectáculo en los más prestigiados

Era todo un caballero que nos distinguió

centros nocturnos, entre ellos El Patio, y realizó

con su amistad hasta su fallecimiento el 16 de

muchas incursiones al restaurante, en compañía

junio de 1998.

de su hermana Leonor. Una foto de ellas, don-

Entre los grandes actores que fueron clientes distinguidos de El Taquito, se cuentan Ramón

de aparece con mi tío David Guillén cuelga en nuestras paredes.

Gay, que pereció trágicamente a los 43 años; don

Por el prestigio logrado a pulso en nuestra

Miguel Manzano, reconocido actor de drama

cocina, contábamos asimismo con la presencia

y comedia y Manolo Fábregas, exitoso director

de la bella jalisciense Silvia Derbez -ganadora

y productor teatral, que montó en México las

del segundo lugar en el concurso Señorita Mé-

mejores obras internacionales de su tiempo.

xico, en el cual resultó electa Ana Bertha Lepe-,

De la época dorada de la radio, tuvimos la

y Flor Silvestre, estrella de la canción ranchera,

suerte de acoger a Elvira Ríos, magnífica can-

quien muy joven se casó con Paco Malgesto y

tante, a Vicente Garrido, pianista y compositor

luego encontró el amor con Antonio Aguilar.

Carmen Amaya “La Capitana” y su hermana Leonor, con David Guillén en El Taquito 96


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

Sin duda dos de las más grandes estrellas

posteriormente vivió romances con personajes

del cine mexicano han sido Gloria Marín y Elsa

como Fernando Fernández, Abel Salazar y Car-

Aguirre, a quienes tuvimos la oportunidad de

los Denegri, además de protagonizar su propia

atender en nuestro restaurante.

historia de amor con Jorge Negrete, con quien

Las dos llevaban una buena relación, a

vivió 11 años en unión libre.

pesar de que según los rumores de su época,

Por su parte, Elsa Aguirre -a quien en la

ambas fueron objeto de interés por parte de

época dorada del cine nacional, cronistas de

Jorge Negrete.

espectáculos y directores de cine llegaron a

Según señalan los periodistas de antaño,

calificarla, junto con María Félix, como la actriz

Elsa sostuvo un breve romance con Jorge -quien

más bella de la industria fílmica-, ha recibido

le llevaba 20 años de diferencia-, cuando filma-

muchos títulos por su belleza.

ron Lluvia roja, en 1949, lo que aparentemente provocó la ruptura con Gloria Marín, pareja sentimental del famoso actor e intérprete.

La actriz, quien debutó en 1945, dijo que su incursión se dio de manera incidental. “Tenía 15 años y estaba por entrar a la

Según confesó Elsa posteriormente, Negre-

secundaria , yo era muy tímida. Apoyada

te carecía de habilidad para el galanteo, porque

por Ema, mi madre, mi hermana Alma Rosa

“era muy exigente y poco romántico. En vez de

me insistió para que nos inscribiéramos en

flores o chocolates, me regalaba libros y, la ver-

un concurso de belleza patrocinado por la

dad, yo estaba muy chamaca. Lo que yo quería

productora cinematográfica Clasa Films, en el

eran besos y que me dijera que me quería, pero

que resultamos seleccionadas y nos escogieron

él nunca fue así. Además, todos decían que el

para hacer pequeños papeles en la película El

verdadero amor de su vida siempre fue Gloria

sexo fuerte, que dirigió Emilio Gómez Muriel y

Marín”.

estelarizó Mapy Cortés, al lado de destacadas

Gloria, considerada el gran amor del Cha-

figuras como Rafael Baledón, Emperatriz Car-

rro Cantor, inició su carrera desde los 6 años

vajal, Pedro de Aguillón, Ángel Garasa y Delia

de edad en una compañía de teatro infantil

Magaña, entre otros.

y protagonizó más de 200 películas, hasta su muerte, ocurrida en 1983. A los 15 años se casó por primera vez y

En esa época, antes de la filmación, yo todavía no quería ser artista, pero una vez que probé, me gustó”, expresó.

Las bellas Gloria Marín y Elsa Aguirre connotadas actrices del cine nacional, coincidieron en los años 70, en su restaurante favorito

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Rafael Guillén Hernández

Jesús Martínez Palillo, uno de los más gran-

fue durante el homenaje con motivo de los 65

des comediantes de México -quien en la década

años de trabajo, del afamado escritor y perio-

de los 40 alcanzó renombre como carpero con

dista J. H. Tamez, quien durante muchos años

sus cuadros actorales de corte político-, su mu-

fue corresponsal en México de la Asociación de

jer Guadalupe y su hija Ana Martín, se hacían

Editores de los Estados.

presentes cada vez que tenían oportunidad,

A la lista de notables se suma la presencia

sobre todo cuando se llevaba a cabo algún fes-

de don Ignacio López Tarso, el inolvidable Ma-

tejo especial.

cario y actor de primera línea de teatro y televi-

Una de las últimas ocasiones que nos visitó,

sión. Considerado uno de los grandes histriones de la escena mexicana, en privado irradia una gran modestia y sencillez. De ahí que siempre que nos visita, se le recibe con gusto en nuestro restaurante. Mauricio Garcés, el inmortal Don Juan del cine mexicano y creador del galán maduro y seductor -cuya simpatía le cosechó enorme popularidad-, igualmente acostumbraba comer con nosotros acompañado de Antonio Badú, con quien compartía una sólida amistad, además de su origen libanés. Wolf Ruvinskis, el reconocido actor y luchador de origen letón -famoso por su caracterización de Bobby Galeana en la película Pepe el Toro-, era un feligrés que conquistaba a todos con su galantería y caballerosidad, muy alejado de su habitual papel de villano en las películas. De gratos recuerdos para nosotros fue el actor cómico Adalberto Martínez Resortes, a quien le encantaba participar en las noches

El periodista J. H. Tamez y Jesús Martínez “Palillo”

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“El Taquito”: una historia que contar

domingueras en El Taquito de Holbein, junto al queridísimo Eulalio González Piporro, locutor, compositor e intérprete norteño, que marcó un estilo muy particular. El Piporro era todo un personaje cuya gracia le valió el reconocimiento del público. Famoso por sus frases de ¡Ajúa! y ¡Qué pasó raza!, acostumbraba visitarnos, primero en El Carmen, acompañando algunas veces a David Reynoso, El Mayor del cine mexicano, para probar la sopa de médula, que era su favorita, así como el cabrito al horno. Aunque la recia personalidad de los dos siempre imponía, ambos se comportaban de manera sencilla y aceptaban gustosos las peticiones de sus admiradores. En sus últimos años, antes de fallecer en septiembre del 2003, don Eulalio, nos visitaba en la sucursal de Holbein, y para agarrar fuerzas se comía una milanesa con un par de huevos Imagen superior, don Rafael Guillén y el gran actor Ignacio López Tarso. A la izquierda, Marco Antonio Muñiz, Adalberto Martínez “Resortes”, Jessica Muñiz y Marcos Guillén

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Rafael Guillén Hernández

En una entrevista que le hizo la revista Interviú, aseguró que nunca olvidaría los machitos de carnero que le servimos en esa ocasión. El llamado Ruiseñor de Linares, fue uno de los primeros cantantes españoles en internacionalizarse. Luego de 50 años de carrera, continúa vigente conservando la voz que lo hiciera famoso. Por igual nos han visitado Marco Antonio Muñiz, uno de los venerados intérpretes mexicanos y su hijo Coque, a quien le hemos servido algunos banquetes en el Rancho del Charro de Constituyentes. Julio Alemán y Joaquín Cordero, dos galanes del cine nacional, además de ser grandes actores, compartían una profunda amistad. Cuando en sus años mozos llegaban a visitarnos El carismático Wolf Ruvinskis con Marcos, Rafael Jr., y don Rafael Guillén, en El Taquito

a El Taquito, armaban un verdadero revuelo entre las damas debido a su apostura y carisma. Rubén Zepeda Novelo, Jorge Labardini y León Michel, instauraron una verdadera escuela

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estrellados y todavía se animaba a bailar en el

dentro de la locución en el México de los años

tablao con las muchachas del grupo flamenco.

60. El también compositor y cantante yucateco,

Todo un espectáculo.

esposo de María Victoria, solía compartir tardes

Raphael, el divo español, solía recalar con

de bohemia con los tríos que tenía a su alcance.

frecuencia en nuestro restaurante. La primera

En alguna oportunidad llegó en compañía

vez lo hizo, en los años 70, en uno de sus pri-

de nuestra amiga, la bella Verónica Castro El

meros viajes a México, acompañado por Jacobo

Rostro de El Heraldo de México 1970 y María Elena

Zabludovsky.

Velasco La india María, y de ese momento queda

Página siguiente, imagen superior, Verónica Castro, Rafael Guillén, María Elena Velasco “La india María”, David Guillén y Rubén Zepeda Novelo. Abajo, Raphael, el divo español, con Rafael Guillén. Los acompañan Sarita Zabludovsky y su pequeña hija Diana


“El Taquito”: una historia que contar

una imagen testimonial. Vale la pena destacar la circunspección de María Elena fuera de la pantalla, pese a su gran capacidad ante las cámaras para hacer reír a todo mundo. Coincidentemente su esposo, Julián de Meriche, falleció el mismo año que Zepeda Novelo. Irán Eory, la rubia actriz llegó a México, para quedarse, y desde los años 70 fue una de las habituales a nuestro restaurante donde primero solía acudir del brazo de Cantinflas, con quien se

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Rafael Guillén Hernández

asegura mantuvo una larga relación. La distinguía su belleza y trato con el personal. Gustaba probar un buen filete de res a la pimienta, y esporádicamente mole poblano servido con arroz a la mexicana. En los últimos años, llegaba acompañada por su pareja, el destacado actor Carlos Monden. Manuel, El Loco Valdés y don Ramón -hermanos de Tin Tan-, Héctor Lechuga y Chucho Salinas, también estuvieron con nosotros. Ni qué decir del ambiente que armaban. Yolanda Montes, Tongolele, nacida en Washington, Estados Unidos y radicada en México desde los 15 años, alcanzó gran éxito por su exótica belleza y singular estilo de bailar. Siempre la hemos considerado una clienta muy distinguida. Lucha Villa, una de las cantantes consentidas del público mexicano gracias a su talento y personalidad, solía acompañar al inolvidable José Alfredo Jiménez, de quien fue una de sus más reconocidas intérpretes. En una ocasión estuvo largo tiempo cantando con Paquita la del Barrio, en compañía de los connotados maestros Roberto Cantoral y Tomás Méndez, ya fallecidos. Por cierto, Cantoral, autor de El Reloj y uno de los más famosos compositores mexicanos, era también ejemplo de sencillez. Comenzó a

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Arriba a la izquierda, Julio Alemán y la dinastía Guillén. A la izquierda, la inolvidable Irán Eory y Carlos Monden, en compañía de Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

visitarnos desde que formaba parte del trío Los

dedicarse a la música. Ahí alcanzó gran éxito

Tres Caballeros y posteriormente, como presiden-

con sus sentidas composiciones Sabrá Dios, El

te de la Sociedad de Autores y Compositores

andariego, Amor mío, Sabor a mí y La mentira, que

de México, daba pie a largas tertulias a las que

le solicitaban interpretara acompañado de los

sumaban Massías y Felipe Gil, entre otros tro-

músicos del restaurante.

vadores de altos vuelos.

A nuestra sucursal de Holbein, durante

De la misma forma nos ha correspondido

el tiempo que se mantuvo en activo, llegó a

con su preferencia Chamín Correa -gran gui-

visitarnos Aleks Syntek, un versátil músico y

tarrista, compañero de Cantoral y fundador

joven compositor, que ha sabido mantenerse en

del trío que los hizo famosos-; Mario Molina

el gusto del público, a quien esperamos atender

Montes, fino amigo y estupenda persona; el

algún día en El Carmen.

michoacano Martín Urieta, compositor de Acá

Otro significativo comensal ha sido Gon-

entre nos, Mujeres divinas y Urge, y el inmortal

zalo Vega. El magnífico actor, compañero de

bardo oaxaqueño Álvaro Carrillo, quien aban-

primaria de Plácido Domingo, soñó algún día

donó la carrera de ingeniero agrónomo para

en convertirse en matador. Como novillero, in-

Roberto Cantoral, uno de los más famosos compositores mexicanos, durante una tertulia en El Taquito, acompañado de Massías y Felipe Gil, entre otros destacados trovadores

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Rafael Guillén Hernández

cluso alternó en plazas de provincia con Manolo Martínez. En una ocasión montó una obra en el Teatro del Pueblo, en las calles de República de Venezuela. Al término de las funciones, acudía con algunos de sus compañeros al restaurante. De trato gentil, se le estimó y apreció su fidelidad a nuestra casa. Cuando don Enrique Gómez Corchado fungía como presidente de la Unión de Voceadores y Expendedores de Periódicos, el gremio le ofreció una comida en nuestras instalaciones a la polifacética Carmen Salinas, quien acudió con varios amigos y su representante El Chato Cejudo. La recibieron con nutridos aplausos que ella agradeció muy emocionada. Después de la comida, amenizó la reunión un conjunto norteño y en el restaurante se improvisó una pista de baile, para disfrutar de melodías como El circo y El chubasco. La tuvimos nuevamente entre nosotros, durante los recesos de la filmación de la película ¡Que viva Tepito!, producida por don Antonio Aguilar, quien elogiaba nuestros platillos. Por aquí se aparecieron también David Reynoso, Sergio Ramos El Comanche, Delia Casanova, Roberto Cobo, Ernesto Gómez Cruz, Delia Magaña, Manuel Ojeda, Alma Muriel y muchos otros miembros del elenco.

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Don Rafael Guillén, con Gonzalo Vega (arriba) y “El Mayor” David Reynoso (izquierda)


“El Taquito”: una historia que contar

Isela Vega, Irma Dorantes, Blanca Sánchez, César Costa, Dulce, Silvia Pasquel, Napoleón, Talina Fernández, Blanca Guerra, Lyn May, Vicente Fernández, Rosa Gloria Chagoyán, Maty Huitrón -quien amablemente nos solicita taquizas para la casa de asistencia que dirige-, Lila Deneken, Faride Casanova, Hugo Stiglitz, Pedrito Fernández, Luz Elena González, Alfredo Adame, Ernesto Laguardia, Leticia Perdigón y el recordado Valentín Trujillo -quien al final de la grabación de sus películas nos solicitaba algún banquete-, son otros nombres que recordamos como dilectos comensales de El Taquito. Entre los populares comediantes podemos contar al fallecido Enrique Cuenca, nacido en el barrio bravo de Santa Julia, quien en compañía de Eduardo Manzano alcanzaron la fama como Los Polivoces. Era un hombre amable sencillo, muy alegre y buen amigo, que por un grave padecimiento, al final tuvo que someterse a una dieta rigurosa. De las viejas glorias de la comicidad y la carpa mexicana, tuvimos el orgullo de atender en El Carmen, a Fernando Soto Mantequilla, Manuel Medel, Los Xochimilcas, Manuel Espino Clavillazo, Armando Soto La Marina El Chicote y a René Ruiz, Tun Tun, quien trabajó no sólo con El Pachuco, sino también con su hermano Manuel El Loco Valdez, en varios filmes.

Arriba, Isela Vega, don Rafael Guillén y Carmen Salinas. En medio, Isabel Lascurain, del grupo Pandora y Rafael Guillén Abajo, Aleks Syntek

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Rafael Guillén Hernández

Con Irma Dorantes

Antonio Aguilar, Rafael Guillén y Sergio Ramos, “El Comanche”

Paquita la del Barrio, Martín Urieta, Lucha Villa, Mario Molina Montes y Marcos Guillén

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“El Taquito”: una historia que contar

Martell

Arriba, Christian Martell, Miguel Alemán Velasco y Chamín Correa. Abajo, Paco Stanley con el staff de El Taquito

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Rafael Guillén Hernández

Asimismo contamos con la presencia de Guillermo Rivas El Borras, Arturo El Bigotón Castro, Viruta y Capulina, Joaquín García Borolas, Alfonso Pompín Iglesias y Beto El Boticario. De los contemporáneos, han llegado alguna vez Alberto Rojas El Caballo, Alfonso Zayas, Flavio -el cómico de la libreta con mil chistes-, y Carlos Ignacio, quien debutó en el programa La cosquilla, del inolvidable Raúl Astor, quien a su llegada recibía especial atención de la familia. Se suman a esta interminable lista la siempre guapa Thelma Tixou -triunfadora por mucho tiempo en El Capri- y Paco Stanley, quien presidió varias comidas con el elenco de sus programas de mediodía. Además hemos tenido oportunidad de admirar en algún festejo de cumpleaños, a las guapísimas Olivia Collins y Maribel Guardia, y a nuestras queridas amigas Isabel, Mayté y Fernanda, del grupo Pandora. Igualmente nos ha seguido visitando Carla Estrada, productora de telenovelas, que por lo visto heredó el buen gusto de su padre Carlos Estrada Lang. Desde muy pequeña ella lo acompañaba al restaurante. Don Rodrigo Vidal creador de muy buenas telenovelas y su nieto, del mismo nombre, también forman parte de nuestro grupo de amigos. Ofelia Medina, la guapa actriz y activis-

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Imagen superior, el comediante Flavio y don Rafael Guillén. En medio, Carlos Ignacio. Abajo, con el “Polivoz” Enrique Cuenca


“El Taquito”: una historia que contar

Arriba a la izquierda, don Rafael Guillén y Carla Estrada. A la derecha, el matador César Pastor, Rafael Guillén y Napoleón. Abajo a la izquierda,Leticia Perdigón. Arriba César Costa y Rocío Yaber 111


Rafael Guillén Hernández

ta social, ha sido otra de nuestras estimadas comensales. Con una larga trayectoria en el teatro, el cine y la televisión, producto de su aprendizaje en los más importantes estudios, la talentosa yucateca ha dominado todos los géneros interpretativos. La película Patsy mi amor, la dio a conocer y se consagró el filme de Paul Leduc, Frida, naturaleza viva. Andrés García, el famoso y bien parecido Chanoc, quien ha hecho pareja con las mujeres más hermosas, es otro consentido de la casa. Toda proporción guardada, Laura León La Tesorito -quien se unió a un cumpleaños de la familia y formó un gran ambiente-, y la tapatía Jacqueline Arroyo, son algunas de las féminas más bellas y exuberantes que han desfilado por nuestros salones. La versátil Macaria, quien debutó en telenovelas de la mano de Ernesto Alonso, otro gran amigo ya fallecido, ha celebrado con nosotros algunos de sus aniversarios. Cómo olvidar su debut teatral al lado de Mauricio Garcés en Vidita Negra. Edith González -muy jovencita en ese entonces-, asistió a nuestro aniversario número 60. Ya convertida en gran actriz,volvió en más de una ocasión con nosotros, en compañía de varios amigos, entre ellos Luis Felipe Tovar.

Arriba, Teodoro Aceves, gerente del restaurante y Delia Casanova, con Marcos Guillén. Abajo, con Ofelia Medina 112


“El Taquito”: una historia que contar

Arriba, a la izquierda, Laura León “La tesorito”, con Marcos Guillén y Marcelo Bouquet. A la derecha Lin May con don Rafael. Abajo a la izquierda, Jacqueline Arroyo y Rafael Jr. Arriba, Telma Tixou en El Taquito 113


Rafael Guillén Hernández

Lupita Olaiz, la recordada conductora y animadora de radio y televisión, colaboradora de Raúl Velasco -quien en El Carmen gustaba sólo de los platillos con vegetales-, nos visitó cotidianamente en El Taquito de Holbein. El restaurante ha acogido también a muchos de los elementos que han conformado los principales grupos musicales. Recordamos al destacado Dámaso Pérez Prado, todo un caballero en su trato. Y si de grupos musicales hablamos, los integrantes de las más famosas sonoras -cuando el trabajo y las giras se los permitían, en grupo o cada quien por su lado-, llegaban hasta El

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Arriba izquierda, Silvia Pasquel, con los hermanos Guillén. En medio, Verónica Macías. Abajo, Rafael Baledón y su esposa Lilia Michel, con don Rafael. Foto superior, Andrés García


“El Taquito”: una historia que contar

Taquito para disfrutar un buen platillo y de las buenas bebidas. Se recuerda a Carlos Colorado, fundador de La Santanera y a los miembros de La Matancera, de la que alguna vez formó parte el propio Pérez Prado. ¡Qué decir de Rigo Tovar! El líder del grupo Costa Azul, nos visitó de manera intermitente en sus buenos tiempos. En una ocasión vino a comer al restaurante y en medio de la bohemia y los palomazos, no soltó al grupo norteño de Lupe Barajas, sino hasta 5 o 6 horas después.

Yolanda Montes “Tongolele”, imagen de arriba. Abajo, el compositor Tomás Méndez 115


Rafael Guillén Hernández

El lugar de referencia del “todo México”

Políticos, empresarios, deportistas, periodistas ...y los viejos y nuevos amigos

E

n El Taquito hemos acogido

tiz Mena, Raúl Salinas Lozano, Alfonso Corona

también a una larga generación

del Rosal y Humberto Romero, quien fue su

de políticos de antaño y hogaño.

secretario particular y un gran amigo de la casa

Han estado con nosotros, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines, quien llegaba al

Hemos atendido por igual a los presi-

restaurante acompañado del entonces jefe del

dentes Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría,

Departamento del Distrito Federal, Ernesto P.

José López Portillo y Miguel de la Madrid. A

Uruchurtu.

él se le ofreció además una comida en Xochi-

Manuel Ávila Camacho también celebró

milco, a la que asistió Dolores Olmedo. De

con nosotros un multitudinario desayuno para

sus colaboradores, también convivieron en

400 personas.

El Taquito Ramón Aguirre, Jorge de la Vega

Como he mencionado, don Adolfo López Mateos, ocupa un lugar preponderante en nuestra memoria.

Domínguez y Alfredo del Mazo. Los últimos mandatarios que nos visitaron, fueron Carlos Salinas, Ernesto Zedillo

Fue el mandatario al que más banquetes le

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durante muchos años.

y Vicente Fox.

servimos, y un hombre que supo rodearse de

El inolvidable Luis Donaldo Colosio,

un magnífico equipo de intelectuales y políticos

un hombre al que un destino trágico le

de prestigio, quienes la mayoría de las veces lo

impidió llegar a la Presidencia, nos visitó

acompañaron a compartir el pan y la sal, como

también. La última vez que le vimos, ya era

el general José Gómez Huerta, jefe de su Estado

candidato del PRI. Cuando nos distinguía

Mayor Presidencial; Manuel Moreno Sánchez,

con su presencia, era amable y afectuoso.

Manuel Tello, Andrés Serra Rojas, Antonio Or-

Siempre tuvo un trato cordial.

Luis Donaldo Colosio, un hombre al que un destino trágico le impidió llegar a la Presidencia, nos visitó también. La última vez que le vimos, ya era candidato. En la gráfica, con Marcos Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

A El Taquito asistían por igual Jesús Reyes Heroles, hombre con gran talento, y nuestro amigo Arsenio Farell Cubillas.

todas las fuerzas políticas. Es por ello que mucho nos congratulamos de haberlo conocido. Fidel Velázquez, legendario líder de la

Jurista e historiador de brillante lucidez,

Confederación de Trabajadores de México

Reyes Heroles, tuvo una ejemplar conducción

(CTM), luego del desfile del primero de mayo,

del país desde la Secretaría de Gobernación, y

en varias oportunidades acudió acompañado

se caracterizó por el tacto sutil pero firme con

por un numeroso grupo de dirigentes. Jesús Silva Herzog, padre e hijo, fueron grandes políticos que cumplieron muy bien todas las misiones que les encomendaron y también comensales distinguidos. Las relaciones públicas han sido parte sustantiva de nuestro trabajo, por lo que mi primo David Guillén Abasolo, muchas veces organizó diversas reuniones. Recuerdo que una ocasión llegó acompañado con Pedro Ojeda Paullada, quien asistió también a muchos aniversarios del restaurante. Polémico abogado por la UNAM, Ojeda Paullada, se distinguió por su sinceridad y contagioso sentido del humor. En nuestros salones hemos atendido igualmente al ex gobernador veracruzano Miguel Alemán Velasco y a su familia, lo mismo que al controversial Porfirio Muñoz Ledo y a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Su rostro adusto, como el de su padre, el general Lázaro Cárdenas, nunca le ha impedi-

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Ernesto P. Uruchurtu, “El regente de hierro”, visitó varias veces el restaurante


“El Taquito”: una historia que contar

do tener el don de la afabilidad, y menos aún cuando de departir los gratos momentos se trata, como han podido testimoniar nuestros comensales. Cárdenas, fundador del PRD, ex gobernador de Michoacán y ex candidato a la Presidencia, sin duda es un gran hombre. El ex regente, Octavio Sentíes, originario del Estado de México, sin ser nativo de la capital del país, conocía a fondo su realidad política y social. Siempre se dio tiempo para disfrutar de nuestro menú. Jorge Díaz Serrano, ex director de Petróleos Mexicanos -quien pudo llegar inclusive a ser presidente y por ello pagó un alto precio en la cárcel, víctima de intrigas palaciegas, según dicen los entendidos-, solía frecuentarnos cuando le permitían sus múltiples actividades al frente de Pemex. Todo un caballero, llegaba acompañado por Helvia Martínez Verdayes, su esposa, quien posó para la estatua de la Diana Cazadora, obra del escultor Juan Olaguibel. Pero si de caballeros hablamos, don Carlos Hank González fue un personaje significativo. Llegaba a El Taquito con frecuencia, en compañía de Carlos Argüelles, otro amigo nuestro, ex director de la Lotería Nacional. Gobernador del Estado de México y luego regente de la ciudad, Hank González,

Luis Echeverría. También gustaba de la comida típica de El Taquito

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Rafael Guillén Hernández

Los hermanos Guillén, con Óscar Espinoza Villarreal, durante una comida en el El Taquito nunca le hizo el feo a ninguno de nuestros suculentos tacos, aunque su platillo preferido fue el mondongo, que le preparábamos con esmero. Óscar Espinosa, el último regente de la ciudad más grande del mundo, también nos acompañó algunas veces. Fue director de Nacional Financiera y secretario de Turismo con Ernesto Zedillo, entre otros cargos. Francisco Labastida Ochoa, primero como funcionario público y luego candidato del PRI a la presidencia de la República, ha

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Imagen superior, izquierda, Octavio Sentíes y David Guillén. En medio, don Rafael Guillén, Jacobo Zabludovsky, Pedro Ojeda Paullada y David Guillén. Abajo, David y Rafael Guillén, con un grupo de amigos, entre ellos Mario Moya Palencia. Arriba, Óscar Espinoza Villarreal


“El Taquito”: una historia que contar

Carlos Argüelles, don Rafael Guillén y Carlos Hank González en El Taquito 121


Rafael Guillén Hernández

llegado en algunas ocasiones a comer a El

Manuel Camacho Solís, en su carácter

Carmen, al igual que el panista José Antonio

de regente capitalino, estuvo presente en

Lozano Gracia, procurador general de la Re-

muchas fiestas y reuniones.

pública, durante el sexenio de Ernesto Zedillo.

Heredero de la más radical corriente

Labastida, oriundo de Sinaloa, fue el pri-

nacionalista, el también ex regente de la Ciu-

mer candidato presidencial priista en reconocer

dad de México, vivió una de las etapas más

su derrota.

febriles de la capital del país. Sin duda, fue un político preparado y hábil, como pocos. María de los Ángeles Moreno Uriegas, ex presidenta del Revolucionario Institucional, año con año celebraba sus cumpleaños con nosotros. Asistían sus más cercanos amigos y colaboradores. Su padre, el doctor Manuel Moreno Islas, en su juventud fue muy amigo de Enrique Guillén. Otro de los políticos que hemos tenido el placer de atender, es Manuel Aguilera, quien a pesar de haber ocupado relevantes cargos -como director general del Inmecafé, Fonhapo, ISSSTE y secretario general de Gobierno del DDF-, siempre ha sido un hombre sencillo y atento. Un ilustre hidalguense, nuestro gran amigo Humberto Lugo Gil, figura asimismo entre los personajes que durante muchos años nos han visitado. El ex gobernador de Hidalgo y miembro de una distinguida estirpe de políticos hidal-

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Manuel Aguilera y don Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

guenses, gustaba, quizá para calarnos, probar nuestra barbacoa. Comprobó, obviamente, que no le pide nada a la que se prepara en su tierra. Amigo de muchos años, el ex gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández Gómez, -quien habitualmente nos acompañaba con el doctor Raso y con el estimado político y empresario tlaxcalteca, amante de la fiesta brava, Mariano González Zarur-, siempre nos ha distinguido con su presencia desde Imagen de arriba, Jacobo Zabludovsky, Manuel Camacho Solís y don Rafael Guillén. A la derecha, Helvia Martínez Verdayes, Rafael Guillén Jr., y Jorge Díaz Serrano

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Rafael Guillén Hernández

Cuauhtémoc Cárdenas y don Rafael, en El Taquito

que era estudiante de la UNAM. Pedro Ramírez Vázquez, el reconocido

mente en El Carmen.

arquitecto, creador de la Basílica de Guada-

Fue presidente de la División de Noticias

lupe, el Museo de Antropología, el Palacio

de Televisa, y por 30 años se desempeñó en

Legislativo de San Lázaro, el Estadio Azteca

el sector público, como asesor y colaborador

y tantas edificaciones, fue un cliente distin-

en diversas posiciones, durante los gobier-

guido de nuestro restaurante.

nos de Luis Echeverría, José López Portillo,

Manuel Alonso Muñoz, brillante publi-

Miguel De la Madrid y Carlos Salinas, quien

rrelacionista -quien fungiera como portavoz

lo nombró director general adjunto de la

del ex presidente Miguel de la Madrid, y en

Lotería Nacional, encargado de publicidad

la década de los 90-, fue un querido amigo.

y desarrollo de nuevos productos.

Este vínculo se ha extendido a sus hijos

124

Manuel y Jorge, quienes nos visitan regula-

El ex funcionario, quien falleció en di-


“El Taquito”: una historia que contar

María de los Ángeles y su padre don Manuel Moreno Islas

Francisco Labastida Ochoa, Rafael y Marcos Guillén

Con José Antonio González Fernández

Jorge Legorreta y Rafael Guillén Jesús Silva Herzog y don Rafael Guillén y Luis Niño de Rivera

125


Rafael Guillén Hernández

Marcos Guillén saluda a Manuel Alonso Muñoz. Imagen de abajo, Jesús Salazar Toledano, el escritor Armando Jiménez y don Rafael Guillén. A la derecha, con Humberto Lugo Gil ciembre del 2009, se desempeñó también como presidente del Consejo de Administración, accionista mayoritario y director general del diario Unomásuno. Por igual nos ha visitado Julio César Ruiz Ferro y su esposa Gabriela, quien desde sus tiempos de estudiante, y luego como funcionario, ha estado con nosotros. El ex gobernador de Chiapas gusta de la sopa de médula y lengua de res a la veracruzana. En fechas recientes acudió al restaurante, en compañía del gran fotógrafo Antonio Caballero. Tampoco podríamos soslayar la presencia del magnífico arquitecto y profesor universitario Jorge Legorreta, quien fungió como titular de la Delegación Cuauhtémoc hasta el año 2000. Se le recuerda con afecto. El político Jesús Salazar Toledano, diputado federal, subsecretario de Gobernación, secretario de gobierno del DDF, subdirector de la Conasupo y delegado político en Tlalpan y Venustiano Carranza, entre otros importantes cargos -quien falleció en febrero del 2012-, fue uno de los connotados visitantes. Tenemos un registro gráfico de su incursión al restaurante, en compañía de Armando Jiménez, autor de Picardía mexicana y de muchas crónicas citadinas de la vida nocturna de nuestra capital. Jiménez -quien realizaba sus recorridos

126


“El Taquito”: una historia que contar

por las cantinas del rumbo, para terminar en El Taquito y hasta su muerte radicó en Chiapas-, siempre manifestó su deseo por volver a disfrutar de la bohemia y la buena comida en nuestros salones. Agustín Torres Pérez -quien ha ocupado,

Rafael Guillén, Gabriela y Julio César Ruiz Ferro, en compañía de Antonio y Rocío Caballero

entre otros cargos, la titularidad de la delegación Cuauhtémoc-, ha gustado de nuestros antojitos. Residió por muchos años a sólo unas cuadras del restaurante y con algunos amigos o familiares, acudía a El Taquito. Hoy, como funcionario, se ha dado la oportunidad de visitarnos, acompañado por algunos integrantes de su equipo de gobierno, entre ellos Arturo Pradell.

Un joven brillante Hace ya algún tiempo vino a comer con nosotros un joven brillante, con quien desde el primer momento se produjo muy buena química con la familia Guillén.

De pie, Arturo Pradell, Agustín Torrres Jr, Agustín Torres Pérez, Marcos y Rafael Guillén. Abajo, Ángeles Moreno, Aurora Carreño y Hermelinda Carrillo

127


Rafael Guillén Hernández Marcelo Ebrard, muy joven, de visita en El Taquito, acompañado por la familia Guillén. En la gráfica de abajo, con Mariagna Pratts. Con ellos, Sarita y Jacobo Zabludovsky

128


“El Taquito”: una historia que contar

Ese hombre se llama Marcelo Ebrard, ex

bodas y fiestas de fin de año. Muchos grupos

Jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien

familiares o de trabajo hicieron de este lugar el

ha concurrido a El Taquito desde que era un

favorito para realizar sus festejos, lo que le dio

joven preparatoriano de la Universidad La

el gran prestigio que ha ido consolidando al

Salle.

paso de los años.

Por su importante función pública, acu-

Sus padres son la prueba fiel del reconoci-

dimos luego a él en busca de su apoyo para

miento obtenido de algunas instituciones, como

regular el ambulantaje, que ha estado a punto

cuando se realizó en México el Primer Congreso

de asfixiarnos. Después, Ebrard volvió a no-

Mundial de Gastronomía y se contrató al res-

sotros, en compañía de su entonces esposa Mariagna Pratts, para decirle a mi padre: -Ya ve que sí se pudo don Rafael. Su restaurante es y será siempre El Taquito. Luego le pidió a mi hermano Marcos se pusiera en contacto con su secretario particular “para ver si salen algunas comiditas”. Gracias a su intervención, por lo menoslos ambulantes se han reubicado en algunas zonas, aunque todavía el tránsito es lento. Ojalá se les reubique de forma definitiva, por el bien del Centro Histórico, de la ciudad de México y obviamente, de El Taquito.

Diplomas, trofeos

y

reconocimientos En el restaurante se han realizado muchas comidas, desayunos, cenas,

129


Rafael Guillén Hernández

taurante por sus méritos culinarios; también

años que lleva activo. Cuando el profesor Car-

la Cámara Nacional de la Industria de Restau-

los Hank González fungía como secretario de

rantes y Alimentos Condimentados (Canirac)

Turismo, el presidente de la Asociación Mexi-

nos ha dado importantes aprobaciones por los

cana de Restaurantes (AMR) José Luis Loredo, otorgó a El Taquito el reconocimiento anual denominado Vicente Miranda, por contribuir al “beneficio y engrandecimiento de la industria turística”. Además, la gente siempre amable de La Peña Taurina, durante el festejo del segundo aniversario de la agrupación, le entregó un testimonio de agradecimiento a mi padre. Hemos sido reconocidos también por la Asociación Nacional de Locutores de México. La Asociación Mexicana de Periodistas de Radio y Televisión AMPRyT, le ha hecho entrega de la presea al mérito Águila de Oro, por la difusión, imagen y talento con los medios de difusión en México y el mundo. La organización de Periodistas Cinematográficos de México (Pecime) y otras agrupaciones han reconocido la participación de El Taquito en sus festivales gastronómicos, artísticos y taurinos. El Festival del Centro Histórico, orga-

Algunos de los múltiples reconocimientos otorgados

130

nizado por Sylvia Kurczyn, directora de Gastronomía, nos hizo entrega de otro galardón más, que se suman a los múltiples premios que mucho nos honran.


“El Taquito”: una historia que contar

La gastronomía y las agencias de viajes Don Armando Bojórquez, mientras presidió la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), gustaba mucho de realizar algunas reuniones por lo menos una vez al mes, con su gente o bien con algunos invitados de provincia. En una ocasión, en temporada de chiles en nogada, vendrían a la capital varios grupos de Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón y Chi-

hizo entrega de un reconocimiento, donde cons-

na. La AMAV decidió organizar un concurso

ta que para chiles en nogada sólo en El Taquito.

previo entre cinco de los mejores restaurantes

Modestia aparte, no necesitamos promo-

de comida mexicana, para ver cuál de ellos sería

cionarlos. La gente de buen gusto, ya sabe en

el elegido para servir este singular platillo a los

dónde consumir este típico platillo mexicano.

800 invitados. El concurso se llevó a cabo en sus

Bojórquez siempre ha solicitado que, para

instalaciones. Ningún restaurante podía presen-

cualquier reunión, El Taquito sea quien sirva

tar publicidad o logotipo que lo identificara, es

la comida.

decir, sólo había cinco cocineros, cada uno con

Cuando el restaurante cumplió sesenta

su platillo y cincuenta comensales que darían

y un años, se llevó a cabo una muestra de

un voto según su apreciación.

gastronomía en La Habana, organizada por

Obtuvimos el primer lugar con 46 votos.

Cubatur y se efectuó en el Hotel Riviera.

A los demás, los regresaron a sus negocios,

El señor Bojórquez recibió, desde México,

unos de Polanco, otros de San Ángel y otro más

tres platillos mexicanos de El Taquito: sopa

ubicado cerca de la iglesia de Santo Domingo.

de médula, mole poblano y carnitas estilo

Por cierto, los chinos querían piratearse nuestra receta. No los dejamos.

Armando Bojórquez, de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes, entrega la presea a El Taquito

Michoacán. A este evento asistió Fidel Castro, quien

Días después, vino a comer el señor Ar-

le encomendó a Bojórquez le transmitiera

mando Bojórquez con toda su comitiva y nos

sus saludos al don Rafael Guillén, “por tan

131


Rafael Guillén Hernández

sabrosa comida”, como la de aquellos tiempos,

gunté el número aproximado de personas a

cuando este singular personaje vivió a unas ca-

las que atenderíamos y me quedé mudo al

lles de El Carmen, en República de Venezuela

escuchar la respuesta:

y visitó en un par de ocasiones al restaurante, antes de emprender la Revolución cubana.

Empresas y empresarios

-Es para 23 mil -dijo lacónico mi interlocutor. Creí que era una broma, sin embargo, seguí contestando sus preguntas, de manera respetuosa. Y resultó que, efectivamente, los comensales serían 23 mil, pero repartidos en

Nuestro restaurante siempre ha sido lu-

una serie de eventos a lo largo de varios días.

gar favorito de muchas familias y también de

La comida la había solicitado Panificadora

empresas importantes de la ciudad de México,

Bimbo, para agasajar a sus trabajadores y se

pues ofrecemos servicio especializado a do-

sirvió en sus diferentes plantas de producción,

micilio, ya sea en una casa particular o en las

distribuidas por toda la ciudad, desde la matriz

instalaciones de alguna compañía. El Taquito

que se encuentra en Azcapotzalco, hasta otras

va a donde lo soliciten.

instaladas en Iztapalapa y Mixcoac.

En todos los eventos a los que asistimos,

También servimos un masivo banquete

siempre ofrecemos la calidad

para la empresa IBM. El lugar elegido fue un

y el servicio de lo mejor, y

jardín, donde además se brindó un espectáculo

procuramos que nuestros

en vivo, con la participación de Tatiana. Nos

clientes queden totalmente

llevó toda la noche preparar el evento, pero todo

satisfechos.

salió a pedir de boca.

Uno de estos servicios

Resistol es otra empresa que nos ha favore-

-memorable debido a su nú-

cido. Cuando dijeron ¡A comer!, se nos vinieron

mero-, se dio a finales de

encima, en tropel, todos los invitados. Pese al

diciembre de 1992, cuando

desorden inicial, la situación se mantuvo bajo

recibí una llamada donde

bajo control y la mayoría comió lo que quiso.

solicitaban una taquiza.

132

No puedo dejar de mencionar a dos impor-

Después de darle todos

tantes compañías: Plastoza y Plastitek, cuyos due-

los informes solicitados, pre-

ños nos favorecieron por mucho tiempo, para

Fidel Castro. En su juventud, acudía a comer a El Taquito


“El Taquito”: una historia que contar

organizarles el festejo anual a sus empleados,

con grandes rifas y regalos para todos los maes-

el cual se prolongaba desde las dos de la tarde,

tros. Se armaba un gran ambiente.

hasta bien entrada la noche. Sears es otra gran

Igualmente la Lotería Nacional siempre

institución que cada año nos encargaba atender

solicitaba nuestras taquizas y sus diferentes

sus instalaciones en Azcapotzalco, Insurgentes,

departamentos se peleaban por hacerlas el se-

Universidad y Santa Fe, pero cuando entró a

gundo viernes de diciembre, pues muchos de

formar parte del Grupo Carso, de Carlos Slim,

estos empleados salían de vacaciones y qué

obviamente entró Sanborns y adiós servicios.

mejor que festejarlo con una gran comida

Sin embargo, estos eventos nos permitieron

que se extendía hasta la noche.

hacer muy buenos amigos. También fuimos

Un exitoso empresario que nos distin-

contratados varias veces por la desaparecida

guió con su amistad, fue don Carlos Trouyet.

cadena Gigante, en su centro de distribución en

Directivo de la Bolsa de Valores, fundó el

Ecatepec; la Escuela Bancaria y Comercial, con

poderoso Grupo Chihuahua y pugnó por

sede en Insurgentes y Reforma, cada diciembre

nacionalizar la industria telefónica.

solicitaba nuestros servicios y el evento concluía

Entre medio centenar de empresas que

David Guillén y don Carlos Trouyet, a la derecha, en una imagen de los años 60 captada en la Plaza México

133


Rafael Guillén Hernández

134


“El Taquito”: una historia que contar

tuvo a su cargo figuran además de Teléfonos de México, el desaparecido Banco Comercial Mexicano. Fue presidente de la junta de gobierno de la Universidad Iberoamericana y decenas de innumerables organizaciones vinculadas con la cultura. Su muerte, en 1971, fue muy sentida en la familia. Y qué decir de don Carlos Slim, quien ha conocido nuestras instalaciones en El Carmen y, por supuesto, la que mantuvimos en Venustiano Carranza, ya que él precisamente nos alquiló el local que ocupamos por varios años. Fundador del Grupo Carso, -iniciales suyas y las de su difunta esposa, Soumaya Domit Gemayel-, es además de gran amigo, amante del golf y el beisbol y profundo admirador del arte. Es un hombre talentoso y muy hábil para los negocios, no es para menos que Forbes lo sitúe como uno de los empresarios más poderosos del orbe. Destacado promotor de la cultura y benefactor, su sencillez es notoria cuando hemos tenido oportunidad de atenderlo. En ocasiones lo han acompañado algunos de sus hijos, a quienes les ha heredado el gusto por la cocina de nuestro restaurante.

Rafael Guillén, Jaocobo Zabludovsky, Carlos Slim, Sari Bermúdez y Marcos Guillén

135


Rafael Guillén Hernández

Arriba, don Carlos Abedrop y su inolvidable esposa Sarita, acompañados por Marcos Guillén. A la derecha, el dilecto amigo Rafael Herrerías

Rafael Herrerías, un hombre franco y de

Nacional de Economía de la UNAM, ha hecho

hablar claro, es un exitoso empresario de la

el favor de distinguirnos con su preferen-

Plaza México, la más grande del mundo y

cia. Integrante del patronato de la UNAM

también nos ha visitado en muchas ocasiones.

y financiero de altos vuelos, ha presidido

Aficionado al futbol, es partidario del

varias empresas industriales de relevancia

Guadalajara. Los toros y el balompié son sus temas preferidos cuando se encuentra

Durante varios años, acompañado por

entre nosotros, aunque también rememora

Sarita, su inolvidable esposa, nos visitó en El

sus tiempos de estudiante de veterinaria y

Carmen, aunque también conoció muestras

su primer trabajo en el rastro de Nezahual-

otras sucursales.

cóyotl. Sin lugar a dudas, uno de nuestros dilectos amigos.

136

internacional.

Entre las grandes empresas a las que hemos servido, se encuentra indudablemente

Don Carlos Abedrop, el caballeroso em-

Televisa, a la que agradecemos todo el apoyo

presario coahuilense, egresado de la escuela

que hemos recibido, desde su fundación con


“El Taquito”: una historia que contar

don Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien or-

a la virgen de Guadalupe. Muelles Jamaica,

ganizó muchas fiestas y reuniones; luego, con

ubicada cerca del popular mercado del mis-

su hijo, El Tigre, muy amigo de David y Rafael

mo nombre, organizaba su ágape anual, pero

Guillén, y actualmente con Emilio Azcárraga

preferían generalmente barbacoa y consomé.

Jean, de la tercera generación.

Luego, tenía lugar el baile.

Trabajamos muchas veces en las locacio-

Tecnobotánica, dedicada a la venta de

nes en que se filmaban sus telenovelas y todo

medicina natural y hierbas medicinales, para

el tiempo que duró el programa semanal Mi

festejar cada uno de sus aniversarios, deman-

Barrio. Ni hablar de nuestras participaciones

daba nuestros servicios.

en los programas que conducía Jacobo Za-

Pepsicola, mientras mantuvimos abierta

bludovsky, principalmente en Hoy domingo,

la sucursal de Holbein, solicitaba nuestros

donde preparamos varias de nuestras mejo-

banquetes, al igual que la directiva del Cruz

res recetas.

Azul. Obviamente, cuando había partido en

Otras compañias, como Muebles y Mu-

el estadio de la Ciudad de los Deportes, la

danzas MyM, del señor Raúl Fajardo, cada 12

botanita también se hacía indispensable en

de diciembre ofrecía de rigor una comida a

el palco de honor de los hermanos Guillermo

todo su personal, luego de una misa dedicada

y Alfredo Álvarez Cuevas.

Una celebración de la revista Gentesur en El Carmen

137


Rafael Guillén Hernández

Por igual forma, ya se ha hecho tradición

porque no solamente nos ha permitido

celebrar los aniversarios de la revista Gen-

conocer mucha gente, establecer estrecho

tesur, ya sea en nuestras instalaciones de El

contacto con grandes personalidades, sino

Carmen o algún salón de la ciudad de México.

sobre todo, hacer verdaderos amigos.

Dentro de nuestras instalaciones -además de los clásicos aniversarios de 24 Horas, cuyos testimonios fotográficos

Un

banquete para

afortunados

adornan nuestras paredes, así como las imágenes propias de El Taquito-, hemos

Durante un evento organizado por la

servido muchos otros banquetes, bien sean

Confederación y el Sindicato de Billeteros,

aniversarios, despedidas de fin de año, pri-

se ofreció una comida al elenco de la te-

meras comuniones, cumpleaños o bodas.

lenovela El premio mayor. Hasta los niños

Desde el fondo de nuestro corazón, a

gritones hicieron acto de presencia y, por

todas las compañías que nos han distin-

supuesto, el entonces director de la lotería

guido con su preferencia, les agradecemos

Carlos Salomón Cámara.

tomarnos en cuenta. Sé que es imposible

En esa ocasión, se contó con la presen-

mencionarlas a todas -ya que en casi 87

cia de Carlos Bonavides, -quien en su papel

años han sido muchísimas-, pero les ruego

de Güicho Domínguez, nunca imaginó el

se sientan incluidas en este reconocimiento.

gran impacto que iba a tener su personaje-,

Servirles nos ha llenado de satisfacción

y su compañera de reparto, la tabasqueña Laura León. Cuando arribaron a las instalaciones de El Taquito, cientos de personas, de forma espontánea, se reunieron afuera del restaurante sólo para verlos, aunque fuese de lejecitos. Al momento en que se asomaron por el balcón, para agradecer su apoyo, sus admiradores les brindaron una gran ovación.

Con el actor Carlos Bonavides, más conocido por su papel de Güicho Domínguez 138


“El Taquito”: una historia que contar

Hugo Sánchez, Las Chivas Enrique Borja y Raúl González A finales de los años 80, cuando Hugo Sánchez militaba en las filas del equipo español Real Madrid y ya era todo un ídolo, tanto en México como en Europa -ganador de cinco Pichichis-, este gran futbolista llegó a El Taquito, invitado por los columnistas del Esto. En el festejo estuvo la plana mayor del periódico, entre otros, Arnulfo García, Carlos Trápaga, Ignacio Matus y Fernando Mejía, un gran amigo de la familia, quien desde hace muchos años labora como fotorreportero para ese diario. Él conoce muy bien la historia del restaurante, pues ha asistido con frecuencia a las fiestas familiares. En esa ocasión, Hugo probó, los gustados gusanos de maguey y se dio vuelo con todos los antojitos mexicanos. Después de él han aparecido otros, pero ninguno ha igualado su trayectoria. A la fecha, creo que en El Taquito nadie le va a las chivas y menos cuando juega contra su rival de toda la vida, el América. Sin embargo, cuando don Carlos Hurtado, promotor de fútbol, reunió a sus amigos del Arriba, con el destacado futbolista mexicano Hugo Sánchez. En medio, el inolvidable Enrique Borja. Abajo, Raúl González y don Rafael Guillén 139


Rafael Guillén Hernández

periódico Esto, en torno a una mesa de ricos antojitos mexicanos, todo mundo quería la

El gremio de las Orejas de coliflor

foto del recuerdo con alguno de los integrantes del Club Guadalajara. Este gran equipo se hizo presente gracias a la invitación del señor Hurtado, encabezado por don Marcelino García Paniagua y el técnico Alberto Guerra, quienes venían a celebrar su racha de grandes triunfos y disfrutar lo mejor de la cocina mexicana. Algunos de los jugadores más solicitados fueron Fernando Quirarte y su compañero Benjamín Galindo. Enrique Borja, uno de los futbolistas más queridos del futbol mexicano, sencillo y cordial, también ha estado entre nosotros. Desde su debut a los 17 años y con sus tres campeonatos consecutivos de goleo, fue sinónimo de gol y un caballero dentro y fuera de la cancha, que nunca mereció una expulsión y un verdadero ídolo. Quienes lo vieron jugar, entenderán lo que significó este nombre para el pueblo de México. Y hablando de deportistas de gran calado, el marchista Raúl González -doble medallista olímpico en Los Ángeles 1984-, es además, un hombre de buen gusto en la comida como lo ha demostrado en sus visitas a nuestro restaurante.

140

Sin lugar a dudas, uno de las grandes figuras que hemos tenido, es Julio César Chávez, quien en la cima de su carrera triunfadora, celebró una de las comidas que ha concentrado a más personas, tanto dentro, como fuera del local. Por alguna razón especial los grandes boxeadores han preferido nuestro restaurante, desde los tiempos en que México era el principal semillero de figuras de primer nivel del deporte de los puños. Julio César Chávez ha sido sin duda un grande entre los grandes del pugilismo mexicano, a pesar de que por alguna extraña razón nunca ha sido considerado un ídolo. Chávez sin embargo en El Taquito siempre ha sido tratado como tal y de su parte también ha tenido actitudes de cordialidad y agradecimiento. José Isidro Pipino Cuevas, es otro de los campeones que nos han visitado con relativa frecuencia para festejar sus grandes logros, no sólo profesionales, sino familiares y personales, recibiendo el servicio que merece todo campeón. Uno de los boxeadores más queridos de la

En la imagen de la derecha, arriba, Jaime Enríquez Félix, su hija Tania y José Pipino Cuevas, durante el homenaje a Rodolfo “El Gato” González. Abajo, los Guillén, con el campeón Julio César Chávez y Humberto “Chiquita” González. Con ellos, Alfonso Hernández y el pequeño Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

afición mexicana es el famoso Rubén Olivares El Púas, nacido en Iguala, Guerrero, y quien se trasladó desde pequeño a la capital, al barrio de Tepito, donde inició su carrera pugilística, en la que llegó a ser campeón del mundo en las categorías de los pesos gallo y pluma. Sin duda, uno de los consentidos de El Taquito. Jesús Chucho Castillo, quien le arrebataría el título de peso gallo, llegaba a la

141


Rafael Guillén Hernández

planta baja y pedía la mesa 3, servida por su homónimo Jesús Castillo, quien trabajó con nosotros más de cuarenta años, junto con su hijo del mismo nombre. José Sulaimán, el empresario tamaulipeco promotor del pugilismo y presidente del Consejo Mundial de Boxeo, traía a los mejores boxeadores del momento para festejarlos. Fue él quien convocó a varios ex campeones y campeones, como a Humberto La Chiquita González, Mantequilla Nápoles, Miguel Canto, Luis Villanueva Kid Azteca, Chucho Castillo y otros más. El motivo de esta

142


“El Taquito”: una historia que contar

comilona fue para rendirle un tributo a este

Igualmente Raúl Horta, Francisco Liguo-

boxeador, que a través de sus triunfos daba

ri, Ricardo López Méndez, Hugo B. Margáin,

muchas satisfacciones a todos sus seguidores.

el doctor Samuel Mijares Puente, Javier Julio

Otra importante reunión fue la que or-

Villalpando, Juan Rebolledo y el famoso ma-

ganizó Jaime Enríquez Félix, integrante de los profesionistas zacatecanos radicados en México, a Rodolfo El Gato González. Varias personalidades compartieron el pan

tador de toros Silverio Pérez. Andrés Henestrosa, escritor y quien fuera miembro del Senado, durante una de esas reuniones, recordó:

y el vino dentro del agasajo, entre los que se

“Cuando el bolsillo no daba para más, los

encontraban los ex campeones mundiales, ga-

esposos Guillén, dueños de una taquería de no

llo y welter, Alfonso Zamora y Pipino Cuevas,

más de cuatro metros de largo por dos de ancho,

respectivamente; el ex luchador Enrique Llanes

que fue luego el famosísimo Taquito, nos sacaba

y el jefe de los servicios médicos de la comisión

de apuros con el regalo de un par de taquitos:

capitalina, doctor Horacio Ramírez Mercado.

suculentos como jamás encontré otros”.

Una cofradía de Pergaminos

El encuentro anual de distinguidos pergaminos, luego se convirtió en una comida mensual.

En compañía del escritor Andrés Henestrosa y el abogado Julio Camelo

Una comida que puntualmente se llevaba a cabo, año con año, en el mes de octubre, era la de Los Pergaminos, que se reunían en el Salón dorado, a convocatoria del Chacho Ibáñez. Se hacían presentes los más ilustres veteranos, entre ellos Antonio Ariza, Salvador Casanova, Benito Coquet, Rafael Corrales Ayala, José Calderón, Fausto Zorrilla, Justo Fernández, Rafael Freyre, Eulalio Ferrer y nuestro recordado Andrés Henestrosa.

Arriba a la izquierda, Julio César Chávez, don Rafael Guillén, José Sulaimán y Raúl “Ratón” Macías. Abajo, con Rubén “El Púas” Olivares y Jesús “Chucho” Castillo

143


Rafael Guillén Hernández

Un lance fino de los periodistas

Regino Díaz Redondo devela el cuadro con el número especial de Revista de Revistas. Lo observan Enrique Loubet Jr., y José Andrés Barrenechea. Con ellos, don Rafael Guillén

144

Enrique Loubet Jr., quien nos dedicó seis bellas portadas de la publicación, que hoy son ejemplares para coleccionistas, y en los que

En 1985, durante una comida de fin de

colaboraron Ernesto García, Martha Anaya,

año, el entonces director general de Excélsior,

Jesús Hernández, José C. Mayorga, Rosario

Regino Díaz Redondo, corrió dos cortinillas

Rojas, Jesús Martínez, Juan de Dios Campos,

y entre aplausos de los numerosos presentes,

Héctor Chavarría y Alfredo Camacho.

quedó a la vista un cuadro nuevo para esta plaza, pero no por nuevo, menos taurino.

Loubet manifestó que ello significaba “un homenaje a la fiesta brava, perennemente

Le acompañaban José Andrés Barre-

en El Taquito, restaurante típico de taurinos;

nechea, subdirector de información, y el

y significa también que, perennemente, que-

desaparecido director de Revista de Revistas,

darán los nombres de todos los que escribie-


“El Taquito”: una historia que contar

ron y dibujaron en esos ejemplares, cuyas carátulas ahora se presentan y no sólo de los actuales, sino también de los del pasado, desde el remoto Excélsior hasta el de hoy. ¡Olé!” En la comida también estuvo presente Ricardo Perete, quien es muy amigo de la casa y que frecuentemente nos dedica algún comentario en su sección de espectáculos. Cómo olvidar al maestro Renato Leduc, periodista y gran poeta, quien entre semana venía con sus amigos y los domingos con la familia, y don Pedro Ferriz Santacruz, quien cada domingo asistía con toda su familia De los periodistas de hoy, sin duda alguna, Joaquín López Dóriga se ha ganado un lugar entre los más respetados líderes de opinión del país, pero desde antes de ser tan conocido -cuando apenas descollaba en su oficio-, ya se le veía degustar los mejores platillos de El Taquito, lugar al que no dejó de ir cuando ya acaparaba las miradas y las solicitudes de autógrafos de sus admiradores cada vez que era identificado entre nuestros comensales. Se recuerda también a Jorge Saldaña, periodista veracruzano, cronista, compositor, cantante, escritor, quien conducía Anatomías, Sábados con Saldaña y Nostalgia, y se reconoce el profesionalismo de Cristina Pacheco Arriba, el fotorreportero Antonio Caballero y el periodista Ricardo Perete. Abajo, Jacobo Zabludovsky y don Pedro Ferriz Santacruz 145


Rafael Guillén Hernández

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Arriba a la izquierda, Joaquín López Dóriga. Abajo, Jorge Saldaña. A la derecha, arriba, Guillermo Ochoa y Marcos Guillén. Abajo, Ricardo Rocha y don Rafael, en El Taquito


“El Taquito”: una historia que contar

-quien nos ha entrevistado para su gustado programa Aquí nos tocó vivir;- y la gentileza de la conductora Verónica Macías. Otro periodista que hacía escalas en El Taquito era Ricardo Rocha, conductor de noticieros quien en su niñez y juventud vivió por la zona de Tepito, y quien aún, a pesar de la fama, sigue manteniéndose como una persona centrada, de buen trato personal. Guillermo Ochoa, periodista que ha logrado permanecer en el gusto de miles de gentes por su inigualable manera de informar y que continúa vigente a través de la radio, nos ha visitado en varias ocasiones. Pedro El Mago Septién, legendario comentarista de béisbol y boxeo y los ya desaparecidos Roberto Blanco Moheno, Agustín Barrios Gómez y Carlos Amador, desde sus respectivas trincheras nos apoyaron con sus comentarios, luego de haber probado nuestro menú. No podía faltar, claro, la siempre bella Lolita Ayala, gran amiga de la familia Guillén, quien ha festejado varios de los aniversarios de Muchas Noticias, en el salón Sonora. Más nombres: la dinámica Talina Fernández, Guillermo Ortega -quien tenía su reservación en El Taquito de Holbein todos los domingos, antes de irse a los toros; Fernando

Imagen superior, con la periodista Cristina Pacheco. Abajo Talina Fernández y Lolita Ayala

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Rafael Guillén Hernández

Schwartz, gran comentarista deportivo, y hasta la simpática Cayetana Peláez, hemana de Alberto, quien por muchos años ha sido corresponsal de Televisa en España.

El muro de El taco Convocados Por Raymundo Rivera González, presidente del Círculo Hispanoamericano de Periodistas, un numeroso grupo de caricaturistas se reunieron en El Taquito donde cada uno, a su estilo, creó un dibujo alusivo al tradicional taco mexicano, para crear El muro del Taco, que hoy se exhibe en una de las paredes de nuestro restaurante. Entre los asistentes se contaron los maesSixto Valencia, Marcos Guillén Jesus Castruita “Castrux” y Rafael Guillén

tros Sixto Valencia, Luis Borja, Castrux, Eduardo Gómez, Emmanuel Vélez, Luis Borja Jr. Santillán, Luis Florez, Heras, Terrazas, Ruizte, Chubasco, Campos, López Basurto, Alan, Caustruita, Alonso, Manjarrez, Gabriel Soto, Paco Baca, Merlín, Art y Benítez, quienes degustaron nuestros cocteles Carmelita, seguidos de nuestras ricas quesadillas Conchita, acompañadas de nopalitos, guacamole, arroz y frijolitos.

A la izquierda, los caricaturistas Luis Florez, Raymundo Rivera, Pascual Santillán, Víctor Gabriel López y León Antonio Arano. A la derecha “El Muro de El Taco” 148


“El Taquito”: una historia que contar

Pared caricaturistas

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Rafael Guillén Hernández

Gracias a los amigos de la prensa, la radio y la tv Necesitaríamos hacer otro libro para reproducir todos los artículos, reportajes, crónicas y columnas, dedicadas a El Taquito, pues este lugar sí que inspira a escribir. Por lo menos, ya contribuí a desmenuzar una parte de su historia y en esta tarea, agradezco su aporte a los directivos del periódico En la imagen a la derecha, Martha Anaya y Enrique Loubet Jr. Abajo, los hermanos Guillén y Robert Alexander, el conductor del programa “Un gringo en México”

El Redondel, don Abraham Bitar y don Alfonso de Icaza. Guardo gratitud permanente a varios de sus colaboradores, algunos ya fallecidos, entre ellos Ernesto Riveroll González, Joaquín Mara-

y Bernardo Fernández Macharnudo. Don Alfon-

villa, Juan Manuel Tort, Rafael Morales Clarinero

so, asistía a los toros todos los domingos, veía la corrida y después se comunicaba por teléfono con don Abraham para realizar la crónica de la corrida. En este periódico, en los años cincuenta, Jacobo Zabludovsky firmó una columna que se llamó Antena. El periódico se vendía a las siete de la noche y según el clima, se imprimía el número de ejemplares. Quiero agradecer también el apoyo de quienes fungieron como directivos del viejo Excélsior y a los periodistas Manuel Magaña Alfredo Olivares y Alfonso López. Recientemente nos tocó atender a Robert Alexander, el conductor del programa Un gringo en México,

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“El Taquito”: una historia que contar

transmitido por Unicable, quien dentro de sus

Abel Quezada y a don Pepe Silva de la revista

incursiones gastronómicas, deseaba probar la

Tore Arte. Asimismo, a Martha Guerra y Alejan-

cocina de El Taquito.

dra Mendoza de Lira, de El Universal y a nuestro

Este periodista se mostró muy interesado

gran amigo Alberto Barranco Chavarría y a

en la historia del restaurante, sobre los perso-

Angélica de León, de Reforma. Gracias a todos.

najes que han comido allí y los platillos que servimos, sobre todo porque la intención de su programa es precisamente, mostrar al mundo la enorme riqueza cultural y culinaria de nuestro país, a través de sus lugares más célebres. De nuestra cocina probó los platillos más tradicionales y se fue muy satisfecho, al igual que otros distinguidos comunicadores, que nos han visitado y apoyado, a lo largo de estos 87 años. Por ello, mi gratitud a los periodistas del Esto, Guillermo A. Ledesma, Fernando Morales Ortíz, Aurelio Pérez y al fotorreportero Jaime Adalberto Arroyo, Arroyito, compadre de Lorenzo Garza. Incluyo en este recuento a Carlos Gabino, Samuel Sánchez Flores y Jesús El Ciego Muñoz, de El Sol de México. A Juan Sebastián Solís y Tere Mora Guillén, de Televisa; Mauricio José Schwarz y a María Violeta Hernández, de Revista de Revistas, quienes realizaron estupendos materiales. Del Ovaciones a la señora Guadalupe Vergara, don Carlos Estrada Lang, Mario Munguía Matarili y Juan Carlos Tamez. Al inolvidable

151


Rafael Guillén Hernández

Ellos tienen su expendio El Zócalo muy cerca de El Taquito, en las calles de Mina. Hay que agradecerles el apoyo que nos brindaron durante muchos años con sus camionetas de reparto, principalmente durante el mes de diciembre, cuando nos prestaban alguna de sus unidades para atender puntualmente nuestros compromisos. Un gran amigo de la casa fue también el señor Adalberto Santoyo. A todos los Adolfo Sánchez Aceves, Pedro Vargas, Raúl “Ratón” Macías y el mayor Arellano

Viejos y nuevos amigos

directivos y empleados de esa empresa, les agradecemos infinitamente su colaboración. Otro inolvidable comensal, el escultor Humberto Peraza -de quien tenemos la

La relación con la Unión de Voceadores de

suerte de resguardar un par de obras que

México, por muchas comidas que celebraron en

decoran este lugar-, dejó también su huella

El Taquito, hizo aparecer a una de las amistades

en El Taquito.

más sólidas de la familia Guillén y fue con don

Durante muchos años, en el restaurante

Aristeo Álvarez y sus hijos, quienes casi siem-

también hemos recibido la visita de clientes

pre realizaban aquí sus festejos de aniversario

y amigos muy estimados, como las familias

y de fin de año.

Quiroz y Lezama.

En la imagen de la página a la derecha, durante un homenaje a ”Cantinflas”, varios amigos acompañan a Guadalupe Vergara y Jorge Lazo de la Vega. Con ellos, don Rafael Guillén. Abajo, don Mario Moreno, Fernando Morales Ortiz, de Pecime y don Emilio Azcárraga. Con él, David Guillén

152


“El Taquito”: una historia que contar

153


Rafael Guillén Hernández

Pepe Silva con Rafael Guillén A la izquierda, Rafael y Marcos Guillén, en compañía de Marco Ramírez y Luis Morales, de Cinemex. Abajo, en una imagen de 1947, los hermanos Guillén Enrique, David y Rafael, durante una reunión campestre de toreros y aficionados a la fiesta brava. Entre ellos, Calañes, don Emilio Portes Gil, el General Antonio Gómez Velasco y Genaro Vázquez

154


“El Taquito”: una historia que contar

Verónica Cuevas Gerardo Palomino, Jorge Interiano, Raúl Palma Moreno y Rafael Guillén

Rafael Guillén, Ignacio Jaimes y Ariadna Hevia

Verónica Eimbke, Gerardo Palomino, Jaqueline D´Otaduy, Rafael Guillén, Jorge Interiano, Claudia Mora, Verónica Cuevas, Pilar del Valle y Raúl Palma

Rafael Guillén y Jorge Arelle

Rafael Guillén, Gerardo Palomíno y Carlos Tirado

Jorge Interiano, Rafael Guillén y Juan Manuel Acua 155


Rafael Guillén Hernández

El periodista deportivo Raúl Sarmiento, al frente de sus compañeros de Televisa Deportes, ha organizado algunas reuniones en la sede de El Taquito. Grandes cronistas han dado lustre a su equipo de colaboradores. En la imagen destaca el portero Jorge Campos

Pedro Caracheo, Rafael Guillén y Flor Godínez de Caracheo 156

Alberto Carbot y Trinidad Toledo Ávila


“El Taquito”: una historia que contar

Una visita inicial de Raphael a El Taquito, acompañado por su esposa Natalia Figueroa y la familia Zabludovsky

Raphael llegando a El Taquito con una multitud esperándolo

Sarita Zabludovsky, Raphael, don Rafael Guillén y Diana Zabludovsky

157


Rafael Guillén Hernández

El periodista Óscar Cadena y Marcos Guillén

Gustavo Rojo, su hija Ana Patricia y Rafael Guillén

Rafael y Marcos Guillén, Alejandro Rojas Díaz Durán y Daniel Loaeza

158


“El Taquito”: una historia que contar

Benny Ibarra, Julissa y Zully Keith

José Mata, Brigita Anguiano y Julio Téllez

La familia Ferriz, con Marcos Guillén

Marcos Guillén, Guadalupe Gómez Collado, Carla Guillén, Rafael Guillén y José Enrique Bravo

A la izquierda, don Rafael Guillén y Enrique Figueroa. En la imagen superior, Luis F. Campos y Raúl Caracheo, con Rafael Guillén Jr.

159


Rafael Guillén Hernández

Angélica Vale y Marcos Guillén

Ariel Bolio, Horacio Soto, Marcos Guillén, Juan Álvarez y Marcial Fernández “Malasombra”

Marcos Guillén y Ramón Serrano

Hugo Cancino, Octavio Mancilla, Rafael Guillén y Gabriel Olvera

Rafael Guillén y Cinthya Francesconi de Canal 40 160

Lupe Barajas y don Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Manuel Ramos, don Rafa Guillén y Adalberto Santoyo

Alejandro Cortés, Rafael Guillén, Alberto Vega Vieyra, Marcos Romero y Marcos Guillén

Alfredo Adame, Marcos Guillén y Marcos Valdez

Alicia Álvarez, Anita Carbot y María García

Hugo Patiño, Glenda Hecksher, Brigita Anguianio, Rafael Guillén, Carlos Frey, Rocío Hernández, Daniel Hassan, Alberto Carbot y Antonio Caballero. Abajo: Glenda Baca , Lilibet Caballero, Annick Ocampo-Carbot y Norma Inés Rivera 161


Rafael Guillén Hernández

Rafael Nuñez, Josefina y Conchita Guillén Hernández

Don Eduardo Gazcón y Marcos Guillén

Adolfo Lugo Verduzco, Gonzalo Vega, Arvizu, Silverio Pérez, Jacobo Zabludovsky, Adolfo Martínez Urquidi e integrantes de La Peña Taurina

162


“El Taquito”: una historia que contar

Armando Flores, Eduardo Molina, Marcos Guillén, Luis García y Sergio Herrera

Dolores Olmedo, don Rafael Guillén y Héctor Pérez Verduzco

Rafael Ortega, Gaby Torres Landa y Marcos Guillén

Manuel y Lorenza Capetillo. Con ellos Mariano González Zarur

Con Tulio Hernández y Silverio Pérez 163


Rafael Guillén Hernández

Marcos y Conchita Guillén, el embajador Justo Sierra Casasús y Paco Barona

Katy Jurado y Cruz Infante, hijo de Pedro

Servando González y Manuel Alonso Coratella con Rafael y Marcos Guillén 164

Marcos Guillén y Valentín Trujillo


“El Taquito”: una historia que contar

Los hermanos Guillén en compañía de Antonio Ariza, presidente ejecutivo para México, Latinoamérica y el Caribe de Industrias Vinícolas Pedro Domecq, y su esposa Lourdes

Jesús Martínez “Palillo” y el periodista Roberto Blanco Moheno

Fernando López Dávila, Rafael Guillén,Virginia y Sergio Ocampo Carbot 165


Rafael Guillén Hernández

Norma Inés Rivera, María García, Ignacio del Monte y Héctor García

Javier Alarcón, Marcos Guillén y la familia Arnoldi

A la izquierda, Antonio de Labra, Jorge Murrieta, Marcos Guillén, Miguel Alemán Magnani y Heriberto Murrieta 166

Gloria “La Paloma Díaz”

Carlos Alberto y Carlos Betancourt con Rafael Guillén

León Zedillo, Marcos Guillén y Luis Miguel Rodíguez


“El Taquito”: una historia que contar

Juan Miralles Ostos y Monseñor Guillermo Schulenburg

MarcosGuillén, Andrea Ocampo, Patricia Mayén, Annick Ocampo y Rafael Guillén

Alberto Carbot y Fernando Fuentes

Marcela Guillén, Rafael, Maricela Caracheo y Conchita Guillén Hernández, con Juan Manuel Franco Flor, Leticia y Marisela Caracheo, con Rafael Guillén 167


Rafael Guillén Hernández

Francisco Lazareno, Marcos Guillén y don Pepe Ariza

Tere Guillén Hernández, en la caja de El Taquito

Martha Guillén y su esposo Rafael Camacho con Maricela y Rafael Guillén 168

Marcos Guillén y Manuel “Flaco” Ibáñez


“El Taquito”: una historia que contar

Marcos Guillén, Alfredo Leal y Enrique Hernández

Antonio Aguilar, don Rafael Guillén y Manuel Capetillo

Marcos Guillén, Javier Torras Contreras, Carla Guillén, Rafael Guillén Caracheo y Rafael Guillén

QUITAR FOTO

Jose Monroy Zorrivas y don Rafael Guillén Angélica María, el actor Amador Bendayán y el embajador Rodolfo Salcedo

169


Rafael Guillén Hernández

Marcos Guillén, Francisco Aguirre, Jacobo Zabludowsky y Rafael Guillén

Marcos Guillén y Alejandro Aura

Luis Procuna, Rafael Guillén, Luis Castro “El Soldado” y Alfonso Ramírez “Calesero”

María Montaño y Marcos Guillén 170

El inolvidable Vitorino y su familia, con Marcos Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Maricela y Rafael Guillén con Jorge Cruz Elizalde y su esposa Cita

Don Rafael Guillén y Julio Alemán

Herminio Chanona, Alberto Carbot y Francisco “Paco” Chanona

Manuel Galán y familia, con Marcos Guillén

Lucha Villa y don Rafael Guillén 171


Rafael Guillén Hernández

Graciela Mauri y su esposo Héctor, con Marcos y el cantautor Ricky Luis

Martha Andrade del Rosal y don Rafael Guillén

CAMBIAR FOTO

Alfonso “Pompín” Iglesias y sus hijos Alfonso y Manuel, con Marcos Guillén

Don Rafael y Guillermo Cosío Vidaurri

172

Mario Munguía “Matarili”, Carlos Salomón, Rafael Cardona y Manolo Arruza


Marcos y Rafael Guillén con Patricia Alvarado, Arturo Corona y María Elena Leal, hija de la inolvidable Lola Beltrán y el torero Alfredo Leal

“El Taquito”: una historia que contar

Marcos Guillén, José Sulaimán, Guillermo Gazal, Guillermo Orozco Loreto y don Rafael Guillén

Pedro Joaquín Coldwell y Marcos Guillén

Jesús Solórzano, Alfredo Leal, Jorge Díaz Serrano, don Rafael Guillén y Joselito Huerta

173


Rafael Guillén Hernández

Jacobo Zabludowsky, su esposa Sarita, don Rafael Guillén, Patricia Alvarado, Rafael y Marcos Guillén

Ángeles Moreno con Rafael Guillén

CAMBIAR FOTO

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Guillermo Casas, los Guillén y el staff de la revista “Protocolo” 174

Marco Buendía y Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Christian Bach, Fernando Morales Ortiz, don Rafael Guillén, Ana Martin, Edith González y Arnulfo García

Don Antonio Ariza en una intervención afortunada

Bárbara Smyth, Enrique Franco Torrijos, Norma Inés Rivera, José Ernesto Infante y Rafael Guillén

Rafael Guillén y Aldo Bravo “El Chiquis”

Mario de la Piedra, Rita Jaime y Luis Arrache. Con ellos Enrique Cáceres, Guillermo Casas y Daniela Tello

Marcos Guillén, Samuel Rosete, don Rafael Guillén y Raúl Gutiérrez Serrano 175


Rafael Guillén Hernández

Carlos Peralta Quintero, Marcos Guillén y Eduardo Funtanet Martí

Marcos Guillén, el actor Miguel Manzano y Isabel Martínez La Tarabilla

Con los Guillén, Jacobo Zabludowsky y Carlos Abedrop

Don Rafael Guillén, Aurelio Pérez y los hermanos José y Antonio Ariza

Marcos Guillén y Belén Balmori 176

Los destacados compositores mexicanos Tomás Méndez y Mario Molina Montes con Marcos Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Flor Valenzuela, Humberto Matalí, Alberto Carbot y Armando Rojas Arévalo

Rafael Guillén, Ignacio Matus y Alfonso Andrade del Rosal

Alfonso Alvírez y su esposa

El escritor Andrés Henestrosa y don Rafael Guillén

Marcos Romero y Yoloxóchitl Casas

Humberto Flores, Marcos Guillén y Eduardo Funtanet 177


La familia Guillén, con Memo Leal

Juan José Guerra, Alfonso López, Rafael Herrerías y Leopoldo de la Rosa

Rosaura Cruz de Gante y Oliverio Duque

Los hermanos Guillén, con Raúl Sarmiento, José Cevallos y César Martínez. Abajo, Marcos Guillén, Leonardo Curtidor, Carlos Schoreder y Rafael Guillén

178 Sally de Perete, don Rafael Guillén y Katy Jurado


“El Taquito”: una historia que contar

Santiago Sánchez Ramirez, Annick Ocampo, Armando Sanchez, Nancy Ramírez Serrato, Martha Serrato, Nadya Ramirez Serrato, Marisa Díaz Mercado y Pedro Name

Nicole Hassan Ocampo Carbot y Allison Wiest

Annick Ocampo Carbot, Alberto Carbot, Xavier Loyá y Anita Carbot. De lado opuesto de la mesa, Gina Figueroa, Mariana Campos, Juan Campos Vega, Norma Rivera, María García, Amparo García y Dinora Colorado

Jimena Utrilla y René G. Ceniceros con Nicole Hassan Ocampo Carbot

179 Rafael Guillén y Annick Ocampo-Carbot

Hugo Patiño, Rafael Guillén, Glenda Hecksher y Glenda Baca


Rafael Guillén Hernández

Reunión con los primos Guillén

Marcos Guillén y Ernesto Laguardia

Julio Zavala y Marcos Guillén

Heriberto Murrieta y Marcos Guillén con la familia de don Alfonso Ramírez “Calesero”

Fernando Ciangherotti y Marcos Guillén

Juan Manuel Franco, Mónica Vázquez, Óscar Eduardo Franco y Laura O. Guillén

180

Marcos Guillén y Héctor Meneses


Carmelita Guillén y Víctor Manuel Arroyo

Jorge Sainz, Sergio Serrano, Antonio Caballero y Alberto Carbot

Don Rafael, Roberto Cantoral y Severo Mirón Rafael Guillén, María Elena Alfonso de la Higuera y Antonio Caballero Xavier Loyá y la doctora Adriana Vázquez

Rafael y Carla Guillén Mayén, con Monseñor Onésimo Cepeda 181


Rafael Guillén Hernández

El relevo generacional se ha dado entre quienes integran la familia Guillén, desde la fundación de El Taquito

182


“El Taquito�: una historia que contar

Un documento de 1924 en donde consta el arrendamiento del local ubicado de la esquina de El Carmen y Bolivia

183


Rafael Guillén Hernández

El Taquito en los años 20

Reunión familiar en los años 50

184


“El Taquito”: una historia que contar

Abajo izquierda:Don Rafa Guillén de niño con sus padres

El abuelo Marcos Guillén con su hijo David

Rafael Guillén

David Guillén inicia la rutina diaria

185


Rafael Guillén Hernández

Julio Aldama con David Guillén

Errol Flynn, el célebre actor hollywodense -con traje negroy su esposa Patrice Wymore en Mexico 1948

Rómulo O’Farrill con Emilio “El Tigre” Azcárraga

Rafael Guillén a bordo de su camioneta rumbo a un servicio a domicilio en 1957

186


“El Taquito”: una historia que contar

Salón principal de El Taquito en 1950

Marcos y Rafael Guillén

Los hermanos Marcos y Rafael Guillén con Xavier López “Chabelo” acompañados del niño Antonio Aceves 187


Rafael Guillén Hernández

Recuerdos de una comida con Emilio “El Indio” Fernández y Gabriel Figueroa

Enrique y Rafael Guillén sirviendo a Mario Moreno “Cantinflas” Tito Junco, Rosa de Castilla, Sara García, Arturo de Córdova, Marga López, Dolores del Río y Gloria Marín

Raúl “Ratón” Macías con Rafael Guillén Rioja 188

El Salón Rockola, uno de los espacios del restaurante


“El Taquito”: una historia que contar

Rafael Guillén Rioja con Luis Villanueva Páramo “Kid Azteca”

Mónica Welter de O’Farrill, Jose Antonio O’Farrill Ávila, señora Toscano y Víctor Hugo O’Farrill Ávila

Hilda Ávila Camacho de O’Farrill, don Rómulo O’Farrill, Hilda O’Farrill Ávila,Paul Kelly y Roberto O’Farrill Ávila

Ambiente ameno en El Taquito 189


El Taquito un mรกgico lugar lleno de historia, recuerdos y tradiciรณn

190


“El Taquito”: una historia que contar

La gastronomía tradicional mexicana con la excelencia del sabor y el mejor servicio en El Taquito

191


Rafael Guillén Hernández

Juan Manuel Rentería disfrutando unos deliciosos gusanos de maguey

Rafael Guillén y Ricardo Contreras

El Taquito ofrece servicio de banquetes a domicilio y para eventos sociales

192


“El Taquito”: una historia que contar

Alejandro Algara, Mónica Prado, María Luisa Alcalá y Marcos Guillén

Durante la transmisón del programa “La Faena” con Marysol Fragoso y Edgar Morales “El Castor” acompañados de la familia Guillén

Gerardo Flores, Alejandra Pérez Bernal, Miguel Ángel López Farías, con los hermanos Guillén

193


Rafael Guillén Hernández

Marcos Guillén y Macaria

194

Marcos Guillén y Leonardo Benítez

Daniel Ruíz y Marcos Guillén

Gonzalo Vega, Marcos Guillén y Gabriela Rivero

Mauricio Locken y Marcos Guillén

Lupita Gómez, Leticia Perdigón, Marcos Guillén, Leonorilda Ochoa y Paty Mayén

Marcos Guillén y el torero José Luévano


“El Taquito”: una historia que contar

Xavier López Chabelo y Marcos Guillén

Víctor Guaida, José Miguel Sánchez, Juan José Saad, Marcos Guillén, Beto Campo, Miguel Tirado y Rafael Guillén

En un convivio con Jesús Petlacalco y su equipo

Miguel Ángel Mancera y Marcos Guillén

Rogelio Guerra y Marcos Guillén

El almirante Mariano Francisco Zaynez y Marcos Guillén

Humberto Peraza, Adolfo Martínez Urquidi y marcos Guillén

195


Rafael Guillén Hernández

Rodolfo Martínez Rivas y Rafa Guillén

Amigos taurinos con los hermanos Guillén, entre ellos Arturo López Negrete Rafa Guillén y Layda Sansores

Don Rafael Guillén y Juan Osorio 196

José Arroyo, Marcos Guillén y Pedro Haces


“El Taquito”: una historia que contar

Antonio Ariza, Marcos Guillén, Roberto González y Alfonso Ramírez “Calesero”

Octavio Jiménez y su familia con Rafa Guillén

Rodrigo de la Cadena con su familia y Rafa Guillén

Alfonso Andrade del Rosal, una amiga, Gabriela Goldsmith Marcos y don Rafael Guillén

Marcos Guillén, Fabián Lavalle y Rafael Guillén 197


Rafael Guillén Hernández

Memo Parra, Rafael Guillén, Juan Manuel Franco y Marcos Parra

Jose Antonio y Francioli Vazquez con sus colaboradores y Marcos Guillén

198

Cynthia Francesconi y Rafael Guillén

Daniel Giménez Cacho y Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Marcos Guillén, Ricardo Rocha, Rafael Guillén y Sergio Sarmiento Miguel Ángel Cortez y Rafael Guillén

Marcos Guillén, Rosa María de Castro y Javier Alatorre

Rafael Guillén, Ruben Olivares y Rafa Guillén Hijo Con el famoso chef Benjamin Chalupinski y amigos

199


Rafael Guillén Hernández

Transmisión del programa de radio “La Faena” de grupo Radio Mil desde El Taquito

Rafael Guillén Caracheo, Humberto “La Chiquita” González y Tere Guillén

200

Manolo Mejía, Enrique Fraga, Paco Dodoli, Marcos Guillén, Rafael Gil “Rafaelillo”, Manolo Arruza, Roberto Miguel, Jorge Gutiérrez, Alejandro Silveti y Federico Pizarro

Marcos Guillén, Javier Aranda Luna y Rafael Guillén

Rafael Guillén y Ricardo Monreal


“El Taquito”: una historia que contar

Fito, Mauricio Locken, Facundo Arroyo, Heriberto Murrieta-, Isabel Lascurain, Marcos Guillén, Manolo Mejia, Luis Manuel Salvador, Antonio Mura y Manolo

Rafael Guillén y Lucy Racing

Salomón Chertorivski otorga un reconocimiento a El Taquito

David Guillén Nava Y Rafael Guillén

201 El Equipo de Inti Muñoz Santini con los hermanos Guillén


Rafael Guillén Hernández

Marcos y Carla Guillén, Gustavo Mares y Rafael Guillén

Con el matador Bernardino Barsas

202

Don Filiberto Eladio Román, cliente y amigo de muchos años con Rafa Guillén

Jesús Mena con Marcos Guillén

Mario Delgado y Marcos Guillén

Rafael Guillén Caracheo con el embajador de Corea del Sur en Mexico Kim Sang Ii


“El Taquito”: una historia que contar

Marcos Guillén, Carlos Ramos, José Monroy Zorrivas y Rafa Guillén

Rafael Guillén con Bertín, amigo y cliente de muchos años

Marcos, Carla y Rafa Guillén con Pedro Vargas Jr. y su familia

Manuel Fernández “El Rey de las Petacas” con sus amigos y Rafael Guillén

203


Gabriel García Márquez y Rafael Guillén

Marcos y Rafael Guillén con Óscar Casanova Marcos Guillén, Ximena Urrutia, Héctor de Mauleón y Rafael Guillén

204

Marcos Guillén y Gilberto Barrera Con los locutores de México


“El Taquito”: una historia que contar

Rafael Guillén, Tony Besil, Jorge Neme, Miguel Cardona, Marcos Guillén, José Luis Zacarías, Franciso Llamas y Miguel Besil

Marcos Guillén, José Luis Zacarías “El Pajarito”, Rafa Guillén y el doctor Alejandro Bosch

Marcos Guillén y Giovanny Aloy, el rejoneador

Rafael Guillén con Omar Bolaños, Marcos y Carla Guillén, Mauricio Locken y Jesús Santana

205


Rafael Guillén Hernández

Marcos Guillén y Emiliano Gamero Fernando Mora y su familia

Eulalio González “El Piporro” con Marcos Guillén

Marcos Guillén, Manolo Nogueira y Rafael Guillén

Marcos Guillén e Ignacio Garibay Conferencia de Alfaga con Rafael Herrerías y Marcos Guillén 206


“El Taquito”: una historia que contar

Los hermanos Guillén con Ali García Marcos Guillén, Ivette Estrada, Carla Guillén, Alejandro Cortés y Rafa Guillén

La historiadora Veka Duncan, Jonathan Padilla conductor de TV, Rafael Guillén papá e hijo

Con nuestros amigos del mercado de Jamaica, entre ellos Ricardo Espinoza

Rafael Guillén Caracheo y Juan Manuel Acua Miguel Q.Gómez, José Antonio Hernández, Federico de la Luz, Félix González, Rafael Guillén, Francisco Tello, Iván González, Abel Isai y Santiago González

207


Rafael Guillén Hernández

De pie: Humberto Lugo, Aurelio Silva, José Lugo, Fernando Coutiño, Manuel Basurto, Marcos Guillén y Diego Volante. Sentados: Fernando Rodríguez, Raúl Basurto, Ernesto Olivares, Enrique Romero y Jorge Malo

Los hermanos Guillén con Emiliano Abreu, David González, Gustavo Abreu y Ricardo Galán

Jaime Almeida, Francisco Alcalá, Jacobo Zabludovsky, don Rafael Guillén y Joaquín López Dóriga

Rafael Guillén y Beatriz Paredes

208 Alejandro González le brindaun toro a Marcos Guillén

El brindis de Alejandro Silvetia Marcos Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Xavier Loyá, Norma Inés Rivera, Antonio Caballero, Rafael Guillén y Alberto Carbot

Federico de la Luz, Marcos Guillén y la mayora Aída le muestran las delicias de El Taquito a Jorge Garralda

Rafael Guillén, Manolo Gutiérrez cargando a su nieta y Rafael Guillén Caracheo

Jorge Garralda lee la edición de el libro “El Taquito una historia que contar” en su progama de TV “A quién corresponda”

Ivanna Cortés y Silvia Rello con integrantes de la Estudiantina de la Universidad de la Ciudad de México 209


Rafael Guillén Hernández

Restaurante taurino El Taquito, celebra

sus primeros cien años

N

Rafael Guillén

o obstante que han pasado más

cisco Pancho Flores, y conducida por Miguel,

de 50 años, recuerdo a mi papá

su chofer de siempre —a quien no sé por qué

cuando se despedía de nosotros cada mañana.

llamábamos Tahuito—, para dirigirse primero

Todavía me parece verlo subir a la camioneta

a hacer las compras y después al restaurante.

decorada por el famoso pintor taurino Fran-

Mi padre siempre fue un hombre muy trabajador y entregado a sus deberes en el restaurante de la familia. Cuando llegaba, de manera amable pero firme, pedía a sus colaboradores que el lugar estuviera siempre impecable, desde la entrada hasta la bodega; ponía especial énfasis en los salones y la cocina, ésta última siempre con los platillos listos para servirlos a los clientes. Esa rutina que él respetó toda su vida, Marcos y yo —la tercera generación del restaurante— la hemos mantenido, para continuar con la tradición que distingue a nuestro restaurante y que a más de 100 años ha hecho de El Taquito, un lugar de referencia en la cocina mexicana, porque como mi padre decía “Lo importante

La placa conmemorativa

210

no es armarlo, sino mantenerlo”.


“El Taquito”: una historia que contar

La celebración de los Cien Años de El Taquito

211


Rafael Guillén Hernández

Como ya lo hemos comentado, El Taquito se inició de manera formal –es decir con mesas y sillas— en julio de 1923, pero ya desde 1917 los abuelos Marcos y Conchita decidieron vender además de las frutas y legumbres en su recauJose Luis Chávez, Marcos Guillén y Armando Bojórquez

dería, los antojitos que la abuela preparaba. “Si vendiéramos estos tacos y estas quesadillas, de seguro pondríamos un buen restaurantito” –comentaba—. ¡ Y vaya que tuvo razón! Así que un buen día, alquilaron un pequeño local en la esquina, hoy legendaria de El Carmen y República de Bolivia, donde ya cumplimos 102 años. Investigando las evidencias de esos días en que —aunque de manera un tanto improvisada, los abuelos iniciaron lo que años más tarde se convertiría en El Taquito—, pudimos llegar a la

Hugo Vela, Carlos Ramos, Enrique de la Madrid y Rafael Guillén

conclusión de que el restaurante estaba a unos meses de cumplir su primer centenario. Mi hermano Marcos puso manos a la obra y con la ayuda del buen amigo y publirrelacionista Roberto Vivanco, se convocó a los medios y gracias a ese apoyo por parte de nuestros amigos de prensa, radio, televisión y las hoy llamadas redes sociales, se logró una gran difusión para festejar el 3 de agosto de 2017, nuestro aniversario. Fue el entonces secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, quien develó la placa conmemorativa.

La familia Caracheo con Rafael Guillén 212


“El Taquito”: una historia que contar

Francisco Doddoli con Marcos Guillén

Rafael Guillén con Jesús González Schmal

Aunque sencillo, el evento revistió mu-

Armando Bojórquez, Zois Aspro Georgakis, Enrique de la Madrid y Marcos Guillén

con un ¡Felicidades, buen provecho y olé!

cha emoción, alegría y también un poco de

A continuación transcribo algunas de las

nostalgia. La gran familia de El Taquito estuvo

innumerables reseñas que nuestros amigos

acompañada como siempre, por innumerables

periodistas nos dedicaron .

amigos. Después de la ceremonia protocolaria y a la voz de ¡A comer!, salieron de la cocina las charolas muy bien preparadas por quien ahora ya es responsable de la cocina, mi sobrina Carla Guillen Mayén, hija de mi hermano Marcos, quien se lució preparando los tradicionales pambacitos de mole poblano, chalupas, sopecitos, quesadillas surtidas de queso, papa, flor, chicharrón, costillitas con guacamole y rollitos de chiles en nogada, así como las bebidas que hicieron que se levantaran las copas por un promisorio futuro para El Taquito. A coro se brindó Develación de la placa conmemorativa 213


Rafael Guillén Hernández

100 años de

experiencia gastronómica Marysol Fragoso/Esto La placa montada en los muros de El Taquito para la historia

E

l lugar para celebrar los éxitos y curar los fracasos, así definieron los comensales a El Taquito en su

centenario de vida. Efeméride que fue celebrada ayer con Las mañanitas, interpretadas por el tradicional mariachi del buen amigo Miguel Bolaños. El lugar emblemático de la calle de El Carmen en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue el epicentro de aquellos afortunados que primero fueron clientes y más adelante tuMarcos y Josefina Guillén con Francisco Lazareno

vieron la fortuna de convertirse en amigos de la querida familia Guillén. Entre estos se cuenta al director del periódico Esto, Salvador Agui-

Marcos Guillén, Amador Bernal y Rafael Guillén

214

Amigas de la casa, entre ellas Silvia Pérez con Rafael Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

Marysol Fragoso y Miguel Angel García

El doctor Manuel Rosete con Marcos Guillén

Marcos Guillén y Roberto Vivanco González

lera González, Raymundo Vázquez Jiménez, gerente nacional de circulación y promoción y José Manuel Moreno Pérez, supervisor de mercadotecnia; además el gerente general de ABC Radio, Juan Carlos Flores Aquino, quien transmitió en directo su programa de radio

Amigos y familiares a la espera el momento de la develación

desde ese lugar.

Más y más taurinos En el renglón de la tauromaquia llegaron al lugar el diestro Francisco Doddoli, presidente de la Asociación Nacional de Matadores, Pepe Arroyo, tesorero de la Asociación Nacional de Criadores de toros de lidia; matadores como Javier Tapia El Cala, el escritor Guillermo H. Cantú; el doctor Samuel Rosete, así como

La cuarta generación Guillén entrega algunos reconocimientos

Paco Lazareno, que en su momento fue uno de los principales directivos de casa Domecq y varios integrantes de diversas porras de la plaza México.

215


Rafael Guillén Hernández

Heriberto Murrieta, Rubén Oliváres, Marcos Guillén, y Guillermo Leal

Armando Bojórquez, Enrique de la Madrid, Rafael y Marcos Guillén

Denisse y Federico Mendoza, Concepción Santana, Rafael Guillén, Roberto Vivanco y Jaime Altamirano

Marcos Guillén, Ruben Olivares y Salvador Aguilera director del periódico “Esto” Amigos e invitados previo a la develación de la Placa 216


“El Taquito”: una historia que contar

Héroe popular El que robó cámara fue el otrora campeón de boxeo Rubén Olivares El Púas quien llegó cargando un par de guantes y uno de los cinturones que obtuvo a su paso por el mundo del ring, firmado por infinidad de sus rivales, y quien se dejó querer por los asistentes como en sus épocas de gloria.

Eternos

guardianes

En las paredes del recinto permanecen las fotografías con los rostros sonrientes de toreros como Fermín Rivera, Lorenzo Garza, Jorge

Hugo Vela, Carlos Ramos, Rubén Olivares, Enrique de la Madrid y Marcos Guillén

Aguilar El ranchero o la seriedad de Manolete; de artistas como los versátiles hermanos Soler o de las guapas Marilyn Monroe, María Félix y Rosita Arenas, que desde ahí se asomaron como “Carmelo que está en el cielo” para presenciar la “emotiva faena de la tarde” encabezada en una primera parte, por el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal.

Invitados de lujo Posteriormente se llevó a cabo el acto central, a cargo del secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, acompañado por Hugo

Vela Reina presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC); Armando Bojórquez Patrón, presidente de la Confederación de Organizaciones Turísticas de América Latina (COTAL), Carlos Ramos Padilla, presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT), Jesús González Schmal, autoridad del Centro Histórico de la Ciudad de México, Alberto Carbot director de Gente Sur/La Revista de México, y desde luego de los anfitriones Marcos y Rafael Guillén Hernández.

217


Rafael Guillén Hernández

Sangre nueva En el evento, la cuarta generación Guillén, se hizo presente en la juventud de los hijos de Marcos y Rafael, quienes entregaron sendos reconocimientos a los miembros distinguidos del homenaje, el cual inició con una ovación a los fundadores don Marcos Guillen González y su esposa Conchita Rioja, así como para otros miembros relevantes de esta estirpe que ya no están en esta vida, pero cuya figura y obra permanecen en el corazón de quienes los conocieron. Tal fue el caso de amistades entrañables Maricela Caracheo, Rafael Guillén, Eloy Caloca Carrasco, Alberto Carbot, Andrea Ocampo Carbot, Xavier Loyá y David Pineda Colorado

como la del periodista Jacobo Zabludovsky, representado por su viuda Sarita, y los matadores Silverio Pérez y Eduardo Liceaga, a través de sus hijos Silvia y David, respectivamente.

Rafael Guillén, José Razo, Armando Hernández, María Eugenia Mayén, Angélica Díaz, Marta y Francisco Mayén

218

Manolo “El de los sombreros”, Marcos Guillén y Rubén Olivares


“El Taquito”: una historia que contar

Reconoce la Lotería Nacional al restaurante “El Taquito” Norma Inés Rivera

L

a Lotería Nacional para la Asis-

a una sola familia y se ubica en el mismo lugar

tencia Pública (LOTENAL) pre-

desde su fundación.

sentó el billete conmemorativo

La mañana de este jueves se dieron cita en

para reconocer el prestigio y tra-

el emblemático lugar, autoridades de la LO-

dición gastronómica del restaurante taurino El

TENAL para hacer entrega a Marcos y Rafael

Taquito, uno de los más antiguos de la Ciudad de

Guillén Hernández, del billete conmemorativo

México y el único que siempre ha pertenecido

ampliado, mismo que se sorteará el próximo

219


Rafael Guillén Hernández

Laura Maricela Lutzow flanqueada por los hermanos Guillén y “los niños gritones” de la Lotería miércoles, 18 de julio, Laura Maricela Lutzow Torres, directora de Comercialización, expresó que uno de los objetivos de la institución, es destacar a través de las imágenes de los billetes, hechos históricos, personajes y lugares, por lo que consideró “un orgullo para la Lotería Nacional, reconocer a El Taquito, el restaurante taurino más antiguo y unir en este billete, dos tradiciones mexicanas: la gastronomía y la lotería”. Marcos Guillén Hernández —nieto de los fundadores del restaurante, don Marcos y doña Conchita Guillén—, agradeció por su parte, este reconocimiento y señaló que además de ser un Marcos Guillén, Mitzy Molina Ramírez, los niños gritones de Lotería Nacional y Rafael Guillén

220

honor, es también una gran responsabilidad el mantener el nombre y prestigio del restaurante


“El Taquito”: una historia que contar

Doña Cari

que el próximo lunes cumplirá 101 años de vida. “Me siento orgulloso de ser parte de la ter-

Doña Cari firma el libro de visitantes distinguidos de la Lotería Nacional. La flanquean sus hijos Rafael y Marcos

cera generación de la familia Guillén dedicada a preservar nuestra tradición gastronómica y ya está también presente la cuarta generación, con mi hija Carla Patricia Guillén Mayén, quien es

Rafael Guillén con doña Cari

la chef del establecimiento”. Dijo que desde que fue creado, “se ha cuidado mucho el sazón y calidad de nuestros platillos, que en un principio fueron tacos, quesadillas, sopes y carnitas, a los que al paso de los

En la exposicion fotográfica de El Taquito, Alejandro González, Marcos Guillén y Gil Barrios

Marcos Guillén con doña Cari

221


Rafael Guillén Hernández

años se han sumado las sopas, los moles, los cortes de carne, y los pescados, para conformar una carta muy completa, agregando especialidades de temporada como los escamoles, los gusanos de maguey y los chiles en nogada, que incluso han merecido el premio a los mejores chiles en nogada de la Ciudad de México”. La foto del recuerdo

“Gracias a un bien ganado prestigio, El

La llegada de “los niños gritones” de la Lotería

Marcos Guillén dirigie un mensaje a los invitados al evento El anuncio del Premio Mayor 222


“El Taquito”: una historia que contar

Jorge Escudero con Marcos Guillén

Varios millones a repartir por parte de la Loteria Nacional

Taquito ha servido a personajes como el presi-

al sorteo que se llevará a cabo en el edificio de

dente Álvaro Obregón, el Papa Juan Pablo II,

la Lotería ubicado en Paseo de la Reforma y

el presidente Kennedy, el príncipe Carlos de

Rosales, el miércoles 18 de julio a las 19 horas.

Inglaterra o Marilyn Monroe, por mencionar

Al término de la conferencia —como pri-

unos pocos”, señaló e invitó a acompañarlos

micia del sorteo del billete conmemorativo—,

Muchos invitados se dieron cita en el evento

La rueda de la fortuna con 45 mil bolas

223


Rafael Guillén Hernández

Diferentes aspectos de la exposión fotógrafica

Segunda, tercera y cuarta generaciones

224


“El Taquito”: una historia que contar

Marcos Guillén con el ingeniero Acevedo y La Porra Libre de la Plaza de Toros México

Paulina y Rafael Guillén

Mitzy Molina Ramírez, gerente de Sorteos de la Lotería Nacional, presentó a Regina Urbina y Jonathan Hernández, dos de los “niños gritones”, quienes en el tradicional estilo exclamaron: ¡Cien años de ser el sabor del Centro Histórico, restaurante El Taquito, Premio Mayor, Premio Mayoooooor!. Andrés Calderón, Daniel Loeza y Francisco Fernández Alonso

Fernando Mora, Rafael Guillén, Gabriela y Tere Mora Guillén

Amigos de la Lotería Nacional, entre ellos, Iriana Prado, Rafael Campos, Normita Caballero, Paty Figueroa, Gabriel Gálvez y Óscar Hernández 225


Rafael Guillén Hernández

Jorge Interiano, Raúl Palma y Gerardo Palomino

226

Norma Inés Rivera y Antonio Caballero

Ricardo Davar y su esposa Paty

Juan Manuel y Mariana Franco con Norma Caballero

Don Amador Bernal y su familia

Carmelita y Conchita Guillén Bribiesca


“El Taquito”: una historia que contar

Cynthia Lara, Paty Mayén, Gabriela Mora, Marcos Guillén y Tere Mora

Amigos y familias Guillén y Caracheo 227


Rafael Guillén Hernández

El Taquito, testigo de la vida de México por más de 100 años Norma Inés Rivera

R

afael Guillén Hernández uno de Los

últimos años como la mayoría de los estableci-

herederos de la dinastía Guillén funda-

mientos formales de la zona, por el ambulantaje

dora del restaurante El Taquito y autor

que se ha apoderado de las calles y aceras.

del libro que documenta la historia del lugar

La descontrolada actividad de los vendedo-

que ha cumplido ya sus primeros 100 años de

res informales asfixia el perímetro de las calles

vida, está de acuerdo en el popular dicho

de El Carmen, en la capital del país e impiden

que reza que los tres actos fundamentales

que El Taquito funcione a plenitud. Pero a pesar

del hombre son tener un hijo, sembrar un

de esas vicisitudes, el restaurante sigue siendo

árbol y escribir un libro. Pero acota con

una especie de santuario de la buena cocina

ironía que “lo difícil siempre ha sido criar

mexicana.

ese hijo, preservar el árbol, y hacer que la gente lea el libro”.

que “cuando lo abro y observo las fotografías

Y en esa tarea autoimpuesta, luego

de toda esa gente que por más de 100 años ha

de varios años de trabajo, El Taquito una

estado entre nosotros –artistas, toreros, pintores,

historia que contar —prologada por Jaco-

deportistas, empresarios, políticos, periodistas,

bo Zabludovsky—, reseña la historia del

religiosos e intelectuales nacionales y extran-

lugar y da cuenta de las personalidades

jeros—, no dejo de asombrarme, porque eso

que lo frecuentaron, entre ellos toreros,

habla del cariño y de la devoción que ellos le

artistas, pintores, empresarios, deportistas

han tenido a nuestro restaurante. Y por supues-

y dignatarios. Empero, reconoce que el restau-

to, también dice mucho de la buena comida y

rante —referencia obligada entre los amantes

atención que se les brinda.

de la buena cocina—, se ha visto afectado en los

228

Al referirse al libro, Rafael Guillén asegura

Me gusta ver la expresión de los rostros


“El Taquito”: una historia que contar

de nuestros comensales, cuando por ejemplo

dista Jacobo Zabludovsky, autor del prólogo

descubren las imágenes de inolvidables estrellas

del libro y considerado el mejor promotor del

y grandes actores compositores e intérpretes

restaurante en cuyo menú figura en su honor

como Dolores del Río, María Félix, Tongolele,

el entremés del licenciado conformado por

Tin Tan, Palillo, Elsa Aguirre, Pedro Armen-

carnitas cecina de res quesadillas guacamole

dáriz, Cantinflas, Agustín Lara, Pedro Infante

chicharrón y queso fundido.

o Raphael, quienes los convirtieron en su lugar predilecto.

En las paredes del lugar destacan las fotos de inmortales maestros de la

Por igual recorren las fotos que dan testi-

pintura como Diego Rivera José Cle-

monio de la estancia entre nosotros de conno-

mente Orozco, David Alfaro Siqueiros

tados toreros como Manolete u otras grandes

José Luis Cuevas o famosos deportistas

figuras de la talla de Ignacio Sánchez Mejía, Luis

como Hugo Sánchez, Rubén El Púas

Miguel Dominguín, Silverio Pérez, Alberto Bal-

Olivares, Enrique Borja o Julio César

deras, Luis Castro y Carlos Arruza entre otros

Chávez –comenta Rafael Guillén.

Después fueron haciendo presencia nuevos

El Taquito no es solamente un

amigos que figuraban en la prensa, el cine, la

negocio familiar. Para nosotros es una

radio y la televisión, como Manolo Martínez,

responsabilidad y un orgullo que per-

Manuel Capetillo, Eloy Cavazos, Miguel Espi-

sonajes como el presidente Kennedy el

nosa Armillita y Curro Rivera.

príncipe Carlos o el Papa Juan Pablo II,

“El Taquito sigue en El Carmen 69. El

hayan degustado nuestra comida, pero

Centro Histórico se adorna y lo luce como una

sin duda entre esa larga lista de gentes ilustres

medalla ganada a pulso en la defensa de esos

destaca quien en su momento fue considerada

lugares que dan carácter y trazan la fisonomía

la mujer más bella del mundo: Marilyn Monroe,

de una ciudad. Hay lugares integrados al paisaje

quien durante su visita a México, no solamente

urbano y a la historia de la ciudades donde se

comió aquí, sino bailó con Rafael mi padre, dice.

ubican El Taquito es uno de ellos único con sus

Marcos y Conchita fundaron el restaurante

características no haber cambiado de nombre

hoy ya centenario. Esperamos llegar más allá y

ni de lugar y haber pertenecido siempre una

continuar con la tradición de servicio y calidad

misma familia”, escribió el legendario perio-

que siempre nos ha distinguido”, reitera.

229


Rafael Guillén Hernández

El Taquito fue recinto alterno de Palacio Nacional; Emilio Portes Gil y Adolfo López Mateos despacharon desde allí Alberto Carbot

E

l Taquito era un lugar que so-

banquetes a los presidentes. Después de Calles,

lían visitar de tarde en tarde a

el primer mandatario que acudió al restaurante,

varios presidentes de México y

fue Lázaro Cárdenas.

sus ministros, y con el tiempo hasta se con-

“La ciudad era muy pequeña y los abuelos

virtió en el despacho alterno para algunos

le atinaron al ubicarse en el centro donde todo

mandatarios y sus colaboradores. El primer

se concentraba; ahí se ubicaban los principales

presidente en visitar el popular restaurant

comercios, la universidad y la vida política se

en los años veinte, fue Plutarco Elías Calles.

desarrollaba en Palacio Nacional o sus alrede-

Su antecesor Álvaro Obregón —minutos antes de morir acribillado por José León

Durante algún tiempo, el restaurante

Toral en el restaurante La Bombilla, donde el

convirtió en una especie de anexo informal del

mandatario electo recibió el saludo de sus

despacho presidencial, porque Emilio Portes Gil

correligionarios—, había disfrutado entre-

llegaba a El Taquito dos o tres veces por sema-

meses mexicanos elaborados a petición del

na en punto de las 2 de la tarde y la comida se

sonorense en la cocina de El Taquito, en El

extendía hasta que sacaba adelante los asuntos

Carmen 69 y servidos luego en el comedor

del día. Y para ilustrar esta familiaridad con el

de La Bombilla, ubicado en San Ángel, donde

presidente tamaulipeco (1928— 1930) Rafael

fue asesinado. Rafael Guillén Hernández recuerda que

Guillén narra una curiosa anécdota que su abuelo le refirió:

fue su abuelo don Marcos quien personalmente

“Una tarde, un estudiante de la Escuela

supervisó los sopes las quesadillas y las carnitas

Libre de Derecho, que vivía en la casa del es-

servidas en esa ocasión, y considera que desde

tudiante, llegó al restaurante —de la misma

entonces dio inicio la tradición de preparar los

230

dores”, comenta.


“El Taquito”: una historia que contar

forma en que lo hacían varios muchachos—,

gustaba convivir con la gente y caminar por

para pedirme que le fiara la comida, pues tenía

las calles del Centro. Incluso cuando concluyó

invitados a los que quería halagar, pero en ese

su mandato presidencial, continuó solicitando

momento no tenía dinero”.

nuestros servicios para los desayunos o comidas

Mi abuelo le financió la comida, pero poco

que ofrecía en su residencia de San Jerónimo.

después dejó de tener noticias suyas. Años más

Luego, acudirían o se les daría servicio,

tarde, ese personaje volvió sin anunciarse, para

a todos los demás presidentes —desde Díaz

saldar el adeudo. Se trataba de Emilio Portes Gil,

Ordaz hasta Vicente Fox—, aunque éste lo hizo

ya investido como presidente de la República.

en la sucursal que por algún tiempo

—Don Marcos, disculpe el retraso, pero

funcionó en las calles de Holbein. Fe-

vengo a pagar mi cuenta —le dijo sonriente

lipe Calderón no tuvo oportunidad de

Portes Gil.

hacerlo como mandatario en funciones,

—Señor presidente, ni se preocupe por

y al parecer tampoco Enrique Peña Nie-

pagarme la cuenta; mejor págueme los intereses

to, pero estamos seguros que lo harán

—le respondió bromista mi abuelo.

cuando tengan oportunidad y nos dará

Don Emilio, mientras comía en El Taquito,

mucho gusto atenderlos.

aprovechaba para atender a la gente que había

De la misma forma casi todos los

citado en Palacio Nacional; muchos aquí hacían

regentes y jefes de gobierno capitalino

la antesala para verlo. Y si el presidente quería

desde Ernesto P. Uruchurtu hasta Mi-

hablar con su secretario de Hacienda, pues

guel Ángel Mancera —quien acudió a

simplemente lo mandaba llamar y lo integraba

la conmemoración de un aniversario de

el grupo —señala Rafael Guillén.

El Taquito—, han comido con nosotros.

“Luego, varios de sus colaboradores imi-

“Para mi hermano Marcos y yo

taron al jefe; despachaban en el restaurante

—al igual que otros miembros de la familia

acompañados de buena comida y buena bebi-

Guillén Hernández—, mantener la tradición del

da” –comenta.

buen servicio y la buena comida de El Taquito

“Esa inveterada costumbre la replicó don

es lo fundamental, pues así nos lo inculcaron

Adolfo López Mateos —un gran amigo de

nuestros abuelos, nuestros padres y tíos, y así

mi padre Rafael y mis tíos, a quien además le

lo haremos con nuestros hijos”, señala.

231


Rafael Guillén Hernández

Un par de entrevistas muy taurinas

David Guillén y Carlos Arruza

E

n la casa de Libra, donde nos

La obra recoge las impresiones de diversos

criamos -ubicada en la colonia

personajes relacionados con la familia taurina.

Prado Churubusco-, siempre me

Dada su importancia, quise reproducir en este li-

llamó la atención la biblioteca, que aún existe, y

bro la entrevista que le hizo a mi tío David Guillén

que se le conoce como El estudio, en la cual mis

el 25 de marzo de 1956, y otra, con el matador

padres guardan todavía sus libros y recuerdos.

Carlos Arruza.

En ella encontré un pequeño libro, de Ra-

“Sin ninguna exageración, han hecho más

fael Morales Clarinero, que contiene más de 100

los Guillén, con El Taquito, por la fiesta brava,

entrevistas que originalmente fueron publica-

que muchos que se visten de luces o escriben de

David Guillén (tercero das en el semanario El Redondel y en la revista de izquiera a derecha), Crónica Ilustrada. haciendo el paseíllo en

toros”, aseguró. He aquí las entrevistas:

La afición

de

David Guillén

David Guillén es amable y simpático y los llamados de las diferentes mesas para charlar con él, o para decirle salud, se suceden… Mientras los inevitables y múltiples asuntos del negocio lo alejan, el entrevistador admira los motivos taurinos del salón. -¿Cómo se le ocurrió darle este cariz tan taurino a El Taquito, por afición o por negocio?

232


“El Taquito”: una historia que contar

David, realiza un “Molinete” invertido, algo descompuesto

-Exclusivamente por afición. Usted comprenderá que lo principal del negocio estriba en

-Pero usted debe tener tanta afición como su padre, porque esto cada día se tauriniza más.

los guisos, y que lo demás es un complemento

-La afición la tengo desde que me acuerdo.

que daría el mismo resultado si en lugar de

Mi padre me llevaba a las corridas de toros

toreros fueran estrellas de cine.

siendo muy niño, ¡inclusive quise ser torero!

-Tiene usted razón. ¿Cómo empezó?

-¿Cómo?

-En realidad, la idea y el negocio son de mi

-Sí, en plan de novillero, vestido de luces

padre, Marcos Guillén, aficionado de hueso co-

y toda la cosa, toree cuatro tardes en Tacuba y

lorado. Desde sus principios esto se caracterizó

dos en Vista Alegre. Tuve suerte, pero se me

por su taurinismo.

acabó pronto porque en la tercera novillada en

-¿Así que usted no es el dueño?

Vista Alegre recibí una cornada de veinticinco

-No, yo represento a mi padre, soy algo así

centímetros, que me atravesó el muslo derecho.

como el gerente y me ayudan mis hermanos

Mi familia se asustó mucho y mi madre me hizo

Enrique y Rafael en el manejo del restaurante.

jurarle que me quitaría de los toros.

233


Rafael Guillén Hernández

-¿Nunca pensó en faltar a su juramento?

dice que es mejor que yo y yo que él, claro que

-No. Además del cariño y respeto a mi

nunca nos ponemos de acuerdo. Con Enrique

madre, hubo dos detalles que hicieron más

Gaona, Pedro Vargas Jr.; los generales Gómez

firme mi propósito: un consejo de El Califa

Velasco y Eladio Ruiz, el doctor Joel Marín, y en

Rodolfo Gaona, amigo de la casa y mi maestro,

muchos de los festivales que he tomado parte

y la muerte de Miguel Gutiérrez.

han salido toreros de renombre, como Arruza,

-¿Cómo estuvo eso?

Silve­rio, Procuna, de banderilleros. Por cierto

-Gaona fue a verme al sanatorio y me

que el último novillo que maté lo regaló Carlos

dijo: “Mira, no seas tontejo, tú tienes qué comer y muy sabroso además. No vas a llegar a ser buen torero, porque eres muy bajito,

-¿Cuántos años tiene de ver toros y cuáles han sido sus toreros predilectos?

y en esto más que nada, se es o no se es. Lo

-Veo toros hace más de treinta años. Vi al

mejor que puedes hacer es dejar todo por la

Gallo, a Belmonte, a Nacional… En cuanto a mis

paz”. Por el mismo tenor opinó mi padrino,

gustos por determinado torero, me pone en

el doctor Rojo de la Vega.

un brete, porque todos sin excepción son mis

En cuanto a lo de Miguel Gutiérrez, le confieso que me impresionó mucho su muerte. Me acababa de levantar de la cama; tenía

234

Arruza…

amigos ¿Qué, aquí no se vale pasar? -De valerse sí, pero al público y a mí nos interesa mucho su juicio. Así que usted dice.

que apoyarme de un bastón, y fui a la plaza

-Bueno, le echaré valor: de los de antes,

con el doctor Guillermo Morales Ortiz, que

el que más me gustaba era, sin lugar a dudas,

tan maravillosamente me curó la cornada

Rodolfo Gaona. De los modernos Pepe Ortiz,

y que me hizo favor de invitarme. En esas

Alberto Balderas, Chucho Solór­zano, El Soldado,

condiciones sobrevino la tragedia de Miguel.

Lorenzo Garza; de los contemporáneos, Carlos

¡Fue una cosa tremenda!

Arruza, el más completo y el mejor; Silverio, el

-¿Pero como aficionado sí torea?

de más sentimiento; Antonio Velásquez, Cape-

-Sí, la afición no se me ha quitado. He

tillo, Chucho Córdova, Luis Procuna, El Cale­

toreado con el doctor Alejandro Velasco Zim-

sero… y no le sigo, porque si menciono a todos,

brón. Con Jesús Cabrera, con quien siempre he

corro el riesgo de omitir a alguno. Posiblemente

tenido una controversia en plan de broma; él

ya he dejado de nombrar a alguien.


“El Taquito”: una historia que contar

-Eso es natural y ellos sabrán comprenderlo.

Se me quedaron al estarlo amortajando. Los

¿De los diestros españoles, quién le ha gustado

conservo, así como el corbatín que traía esa

más?

tarde…

-He visto muy buenos toreros, pero el que más me convenció y me impresionó fue

-¿Y ese óleo de Manolete, secándose el sudor con una toalla, de quién es?

Manolete. -¿Es cierto que Manolete, en la vida privada era simpático y alegre? -Efectivamente. La seriedad impresionante de la plaza desaparecía y era muy agradable. Tengo su retrato autografiado… Ah, y una anécdota: aquí dejó olvidados su abrigo y sus guantes la última vez que se fue a España. Del aeropuerto mandó a José Flores González Camará por ellos y yo se los entregué, como era natural, pero sinceramente le digo que si he sabido que no volvería a verlo, me quedo con ellos… ¡serían unas reliquias taurinas! -¿De ese tipo de objetos, tiene usted algunos? -Unos algodones llenos de sangre de Alberto Balderas.

David Guillén . Una merecidísima vuelta al ruedo con una oreja en la mano

235


Rafael Guillén Hernández

-El cuadro no lo hizo un pintor famoso. Me gustó y por eso lo compré. -¿Esa cabeza de toro tiene su historia?

puede decir que no falta ninguna. -Gran parte de la clientela está formada por gente famosa, ¿recuerda algunos nombres?

Poco taurina, pero muy significativa.

-Pues… María Félix, Dolores del Río,

Me la regaló el general Maximino Ávila

Esther Fernández, y para no ocupar es-

Camacho, y es de un toro de El Rodeo; me

pacio, todas las artistas de cine; Carmen

la dio por bonita.

Sevilla, Cantinflas, que nos distingue con

-¿Y aquélla?

su amistad y es muy amable; Agustín Lara,

-Me la regaló Luis Procuna. Es una de

también mi amigo…

las que más él aprecia. Es del toro con el

-¿Los políticos no vienen a El Taquito?

que triunfó tan apoteósicamente aquella

-Cómo no; el general Cárdenas, el li-

tarde en la que alternó nada menos que con

cenciado Portes Gil, Ortiz Rubio, el licen-

Manolete y con Pepe Luis Vásquez.

ciado Miguel Alemán y nuestro presidente

-No le sigo preguntando por la historia

don Adolfo Ruiz Cortines, que conoce la

de cada cabeza, porque no acabaríamos. Pero

historia de El Taquito, porque viene con

cuénteme ¿de qué pintores son los cuadros?

mucha frecuencia.

-Tenemos cuadros de Antonio Ximé­ nez, Luis Carreño y Pancho Flores. Algu-

-Bueno David, muchas gracias por decir todo esto, que sin duda va a interesar a la gente…

nos de aquel salón son de él, y todavía tiene

Un ciclón llamado Carlos Arruza

qué entregarnos más. -¿Allí qué va a poner? -Una especie de puerta forrada de azulejos, estilo Talavera, que representa

En el libro de Clarinero también se

un momento de Gastón Santos, que espero

reseña otra entrevista que le hizo al torero

que venga a la inauguración.

Carlos Arruza en abril de 1955.

-Algún torero debe caerle pesado y por ello no tener su foto aquí…

-¿Cuál es tu opinión sobre la crisis taurina?

-Eso no. Aquí tengo las fotografías

-La crisis es general, no exclusi­

de todos, dedicadas por ellos mismos. Se

vamente taurina. El no poder traer a los

Una sonrisa con “El Ciclón” Carlos Arruza 236


“El Taquito”: una historia que contar

237


Rafael Guillén Hernández

toreros catalogados como figuras, se debe al bajo cambio de nuestro peso. Tú sabes

en Querétaro?

que cobraron más; pero tomemos como

-Sí, el 25 de diciembre de 1942, a un

base los doce mil dólares que ganaban en

toro de Dos Peñas, que le brindé al licen-

Suda­mérica, que convertidos a pesos son

ciado Carlos Septién (q.e.p.d.).

algo así como ciento cuarenta mil, que son muchos pesos. Y para que la gente se meta a la plaza no basta con una o dos figuras… -¿Y qué explicación le encuentras a que

-¿Antes de darla en público, habías ensayado “La Arrucina”? La había dado en la ganadería y entrenado de salón.

en las taquillas de los cines todos los domingos

-¿Y “El Péndulo”?

haya cola?

-Ese sí fue sin querer. Lo di en Tole-

-Cobran cuatro pesos y las películas no tienen tardes malas.

do, a un toro que tenía la tendencia de salirse de la muleta. Hubo un momento

-¿No te parece que en lo imprevisto del des-

en que no me lo pude echar por delante

enlace radica gran parte del atractivo de la fiesta?

y surgió el primer pase de El Péndulo.

-La fiesta es como la vida: si de antemano

Después le di dos a ese mismo toro que

se supiera qué va a pasar, no tendría chiste…

propiamente me lo enseñó, gracias a su

Pero esto sólo lo comprenden los aficionados

defecto.

y no la gente que busca divertirse. -Hablemos de los toreros que te hayan parecido mejores. -Mejor no. Unos más, otros menos, pasamos el mismo miedo, y esto nos hace en ese aspecto iguales. -¿Crees haber sufrido cambios en tu forma de torear a lo largo de tu carrera? -Sí, cambié cuando vi a “Manolete”. No el estilo, porque con él se nace y se muere, pero sí la técnica.

238

-¿”La Arrucina” la diste por vez primera

-¿Cómo es más peligroso, en largo o en corto? -Es más emocionante de largo, pero igualmente peligroso. -En Barcelona lo diste de largo y lo llamaron “El pase del espanto”. ¿O no? -Así fue. Por cierto que también lo llamaron El pase del millón, haciendo alusión a lo que cobré. -¿Y la entrada a las banderillas en zig zag, cómo se te ocurrió?


“El Taquito”: una historia que contar

-Me la inspiraron los rejoneadores portugueses que así alegran al toro. -¿Si no hubieras sido torero, qué te hubiera gustado ser? -Empecé tan joven que no me dio tiempo de pensar en otra cosa y después me gustó tanto ser torero, que no desee ser nada más que eso. -¿Cuántos toros habrás matado? -Pues… empecé en 1935, a un promedio de treinta corridas por año y de setenta toros tomando en cuenta los mano a mano… aproximadamente mil doscientos sesenta. -¿No te molestó que en España se te reconociera inmediatamente como figura y aquí se te regatearan al principio méritos? -No. La lucha es la que forja a uno, y ahora se siente mejor haber luchado mucho para conseguirlo. -¿Los mejores públicos? -En todas partes conocen; el que es figura en México lo es en todo el mundo, lo mismo en España que en Perú, Venezuela. -¿Por qué no eres orgulloso, pretencioso, estirado, en fin, como sería cualquiera que siendo tanto como tú, no fuera tú? -Yo no soy torero más que en la plaza, hay quien dice que hay que ser torero las veinticuatro horas del día, pero yo creo que en la calle toda somos sufridos y humanos.

Lorenzo Garza y David Guillén 239


Rafael Guillén Hernández

Jacobo

Zabludovsky

El gran amigo de la casa

E

n esta parte escribo, con mucho respeto, acerca de alguien a quien he admirado toda mi vida. Cuando nací o me vi

por primera vez en el restaurante, Jacobo Zabludovsky ya llevaba más de treinta años de gran amistad con los Guillén. Recordar miles de situaciones que la familia ha vivido con este gran hombre sería imposible, así que mejor voy a escribir acerca de lo que he escuchado de él, algunas veces directamente de la televisión, otras de la radio y unas más en la mesa, durante una rica comida, precisamente en El Taquito. El licenciado siempre estuvo en nuestras reuniones más significativas, en las fiestas de cumpleaños de mi padre o en algún aniversario del restaurante. Pero también aparecía en cualquier momento, para probar el mole que aquí se prepara, que es uno de sus platillos favoritos. Una de las ocasiones en que más me emocionó verlo, fue el 18 de enero de 1997, en la iglesia de El Carmen. Yo estaba bastante nervioso por dejar mi soltería, para unirme con mi querida Maricela. Era el día de mi boda y tuve el privilegio de contar

Jacobo y su familia, festejan en El Taquito, su titulación como abogado en 1967 240


“El Taquito”: una historia que contar

241


Rafael Guillén Hernández

con su grata presencia y la de su esposa Sarita.

es simple: son muchas pero son diferentes. Lo

Por cierto, en otro lugar, a esa misma hora, se

mismo se le ve retratado con algún cliente que

celebraba el muy publicitado enlace eclesiástico

con un presidente, pasando por artistas, perio-

de la cantante Lucerito.

distas, deportistas o toreros.

En su lista de invitados -aseguraban los

Otra pregunta muy frecuente es por qué

medios informativos-, destacaba Jacobo Za-

se refiería muy seguido a El Taquito. Bueno,

bludovsky.

aquí la respuesta, además de simple, es clara:

Creí que por tal razón no estaría con noso-

por cariño. Por ser el testigo principal de la

tros. Sin embargo, como él dice: la amistad está

larga historia del restaurante que se encuen-

primero, asistió complacido. Mil gracias por ello.

tra enclavado en el barrio que lo vio nacer y

Un homenaje permanente a don Jacobo

evolucionar, primero como estudiante y luego como periodista. Él vio también cómo este modesto negocio fue creciendo en manos de una familia

El autor y Maricela, el día de su boda. Con ellos, Jacobo

Muchas veces los clientes que visitan el

sencilla y conoció perfectamente a los funda-

restaurante preguntan por qué hay tantas fo-

dores, a los papás de los sucesores, con quienes

tografías de Jacobo Zabludovsky. La respuesta

tuvo una estrecha amistad. Ser testigo de este desarrollo despertó una bonita relación, primero como cliente y luego como amigo. Él fue originario del barrio, no de El Carmen sino de La Merced. Vivió en la calle de Mesones número 62 y luego en San Jerónimo 134, donde tenía de vecino al periodista Felipe Ureña Uribe, corrector de pruebas de El Nacional.

242


“El Taquito”: una historia que contar

Fue en ese periódico, justamente, donde olió la tinta de las rotativas por vez primera.

ubicado en las calles de San Ildefonso, Justo Sierra y Belisario Domínguez.

También nos contaba que estudió la primaria

El paso obligado de los miembros de la

en la escuela República del Perú M2424, que co-

Casa del Estudiante, ubicado frente al jardín

lindaba con la Secundaria Número Uno, que

de El Carmen, era por El Taquito: El Carmen

actualmente se llama España.

esquina con República de Bolivia.

De ahí se fue a la preparatoria y luego a la

Además, su gran afición por los toros fue

Facultad de Derecho en el Barrio Universitario,

algo determinante, pues El Taquito era el único

Jacobo presenta en su programa, una de las legendarias recetas de El Taquito. Con él, David Guillén

243


Rafael Guillén Hernández

Alberto Pélaez, corresponsal de Televisa en Madrid, Rebeca de Alba, Sarita y Jacobo Zabludovsky, Kasia Wyderko y Rafael Guillén

restaurante taurino de México y me imagino

“La emoción de ver pasar un toro es el

que cuando por primera vez entró a comer a este

momento efímero en que el ser humano, con

lugar, hubo mucha química. Como él dice, el

su inteligencia, se impone sobre la fiereza de

toreo es una fiesta rodeada por una cultura que

una bestia y crea un instante plástico de belle-

creó ella misma, pues la vemos en la literatura,

za, donde todo se conjunta y es irrepetible y

en la música y la pintura.

emocionante”.

Aquí podía apreciar los óleos de Pancho Flores y algunas esculturas de Humberto Peraza;

Una amistad de las buenas

en fin, todo gran conocedor y aficionado sabe que en El Taquito se refleja toda la fiesta.

244

El licenciado Jacobo asistió a El Taquito

En un programa que le hizo su hijo Abra-

más de 65 años, que son los que tiene la Plaza

ham, le preguntó qué era para él la tauroma-

México. Durante los diez que el restaurante

quia, y Jacobo respondió:

mantuvo la sucursal frente a la Monumental,


“El Taquito”: una historia que contar

pasaba a comer sus quesa­dillas, costillas fritas y un buen pollo en mole poblano, antes de ir a los toros. Lo dijo muchas veces: “Por aquí no hay otro lugar como éste para venir antes o después de la corrida”. Siempre estuvo con nosotros en momentos de alegría o de problemas, echándonos la mano para salir adelante. Me acuerdo mucho cuando íbamos a verlo a Televisa Chapultepec, a saludarlo o a platicar con él algunos minutos; siempre nos recibía con alegría y amabilidad. Realizó con nosotros muchas fiestas y reuniones familiares o de trabajo. Los aniversarios de 24 Horas, entre otros, los festejaba aquí. Lo

en vivo desde este restaurante, que se llamó La

acompañaban todos sus colaboradores, entre

hora cero, por eso se le puso ese nombre a uno

ellos Joaquín López Dóriga, Lolita Ayala, Jorge

de los salones. Además, el Salón Jacobo Zablu-

Berry, Amador Narcia, Aurelio Pérez -su gran

dovsky está decorado con decenas de fotos del

amigo, ya fallecido-, Fernando Alcalá, Félix

reconocido periodista.

Cortés Camarillo, Magdalena García de León y su hijo Abraham, heredero de su talento. Una

Él decía que es muy importante conservar una amistad, antes que una noticia:

tarde, por ejemplo, llegó inesperadamente con

“Tengo muy clara la jerarquización de los

Rebeca de Alba, otras con sus corresponsales

valores: primero la amistad, que es un valor, y

de Europa, como Alberto Peláez y su hermana

luego el ejercicio de una profesión, que se ad-

Cayetana, también con el cantante Raphael.

quiere después. Primero naces hombre y luego

Asimismo ha llegado a comer con casi todos

adquieres un oficio. Soy periodista, lo he sido

los presidentes de México y varios jefes de go-

y lo seguiré siendo toda la vida hasta el final,

bierno. ¿Con quién no?

pero nunca traiciono una amistad por una no-

En los años cincuenta, realizó un programa

Un cartel taurino con motivo del primer aniversario de 24 Horas

ticia”. Ése fue Jacobo Zabludovsky. Alguna

245


Rafael Guillén Hernández

vez lo escuché diciendo: “Amigos, no tengo

que toda música buena te puede producir, es

muchos, creo que los puedo contar con los

una historieta completa de alguna vivencia o

dedos de una mano y quizá me sobren dedos.

experiencia con alguna mujer, no como el bo-

A estas alturas de la vida, uno no quiere más

lero que describe un sentimiento o un estado

amigos, sino no perder a los que tiene”.

de ánimo”.

Tangólogo de corazón

Sobre el tema del tango, en una ocasión Guillermo Ochoa le preguntó de dónde le había salido su afición por esta música, y él

Algo muy característico en él fue su buen El festejo del XV aniversario de 24 Horas, como era ya costumbre, se realizó en El Taquito

246

gusto por la música. Decía que era tangólogo:

respondió: “Pues yo creo que también algunos vecinos le hacían al tango ahí donde yo

“El tango es una canción de Buenos Aires

vivía, y… me fui aficionando porque es una

y Montevideo, no de Argentina; es la emoción

música que me gusta mucho. Está hecha por


“El Taquito”: una historia que contar

músicos magníficos que venían con una

“Hola Rafa, ¿cómo les ha ido? Quiero

tradición musical desde Italia, de varias

que me prepares una cenita, algo ligero

generaciones, se encontraban en Argentina

para esta noche, una taquiza estaría bueno,

con un surgimiento en el Buenos Aires de

me despido del programa 24 Horas.

fin de siglo; coincidieron también con un

“Avísale a tu papá y a Marcos, nos ve-

grupo de poetas populares muy hábiles,

mos en la noche al terminar el programa,

que incorporaron a las letras de los tangos el

¿está bien?”

lunfardo, que es una jerga o el caló de Buenos

Correcto, le contesté y de inmediato

Aires, y han creado un tipo de música que

comencé a preparar el encuentro de su

dentro de sus alcances, sus limitaciones, es

equipo noticioso en las instalaciones de El

muy bueno.

Ta­quito. Fue la última con sus colaboradores

“Por ejemplo, Viena tiene el vals y Bue-

del noticiero y con los señores Azcárraga,

nos Aires el tango y no hay otra ciudad o

Alemán, su familia con sus hijos, nietos y

país del mundo que tenga su propia música

sus más entrañables amigos y un montón

o que puedas identificarla con una ciudad,

de invitados más que estuvieron presen-

más que el tango o el vals, creo yo. Porque

tes, como Alejandro Burillo, y Guillermo

en México tenemos la música ranchera, pero

Ortega.

es por regiones, no de una ciudad”.

24 horas. Una memorable despedida

La reunión se prolongó hasta las dos de la mañana; fue una fiesta con sentimientos encontrados, triste pero al mismo tiempo alegre. Al día siguiente, en todos los medios

Cuando el dólar estuvo a 8.18 y faltaban 711 días para el año 2000, aproximadamente a las 11 de la mañana del 19 de enero de 1998, sonó el teléfono.

de comunicación se comentó el final del noticiero. Sus palabras fueron categóricas: -24 Horas termina hoy. Muchas gracias. Buenas noches.

Era la señorita Lupita Garnica, su secre-

Así fue reseñado el hecho en un diario:

taria, quien luego de saludar me comunicó

“Hombre de ideas grandes y claras, un

con el licenciado. Me dijo:

apasionado de la vida, los libros, el tango, los

247


Rafael Guillén Hernández

toros y su oficio; el hombre de los audífonos

continúan, y la siguiente pachanga estuvo

gigantes y la corbata negra, serio pero ameno,

de agasajo.

amable por igual ya sea con el más importan-

Se inició una nueva etapa: le servimos una

te de los ejecutivos o con el más humilde de

comida en sus nuevas instalaciones de Reforma,

los trabajadores; un hombre de buen humor,

una oficina con una vista magnífica y tiempo

incluso en la despedida de lo que para él fue

después vino lo de la radio, en donde puntual-

su vida durante 27 años en 24 Horas”.

mente, de una a tres, estuvimos pendientes de

Los ciclos terminan pero las personas

248

todo lo que Jacobo nos ha de informar.


“El Taquito”: una historia que contar

Jacobo con su hijo Jorge y su esposa Sarita Jorge, Abraham y Jacobo Zabludovsky con Rafael Guillén

En El Taquito, Antonio Mauri, Carla Alemán, Sarita Zabludovsky, Christian Martell, Jacobo, Marcos Guillén y Miguel Alemán, el día en que 24 horas concluyó su ciclo

249


Rafael Guillén Hernández

Rafael Guillén acompañando a Jacobo al recibir la Medalla de la Orden de la Legión de Honor otorgada por el gobierno francés

Dos buenos aficionados, Marcos y Jacobo

Desde el balcón Jacobo Zabludovsky pendiente de El Taquito

250


“El Taquito”: una historia que contar

El pincel taurino de Pancho Flores

F

rancisco Flores Montes, pintor mexicano de gran fama, mejor conocido

como Pancho Flores, quizá fue el más destacado artista taurino del país. “Tenía unas facultades artísticas extraordinarias; en esos años era muy joven y bien podía aventajar hasta al mismo maestro Ruano Llopis”, aseguraba uno de los cronistas de la época, al referirse al connotado artista. Comentaba que esta definición provenía de Antonio Navarrete, “un gran pintor y el mejor discípulo del llorado artista valenciano” y por ello adquirían “toda la fuerza que emana del saber y la autoridad, para convertirse en el mayor elogio y el retrato más fiel del genial Pancho Flores. “Dueño del movimiento en cuaUno de los magníficos óleos de Pancho Flores 251


Rafael Guillén Hernández

Los niños Rafael y Marcos Guillén Hernández, el pintor Pancho Flores y Manolo Martínez. 1967

dros y apuntes, que es lo más difícil en pintura

restaurante, dio la casualidad de que se

y escultura taurinas, y de una acusada

había adquirido una camioneta Chevrolet,

personalidad, tiene puntos de referencia

modelo 57, blanca, lista para ofrecer los

con la obra de Ruano Llopis, pero se bi-

servicios de banquetes a domicilio.

furcó cada vez más, en la medida en que avanzó en su pintura”.

El arte taurino sobre ruedas

Pancho Flores le dijo a los hermanos Guillén que deseaba rotular algún pase taurino en esa camioneta; por supuesto que su propuesta fue aceptada de inmediato.

En una de las visitas de este pintor al

252

Se la llevaron a su taller y en menos

Algunas de las suertes de la tauromaquia, en el inigualable estilo del connotado pintor mexicano


“El Taquito”: una historia que contar

253


Rafael GuillĂŠn HernĂĄndez

Detalle de una de las obras de Pancho Flores

254


“El Taquito”: una historia que contar

de dos días el vehículo dejó de ser tal para

“los toreros que más le gustaban a Flores

convertirse en una verdadera obra de arte

fueron Lorenzo Garza con la muleta y Chu-

sobre ruedas. Él había pintado en uno de

cho Solórzano con el capote, pero habría

sus costados a Silverio Pérez y en el otro a

que conocer la postura actual del artista”.

don Rodolfo Gaona con su montera en alto.

Finalmente, se explicaba que “otros

La camioneta terminó su vida útil y

cuadros más, como el Par de Pamplona de

sus láminas fueron recortadas con cuida-

Rodolfo Gaona, el Pase por alto de Luis

do, enmar­cadas y alguna vez estuvieron

Procuna u otro de Alfredo Leal”, daban esa

expuestas a la entrada de la planta alta.

misma impresión. Sin embargo, la poca producción de

Un diálogo

obra de este género hace muy codiciadas

con los pinceles

las pinturas y esculturas que lo representan, por lo que son pocos los lugares donde

La crónica sobre el trabajo del artista,

pueden admirarse”.

apuntaba también que “fue el maestro

Dentro del acervo de obras pictóricas,

Ruano Llopis quien animó a Pancho Flores

entre otras, que son propiedad de la familia

para seguir pintando; de igual manera el

Guillén, se encuentran diversos cuadros pi-

maestro Antonio Navarrete, con quien tomó

tados con motivos taurinos por este artista

clases de retrato.

mexicano, quien realizó dichos trabajos por

“Decía que en partes de su obra hay

encargo de don Rafael Guillén Rioja, y los

cierto parecido con el trabajo de Llopis,

cuales en diversas épocas han engalanado

pero que ése era un parecido a fuerzas.

las paredes de El Taquito.

“Un triunfador como lo fue Ruano,

De hecho, la propiedad de esas obras

tenía forzosamente qué influir en los de-

por parte de la familia Guillén, fue reco-

más, máxime si todavía no se ha llegado a

nocida por Pancho Flores, pues éste en su

dominar la técnica y se tiene pocos años en

momento las vendió a don Rafael Guillén

el oficio”, aseguraba.

Rioja, de lo que en su momento tuvieron co-

Igualmente, la reseña mencionaba que

nocimiento los actuales herederos del pintor.

255


Rafael Guillén Hernández

Marilyn Monroe Con su presencia y evidente sensualidad, irradió con su luz todos los rincones de El Taquito.

M

arilyn Monroe es una leyenda de la historia contemporánea; por eso se le exaltó como símbolo, y lo sigue siendo.

Preciosa mujer, así fue siempre desde su infancia, según lo

prueban sus fotografías y películas. Nació en 1926 y murió en 1962, de manera trágica. Durante su visita a México, el jueves 22 de febrero de 1962, la mujer más bella del mundo y símbolo moderno de la sensualidad, acompañada de varios amigos, acudió a El Taquito. Tres meses antes -en diciembre de 1961-, algunas personalidades del mundo del espectáculo, en uno de los salones del restaurante ofrecieron una comida a Mario Moreno Cantinflas. Todos quedaron muy satisfechos con lo que habían bebido y comido esa tarde. Sobre todo por el mexicanísimo ambiente que impone la música del mariachi.

256

La famosa imagen de su visita a El Taquito


“El Taquito”: una historia que contar

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Rafael Guillén Hernández

258


“El Taquito”: una historia que contar

Gran amigo de la casa, Cantinflas no dudó en recomendar a David y a Rafael con el famoso director de cine John Huston, uno de los invitados a este ágape, quien dirigió a Marilyn Monroe en la película Los inadap­tados. Por alguna razón, don Mario se enteró que en un futuro muy cercano ella visitaría la ciudad de México y públicamente expresó que no dejaría de traer a esa belleza al restaurante. -Ya lo verás, Angelito -le comentó al actor don Ángel Garasa, sentado a su lado. Aquellas palabras quedaron en la mente de los hermanos Guillén, como un sueño que deseaban se convirtiera en realidad. Y así fue. Apenas había transcurrido la primera quincena del mes de febrero. Don David decidió tomar unos días de descanso y cedió enteramente a su hermano Rafael, la responsabilidad de atender el restaurante. El mediodía del viernes 23 de febrero, Teodoro Aceves, gerente de El Taquito, atendió solícito el timbre del teléfono. Se trataba de una llamada personal del regente capitalino Ernesto Peralta Uruchurtu -gran cliente y amigo de la casa-, quien los conminaba a estar alertas, ya que más tarde se presentarían en el lugar unos invitados de lujo. Teodoro Aceves se comunicó de inmediato a la casa de don Rafael para dar el recado. Sin embargo, no lo encontró pues había salido desde temprano a realizar las compras del día. No fue sino hasta que llegó a

Marilyn, de pie en la escalera de El Taquito, escucha las canciones del mariachi Marmolejo

259


Rafael Guillén Hernández

La escultural estrella, acompañada de el quinteto “Los Camaradas” Siguente foto: Don Rafael y Jean Paul Piquet, director del hotel Hilton acompañando a la actriz holliwodense

las instalaciones del restaurante, que pudo observar que en el Salón Dorado se hallaba puesta una mesa para quince personas. Le preguntó a Aceves para quién era esa reservación y éste le contestó que había lla-

No se imaginaba todavía quienes serían esos importantes invitados.

mado el Regente, para decirle que vendrían

En la entrevista -que con motivo del 47

unos invitados de lujo, pero sin informarle

aniversario de la visita de la diva a México,

quienes serían.

fue publicada en la revista Gentesur que dirige

Creyó que hasta podría tratarse del pro-

260

Irradió con su luz todos los rincones de El Taquito

Alberto Carbot-, mi padre relata:

pio Uruchurtu o el presidente Adolfo López

“Eran casi las tres de la tarde. Ocupado

Mateos, quien acostumbraba llegar a comer,

y preocupado por la incertidumbre de no

por lo menos tres o cuatro veces al año.

saber quién vendría, comencé a hojear un


“El Taquito”: una historia que contar

261


Rafael Guillén Hernández

periódico y apenas tuve oportunidad de leer sus encabezados”. “El negocio estaba casi lleno. De inmediato, uno de los muchachos, emocionado, corrió hasta mí, para decirme, casi gritando: -¡Señor Guillén, señor Guillén, ahí viene Marilyn, ya llegó! “Me acomodé rápidamente el cabello y la corbata, y de inmediato salí a recibirla. “Llegó en un carro de vidrios totalmente oscuros y afortunadamente había suficientes lugares para estacionarse. El automóvil se detuvo en la acera, frente al restaurante y del brazo de un periodista, la dama cruzó la calle como partiendo plaza. Era una mujer verdaderamente hermosa. Cómo olvidar esa tarde. “Entró por el pequeño zaguán y subió las escaleras. Atrás de ellos, casi todos eran reporteros y fotógrafos. “Al llegar, me saludó en español, con ese típico acento gringo: -Buenas tardes, dijo. Y tomándola del brazo, la llevé hasta la mesa donde ya la aguardaban algunos de sus amigos. Ella misma eligió el lugar donde se sentaría. “Al momento le informé a su represenIlustración de Luis Florez

tante que dejara en mis manos todo el servicio de la comida y di la orden de que trajesen una docena de cocteles Margarita.

262

Un brindis inolvidable de don Rafael y Marilyn. Luego bailarían al compás del mariachi


“El Taquito”: una historia que contar

263


Rafael Guillén Hernández

264


“El Taquito”: una historia que contar

“Ni tardo ni perezoso, tomé una de las

“La ocasión era muy especial. Había que

copas y brindamos por el gusto de tener entre

consentir a la mujer que algunos considera-

nosotros a la mujer más hermosa del mundo

ban la más bella del mundo. Por ello hasta

a mi lado.

le trajimos el mariachi fundado por Cirilo

“Inicialmente les acerqué entremeses

Marmolejo Cedillo -pionero de estos grupos

compuestos por costillitas de puerco, sopes,

en la ciudad México-, que le cantó entre otras,

nopalitos, quesadillas de flor de calabaza,

Cielito lindo, Allá en el rancho grande, Guada-

huitla­coche, queso, papas y rajas; cueritos en

lajara, El son de la negra, La malagueña-, y tro-

vinagre, guacamole, chalupas, carnitas, mole

vadores que interpretaron sentidos boleros,

y chicharrón.

como Bésame mucho y Peregrina”, comentó.

“Colocamos una salsa de molcajete a la

José Santos Marmolejo -quien desde 1960

que le entró con gusto, y por lo picoso del

encabezó al mariachi al fallecer su padre-,

chile, una tras otras, fueron consumidas las

relató a Alberto Carbot la visita de la diva de

Margaritas.

Hollywood al restaurante.

“La mejor degustación fue ese taquito

Recordó que “en menos de 3 minutos

de gusanos de maguey, con la que fue in-

la calle de El Carmen se llenó con diversos

mortalizada en una fotografía, de los cuales

vehículos último modelo, que fueron custo-

se comió tres.

diados por policías que impidieron que se

“Los taquitos yo mismo se los preparaba. Le enrollaba la tortilla y se los daba en pro-

estacionaran los autos de vecinos o clientes y reservaron un espacio frente a El Taquito.

pia mano. Todavía dejó espacio para probar

“Don Rafael Guillén, al arribo de Marilyn

un muslito con pierna en mole poblano, con

-risueña, cubierta con un abrigo de piel negro

arroz a la mexicana y frijolitos de la olla.

y expresando las buenas tardes es español-,

“Por supuesto, también algunos tragos más: tequilas, cervezas, martinis y daiquiris,

caballerosamente se ofreció acompañarla hasta la planta alta del local.

en su mayoría. Recuerdo que ella se decidió

“En un descanso, al final de la escalera

por el tequila y los daiquiris, que yo mismo

con pasamanos de hierro, antes de ingresar al

le mezclaba”, asegura don Rafael Guillén. Y

salón, llamé a los integrantes del mariachi y

agrega:

le pedí a Marilyn que nos permitiera tomar-

265


Rafael Guillén Hernández

se una fotografía con nosotros. Ella accedió

que no estuve en la fotografía; eso es lo que

de buena gana y comencé a distribuir a los

más me duele”, lamenta don José Santos

muchachos a sus espaldas.

Marmolejo.

El fotógrafo centró su objetivo en ella

En la entrevista con Alberto Carbot,

y quienes nos colocamos a los costados,

Gentesur, mi padre narró que “al compás de

desgraciadamente no salimos en las fotos

la música, obviamente interpretaciones muy

que se publicaron en los periódicos, pero sí

clásicas de nuestra tierra, ella de pronto me

varios de nuestros integrantes. Al paso del

invitó a bailar y fui uno entre pocos afortu-

tiempo distingo hoy sólo a Isabel Gama, los

nados caballeros, que esa tarde inolvidable

hermanos Muerte, a Nicandro, Ignacio Román,

danzó con la famosa estrella.

Nicolás Quico Negrete, Valente Guzmán y Félix Herrera.

noche se despidió de todos nosotros, muy

“Le tocamos varias canciones y ella cantó

agradecida y contenta, sobre todo porque

con nosotros. También tocó para ella el quin-

aquí le ofrecí una bebida que se llama ban-

teto Los camaradas, un grupo muy romántico,

derillas de fuego.

muy fino. Fue inolvidable verla tomando su

“Los días siguientes fueron de verdadera

copa de tequila con sangrita, cantando, bai-

envidia entre conocidos y desconocidos, pues

lando y entrándole a los tacos.

no paraban de preguntarme sobre aquella co-

“No recuerdo exactamente cuántas horas

mida.

estuvo en El Taquito pero fue un buen rato.

“A la semana siguiente vino a comer el

Había muchísima gente abajo, y cuando se

regente Uruchurtu y en plan vacilador me pre-

fue, tuvieron que apoyarla para que la mul-

guntó que qué tal había atendido a la invitada

titud que la esperaba afuera la dejara entrar

especial, pues a él le habían pedido apoyo para

a su auto.

que no tuvieran ningún problema de acceso a

“Marilyn era muy linda la señora; tan guapa, que hasta mi esposa se puso celosa

266

“La tarde transcurrió y ya entrada la

las calles de El Carmen; fue por eso que él mismo había hecho aquella reservación”.

cuando le conté que la había conocido.

Entre sus recuerdos, puntualizó en la en-

Desde entonces la admiré aún más. Qué

trevista que Marilyn estuvo más de 3 horas en

lindo; fue un buen recuerdo, y qué lastima

el restaurante “muy a gusto; muy complacida


“El Taquito”: una historia que contar

y contenta. Por eso, a los pocos meses que nos

ciar a otras imponentes bellezas que han estado

enteramos de su muerte, al principio yo no lo

con nosotros en este lugar-, pero Marilyn, con

podía creer.

su presencia y evidente sensualidad, esa inolvi-

“Y que me perdonen la propia Dolores del Río, María Félix o Elsa Aguirre -sin menospre-

dable tarde irradió con su luz todos los rincones de El Taquito”.

Don Rafael Guillén ante la ya clásica fotografía de Marilyn Monroe en El Taquito 267


Rafael Guillén Hernández

María Felix

La nostalgia de María, siempre María

M

aría Félix, por su belleza y categoría logró colocarse como la más grande estrella de cine mexicano.

En sus años de gloria, prefería venir a cenar con nosotros. Siempre se le vio por aquí entrada la noche y gustaba de salir a los balcones para saludar a sus admiradores. A raíz del terremoto de 1985, el Centro Histórico comenzó a degradarse por el arribo de hordas de ambulantes y la generación de toneladas de basura, panorama que a pesar de todos los esfuerzos, casi nada ha cambiado hasta la fecha.

Con la siempre recordada, María Félix “La Doña”, los hermanos Rafael y David 268


“El Taquito”: una historia que contar

269


Rafael Guillén Hernández

270


“El Taquito”: una historia que contar

A principio de los noventa, María intentó comer de nuevo en El Taquito, acompañada de unos amigos franceses. Sin embargo, las dificultades para ingresar a sus calles aledañas, la obligó a desistir y volvió de nuevo a su casa. Pero no quiso quedar mal con sus amistades y, por teléfono, ordenó que le lleváramos comida para ocho personas. Por la noche, en el programa 24 Horas, del licenciado Jacobo Zabludovsky, se quejó del terrible abandono en que se encontraban las calles del Centro Histórico y afirmó que era urgente que las autoridades hicieran algo al respecto. “Miguel Zacarías, el director de su primera película El peñón de las Ánimas, en 1942, supo aprovechar el encargo del productor Fernando Palacios, quien se dice la descubrió por casualidad en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México. “Tal vez por eso, le importó tanto que nuestra ciudad estuviera tan dignamente limpia, como en otros lugares del primer mundo”, reseñaron los periodistas Fernando Belmont y Luis Alberto García, en un reportaje publicado en la revista Gentesur, luego de la muerte de la inolvidable diva, ocurrida el 8 de abril del 2002.

La estrella , acompañada por David y Rafael Guillén

María Félix recibe el saludo de sus admiradores

271


Rafael Guillén Hernández

272


“El Taquito”: una historia que contar

Esta hermosa mujer, una gran artista de la época de oro del cine nacional, acudió a varias reuniones al restaurante, debido a que en El Taquito le fueron entregados muchos reconocimientos. Al acudir al restaurante a una fiesta de fin de año, en diciembre de 1954, fue identificada rápidamente por sus admiradores. En plena cena, hasta el salón donde ella estaba, escuchó los gritos y porras de sus fanáticos, y levantándose de la mesa, se asomó por uno de los balcones, para agradecer a la gente sus muestras de cariño. Cuando el 18 de octubre de 1952 se unieron en matrimonio María Félix y Jorge Negrete, solicitaron que la comida fuera servida por nosotros. Como entrada, una botana de carnitas, chicharrón, quesadillas de queso, huitlacoche, papa y rajas. Luego se les sirvió una sopa de flor de calabaza y como plato fuerte, se prepararon pechugas de pollo en mole poblano, con frijoles refritos y café de olla. Por supuesto, también un gran pastel. Fue una boda para 250 personas; este servicio se llevó a cabo en la Antigua Hacienda de Tlalpan, al sur de la ciudad. En la imagen de la izquierda, María posa con David y el personal de su lugar favorito, quienes siempre le dieron trato de reina. A la derecha, en el balcón de El Taquito. A la izquierda abajo, con invitados y admiradores en el interior de nuestro restaurante 273


Rafael Guillén Hernández

274


“El Taquito”: una historia que contar

Los apuntes de la reseña de tan famosa unión quedaron plasmados por el destacado fotógrafo Héctor García -también asiduo comensal de El Taquito-, en su biografía Pata de Perro, escrita por Norma Inés Rivera: “Los dos iban vestidos al estilo mexicano. Ella portaba un vestido blanco ajustado a su exquisita cintura. Su negro y largo cabello recogido hacia atrás, se enalazaba a un enorme moño albo; Jorge Acudió a la cita ataviado con un vistoso sarape de Saltillo, colocado sobre el fino traje de charro, con botonadura dorada. “Muchos derramaron lágrimas al atestiguar tan singular acontecimiento. “El más emocionado entre los presentes fue Enrique, su hijo, quien al estrecharla entre sus brazos, tembloroso le deseó toda la felicidad del mundo”.

Siempre elegante, la estrella del cine mexicano, se convirtió en una habitué de El Taquito, donde disfrutaba de sus platillos preferidos

El Taquito sirvió el banquete en la boda de María y Jorge en la Ex Hacienda de Tlalpan

275


Rafael Guillén Hernández

El día en que el Papa bendijo al taco mexicano

A

finales de 1978, pasada la Na-

se levantó a hablar por teléfono en la caja

vidad, preparábamos la fiesta

del restaurante. Al finalizar su llamada, le

de fin de año, cuando el 28

comentó a mi padre que tenía una impor-

de diciembre sonó el teléfono de nuestra

tante misión en Europa, y que con mucho

casa de Libra y pidieron con urgencia que

gusto lo invitaba a ir con él.

mi papá tomara la llamada. Él, en un par

Sin embargo, por las necesidades del

de minutos de conversación, cambió su

restaurante, don Rafa no pudo aceptar la

rostro de la preocupación a la alegría; de

invitación, pero le dijo en plan bromista:

la responsabilidad al compromiso. Apenas

-Yo no puedo, pero llévate a mis hijos.

colgó el teléfono, nos dijo con asombro y

Y el padre le respondió:

gran entusiasmo:

-Adelante, que preparen su pasaporte,

-El Taquito servirá, dentro de un mes, la comida al Papa. Me lo acaba de decir el señor abad, Guillermo Schulenburg. Este insólito hecho se había comenzado a gestar desde septiembre, cuando durante

276

sus papeles y en unas 2 semanas más estarán volando al otro lado del mundo. Sorprendido, le preguntó si era en serio tal invitación y el padre sólo lo miró a los ojos. Inmediatamente le reviró:

una comida de monseñor Schulenburg en

-Rafael, ¿cuándo te he dicho algún cuento

El Taquito, le pidió al padre Del Águila

que no fuera cierto? Anda, apresura a tus hijos

-uno de sus más cercanos colaboradores-,

y deja de hacer preguntas.

que debía dirigirse al Vaticano, a llevar un

Ya con más calma y debido a mi corta

pequeño encargo. Él aceptó de inmediato y

edad, se decidió que fuera Marcos a tan


“El Taquito”: una historia que contar

277


Rafael Guillén Hernández

asiento junto a la ventanilla. Sólo que el ganador fue el padre y los envió al pasillo. Llevaban un par de horas volando, cuando él se puso de pie y les dijo, sonriente: -A ver chamaquitos, pongan atención. Les voy a enseñar algo. Obedientes, permanecieron en silencio, mientras el padre abría un compartimiento de donde extrajo un pequeño tubo de vidrio -similar al de los puros, pero más voluminoso- y dijo: -Toño, pásate al asiento del pasillo, me voy a sentar entre los dos. El padre se acomodó y, con seriedad, les confió: -¿Saben a dónde vamos? Don Rafael Guillén y monseñor Ernesto Corripio Ahumada

largo viaje. Empero, dada la amistad que

A Roma, contestaron.

existía con Antonio, hijo de Teodoro Ace-

-¿Saben a qué vamos?, volvió a preguntar.

ves, gerente de El Taquito, Marcos le pidió

“A conocer”, respondieron con inocencia.

al padre que invitara al joven de unos 20

Los miró fijamente unos cuantos momentos

años. La propuesta fue aceptada y ambos

y les dijo:

jóvenes se prepararon para la aventura. Llegó la esperada fecha de tomar el avión, un enorme Jumbo 747 de Iberia. Mi hermano Marcos, me contaría después que muy nerviosos, por supuesto, pasaron por migración y realizaron los demás trámites burocráticos. Luego, arribó el padre Del Águila y una vez en el avión, se disputaron viajar en el

278

-Les voy a enseñar algo, para que vean que no venimos sólo de turistas; bueno, al menos yo, que vengo en representación de la máxima autoridad de la Iglesia en México. Ustedes vienen a hacerme compañía; ahora fíjense bien. De ese pequeño tubo él sacó un pergamino que al extraerse hacía un ruidito muy peculiar. Cuando lo desenrolló completamente, los niños quedaron boquiabiertos.


“El Taquito”: una historia que contar

Se trataba de una invitación que decía, palabras más, palabras menos, que el pueblo de México, por medio de sus representantes de la Iglesia, le extendía una cordial invitación a Karol Wojtyla, sucesor de Albino Luciani (Juan Pablo I). México deseaba ser visitado por quien se hace llamar Juan Pablo II. Aquí el viaje habría de tomar otro significado, pues de alguna manera ellos fueron testigos de un acontecimiento que, en enero de 1979, aunque sólo por unos cuantos días, nos haría el país más feliz del mundo. Casi de manera inmediata, comenzó a correr la noticia por toda la familia. Los preparativos se echaron a andar. El menú sería preparado con mucho cuidado, se consideraba un convivio para 2 mil personas. En El Taquito se vivía un ambiente lleno de entusiasmo y cada quién quería contribuir o participar en el evento. La cocinera estaba nerviosa como todos, pues la comida no solo debía alcanzar para tanta gente, sino que debía gustar como nunca antes. Así que se entregaría plenamente. ¡Y vaya que lo hizo muy bien! Ella y todos sus colaboradores de la cocina, así como los meseros que servirían la comida, y mi papá, como el máximo reEl menú para el Papa

279


Rafael Guillén Hernández

presentante de El Ta­quito, nervioso pero muy

de Su Santidad, en el periódico Claridades.

seguro, como siempre, de que todo saldría

“Bien podría hacerse una apología de aquel

muy bien. Teodoro, Eduardo Piedra Briones,

27 de enero de 1979. Las calles de la República

Marcos, el que esto escribe y varios más,

Mexicana se encontraban inundadas por un mar

también nos pusimos a trabajar como nunca.

de gente. El Papa, desde un balcón o un carro

Unas viandas de lujo

descubierto saludaba y bendecía a las multitudes. A eso de la tres de la tarde, asistió a una comida que organizó el abad de la Basílica de

Monseñor Schulenburg, promotor del primer viaje del Papa Juan Pablo II. Con él, Marcos, Patricia y Rafael Guillén

El Taquito volvió a ser el centro de atención

Guadalupe, monseñor Guillermo Schulenburg.

de los medios de comunicación y en los prin-

Las autoridades eclesiásticas en pleno, se

cipales diarios comenzaron a leerse algunos

encontraban en el convivio, dos mil personas

reportajes sobre tan singular establecimiento.

rodeaban al máximo pontífice de la iglesia ca-

A continuación, voy a retomar uno de ellos, que fue publicado luego de la visita

tólica. Personajes de todas partes del mundo se encontraban también presentes. Días después se le había preguntado al Papa qué es lo que le gustaría comer y él, con la sencillez y naturalidad que lo caracterizan, respondió: -La comida mexicana. En esa comida Karol Wojtyla, convertido en S.S. Juan Pablo II, no bendijo el pan, bendijo el taco mexicano y, cariñosamente, lo llamó ante dos mil comensales El Taquito. Curiosamente, toda la comida que se elaboró ese día fue preparada en el popular restaurante taurino, que lleva el nombre de El Taquito. Don Rafael y todo el personal que trabaja aquí, se movilizaron para brindar el mejor servicio, y todos tienen algo qué recordar de aquel

280


“El Taquito”: una historia que contar

día. Cada uno analiza desde su particular punto

Ese día, su Santidad probó de todo un

de vista lo que ocurrió. Otros no asistieron, se

poco, e incluso pidió, días después, que le

quedaron en el local para presentar mejor los

volvieran a llevar algunos de esos platillos

platillos.

mexicanos que probó, el ahora histórico, 27

Desde días antes, las autoridades eclesiásti-

de enero de 1979.

cas de México se habían dado a la búsqueda de un restaurante que elaborara la comida mexicana al gusto del sumo pontífice. Y en el concurso

Ilustración de León Antonio Arano Otal

intervinieron una gran variedad de prestigiados restaurantes de todo México ¡y hasta los extranjeros que preparan comida mexicana! Sin embargo, consultado monseñor Guillermo Schulenburg sobre sus preferencias, contestó que él era asiduo concurrente de El Taquito y que por su limpieza y tradición ¡no había más elección! El cardenal Corripio volvió al lugar, invitado en más de una ocasión, para comprobar lo que en la comida del Papa, aquel 27 de enero, se había dicho. Y quedó impresionado. Su visita la realizó conjuntamente con monseñor Miguel Darío Miranda. En días anteriores había regresado monseñor Valdés (de los sacerdotes sabatinos), acompañado de Guillermo Schulenburg. Y aquí encontramos que se conjugan, perfectamente, el arte religioso con el taurino, alguna vez comparados en su esencia. Pero la comida preparada aquel día, no tiene parangón.

281


Rafael Guillén Hernández

Sesenta aniversario

J

Un festejo inolvidable

ulio se ha convertido para nosotros en el

frente a la fachada de El Taquito, pudiéramos unirnos a ella

mes más representativo del año. Esto, en lo

y caminar hasta la iglesia, donde éramos recibidos por un

personal, me ha entusiasmado desde niño,

sacerdote quien daba la bienvenida a los peregrinos que

porque nos remite a la fecha, el día 16, en que El Taquito festeja un aniversario más de existencia.

282

transportaban en hombros a nuestra Señora. Con antelación, en las afueras del templo ya se hallaba

Recuerdo que cuando niño, llegaba a las cinco o seis

instalada una feria con juegos mecánicos y puestos de comi-

de la tarde al restaurante y esperaba ansioso que iniciara

da, donde vendían pozole, buñuelos, tacos y tostadas. Al

la peregrinación de la Virgen de El Carmen, y al pasar ésta

concluir la misa, pasábamos un rato agradable en esa feria


“El Taquito”: una historia que contar

y continuábamos la fiesta en el restaurante. A finales de 1982, nos percatamos que estábamos a medio año de conmemorar los 60 de existencia de El Taquito, y el hecho merecía un festejo especial. Cumplíamos ya más de medio siglo de haber alquilado esa accesoria, la cual se convertiría a la postre en nuestra sede. Con ese motivo se redactó una poética invitación diseñada por Gustavo Aceves, hijo de Teodoro. La portada presentó la ilustración de un toro que corre alrededor del ruedo, extraído de una de las obras de Pancho Flores.

Página anterior, los jóvenes David, Rafael y Enrique Guillén, con sus padres, los fundadores, Conchita y Marcos en una foto de 1945. Arriba, el cartel del 60 aniversario, elaborado por Gustavo Aceves 283


Rafael Guillén Hernández

De pie, Silverio Pérez, Rafael Guillén, Raúl Ratón Macías, Emilio El Indio Fernández, Luis Castro El Soldado. Sentada, María de la Paz, esposa del Faraón de Texcoco

284

Se responsabilizaron del festejo Teodoro

Yo, por mi parte, sugerí que se ofreciera

Aceves y mi hermano Marcos, dirigidos por mi

algún recuerdo e hiciéramos un pequeño folle-

padre, quien con su sapiencia sobre relaciones

to donde se relatara la vida del restaurante. Se

públicas, les indicó que lo único que tenían

elaboraron pequeños porta vasos y en las mesas

que hacer era ir personalmente a repartir las

unos tenkards que nos obsequiaron los directivos

invitaciones a personas de todos los medios; a

de Casa Domecq el cual contenía una ilustración

periódicos, revistas, radio, televisión, artistas,

que muestra a un matador dando un derechazo

deportistas y políticos. En pocas palabras, a

torerísimo y un texto referente a que El Taquito

todo mundo.

llegaba a su 60 aniversario.


“El Taquito”: una historia que contar

La mirada alegre de Severo Mirón sobre El Taquito Uno de los periodistas invitados a esta fiesta, fue Julio Manuel Morales Ferrón, quien firmaba como Severo Mirón. Escribía su columna La Triaca en El Sol de Mediodía y conducía el programa de radio Platícame un libro. La víspera del festejo reseñó: “Mañana todo México va a estar en Carmen 69, a las cuatro de la tarde: artistas, políticos, periodistas y las mujeres más hermosas. Mañana, sábado 16 de Julio, a las cuatro

Para no hacer una lista demasiado larga:

de la tarde (y de esa hora hasta morir) van a

El todo México, como solía decir doña Rosario

estar en el edificio que está en la esquina de las

Sansores, cronista de sociales, quien también

calles de Bolivia y el Carmen, frontera sur del

fue habitué de este centro gastronómico, el más

barrio de Tepito, todas las personalidades que

internacional de todos los que hay en México,

viven en el Distrito Federal: artistas, toreros,

pues hasta el Papa Juan Pablo II tuvo elogiosas

políticos, deportistas, desde luego que no de-

expresiones para el entremés ranchero, que aquí

jarán de estar Jacobo Zabludovsky -quien no

se prepara con chicharrón, carnitas, nopales,

sólo es cliente, sino el mejor amigo de la casa

guacamole y moronga.

desde hace casi medio siglo-, el joyero Antonio

El cantante hispano Raphael, declaró a la

Chacho Ibáñez, quien también era compadre de

revista Interviú de Madrid -en una entrevista

don Rafa; el doctor Sánchez Valle y Arnulfo

publicada hace algunos años-, que la especia-

García, director de publicidad de alguna área

lidad culinaria que más le había satisfecho de

de la Organización Editorial Mexicana.

todas cuanto había probado en el planeta, eran

María Félix, asistió ahí más de cien veces e igualmente Mario Moreno Cantinflas.

Grandes invitados. Severo Mirón y Jacobo Zabludovsky

los machitos de El Taquito, que le habían sido servidos por don Rafael y don David.

285


Rafael Guillén Hernández

Con este evento tan importante, se de-

Ríos, Matilde Sánchez La Torcacita, Jacque­

jan venir una serie de recuerdos, en donde

line Evans y la inolvidable Lupita Torren-

se evoca a una de las parroquianas que con

tera.

más frecuencia visitaba este lugar, María del

Les tocó a David y Rafael la dicha de

Carmen Salido, La Chula Prieta, quien con su

chocar cristales con la inmarcesible Elsa

gracia maravillosa y sus hermosos ojos ver-

Aguirre y su hermana Alma Rosa, con Rosa

des, iluminó este sitio y nuestras vidas una y

Carmina, con esa belleza extraordinaria que

otra noche; la muy estimada Sara Montes, el

fue Turan­da, la más bella vedette que ha

compadre Krum­ba, quien con sus hermanas

pisado un escenario en México; más de una

Arlette, Karla y demás, también hicieron el

ocasión con Su Muy Key, la bella chinita

deleite de las horas.

muerta trágicamente, con Estela Maris, una

Lyn May llego ahí en últimas fechas, pero se hizo contumaz contertulia; también

muy reata. ¿Y cuál no?

conocimos aquí a la cancionista Zoyla Flor,

En El Taquito se han celebrado miles y

ahí les tocó más de una vez una cruzada a

miles de fiestas de todos sabores y colores:

los hermanos Guillén con Lola Lucila Beltrán, antes que fuera Lola la Grande, sino la secretaria de don Amado Guzmán, alguna noche brindaron también con Lucha Reyes; Sara Guash, Anita Blanch, Ana María González, Elvira

Don Rafael Guillén y Silverio Pérez. Con ellos, María de la Paz y El Indio Fernández 286

argentina que se calificaba a sí misma como


“El Taquito”: una historia que contar

constitución de asociaciones como la AM-

María Félix con Jorge Negrete, en fin, todo

PRYT (Asociación Mexicana de Periodista

acontecimiento social de importancia tuvo

de Prensa Radio y Televisión), cumpleaños

lugar en El Taquito, que mañana brillará

como uno de Susana Guizar que hizo histo-

como en sus mejores épocas con la asistencia

ria, nombramientos políticos, aniversarios de

de miles de personalidades de todos los ám-

24 horas cada año, matrimonios como el de

bitos”, concluía la reseña del ya desaparecido

Antonio Badú con Esther Fernández; el de

periodista Severo Mirón.

En la imagen, Enrique Guillén, Jacobo Zabludovsky, don Rafael y Renato Leduc

287


Rafael Guillén Hernández

La crónica del gran festejo de los sesenta años Por fin, el gran día llegó. Desde las ocho de la mañana estuvimos listos para la fiesta. La mesa estaba puesta. Esperábamos a no menos de trescientas o cuatrocientas personas. El menú para los invitados consistió en un

288

entremés ranchero surtido con carnitas, quesadillas, chicharrón, nopalitos y guacamole. Luego, sopa de nopalitos con huevo y enseguida un filete a la tampiqueña. De postre, los tradicionales dulces mexicanos. A mediodía arribó parte de la familia y nos encaminamos a la iglesia de El Carmen, donde se ofreció una misa de agradecimiento.


“El Taquito”: una historia que contar

Cuando volvimos al restaurante ya estaban presentes algunos invitados. Aunque ha habido otros festejos, el 60 aniversario quizá fue uno de los más importantes en la historia de El Taquito, en donde se dio cita un grupo ecléctico, que tal vez, jamás se volverá a reunir. Por ejemplo, el cómico Jesús Martínez Palillo chocaba su vaso con El Indio Fernández o su hija Ana Martín hacía lo mismo con Rubén El Púas Olivares. Por igual, don Renato Leduc brindaba alegremente con la guapa Christian Bach o Severo Mirón, Roberto Cobo, Raúl Ratón Macías y mi padre, compartían anécdotas. Sí, estos son grandes recuerdos. El padrino que develó la placa alusiva, fue, por supuesto, nuestro gran amigo Jacobo Zabludovsky. Pero dentro de toda esta algarabía, alguien tenía que trabajar y sacar a como diera lugar el gran compromiso, así que me sembré en la caja del restaurante, en la planta baja, a checar la comida, para que no fuese a faltar nada, aunque la verdad, ni alcanzaron las carnitas.

A la derecha, el actor Roberto Cobo, Severo Mirón, Raúl “Ratón” Macías y don Rafael. En la foto a la izquierda, al pie de la placa conmemorativa, doña Caridad, Conchita y Rafael Guillén

289


Rafael Guillén Hernández

Sin exagerar, llegaron no el doble, sino

de la A a la Z, la historia de este lugar, ya que

más bien el triple de invitados, y eso que de por

cuando niño, fue muy cercano a Conchita y a

medio hubo invitación y boletos numerados.

don Marquitos, los meros meros y fundadores de

Las edecanes nunca supieron por dónde se

este recinto gastro­nómico.

les había metido tanta gente. Y es que, de ver-

Por igual, el maestro Renato Leduc, quien

dad, fue un fiestononón, motivada por el anuncio

se dejaba ver cualquier día con sus amigos y

del licenciado Jacobo Zabludovsky. Al final de

los domingos, rigurosamente con la familia, en

su noticiero 24 horas de la tarde -mientras por la

la mesa 19.

pantalla desfilaban los créditos de su progra-

Cuatro años después, luego de su falle-

ma-, apareció el aviso de Coma en El Taquito. Por

cimiento en 1986, se presentaría aquí mismo

eso todo México se dejó venir.

el libro Así hablaba Renato Leduc, de Ramón

A las tres de la tarde el lugar prácticamen-

Pimentel.

te estaba lleno. Previo al banquete, el mariachi,

En el festejo del 60 aniversario, los legen-

el trío y los norteños comandados por Guada-

darios Silverio Pérez, Luis Castro El Soldado,

lupe Barajas, sacaron a relucir lo mejor de su

don Luis Pro­cuna El Berrendito de San Juan, don

repertorio e hicieron cantar y bailar a funcio-

Antonio Ariza, de Casa Domecq, con el querido

narios, intelectuales, toreros, personalidades

amigo Enrique Figueroa, Carlos Estra­da Lang

artísticas, deportistas y periodistas.

-quien presumía, con envidiable orgullo, ser

Amigos y más amigos se reunieron en

el más viejo del periódico Ovaciones-, la gran

torno a la familia, para celebrar jubilosa­mente

amiga y clienta Guadalupe Vergara y Héctor

estos primeros 60 años.

Pérez Verduzco.

Apoyado ahora por algunos recortes de

También amigos periodistas del viejo

prensa y algo de memoria, recuerdo a algunos

Excélsior como Regino Díaz Redondo, Enrique

de los invitados. Entre ellos, Pedro Ojeda Pau-

Loubet Jr., Manuel Magaña Contreras y Ricardo

llada -en ese entonces secretario de Pesca del

Perete.

gobierno de Miguel de la Madrid- acompañado

Por igual, convivieron en la fiesta Gui-

de su esposa. Así también don Andrés Henes-

llermo Ochoa, don Pedro Ferriz -quien cada

trosa el gran escritor, senador y aca­démico,

domingo apartaba un salón sólo para él y su

a quien le teníamos un gran cariño. Conocía,

familia-, Manuel Pallares, Alfonso López,

Christian Bach, don Rafael y Carmelita Guillén. Con ellos Jacobo Zabludovsky 290


“El Taquito”: una historia que contar

Pancho Lazo, Arnulfo García y nuestro gran

Violeta Hernán­dez, Alejandra Mendoza de

amigo Alfredo Camacho Olivares, quien nos

Lira, Martha Guerra, María Elena y Alfredo

brindaba espacio en sus notas.

Leal, Tere Mora Guillén, Antonio Lomelín y

De la misma forma, entre los invitados,

el entonces novillero Ernesto Belmont.

Mauricio José Schwarz, Riveroll del Redondel,

Asimismo, la hermosísima Christian

Joaquín Maravilla, Juan Manuel Tort, Bernar-

Bach, Edith González, el Púas Rubén Olivares

do Fernández Machar­nudo, Clarinero, María

-con su proverbial buen humor-, el popular

291


Rafael Guillén Hernández

Raúl Ratón Macías, Emilo El Indio Fernán-

del brioso trío que contribuyó a darle solidez

dez, María Victoria Llamas, Héctor Carrillo,

al proyecto familiar: mi tío David -quien dejó

Severo Mirón y como 500 más -a quienes

de existir en 1978-, y obvio, la de los abuelos

ofrezco disculpas por omitir sus nombres-, y

doña Conchita -fallecida en 1956, al igual que

por supuesto, la familia Guillén completita:

don Marcos, 2 años después, en 1958-, pero

mi tío Enrique, David mi primo, Xóchitl,

estoy seguro, como bien lo dijo en su Chisme

Carmelita, Conchita, Francisco, su esposa

grueso el gran amigo Héctor Pérez Verduzco,

Irma, sus hijos, sus maridos, las esposas, las

que “ese día su espíritu flotó como nunca por

amigas, en fin, todos.

las calles de El Carmen”. Hubo tequilazos

Mi padre, la familia entera, colabora-

y domecqazos a lo grande. De la comida, ni

dores y sucesores, echamos la casa por la

hablar: lo mejor de la carta y bien consumida

ventana con esta fiesta.

en cantidades industriales, que puso en tono

Los salones se llenaron a tope, pero consideramos -porque así nos lo transmi-

Luego hubo muchas otras fiestas, pero

tieron-, todos fueron muy bien atendidos.

como ésta, ninguna. Al menos, así lo consignó

Pocas veces había visto a tantos periodistas

para la historia Bernardo Fernández Machar-

juntos; semejaban una sola empresa, aunque

nudo, en una columna que nos dedicó.

representaran a diferentes medios. Lamentamos, como era obvio, la ausencia

292

el ambiente.

Tenía razón: “Sesenta años no se dejan pasar así como así”.


“El Taquito”: una historia que contar

Los tres Taquitos surgidos de El Carmen

San Ángel, Holbein y Venustiano Carranza

L

a idea de abrir una sucursal del

Carmen, resultaba muy drástico aceptar un

restaurante rondaba por nuestras

cambio, porque no sólo significaba emprender

mentes debido a que el acceso a El

otro negocio, sino que se fuera uno de sus hijos.

Carmen era cada vez más difícil. Los clientes

El diálogo entre mi hermano Marcos y

y amigos nos pedían un lugar que fuese más

mi padre, en torno al nuevo proyecto fue muy

accesible y que tuviera el mismo espíritu de El

áspero y, por cierto, me quedaría muy corto al

Taquito original.

calificarlo así. Las discusiones menudeaban: que

La necesidad se hizo más evidente después del sismo de 1985 que colapsó numerosos edificios del Centro Histórico.

si sí, que si no, que por qué. -Papá, es necesario poner una sucursal. Ahí están los ambulantes; ya no se puede llegar a El

Sin embargo, ese proyecto no era nada fácil.

Carmen. Entiéndeme por favor, no vamos a cerrar

Se debía encontrar el sitio ideal. Pero la buena

aquí, sólo se va a abrir otro Taquito. Le argumen-

fortuna vino en nuestra ayuda y un domingo,

taba Marcos.

al salir de un desayuno en el sur de la ciudad,

-Que importan los ambulantes. ¿Qué te falta

vimos que se alquilaba un espacio que parecía

aquí? ¡Abrir una sucursal cuesta mucho! –respon-

idóneo para acometer el proyecto.

día él.

Sólo faltaba un pequeño detalle: lograr que mi padre aceptara la idea de abrir una sucursal.

-Pero la gente necesita una sucursal más cerca… -replicaba mi hermano.

Esto había sido motivo de varias discusiones de-

-Pues yo no estoy de acuerdo. ¿Quién va a

bido a que él se negaba a esa aventura. Esgrimía,

cuidar aquí? ¿Quién va a atender? ¡Yo digo que no.

entre otras razones, las dificultades económicas

Entiende, te lo digo por experiencia! –sentenciaba

que ello conllevaba.

don Rafa.

Se dice fácil, pero a 66 años de estar en El

-¿Pero cuál experiencia, si va ser otro restau-

293


Rafael Guillén Hernández

Y nació un nuevo Taquito Después de meses de duro trabajo, por fin estuvo acondicionado el local que albergaría la primera sucursal de nuestro restaurante. Al frente de ella y muy pendiente, estaría Marcos Guillén. Feliz con la nueva ubicación, ya que cuando iniciara la temporada de toros en la Plaza México, El Taquito sería el lugar ideal para ir a comer, comentar las corridas y atender a los toreros que ahí serían agasajados. La inauguración se llevaría a cabo a las 2 de la tarde del miércoles 18 de octubre de 1989, un Memo Leal, Pedro Vargas (nieto), Manuel Capetillo, Marcos Guillén y varios amigos. Entre ellos, Pepe Abedrop

294

rante? –arguía nuevamente Marcos. -Hazme caso, no seas necio… Ya tengo 71 años y sé lo que más conviene…, rebatía mi padre.

día con tráfico muy pesado, por lo que la fiesta inició un poco tarde. La novedad era que ahora en Insurgen-

Pero pudo más la razón que los sentimien-

tes Sur 2144, abría El Taquito San Ángel, que

tos, y, luego de interminables disputas, de la

ofrecería la tradicional cocina mexicana y la

noche a la mañana se acabó el desacuerdo, que

inigualable atención de amigos que siempre

se resumió en solamente unas cuantas palabras:

nos ha distinguido.

-¡Está bien hijo. Que Dios te bendiga. Y suerte!

Como una feliz coincidencia, cerca del res-

Marcos inmediatamente tomó cartas en el

taurante existía también una iglesia consagrada

asunto y después de conocer personalmente el

a la Virgen de El Carmen, patrona de la familia,

local anunciado, firmó el contrato de arrenda-

hasta donde acudimos para una misa de Acción

miento.

de Gracias.

Como siempre lo he reconocido, mi herma-

Como estaba acordado, el licenciado Jacobo

no es terco y muy constante cuando decide algo.

Zabludovsky, cortó el listón inaugural ante la

Así que poco a poco, después de obtener la ben-

mirada satisfecha de todos los Guillén, encabe-

dición de mi padre, emprendió esa aventura.

zados por mi padre, quien no paró de recibir


“El Taquito”: una historia que contar

abrazos y buenos deseos. Bebidas y cazuelas de guisos mexicanos para chuparse los dedos, comenzaron a circular interminablemente entre los más de doscientos invitados. Predominaba también la cofradía taurina, que encabezaban Jesús Córdova, Silverio Pérez, Luis Procuna y Luis Castro El Soldado. Con nosotros, la familia Domecq con don Enrique Figueroa, Jaime Medina, Javier Julio Villalpando,

Josefina y su hermano Rafael Guillén, Tulio Hernández, Beatríz Paredes, Marcos Guillén y Mario del Olmo

José Luis Cornejo y Adolfo Quiroz, don Antonio Ariza y Francisco Lazareno, quienes fueron los primeros en saborear el mole, la barbacoa, carnitas, chicharrón y otras delicias. También estuvieron presentes Enrique Loubet Jr., Carlos Estrada Lang, Raúl Lara, Wilfredo Cruz, Fernando Morales Ortiz, Luis Suárez del Solar, Rosa de Castilla, Rosa Carmina y muchos invitados más que departieron entusiastamente, al compás del mariachi que entonaba las inspiradas composiciones de Tomás Méndez. La fiesta se prolongó durante muchas

Rafael Jr., Víctor Manuel Arroyo, Óscar Eduardo Franco, Carmelita Guillén, su hijo David, don Rafa y doña Cari, Rafael Guillén Mayén, Marcos, Patricia, Carla y Conchita Guillén

horas, hasta pasadas las tres de la madrugada. El lugar fue visitado posteriormente por muchas familias y personalidades de todos los medios. Era común ver a artistas y a toreros como Eloy Cavazos o Manolo Martínez, los

Guillermo González y Marcos Guillén

fines de semana. Cuando había buen cartel los domingos, la gente pasaba a comer antes de irse a la Monu-

295


Rafael Guillén Hernández

mental. Aunque esta sucursal duró relativamente poco tiempo, se ofreció una importante comida organizada por la familia Guillén y la revista Buen Vivir, en donde se hizo un reconocimiento, con motivo del 44 aniversario de la inauguración de la Plaza México, a los matadores Luis Castro El Soldado, Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, Luis Procuna el Berrendito de San Juan y a don Antonio Llaguno, ganadero de San Mateo. La madrina del evento fue la hermosísima y gentil Gabriela Alejandro Silveti, Marcos Guillén y Guillermo Salas

Goldsmith, quien departió con los invitados. En el evento estuvieron presentes también el licenciado Alfonso del Rosal Andrade, Blanca del Rosal, el director de la revista Buen Vivir, José Luis González, la güerita Michelle Monroise, de muy buen ver. Asimismo, María Montaño, Chabola y José Ramón Garmabella, quien llevó el reconocimiento a la hermana de Manolete. El sueño duró muy poco, ya que el local fue requerido a su dueño por alguna autoridad y ya no se le pudo dar continuidad a ese proyecto. Lo que es la vida: en ese lugar hoy se localiza un antro. Sin embargo, surgió la oportunidad de acondicionar una nueva sede en las calles de Holbein, casi enfrente de la plaza más grande del mundo.

Gonzalo Castellot y Pedro Ferriz Santacruz

Y, como dijo don Pepe Alameda: A otra cosa, mariposa.

El Taquito de Holbein. Doce años frente a la plaza más grande del mundo Apenas habían transcurrido un par de años desde el cierre de la primera sucursal de El Taquito en San Ángel, cuando nuevamente mi hermano Marcos se dio a la tarea de buscar un nuevo espacio. Por azares del destino el restaurante se reubicó donde,

Arturo López y José Serrano 296


“El Taquito”: una historia que contar

desde un principio, debió haber estado: frente a la Plaza México. La perspectiva era magnífica: establecer un buen restaurante de comida mexicana por esa zona, sobre todo, durante la temporada de toros. Un lugar donde poder comer bien antes, y después de la corrida. Era muy curioso: si la corrida resultaba agradable a la clientela, ésta regresaba a festejar el triunfo de su torero favorito; si no, lo castigaba retirándose a su casa. Esta perspectiva en verdad, no era muy buena para el restaurante. Así que cada domingo temblábamos,

Juan Francisco Ealy Ortiz y sus hijos Juan Francisco y Juan Carlos

Por la plaza y la afición

esperando que la corrida fuera exitosa para el matador y, de paso, para nosotros.

Por ser poseedores de una gran tradición

Hablar de El Taquito de Holbein es hacer

culinaria, tuvimos que lucirnos con la inau-

referencia de uno de los capítulos más impor-

guración. Para eso Marcos se pinta solo, y él

tantes de nuestra historia personal.

organizó la gran fiesta; primero con la obligada

Este nuevo restaurante nació en abril de

ceremonia religiosa, en la que un sacerdote ben-

1992 y fue un gran suceso para los amantes

dijo el lugar, acompañado de mi padre, toda la

de la fiesta brava, a quienes, les agradó mu-

familia y, por supuesto, del padrino del evento,

cho que nos instaláramos cerca del Coso de

el licenciado Jacobo Zabludovsky.

Insurgentes. El nuevo lugar fue plenamente identificado por toda la clientela y amigos. En la casa

El lugar estaba repleto de amigos que deseaban ser partícipes de esta nueva empresa de la familia Guillén.

matriz, en El Carmen, los clientes manifes-

Para agasajar a la concurrencia, echamos la

taban curiosidad por ir a conocer las nuevas

casa por la ventana. Una vez que terminó la ben-

instalaciones del sur.

dición sacerdotal, dio inicio la fiesta, amenizada

297


Rafael Guillén Hernández

Jorge Manuel Hernández

Amador Narcia y los hermanos Guillén Rafael Guillén y Gabriela Reséndez

298

Guillermo Ortega Onésimo Cepeda y Marcos Guillén


“El Taquito”: una historia que contar

por un mariachi. No podían faltar los tequilas y cervezas, que levantaron más el ánimo de los invitados, además de saborear lo mejor y más selecto de los platillos mexicanos, como el mole poblano, el mole verde, chicharrón, quesadillas, guacamole, carnitas, barbacoa y muchos otros platillos que refrendaron el sazón y exquisito sabor que siempre ha identificado a El Taquito. Entre los invitados esa tarde, estuvimos acompañados por Curro Leal, José Manuel Espinosa, Guadalupe -Lupita- Vergara, Ángel Díaz de León, Jesús Córdova, Loreto Vergara, Juan Carlos Támez, Alfonso Corona del Rosal, Roberto Ortega Lomelí, Martha Andrade del Rosal, Raúl Ratón Macías, Justo Sierra Casasús, Heriberto Murrieta, Jesús Díaz, Enrique Figue-

Dianne Pérez, Rafael Guillén y Lolita Ayala

roa, Raúl Lara, Héctor Pérez Verduzco, Gilberto Barrera, Arnulfo García y muchísimos más.

Una fraterna rivalidad El comienzo fue difícil. Inicialmente se formó una especie de competencia entre un Taquito y otro, pero ello finalmente resultó muy positivo. La rivalidad también se estableció entre los miembros del personal, ya que los de Holbein habían trabajado en el centro y recién nombrados dependientes de comedor, intentaban

Carlos Loret de Mola

299


Rafael Guillén Hernández

desempeñarse como mejores meseros. Los que salieron ganando fueron nuestros clientes, ya que el servicio mejoró notablemente. Después de un año o dos, El Taquito de Holbein ya se había colocado como el lugar favorito de los aficionados a la tauromaquia y había que ver cuando comenzaba la temporada. En esos domingos, mientras en el comedor se tomaba la copa y se discutía acerca del cartel de ese día, en la cocina se vivían horas de intenso trabajo: unos lavaban, otros cocinaban, otros cantando comandas. Todos, sin excepción, trabajando a favor de la causa. Cuando llegaba la hora de la corrida, el numeroso grupo de meseros se volcaba frente al cajero, quien tenía que concentrarse para ponerlos en orden, pues exigían, a como diera lugar, la cuenta de las mesas, ya que los comensales se paraban rápidamente, como si sonara la campana a la hora del recreo. Algunos, clientes o amigos muy conocidos, pedían que les guardaran la cuenta para más tarde. Luego de esa vorágine, el lugar -donde hacía unos minutos no cabía ni un alfiler-, quedaba solitario. Ello le permitía a meseros y garroteros tomar un breve descanso, porque al término de la corrida, nunca sabíamos a qué horas ter-

Eulalio González “Piporro” con Marcos Guillén 300


“El Taquito”: una historia que contar

minarían los clientes de festejar el triunfo de su torero favorito. Hay que mencionar que en El Taquito de Holbein se reunía la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, donde todo su equipo llevaba a cabo importantes juntas, para terminar la sesión con una gran comida. Me es grato recordar las grandes tardes de bohemia, con figuras como Manolo Martínez, Manolo Arruza, Miguel Espinosa Armillita, Memo Capetillo, César Pastor, Rafael Gil Rafaelillo, Curro Rivera, Enrique Fraga, Manolo Mejía, Alfredo Leal, Antonio Urrutia, Mario del Olmo,

Eduardo Fountanet Jr., Marcos Guillén y Eduardo Fountanet Martí

Federico Pizarro y don Rafael Herrerías. Algunos clientes que nos visitaban con frecuencia, sobre todo los domingos para después irse a los toros, eran la familia Mangino, el ingeniero Óscar Casanova, Enrique Rojas con Estelita Núñez, Eulalio González Piporro, el ingeniero Miguel Ortiz Monasterio, la familia completa de don Humberto Lugo Gil, Manuel y Jorge Alonso y muchos grandes amigos.

Un lugar que arañó la gloria En El Taquito de Holbein se vivieron muchas fiestas y eventos importantes, no sólo cuando se presentaba un gran cartel, sino también

Con Agustín García Lourdes, una amiga y el ilusionista David Copperfield 301


Rafael Guillén Hernández

302

Beatríz del Carmen y José Luis Cuevas

Estelita Nuñez

La siempre bella Ana Luisa Peluffo

Marcos Guillén y Rosa Gloria Chagoyán


“El Taquito”: una historia que contar

por alguna pelea de box, de pago por evento, como cuando Julio César Chávez salía a defender su título mundial y en un par de rounds acababa con cualquier rival. Durante septiembre había también mucha concurrencia debido a las Fiestas Patrias. Se preparaba un pozole que no tenía nombre.

Los boxeadores Rubén “El Púas” Olivares y Ultiminio Ramos con Marcos Guillén

Un 15 de septiembre, al calor de la celebración los ánimos se calentaron y se tuvo que dar por terminada la fiesta de una manera prematura. Otras veces, se hacían allí las presentaciones de los carteles para las temporadas de toros, a veces para la Plaza México, otras más para la Feria de Texcoco. Se reunían por igual los medios de comunicación y la crema y nata del ambiente taurino. En el mes de diciembre, en los buenos años de Holbein, con varios meses de anticipación, el negocio era solicitado para festejar allí las fiestas de fin de año. La cercanía con estadio de futbol, fue otro

Amigos del periódico “Esto”, con Manuel Ramos, dirigente de la Unión de Voceadores de México

golpe de suerte. Se realizaban buenas tardeadas, primero con el equipo Atlante, y cuando éstos se fueron y el estadio se pintó de azul, cada quincena llevábamos a los palcos una serie de antojitos para la directiva del Cruz Azul. Debido al éxito que El Taquito de Holbein había alcanzado, a finales del año 2000 se

Marcos Guillén, acompañado de Maribel Guardia, Olivia Collins, Lila Deneken y Faride Casanova 303


Rafael Guillén Hernández

consideró que, para elevar más la calidad del negocio, sería buena una remodelación. La idea se vino madurando y en el mes de mayo se cerró un par de meses. El restaurante se acondicionó para brindar mejores servicios para la clientela, espacios más amplios e iluminados, Maricela, Paulina, Rafael y Rafita Guillén

conservando la decoración original con base en temas taurinos, algunos cuadros, autógrafos, fotografías y carteles de corridas de toros. Entre las novedades se ofrecía a los clientes variedad con música folclórica y por las noches variedad flamenca. La reinauguración fue el viernes 27 de julio, con una gran comida, donde como ya se había hecho costumbre, fueron el licenciado Jacobo Zabludovsky y su esposa Sarita quienes cortaron el listón inaugural. Nos acompañaron en el evento, entre otros invitados, Humberto Leal, Marcelo Hoyo, Mario Munguía, Carlos Salomón, Rafael Cardona,

Jacobo Zabludovsky, Marcos, don Rafa y Rafael Jr.

Manolo Arruza, Moisés Atri, Abraham Abayud, Eliseo Larios, Roberto Caricante, Jacobo Pomeranz, Pedro Barba, Juan Dosal, Octavio Álvarez, Juan José Guerra, Alfonso López, Leopoldo de la Rosa, Rafael Herrerías, Jorge Cruz, Gilberto Barrera, Alejandro Talavera, Julio Berthely, Andrés García, José Manuel Delgado, Enrique Escamilla, Manuel Alonso, Felipe Llop, Omar Fierro y Armando Bojórquez.

304

Alberto Carbot, Marcos Guillén, Roberto Cienfuegos, Guillermo Schulenburg, Norma Inés Rivera, y Marcos Romero


“El Taquito”: una historia que contar

Desafortunadamente, esta nueva perspectiva tuvo un problema de origen, al crearse una sociedad que, literalmente hablando, lastimó demasiado al restaurante. Pero hubo también otros factores, entre

tenían la paciencia para encarar esta verdadera plaga. Slim nos ofreció entonces, en condiciones favorables, un local de su propiedad en las calles de Venustiano Carranza, en lo que

ellos el hecho de que la fiesta de los toros, comenzara a menguar, porque atravesaba por un momento difícil. Ya no había las grandes figuras de antaño. Lo mejor fue darle vuelta a la página y seguir adelante. Nos ofrecieron una buena cantidad por el traspaso y regresamos de nueva cuenta a nuestro lugar de origen en El Carmen. El Taquito de Holbein duró doce años, cerró dos meses, abrió otros dos y cerró para siempre.

El Taquito de Venustiano Carranza Carlos Slim, hoy uno de los hombres más ricos del mundo, llegó en una ocasión a El Taquito de El Carmen para reunirse con unos amigos. En esa oportunidad le comentó a mi padre que el acceso a la zona era un gran problema, porque estábamos invadidos por vendedores ambulantes. De hecho, ya era casi imposible entrar en nuestra sede original. Los comensales tenían que sortear numerosos obstáculos y no todos

Pedro Armendáriz y Marcos Guillén 305


Rafael Guillén Hernández

Manolo Mejía, Heriberto Murrieta, Isabel Lascurain y Luis Miguel Salvador

Los integrantes de La peña taurina “Los Armilla”

Rafael Vázquez Ballou, Luis Hernández, Memo Leal, Pepe Arroyo, Rafael Gil “Rafaelillo”, Marcos Guillén y Manolo Arruza José María Huerta y Pancho Lazo

Francisco Lazareno 306

Benny Carmona, Memo Leal y Rafael Herrerías


“El Taquito”: una historia que contar

había sido el Convento de las Capuchinas, y que durante muchos años albergó a Nacional Financiera. Así fue que decidimos abrir una nueva sucursal. La apertura de este nuevo Taquito fue en abril del 2004. Como ya era costumbre, hubo gran festejo con música, buena comida y numerosos invitados, donde como siempre, el listón lo cortó nuestro padrino Jacobo Zabludovsky. El Taquito de Venustiano Carranza fue un negocio próspero. El local era precioso: una finca de fines del siglo XVIII y principios del XIX, con techos muy altos y paredes que rezumaban

Marcos y José José

historia, aunque tuvimos que acondicionarlo. Colocamos vigas en el techo, cambiamos los pisos, acondicionamos baños y cocinas y quedó un lugar muy acogedor y apto para nuestras necesidades. Los muros recién pintados se adornaron con fotografías de los numerosos personajes que nos han visitado, y por supuesto los óleos de Pancho Flores. En Venustiano Carranza recibíamos a nuestra clientela tradicional, pero también gente joven que no conocía El Taquito, pero que había oído hablar de nosotros a través de sus padres y abuelos.

Isabel, Fernanda y Maité, integrantes del grupo “Pandora” 307


Rafael Guillén Hernández

Héctor García, entonces el fotógrafo vivo

caída, volví después de muchos años, pero no

más importante de México, acudió a El Taquito

al lugar original de las calles de El Carmen 69,

de Venustiano Carranza, acompañado de Ma-

sino al de las calles de Venustiano Carranza, no

ría, su esposa y otros amigos entrañables.

tan distante del primer Taquito.

“El restaurante, desde su fundación, fue

“Don Rafael, hijo de don Marcos Guillén

uno de los restaurantes más emblemáticos de

González, oriundo de Guadalajara, le imprimió

México y uno de mis favoritos, tanto por su

su estilo personalísimo a la antigua taquería

sazón como por el ambiente que lo envuelve y

ambulante fundada por sus padres y se ubicaba

me transporta a esos días en que convivía con

a pocos metros del hoy legendario restaurante,

muchos de los famosísimos personajes cuyas

que al paso del tiempo se convirtió en referencia

fotografías adornan todavía sus paredes”, reseñó.

obligada para los amantes de la fiesta brava y

“Empecé a frecuentarlo allá por los años 40.

la buena cocina mexicana.

Iba, como todos, a calmar el hambre y la sed por

“Y para estar a tono con el ambiente taurino

esos rumbos, que han sido las míos, desde que nací.

de célebres comensales como Manolete, Procuna,

“El lugar siempre fue cuidado con esmero

Gaona o Silverio Pérez, hasta allí me pareció

por don Rafa Guillén, quien, como se dice, era

escuchar el grito de ¡Torito!, de mi madre. Pero

una dama; impecablemente vestido con traje

son evocaciones por la emoción de volver a la

y corbata, atendiendo por igual a famosos y a

calle otra vez; de compartir el aroma y sabor de

desconocidos. Después de recuperarme de una

un buen plato o un buen trago, que hacen que fluyan más fácilmente las anécdotas de mi larga vida en esta difícil profesión que escogí, de gran entrega, sacrificio y pasión. “En el nuevo Taquito nos sentamos al pie de una inmensa fotografía de la inolvidable Marilyn Monroe, quien también disfrutó de la hospitalidad y comida de don Rafael. Me acordé entonces que se dijo que en 1962 la diva se echó pizpireta varias margaritas y degustó los ricos sopes, quesadillas y tacos.

308

Héctor García en El Taquito de Venustiano Carranza


“El Taquito”: una historia que contar

“Era una mujer despampanante, con muchas tablas, que volaba en sábanas presidenciales. Durante su visita, pude tomarle varias fotos en el Continental Hilton; era muy sencilla, de trato gentil, a pesar de que sus agentes la protegían mucho, porque ella era una indiscutible reina. Aquí se ligó a un mexicano, José Bolaños, quien seguramente sabía hacer bien el tru tru para poder conquistar a quien era considerada una diosa. “En la nueva sede de El Taquito, atendidos muy gentilmente por Marcos Guillén, hijo de don Rafa, llegaron por fin las sopes y las deliciosas costillitas con nopales y guacamole,

Jorge Berry, Marcos Guillén, Jorge Campos, Daniel Rentería, Raúl Sarmiento y Miguel Camino

para abrir apetito, al que siguió una rica sopita de migas que saboreé con singular placer, aunque se me antojó también, del prolijo y legendario menú, la sopa de médula. “Llevado por mis añoranzas y al calor de una cervecita, un poquito de tequila y las canciones de un trío, recordé a los célebres personajes de antaño u hogaño, que como Jorge y María, disfrutaron la comida de este lugar”, señaló Héctor García. En 2008, cuando Marcelo Ebrard logró la hazaña de limpiar temporalmente el ambulantaje las calles del centro histórico y remodelar El Carmen, decidimos cerrar El Taquito de Venustiano Carranza, porque ya el acceso era más viable y no tenía caso mantener dos restaurantes tan cercanos, en la

Lohana y Mauricio Herrera con su pequeña hija. Los acompañan Marcos y Rafael y Guillén

misma zona del Centro Histórico. Fue una aventura de unos cuatro años, que también resultaron memorables, y se sumaron a la larga, azarosa pero muy satisfactoria historia de nuestro restaurante. Volvimos entonces a nuestra sede original de El Carmen, donde planeamos permanecer toda la vida.

Marcos Guillén, Edith González y Luis Felipe Tovar

309


Rafael Guillén Hernández

“El Mandón” del Centro Histórico

Y

a lo afirmó Lupita Gómez Collado, en un reportaje que realizó para su revista Ritos y Retos del Centro Histórico, al decir que El Taquito, con la representación de don Rafael Guillén Rioja,

era eso: El Mandón, por encima de cualquier otro lugar. Recuerdo bien que cuando realizó este trabajo, me comentó que, por ejemplo, en cualquier lugar del Distrito Federal se podían comer unas carnitas, pero que el sabor de la comida y el ambiente, en ningún lugar sería igual, pues El Taquito es El Taquito. Agradezco a esta periodista, quien nos visitaba con su equipo de radio y transmitía desde uno de los salones las llamadas Tertulias, que eran o siguen siendo, programas en vivo desde algún restaurante o museo del centro, entrevistando a personajes que han hecho historia con sus establecimientos. Gracias a ella -que sigue luchando para que el Centro Histórico vuelva a ser un espacio agradable y lleno de tradiciones-, tuvimos la suerte de participar varias veces en esos programas. Esto dio pie para que la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera, a cargo en ese momento del señor José Manuel Delgado Téllez, le otorgara un reconocimiento a mi padre, por sus sesenta años de trabajo. Pero lo que iba a ser simplemente la entrega de un testimonial, se convirtió en un merecido homenaje por su trayectoria como empresario del ramo. Este tributo surge del hecho de que El Taquito, año con año, ha colaborado en las fiestas que realiza la Canirac. En la edición de 1994, en el marco de la llamada Fiesta inolvidable, el pre-

Don Rafael Guillén, en 1955, frente a la legendaria caja registradora, al iniciar su jornada 310


“El Taquito”: una historia que contar

311


Rafael Guillén Hernández

sidente de la Cámara quedó muy complacido con la cena que ofrecimos. -En verdad que el señor Guillén se merece un homenaje; esta comida está buenísima”, dijo, refiriéndose al menú de esa noche, en el cual se incluyeron pechugas de pollo en mole poblano y mole verde. La propuesta de Delgado Téllez, en lo referente al homenaje a mi padre, fue tomada muy en serio por nosotros. Marcos fue el encargado de darle seguimiento, y entonces comenzaron a surgir la propuestas. Un buen amigo, Jesús Rosas, dueño del salón de fiestas Paul´s ubicado en Insurgentes, ofreció su recinto para este evento. Por fin, llegó el gran día, el 3 de junio de 1995. Previamente se había convocado a los representantes de los medios de comunicación. Todos estuvieron presentes, entre ellos figuró un gran amigo de la casa, Jorge Manuel Hernández conductor del programa Ustedes y nosotros, en ABC Radio, quien comentó que “nuestro gran amigo, don Rafael Guillén parece un niño con zapatos nuevos o semeja un infante que espera feliz la llegada de los Reyes Magos”. Y era cierto. Mi padre se hallaba rodeado de sus seres queridos y amigos de toda la vida. Era pues, un niño feliz que disfrutaba de la fiesta en compañía de sus invitados. Y en ese gran homenaje, por supuesto, no podía faltar la presencia de su entrañable amigo

312

Caminando por las calles del barrio, en 1947


“El Taquito”: una historia que contar

Jacobo Zabludovsky, quien llegó acompañado

fredo Leal, conocido en otros tiempos como

de su siempre distinguida esposa Sarita. Ambos

El príncipe del toreo, y Manuel Capetillo, quien

apadrinaron el evento.

cantó el pasodoble Torero. También estuvie-

El brindis de un bohemio

ron presentes los matadores Manolo Mejía y Antonio Lomelín. La comida consistió en un entremés ran-

Jacobo pronunció un discurso muy cari-

chero, clásico de El Taquito; seguido de una

ñoso en el que dijo que recordó haber hecho

sopa de nopalitos con huevo y después un

los méritos suficientes para ser el padrino.

filete a la tampiqueña.

Y mencionó que desde que los aztecas fun-

En la mesa principal, acompañando a

daron Tenochtitlán, y vieron al águila sobre

mi papá, estuvimos Jacobo, su esposa Sarita,

un nopal devorando una serpiente “desde

Caridad, mi madre, mis hermanos Conchita,

entonces ya existía Rafael Guillén. Él partía

Tere, Jose, Martha, Marcela, Marcos y yo.

los nopales en pedacitos, para hacer con ellos sus primeros taquitos”, mencionó. Luego se refirió a la hermandad que une

Presentes en la reunión, el embajador Justo Sierra Casasús, con su hija Lolita; Pedro Ojeda Paullada, Martha Andrade del Rosal,

a las dos familias y le hizo entrega de una placa de reconocimiento que decía: -De la familia Zabludovsky a su hermano Rafael Guillén, por una vida de amistad y cariño. Entre muchos de los invitados se encontraba Silverio Pérez con su esposa Pachis; Chucho Córdova, El torero de Kansas, integrante de los Tres Mosqueteros; Al-

Don Rafael y Jacobo Zabludovsky. Amistad a toda prueba

313


Rafael Guillén Hernández

también su hijo Alfonso, y mi querida prima

tituyó el homenaje que el 25 de septiembre

Tere Mora Guillén, reportera de Televisa.

de 1998 le hizo la Lotería Nacional por las

No pudieron faltar los mariachis, un

aportaciones que en 75 años de existencia

cuarteto y el grupo Los Super Clásicos, quienes

había realizado El Taquito a la gastronomía

amenizaron gran parte de la fiesta.

mexicana.

Todos tuvieron siempre una frase ama-

El impulsor de este reconocimiento fue

ble para quien ha sabido ser gran amigo en

Carlos Salomón Cámara, director de esa de-

toda la extensión de la palabra.

pendencia y gran amigo desde que fungía

Mi prima Carmelita comentó:

como delegado en Coyoacán.

-Ver a mi tío aquí, rodeado de sus amigos, es

Su invaluable impulso, permitió que don

ver detrás de él a sus padres, a sus hermanos, a sus

Rafael y su Taquito se hicieran todavía más

cuñadas y a todas las personas significativas de la

conocidos a nivel nacional.

familia. Mi tío Rafael, es un digno representante de esa dinastía dedicada al trabajo. Mi padre, con la voz entrecortada, agra-

El Taquito y la iglesia de El Carmen

deció la presencia y afecto de todos su amigos. Recordó, como buen hijo, a sus padres

A sus casi 200 años, la iglesia de El Car-

don Marcos y doña Conchita, fundadores de

men es una de las más notables y majestuosas

El Taquito. Cerró su emotiva alocución agradeciendo a Dios por su familia, su esposa y sus hijos.

La Lotería Na-

cional y el retrato de don

Rafa

Otro motivo de orgullo para mi padre, lo consEl reconocimiento de la Lotería Nacional

314


“El Taquito”: una historia que contar

construcciones del Centro Histórico, ubicada en la Plaza del Estudiante número ocho. Construida por un arquitecto de apellido Tresguerras, perteneció a la Orden de los Carmelitas y su edificación se terminó en 1809, aunque fue ampliada y modificada en 1900. El edificio consta de tres naves: una principal y dos procesionales de menor altura. La fachada es de estilo neoclásico pero las modificaciones se hicieron para darle un toque renacentista. La historia de El Taquito, año tras año, ha estado entrelazada con el templo y la virgen que alberga, desde que desde los años veinte, a mis abuelos Conchita y Marcos se les veía cada domingo escuchando atentos el Evangelio. Al correr de los años, precisamente en esta iglesia me casaría. Cada 24 de diciembre, la abuela Conchita era la madrina del niño Jesús, en las llamadas misas de gallo. Al paso del tiempo la relevaron mis primas. Después, tomó la estafeta mi padre, durante más de treinta años. Luego, la continuamos sus hijos, durante otros más. En vísperas de la Navidad, los sacerdotes de esta iglesia enviaban al restaurante al niño Jesús, para que allí fuese preparado para el gran día. Esa costumbre se mantuvo invariable, pero como los tiempos cambian,

La iglesia del Carmen

315


Rafael Guillén Hernández

el ritual dejó de llevarse a efecto por decisión

todos los habitantes del barrio de El Carmen,

de las autoridades eclesiásticas del templo.

se les ofrecía un convivio en el que abun-

El niño nunca volvió a salir de la iglesia

daban las luces de bengala, los globos, los

rumbo a El Taquito. Sólo permiten, cada 16 de

mexicanísimos toritos o fuegos artificiales,

julio, que se le honre con una peregrinación

refrescos y antojitos.

que recorre unas diez calles alrededor del

La celebración de la virgen de El Carmen

templo. Y a pesar de ello, nos unimos a dicho

se llevaba a cabo durante todo el día. Daba

festejo, porque precisamente esa fecha marca

principio con una misa en su santuario.

un aniversario más del restaurante.

316

La familia, previo permiso de los sacer-

Con ese motivo, por tradición familiar

dotes, instalaba diversos ornamentos florales

establecida por mis abuelos en los años 40, a

en las puertas de la iglesia. Este festejo era


“El Taquito”: una historia que contar

esperado por los vecinos del barrio con ver-

realización de estos últimos para rezar tanto

dadera alegría, que brindaba momentos de

por sus padres, como para dar gracias por

diversión y esparcimiento.

todos los bienes y gracias recibidas, así como

Sin embargo esta tradición iniciada por

pedir cada mañana -apenas llegaran al nego-

mis abuelos, comenzó a extinguirse debido a

cio-, que hubiera trabajo y llegara la clientela.

que la gente del barrio empezó a emigrar. Las

El lugar es un espacio donde los tres her-

edificaciones tradicionales fueron rentadas o

manos solían hallar la paz y el consuelo en

vendidas e incluso destruidas y destinadas a

los momentos difíciles y también dar gracias

otras actividades.

cuando había algún acontecimiento que lo

Empero, en El Taquito seguimos la tra-

ameritara.

dición. Cada año mandamos a decorar la

La tradición permanece incluso después

fachada de nuestra iglesia y celebramos la

del fallecimiento de mis tíos David y Enrique,

costumbre iniciada el 16 de julio de 1923.

y Rafael, mi padre.

En en templo de El Carmen hemos fes-

Cada vez que él llegaba de visita a El

tejado muchas ceremonias, como bautizos,

Taquito, solía acudir primero a la capilla para

primeras comuniones y bodas.

elevar una plegaria. Marcos y yo nos hemos

Ahí celebré la mía, hace 23 años, y también se reafirmaron las bodas de plata y oro de mis progenitores.

La capilla de El Taquito

dado a la tarea de mantener esa costumbre familiar. Apenas llegamos al local, vamos allí, a rezar por todo lo que hemos recibido y a pedir por que continúen las bendiciones, que no han sido pocas, para nosotros.

Tras la muerte de mis abuelos, mis tíos

Se trata de un lugar desconocido para

y mi padre decidieron que la recámara prin-

muchos de nuestros clientes, pero que para

cipal del inmueble donde vivía la familia

nuestra familia representa un espacio de

originalmente, y que a la postre se convertiría

comunión, donde sentimos cómo, de algún

en la sede del restaurante, se consagrara como

modo, el espíritu y la presencia de nuestros

una capilla, con su altar y tres reclinatorios.

seres queridos nos acompañan para darnos

David, Enrique y Rafael ordenaron la

el ánimo suficiente y seguir adelante.

317


Rafael Guillén Hernández

318


“El Taquito”: una historia que contar

Diploma de honor del Bicentenario El 18 de noviembre de 2009, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, entregó un diploma de honor del Bicentenario a 14 ciudadanos de la capital que por sus acciones diarias se convirtieron “en innovadores y defensores del Centro Histórico de la Ciudad de México”. Entre esos ciudadanos figuró Rafael Guillén Rioja, mi padre, al lado de personajes como Jacobo Zabludovsky, José Iturriaga, Salvador Orozco Camacho, Guillermo Tovar y de Teresa, Carmen Beatriz López Portillo, Pedro Bocker, Amador Bernal, Julián Pablo Fernández, Luis Ávila Blancas, Tito Briz Garizurieta, José Herrera Padilla, Elda Lucía Guízar de Arias y Guadalupe Gómez Collado. La ceremonia se realizó en el patio del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde el mandatario capitalino dijo que este reconocimiento especial rinde homenaje “a quienes han construido lo que hoy tenemos, han defendido lo que hemos heredado y a quienes también están resueltos a que nuestra identidad, nuestros edificios, nuestra visión del futuro siga adelante”. Los galardonados son “los principales

La capilla familiar en El Taquito

En la imagen superior, don Rafael Guillén recibe de manos de Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, el diploma de honor del Bicentenario. Abajo, con su gran amigo Jacobo Zabludovsky -también galardonado-, y sus hijos Rafael y Marcos

319


Rafael Guillén Hernández

defensores de la actual generación y la gran-

Por su parte Alejandra Moreno Toscano,

deza mexicana, donde tiene lugar su arte, su

coordinadora general de la Autoridad del

historia, su memoria colectiva e incluso, las

Centro Histórico, se refirió también a mi padre

aspiraciones de la propia ciudad”, afirmó

al señalar que “reconocemos en don Rafael

Ebrard y dijo que este reconocimiento “es

Guillén Rioja a las generaciones que durante

una muestra de gratitud de su ciudad para

86 años en el Barrio de El Carmen han hecho

con lo que ustedes todos los días hacen, para

del buen trato y la alegría una tradición y

todo aquello que ustedes han propuesto, de-

crearon El Taquito, famoso restaurante de

fendido, modificado, recordado, inventado

ambiente taurino, donde artistas, músicos,

y propuesto”.

empresarios y políticos se encuentran para

Jacobo hizo gala de su prosa finamente

320

compartir sopes y quesadillas”.

tejida en un discurso donde desfilaron todos

Un día antes, Zabludovsky se refirió en

los personajes anónimos en la historia del

su columna Bucareli, de El Universal, a esta

Centro Histórico.

ceremonia y recordó que El Taquito es “el más “Somos los que cono-

antiguo de la ciudad, si lo antiguo se califica

cimos a Santa y sus velado-

por tres características: nunca ha cambiado

ras, los que a media noche

de nombre, nunca ha cambiado de domicilio

atravesamos sin temor la

desde su fundación en 1923 y desde entonces

Candelaria de los Patos, los

pertenece a la misma familia Guillén que aho-

que comíamos tamales de

ra, en su tercera generación, lo cuida como lo

charal tatemado, los que

que siempre fue: la fonda preferida del barrio”

vimos nevar un día, los que

Entre los homenajeados figuraron Lupita

llevamos serenata con el Trío

Gómez Collado -la que bautizó a El Taquito

Bucaneros, los que esperamos

como El Mandón del Centro Histórico-, así

al Cuatro Vientos que nunca

como otros personajes entrañables de la zona

llegó”, dijo el distinguido pe-

más céntrica de México, como don Tito Briz

riodista, quien por supuesto

Garizurieta, propietario del restaurante El

no dejó de mencionar a El

Cardenal, José Herrera Padilla, propietario de

Taquito.

la tlapalería La Zamorana, Elda Lucila Guízar


“El Taquito”: una historia que contar

de Arias, propietaria de la Dulcería de Celaya,

y por supuesto, sus amigos. Para la ocasión,

de la calle de 5 de mayo y don Amador Bernal,

realizamos un video con los momentos más

dueño la juguería María Cristina, la más antigua

significativos en la vida de este gran hombre,

y conocida de la zona, en la calle de Palma.

sobre todo su juventud, cuando trabajaba in-

Un cumpleaños memorable

cansable para ayudar a sus padres y cuando conoció a mi madre, doña Cari, con quien protagonizó un romance de época y fundó la

El 24 de octubre de 2009, mi padre cum-

numerosa familia que hoy somos.

plió 91 años. Como de costumbre, el festejo

Entre los amigos se contó al doctor Víc-

fue en el restaurante. La fiesta reunió a toda

tor Manuel Arroyo, sus sobrinas Carmelita y

la familia, sus hijos, sobrinos, nietos, bisnietos

Conchita Guillén, Teresa Machorro, mi tía Jo-

Doña Cari, sonriente en el festejo del 91 cumpleaños de don Rafa

321


Rafael Guillén Hernández

El patriarca de los Guillén recibe el saludo efusivo de toda su familia reunida en el restaurante con motivo de su cumpleaños. A la derecha, Alberto Carbot, Norma Inés Rivera y Andrea Aline Ocampo Carbot

le, sopa de nopales y pollo con mole, un menú que incluyó sus platillos favoritos. Fue un homenaje emotivo donde se recordaron los grandes pasajes en la historia de El Taquito. Mi padre ha sido ejemplo vivo de lo que es ser un buen hombre, un buen hijo, luego padre, luego abuelo, luego bisabuelo, con más de noventa años encima y todavía siempre atento a lo que pasa en el restaurante. Con todo respeto, es el hombre que mu-

322

sefina Noguera Escobar, conocida en el medio

chos hubieran querido tener como padre;

artístico como Josefina Leiner; los arquitectos

siempre con una respuesta acertada para

Salvador González, y José Razo; Raúl Palma

todo, mente atenta, despierta, viva y un trato

Moreno, Jorge Interiano, Gerardo Palomino,

excepcional.

Alberto Carbot, director de la revista Gentesur

Yo lo acompañé mas de cien veces a ver

y Norma Inés Rivera acompañados de sus

al licenciado Zabludovsky, al delegado, al

familiares.

regente, al jefe de gobierno o a quien fuera, y

Un trío amenizó la velada e interpretó los

a veces los dedos de los pies se me arrugaban

boleros que tanto le agradan a mi padre. La

del nervio, de ver cómo hablaba, de su gran

comida fue abundante y variada como suele

seguridad al hacerlo; de que lo que decía era

ser: carnitas, costillitas, quesadillas, guacamo-

la verdad.


“El Taquito”: una historia que contar

Por ejemplo, en 1985 -cuando el terremo-

entrada a El Taquito, tomada por los ambulan-

to marcó dramáticamente las calles del viejo

tes, hasta que esa nefasta mancha pudo más y

barrio de El Carmen, y nos quedamos sin agua

se apoderó del tránsito de vehículos y luego

ni luz, en fin, sin servicios básicos-, con mu-

de personas, y ya nadie podía pasar.

chos pantalones, mi padre se encaminó a ver

Mi padre siempre fue una persona fuerte,

al regente, atravesando las vallas de soldados

bien parado en la tierra; como esos verdaderos

que tenían cercado el Zócalo.

hombres que se convierten en héroes desde

Como pudimos llegamos hasta el edificio del Departamento del Distrito Federal y a pesar de los obstáculos, con decisión y un “por favor” al regente Ramón Aguirre, él consiguió

que empiezan, hasta que terminan cualquier proyecto. Sólo pude ofrecerle -como como él siempre dijo-, amor, respeto y cariño.

que al poco tiempo ya contáramos con todos

A Marcos, mi hermano mayor, le guardo

los servicios. El Taquito sólo cerró dos días y

reconocimiento por su trabajo, su necedad, y

siguió trabajando.

su orgullo.

Nada detuvo a don Rafa en su afán de mejorar y conservar su querido restaurante. Cuántas veces no fuimos a ver al delegado en turno para pedirle que se respetara la

Su habilidad como negociador nos ha permitido sortear cualquier dificultad.

La familia Guillén Hernández. De pie, Marcos, Rafael, Marcela, Teresa, Martha, Josefina y Concepción. Sentados, Teresa Machorro, una amiga de toda la vida, doña Cari y don Rafael, acompañados por Josefina Leiner y Conchita Guillén

323


Rafael Guillén Hernández

Reconocimiento internacional

D

324

ebido a que la UNESCO ha

sazón original que lo ha distinguido a través

reconocido a la cocina mexi-

de cuatro generaciones.

cana como Patrimonio de la

El reconocimiento le fue entregado

Humanidad, desde el año 2012 se celebra el

a Marcos y Rafael Guillén por los repre-

Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana

sentantes del Conservatorio de la Cultura

con el propósito de honrar la conservación y

Gastronómica Mexicana, organización que

promoción de nuestra gastronomía.

tiene como fin esencial la preservación,

Entre los innumerables reconocimientos

rescate, salvaguardia y promoción de usos,

que ha recibido El Taquito en más de un siglo

costumbres, productos, prácticas cultu-

de existencia, se cuenta también el que di-

rales y saberes que constituyen el tronco

cho Foro le otorgó por su detacada tradición

común que define a la cocina tradicional

culinaria y especialmente por conservar el

mexicana.


“El Taquito”: una historia que contar

325


Rafael GuillĂŠn HernĂĄndez

326

Uno de los pasillos del restaurante, con sus paredes decoradas con fotos, pinturas y la imagen de la Virgen de Guadalupe


“El Taquito”: una historia que contar

El Taquito visto por los periodistas

C

asi desde su fundación, los principales medios informativos se han ocupado en reseñar los

La voz de Pancho Lazo en el “Esto”

hechos más importantes que entre las paredes

Amigos, permítanme un paréntesis en los

de El Taquito han tenido lugar. Muchos perio-

habituales comentarios taurinos, para echar

distas conocen la historia del restaurante, por

la mirada atrás y refocilarme un poco con el

ser clientes habituales o por su amistad con la

recuerdo de aquellos días no muy lejanos, pero

familia Guillén.

que con el futuro al alcance de la mano, parecen

Por igual se han escrito notas informati-

cosas de un ayer perdido en el tiempo.

vas, reportajes o crónicas muy literarias, vivenciales y otros relatos en los que se entremezcla el lenguaje taurino, pero siempre con un hondo sentido de la amistad. No las puedo reproducir todas. Sin embargo, seleccioné algunas que para mí, poseen un gran valor porque sus autores vivieron en el barrio de El Carmen o al paso del tiempo se han convertido en amigos muy entrañables. He aquí algunos ejemplos:

Un ágape con Mariano González Zarur, Chucho Arroyo, Manolo Mejía, Pancho Lazo Boza, don Rafael Guillén, Beny Carmona, Horacio Soto y Rafael Guillén 327


Rafael Guillén Hernández

Mi menda solía caer al feudo de los her-

el principio ya de este ajetreo desenfrenado,

manos Guillén, David (hoy desaparecido) y

hasta la neurosis en que vivimos. El Taquito

Rafael, que parece inmune a los años, cuan-

era entonces el centro obligado de artistas y

do terminaban los cuarenta y se acercaban

toreros, deportistas, políticos encumbrados

los cincuenta, a paso acelerado, señalando

y burócratas con cuenta en el banco. David y Rafael siempre me parecieron peluqueros con aquellas “filipinas” blancas, cortadas como sacos. Igualmente me daban la impresión de que no sabían lo que era sufrir, de tanto que reían. -Pásale hermano, ¿Qué vas a tomar?… -Quiero comer. -Pero antes un aperitivo ¿no? Ese era el saludo. No había ni buenos días, ni buenas tardes, ni buenas noches. Bueno, esto último, se escuchaba a eso de las 3 de la madrugada, cuando enfilaba uno hacia otros lares, satisfecho el estómago, estimulado el espíritu, como un motor revolucionado con aquella combinación de brebajes sofisticados. Le servían a usted banderillas de fuego, una copita de licor de sabores que le hacía revolverse encastado, o le quitaba lo manso al buey apis. Con aquel “Pásale hermano”, comenzaba una nueva aventura gastronómica acompañada de alegría embotellada. Teodoro Aceves, casi a la entrada, en el primer piso, pegado a la caja registradora, por entonces casi un chamaco, tiene ya cuarenta años en el negocio y una barriga espantosa. Oprimía las teclas y

Las famosas “banderillas de fuego”, creación de El Taquito 328


“El Taquito”: una historia que contar

soltaba la lengua, parlo­teando de toros o de

remembranzas, de un México otrora tranqui-

fútbol, sus pasiones. Si acaso algo de teatro.

lo, pastueño, de cilindro llorón. ¡No vean qué

Su hermano fue José de Jesús Aceves, quien

criadillas en salsa verde o manitas de cerdo a

puso en marcha en México los mini teatros que

la vinagreta, y la sopa de médula con su epa-

luego proliferaron como hongos, dirigiendo la

zote y chile chipotle, los gusanos de maguey,

obra de Usigli El niño y la niebla, en la salita El

el chicharrón y las carnitas, el mole poblano y

Caracol que estaba en Palma y Cuba.

la barbacoa, los machitos y las carnes asadas o

Una voz gruesa y palmada en la espalda, anunciaba a Pepe García, quien junto con

en salsa de pasilla, las quesadillas y los sopes, los pambacitos, las garnachas y los cueritos!

su hermano Juan, sabían servir, hacer de la

Al hartazgo proletario, sucedía la música,

profesión de mesero un arte. De la manga se

el mariachi o el trío. Y ya “encaminados”, pues

sacaba el menú que traía en mente la clientela.

era obligada la serenata, a ¡dos pesos! la can-

Doblada la servilleta en el antebrazo, entre otros muchos ya retirados, Chucho El Caba-

La fiesta de María, con el “Poeta cocodrilo” Efraín Huerta

llo Castillo, Nahum Mozo Calleja y Antonio González Cárdenas, único que se mantiene en activo de aquel equipo que se movía ágil entre las mesas, con la charola en alto. Comida mexicana, servía y sirve El Taquito, localizado en las calles del Carmen, en pleno centro de la ciudad, a un paso del jardín donde está la iglesia que rinde culto a la virgen del Carmen. Frente a esos prados y centenarios árboles, estuvo un día el Departamento de Policía y Tránsito y se conserva la Casa del Estudiante que albergara a muchos que, más tarde, llegaron a ser hombres prominentes al servicio de la nación. Calles viejas, añosas, llenas de historias y

329


Rafael Guillén Hernández

ñana sábado he de recorrer nuevamente para asistir a las celebraciones de sus sesenta años de existencia. Seis décadas hace ya de que lo fundó don Marcos Guillén, hijo de Jalisco y su esposa doña Concepción Rioja, de aquí cerca, quienes están ya a la vera del Señor. Habrá pues, fiesta, con muchos invitados, gente de “aquellos años”, otra que ha ido renovando a la clientela, y bastantes que ahora lo han conocido apenas. Y para los que van a conocerle, no esperen Una pared con miles de recuerdos

una mansión de lujo, no hombre, no. Se trata ción. Caminaban los años y se entronizaba El

de una casona vieja, de gruesos muros, techo

Taquito a favor de la grey capitalina, enrique-

de vigas, con ventanas a la calle, que da cobijo

ciéndose no sólo de clientela, sino de historia.

a un lugar que pudiéramos llamar a propósito

Sus paredes son hoy las de un museo

de su cocina, de mucho sabor, donde la mul-

fotográfico con las efigies de presidentes, vi-

timesa mexicana se ha resistido a morir pues,

sitantes ilustres, artistas connotados, toreros,

¡qué caray!, allí no hay hambre. ¿Y, se pregun-

muchos toreros en especial: en El Taquito está

tarán ustedes, esos son todos sus recuerdos

plasmado el desenvolvimiento artístico del

de El Taquito? Amigos, algunos secretos nos

más distinguido pintor taurino que pueda

llevaremos a la tumba”.

existir, mi muy querido tocayo Pancho Flores. Muchos, muchos aficionados a la pintura o

el comedero defeño, más

al toreo, han querido adquirir esos cuadros

conocido y reconocido

al precio que sea. Pero El Taquito, celoso, los conserva, los atesora, mejor diría.

en el mundo:

Héctor Pérez verduzco

De aquellos cuarenta a la fecha, el tiempo

330

se me vino encima, pero nunca me hizo perder

Voy con mi hacha: Vaya arraigo, cariño

la vereda que conduce a El Taquito, la que ma-

y admiración el que tene­mos todos los perio-


“El Taquito”: una historia que contar

distas por este titán de la honestidad que fue, es y será por y para siempre Renato Leduc… López. Y ello quedó demostrado una vez más ayer en El Taquito, restaurante taurino por excelencia, en donde fue presentado el libro Así hablaba Renato Leduc, del que es autor el colega Ramón Pimentel. Pocas veces hemos visto a tantos periodistas juntos… destacando los de la vieja guardia que a través de nuestra presencia le rendimos culto al as de la baraja periodística, en el Salón Jacobo Zabludovsky del famoso comedero situado en el corazón del DF. Fuimos atendidos personalmente y en persona, como diría

golpe de calcetín todo El Taquito. En su capilla

Cantinflas por don Rafael Guillén Rioja y su hijo

está un Cristo muy significativo y original;

de la misma marca, a cuerpo de rey.

junto a él la fotografía de sus padres. Ora-

Estoy seguro de que el espíritu de don Re-

mos unos minutos en ese privilegiado lugar

nato flotó como nunca en las calles del Carmen,

y que tuve el privilegio de conocer (valga la

a quien en una ocasión le propuso matrimonio

redundancia), en compañía del buen hijo,

María Félix. Don Re, contestóle: No… ¿cómo

buen padre, buen hermano, abuelo y amigo,

quieres que sea el señor Félix?

don Rafael Guillén Rioja.

El librejo (que hoy mismo nos lo chutaremos), consta de 124 páginas y nos fue dedicado

Ramón Pimentel, Rafael Jr., don Rafael Guillén, Dolores Olmedo y Mario Munguía “Matarili” en El Taquito

Al Taquito

por su autor. Tiene un valor de quince mil varos y cómprenlo porque se va a agotar.

Intento de Reseña

He ido por lo menos en unas doscientas ocasiones. Su hermano David (q.e.p.d) nos atendió siempre no como clientes, sino como cuates, al igual que siempre lo ha hecho Rafael. Para

Don Rafael Guillén nos hizo recorrer a

escribir de El Taquito es necesario un libro…

331


Rafael Guillén Hernández

Manolete, uno de los grandes amigos de El Taquito, en una entrevista con Bernardo Fernández, Macharnudo

332

no una columna o un artículo; es tan grande su

lix, Agustín Lara, Carlos Arruza, Díaz Ordaz,

historia, que oiga usted, como bien decía Paco

López Mateos, Juan Pablo II, Corripio Ahuma-

Malgesto… las paredes de todos los salones del

da, Hugo Sánchez y si le sigo no alcanzaría el

comedero defeño, más conocido y reconocido

espacio.

en el mundo todo, está plagado de fotografías

“Entre los hombres tinta que nos reunimos

que lo hacen a uno suspirar y a la vez aprender

ayer en El Taquito, anoten a… Enrique Lou­bet,

(así como suena), y saber lo que se desconocía

Ricardo Maldonado, el famo­sísimo Mario Mun-

unos minutos antes…

guía Lirilon-Matarili, Manuel Magaña, Joaquín

Veamos… Fotografía del presidente Madero con Rodolfo Gaona… Gráfica de Salinas de Gortari, con su esposa Cecilia… Y que nos picamos, fotos hay de…. Cantinflas, María Fé-

Méndez, Carlos Estrada Lang, Alberto Catani, tal y tal, y doña Dolores Olmedo… (“Órbita” Periódico Ovaciones. Abril 1990)


“El Taquito”: una historia que contar

La memoria de El Redondel: Riveroll

las lágrimas. Por allí estuvimos muchas veces con la apantallante Maria Félix, con Pedro Armen­dáriz, Diego Rivera, Orozco, El Indio

“Enclavado en el mero centro, el día dieci-

Fernández, Gabriel Figueroa, para que La Doña

séis, coincidiendo con las fiestas del barrio, un

recibiera el trofeo Sarape de Oro de Pecime. Con

popular restaurante del rumbo cumplió sesenta

Silverio Pérez compartimos en ocasiones el pan

años de vida. El Taquito.

y la sal.

“En el curso de esas seis épocas, ha visto

“Con Carlos Arruza, con tantos astros del

desfilar por sus numerosos salones, que ini-

toreo, cuyo recuerdo se conserva en ese lugar,

ciaron en unas cestas en la accesoria de la casa

con pinturas, carteles y hasta azulejos.

numero 69 de las calles del Carmen, don Marcos Guillén y Conchita Rioja, vendiendo taquitos.

“Cuando llegó a México por primera vez el más famoso de los barmans internacionales,

“Fue prosperando el matrimonio y de la

don Pedro Chicote, una noche lo llevamos a

accesoria ocuparon una planta baja adjunta, des-

El Taquito con David y Rafael, le brindaron las

alquilada y en esta forma acabaron dueños de

máximas atenciones y no faltaron los mariachis

toda la esquina, para establecer un negocio por

que interpretaron muchas canciones típicas en

el que desfilarían artistas, toreros, deportistas y

su honor.

políticos. Claro que la predilección fue taurina,

Era el lugar de los artistas, de los bohemios,

porque David que fue el entusiasta del progreso

de los amigos, en los que reinaba la cordialidad

fue aficionado práctico, sin más triunfos que

y al final de la comida, ¡luces apagadas!, las ban-

alguno que otro pitonazo.

derillas alumbrando románticamente el salón,

“Recordamos una de las cientos de veces

formando con tres licores la bandera mexicana.

que estuvimos en El Taquito, fue hace muchos

“Hace tiempo -veinte años y mira…- que

años, la primera visita a México de Alicia Alon-

no hemos vuelto a El Taquito, los años, las dis-

so, la maravillosa bailarina cubana.

tancias y tantos problemas. Pero el recuerdo

“El colega Blanco Moheno improvisó un

de ese lugar en las calles del Carmen, fue algo

magnífico discurso rebosante de poesía, de

así como la prolongación de nuestro periódico,

musicalidad, de emociones.

de nuestra casa, nos trae alegrías, nostalgias y

“La respuesta de Alicia, elocuente, fueron

gratas remembranzas”. (Periódico El Redondel)

333


Rafael Guillén Hernández

Un Taquito de tradición: Alberto Barranco Chavarría “Había una vez un puesto de tacos...”, podría empezar, como en los viejos cuentos, la crónica de hoy. Y tal vez hasta hubiera una moraleja: los hambrientos estudiantes de ayer, que entonces comieron gratis, hoy son prominentes políticos... y fervorosos clientes. Y hasta podríamos meter un episodio de amor, envuelto entre desplantes de María Félix y bravatas de Jorge Negrete. O bien la extraña historia de la reina de allende el Bravo, que un día llegó, vestida de cortesana, al palacio de la comida mexicana. Y naturalmente, entre uno y otro episodio habría intriga, suspenso, emoción y hasta una que otra tragedia... El riesgo es que se nos termine más rápido el papel que las historias. Porque, ¿sabe usted?, El Taquito, el restaurante de más tradición en el México viejo, está lleno de ellas. De hecho hay una en cada pintura, en cada fotografía, en cada cartel taurino, en cada uno de sus ocho salones... Más aún, su historia es una historia. Un menú para el “Calesero”…

En un pequeño local del centro del centro de la ciudad de entonces, es decir en el corazón del viejo barrio universitario, don Marcos

334


“El Taquito”: una historia que contar

Guillén y su esposa Conchita instalaron un humilde puesto de tacos de carnitas, garnachas, pellizcadas, chalupas, dobladitas, sopes, enchiladas y pambazos. Era el final del sueño que los trajo un día de Guadalajara, y el principio de una larga página. Ahí llegaban, sin más aval que su hambre, los estudiantes provincianos pobres, acuartelados en la solidaridad de la Casa del Estudiante, a un costado de la Plaza del Estudiante, a pedir “tres chalupitas a mi cuenta”. Y doña Conchita les daba cinco, a sabiendas que el pago era más difícil que los dólares que el ex banquero Jorge Lankenauau se llevó a vacacionar a un paraíso fiscal... Muchos de aquellos que llegaron a conquistar la ciudad de “Se rentan cuartos para caballeros solos y decentes”; de comidas corridas de 1.75 pesos con huevo montado al arroz blanco y refresco gratis, y que brincaban, sabios, de la prepa de San Idelfonso a la Escuela Nacional de Medicina o la de Jurisprudencia, y mataban sus ocios recorriendo las gastadas páginas de los viejos tesoros de la Hemeroteca Nacional de la calle Del Carmen, hoy son personajes de primer nivel. Y algunos intelectuales, como el escritor oaxaqueño Andrés Henestrosa, hasta escriben sus recuerdos: “Cuando el bolsillo no daba para más, los esposos Guillén, dueños

Y otro para el presidente Adolfo López Mateos

335


Rafael Guillén Hernández

de una taquería de no más de cuatro metros

Y luego las pinturas taurinas de Pancho

de largo por dos de ancho, que fue luego el

Flores y Ruano Llopis. Y las cabezas disecadas

famosísimo El Taquito, nos sacaba de apuros

de miuras. Y el retrato de Manolete. Y Carlos

con el regalo de un par de taquitos: suculentos

Arruza en un quite por chicuelinas. Y el farol

como jamás encontré otros”.

de rodillas de Juan Silveti, la manoletina de

EI Taquito llegó el 16 de julio de 1923.

Manolo Martínez, la verónica de pies juntos

Fue la casa donde vivían los Guillén, com-

de Fermín Espinoza, Armillíta, las payasadas

prada en abonos de pesares y sacrificios, en

de Manuel Benítez, El Cordobés; la gaonera

la esquina del Carmen y Bolivia. Y ahí siguió

del gran Califa de León, Rodolfo Gaona. Y los

siendo. Primero la planta baja, luego la casa

programas de seda de la temporada 1908-1909,

entera”.

anunciando un mano a mano entre el Califa de

Y los gusanos de maguey recién asados en

León y Manuel Lara El Jerezano. Y los carteles

el comal, tronantes aún; las chalupitas de salsa

inolvidables. Y las anécdotas: Aquí confesó

verde con sus tiritas de maciza; las criadillas en

Joaquín Rodríguez por qué le decían Cagancho

salsa verde; los chiles rellenos de queso y pica-

(“e’ que yo vendía gancho, y ca’ gancho valía

dillo; el mole poblano con su respectiva pierna

do peso”). Y se enfrió la cena que esperaba a

de guajolote rociada de ajonjolí; las quesadillas

Andrés Blando, Carnicerito, después de la co-

de chicharrón, tinga, sesos o huitlacoche, las

rrida. El toro canceló la cita... definitivamente.

costillas de puerco: para chuparse el huesito; la

Pronto las paredes de los pasillos y los

sopa de médula, los plátanos fritos con crema;

salones (Televisión, Santiago y Jacobo Zabludo-

los ates con queso, los chongos zamoranos...

vsky...) de El Taquito se llenaron de fotos de figuras de todos los tamaños, sabores, colores ... y olores. Ahí está la belleza inmortal de la Doña María Félix, brindando, altiva, orgullosa, con su flamante esposo, Jorge Negrete. Acababan de llegar de su luna de miel, y quisieron ofrecer una fiesta inolvidable. Todo México fue a tomar tequila con sangrita de la casa y escuchar cantar a Negrete y despotricar a la diva,

336


“El Taquito”: una historia que contar

337


Rafael Guillén Hernández

integradas de licor de crema de cacao clara, granadina y menta verde. Y al final ella dejó de recuerdo un beso a don Rafael y a su hermano David Guillén, el novillero que dejó el arte a tanta súplica de su madre, luego de recibir una peligrosa cornada. Además están todos los presidentes, desde Lázaro Cárdenas. El más retratado, quizá porque era el más asiduo, es Adolfo López Mateos. Con él está desde la belleza pálida de una Frida Kalho, en el ocaso de su vida triste como diría la canción, hasta la sonrisa mágica de Katy Jurado y la presencia bravía de Lupe Vélez, pasando por todos los políticos de entonces. El ex presidente Miguel de la Madrid preside la entrada al Salón Jacobo Zabludovsky, padrino de los 60, 65 y de los 70 años que cerró el episodio gritándole a su marido y saliendo entre portazos ...

338

de El Taquito. Y como la función debe continuar, ahí

Ahí está, también, en media docena de

está el odiado ex presidente Carlos Salinas

fotos inolvidables, la sonrisa ajena, ingenua

de Gortari, retratado con el actual dueño

y enigmática, de la diosa sexy de Estados

del lugar, don Rafael Guillén, si bien cuan-

Unidos. Marilyn Monroe se encaprichó en ir

do apenas era un mediano funcionario del

a El Taquito Y los meseros se encapricharon en

gobierno federal. Y, naturalmente, el presi-

servirle todos.

dente Ernesto Zedillo acaba de comer ahí,

Y la reina rubia comió chalupitas, taquitos

retrato al calce, con Jacobo Zabludovsky.

dorados de pollo, quesadillas, mole poblano, y

Y también está el gobernador del Distrito

cantó y bailó y bebió tres banderillas tricolores,

Federal, Cuauhtémoc Cárdenas.


“El Taquito”: una historia que contar

Y la foto del profesor Carlos Hank Gon-

alegría como cuando el equipo del ya merito

zález es la más grande del Salón Televisión,

desaparecido noticiario 24 horas festejaba

donde de vez en cuando se quedan a dormir

su aniversario, como cuando el presidente

alguno que otro ex torero, sin más fortuna

de la academia de la Lengua de Alvarado,

que sus recuerdos.

Armando Jiménez, tuvo la puntada de hacer

De las estrellas de cine no hay una sola

ahí la recepción académica de dos nuevos

ausencia, así vivos como muertos: Pedro

miembros; cuando llegaba ahí Carlos Arru-

Infante, que recibió ahí un premio por su

za a festejar su triunfo o la plana mayor del

actuación en Tizoc, Carmen Salinas, Can-

DDF a planear la grilla.

tinflas, Gloria Marín, la aún bellísima Sonia

En El Taquito nació Pecime. Cuando Jor-

Furió; la inolvidable Miroslava, Emilio El

ge Vidal fue presidente de esta organización

Indio Fernández, con su tequila triple y su paliacate de clásico rojo al cuello. De los boxeadores está el gran Mantequilla Nápoles, Ultiminio Ramos, Vicente Saldívar; Rubén Olivares. De los toreros están todos, hasta la rejoneadora Conchita Cintrón… A la muerte de don Marcos Guillén, en 1958, el negocio quedó en manos de sus tres hijos: David, Enrique y Rafael. Los dos primeros murieron años después, y don Rafa se quedó con todos los recuerdos, que comparte, en las noches de nostalgia, con el más antiguo de sus trabajadores: Antonio González. El recuerdo de las fiestas de cada aniversario del restaurante. El recuerdo de los días difíciles, como en el 68, cuando el barrio estuvo sitiado por el ejército; de los días de

Rafael y Marcos Guillén, con el periodista Alberto Barranco Chavarría

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Rafael Guillén Hernández

de periodistas cinematográficos, le entregó

Guillén, orgulloso, dice “quien no conoce

a don Rafael Guillén un diploma alusivo.

El Taquito no conoce las entrañas del país”,

Lo cierto es que con Pecime y Televisa o sin ellos, las mesas del restaurante taurino

En su restaurante está toda la vida de

están siempre plenas de periodistas, de ar-

México, desde que nació el abuelo del PRI.

tistas, y aspirantes a artistas. Y siempre hay

Alguien dijo alguna vez que se pensaba

vales en la caja. Y siempre hay rebajas en la

vender todo: las fotos, los cuadros, los re-

cuenta. Y “Don Rafita, hay mañana le dejo

cuerdos y la respuesta a ello, de don Rafael

un abonito”…

Guillén es tajante:

Y en el restaurante del barrio del Car-

-¿Usted cree que se pueda vender México?.

men, adelantito de la Plaza del Estudiante,

Y México canta, con mariachi, la nos-

el padre Senén Mejic, Luis Rublúo, Armando

talgia. Y como con manteca, al amparo del

Jiménez, Guillermo Ortiz de Montellano,

recuerdo. “Sí, es Hugo Sánchez”. “Y, mire,

Luis Everaert Dubernad, cronista de Co-

qué jovencito estaba Diego Rívera”.

yoacán; José Socorro Quintana y otros más,

“Que bella era Dolores del Río... “

plantearon la salida de un periódico que

Y entre foto y foto, las leyendas de los

recogiera la crónica de la ciudad, escrita

mosaicos que adornan las paredes:

por Renato Leduc, Vicente Leñero, Antonio

Dios mío, si tomando te ofendo, con la cruda

Acevedo Escobedo, Juan Rulfo, Luis Vega y

me sales debiendo; Te conozco de cara, pero no de.

Monroy...

mañas; Nunca buena olla con agua sola, Si se ali-

Y aquí se celebró, con Andrés Henestrosa, la entrega del Premio Nacional de Perio-

vió fue la Virgen; si se murió fue el doctor; Todo lo que nos gusta es ilegal, inmoral o engorda.

dismo al cuarto número de la publicación...

Es El Taquito. Toda una vida.

que desapareció tras tres salidas más.

(Periódico Reforma. 18 de enero de 1998)

A semejanza de la famosísima “quien no conoce Los Ángeles (el salón de baile, naturalmente, donde se rogaba a los caballeros no tirar cigarros para que no se quemen los piés las damas) no conoce México”, don Rafael

340

y tiene razón.


“El Taquito”: una historia que contar

Acuarela de El taquito del artista Rafael Guízar pintada en 2017

341


Rafael Guillén Hernández

342


“El Taquito”: una historia que contar

1917-2020. ciento tres años La luz sigue brillando… ¡ojalá nunca se apague!

Y

a son ciento dos años. Para la

La enfermedad sigue su curso y los comer-

familia Guillén El Taquito, más

ciantes establecidos que pagamos impuestos,

que un restaurante, es una forma

vemos, impotentes, cómo a pesar de nuestras

de vida, una parte de la memoria de nuestro

numerosas protestas y esfuerzos, es como la

país. Desde siempre establecí un fuerte vínculo

hidra de 7 cabezas, que le cortan una y brotan

con él.

2, porque aunque antaño existía el problema,

Estamos conscientes que es imposible

en los últimos años se ha agudizado. Si bien

plasmar en un solo tomo las innumerables

la solución sigue siendo la misma, tiene un

anécdotas que en sus salones se han vivido.

nombre, se llama autoridad, pero a la fecha no

Parecería de locos decir que en las tardes, o ya

ha habido quien tenga la valentía y honestidad

entrada la noche, al mirar las fotografías y los

de acabar con la corrupción y clientelismo que

cuadros, tenía la sensación de escuchar una voz

significan los ambulantes.

diciéndome: Esto es de ustedes, cuídenlo, consérvenlo, pase lo que pase… Siempre he sostenido que El Taquito tiene vida y no dejaremos que se extinga. El restaurante ha superado innumerables

El comercio informal tiene otra consecuencia: el acceso cada vez más difícil a las calles del Centro, porque los vendedores se apoderan de las aceras, de las entradas de las casas y de cualquier espacio disponible.

obstáculos: la muerte de mis tíos y mi padre; el

No existe tampoco una regulación en el

sismo del 85, las crisis económicas y especial-

transporte público y los microbuses hacen de

mente, el ambulantaje, que se ha convertido en

las suyas, apoderándose del arroyo vehicular.

una epidemia, que requiere de manera urgente

Y es que existe un rey o una reina mala

una solución. Los ambulantes vinieron por el

-como la de los cuentos de horror-, que son

sur, desde Tepito y por el norte, de la Merced,

líderes de cientos, de miles de ambulantes im-

vía Correo Mayor y ahora ya son un sólo bloque.

punes y enseñoreados, cuya presencia siempre

343


Rafael Guillén Hernández

resguardada por su corte de guaruras, ensom-

todo, la atención y el buen servicio, amén de la

brece la belleza arquitectónica de este pedazo

excelencia de nuestra cocina. Por ello es que las

de historia mexicana, que desafía al tiempo, la

sugerencias que hacemos son bien aceptadas

paciencia ciudadana y a las autoridades capi-

y nuestros clientes se van siempre satisfechos.

talinas.

Porque una vez que ponen un pie en este lugar,

En El Taquito estamos conscientes de to-

todo queda atrás y en cada paso se siente la

das las dificultades por las que deben pasar

calidez de quienes aquí trabajamos, se percibe

nuestros clientes y amigos que nos visitan. Es

el aroma de la comida y las mesas comienzan

por ello que nuestra filosofía privilegia, ante

a vestirse de colores blanco y rojo, a la espera de nuestros comensales. Y es que El Taquito es como un oasis en el desierto, una isla en ese mar de gente en donde unos van y otros vienen.

Un día en El Taquito La entrada al restaurante es angosta y conduce al primer piso, por unas escaleras que han visto pasar a todo México. Mientras se suben uno a uno los peldaños, las miradas se posan en las innumerables fotografías y cuadros que adornan las paredes y, por un momento, casi se puede pensar que al doblar la escalera nos tropezaremos con alguno de los numerosísimos personajes cuyos rostros saludan desde la pared. Un día cualquiera en El Taquito, empieza por darle la bienvenida a quienes nos visitan, ya sea para festejar algún acontecimiento o simplemente disfrutar de nuestra cocina. Lo más

Teodoro Aceves y Rafael Guillén 344


“El Taquito”: una historia que contar

importante para nosotros es el buen trato y hacerlos sentir como en casa. Al llegar, son recibidos por el capitán, un garrotero, una hostess o incluso el dueño; todos les damos la bienvenida. Después de elegir la mesa, alguno de nuestros meseros se acercará a ofrecer algo de beber, orden que es atendida sin tardanza. Al regresar con las bebidas, se sugiere alguna de las muchas entradas que tenemos para todos los gustos; las

Juventino Jiménez y Salvador Lara Martínez

quesadillas -que siempre han sido chiquitas, pero muy ricas-, rellenas de queso, papa, chicharrón, rajas, flor de calabaza y huitlacoche; las costillitas de puerco, crujientes y tostaditas; los machitos de carnero, los sopecitos o el chicharrón, todo acompañado de una salsa molcajeteada, un guacamolito o unos frijolitos con queso y totopos. Una vez servidas las botanas, los meseros supervisan que no falten las tortillas recién salidas del comal y las acercan antes que el cliente las pida. Al terminar las entradas, es tiempo de ofrecer la carta y hacer las sugerencias y recomendaciones o describir los platillos y contestar las preguntas que puedan surgir. Una sopita de médula bien caliente, un jugo de carne, una sopa madrileña, un caldo tlalpeño o una sopa del licenciado, que

Consuelo Ruiz, Tarcicisio Hernández López y Ramón Ahumada

siempre despierta la curiosidad por el nombre y explicamos que es la favorita de Jacobo Zabludovsky y cuyos ingredientes también compartimos. De igual forma le sugerimos mole poblano, barbacoa, gusanos de maguey y cabrito al horno. Todo esto sin descuidar la atención, atentos siempre a que no falten las bebidas y las tortillas calientitas.

Ramón Ahumada 345


Rafael Guillén Hernández

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“El Taquito”: una historia que contar

De izquierda a derecha, sentados: Juventino Jiménez, Consuelo Ruiz, Francisco de Carlo y Luis de la Luz. De pie: Martín Gutiérrez González, Salvador Lara Martínez, Federico de la Luz, Roberto Mayoral, José Alberto Rojas, Miguel Ángel Romero Sabás, Demetrio González y Marcos David Rodríguez

347


Rafael Guillén Hernández

Una vez que se han decidido por la comida, se toma la orden y se lleva a la cocina para prepararla. La espera vale la pena. Siempre es bueno dar un poquito de tiempo ente un plato y otro, pues así la llegada de los platillos fuertes es mejor recibida. Frente a cada comensal se pone su orden y se les desea buen provecho. Al terminar la comida, viene la parte final a la que no hay niño o adulto que se resista: las natillas, el ate con queso, un flan y los chongos zamoranos complementan esta etapa, y por supuesto, los digestivos, el café de olla o nuestras tradicionales banderillas de fuego. Ha terminado la comida y los rostros de nuestros clientes reflejan su agrado por la comida y la atención recibida. El éxito de El Taquito está en lograr la satisfacción del comensal completamente, y esto radica en tres puntos: la atención, la calidad y ¿por qué no decirlo? el precio justo. Es decir se unen los tres factores: servicio, calidad y precio. No hace mucho tiempo durante una entrevista con Cristina Pacheco, nos preguntó si conocíamos la receta del mole. Le contesté que no, pero que sí sabía cuando éste estaba bueno o cuando le faltaba algo. He de confesar que en realidad sí conozco muy bien esa receta, pues desde muy joven mi papá nos enviaba al mercado de La Merced con Mauro Jiménez y un ayudante de cocina. La abuela Conchita preparando sus famosas recetas 348


“El Taquito”: una historia que contar

349


Rafael Guillén Hernández

Francisco de Carlo

Doña Vale permaneció con nosotros por más de cuarenta años, y vaya que se esmeraba en su labor. Al jubilarse le cedió la estafeta a Luz Arteaga Reyes, una jovencita entonces, que al paso del tiempo se le conoció como La mayora Lucha, quien más de una oportunidad apareció en televisión con sus recetas. Ella también permaneció en Allí pedíamos los mejores chiles y de-

El Taquito por casi cuarenta años.

más condimentos que exigía doña Valentina

Es decir, en la cocina a lo largo de nuestros

Gómez Flores, la cocinera, quien no toleraba

ochenta y nueve años, han pasado tres genera-

que se emplearan ingredientes de menor ca-

ciones, las mismas que tiene nuestra la familia,

lidad, ya que tenía que respetar, paso a paso,

pues con Marcos y conmigo se realiza esta

la receta que nos heredó la abuela Conchita,

tercia generacional, que muy seguramente

quien preparaba el mole como nadie.

continuarán nuestros hijos.

Especialidades de la casa Un plato tradicional que solicitan mucho nuestros clientes es el entremés ranchero surtido, conformado de carnitas, quesadillas, guacamole, nopalitos, machitos de carnero, rellena y chicharrón seco; todo acompañado de la imprescindible salsa molcajeteada. Después viene la sopa. Hay para escoger y todas son deliciosas: de médula, de tortilla,

350


Salvador Lara Martínez

“El Taquito”: una historia que contar

de migas, de nopalitos, consomé o caldo tlalpeño. Finalmente, viene el plato fuerte. Uno de los más demandados, es la arrachera a la Tampiqueña, un suave corte de res, acompañado de rajas poblanas, enchiladas verdes y frijoles refritos. Y por último, el flan casero o la natilla, preparada con la receta original de mi abuela Conchita. Nuestras carnitas también son de primera. Aparentemente es muy fácil hacerlas, pero prepararlas tiene su secreto. Uno de ellos, es quizá nuestro cazo, de más de cincuenta años, casi mágico. En él han quedado las huellas de cuánta manteca y agua se requiere para preparar treinta o cuarenta kilos de carne, incluyendo la llamada maciza, falda, espaldilla y las muy solicitadas costillas. La carne es comprada fresca en el mercado de Jamaica, donde los primeros en llegar se llevan la mejor materia prima; es decir, los pechos mas chicos, que suelen ser los mas tiernos y fáciles de cocinar. Ya recién salidas del cazo, si el cliente las ordena en ese momento disfrutará de un sabor único, pero también en el recalentado. Al volver a echarlas en manteca, las costillas por ejemplo se doran más y adquieren en la segunda frita ese sabor crujiente. La guarnición también reviste importancia en nuestro platillos. Por ejemplo, siempre buscamos nopales tiernos, de tamaño mediano. En nuestro restaurante, hasta la manera de hacer los nopales tiene importancia. Luego de cocerlos, los aderezamos con vinagre, aceite, orégano, sal y cilantro. El guacamole lo preparamos con verdadero aguacate, no con pagua, que es de menor calidad,

Cristina Pacheco, en entrevista para su programa “Aquí nos tocó vivir” 351


Rafael Guillén Hernández

352


“El Taquito”: una historia que contar

como lo hacen en otros lugares. Le agregamos jitomate, cebolla, cilantro y una pizca de sal. La cocina de El Taquito se ha acreditado por su calidad. La arrachera debe ser suavecita. Siempre exigimos a nuestros proveedores lo mejor. A la hora de freírla, la marinamos y se cuida el término seleccionado por nuestros clientes: bien cocida o término medio. Para preparar la sopa de médula, la compramos fresca y delgadita. Se limpia muy bien y el caldillo no debe adquirir un color muy fuerte, como en una sopa común. El chipotle que se le agrega, lo elaboramos directamente en el restaurante. Los postres -entre ellos el flan y las natillas-, también los preparamos en casa. Las recetas de la abuela Conchita se heredaron a sus nueras. En nuestro caso, mi madre las ha hecho extensivas a mi esposa Maricela y a mi cuñada Patricia.

La fuerza que nos da fuerza Cuando en 1923, para sobrevivir, mis abuelos comenzaron a vender taquitos, en una pequeña accesoria donde se ubica hoy el restaurante, el trabajo se desarrollaba entre los dos. Doña Conchita

Los exquisitos platillos que se sirven en El Taquito 353


Rafael Guillén Hernández

se encargaba de la cocina y don Marquitos despachaba aguas frescas y cobraba. Al paso de los años el negocio comenzó a marchar. Se extendieron, ocuparon nuevos espacios y fortalecieron su trabajo con más empleados. Primero, ayudantes en general, luego un ayudante de cocina, después meseros y garroteros; en plena bonanza y crecimiento del negocio, comenzaron a desfilar muchísimos colaboradores que se reconocían entre ellos por apodos como El Pelochas, La Muñeca, El Enano, Cara Limpia y El Bigotes. Sin embargo, los primeros ayudantes fueron sus tres pequeños hijos: David, Enrique y Rafael, mi padre. Así, siempre había quien llevaba el diablito hasta el mercado de la Merced, acompañando al abuelo y luego, de regreso, cargar en la carretilla la cantidad necesaria de verduras y semillas. Gracias al esfuerzo, sobre todo de los pioneros, se desarrolló El Taquito como el máximo restaurante de comida mexicana. Son ya cuatro generaciones –como reza nuestro lema en la placa conmemorativa, cuando celebramos nuestros primeros 60 años-, brindando amistad y servicio.

Colaboradores inolvidables Algunos personajes importantes que nos

354

han auxiliado en esta legendaria tarea fueron los hermanos Pepe y Juan García, de gran personalidad y mucha facilidad para las relaciones públicas. Trataban tan bien a los clientes, que cuando estos hacían una reservación, solicitaban no sólo una mesa, sino al mesero de su preferencia. Qué decir de Teodoro Aceves, de quien me hice amigo desde mi niñez. Él se desempeñó por casi medio siglo como gerente y cajero. Era gente honrada, muy acomedida, dedicada totalmente al restaurante, que disfrutaban su trabajo. Su eficiente labor en El Taquito les permitió construir un patrimonio que dejaron como herencia a su familia. En la actualidad, nuestro equipo de colaboradores no es muy numeroso, pues el restaurante, víctima de la situación económica que vivimos y los problemas del México moderno, se redujo a menos de la mitad. Quienes hoy colaboran con nosotros, se desempeñan con puntualidad, eficiencia, constancia y dignidad y son igualmente valiosos, porque llevan la camiseta de El Taquito bien puesta. Muchos me transmitieron sus inestimables conocimientos y experiencia, como Carlos Marcos Hernández, el cantinero o Luz Arteaga


“El Taquito”: una historia que contar

Reyes, la cocinera. Ellos forman parte importante de nosotros; con su trabajo cotidiano y esfuerzo llenan de actividad y colorido todas las áreas del restaurante. Quiero dejar testimonio del esfuerzo de Juan Manuel Acua Méndez, Ramón Ahumada, Jesús Castillo Ángeles, Andrés Castro Castro, Joel Rodolfo Celis Ortega, Francisco de Carlo, Graciela Domínguez Carreón, Valentina Gómez Flores y Antonio González Cárdenas. También agradezco a los hermanos Demetrio y Noé González Guerrero,Tarcisio Hernández López, Juventino Jiménez Sánchez, Salvador Lara Martínez, Fidencia Martínez Rosas, Miguel Tahuito Martínez, Damián Mayoral y Nahum Mozo Calleja. No podría faltar mi reconocimiento a la labor de Socorro Olvera Hernández, Eduardo Piedra Briones, Francisca Ramos Méndez, Martín Gutiérrrez González, Miguel Ángel Romero Sabás, Consuelo Ruiz Rangel, Roberto Mayoral, José Alberto Rojas y Marcos David Rodríguez.

La valía de mis tíos David y Enrique El Taquito, es un lugar de historia, de época, que siempre permanecerá como un mudo testigo de lo que acontece en este hoy semi rescatado Centro Histórico. Guardamos un agradecimiento infinito a los abuelos Marcos y Conchita por su trabajo y visión al instalarse en esta esquina que hoy es una leyenda viviente. Reconocimiento también a la labor de mi tío David, a su inteligencia, sus ganas de progresar, de hacer de este lugar un gran restaurante y colocarlo durante décadas en el gusto y en el lugar favorito de la sociedad mexicana; de gente con muchísima clase, destacada en el ámbito político, deportivo, taurino, empresarial y artístico. Asimismo, mi gratitud eterna a Enrique, por

Enrique Guillén Rioja y Marcos Guillén

355


Rafael Guillén Hernández

su entrega al trabajo. Yo lo recuerdo con gran

El Taquito es un recinto millonario de cua-

cariño. No olvido esos domingos cuando ven-

dros y recuerdos, con miles de satisfacciones por

día unos tacos deliciosos. Hasta la fecha -como

haber servido una gran comida, organizado una

tradición y en honor a esos tacos y a la exquisita

magna celebración, preparar unos tacos o unas

salsa que él preparaba-, los domingos se siguen

tortas suculentas.

sirviendo esas viandas. Siempre decía:

Los platillos siempre sabrán mejor, porque

-Póngase abusado....como ochenta venados.

quien los disfruta sabe que los está comiendo

En el anecdotario, recuerdo muy bien

aquí, en la esquina de la leyenda, El Carmen y

aquella aventura en donde, después de una

República de Bolivia.

noche de fiesta, Rafael mi padre, mis hermanos

Hace poco más de una década, un periodis-

Marcos, Marcela y yo -de apenas cinco o seis

ta me entrevistó. La conversación hacía hincapié

años-, nos encontramos nadando en la playa

en las vicisitudes y las circunstancias difíciles

Revolcadero de Acapulco, en compañía de mi

por las que atravesábamos, no sólo desde el

tío Enrique, Miguel el chofer y el inolvidable

punto de vista financiero, sino en particular,

Camilo Salas, asistente de mi tío. Muchos años

por el desbordado ambulantaje que amenazaba

han pasado pero el episodio sigue tan fresco

con ahogarnos.

como, sin exagerar, sólo hubiese pasado hace una semana.

La luz sigue brillando

Al día siguiente, el periódico presentó con grandes titulares “El Taquito se muere”. Su autor hablaba también con melancolía de sus vivencias y de las reuniones a las que alguna vez asistió en el restaurante.

En muchas de las entrevistas que nos han

Sin embargo, la reseña final daba cuenta

hecho, los reporteros siempre preguntan cómo

que a pesar de todo, una luz de esperanza aún

le hacemos para sostener a El Taquito a pesar de

brillaba dentro de la señorial casona. “No ce-

todos los problemas.

rrará El Taquito… aguantaremos hasta donde

Yo les respondo que aunque no lo queríamos así, la mitad del restaurante tuvo que rentarse para un fin: conservar la tradición.

356

se pueda”, dije entonces. Hoy ya son 102 años y la luz sigue brillando… ¡Ojalá nunca se apague!

De frente al toro, sin miedo a las embestidas


“El Taquito”: una historia que contar

357


Rafael Guillén Hernández

Y a todo esto ¿por qué un libro de “El Taquito”?

E

358

n 1980, un año después del gran

En ese momento, yo ya tenia una canti-

evento en donde se le sirvió una

dad significativa de recortes de periódicos

comida al Papa Juan Pablo II,

y revistas que hablaban de El Taquito. Los

comenzó a generarse en mi interior la idea de

guardé cariñosamente en algunos álbumes

redactar un pequeño folleto que describiera

para fotografías; los recorté y pegué con mi

algunas líneas generales de la existencia de

orgullo por delante, con el sentimiento de

nuestro restaurante.

estar haciendo un trabajo placentero y tras-

Rafael Guillén y Alberto Carbot, director de Gentesur/La Revista de México durante las sesiones de redacción y diseño de “El Taquito, una historia que contar”


“El Taquito”: una historia que contar

Rafael Guillén presenta la primera edición de su libro

cendente. La intención que lo envolvía, era

Como todos sabemos, los años son sabios.

dar a conocer la importancia que ha tenido

A través del tiempo, continúe con la sabrosa

el restaurante fundado por mis abuelos y

manía de atesorar más recortes y hasta algunos

fomentada por tres generaciones más de la

videos. La documentación crecía y con ella la

familia Guillén.

comezón de continuar con el proyecto inte-

Con estos elementos, me dediqué a redac-

rrumpido. Sin embargo, dado el volumen de

tar un pequeño folleto que incluiría un par de

información, entendí que el proyecto del folleto

fotos y algo de historia. Sin embargo, tuve que

estaba rebasado y que con los testimonios en la

interrumpir este proyecto, para atender otros

mano, podría entonces desarrollar un trabajo

asuntos.

de largo aliento.

359


Rafael Guillén Hernández

Los nuevos recortes, integrados a los anteriores, fortalecieron mi intención, así que

360

to y dejaban en sus muros el eco de sus pláticas y celebraciones.

procedí a ordenar toda la información y poco a

A estas alturas de mi nueva encomienda,

poco, robándole tiempo al trajín y al descanso,

me di cuenta a plenitud de la importancia de

comencé el libro que hoy tienen en sus manos.

hacer un rescate más general y también, aunque

En el proceso de escritura, me di cuenta

no tengo formación de historiador, de incluir

de que para hablar de El Taquito no bastaban

algunos eventos claves que podrían explicar con

unas cuantas cuartillas, era necesario ordenar

nitidez la causa por la que nuestro restaurante

la mente y alargar la pluma. Luego llegué a la

se convirtió, por su cocina, ambiente y calidez,

conclusión de que la vida de nuestro restaurante

en una referencia ineludible para los personajes

iba acompañada de sucesos nacionales de im-

más memorables de la historia nacional de las

portancia, en lo político, artístico y cultural, en

últimas diez décadas. De ahí nació el título de

donde los actores, al hacer uso de este recinto

la obra: El Taquito, una historia que contar.

culinario, lo convertían en un espacio en donde

Así sería dicho esquemáticamente, el ca-

se instalaban las voces más celebres del momen-

mino que siguió mi reflexión en torno a esos


“El Taquito”: una historia que contar

apuntes, que me obligó a abrir más los ojos y

Renato Leduc, y hasta brindé con Diego Rivera

limpiar mis oídos de la basura mediática para

y con el poeta cocodrilo Efraín Huerta.

buscar mas información.

La energía reunida por infinidad de gente

En estos paseos intelectuales me obligué a

talentosa que pasó por nuestros salones, hizo

pensar en el carácter de mis abuelos y tíos, de

cambiar la dimensión de mi trabajo de un folleto

la bondad de mi padre, de la templanza de mi

a un tomo. Crecía como crecen las criaturas: con

hermano; así mismo entendí que la humildad

mimos y cuidados.

era necesaria para preguntar y saber escuchar.

Cuando los abuelos se hicieron propie-

Comencé a ver con otros ojos a las calles cerca-

tarios de su pequeña accesoria comenzaron a

nas al restaurante y, no obstante, el ambiente la-

adornar sus paredes con detalles taurinos. Este

pidario que circunda a nuestro barrio, encontré

proceso nunca acabó. No se imaginaron que

una arista de placer en el acto de caminar por

estaban perfilando un concepto, mismo que per-

las calles cercanas al restaurante.

duraría y haría tan famoso a su restaurante. En

Volví a mirar, ahora con otro sentido, a la

efecto, con el tiempo, El Taquito se convirtió no

iglesia Del Carmen, a la plaza del Estudiante.

solo en el único restaurante taurino de México,

Me interné con entusiasmo por mis calles favo-

sino en un centro de cultura en cuyos espacios

ritas del Centro Histórico; por las más famosas y transitadas, pero también otras destacadas por su tradición como la del Apartado, y naturalmente, hasta llegar a la esquina de la leyenda. Bolivia y el Carmen. Mi itinerario continuo dentro de El Taquito, en donde confirmé que la fuerza de mi inspiración proviene del encanto de sus muros, una especie de poema para iniciados, donde platiqué con Rodolfo Gaona y Silverio Pérez, compartí los alimentos con Manolete y Carlos Arruza, me sentí cercano a Marilyn Monroe y a María Félix; me divertí con la charla del gran

361


Rafael Guillén Hernández

Rafael Guillén y Alejandro Cortés dan los últimos ajustes a la tercera edición del libro “El Taquito una historia que contar”

362

se reunirían las personalidades más destacadas

sus alimentos, ya que su estilo es único. No

del México posrevolucionario, hasta llegar a

conozco otras empresas que tengan la gracia,

nuestros días.

como la familia Guillén, la gran oportunidad

Hoy lo decimos sin ambigüedades: en

de disfrutar su trabajo y atender con cortesía

nuestros salones comieron y bebieron las per-

a tanta gente. Aquí para nosotros, todos los

sonalidades más famosas de todos los ámbitos.

comensales son importantes.

Aquí fueron atendidos con la cortesía que se

Ya lo mencionó Pancho Lazo: “Los her-

merecen quienes acuñaron un sello de identidad

manos Guillén, con aquellas filipinas blancas,

para nuestra patria. En este espacio, flota la ener-

cortadas como sacos, daban la impresión de no

gía de los espíritus generosos que construyeron

saber lo que era sufrir de tanto que reían. Su

la historia contemporánea.

saludo siempre atento diciendo: ¿Pásale, her-

Los abuelos y los hijos, y los hijos de los

mano… que vas a tomar? ¿Qué quieres comer?

hijos, fueron adquiriendo una experiencia

¿que se te antoja? Lo que tú quieras, pero antes

única para ofrecer el servicio y la calidad en

un aperitivo…”


“El Taquito”: una historia que contar

Estas atenciones quedaron reflejadas en

sea enriquecido con la lectura de todos uste-

las fotografías que adornan las paredes de El

des, acompañada de sus opiniones, porque en

Taquito. Así se formó un archivo iconográfico

efecto, todos tenemos al menos, “una historia

que se puede apreciar desde cualquier lugar,

que contar”.

como una presencia que enriquece la degusta-

Por lo tanto, llegué a la conclusión de

ción de los alimentos. Aquí se encuentran fotos,

que para poder llevar a una imprenta este

testimonios, carteles, pinturas y objetos varios.

documento, necesitaría exponer una serie

Nuestra oferta culinaria, que dejó

de argumentos para recibir apoyo y poder

como herencia la abuela Conchita, hoy es

imprimir la obra que hoy les presento, que

un ejemplo a seguir para muchos de quienes

son los siguientes:

se dedican a la gastronomía nacional, cons-

El Taquito en todas sus dimensiones, es

cientes de que en nuestro negocio se hace

un centro de cultura, en donde se reunieron

un rescate cotidiano de la auténtica comida

las personalidades más destacadas del siglo

mexicana.

XX.

Deseo que este libro contribuya en la

El restaurante fue construyendo una

recuperación de la historia moderna de México.

memoria histórica, con reflexiones, anéc-

Pretendo que sus páginas influyan en las nue-

dotas y eventos de importancia política y

vas generaciones para que aprendan a valorar

cultural.

la importancia y belleza del Centro Histórico

Cuenta con un archivo iconográfico en-

de la Ciudad de México. Quiero que otros

vidiable, en donde se encuentran fotografías,

establecimientos vean en nuestra tradición la

testimonios, carteles y objetos varios.

importancia que adquiere el servicio cuando se hace con cortesía y dignidad.

La clientela observa a El Taquito como una proeza, debido a sus más de cien años.

Estoy muy satisfecho con la conclusión

No obstante la complejidad para poder arri-

de esta tercera edición, que no hubiera logra-

bar a este negocio, el público lo pondera con

do sin el apoyo incondicional de mi hermano

admiración y respeto, independientemente

Marcos y de mis grandes amigos por siempre

de su oferta culinaria.

y para siempre, Alberto Carbot, Norma Inés

La memoria histórica y la iconográfica

Rivera y Alejandro Cortés, ahora espero que

de El Taquito, siempre incitaron a los espe-

363


Rafael Guillén Hernández

cialistas a hacer un libro, sin embargo, ahora

las fiestas que reunieron a políticos, artistas,

planteo mi verdad, mediante una obra que

toreros y público en general.

conjuga texto e imagen.

Este libro está destinado a convertirse

En este libro se habla de urbanismo, ar-

en un clásico de nuestra historia urbana,

quitectura, historia, patria, arte, reuniones,

que incluye pinceladas de la sociedad del

bohemia y de un México que ya se fue.

México moderno.

Es sencillamente un libro de historia,

Su contenido nos enriquece, porque en

con el enfoque personal de un testigo coti-

él se incluyen pinceladas de una sociedad

diano del público de El Taquito.

en ascenso. Muestra un país con un proyecto

Su estilo es ameno y pausado, sin ampulosidades ni retruécanos innecesarios; se

político que lo impulsaría, durante décadas, en el horizonte internacional.

habla de la gente más importante que pisó

El Taquito, una Historia que contar es una

este local, con la gracia de quien disfruta

obra, que desde la óptica que se le quiera ver y

atender a gente importante.

justifica cualquier solidaridad.

Sus fotos son exclusivas. Algunas fue-

364

ron rescatadas con procedimientos digitales,

¡Gracias!

para ofrecerle al lector una imagen fiel de

Rafael Guillén Hernández


“El Taquito”: una historia que contar

Índice onomástico A

Abel Quezada 151 Abel Isai 207 Abel Salazar 88, 99 Abelardo Rodríguez 11 Abraham Abayud 304 Abraham Bitar 63, 150 Abraham Zabludovsky 245, 249 Adalberto Arroyo 59 Adalberto Martínez Resortes 100, 101 Adalberto Santoyo 161 Adelina Patti Tamagno 28 Adolfo de la Huerta 32, 34 Adolfo López Mateos 43, 45, 52, 116 Adolfo Lugo Verduzco 162 Adolfo Martínez Urquidi 162, 195 Adolfo Quiroz 295 Adolfo Ruiz Cortines 116 Adolfo Sánchez Aceves 68, 152 Adriana Gabriela de Ruiz Ferro 127 Adriana Vázquez 181 Agustín Barrios Gómez 147 Agustín García Lourdes 301 Agustín Lara 13, 23, 63, 76, 77, 86 Agustín Pérez y Escamilla 6 Agustín Torres Jr. 127 Agustín Torres Pérez 127 Alan (Francisco Portillo Ruiz) 148 Alberto Balderas 57, 235 Alberto Barranco Chavarría 151 Alberto Carbot 6, 8, 156, 161, 167, 171, 179 181, 209, 209, 217, 218, 230, 260, 266, 304, 322, 358, 363 Alberto Catani 332 Alberto Guerra 140

Alberto J. Pani 32 Alberto Peláez 244, 245 Alberto Preciado 73 Alberto Rojas El Caballo 110 Alberto Vega Vieyra 6, 161 Alejandra Mendoza de Lira 151, 291 Alejandra Pérez Bernal 193 Alejandro Algara 193 Alejandro Aura 170 Alejandro Ávila 6 Alejandro Burillo 247 Alejandro Cortés 6, 161, 207, 363 Alejandro González 208, 221 Alejandro Rojas Díaz Durán 158 Alejandro Silveti 200, 208, 296 Alejandro Talavera 304 Aleks Syntek 107 Aldo Bravo (El Chiquis) 175 Alfonso Alvírez 177 Alfonso Andrade del Rosal 177, 196 Alfonso Corona del Rosal 116, 299 Alfonso de Icaza 63, 150 Alfonso del Rosal Andrade 196 Alfonso Hernández 140 Alfonso Iglesias Jr. 172 Alfonso López 150, 178, 290, 304 Alfonso Pompín Iglesias 110, 172 Alfonso Ramírez Calesero 60, 66, 170, 180, 196, 234, 334 Alfonso Zamora 71, 143 Alfonso Zayas 110 Alfredo Adame 107, 161 Alfredo Álvarez Cuevas 137 Alfredo Camacho 144 Alfredo Camacho Olivares 291

Alfredo del Mazo 116 Alfredo Leal 61, 169, 173 Alfredo Olivares 150 Alfredo Palomo 6 Ali García 207 Alicia Alonso Alicia Álvarez 161 Allison Wiest 179 Alma Muriel 106 Alma Rosa Aguirre 99 Alonso (José Alonso Ruiz) 148 Alonso Sordo Noriega 86 Álvaro Carrillo 105 Álvaro Obregón 32, 34, , 223 Amado Guzmán 286 Amador Bendayán 169 Amador Bernal 214, 226, 319, 321 Amador Narcia 245, 299 Amalia Gómez Zepeda 87 Amparo García 179 AMPRYT 287 Ana Bertha Lepe 88, 90, 91, 96 Ana Luisa Peluffo 302 Ana María González 286 Ana Martín 100, 175 Ana Patricia Rojo 158 Andrea Aline Ocampo-Carbot 6, 167, 218 Andrea Maggi 28 Andrés Barrenechea 144 Andrés Blando 326 Andrés Castro Castro 355 Andrés García 112, 114, 304 Andrés Henestrosa 143, 177, 290, 281, 335, 340

365


Rafael Guillén Hernández Andrés Sánchez Aceves 152 Andrés Serra Rojas 116 Andrés Soler 88, 89 Ángel Díaz de León 298 Ángel Garasa 79, 99, 259 Ángel Procuna 31, 56 Ángeles Moreno 127, 174 Angélica de León 151 Angélica Díaz 218 Angélica María 169 Angélica Vale 160 Anita Blanch 286 Anita Carbot 161, 179 Annick Ocampo-Carbot 167, 179 Anselmo Guillén González 27 Anthony Quinn 23, 94 Antonio Acevedo Escobedo 340 Antonio Aceves 187 Antonio Aguilar 96, 106, 108, 169 Antonio Ariza 69, 73, 143, 176, 197, 290, 295 Antonio Ariza Alducín 165 Antonio Badú 88, 100, 235 Antonio Caballero 126, 145, 161, 181, 209, 226 Antonio Chacho Ibáñez 143, 285 Antonio de Labra 166 Antonio Gómez Velasco, General 154, 234 Antonio González Cárdenas 125, 255, 275, 329 Antonio Llaguno 296 Antonio Lomelín 64, 291, 213 Antonio Mauri 248 Antonio Mura 201 Antonio Navarrete 251, 255 Antonio Ordóñez 66 Antonio Ortiz Mena 116 Antonio Urrutia 301 Antonio Velázquez 184 Antonio Villareal 32 Antonio Ximénez 186 Ariadna Hevia 155 Ariel Bolio 160 Aristeo Álvarez 151

366

Armando Bojórquez 131, 212, 213, 216, 217, 301 Armando Flores 163 Armando Hernández 218 Armando Jiménez 126 Armando Rojas Arévalo 177 Armando Sanchez 179 Armando Soto La Marina Chicote 107 Arnoldi (familia) 166 Arnulfo García 68, 69, 139, 175, 275, 285, 291, 299 Arsenio Farell Cubillas 118 Art (Arturo Valentín Paz) 148 Arturo Bigotón Castro 110 Arturo Corona 173 Arturo de Córdova 74, 188 Arturo Flores 6 Arturo López 296 Arturo López Negrete 196 Arturo Pradel 127 Arturo Sotomayor 55 Aurelio Pérez 151, 177, 245 Aurelio Silva 208 Aurora Abasolo 31 Aurora Carreño 127 Aurora Segura 91

B

Bárbara Smyth 175 Beatriz Paredes 155, 208, 295 Beatriz del Carmen Cuevas 85, 302 Belén Balmori 176 Benítez (Daniel Benítez) 148 Benito Coquet 143 Benjamín Chalupinsky 199 Benjamín Galindo 140 Benny Carmona 306, 327 Benny Ibarra 159 Bernardino Barsas 202 Bernardo Fernández Macharnudo 59, 62, 63, 66, 150, 292, 367 Bertín 203 Bertha de Cuevas 85 Beto Campo 195 Beto El Boticario (Roberto Ramírez

Garza) 110 Blanca del Rosal 296 Blanca Sánchez 107 Brigita Anguiano 85, 159, 161 Budd Boetticher 94 Burt Lancaster 80

C

Camilo Salas 356 Campos (Bernardo Campos Salazar) 148 Cardenal Ernesto Corripio Ahumada 278, 333 Caridad de Guillén (Doña Cari) 9, 21, 31, 221, 289, 295, 321, 323 Carla Alemán 249 Carla Estrada 110, 111 Carla Guillén Mayén 181, 159, 202, 205, 207, 213, 243 Carlos A. Medina 19 Carlos Alberto Betancourt 166 Carlos Abedrop 136, 176 Carlos Amador 147 Carlos Argüelles 119, 121 Carlos Arruza El ciclón 57, 62, 94, 229, 236, 336, 337, 339 Carlos Betancourt 166 Carlos Bonavides138 Carlos Colorado 115 Carlos Denegri 99 Carlos Estrada Lang 110, 151, 290 295, 332 Carlos Frey 161 Carlos Gabino 151 Carlos Hank González 119, 121, 130, 339 Carlos Hurtado 139 Carlos Ignacio 110 Carlos Loret de Mola 299 Carlos Madrazo 42 Carlos Marcos Hernández 354 Carlos Monden 104 Carlos Peralta Quintero 176 Carlos Ramos Padilla 203, 212, 217 Carlos Ruano Llopis 62, 66, 251, 253,


“El Taquito”: una historia que contar 255, 336 Carlos Salinas de Gortari 47, 116, 124, 332, 339 Carlos Salomón Cámara 69, 138, 172, 314 Carlos Schoreder 178 Carlos Septién García 188 Carlos Slim 133, 135, 305 Carlos Tirado 155 Carlos Trápaga 139 Carlos Trouyet 133 Carmelita Bohr 93 Carmelita Guillén Bribiesca 31, 94, 181, 226, 238, 290, 295 Carmen Amaya La Capitana 96, 97 Carmen Beatriz López Portillo 319 Carmen Salinas 106, 239 Carmen Sevilla 75, 89, 186 Carnicerito (José González) 337 Castrux (Jesús Castruita Marín) 148 Castruita (Jesús Castruita García) 148 Cayetana Peláez 148, 245 Centro Libanés 205 Cecilia Ocelli 332 César Costa 107, 111 César Martínez 178 César Pastor 111, 301 Chamín (Benjamín) Correa 47, 105, 109 Chano Urueta 88 Charro Cosío 12 Chato Cejudo 106 Chava Flores 86 Christian Bach 175, 289, 290, 291 Christian Martell 76, 109, 198 Chubasco (Víctor Vélez Becerra) 148 Cinthya Francesconi 160, 198 Cirilo Marmolejo Cedillo 265 Cita Elizalde 171 Clarinero (Rafael Morales) 150, 181, 186, 232 Claudia Mora 155 Conchita Cintrón 66, 339 Conchita Guillén Abasolo 31 Conchita Guillén Bribiesca 31, 52, 94,

226, 237, 240, 243, 270, 271 Conchita Guillén Hernández 9, 21, 31, 162, 167, 315, Conchita Rioja Chavarría 7, 9, 12, 21, 27, 28, 212, 218, 231, 238, 240, 262, 263, 276, 279, 281, 294, 296, 350, 352, 353 Concepción Santana 216 Consuelo Ruiz Rangel 291, 345, 347 Cristina Pacheco 145, 147, 348, 351 Cristina Sánchez 66, 73 Cruz Infante 164 Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano 118, 124, 338 Cuco Sánchez (José del Refugio) 90, 92 Curro Leal 299 Cynthia Lara 227

D

Dámaso Pérez Prado 114, 115 Damián Mayoral 355 Daniel Giménez Cacho 198 Daniel Hassan 161 Daniel Loaesa 158 Daniel Rentería 309 Daniel Ruíz 194 Daniela Tello 175 David Alfaro Siqueiros 32, 75, 82, 83 David Arroyo Guillén 295 David Copperfield 302 David González 208 David Guillén Abasolo 31, 118, 292 David Guillén 253 David Guillén Rioja 9, 12, 23, 31, 55, 66, 77, 78, 81, 87, 93, 94, 96, 97, 120, 152, 154, 181, 189, 193, 259, 271, 283, 285, 317, 326, 331, 336, 337, 352, 353 David Liceaga 270 David Pineda Colorado 270 David Reynoso 101, 106 David Silveti 12, 70 Delgado Téllez 312 Delia Casanova 106, 112 Delia Magaña 99, 106 Demetrio González Guerrero 347,

353 Denisse 216 Diana Zabludovsky 157 Dianne Pérez 299 Diego Rivera 23, 32, 75, 82, 83, 229, 361 Diego Volante 208 Dinora Colorado179 Dolores del Río 74, 186, 188, 229, 236, 267, 340 Dolores Olmedo 47, 116, 163, 331, 332 Domingo Soler 74, 89 Dr. Alejandro Velasco Zimbrón 234 Dr. Alejandro Bosh 205 Dr. Guillermo Morales Ortiz 234 Dr. Joel Martín 234 Dr. Manuel Rosete 215 Dr. Rojo de la Vega 234 Dr. Sánchez Valle 285 Dulce (Bertha Elisa Noeggerath) 107

E

Edgar Morales (El Castor)193 Edith González 112, 175, 309 Eduardo Fountanet 177, Eduardo Fountanet Martí 176, 301 Eduardo Gazcón 162 Eduardo Gómez Sánchez 148 Eduardo Liceaga 218 Eduardo Molina 163 Eduardo Piedra Briones 280, 355 Eduardo Zepeda 6 Efraín Huerta3, 329 361 Eladio Ruiz 234 Eliseo Larios 304 Eloy Caloca Carrasco 218 Eloy Cavazos 69, 229, 295 Elsa Aguirre 75, 76, 88, 98, 99, 229, 267, 286 Elvira Ríos 96, 286 Elvis Presley 80 Emiliano Abreu 208 Emiliano Gamero 206 Emilio Azcárraga Jean 87, 137 Emilio Azcárraga Vidaurreta 86, 87,

367


Rafael Guillén Hernández 137, Emilio El Indio Fernández 74, 83, 284, 232, 237, 240, 284, 339 Emilio El Tigre Azcárraga Milmo 87, 152, 237 Emilio Gómez Muriel 88, 99 Emilio Portes Gil 42, 43,154, 230, 231 Emmanuel (Emmanuel Vélez Jaime 148 Emperatriz Carvajal 99 Elda Lucía Guízar de Arias 319, 321 Enrique Borja 139, 140 Enrique Cáceres 175 Enrique Cuenca Polivoz 110 Enrique De la Madrid 212, 213, 214, 216, 217 Enrique Escamilla 304 Enrique Estrada 32 Enrique Figueroa 69, 73, 159, 290, 295, 299 Enrique Fraga 200, 301 Enrique Franco Torrijos 175 Enrique Gaona 184 Enrique Gómez Corchado 106 Enrique Guillén Rioja 8, 12, 23, 31, 55, 122, 154, 183, 188, 283, 237, 352, 353, 354 Enrique Hernández 169 Enrique IV 24 Enrique Llanes 143 Enrique Loubet Jr. 71, 144, 150, 290, 295, 332 Enrique Rojas 301 Enrique Romero 208 Enriqueta Guillén Abasolo 31 Erasmo Castellanos Quinto 12 Erick González 175 Ernest Borgnine 80 Ernesto Alonso 76, 112 Ernesto Belmont 291 Ernesto Ché Guevara 42 Ernesto García 144 Ernesto Gómez Cruz 106 Ernesto Laguardia 107, 180 Ernesto Olivares 208 Ernesto Peralta Uruchurtu 116, 118,

368

207, 208, 214 Ernesto Riveroll González 150, 291, 333 Ernesto Zedillo Ponce de León 48, 49, 116, 120, 122, 339 Erroll Flynn 186 Estela Maris 286 Estelita Núñez 301, 302 Esther Fernández 88, 186, 236, 287 Eulalio Ferrer 143 Eulalio González Piporro 101, 206, 301 Eulalio López Zotoluco 64, 65 Eulalio Procuna 31, 56 Eunice Ladeguet 43 Eva Sámano 52 Ezequiel Domínguez 6

F

Fabian Lavalle 107 Facundo Arroyo 201 Faride Casanova 107 Fausto Zorrilla 143 Federico de la Luz 205, 209, 347 Federico Mendoza 216 Federico Pizarro 200, 249301 Felipe Gil 105 Felipe Llop 304 Felipe Ureña Uribe 242 Félix Cortés Camarillo 245 Félix González 207 Félix Herrera 266 Fermín Espinosa Armillita 336 Fermín Rivera 217 Fernanda Meade 110, 255 Fernando Alcalá 245 Fernando Belmont 21, 271 Fernando Ciagherotti 180 Fernando Coutiño 208 Fernando Fernández 99 Fernando Fuentes 167 Fernando López Dávila 165 Fernando Mejía 6, 66, 139 Fernando Mora 206, 225 Fernando Morales Ortiz 151, 152, 175, 295

Fernando Palacios 271 Fernando Quirarte 140 Fernando Rodríguez 208 Fernando Soler 74, 89 Fernando Soto Mantequilla 107 Fernando Suárez 148 Fidel Castro 42, 131, 132 Fidel Velázquez 118 Fidencia Martínez Rosas 301 Filiberto Eladio Román 202 Fito 201 Flavio (Flavio Ramírez)110 Flor Godínez de Caracheo 156 Flor Silvestre 96 Flor Valenzuela 177 Flor Caracheo 167 Francioli Vázquez 199 Francisca Ramos Méndez 301 Francisco Aguirre 170 Francisco Alcalá 208 Francisco Curro Rivera 65, 70, 249 Francisco de Carlo 347, 350, 355 Francisco Doddoli 213, 215 Francisco Gabilondo Soler Cri Cri 86 Francisco Guillén 31, 292 Francisco Labastida Ochoa 120, 125 Francisco Lazareno 64, 168, 214, 295, 306 Francisco Liguori 143 Franciso Llamas 205 Francisco Mayen 218 Francisco Paco Chanona 171 Francisco Tello 207 Francisco Villa 31, 32 Frida Kahlo 338

G

Gaby Torres Landa 163 Gabriel Figueroa 74, 188, 333 Gabriel Gálvez 225 Gabriel García Márquez 204 Gabriel Olvera 160 Gabriel Vargas 22 Gabriela Goldsmith 197, 296


“El Taquito”: una historia que contar Gabriela Mora Guillén 225, 227 Gabriela Reséndez 298 Gabriela Rivero 194 Gary Cooper 23, 80, 81 Gaspar Henaine Capulina 110 Gastón Santos 236 Genaro Vázquez 154 Gerardo Flores 193 Gerardo Palomino 155, 226, 322 Germán Valdés Tin Tan 23, 90, 91, 104, 107 Gil Barrios 221 Gilberto Barrera 204, 299, 304 Gina Figueroa 179 Giovanny Aloy 205 Glenda Baca 161, 179 Glenda Hecksher 161, 179 Gloria La paloma Díaz 166 Gloria Marín 88, 98, 99, 188, 339 Gonzalo Castellot 296 Gonzalo Vega 105, 106, 162, 194 Graciela Domínguez Carreón 355 Graciela Mauri 172 Gregorio Salas 21 Guadalupe Appendini 22, 29, 31 Guadalupe Barajas 291 Guadalupe de Martínez 100 Guadalupe Garnica 196 Guadalupe Gómez Collado 159, 175, 188, 194, 310, 319, 320 Guadalupe Vergara 151, 152, 290, 299 Guillermo A. Ledezma 151 Guillermo Álvarez Cuevas 137 Guillermo Capetillo 301 Guillermo Casas 174, 175 Guillermo Cosío Vidaurri 172 Guillermo Gazal 173 Guillermo González 295 Guillermo Memo Leal 178, 216, 306 Guillermo Ochoa 146, 147, 246, 290 Guillermo Orozco Loreto 173 Guillermo Ortega 147, 247, 298 Guillermo Ortiz de Montellano 340 Guillermo Rivas El Borras 110

Guillermo Salas 296 Guillermo Tovar y de Teresa 319 Gustavo Abreu 208 Gustavo Aceves 283 Gustavo Díaz Ordaz 43, 116, 231, 332 Gustavo Durán 6 Gustavo Mares 202 Gustavo Rojo 158

H

Héctor Carrillo 292 Héctor Chavarría 144 Héctor de Mauleón 204 Héctor García 6, 275, 307, 309, 309 Héctor Lechuga 104 Héctor Meneses 180 Héctor Pérez Verduzco 163, 290, 292, 300, 330 Helvia Martínez Verdayes 119, 123 Heras Enrique Heras 148 Heriberto Murrieta 166, 180, 201, 216, 299, 306 Hermanas Águila 96 Hermanos Mayo 6 Hermanos Muerte 266 Hermelinda Carrillo 127 Herminio Chanona 171 Hilda Ávila Camacho 189 Horacio Ramírez Mercado 143 Horacio Soto 160, 377 Hugo B. Margáin 143 Hugo Cancino 160 Hugo Patiño 161, 179 Hugo Sánchez 139, 229, 332, 340 Hugo Stiglitz 107 Hugo Vela 212, 216, 217 Humberto Flores 177 Humberto La chiquita González 140, 142, 200 Humberto Leal 304 Humberto Lugo Gil 122, 126, 208, 301 Humberto Matalí 177 Humberto Peraza 70, 73, 151, 194, 244 Humberto Romero 116

Humberto Zendejas 6

I

Ignacio del Monte 166 Ignacio Garibay 206 Ignacio Jaimes 155 Ignacio López Tarso 100, 101 Ignacio Matus 139, 177 Ignacio Román 266 Ignacio Sánchez Mejía 57 Inti Muñoz Santini 201 Irán Eory 103, 104 Irasema Dilián 88 Iriana Prado 225 Irma Martín de Guillén 292 Irma Dorantes 107, 108 Isabel Gama 214 Isabel Lascurain 107, 201, 307 Isabel Martínez La Tarabilla 176 Isela Vega 107 Iván González 207 Ivana Cortés Rello 209 Ivette Estrada 207

J

J. H. Tamez 100 Jacobo Pomeranz 307 Jacobo Zabludovsky 7, 19, 48, 49,67, 69, 86, 102, 120, 128, 135, 137, 145, 150, 157, 162, 170, 174, 176, 242, 244, 246, 247, 250, 271, 285, 287, 289, 290, 294, 297, 301, 307, 313, 319, 320, 322, 331, 338, 339, 345 Jacqueline Arroyo 112, 113 Jacqueline d´Otaduy 155 Jacqueline Evans 286 Jacqueline Kennedy 51,52 Jaime Adalberto Arroyo Arroyito 151 Jaime Almeida 208 Jaime Altamirano 216 Jaime Andrés Arroyo Olín 6 Jaime Enríquez Félix 140, 143 Jaime Medina 295 Javier Alarcón 166 Javier Aranda Luna 200 Javier Julio Villalpando 143, 295

369


Rafael Guillén Hernández Javier Tapia El Cala 215 Javier Torras Contreras 169 Jessica Muñiz 101 Jesús Cabrera 184 Jesús Castillo Ángeles 355 Jesús Chucho Arroyo 327 Jesús Chucho Castillo 141, 142 Jesús Chucho Córdova 66, 69, 295, 299, 313, 334 Jesús Chucho El caballo Castillo 329 Jesús Chucho Salinas 104 Jesús Chucho Solórzano 234, 255 Jesús Cruz 6 Jesús del Monte 184 Jesús Díaz 299 Jesús El Ciego Muñoz 65, 151 Jesús González Schmal 213, 217 Jesús Hernández 144 Jesús Martínez 144 Jesús Martínez Palillo 100, 165, 289 Jesús Mena 202 Jesús Ochoa Córdoba 234 Jesús Petlacalco 195 Jesús Reyes Heroles 118 Jesús Rosas 312 Jesús Salazar Toledano 126 Jesús Silva Herzog 118, 125, Jesús Solórzano 173 Jimena Utrilla 179 Joaquín Cordero 102 Joaquín García Borolas 110 Joaquín López Dóriga 145, 146, 208, 245 Joaquín Maravilla 150 Joaquín Méndez 332 Joaquín Pardavé 74 Joaquín Rodríguez Cagancho 65 Joel Rodolfo Celis Ortega 355 Jonathan Hernández 225 Jonathan Padilla 207 John F. Kennedy 51, 52, 223, 229 John Ford 74 John Huston 74, 259 Johnny Weismüller 94

370

Jorge Aguilar 217 Jorge Alonso 301 Jorge Arelle 155 Jorge Berry 245, 309 Jorge Campos 156, 309 Jorge Coque Muñiz 102 Jorge Cruz Elizalde 171, 304 Jorge de la Vega Domínguez 116 Jorge Díaz Serrano 119, 123, 173 Jorge El Gordo Vidal 81 Jorge Escudero 221 Jorge Garralda 209 Jorge Gutiérrez 68, 200 Jorge Interiano 155, 226, 270 Jorge Labardini 102 Jorge Lankenau 281 Jorge Laso de la Vega 152 Jorge Legorreta 125, 126 Jorge Malo 208 Jorge Manuel Hernández 246, 260 Jorge Muñoz 124 Jorge Murrieta 166 Jorge Negrete 23, 74, 86, 99,221, 223, 235, 257, 280, 282 Jorge Neme 205 Jorge Saldaña 145, 146 Jorge Vidal 339 José Alberto Rojas 347, 355 José Alfredo Jiménez 90, 104 José Andrés Berrenechea 144 José Ángel Mantequilla Nápoles 142, 339 José Antonio González Fernández 125 José Antonio Hernández 207 José Antonio Lozano Gracia 122 José Antonio Vázquez 198 José Bolaños 309 José C. Mayorga 144 José Calderón 143 José Cevallos 178 José Clemente Orozco 23, 32, 75, 82, 84, 229 José de Jesús Aceves 328 José Enrique Bravo 159

José Ernesto Infante 175 José Flores González Camará 61, 62, 185 José Gómez Huerta 116 José Herrera Padilla 319, 321 José Pipino Cuevas 140, 143 José Iturriaga 319 José José 307 José López Portillo 46, 116, 124 José Luévano 194 José Lugo 208 José Luis Cornejo 295 José Luis Cuevas 85, 229, 303 José Luis Chávez 212 José Luis González 296 José Luis Loredo 130 José Luis Zacarías 205 José Manuel Delgado Téllez 310, 312 José Manuel Espinosa 299 José María Huerta 306 José María Manzanares 65 José María Marroquí 34, 36, 38 José Mata 159 José Manuel Moreno Pérez 215 José Miguel Sánchez 195 José Monroy Zorrivas 169, 203 José Octavio Cano 59 José Pepe Abedrop 71, 294 José Pepe Alameda 66, 296 José Pepe Ariza 71,168, 176 José Pepe Arroyo 196, 215, 254 José Pepe García 329 José Pepe Luis Vázquez 236 José Pepe Ortiz 234 José Pepe Silva 151, 154 José Ramón Garmabella 296 José Razo 218, 322 José Santos Marmolejo 265, 266 José Serrano 296 José Socorro Quintana 340 José Sulaimán 142, 173 José Tomás Román 68 José Vasconcelos 32, 42 José Yves Limantour 36, 42


“El Taquito”: una historia que contar Josefina Guillén Hernández 9, 21, 31, 162, 214, 295, 223 Josefina Leiner 88, 322, 323 Joselito Huerta 66, 69, 173 Juan Silveti 56 Juan Álvarez 160 Juan Arvizu (Juan Nepomuceno Arvizu) 86 Juan Arvizu Arrioja 49 Juan Campos Vega 179 Juan Carlos Ealy 297 Juan Carlos Flores Aquino 215 Juan Carlos Tamez 151, 299 Juan de Dios Campos 144 Juan Dosal 304 Juan Francisco Ealy Jr 297 Juan Francisco Ealy Ortiz 297 Juan García 329, 354 Juan Guillén González 27, 31 Juan José Guerra 178, 304 Juan José Saad 195 Juan Manuel Acua Méndez 155, 207, 355 Juan Manuel Franco 167, 198, 226 Juan Manuel Franco Guillén 180 Juan Manuel Rentería 192 Juan Manuel Tort 150, 291 Juan Miralles Ostos 167 Juan Olaguibel 119 Juan Osorio 196 Juan Pablo I Albino Luciani 279 Juan Pablo II Karol Wojtyla 223, 229, 258, 276, 279, 280, 285, 302 Juan Rebolledo 143 Juan Rulfo 340 Juan Sebastián Solís 151 Juan Silveti 31, 56, 336 Julián de Meriche 103 Julián López El Juli 66, 71 Julián Pablo Fernández 319 Julián Soler 74 Julio Alemán 102, 104, 171 Julio Aldama 186

Julio Berthely 304 Julio Camelo 143 Julio César Chávez 140, 143, 229, 303 Julio César Ruiz Ferro 126 Julio Téllez 159 Julio Zavala 180 Julissa de Llano 159 Justo Fernández 143 Justo Sierra 11, 164, 243, 299, 313 Juventino Jiménez Sánchez 345, 347, 355

K

Kasia Wyderko 244 Katy Jurado 80, 81, 164, 178, 328 Kid Azteca (Luis Villanueva Páramo) 142, 189 Kim Sang Li 202

L

La India María (María E. Velasco) 102 Layda Sansores 196 Laura León La Tesorito 112, 113, 138 Laura Maricela Lutzow Torres 220 Laura Ordoñez Guillén 180 Lázaro Cárdenas 47, 118, 230, 238 León (León Antonio Arano) 148, 281 León Michel 102 León Zedillo, 166 Leonardo Benítez 194 Leonardo Curtidor 178 Leonor Amaya 96, 97 Leonorilda Ochoa 194 Leopoldo de la Rosa 178, 304 Leticia Caracheo 167 Leticia Perdigón 111, 107, 194 Liébano Sáenz 48, 49 Lila Deneken 107, 303 Lilia Michel 114 Lilibet Caballero 161 Lohana Herrera 309 Lola Beltrán 61, 65, 173, 286 Lola Flores La Faraona 96

Lolita Ayala 147, 245, 299 López Basurto (José López Basurto) 148 Lorena Sol 179 Lorenza de Capetillo 163 Lorenzo Garza 12, 64, 151, 217, 234, 239, 255 Loreto Vergara 299 Los Panchos 13 Los Xochimilcas 107 Lourdes de Ariza 165 Lucha Reyes 286 Lucha Villa 104, 108, 171 Lucy Racing 201 Luis Rublúo 340 Luis Aguilar 75 Luis Alberto García 271 Luis Arrache 175 Luis Ávila Blancas 319 Luis Borja (Luis Borja Bárcenas) 54,148 Luis Borja Jr. (Luis Borja Reyes) 148 Luis Carreño 186 Luis Castro El Soldado 12, 63, 69, 71, 170, 229, 284, 290, 295, 297 Luis de la Luz 347 Luis Donaldo Colosio 116, 117 Luis Echeverría Álvarez. 43, 46, 116, 119, 124 Luis Everaert Dubernard 340 Luis F. Campos 159 Luis Felipe Tovar 112, 309 Luis Florez (Luis Enrique Flores Vázquez) 148, 179, 262 Luis García 163 Luis Hernández 307 Luis Miguel Dominguín 59, 65 Luis Miguel Rodíguez, 166 Luis Miguel Salvador 306 Luis Morales 154 Luis Niño de Rivera 125 Luis Procuna Montes El Berrendito de San Juan 31, 56, 63, 68, 69,170, 234, 236, 255, 290, 295, 296 Luis Santos 94

371


Rafael Guillén Hernández Luis Suárez del Solar 295 Luis Vega y Monroy 340 Lula Guillén Abasolo 31 Lupe Barajas 115, 160 Lupe Vélez 338 Lupita Olaiz 114 Lupita Torrentera 86 Luz Arteaga Reyes 350, 355 Luz Elena González 107 Lyn May 113, 286

M

Macaria 112, 194 Magdalena García de León 245 Maité Lascurain 307 Manjarrez (Jorge Flores Manjarrez) 148 Manolo Arruza 70, 72, 172, 200, 301, 304, 306 Manolo El de los sombreros 201, 218 Manolo Fábregas 96 Manolo Gutiérrez 209 Manolo Martínez 12, 61, 64, 66, 67, 73, 106, 229, 252, 301, 336 Manolo Mejía 64, 200, 201, 301, 306, 313, 327 Manolo Nogueira 206 Manuel Aguilera 122 Manuel Alonso Coratella 164 Manuel Alonso Muñoz 124, 126, 304 Manuel Ávila Camacho 116 Manuel Basurto 208 Manuel Benítez El cordobés 336 Manuel Camacho Solís 122, 123 Manuel Capetillo 58, 66, 68, 71, 163, 169, 184, 294 Manuel Espino Clavillazo 107 Manuel Fernández 205 Manuel Flaco Ibáñez 168 Manuel Galán 171 Manuel Iglesias 172 Manuel Lara El Jerezano 336 Manuel Loco Valdés 104, 107 Manuel Magaña Contreras 150, 290, 332 Manuel Medel 107

372

Manuel Moreno Islas 122, 125 Manuel Moreno Sánchez 116 Manuel Muñoz 124 Manuel Ojeda 106 Manuel Pallares 290 Manuel Ramos 161 Manuel Rodríguez Manolete 12, 23, 57, 59, 62, 63, 70,185, 186, 188, 217, 229, 235, 236, 238, 296, 297, 308, 332, 336, 361 Manuel Tello 116 Mapy Cortés 99 Marcela Guillén Hernández 8, 21, 31, 167, 313, 323, 356 Marcelino García Paniagua 140 Marcelo Bouquet 113 Marcelo Chávez 90 Marcelo Ebrard 21, 128, 129, 309, 319 Marcial Fernández Malasombra 160 Marcelo Hoyo 304 Marco Antonio Campos Viruta 110 Marco Antonio Muñiz 101, 102 Marco Buendía 158, 174 Marco Ramírez 154 Marcos David Rodríguez 347, 354 Marcos Guillén González 7, 8, 12, 21, 27, 28, 31, 183, 290, 312, 313 330, 333, 334, 355 Marcos Parra 198 Marcos Romero 6, 8, 161, 177, 304 Marcos Valdéz 161 Marga López 188 María Antonieta Pons 88 María Conesa 28 María Elena Alfonso de la Higuera 181 María de la Paz Pachis de Pérez 286, 313 María de los Ángeles Moreno Uriegas 122, 125 María del Carmen Salido La chula Prieta 286 María Elena Leal 65, 173, 291 María Eugenia Mayén 218 María Félix La Doña 7, 23, 74, 99, 217, 229, 236, 267, 268, 271, 273, 284, 287, 331, 332, 334, 336, 361 María García 161, 166, 179, 308

María Luisa Alcalá 193 María Luisa Bribiesca 31 María Montaño 69, 170, 296 María Victoria 88, 102 María Victoria Llamas 292 María Violeta Hernández 151, 291 Mariachi Marmolejo 259 Mariagna Pratts 128 129 Mariana Campos 179 Mariana Franco 226 Mariano González Zarur 123, 163, 327 Mariano Francisco Zaynez 195 Mariano Ramos 71 Maribel Guardia 110 Maricela Caracheo 7, 167, 168, 171, 218, 242 Marilyn Monroe 19, 20, 217, 223, 229, 256, 259, 267, 308, 338, 361 Marisa Díaz Mercado 179 Mario de la Piedra 175 Mario del Olmo 295, 301 Mario Delgado 202 Mario Molina Montes 105, 108, 176, Mario Moreno Cantinflas 23, 75, 78, 79, 103, 152, 188, 229, 236, 256, 259, 285, 331, 332, 339 Mario Moya Palencia 120 Mario Munguía Matarili 151, 172, 304, 331, 332 Marlon Brando 80 Martha Anaya 144, 150 Martha Andrade del Rosal 69, 172, 313 Martha Guerra 151, 290 Martha Guillén Hernández 9, 21, 31, 168, 313, 323 Marta Sahagún 50 Martha Serrato 179 Martha Roth 88 Martín Gutiérrez González 347 Martín Urieta 105, 108 Marysol Fragoso 193, 215 Massías 105 Matilde Sánchez La Torcacita 286 Maty Huitrón 107 Maureen O’Hara 94


“El Taquito”: una historia que contar Mauricio Garcés 100, 112 Mauricio Herrera 257 Mauricio José Shwarz 151, 291 Mauro Jiménez 348 Mauricio Locken 194, 201, 205 Maximino Ávila Camacho 236 Mayito 6 Mayor Arellano 152 Memo Parra 198 Mercado de Jamaica 207 Mercedes Carrillo 49 Mercedes Soler 74 Merlín (Francisco Delgado Romero) 148 Michael Curtis 74 Michell Monroise 296 Miguel Aceves Mejía 90 92 Miguel Alemán Magnani 166 Miguel Alemán Valdés 23, 42, 116, 236 Miguel Alemán Velasco 76, 109, 118, 236 Miguel Ángel Cortez 199 Miguel Ángel García 215 Miguel Ángel López Farías 193 Miguel Ángel Mancera 195 Miguel Ángel Romero Sabás 347, 354 Miguel Besil 205 Miguel Camino 309 Miguel Canto 142 Miguel Cardona 205 Miguel de la Madrid 47, 116, 124, 290, 338 Miguel Espinosa Armillita 62, 66, 73, 229, 301 Miguel Gutiérrez 234 Miguel Manzano 96, 176 Miguel Ortiz Monasterio 301 Miguel Q.Gómez 205 Miguel Tahuito Martínez 302, 356 Miguel Tirado 195 Miguel Zacarías 219 Mimí Derba 28 Miroslava Stern 76, 339 Mitzy Molina Ramírez 220, 225 Moisés Atri 304 Mónica Prado 193

Mónica Vázquez 180 Monseñor Guillermo Schulenburg 23, 167, 276, 280, 282, 304 Monseñor Miguel Darío Miranda 281 298

N Nadya Ramirez Serrato 179 Nahum Mozo Calleja 329, 355 Nancy Ramírez Serrato 179 Napoleón (José María Napoleón) 111, 107 Natalia Figueroa 157 Nicole Hassan Ocampo Carbot 179 Nicolás Quico Negrete 266 Ninón Sevilla 88 Noé González Guerrero 301 Norma Inés Rivera 6, 8, 161, 166, 175, 179, 226, 209, 219, 226, 228, 304,322, 363 Normita Caballero 225, 226 Noticiero 24 horas 138, 245, 246, 247, 248, 249, 171, 287, 290, 339

O

Octavio Álvarez 304 Octavio Jiménez 197 Octavio Mancilla 160 Octavio Sentíes 119, 120 Ofelia Medina 110, 112 Oliverio Duque 178 Olivia Collins 110 Omar Bolaños 205 Omar Fierro 304 Organización Editorial Mexicana 285 Óscar Cadena 158 Óscar Casanova 204, 300 Óscar Eduardo Franco 69, 180, 295 Óscar Espinosa Villarreal 120 Óscar Hernández 225 Othón Vélez 86

P

Paco Alameda 66 Paco Baca (Francisco José Baca Flores)

148 Paco Baeza (Paco Baeza) 148 Paco Barona 164 Paco Camino 65 Paco Lazareno 215 Paco Malgesto (Francisco Rubiales) 59, 62, 64, 96, Paco Stanley 109, 110 Padre del Águila 276, 278 Pancho Flores 7, 64, 65, 66, 210, 236, 244, 251, 252, 254, 255, 283, 307, 330, 336 Pancho Lazo de la Vega 291, 306, 327, 366 Paquita la del Barrio 104, 108, Pascual Ortiz Rubio 236 Santillán (Pascual Santillán Sánchez) 148 Paty Davar 226 Paty Figueroa 225 Patrice Wymore 186 Patricia Alvarado 173, 174, Patricia Mayén 167, 194, 227, 280, 295 Paul Kelly 189 Paul Leduc 112 Paulina Guillén Caracheo 9 Pecime 130, 152, 333, 339, 340 Pedrito Fernández 107 Pedro Armendáriz 23, 93, 229, 333 Pedro Armendáriz Jr. 305 Pedro Barba 304 Pedro Bocker 267 Pedro Caracheo 156 Pedro Chicote 333 Pedro de Aguillón 99 Pedro de Lille 86 Pedro El mago Septién 147 Pedro Ferriz de Con 159 Pedro Ferriz Santacruz 145, 159, 290, 296 Pedro Gutiérrez Moya El niño de la capea 65 Pedro Haces Barba 196 Pedro Infante 74, 86, 88, 89, 228, 339 Pedro Joaquín Coldwell 173 Pedro Name 179

373


Rafael Guillén Hernández Pedro Ojeda Paullada 118, 120, 290, 313 Pedro Ramírez Vázquez 124 Pedro Vargas (Nieto) 294 Pedro Vargas 23, 77, 86, 152 Pedro Vargas Jr. 184, 203 Periódico Claridades 280 Periódico El Heraldo de México 102 Periódico El Nacional 242 Periódico El Redondel 63, 150, 232, 290, 333 Periódico El Sol de Mediodía 285 Periódico El Sol de México 151 Periódico El Universal 151, 320 Periódico Esto 112,139, 140, 151, 214, 217 Periódico Excélsior 144, 145, 150 Periódico Ovaciones 151, 290, 332 Periódico Reforma 6, 151 Periódico Unomásuno 126 Pilar del Valle 155 Plácido Domingo 105 Plutarco Elías Calles 32, 34 Porfirio Díaz 28, 42 Porfirio Muñoz Ledo 118 Príncipe Carlos de Gales 53, 222, 229

Rafael Subirán 32 Rafael Vázquez Ballou 254 Ramón Aguirre 116, 322 Ramón Ahumada 345, 355 Ramón Gay 96 Ramón Pimentel 290, 331 Ramón Serrano 160 Ramón Valdés 104 Raphael (Rafael Martos Sánchez 102, 152, 157, 229, 245, 285 Raúl Anguiano 84 Raúl Ástor 110 Raúl Basurto 208 Raúl Caracheo 159 Raúl Escudero 225 Raúl Fajardo 137 Raúl González 139, 140 Raúl Gutiérrez Serrano 175 Raúl Horta 143 Raúl Lara 295, 299 Raúl Palma Moreno 155, 226, 322 Raúl Ratón Macías 68, 152, 188, 284, 289, 292, 299 Raúl Salinas Lozano 116 Raúl Sarmiento 156, 178, 309 Raúl Velasco 114 R Raymundo Rivera González 148 Radio Mil 200 Raymundo Vázquez Jiménez 215 Rafael Baledón 99, 114 Rebeca de Alba 244, 245 Rafael Camacho 168 Regina Urbina 225 Rafael Campos 225 Regino Díaz Redondo 144, 290 Rafael Cardona 172, 304 Renato Leduc 67, 145, 287, 289, 290,331, Rafael Chousal 36 340, 361 Rafael Corrales Ayala 143 René Ceniceros 179 Rafael Freyre 143 René Ruiz Tun Tun 107 Rafael Gil Rafaelillo 200, 301, 306 Revista Buen Vivir 297 Rafael Guillén Caracheo 9 Revista Crónica Ilustrada 232 Rafael Guillén Mayén 140, 181, 199, 243, Revista de Revistas 144, 151 252 Revista Gentesur 6, 9, 20, 23, 59, 137, 138, Rafael Herrerías 136, 178, 206, 249, 252, 260, 266, 271, 322, 358 254 Revista Interviú 102 Rafael Núñez 162 Revista Life 6 Rafael Ortega 163 Revista Protocolo 174 Rafael Rodríguez El Pana 66 Revista Tore Arte 151

374

Ricardo Contreras 192 Ricardo Davar 226 Ricardo Espinoza 207 Ricardo Galán 208 Ricardo López Méndez 143 Ricardo Maldonado 332 Ricardo Monreal 200, 217 Ricardo Montalbán 23 Ricardo Perete 24, 145, 290 Ricardo Rocha 146, 147, 199 Ricky Luis 172 Rigo Tovar 115 Rita Ganem 49 Rita Jaime 175 Robert Alexander 150 Robert Knudsen 51 Roberto Blanco Moheno 147, 165, 333 Roberto Cantoral 104, 105, 181 Roberto Cañedo 96 Roberto Caricante 304 Roberto Cienfuegos 304 Roberto Cobo Calambres 106, 289 Roberto González 197 Roberto Mayoral 347, 355 Roberto Miguel 200 Roberto O’Farrill 189 Roberto Ortega Lomelí 299 Roberto Vivanco González 212, 215, 216 Rocío Hernández 161 Rocío Yaber 111 Rodolfo El gato González 140, 143 Rodolfo Gaona El califa de León 12, 35, 57, 63, 184, 234, 255, 332, 336, 361 Rodolfo Martínez Rivas 196 Rodolfo Salcedo 167, 169 Rodrigo de la Cadena 197 Rodrigo Vidal 110 Rómulo O'Farrill 187, 189 Rosa Carmina 286, 295 Rosa de Castilla 188, 295 Rosa Gloria Chagoyán 107, 302 Rosa María de Castro 199 Rosario Rojas 144 Rosario Sansores 285


“El Taquito”: una historia que contar Rosaura Cruz de Gante 178 Rubén El púas Olivares 141, 143, 217, 229, 289, 291, 303 Rubén Zepeda Novelo 102, 103 Ruizte (Rafael Ruiz Tejada) 148

S

Sally de Perete 178 Salvador Aguilera 214, 216 Salvador Casanova 143 Salvador González 322 Salvador Lara Martínez 345, 347, 350, 355 Salvador Orozco Camacho 319 Samuel Mijares Puente 143 Samuel Rosete 175, 215 Samuel Sánchez Flores 151 Santiago González 207 Santiago Martín El Viti 65 Santiago Ruiz de Chávez 163 Santiago Sánchez Ramirez 179 Santillán (Pascual Santillán Sánchez) 148 Sara García 188 Sara Guash 286 Sara Montes 286 Sari Bermúdez 135 Sarita Abedrop 136 Sarita Zabludovsky 128, 174, 244, 248, 218, 313 Senén Mejic 340 Sergio Herrera 163 Sergio Ocampo Carbot 165 Sergio Ramos El Comanche 106, 108 Sergio Sarmiento 199 Sergio Serrano 181 Servando González 164 Severo Mirón (Juan Manuel Morales Ferrón) 87, 181, 285, 287, 289, 292 Silverio Pérez El faraón de Texcoco 12, 57, 63, 68, 70, 143, 162, 163, 240, 255, 284, 295, 308, 313, 333 Silvia Derbez 96 Silvia Kurczyn 130

Silvia Liceaga 218 Silvia Pasquel 107, 114, Silvia Pinal 88 Silvia Pérez 214 Silvia Rello 209 Sixto Valencia 148 Socorro Olvera Hernández 355 Sonia Furió 88, 339 Soto (Rubén Eduardo Soto Díaz) 148 Soumaya Domit Gemayel 135 Spencer Tracy 80 Su Muy Key 286 Susana Guízar 287

T

Tajín 85 Talina Fernández 147 Tania Félix 140 Tarcisio Hernández López 355, 355 Tatiana Palacios 132 Televisa 87, 124, 136, 148, 151, 156, 244, 245, 314, 340 Teodoro Aceves 112, 259, 278, 284, 328, 344, 354 Teresa Guillén Hernández 8, 21, 31, 168, 313, 323 Teresa Machorro 321, 323 Teresa Mora Guillén 151, 225, 227, 291, 314 Terrazas (Juan Terrazas Santos) 148 Thelma Tixou 110, 113 Tito Briz Garizurieta 319, 320 Tito Junco 188 Tomás Méndez 92, 104, 115, 176, 295 Tony Besil 205 Tony Curtis 80 Toña La Negra 86 Trinidad Toledo Ávila 156 Trío Bucaneros 320 Tulio Hernández Gómez 123, 163, 295 Turanda 286

V

Valente Guzmán 266 Valentín Trujillo 107, 164 Valentina Gómez Flores 350, 355 Venustiano Carranza 23 Verónica Castro 102 Verónica Cuevas 155 Verónica Eimbke 155 Verónica Macías 114, 147 Vicente Fernández 107 Vicente Fox Quesada 50, 116 Vicente Garrido 96 Vicente Leñero 340 Vicente Saldívar 339 Gabriel (Víctor Gabriel López) 148 Víctor Guaida 195 Víctor Manuel Arroyo 181, 295, 321 Virginia Fábregas 28 Virginia Ocampo Carbot 165 Vitorino (Víctor César González) 170

W

Wilfredo Cruz 295 Wolf Ruvinskis 100, 102

X

Xavier López Chabelo 187, 195 Xavier Loyá 179, 181, 209, 218 XimenaUrrutia 204 Xóchitl Yarena de Guillén 292

Y

Yolanda Montes Tongolele 104, 115 Yoloxóchitl Casas 177

Z

Zois Aspro Georgakis 213 Zoyla Flor 286 Zully Keith 159

U

Ultiminio Ramos 303, 339

375


El Taquito: una historia que contar Tercera Ediciรณn terminรณ de imprimirse en febrero de 2020


Me involucré decididamente en la edición del libro de Rafael Guillén, por varias razones. La principal, porque desde que lo conocí -luego de haber tenido el privilegio de tratar a su padre don Rafael, ese hombre inolvidable, patriarca de este histórico restaurante, y a su hermano Marcos-, surgió una identificación en su incipiente actividad como cronista, que consolidó una gran amistad al paso de varios meses de largas sesiones de trabajo. Rafael es un hombre inteligente y noble, que sabe escuchar y asimila pacientemente los secretos del oficio periodístico; además tiene ese don para cultivar las relaciones personales, porque trae en las venas el gen de su estirpe. Sin embargo, la razón más profunda por la cual me decidí a colaborar en su proyecto, fue porque se trata del libro que yo mismo hubiese deseado escribir, ya que rescata gran parte de la historia de El Taquito y además forma parte de un universo de estudio más amplio, como lo es la propia historia del país. Seguramente que las representativas gráficas que contiene y los apuntes mismos, serán de utilidad a los cronistas del futuro, para tener una idea de la importancia del todo México que ha concurrido a este célebre templo de la buena cocina, que ya es un lugar centenario. Alberto Carbot


Lo que comenzó como una simple recopilación de fotos y recortes periodísticos destinados a perpetuar la memoria de los fundadores de El Taquito, se convirtió con el apoyo de Alberto Carbot, en un texto histórico repleto de imágenes irrepetibles con personajes ilustres tanto de la segunda mitad del siglo XX, como de la actualidad. Cuando se contemplan las fotos de toda esa gente que por más de 100 años nos ha honrado con su presencia, uno no deja de maravillarse por las estampas de los grandes de la fiesta brava y las estrellas del cine, la radio y la televisión, así como de los personajes de la política, la cultura y el deporte, que nos han visitado. Al igual que Marilyn Monroe, el ícono de la belleza universal, también han disfrutado la comida de El Taquito, celebridades de talla mundial como el Papa Juan Pablo II, John F. Kennedy y el príncipe Carlos de Inglaterra, además de la mayoría de los presidentes mexicanos, entre quienes destacan Emilio Portes Gil y Adolfo López Mateos, que incluso llegaron a despachar desde sus salones. Gracias a la respuesta que el libro ha tenido, se presenta esta tercera edición, enriquecida con imágenes actuales de aquellos que nos siguen favoreciendo con su preferencia. Rafael Guillén Hernández


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Articles inside

Índice onomástico

30min
pages 365-378

Y a todo esto ¿por qué un libro de “El Taquito”?

8min
pages 358-364

1917-2020. ciento tres años, La luz sigue brillando… ¡ojalá nunca se apague

15min
pages 343-357

El Taquito visto por los periodistas

19min
pages 327-342

Los tres Taquitos: San Ángel, Holbein y Venustiano Carranza

21min
pages 293-309

Reconocimiento internacional

0
pages 324-326

El Mandón del Centro Histórico

16min
pages 310-323

Sesenta aniversario, un festejo inolvidable

11min
pages 282-292

El día en que el Papa bendijo al taco mexicano

6min
pages 276-281

María Félix, siempre María

4min
pages 268-275

Marilyn Monroe irradió con su luz todos los rincones de El Taquito

8min
pages 256-267

El pincel taurino de Pancho Flores

3min
pages 251-255

Jacobo Zabludovsky, el gran amigo de la casa

10min
pages 240-250

Un par de entrevistas muy taurinas

10min
pages 232-239

Restaurante taurino El Taquito celebra sus primero cien años

8min
pages 210-218

El Taquito, testigo de la vida de México por más de 100 años

3min
pages 228-229

Las inmortales figuras del arte y los espectáculos

39min
pages 74-115

El Taquito fue recinto alterno de Palacio Nacional; Emilio Portes Gil y Adolfo López Mateos despacharon desde allí

3min
pages 230-231

Clientes y amigos que han dejado huella

15min
pages 55-73

1923, inicia una tradición

8min
pages 32-41

Los hombres del poder

9min
pages 42-50

Kennedy y el caldo tlalpeño

3min
pages 51-54

El Taquito también vale una misa: Alberto Carbot

9min
pages 19-26

Don Marcos Guillén y Conchita Rioja, los pioneros

6min
pages 27-31

Prólogo de Jacobo Zabludovsky

4min
pages 11-14

El Taquito que yo conozco: Marcos Guillén

3min
pages 15-18

Agradecimientos

0
pages 9-10
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