GERENCIA
L Í DERE S
Adiós a los superhéroes
Silicon Valley atraviesa una crisis generada por la idolatría a los CEOs y a los emprendedores con personalidad arrolladora. En una de las últimas reuniones que sostuvo con su biógrafo antes de morir, el fundador de Apple Steve Jobs le confesó la razón por la que durante su vida había sido tan duro con sus subalternos y quienes lo rodearon. “Mira
los resultados -le dijo-.Toda esa gente con la que trabajo son personas inteligentes, y cualquiera de ellos podría conseguir un trabajo estupendo en otra empresa si de verdad sintieran que los trato de forma insensible. Pero no se van”. Y aunque Jobs fue un líder innato excepcional, en los últimos años ha surgido el consenso de que hay otros estilos de liderazgos, inspiradores y menos autocráticos, que producen mejores resultados en el largo plazo. De hecho, hace poco un artículo del Wall Street Journal señalaba que Silicon Valley atraviesa una crisis de “accountability” (un término en inglés que puede ser traducido como responsabilidad pública en español) y que la era de los superhéros debe terminar. Recientes episodios como el de la fundadora de Theranos, Elizabeth Holmes, que llegó a ser comparada con Steve Jobs y terminó acusada de fraude por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, SEC; el del cofundador y ex CEO de Uber, Travis Kalanick, que debió abandonar la compañía presionado por la junta de accionistas tras ser acusado de acoso sexual y de malos tratos; y los dificultades financieras de Tesla y la arrogancia de su carismático fundador, Elon Musk, han llevado a muchos especialistas en liderazgo a advertir que llegó el momento de regresar a lo básico y de darle más importancia a las buenas prácticas de gobierno corporativo. “Si la única razón para defender estas malas prácticas
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“En ningún momento de la historia, los fundadoresemprendedores del mundo de la tecnología habían tenido tanto poder”. es poner los ejemplos de Steve Jobs y Jeff Bezos, quienes piensan así están totalmente equivocados, pues estamos hablando de dos excepciones a la regla”, explica Paul Kedrosky, socio de SK Ventures, una compañía con inversiones en empresas del sector de tecnología. “En ningún momento de la historia, los fundadoresemprendedores del mundo de la tecnología habían tenido tanto poder”, explica Adam Epstein, un experto en gobierno corporativo citado por el Wall Street Journal. La razones van desde la abundancia de recursos destinados a financiar las ideas de los emprendedores, hasta el
surgimiento y ascenso de líderes carismáticos que incluso cuando sus compañías se convierten en públicas, es decir, que cotizan en la bolsa, mantienen un control omnipotente. Por ejemplo, Mark Zuckerbeg mantiene un férreo control sobre Facebook porque sus acciones le dan más votos que las del grueso de accionistas de la popular red social, lo cual ocurre también con los confundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page. Incluso, compañías públicas sin tanto éxito como Snap Inc. son manejadas de la misma manera, gracias a las reglas fijadas por sus hoy millonarios fundadores.