Manolo Martínez torero de época
Chopera “abrió el grifo” en Barquisimeto para la temporada de 1970. Feria de La Divina Pastora. Los Hermanos Peralta, Ángel y Rafael, en los carteles. Ángel, ya veterano, en la campaña del año setenta continuó toreando siendo ya septuagenario. Más adelante, a la edad de un venerable anciano, le acusaron de rapto y violación. Se casó en avanzadísima edad y si dejó de torear fue porque un gravísimo accidente automovilístico le mermó sus sobrenaturales condiciones físicas. Los que le conocimos, no dejamos de asombrarnos ante su impresionante fortaleza. Todo un personaje que se siente y se observa que cuando camina deja estela. Cuentan que cuando llega a su cuadra en Puebla del Río, Sevilla, los caballos se orinan del miedo. La estada de los hermanos Peralta en Venezuela se recordará con cariño, ya que además de ser buenos toreros y de actuar con vistosidad en colleras en las distintas plazas, Rafael lleva la música por dentro tanto como el toreo. Es autor de sevillanas muy camperas y ha provocado admiración entre aquellos que disfrutamos de sus interpretaciones en las reuniones a las que asistíamos después de las corridas de toros. En Barquisimeto, los Peralta lidiaron un toro de Guayabita que fue bravísimo. El público de Barquisimeto fue siempre muy caballista, y la actuación de los hermanos de la Puebla tuvo eco en aquel público. En esta feria se presentó Santiago Martín “El Viti”, junto a Efraín Girón y Ramón Reyes, “El Ciclón de Puerto Cabello”. Lidiaron una corrida tlaxcalteca de Coaxamalucan. Fue el debut de “El Ciclón” en Venezuela. No había actuado ni como novillero. Ramón triunfó. Sufrió una escalofriante voltereta, cortó la única oreja de la tarde y fueron 75