economía
De la coca al cacao En el largo proceso de transición que conlleva el posconflicto, el reemplazo de cultivos ilícitos ha sido de los mayores retos y el cacao ha demostrado ser una alternativa. Por Katterine Rodríguez
“Fueron dos o tres años de estar diciéndole a la gente: intentémoslo y cambiemos la forma de trabajar, porque la coca genera ingresos pero no sustento a la familia, ni paz, ni educación”, recuerda
Audelino Ordoñez, de la comunidad de San Pablo de Borbur (Boyacá), primer municipio de Colombia que fue declarado libre de cultivos ilícitos en el 2010, mientras enfatiza en que el reemplazo de cultivos ilícitos por cultivos de cacao fue la excusa perfecta para cambiar de cultura y de trabajo. “No fue fácil cambiar la mentalidad de algunas personas que estaban dedicadas cien por ciento a esta labor, y más, cuando sabían que contaban con recursos de una manera rápida y fácil”, agrega. Audelino representa a la región que inició el reemplazo de cultivos ilícitos por cultivos de cacao, en un proceso que comenzó por el municipio de Otanche, pasando por San Pablo de Borbor y Puana, en el occidente de Boyacá. Hoy cuenta cómo este cambio le ha permitido ser un microempresario, tener tranquilidad familiar y proyectarse de una manera diferente. “El éxito de la región fue que erradicamos la coca del corazón. Con entidades del Estado, privadas y algunos líderes campesinos que también tomaron la vocería, cambiamos nuestras costumbres y nuestra forma de trabajo. Pudimos ver el contexto, que, aunque había dinero circulante en la región, a la vez habían problemas como delincuencia, prostitución, drogadicción, y todos esos temas eran el
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POSTCONFLICTO
destino de nuestra familia”, añade. Hoy, la región cuenta con 10 productoras de cacao con 1.700 productores y tiene 3.500 hectáreas de cacao sembradas en la región. “El cacao es un medio que nos permite estar unidos, tener familia y hablar de región. Aunque los ingresos no son los mismos, hay algo que obtuvimos, que no tiene precio y que no se compra con nada: la paz. Los ciudadanos se pueden movilizar a cualquier hora del día o de la noche, a cualquier dirección de la región y es fácil llegar; no hay complicaciones de ninguna índole”, agrega. El mapa de las zonas productoras de cacao son las mismas que las del conflicto, donde por años se ha sembrado coca, lo que indica que existe una posibilidad de incrementar la siembra y la productividad del cultivo para que más personas tengan un vida digna y lícita, por eso, el cacao se proyecta como una opción para la recuperación del tejido social y generar riqueza en zonas rurales de Colombia, pues hay un mercado interno amplio y una importante demanda externa. En 2017, el país produjo 60.535 toneladas de cacao. Casi 12 mil toneladas fueron exportadas. Efectivamente, se ha demostrado la rentabilidad del cacao, y puede decirse que su demanda “está